La masonería en el proceso de independencia de América

Tanto Inglaterra como Francia contribuyeron muy efectiva e intensamente a la introducción de la masonería en la América española.

Sobre el protagonismo inglés, me baso en la tesis del mejicano Pablo Herrera Carrillo, expuesta con el título de "Proclamación de la independencia en Baja California", revista de la Universidad Autónoma de Baja California, n. 2, abril-junio de 1970.

Según él, ingleses y franceses apoyaron (muy discretamente, eso sí) los movimientos independentistas en los territorios americanos que formaban parte de España. El asesoramiento fue técnico (casi siempre) y financiero (en ciertos casos) a lo largo de todo el continente.

Inglaterra tuvo mucha intervención en todo el proceso de preparación, inicio y consumación de la independencia de los pueblos hispanoamericanos. Su objetivo, apoderarse del comercio y minería de éstos, desplazando a España.

Dentro de las actividades británicas, ocupa un lugar destacado su actividad en los mares de influencia española. Apoyó a individuos que desarrollaban una mezcla difícil de discernir de contrabando, piratería y subversión, ya que a la vez que saqueaban e introducían mercancías ilegalmente en las colonias de España, propagaban en ellas ideas revolucionarias.

Para desarrollar esta actividad se valió de diferentes medios, siendo uno de los más importantes la masonería. Y lo hizo mediante dos estrategias:

1) Su introducción en todo el continente americano a través de sus marinos, que convirtieron sus barcos en verdaderas "logias flotantes".

2) Su introducción en la propia marina española, lo que explicaría aquellos casos que se dieron de deslealtad y/o traición al Rey de España.

Los franceses, por su parte, desarrollaron otra estrategia: Las logias se establecieron primero en la península ibérica, como consecuencia de la Revolución francesa y del intercambio entre España y Francia, consecuencia de los pactos de familia. Este intercambio se daba en sus cuatro vertientes de personas, ideas, mercancías y capitales.

Las ideas de la Revolución francesa se desarrollaron mediante diferentes vías de implantación. Una de ellas (quizás la de mayor importancia) fueron las logias francmasónicas.

Desde la península, esta masonería de corte francés pasó al resto de España (básicamente, América, puesto que la implantación no fue relevante en Filipinas ni restantes archipiélagos del Pacífico, de soberanía española).

Uno de los medios fue también la marina española (mercante y de guerra), pero no con la relevancia que tuvo la masonería británica.

La sublevación de Rafael Riego

Un golpe letal para las posibilidades de triunfo de las armas realistas en América fue la rebelión de Riego y Torrijos, al frente de las tropas que estaban a punto de embarcar con destino a América.

Riego, masón desde 1814, junto con otros oficiales (la mayoría masones) se habían conjurado para proclamar la Constitución de 1812.
Vieron el momento el 1 de enero de 1820, cuando se reunió Andalucía un importante ejército importante destinado a sofocar, de una vez por todas, la sublevación de las provincias de Ultramar.

El resultado fue reimplantar en la península la Constitución de 1812. Pero el otro resultado (intencionado o no) fue privar de las tropas necesarias a la América española.

No debe confundirse esta sublevación con la que habían intentado (sin éxito) el general José Mª Torrijos Uriarte en 1817, junto al general Luis Lacy y Gautier (este sí era masón) y el general Milasn del Bosch, para reimplantar la Constitución de 1812. Torrijos y Milans del Bosch no eran masones, sino liberales. Torrijos, además, manifiestamente contrario a combatir a los partidarios de la independencia en América.

La masonería en España desde 1833 a 1930

A lo largo de todo el siglo XIX (después de la independencia de casi todos los territorios americanos), la masonería se desarrolló en España en diversos ámbitos, especialmente en los de la política (el poder legislativo), y las fuerzas armadas, el poder judicial, y la enseñanza. Estos eran los ámbitos que las organizaciones masónicas consideraban estratégicos para poder influir en el cambio -o eliminación- de los valores tradicionales.

El desarrollo se aceleró después de la experiencia de la 1ª República. Fueron masones, por ejemplo: Eleuterio Maisonave, Segismundo Moret, Juan Prim y Prats, Manuel Becerra, Manuel Ruiz Zorrilla, Práxedes Mateo Sagasta, Cristino Martos, ...

