Comandancia general de Marina del apostadero de Filipinas.= Comandancia de las fuerzas sutiles del Sur.= Relación de las averías sufridas en los buques en el combate de la Cota (sic) Pagalugán el día 17 de Noviembre de 1861.

Goleta Constancia.

De los seis balazos que recibió este buque en el costado, ninguno ha hundido más de cuatro líneas la plancha; pero rompieron el escotín de velacho de cadena, la guía de la verga mayor y su braza, el botalón de foque se partió, y la metralla corto los vientos y barbiquejos.

Cañonero núm. 5, Luzón.

Su máquina no puede funcionar por haber sido destruida la válvula de seguridad y tubo de alimentación por los cañonazos del enemigo.

Cañonero núm. 12, Arayat.

Destrozada toda la obra muerta y el tambucho de la cámara; rota y perdida una hélice; roto el telégrafo de la máquina; una pequeña rotura en la plancha superior de la amura de babor. Un candelero, la caja de rifles, la de banderas y los descansos de los faroles de situación.

Cañonero núm. 13, Pampanga.

Ha recibido este buque un cañonazo en la cámara, que destrozó parte de ella; otro en la amura de babor le partió un ancla; otro en una asa del cañón que le partió y levantó un astillazo al palo trinquete; la (¿falúa?) de popa y tres (¿talisones?) rotas, la chimenea y el (¿mambrú?) atravesados de metralla; dos balazos de cañón en el bote, y sale mucha agua por los tubos de la caldera; la obra muerta enteramente destrozada, y una hélice con una paleta partida y el palo trinquete partido.

Cañonero núm. 18, Taal.

Atravesó el costado en las dos amuras, la de estribor a dos pies bajo la línea de agua y la de babor a una por encima; el tambucho de la cámara destrozado; el pito de la máquina taladrado por una bala de lantaca; un metrallazo que llevó parte del aforro de la rada, el farol de babor y un pedazo de berduguillo.

Falúa núm. 36, Santa Engracia.

Una bala de cañón en la aleta de babor.

Falúa núm. 37, Esperanza.

Una bala en la cámara y un metrallazo en la arboladura; dos hojas de puerta de la cámara, cuatro puertas de los pañoles, cuatro remos y una vela mayor.

Lancha núm. 14. Beatriz.

Una bala sobre la línea de agua que atravesó hasta el pañol de pólvora.

Pollock 27 de Noviembre de 1861.= Es copia.= Eusebio Salcedo.

COMANDANCIA GENERAL DE MARINA DEL APOSTADERO DE FILIPINAS.

(Clases; Nombres; Diagnósticos; Pronósticos; Tratamientos; Muertos; Existencias; Altas; Observaciones).

• Teniente de Navío; D. José Reducido Malcampo; Herida contusa de tercer grado en la región pectoral derecha abrazando el gran pectoral pequeño de delante atrás por el tercio medio del borde libre del homoplato (sic; omoplato) del mismo lado; Grave; --; --; 1; --; Hemotisis.
• Alférez de Navío; D. Basilio Linero; Heridas contusas de primero y segundo grado en la región iliaca derecha y codo izquierdo; Leve; --; --; --; 1; --.
• Condestable; Manuel Calero; herida contusa de tercer grado en forma de triángulo siendo la base de él el ligamento cruzal del lado externo, y por interno, el borde interno del sartorio; Grave; --, --; 1; --; --.
• Goleta Valiente, marinero, Alejo Leazarri; Herida contusa de cuarto grado atravesando el tercio medio de la pierna derecha delante atrás, y esquilando ligeramente el borde externo de la tibia; Grave; --; --; 1; --; --.
• Goleta Valiente, marinero; Vicente Igorra; Contusión en la articulación escápulo humeral izquierda con artritis consecutiva; Mediano; --; --; 1; --; --.
• Goleta Valiente; Manuel Figoroa; Herida contusa de tercer grado en el vientre, con procedencia del homento, estrangulación del orificio de entrada; Grave; Mercurial infricción al vientre; 1, --; --; Cinco horas después del combate.
• Goleta Valiente, fogonero; Martín Garrido; Herida contusa de tercer grado en el tercio medio y parte posterior de la pierna izquierda; Grave; --; --; 1; --; Se extrajo el proyectil.
• Goleta Valiente, palero; Urbano Alonso; Herida contusa de cuarto grado en el carpo izquierdo capturando ligeramente la cabeza inferior del radio; Grave; --; --; 1; --; --.
• Goleta Constancia, carpintero; Juan Palmen; Grave; Herida incisa de la parte lateral izquierda de la cabeza, dirigiéndose del vértice hasta la base del apoficio mastoyde, y fracturando ligeramente la cara externa y superior del occipital, con conmoción y compresión cerebral; Grave; Calomelano; --; 1; --; --.
• Goleta Constancia, palero; Miguel Álvarez; Herida contusa de tercer grado, atravesando oblicuamente por delante del triángulo de escarpa de cinco pulgadas de extensión; Grave; --; --; 1; --; --.
• Cañonero número 5, marinero; Mónico Luna; Herida contusa de cuarto grado, atravesando la palma de la mano entre el dedo índice y el pulgar de la mano derecha, y fractura con minuta de las falanges primera y segunda del dedo anular de la misma mano; Grave; --; --; 1; --; Se le amputó el dedo.
• Cañonero número 5, grumete; Catalino Bustillo; varias funciones en la planta de los pies; Reservado; --; --; 1; --; --.
• Cañonero número 5, grumete; Cristino Claridad; Herida incisa en la parte anterior de los dedos de la mano derecha; Leve; --; --; 1; --; --.
• Cañonero número 5, paleador; Gregorio Pérez; Contusión de segundo grado en la mano izquierda; Leve; --; --; 1; --; --.
• Cañonero número 13, grumete; Francisco Letona; Herida contusa en el carpo izquierdo de primer grado; Leve; --; --; --; 1; --.
• Cañonero número 13, grumete; Gregorio Escoben; Contusión de segundo grado en el hombro derecho; Leve; --; --; 1; --; --.
• Cañonero número 13, grumete; Gregorio Raimundo; Herida contusa de primer grado en el arco superciliar izquierdo; Leve; --; --; --, 1; --.
• Cañonero número 13, grumete; Valentín Nicolás; Herida contusa de segundo grado en el carrillo izquierdo; Leve; --; --; 1; --; --.
• Falúa de Joló, Milencio Caipip…; Herida contusa de quinto grado; Gravísimo, --; 1; --; --; Se le amputó la pierna por el tercio inferior del muslo.
• Cañonero 12; Saturnino Álava; Herida contusa de quinto grado en la pierna izquierda; Gravísimo; --; 1; --; --; Murió en la travesía de Tumbao a Cottabato.

Muertos 3, Existencias 14; Altas 3.

Cottabato 19 de Noviembre de 1861.= Quintín Meynel.= Es copia.= Eusebio Salcedo.

Comandancia general de Marina del apostadero de Filipinas.= Núm. 1.324.= Excmo. Sr.: El Capitán de fragata D. Casto Méndez Núñez, Jefe de las fuerzas sutiles del Sur del Archipiélago desde el río de Mindanao me dice con fecha 20 de Noviembre último lo siguiente:

<<Excmo. Sr.: En la mañana del 18 del actual subí el río con el cañonero 13 y dos botes armados de la Constancia y Valiente con el objeto de hacer un reconocimiento hasta la unión de sus dos trozos. Encontré todo el país abandonado, y los pocos moros que he visto huían a nuestra aproximación. En la tarde del mismo día regresé a la costa de Pagalugán. El 19, día de S.M., y con objeto de solemnizarlo dignamente, subimos con la goleta Constancia, cañonero 13 y falúas 36 y 37 conduciendo cuatro compañías del ejército, al mando del Sr. Coronel Jefe de Estado Mayor, D. José Ferrater; al medio día llegamos al punto designado de antemano por dicho señor, y se desembarcaron las tropas tomando inmediata posesión de la casa del Maramaya de Tumbao. Enarbolóse el pabellón español en el mismo vértice del Delta, y fue saludado por los buques y tropas con entusiastas aclamaciones a nuestra Soberana y a nuestro país. En la costa de Pagalugán permanecen la goleta Valiente, cañonero 12 y falúa 13 que deben regresar a Cottabato tan luego quede destruido aquel fuerte.

Los transportes llegaron a Tumbao en el mismo día, escoltados por las falúas 11 y 14.

Lo que tengo el honor de poner en conocimiento de V.E. para su noticia y satisfacción>>.

Y como continuación de mi carta núm. 1.322 de esta misma fecha, tengo el honor de trasladarlo a V.E. para su debido superior conocimiento. Dios guarde a V.E. muchos años. Manila 8 de Diciembre de 1861.= Excmo. Señor.= Eusebio Salcedo.= Excmo. Sr. Ministro de Marina.

Comandancia general de Marina del apostadero de Filipinas.= Núm. 1.326.= Excmo. Sr.: El Capitán de fragata D. Casto Méndez Núñez, jefe de las fuerzas sutiles del Sur del Archipiélago, desde el río de Mindanao me dice con fecha 23 de Noviembre último lo siguiente:

<<Excmo. Sr.: En la mañana de ayer hice salir dos botes armados con objeto de hacer un reconocimiento en dirección de Boayán (¿Buayán?) y regresó a las dos horas, encontrando el país abandonado. En el día de hoy se repitió el reconocimiento subiendo el río como unas tres millas; y ya encontraron a varios moros que, aunque al principio intentaron huir, al hacérseles señales de que podían acercarse lo hicieron pacíficamente y sin armas. Por medio del intérprete se les dijo que podían volver a sus casas, pero totalmente desarmados, pues nosotros no castigábamos más que a los que nos ofendían. Manifestaron tener mucho miedo y confesaron haber perdido en la costa de Pagalugán más de 200 hombres; que el que había tenido la culpa de todo lo sucedido había sido Datto Maghuda, y que en lo sucesivo no se meterían con nosotros.

Lo que tengo el honor de poner en conocimiento de V.E. para su noticia>>.

Y como continuación a mi carta núm. 1.324 de esta misma fecha, tengo el honor de trasladarlo a V.E. para su debido superior conocimiento. Dios guarde a V.E. muchos años. Manila 8 de Diciembre de 1861,= Excmo. Sr.= Eusebio Salcedo.= Excmo. Sr. Ministro de Marina.

S.M. la Reina (Q.D.G.) ha visto con singular complacencia el feliz resultado de estos importantes hechos de armas, y en recompensa de los mismos se ha dignado promover a sus inmediatos empleos al Capitán de fragata D. Casto Méndez Núñez y al Teniente de navío D. Demetrio Pérez Lago, que mandaron respectivamente las fuerzas sutiles en ambas acciones; reservándose S.M. dispensar las gracias a que se hayan hecho acreedores los demás Jefes, Oficiales e individuos de tropa y marinería luego que se reciban las propuestas que indica el Comandante general del apostadero.

(http://www.boe.es/datos/pdfs/BOE/1862/031/A00001-00002.pdf)
(http://www.boe.es/datos/pdfs/BOE/1862/031/A00002-00003.pdf)

En las dos URL señaladas podrá el lector encontrar, también, el informe del combate realizado por el Coronel Jefe de Estado Mayor, D. José María Ferrater y Gener, responsable político y militar de la expedición a Pagalugán.

Ap-Pag-Pagalugán, 17-XI-1861, Monleón 31'5 x 46'2 cm. MN. Cortesía de D. José Ramón García Martínez.

A un marino español, D. Casto Secundino María Méndez Núñez.

<<Todo hombre debería enorgullecerse de ser compatriota de Méndez Núñez>> The Times, Londres (1866).