Incluso el rey Amadeo de Saboya había sido iniciado en la Masonería. A su fallecimiento, el Boletín Nacional del Grande Oriente Nacional de España nº 29, de 6 de julio de 1890, se pedía a todas las logias, capítulos y cámaras celebrar una tenida fúnebre "en honor de tan ilustre y caballeroso Hermano".

La estadística del Grande Oriente Nacional de 1882 da un total de 14.358 masones. De ellos, 130 eran senadores, diputados, títulos, generales y altos funcionarios del Estado; 1.033 eran magistrados, jueces, fiscales y abogados, y 1.094 oficiales superiores y militares de todas clases.

Durante el siglo XIX, la presencia de masones en la Marina fue inferior a la media de las fuerzas armadas. En cualquier caso, y aunque se desconoce el efecto de estos masones en la totalidad de las fuerzas armadas, lo que se sabe con certeza es que su influjo en la Marina fue escaso.

En los primeros años del siglo XX continuó la ascensión de la presencia e influjo de la Masonería en todos los campos de la vida española.

Un caso especialmente relevante fue el atentado contra Alfonso XIII el día de su boda. El cerebro del complot (no el autor material) fue el ácrata y masón Francisco Ferrer Guardia.

A finales de los años veinte, el número de políticos e intelectuales que ingresaron -o regresó- en la masonería fue considerable. En la enseñanza destacaron, entre otros, Fernando de los Ríos, Demófilo de Buen, Antonio Tuñón de Lara, Rodolfo Llopis (futuro secretario general del PSOE) o Ramón y Enrique González Sicilia. En el periodismo, Joaquín Aznar, Ramón Gómez de la Serna, Antonio de Lezama, Luis Araquistáin o Mariano Benlliure. En la política, Vicente Marco, Eduardo Barriobero, Álvaro de Albornoz, Marcelino Domingo, Daniel Anguiano, Alejandro Lerroux, Eduardo Ortega y Gasset, Fermín Galán. En el ejército, el general López Ochoa.

La creación de las logias flotantes, 1929-30

La aparente inactividad de la Masonería en la Marina termina cuando, en el curso de la VIII Asamblea Simbólica del Grande Oriente Español, celebrada entre el 8 y el 11 de noviembre de 1929, y a petición de Ángel Rizo, gran maestre de la Gran Logia del Sudeste de España, se analiza y decide la creación de logias flotantes que favorecieran el control de la Marina.

Ante las objeciones planteadas por la Gran Logia Regional del Noroeste, se dejaron para la asamblea del año siguiente las formas y facultades estatutarias que tendrían dichas logias particulares.

En la siguiente asamblea de junio de 1930, Diego Martínez Barrio, Gran Maestre, le autorizó a hacer "prosélitos exclusivamente entre el personal subalterno de la Armada".

En realidad, el proselitismo se hizo no sólo entre el personal subalterno, sino también en otras escalas y cuerpos de la Armada diferentes del Cuerpo General. En este último, enormemente tradicional, no tuvieron éxito (desconozco si lo intentaron).

A partir de entonces, las logias flotantes llevaron a cabo una soterrada labor de información dentro de la armada, manteniendo un reducido -aunque seguramente eficaz- “servicio de información militar masónico”, para controlar los movimientos de sus jefes y oficiales, como dejó expresó claramente, por carta, Benjamín Balboa a su “estimado Jefe y querido h(ermano)” Ángel Rizo.

La gran ambición de Rizo era poder llegar a crear una Gran Logia Naval, federando todas las logias y “triángulos” flotantes de España. En su apoyo, las logias costeras se comprometían a apoyarles para "ensanchar su radio de acción”, a cederles sus locales para sus tenidas, siempre que “dieran aviso con un tiempo prudencial.”

El nombre de logias flotantes no tiene por qué resultar extraño. En la masonería, junto a las logias que podríamos llamar normales, están otras con nombres especiales que forman parte de la jerga masónica: las militares, las de adopción, las ferroviarias, las ambulantes, las marítimas o flotantes, las de dolor, las mudas, etc.

Quién fue Ángel Rizo Bayona

Sobre este personaje tan curioso existe una biografía novelada del profesor José A. Ayala Pérez, "La sombra del triángulo. Biografía de Ángel Rizo, Gran Maestre del Grande Oriente Español".