<<El Almirante Méndez Núñez ha muerto. Dicen que era un gran marino; era mucho más: era la gloria más pura y desinteresada de la España contemporánea>> La Liberté, París (1869).

..... Islas Filipinas. Año de Gracia de Nuestro Señor de 1861. Tres de Mayo. Se promueve al grado de capitán de Fragata al Teniente de Navío D. Casto Méndez Núñez, encargándosele poco después la Comandancia de la División de Fuerzas Sutiles del Sur de las Visayas. Hasta aquí nada novedoso descubrimos ni en estos mencionados parajes y destino o en ésa antes relacionada persona pero lo cierto es que, también, desde el preciso instante en el cual se emitió aquella afortunada Real orden que ascendía a nuestro modesto oficial de la Real Armada de Su Majestad Católica Doña Isabel II hasta su temprana muerte, acaecida unos aproximados ocho años después, su completa existencia fue la del marino que más prestigio proporcionó a su país durante todo el siglo XIX, siendo la acción bélica que ahora trataremos no la más importante o trascendente, ni política ni siquiera militarmente, de toda su dilatada carrera castrense pero sí la única -y a saber irrepetible- en toda la plena historia de la milicia universal en la que un buque rindió al abordaje a un castillo. ¡Sí, no nos extrañemos, hemos leído bien! Una fortificación terrestre fue abordada y rendida por una nave de guerra........ (Buques de la Real Armada de S.M.C. Isabel II, 1830-1868. D. José Ramón García Martínez).

APÉNDICE VII.- El agradecimiento de todo un pueblo a dos marinos españoles.

Es muy común leer, con respecto a nuestro dominio de las Islas Filipinas, lo desolador que supuso nuestra presencia en las mismas con respecto a la población nativa. Las Órdenes Religiosas que se establecieron en el Archipiélago suelen llevarse la "palma" de la negativa influencia ejercida en esa población, incluso en este Foro se ha discutido al respecto. No soy capaz de dar una opinión objetiva pues, de momento, no he profundizado lo suficiente en la historia de nuestra presencia en las Filipinas, pero, me quiero imaginar, quiero pensar que, como en todo, también en las Filipinas hubo sus claro-oscuros.

Lo que a continuación van a leer sus señorías es ejemplo de lo primero, es el emotivo agradecimiento de todo un pueblo a las acciones de dos cañoneras españolas y a los Oficiales y marinos que las tripularon.

SELLO 30. AS. 1858 y 59. 2 RS.

Valga para el Bienio de 1860 y 61.

Exmo Señor Comandante general del Apostadero de Filipinas.

Los habitantes de los pueblos maritimos de la Provincia de Yloilo representados por los principales qe. suscriben, ante V.E. con el mas profundo respeto y como mejor en derecho proceda, se presentan y esponen: que no acostumbrados los esponentes á ver desde un tiempo inmemorial ni en la continuada serie de los mismos acontecimientos, ni en los anales de su historia, un señalado beneficio qe. asegure mejor en lo sucesivo, su reposo y tranquilidad con respecto á la constante pirateria de los moros, qe. á despecho de tantas familias desventuradas invaden anualmente estas costas, como el que ahora prestan las dos cañoneras de Vapor estacionadas en esta Provincia y dirigidas con acierto por los benemeritos Comandantes de Marina Dn. José Malcampo y Dn,, José Machado, sienten rebozar (sic, rebosar) su corazon de un gozo inefable al contemplar los recientes servicios consagrados por dichos Señores en las areas de su deber á la presente y futura felicidad de estos pueblos. Los triunfos conseguidos por los mismos de poco tiempo á esta parte en varios encuentros y ataques qe. dieran á esa imprudente raza mahometana qe. confiada en la proverbial ligereza de sus pequeñas naves, qe. en epocas anteriores han tenido la suerte de esquivar mas de una vez la persecución de las antiguas lanchas cañoneras (falúas), escuadada con el abrigo de las mas ó menos impenetrables guaridas que la proporcionara la sinuosidad de estas Yslas, alentada con el buen exito de sus continuas depredaciones, y prevalida en fin del miedo horripilante qu. siempre ha infundido en estos Ysleños no solo ha cometido la osadia de provocar en cierto modo al pabellon español disemenandose (sic, diseminándose) con el mejor deseo en las Yslas de este archipielago, sino qe. ademas, y lo qe. es peor aun, ha cubierto siempre de luto y llanto á mil y mil familias desdichadas, haciendolas unas veces, gemir lastimosamente bajo el pesado yugo del cautiverio, y otras sacrificando sus vidas de una manera barbara é inhumana, ora robando y saqueando sus bienes muebles y semovientes, ora incendiando y talando sus casas y campos, dhos. triunfos, repiten los esponentes, de que sin duda ya deberá tener conocimiento esa Superioridad por conducto del digno Gefe de esa Provincia, demuestran hasta la evidencia un testimonio irrefragable del nunca bien pondera beneficio debido á las cañoneras de Vapor del qe. se han hecho mérito, al por qe. á la constante solicitud y desvelo de los Comandantes citados, qe. desplegando á su vez un arrojo estraordinario y una abnegacion admirable, si cabe decirlo, de su propia vida y bienestar, arrostrando toda clase de sacrificios y despreciando, por decirlo así, todos los azares consiguientes á su arriesgada carrera, han sabido llenar cumplidamente el Objeto de su deber, salvando de este modo la seguridad de tantas familias, y secundando de una manera laudable las beneficas miras de nuestra Excelsa Soberana (Q.D.G.) recomendadas eficasmente (sic) á la ilimitada anfianza que la misma dispensára á esa Superioridad.¡Loor eterno á la Corte Suprema qe. se desvela por el bienestar de estas Yslas qe. forman uno de los hermosos florones de la corona de Catilla! ¡Loor eterno al feliz pensamiento, que creó el adorable tipo de estas cañoneras de vapor! ¡Loor eterno á esa Superioridad, qe. con infatigable celo sostiene las bases solidas de esa humana creacion! ¡Y loor en fin eterno á los precitados Gefes, qe. han sabido añadir un timbre mas á los honrosos y largos servicios de su noble carrera, consignando para siempre una pagina la mas brillante en la historia de esta Provincia, relativa á los males causados en muchos siglos por la inata ferosidad (sic, innata ferocidad) de esa raza agarena! Revuelvanse sino las historias todas de este archipielago y se verán con grima y horror los estupendos estragos qe. ha dejado en pos de su huella devastadora esa procaz y vil canalla. Vuelvase la vista atrás, y consultese si posible fuese á los mas ancianos de los siglos anteriores, y estos contarán quisas (sic) aun temblando las atrocidades cometidas por los moros en estas costas, sembrando por doquier la desolacion y el espanto y esparciendo constantemente una prolongada alarma en sus pacificos moradores. Acaso los qe. ahora se vé, ni siquiera llegaron á figurar como una sombra respecto á lo qe. entonces se ha visto. Mas ¿para que desentrañar tanto horror, no habiendo ya remedio de evitar el daño causado? Cubrese pues de un denso velo todo lo pasado y fíjese solo la vista en lo presente. Esa espesa humareda que de vez en cuando arrojáran en lotananza esas coañoneras de Vapor y el imponente estruendo de sus maquinas al funcionar, serán en lo sucesivo la señal infalible del futuro esterminio de esa raza morisca y del terrible anatema fulminando ya contra ella y toda su posteridad por la civilisasion (sic) europea.
Agradecido pues los esponentes á tan marcado beneficio y reconociendo, como no pueden menos de hacerlo, los eminentes servicios prestados á su reposo y tranquilidad por los Señores Malcampo y Machado, se atreven por la vez primera á pedir á V.E. se sirva, sin perjuicio de la Real munificiencia y del inmarcesible lauro á qe. por su digno comportamiento se han hecho acreedores, permitir que continuen por muchos años en el respectivo mando qe. ejercen en las dos citadas cañoneras estacionadas en esta Provincia, pues creen los esponentes encontrar en ellos, sin rebajar en lo mas mínimo el merito qe. por otro concepto contrajéran sus antecesores, dos apostoles de la actual civilisasion (sic) destinados no solo á inaugurar sino tambien a conservar el reposo y tranquilidad de estos pueblos acosados constantemente por esa vil raza mahometana. En su atencion.
A V.E. humildemente suplican los esponentes se sirva acceder á esta solicitud por ser conforme á la equidad, gracia y justicia que imploran jurando en lo necesario &a.
Yloilo y Junio 28 de 1861.
Exmo Señor.
Firmado: Siguen 46 Firmas.
Pueblo y Cabecera de Yloilo
Firmado: Siguen 18 Firmas.
Pueblo de Faro
Firmado: Siguen 19 Firmas.
Pueblo de Mandurrido
Firmado: Siguen 36 Firmas.
Pueblo de la Villa de Arevalo: Año de 1861.
Firmado: Siguen 27 Firmas

(Buques de la Real Armada de S.M.C. Isabel II, 1830-1868. José Ramón García Martínez).

Tenaz y obstinada era la resistencia que hacian; y no siendo posible salvar dicho foso por la doble estacada, su inmensa extension y profundidad, y hallarse lleno de agua y púas, lo cual no permitía colocar las escalas para verificar el asalto, teniendo ya algunas bajas de consideracion, sin que el enemigo manifestase desaliento á pesar de tener nuestros soldados al pié de la estacada y los cañoneros pegados al muro, no quedaba otro recurso que utilizar los buques de mayor porte: al efecto, y vista esta disposicion, y con el aviso que dió el Teniente de navío D. José Malcampo, y Comandante D. Francisco Moscoso, despues de examinada por el Comandante de la fuerza sutil la colocación de los buques, avanzó la goleta Constancia, dirigiéndose sobre la fortaleza, habiéndole mandado al paso al referido Comandante Moscoso, que por haberse retirado herido el bizarro Comandante Garcia Carrillo mandaba la fuerza desembarcada, siguiese por la orilla misma del río y por una estrecha vereda que separaba el foso de este para dar el asalto, miéntras que la fuerza de cazadores de vanguardia rodeaba, pegada á la misma estacada, los frentes de tierra: abordada la Cotta se desconcertó el enmigo por el fuego que se le hacia desde las vergas y jarcias por la tropa y marinería que se situó en ellas miéntras la compañía de granaderos del núm. 4, desde el bauprés y tablas que se pusieron del buque a la Cotta se arrojaba al asalto, coincidiendo este con el que por medio de una escala, que fué la única que se pudo conducir con mil trabajos, y ayudándose unos á otros, verificaba el Comandante Moscoso con los que estaban en tierra.

Un grito de ¡viva la REINA! fué la señal para la embestida, y á este grito eléctrico se fué coronando la cresta de la fortaleza, abatiendo su bandera y enarbolando el estandarte siempre victorioso de Castilla; el enemigo á pesar de su estrago, continuaba en su mayor parte una defensa feroz y desesperada resistencia, que aun en este estado se prolongó cerca de media hora, hasta que el silencio de la muerte apagó los aullidos salvajes de sus defensores, de los cuales 136 quedaron muertos en su recinto y estacada, á la par que la multitud que huia era barrida especialmente por los fuegos de la Constancia, el de los bravos que coronaban los parapetos y de la compañía de cazadores que envolvía la Cotta, siendo arrollados y destrozados los que se refugiaban en un espaldon construido á retaguardia del ataque, y la multitud que se guarecía en los cocales y próximos cañizales, presentando aquel recinto un aspecto aterrador, pues no pudieron retirar ni salvar una sola lantaca, quedando todo en nuestro poder. Esta completa visctoria y duro escarmiento, que no olvidarán jamás los moros del Río Grande, y que deja nuestra fuerza moral y material (¿.........?) por completo, no ha podido ménos de comprarse á costa de sangre noble y generosa, siendo tanto más notable el arrojo de nuestros soldados, cuanto que eran en su mayor número bisoños; lucharon de todos modos sin que les arredrase ni aun el combate cuerpo á cuerpo, que muchos sostuvieron denodadamente. El adjunto croquis servirá a V.E. para dar una ligera idea de la posicion del fuerte, construido con una solidez tal, que los proyectiles de mayor calibre no causaban efecto á una distancia de 60 á (¿.....?) metros ni el revestimiento de troncos de coco de más de un pié de diámetro, despues del (¿.....? ¿.....?) por mucha partes otras capas de lo mismo, conteniendo un terraplen de más de cinco metros de espesor; su artillería gruesa, que enfilaba perfectamente los aproches del río y frentes de tierra, y estaba cubierta con portas, que solo elevaban por medio de una palanca en el momento de hacer los disparos.