Ángel Rizo nació en Madrid el 6 de junio de 1 885. En 1906 era alférez de navío y en 1922 se inició en la Logia Aurora de Cartagena con el nombre de "Bondareff" que, posteriormente, cambiaría por el de "Anatole France". En 1926, Rizo conoció a Benjamín Balboa, telegrafista de la Armada y masón, que tendría un papel importantísimo en el fracaso en la Marina de la rebelión de julio de 1936.

En 1929 era ya capitán de corbeta. En documentos de la época se habla de este comandante politiquero, populachero, solterón algo licencioso, indulgente con los subordinados y rebelde con el superior.
Además de lo anterior, se tildaba a Rizo de “señorito” excéntrico, heterodoxo, y desclasado, y convencido y entregado luchador en pro de la república

Después del mandato masón, creó en Cartagena la logia flotante Atlántida nº 5. No disponía de tempo, y las "tenidas" ocurrían en el mar, en algún barco, puesto que todos sus miembros eran “hermanos marinos”.

En 1930 es trasladado a Vigo, desarrollando una gran actividad en las poblaciones gallegas de Vigo (creó la Logia Vicus 8), así como otra en Pontevedra. En Marín creó el “triángulo” Solón, y en El Ferrol, su “triángulo” Atlántida nº 1, que llegará a ser, al final de su existencia, el Atlante nº 11, un pequeño “taller” que dará lugar, a partir de 1933, a la politizadísima logia Breogán nº 16.

Se dice que Ángel Rizo fue quien ideó el Pacto de San Sebastián, materializado el 17 de agosto de 1930 para derrocar la Monarquía. El comité revolucionario, presidido por Alcalá Zamora, contaba con militares golpistas y prorepublicanos, afiliados en algunos casos a la masonería (López Ochoa, Fermín Galán...).

En diciembre de 1930, Rizo fue elevado al grado 32, y se le encomendó la misión de impedir cualquier reacción contraria a una posible proclamación de la República en los próximos meses.
Al mismo tiempo, preparó las logias flotantes para la proclamación de la República. Comom prueba de ello, valga un dato: el 14 de abril, los 3.500 integrantes de la Escuadra de Ferrol, que estaban en Cartagena, se manifestaron por las calles a favor de la República.
El control que ejerció la masonería sobre la oficialidad de la Armada -bien captándola, bien controlándola- fue enorme, a partir de entonces.

Ángel Rizo, a partir de entonces, sería promocionado muy rápidamente, tanto en la política, como en su profesión: diputado de Izquierda Republicana por Cartagena. Gracias a él y a Martínez Barrio, se permitió el reingreso en la marina de los maestres y cabos expulsados en años anteriores, y afectos a la República.

En 1933, con el triunfo de las derechas, Rizo perdió su acta de diputado.
Además, después de la revolución de Octubre de 1934, se controló la actividad de la Masonería.

La visión política de Rizo cambió al ver el giro a la derecha de Lerrouz, del partido Radical. Desde entonces, apoyó a Martínez Barrio y, con sus amigos de Cartagena, Cataluña y Galicia, se constituyó Unión Republicana.

En 1935, Rizo fue promovido a Gran Maestre del Grande Oriente, en sustitución de su amigo y admirado Martínez Barrios, que tanto le había ayudado. Ocupó este cargo hasta 1938.
Su orientación llevó a una mayor politización de la Masonería, que apoyó sin reservas el Frente Popular en febrero de 1936.
José Giral, ministro ahora de Marina, le ofreció el cargo de Director General de la Marina Mercante, prácticamente el segundo del ministerio.
Desde Julio de 1936, la masonería jugó un importante papel en el bando rojo, tanto en el aspecto propagandístico internacional, como en la ayuda y solidaridad de la Asociación Masónica Internacional y de los Grandes Orientes de los distintos países.

En 1938 cayó en desgracia en el Grande Oriente. Se le acusó de malversación de caudales públicos, pero aún le dolió más que se le imputara negligencia en su cargo, abulia, despreocupación, falta de celo y vida licenciosa y de ostentación.

Terminó refugiado en Francia, y exiliado después en Méjico, donde murió.

La masonería en la península hasta 1833

Ya hemos dicho cómo la masonería se desarrolló en los terriotrios americanos y en la mar.

En la península, la masonería prácticamente no existía en 1787. En la relación de logias europeas de obediencia inglesa de este año no figura España. Incluso en 1796, sólo se menciona una logia en Gibraltar.