La multitud de lantacas en toda la extension de los parapetos, varios fusiles, y sobre unos 500 defensores que gradúo encerraba la fortaleza, de la gente más escogida del país, el gran número de (¿........?) y flechas con que rechazaban el ataque de esta obra que, aunque (¿tosca?), estaba ingeniosamente defendida bajo el apoyo de un (¿.......?), á (¿..........?) grupos de moros en todo el terreno inmediato que remplazaban las bajas de los de adentro............... (a continuación 14 líneas que, por el corrimiento de la tinta, y, pese a que se adivinan alguna palabras, son, francamente, difíciles de entender).

..........la escala por donde subió al asalto, haciendo otro tanto el Teniente de navío D. José Malcampo, herido gravemente dentro de la Cotta; el Teniente Comandante de la compañía de granaderos del núm. 6 y demás Oficiales de dicha compañía que saltaron desde la goleta Constancia, y especialmente el Subteniente D. Evaristo Cánovas, herido en este acto con el Subteniente D. Jaime Alcoverro, á quien lo cercenaron una mano, sufriendo otras muchas heridas de arma blanca, que en mi concepto le dejarán poco tiempo de exitencia; y por último, todos cuantos perecieron y salieron heridos, cuya relacion es adjunta en número total de 97, tanto del ejército como de la armada, los cuales no necesitan más recomendacion que el sello de la sangre derramada: los intérpretes Don Pedro Ortuoste y D. Alejo Alvarez, á quienes ví entre los primeros combatiendo en el asalto, y á otros de diferentes clases del ejército y armada, así como el sereno y bizarro Comandante de artillería de este distrito Don Cándido Gamíndez, que no obstante de marchar sola una sección de montaña con la fuerza de vanguardia que saltó á tierra me pidió ir personalmente con ella con el infatigable y sereno Subteniente de dicha arma D. Crispin Sanz; los Comandantes de todos los cañoneros y falúas, que á porfía se afanaron en ver quien se aproximaba más a la Cotta, poniendo sus cañones á 20 y 15 metros de las troneras enemigas, el distinguido Comandante D. Zoilo Sanchez Ocaña, de la Constancia, y más que todo la imponderable tranquilidad con que el Capitán de fragata D. Casto Méndez Núñez dirigía, ordenaba y llevaba á cabo todas las manobras marineras, las cuales, aunque incompetente para calificarlas, su acierto en el resultado me impone un deber de gratitud al patentizar á V.E. los eminentes servicios de este Jefe y la parte tan poderosa que ha tenido en el feliz éxito de la jornada.

El acreditado Comandante D. Enrique García Carrillo ha aumentado sus dilatados servicios adquiriendo con una cuarta herida un derecho á la gratitud de V.E. y de la patria, y el Comandante Moscoso tampoco es menos acreedor á ello por su valor, fuerza de voluntad, inteligencia y acierto con que ha dirigido el ataque en el tiempo que mandó las tropas de vanguardia desembarcadas, así como tambien el Comandante de Ingenieros D. Juan Gaya, Oficial de una voluntas é inteligencia suma, y cuyos conocimientos y servicios en todas las ocasiones me han sido del mayor interés y provecho.

El Comandante del quinto distrito, Coronel graduado D. Antonio Sanchez Valverde, llenó cumplidamente todas las atenciones del servicio que habían de contribuir á preparar el feliz éxito de la empresa, manteniendo su regimiento en el brillante espíritu que le caracteriza.
Hablando de la pérdida del enemigo, me he referido solo á los muertos, que fué necesario arrojar al río porque el terreno no permitía otra cosa, sirviendo de leccion y escarmiento, pues todos los moros de él pudieron contarlos: á alguna distancia del recinto se encontraron varios cadáveres más, y creo quedarme algo corto calculando su pérdida en más de 200 muertos y duplo ó triple número de heridos, lo que no dejará de confirmarse más adelante. Dispuse que se diese sepultura al pié de la Cotta al malogrado teniente D. Manuel Olive y demás muertos nuestro cuidando de enviar á los heridos á Cottabato, operacion que quedó terminada á las cinco de la tarde; la asintencia que han tenido no puede ser más eficaz, esmerada y pronta y el servicio importante que en medio del peligro y el calos del combate han prestado el Ayudante del cuerpo de Sanidad militar D. Luis Eizaguirre que solicitó ir en vanguardis, y los de la armada D. Quintin Mainet, D. Antonio Jimenez y D. Juan Mele, como todos los otros individuos de Sanidad del ejército y armada, son dignos de todo elogio y recompensa.

El cansancio natural después de cuatro á cinco horas de un combate reñido y las averías que han experimentado las embarcaciones me han detenido aquí hoy, y piendo quedarme mañana, en cuyo día se reconocerá Tumbao, que no dudo esté abandonado, siguiendo el 19, que lo es de S.M. la Reina (Q.D.G.), para tomar posesión de dicho punto y celebrar tan fausto día dando una prueba de lo que solo ambiciona el soldado es añadir nuevos laureles y triunfos al Trono de nuestra idolatrada Soberana.

Para el logro de una empresa que, á no dudarlo, dará opinos (sic, optimos) frutos, nada, Excmo. Sr., he tenido que hacer más que ceñirme á las acertadas instrucciones de V.E., y utilizar los inmejorables elementos de fuerza y voluntad de todos cuantos han concurrido á esta jornada, que V.E. me permitirá le recomiende eficazmente, no dudando que apreciando el hecho con la estricta justicia é imparcialidad que á V.E. caracteriza, se dignará impetrar de nuestra augusta Soberana las recompensas que V.E. considere merezcan estos servicios, que con tanta resignacion y constancia presta en este distrito el soldado, el cual solo deja el fusil para coger el pico ó la azada.

Tengo igualmente la honra de incluir á V.E. relacion de los que más creo se han distinguido y que no me ha sido dable citar nominalmente en el cuerpo de oficio, así como tambien copia de los partes que me han dado los Jefes y Comandantes de las diferente secciones durante el combate, señalados con los números 3, 4 y 5.

Tengo igualmente la honra de participarlo á V.E., incluyéndole relación de los muertos, herido y contusos, para su superior y debido conocimiento; debiendo añadir que habiendo llegado el correo del Sur, portador de esta comunicacion, al mismo tiempo que el de Europa y pocas horas antes de la salida del que debe conducir hoy la correspondencia á Hong-Kong, no me es posible dar á V.E. más detalles, y sí solo este traslado: por la próxima mala manifestaré á V.E. las demás noticias referentes á esta importante operacion, así como la de los que se hayan hecho acreedores á alguna recompensa por el brillante comportamiento que han observado aquellas tropas.
Este hecho de armas ha sido sumamente importante para la dominacion de aquel territorio, y sobre todo para el enaltecimiento de este ejército y armada, como así lo haré ver aá V.E. en el correo próximo, no teniendo por ahora más tiempo, sino para significarle lo satisfecho que he quedado del comportamiento de todos los que han tomado parte en esta operacion y en particular del Coronel Ferrater, que ha dirigido con tanto acierto.

Dios guarde á V.E. muchos años. Manila 8 de Diciembre de 1861.- Excmo. Sr.- José Lemery.- Excelentísimo Sr. Ministro de la Guerra.

CAPITANÍA GENERAL DE FILIPINAS.- ESTADO MAYOR.- Relación nominal de los Sres. Jefes, oficiales é individuos de tropa que han sido muertos, heridos ó contusos en el ataque, asalto y toma de la Cotta ó fuerte de Pagalugán.

• D. Enrique García Carrillo, segundo Comandante de la Plana Mayor del regimiento del Infante, núm. 4, herido.
• D. Angel Bibiano y Real, Capitan de granaderos del mismo, contuso.
• D. Manuel Olive, Teniente de la primera compañía del Príncipe, núm. 6, muerto.
• D. Jaime Alcoverro, Subteniente de la compañía del de Fernando VII, núm. 3, herido.
• D. Evaristo Cánovas, Subteniente de la compañía de granaderos del Príncipe, núm. 6, id.
• Saturnino Ayuso, sargento segundo del del Infante, número 4, id.
• Matías Blanco, cabo primero del mismo, id.
• Mauricio Carrutiqui, id. del mismo, id.
• Gabino Allado, id, del mismo, id.
• Avelino Martínez, id. del mismo, contuso.
• Simon Durán, id. segundo del mismo, herido.

Soldados del regimiento del Infante, núm. 4.

• Francisco Cubanybán, herido.
• Bernardino Aguilada, id.
• Marcelo Bauent, id.
• Pedro Caddor, contuso.
• Basilio Nueva, herido.
• Camilo Rara, id.
• Antonio Masabangon, id.
• José Bencatán, muerto.
• Antonio Dagman, herido.
• Carlos Zacaria, id.
• Márcos Estenor, id.
• Raimundo Glor, id.
• Tomás Menor, contuso.
• Tomás Meneses, muerto.
• Manuel Toral, sargento segundo de cazadores, id.
• Antonio Lúcas, id. de id., id.
• Marcelino Lopez, cabo segundo de id., herido.
• Francisco Balmmat, id. id. del mismo regimiento, herido.
• Leoncio Sacramento, id. de id., id.
• Cornelio Tomás, id. de id., id.
• Pascual Pedreño, corneta de id., id.
• Juan Tonton, id.
• Antonio Gallardo, Id.
• Ciriaco Pagnirigan, id.
• Francisco Mendoza, id.
• Julio Manera, id.
• Francisco Tenedero, id.
• Hermógenes Calvete, id.
• Bráulio gardo, id.
• Bernabé Elamparo, id.
• Gregorio Rabug, id.
• Silvino Guillo, id.
• Alejo Guiera, muerto.
• Manuel Dalispe, id.
• Toribio Dagnio, id.
• Pedro Melendez, herido.
• Florentino Talosig, id.
• Raimundo Pablo, id.
• Justo Vinchon, id.
• Julio Tampoco, id.

Soldados de cazadores del Príncipe, núm. 6.

• Francisco Caladú, granadero, herido.
• Pedro Perea, id., id.
• Francisco Guerrero, sargento segundo de cazadores, contuso.
• Miguel Valero, cabo primero de id., id.
• Gaspar Balbino, herido.
• Damian Espíritu, id.
• Rufino Nine, id.
• Felipe Cambell, contuso.

Artillería.

• Francisco Espíritu, artillero, herido.
• Gregorio Jarreños, id., id.
• Lorenzo Cornelio, agregado á id., id.
• Juan Somoza, id. id., id.

Total, 8 muertos, 48 heridos y 7 contusos.

Cotta de Pagalugán á 17 de Noviembre de 1861.- El Coronel Jefe de Estado Mayor, José Ferrater.- Es copia.- P.A. del Coronel Jefe de Estado Mayor, el Coronel segundo Jefe, Juan B. Burriel.- Es copia.