En cambio, a partir de 1807, agentes franceses implantan las primeras logias de obediencia francesa, preparando la entrada y aceptación de Napoleón.
Y no, precisamente, porque Napoleón fuera masón. Aunque no se puede descartar que lo fuera, lo que sí es cierto es que se sirvió de la masonería para sus fines, al lograr controlarla: consiguió que su hermano José fuera elegido Gran Maestro del Gran Oriente, y su hermano Luis el mismo cargo en el Rito escocés (las dos grandes ramas existentes en Francia en la época). Además, su padre fue masón, así como otros dos hermanos suyos (Luciano, príncipe de Cannino, y Jerónimo, rey de Westfalia), su cuñado Joaquín Murat, y su hijastro Eugenio de Beauharnais. Incluso obligó a aceptar mujeres en las logias, consiguiendo hacer "Gran Maestra" a Josefina.
También eran masones veintidós de los mariscales de Francia.

La ocupación francesa desde 1808 a 1814 contribuyó a que la masonería de corte francés se desarrollara muy rápidamente. Después de intentos fallidos de los generales Laleusant y Mouton Duvenet, se abrió la primera logia fundada en la Península en San Sebastián, el 18 de julio de 1809. A estas siguieron otras en Vitoria, Zaragoza, Barcelona, Gerona, Figueras, Talavera de la Reina, Santoña, Santander, Salamanca, Sevilla y, por supuesto, Madrid, donde se instaló la Gran Logia Nacional de España. Establecida en octubre de 1809, su sede se hallaba en los locales de la Inquisición.

Las logias hicieron mella en las fuerzas armadas, y la Marina no quedó ajena (aunque su influencia fue inferior a la del Ejército). Como ejemplo, la primera logia gallega de la que se tiene noticia, apareció en 1814. Su nombre era el de "Logia Constitucional de la Reunión Española", formada en La Coruña, mayoritariamente, por francmasones militares gallegos procedentes de la logia "La Reunión Española" de Brest, durante la estancia de la armada española en dicha ciudad.

Fernando VII intentó acabar con la masonería. Promulgó un real decreto de 24 de mayo de 1814 en contra de las sociedades secretas, haciendo hincapié en que los miembros del clero entraran en las mismas. El 2 de enero de 1815, el inquisidor general de España dictaba a su vez un edicto contra la masonería.
Entre 1817 y 1819, el general Elío llevó a cabo una verdadera campaña en contra de los "hijos de la viuda" infiltrados en el ejército. Por ejemplo, en enero de 1819, se arrestó en Valencia a los coroneles Joaquín Vidal y Diego María Calatrava, al capitán Luis Aviñó y a ocho sargentos, por preparar un golpe de Estado. El 22 de ese mismo mes fueron ajusticiados en la horca.

Pero ni uno ni otro pararon un proceso de desarrollo (cada vez más acelertado) que ya estaba en marcha.

Al llegar el año 1820, la masonería constituía una formidable fuerza política en España, según se conoce por documentos como las Memorias de Alcalá Galiano, capaz de provocar una revolución. Efectivamente, eso fue lo que hizo. Ya hemos hablado de cómo la masonería en 1820, impidiendo el desplazamiento de tropas de la península a la América hispana, dio un golpe de muerte a las posibilidades de triunfo realista en las guerras civiles (o de liberación, según otros) que allí se produjeron.

Las logias flotantes el 18-7-1936; Benjamín Balboa

Benjamín Balboa era, en 1936, oficial tercero radiotelegrafista de la Armada. No se le conoce afiliación política, pero sí adscripción a la masonería con el nombre de "Savonarola", y casado con la hermana de otro "hijo de la viuda", Epifanio García González, de simbólico "Kristna", y colega de profesión y grado.

Ayudado por su "hermano" Ángel Rizo (ya director general de la Marina Mercante), y tras larga espera, consiguió en 1936 (después del triunfo del Frente Popular) que se le destinara, en comisión de servicio, a la Estación Central de Radiotelefonía de la Armada del Pinar de Chamartín (Ciudad Lineal, Madrid). Esto cuenta Daniel Sueiro en su libro "La flota es roja", Ad. Argos Vergara, 1983.

No quedaron aquí sus peticiones de "hermandad". Su hermano José Balboa también era auxiliar de la Armada y, aunque en prisión desde 1931 (por un delito de insultos a un superior por escrito), fue indultado por influencia de Martínez Barrio y, según parece, destinado junto a su hermano Benjamín en dicha Central de Radio.

Al tener noticia de la sublevación militar, detuvo pistola en mano al capitán de corbeta Ibáñez de Aldecoa, jefe de dicha estación, y se hizo con el control absoluto de la misma.

A partir de ese momento, boicoteó todas las instrucciones para la rebelión que intentaban transmitir jefe del Estado Mayor de la Armada y su el citado Ibáñez de Aldecoa.
A cambio, Balboa retransmitió radiogramas a los distintos "hermanos" de las logias flotantes, y a aquellos compañeros de los cuerpos auxiliares que consideró oportuno, tanto endiseminados por bases como embarcados.
Su trabajo fue eficaz e incansable (estuvo tres días seguidos, con ligeros descansos), ganándose el sobrenombre de “Radio Balboa” o “Radio Madrid”, y consiguió que el alzamiento no triunfara en la mayor parte de la flota.

Los radiogramas eran del estilo del siguiente (ver libro "Alzamiento y revolución en la Marina", de José Cervera Pery, Ed San Martín,1978): “Procedan detención jefes y oficiales facciosos y háganse cargo mando del buque. Punto. Acusar recibo con ejecución orden. Punto. Abrazos. Viva la República”.

Pero su labor aislada, si bien fue muy eficaz para sofocar la rebelión en la Armada, no habría tenido éxito sin los "hermanos" masones en la Armada. Esto quiere decir que las logias flotantes se habían extendido muy rápidamente por la Armada, debido a al gran esfuerzo realizado por Rizo desde 1930.

El comportamiento de Benjamín Balboa fue largamente recompensado, pues en Septiembre de 1936 ya era Subsecretario de Marina.
Lo mismo puede decirse de su hermano: el 2 de agosto de 1936 (2 semanas después del alzamiento) es habilitado ¡como Capitán de navío!, y destinado a Málaga como “juez instructor”, interviniendo como tal en procesos (seguramente, muchos sumarísimos, y seguramente contra oficiales como aquellos a los que debía haber pasado 5 años en la cárcel).

Las logias flotantes en 18-7-1936; otros protagonistas

Además de los hermanos Balboa, hubo otros "hijos de la viuda" con actuaciones decisivas para mantener casi toda la flota bajo control rojo.

1) Pedro Adrover Gómez, oficial 3º de oficinas, de simbólico, "Ramón y Cajal". Según el libro de Cervera Pery, su labor fue decisiva para mentener el arsenal de Cartagena en manos del gobierno.

2) Manuel Seoane Peña, simbólico "Pombal". Condestable de cargo en el destructor “Alcalá Galiano”. Lideró la sublevación contra la oficialidad de este buque, a la que redujo. Se le ascendió poco tiempo después a oficial 2º y auxiliar del negociado de personal en la Subsecretaría de Marina (ya con Benjamín Balboa como titular del cargo).

3) Antonio Paz Martínez, simbólicos "Marconi" y "Licurgo". Se inició en la logia "Helenes", de Pontevedra. Después pasó por el “triángulo” "Solón", de Marín, siguió en la logia "Lucus nº 5" de Lugo, en el "triángulo" "Atlántida" de Ferrol y, por último, a la "Breogán", también de Ferrol.
En Julio de 1936 era auxiliar de artillería. Pertenecía a la U. M. R. A. (Unión Militar Republicana), uno de los pocos subalternos marinos que pertenecían a esta organización.
Se hizo con el control del “Alsedo”. Después, autonombrándose representante del Ministerio de Marina, detuvo a la oficialidad de otros buques atracados en Cartagena.

4) Enrique Delmás Blasco, simbólico "Adelante", buzo de 2ª de la armada. A punta de pistola detuvo a toda la oficialidad del “Sánchez Barcáiztegui”.

5) Su hermano y "hermano" José Delmás Blasco, simbólico "Adelante 2º", auxiliar de artillería.
Se hizo cargo de todos los oficiales prisioneros, como representante del mando militar de la Base de Cartagena.

6) Alfonso Játiva García, simbólico "Danton", maquinista.
Fue promocionado, algún tiempo después, jefe del Arsenal de Cartagena. ya muy entrada la guerra, sucedió a Balboa como Subsecretario de Marina.

7) Diego Ros Andreu, simbólico "Danton II".
Era maquinista en 1932, y auxiliar 2º de torpedos del submarino "C-1" en julio de 1936.