(http://www.boe.es/datos/pdfs/BOE/1862/031/A00001-00002.pdf)
(http://www.boe.es/datos/pdfs/BOE/1862/031/A00002-00003.pdf)

A.d.N.S. de1862

<<Han sido nombrados comandantes de los cañoneros de hélice Mindanao y Bulusán el teniente de navío D. Benito González Laganá y de Limas y el alférez de navío D. Manuel Martínez y Pery>>. (La Correspondencia de España, viernes 31 de enero de 1862).

A principios de 1862, y por orden del gobernador Político Militar de Mindanao, D. Gregorio Tenorio, se hizo a la mar el cañonero Mindanao al mando de D. Narciso José Padriñán, con fuerzas del ejército, sosteniendo con los moros un fuerte combate. Las tropas se posesionaron de las alturas y cotta de Taviran el 17 de febrero, distinguiéndose en esta acción el capitán Bibiano y los tenientes D. José Quintana y D. José Molina; los subtenientes D. Andrés García Mora, D. José Solar, D. Francisco Domínguez y D. Antonio Cánovas; el intérprete Ortuoste; los sargentos Juan Peláez, Saturnino Ayuso, Juan Pérez, Francisco Haneras y Pedro Rodríguez; los cabos José Taltabas y Leonardo Alonso; el soldado Pedro Alonso, y el ayudante secretario D. Froilán Hernández Lastres.

Llegamos al mes de febrero de 1862, y es en este mes cuando la historia de nuestros cañoneros filipinos sufre un vuelco importante, trascendental, diría yo. Una Real Orden de fecha 19 de febrero de 1862 autoriza la construcción de cuatros cañoneros de madera, serán los futuros cañoneros Prueba, Filipino, Manileño y Caviteño, cañoneros que sustituirán a los cuatro cañoneros con casco de acero Cebú, Luzón, Mactan y Taal que, serían excluidos de las listas de buques de la Armada progresivamente, por encontrarse muy debilitados sus costados y, más que estos, sus fondos, ganando quebranto los buques, por obra de la ininterrumpida oxidación de sus cascos metálicos. Los cuatro nuevos cañoneros, proyectados por, el entonces, Teniente de Navío de Ingenieros de la Armada, D. Joaquín de Togores y Fábregues, fueron levantados en el Real Arsenal de Cavite, heredando de los cañoneros de acero sus máquinas y pertrechos, pero, al contrario que estos, los nuevos cañoneros de madera montaron un solo propulsor, convirtiéndose pues, en buques monohélice (ver Apéndice IV. El equipo propulsor de los buques; ver año 1861, informe del Capitán de Fragata de Ingenieros de la Armada, D. Guillermo de Uhagon y Aldecoa).

Llegados a este punto debemos hacer un inciso, o pausa, para analizar una duda que me asalta: en la obra de D. José Ramón García Martínez, Buques de la Real Armada de S.M.C. Isabel II, 1830-1868, queda fuera de toda duda que la construcción de los cuatro cañoneros de madera arriba citados lo fue por la ya referida Real Orden de 19 de febrero de 1862, pero, repasando a fondo la mencionada obra me he encontrado con lo siguiente:

"ARSENAL DE Cavite
AÑO DE 1.872
Historiál del cañonero "Mindoro" del porte de un cañones y treinta caballos de fuerza nominal.
SECCION PRIMERA.
INGENIEROS.
............................................................................................................................................
Por Real órden de 19 de Febrero de 1862 - se dispuso la construcción de este buque con arreglo al plano formado por el Yngeniero de 1. a clase D José de Echegaray [y González] se colocó su quilla sobre picaderos el 26 de febrero de 1868. y fué botado al agua el 26 de Febrero de 1869, quedando listo para navegar el 8 de junio siguiente.

Obviamente, el escrito se refiere al segundo cañonero Mindoro, y, si el comunicado no contiene errores en las fechas, nos encontraríamos con que el segundo cañonero Mindoro fué autorizado por la misma Real Orden de fecha 19 de febrero de 1862 que autorizo la construcción del Prueba, del Filipino, del Manileño y del Caviteño, sin embargo, el proyecto de este nuevo cañonero de casco de madera es de D. José de Echegaray, mientras que el de los cuatro siguientes lo son de D. Joaquín de Togores. Otra duda que me asalta es la fecha de colocación de la quilla de este segundo Mindoro, 26 de febrero de 1868, ¡seis años después de que se ordenara su construcción! En cambio, las quillas del Prueba, Filipino, Manileño y Caviteño se colocaron el 9 de julio de este mismo año de 1862, apenas cinco meses después de que se ordenará su construcción, y, por último, el primer cañonero Mindoro fue dado de baja en la lista de buques de la Armada por Real Orden de 23 de noviembre de 1867, o sea, desde la autorización del segundo Mindoro (19-febrero-1862), hasta la baja del primer Mindoro (23-noviembre-1867) han pasado la friolera de 5 años y 9 meses, aunque esto último no debería sorprendernos, era algo casi patológico en nuestra Armada, recuérdese el caso de las corbetas blindadas (futuros cruceros) de la clase Castilla, recuérdese el caso de los cruceros del tipo Reina Cristina, y, por último, recuérdese el caso de los cruceros del tipo Reina Regente, el Alfonso XIII y el Lepanto.

He repasado los datos y las fechas una y otra vez y los datos expuestos son correctos. No tengo claro, pues, que el segundo cañonero Mindoro fuera autorizado por la misma Real Orden que autorizó la construcción de los Prueba, Filipino, Manileño y Caviteño, creo que el comunicado arriba citado contiene un error en la fecha, y por tanto, dejo en "cuarentena" este aspecto hasta poder consultarlo con D. José Ramón García Martínez.

En abril de 1862 un artículo publicado en La Correspondencia de España (me ha sido imposible encontrarlo) abre la “caja de los truenos” (en realidad se trata de una noticia aparecida en el periódico El Diario Español, y que La Correspondencia de España lleva a sus páginas). En el mismo se informa del grave deterioro que están sufriendo los cañoneros de Filipinas, y se insinúa incluso con que deberán ser retirados del servicio en un plazo muy corto de tiempo. La prensa entera se hace eco de esta impactante noticia.