Bibliografía

Además de las citas de libros ya realizadas, los siguientes libros ypáginas de Internet:

El secreto masónico desvelado, de José Antonio Ullate

Los masones, de César Vidal

https://www.tallerediciones.com/cuza/mod ... le&sid=231

https://masoneriagalicia.blogspot.com/20 ... -vigo.html

https://www.junjan.org/weblog/archives/2 ... verna.html

https://blogs.que.es/16609/category/actualidad/2 (diversos capítulos)

https://209.85.129.132/search?q=cache:wN ... clnk&cd=17

https://www.ugc.edu.mx/historia/pdfs/ind ... 0I-VII.pdf

Hay muchas referencias en la historia a que si fulano o mengano era masón, pero absolutamente ninguna que desentrañe que era la masonería y si esta institución tenía unos fines concretos y cuales eran esos fines.

Incluidas las lecturas de libros como el de Cesar Vidal, que se pasa en referencias hacia si tal o cual señor eran masones, hace el término de ser masón como una cosa muy mala, pero se olvida de decirnos por qué era tan mala la cosa y si pretendían algo realmente.

Al final de muchos intentos de averiguaciones sobre el tema, yo he llegado a estas conclusiones particulares sobre la masonería, que son las que yo uso para mi coleto:


1- La gente siempre se ha aburrido, y el aburrimiento era mucho mayor en los años anteriores a la televisión. Una forma como cualquier otra de escapar del aburrimiento era fundar un club.

2- La masonería era un tipo de club a cuya pertenencia se daba mucho morbo durante muchos años.

3- Al club de la masonería llegó a pertenecer mucha gente aparentemente seria, sin que esa seriedad estorbase a la hora de hacer ritos ridículos como ponerse un mandil (para trabajar de verdad, nunca se lo hubiesen puesto muchos señoritingos de ellos) y tontadas de bautismos de novatos.

4- La masonería en si misma era una tontada sin ninguna sustancia ni fundamento. Pero un velo de silencio les hacía parecer como si realmente llevasen un programa, unas enseñanzas y un contenido. Los masones, a falta de cuestiones concretas propias, aceptaban de buen grado esa leyenda popular de que eran una cosa con sabidurías antiguas y programas concretos. Nada más lejos de la realidad.

5- A la masonería, como al Real Madrid, pertenecían entes de condición muy diferente entre sí. Los había con más o menos lecturas, con más o menos luces y con diferentes ideas políticas. En el caso de España, muy probablemente, había tantas ideas políticas como socios.

6- Los masones, aparte de ser masones, comían bebían iban al teatro y bailes y algunos ejercían distintas profesiones. Eso no quiere decir que la masonería influyese decisivamente en su forma de comer, de beber, de bailar o de ejercer la profesión.

7- El que determinada persona fuese masón, como si lo hubiese sido del Real Madrid, no permitía elucidar como iba a comportarse a la hora de ejercer su oficio, o medrar en política, o hacer cualquier función que hiciese. Masones había enemigos de otros masones, también.

8- En los conflictos públicos y políticos de esos tiempos participaron muchas personas con diferentes hobbies y diferentes participaciones a clubes. También personas que mataban parte de su aburrimiento perteneciendo a una cosa insulsa e insípida llamada masonería. Lo que hiciesen las anteriores personas, es un error adjudicárselo a la masonería, ente abstracto y sin vida propia.


En definitiva, la masonería era un club de aburridos. La masonería por si misma ni aportaba sabiduría que no tenía, ni a portaba un fin concreto que no existía.

La historia se forjó por un cúmulo de acciones de sus contemporáneos. El que algunos fuesen masones, no nos permite inferir nada de nada de este club de snobs.

Amigo Espaldar, estoy de acuerdo, en general, contigo.

El hecho de que se pueda averiguar tan poco de ellos, no puede deberse a su gran secretismo, sino a la escasez de sus aportaciones.
El libro de Ullate, que referencio, trata de verlos por ese lado que tú ecas de menos, y descubre, por ejemplo, cuál es la "tasa" que se paga por ascender de grado (que es una fuente de ingresos importante, por la cantidad de grados que hay, hasta los treinta y tantos, partiendo del "1").

Sin embargo, todo club, por muy de aburridos que sea, suele comportarse como grupo de presión, o de influencias, especialmente si hay tanto secretismo en cuanto la afiliación, y sus ritos "ridículos" (y lo digo con respeto, pero lo digo), al verlos los menos cultos de ellos como "iniciáticos", pueden crear unas dependencias, que luego se proyectan sobre acciones externas.

Y, sobre todo, ¿qué demonios pintan clubes secretos en sociedades democráticas? (porque no sé yo cómo de claras son las cuentas anuales, ni la composición de sus juntas directivas, que deben registrarse en el Registro de Asociaciones).

Por último, Ullate, a quien conozco y conoce bastante bien por dentro estos clubes, coincide en la imagen de "aburrimiento" actual, y en que el nivel intelectual actual es mediocre, pero dice que le consta que no fue así en otras épocas, en la que pertenecían personas, o intelectualmente cualificadas, o muy activas (p.ej, en la 2ª República).

Salvando ciertas distancias evidentes, yo, personalmente, veo un cierto paralelismo entre estos clubes y, p.ej, el Opus Dei (que nadie se escandalice, por favor; ya digo que es salvando ciertas distancias evidentes, y que es un cierto paralelismo sólo).

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Amigos


No se por que me meto en este tema, ya que las preguntas con esta secta, siempre son las del millón.


Actualmente como todo se ha devaluado, pero si tienen un programa y desde luego una iniciación, que además es bastante ridícula, aunque no deja de ser muy importante, tanto para quien la pasa como para los que te la hacen pasar.


En mi ciudad está la Logia Luis Vives, del rito escoces antiguo y tiene un número pero no me acuerdo, aunque me parece que es la 5ª y pertenece a la Gran Logia del Oriente Español, también del mismo rito. Que es el más antiguo de los existentes.


Hablando en cristiano, son una mezcla de anarquistas y socialistas, no reconocen jefe nada más que al suyo, para ellos no hay estados ni nacionalismos y de hecho intentan el hablar en esperanto, para que nadie les coja toda una conversación. Su mundo, (aunque como se ha dicho, hacen lo que cualquier otro hoy en día) pero su ideal es el de una especie de comuna, donde cada uno realice el trabajo que más le gusta, ya que así será el mejor realizado y se podrá vender a mejor precio por su segura calidad, y entre todos contribuir a que se siga por el camino marcado. ¿Cual es este?, pues el de vivir sin preocupaciones y a ser posible lo más al aire, nada de estar encarcelados en sus pisos y en sus reuniones, por eso intentan el que haya de todo en entre ellos, para que incluso el cambiar una bombilla lo haga uno de "casa". Esto se podría hacer todo lo largo que se quisiera, pero creo que con estas pinceladas ya es suficiente para hacerse una idea.


El hecho más notable de la masonería, se dio en la guerra franco prusiana, cuando dos generales de ambos bandos al mando de unidades de caballería, se vieron las caras e hicieron la señal convenida entre los masones, por lo que cada uno dio la vuelta con su unidad y no combatieron, ambos dieron la misma explicación a sus jefes: que sencillamente no se había visto. De ahí nació la persecución de ellos, ya que si no cumplían las órdenes para que los querían en el ejército.


Y desde luego no deja de ser una secta, en la cual y como en cualquier organización, pues sencillamente hay de todo y de ahí, que como siempre las manzanas podridas sean siempre las que resaltan, mientras el resto permanece en el más absoluto anonimato.


Pues eso, ni todos son buenos, ni todos son malos, es lo mismo que compararlos con los afines al Real Madrid o al Opus Dei, como toda organización siempre tiene a sus ovejas negras. Y el hecho constatado, que por unas u otras razones, siempre han tenido que ir buscando país, ya que hoy eran expulsado o perseguidos en uno y mañana en otro.


Y no olvidemos, que los que firmaron la Independencia de los Estados Unidos y posteriormente compusieron su Constitución, eran todos masones. Así que como toda organización, pues tiene sus cosas buenas y cosas malas, o sea como la vida misma.


Y que conste que yo no los defiendo. Simplemente digo lo poquito que se y que como todo, no es oro todo lo que reluce, pero por una mala hierba, tampoco el campo es improductivo totalmente.


Un cordial saludo.
.

El hombre, y ya se percató agudamente de ello Aristóteles, es animal político, entendiendo esta acepción en la primitiva griega, natural a la polis o asociación.

Si tienes un inglés, tienes un idiota, si tienes dos, tienes un club y si juntas tres, tienes un imperio, dice la broma clásica. Esto es verdad.

Pero una cosa es que se junte de forma natural en asociaciones (de fútbol, de exalumnos de las hermanitas de la caridad, de miembros del foro de historia naval, de gremios y oficios, del colegio de farmacéuticos, de damnificados por los rayos gamma, de rezadores del rosario, de mus, de cogorzas de los sábados, de coleccionistas de calcetines usados, de asociaciones ecologistas iracundas etc. etc.) y otra cosa muy diferente es que una asociación concreta sea en si misma la cosa.

Creo que Amenofis se ha percatado muy bien de lo que quería decir en mi anterior entrada. Hemos dado mucha importancia histórica a una asociación estúpida llamada masonería.

Otra cosa es, que en determinado momento en un club de una asociación de vecinos militen personas con intoxicaciones comunistas (y yo creo que los comunistas no son enteramente personas, esto es, normales y sanas, digo sin tapujos, sino que han perdido ciertas características importantes de la persona, al menos de la persona sana y equilibrada; pero eso es otro aspecto que nos llevaría a otra parte) y otra muy diferente que achaquemos a la asociación de vecinos las taras de sus miembros.

Si se mira bien, se achaca a las asociaciones las taras de sus miembros.

Pero en esto, lo aplicable es el adagio Dios los crió y ellos se juntaron….

O dime con quien andas y te diré quien eres.

Pero es cuestión, como en todo, de no poner el carro delante de los caballos.

Buenas.

Siempre he pensado que el si de una secta es practicar sexo a todo trapo, lo demas es cosmetica, o hay sexo o no entro.

Sólo quería añadir que, cuanto más endogámico es un grupo (y más si tiene rituales iniciáticos propios) más riesgo hay de que actúe como un "lobby".
"Lobby" que tendrá más peso en la sociedad conforme a lo grande o competente que sea el grupo.

"¿Quién es masón? El que está por delante de tí en el escalafón", se decía.
¿Quién por tanto no gustaba afiliarse al club donde está la élite?

Para mí hay dos hechos históricos de singular paralelismo en la Armada Española: La toma de postura insurreccional de la Escuadra en la Revolución Cantonal de Cartagena (recordemos aquello de “abajo los galones”) y la insubordinación de la marinería al estallar la Guerra Civil del 36.
¿Deben ser contemplados ambos bajo la óptica de un sentimiento libertario cuya correa de transmisión fueron las logias?

Respecto a la historia general de España, he aquí una visión de Franco respecto a la Masonería:
“Mirando a la masonería desde el ángulo de lo patriótico, su historia no puede ser más
triste y desgraciada. La masonería fue el arma que el extranjero introdujo en España para
destruir la autoridad real y dividir a los españoles, el medio con que se minó y destruyó la
fortaleza española, el instrumento que ingleses y franceses utilizaron desde hace siglo y
medio para influir y mediatizar a nuestra nación. Todos cuantos sucesos revolucionarios se
provocaron en el siglo XIX fueron dirigidos y explotados por la masonería: la emancipación
de los pueblos de América, las traiciones de Riego y de Torrijos, la pérdida de las Colonias, la revuelta sangrienta de Barcelona, la proclamación de las dos Repúblicas, la revolución de
Asturias en el año 34, todas cuantas desdichas en siglo y medio España vino sufriendo, y
hasta la impunidad de sus autores, es obra de la traición masónica.”

Ya sabemos su particular reducción del problema a un solo nombre, pero esa reducción, no solo no explica nada sino que además complica las cosas.

¿Qué es la masonería? ¿Una asociación cuyo fin es ir contra España? ¿España les cae gorda a los masones y ya está?

En unos siglos en los que España iba ora contra Inglaterra, ora contra Francia, es lógico que ahora Inglaterra, luego Francia fuesen contra España. Repasamos la historia de aquellos años y da pena. Un patio de vecinos peleados era esta Europa.

Los males de España no se gestan a partir de la tragicomedia del siglo XIX, ni se gestan por causas externas, sino principalmente internas. Achacar los males a la masonería es un mecanismo sencillo y útil, porque evita tener que reflexionar más allá.

Los libros que tratan de la masonería omiten siempre lo importante. No explican ni sus fines ni sus motivos. Solo que si fulanito o menganito era masón. Siempre ha habido pijos, y probablemente ser masón era el pijismo de la época.

Si hubiese realmente sido algo importante, si sus contenidos hubiesen sido algo realmente con peso y no una necedad, sabríamos mucho más de ella.