El entonces capitán de fragata D. Miguel Lobo, encargado que fue, por el gobierno español, de supervisar los trabajos de construcción de los buques, responde con una carta dirigida a los principales periódicos del país.

El jueves 24 de abril de 1862, el periódico La Época lleva a sus páginas la carta del Capitán de Fragata, D. Miguel Lobo, respondiendo a La Correspondencia de España. la carta reza de la siguiente manera:

Comunicado.
Señor director de La Época.

Muy señor mío y de todo mi aprecio: Al que lo es de La Correspondencia de España digo con esta fecha lo que sigue, que ruego a V. se sirva insertar en su apreciable periódico:

En el número de ayer del periódico que usted dignamente dirige, hay un párrafo el cual dice en resumen: << que según cartas de Manila llegadas por el último correo, los 22 buques de vapor y de poco calado que, para la extinción de piratas y otros servicios particulares del archipiélago filipino, se construyeron bajo la dirección del que suscribe, y fueron enviados a Manila en 1859, han sido reconocidos, y parece se ha declarado que solo les resta un año de vida, añadiendo, que a la pérdida que habrá de ocasionar semejante acontecimiento, debe agregarse el importe de las municiones compradas en Inglaterra y desechadas por inútiles>>.

Con la sorpresa que es consiguiente, pero con la celeridad y manera concreta que el caso y mi decoro requieren, voy a contestar, facultado para ello, a lo que el párrafo menciona.

1º.- Los 22 cañoneros de vapor que se construyeron en Inglaterra el año 1859 para el servicio del archipiélago de Filipinas, “lo fueron con arreglo a los planos y condiciones previamente aprobados por el ministerio de marina, tanto en cascos como en máquinas”, de lo cual habrá constancia en la Dirección respectiva de aquel ministerio y en el archivo de la comisión en Londres.

2º.- Las planchas de los costados son de hierro de Sttaffordshire, de la mejor calidad, con arreglo a lo aprobado por aquel ministerio. Y fue tan rigurosa, se ejerció con tanta escrupulosidad la vigilancia e inspección de estas planchas por parte de los oficiales de ingenieros, que a mis órdenes y con arreglo a mis instrucciones obraban, “que casi puede asegurarse no haber dejado de examinarse una sola de esas planchas, ni una sola de las piezas de hierro de ángulo de las cuadernas y baos”.
Y al citar a los oficiales de ingenieros que tenia a mis órdenes en la comisión, y que fueron siempre modelo de actividad, de inteligencia y de constancia, no se entienda que trato de eludir en lo más mínimo la responsabilidad de todo lo perteneciente a la construcción de los 22 cañoneros; pues esa responsabilidad es sola y exclusivamente mía.

3º.- Que todos los pertrechos marineros de los 22 buques “son de lo mejor que puede encontrarse en Inglaterra”, cuyo país es sabido tiene la supremacía en este punto.

4º.- Que todos los pertrechos de guerra de esos buques, lo mismo que el armamento fijo y el portátil, “son lo mejor que puede fabricarse en cualquier país del mundo; y si bien es muy cierto” que una parte de los proyectiles (creo que fueron los huecos) del calibre de a 9, “que representaban la gran suma de siete mil o siete mil quinientos reales vellón, se consideraban inútiles, por demasía de viento, y de cuya falta la Dirección respectiva del ministerio de Marina, según también nuestras noticias, no llegó a concluirse porque la casa que en aquella época servía de agente a la Marina en Londres, se apresuró a enviar a Manila el reemplazo de esos proyectiles tan luego tuvo conocimiento del hecho, y sin aguardar a orden para ello”.

5º.- Las máquinas de 14 de los cañoneros más pequeños son de alta presión, previa, como queda dicho, la aprobación del ministerio de Marina. Tanto los materiales de que están hechas (examinadas con el mismo rigor y escrupulosidad que los de los cascos), como su modo de funcionar, son inmejorables. Pero lo pequeñas, y ser de alta presión, requieren estar manejadas por buenos maquinistas. Las máquinas de otros cuatro de los cañoneros pequeños, son de condensación, y con decir que son de Mr. Penn, basta para hacer el mejor encomio de ellas. Lo mismo que aseguro de las máquinas, digo respecto a las calderas.

6º.- Cuatro de esos cañoneros son de acero de la mejor calidad; pero a causa de lo sumamente delgado de las planchas, y del cuidado que hay que tener con esta en aguas como las de Filipinas, el que suscribe, al dar cuenta al gobierno del resultado de las pruebas de estos buques, le dijo que no le parecía conveniente se construyesen más de aquel metal. Y aquí debo manifestar que el construirlos de acero fue pura y exclusivamente de la iniciativa del ministerio de Marina, que quiso probar de modo determinante si el acero era o no adecuado a esta clase de buques, en que la primera condición es el poco calado.

7º.- Las pruebas de andar se hicieron muy escrupulosamente en el Támesis con uno de los cañoneros de cada porte (los había de cuatro), pues todos ellos tuvieron que ir en secciones y en buques a propósito hasta Filipinas. Estas pruebas dieron un andar de ocho y nueve millas y demostraron que aquellos tenían completa estabilidad.

8º.- llevaban solamente unas velas pequeñas, porque fueron construidos exclusivamente para navegar a máquina, que era la idea del gobierno. Si luego se las ha variado en Filipinas, habrá sido por querer que naveguen también a la vela. Pero esto, como se comprende perfectamente, no puede ser un cargo para el que dirigió la construcción de los buques.

9º.- Se ha dicho por algunos que los 18 cañoneros pequeños carecen de solidez: ¿quieren indicarme los que tal aseguran cómo pueden tenerla grande unos buques de 75 y 85 pies de eslora y de 12 y 13 de manga, que solo calan tres pies y que llevan a bordo las máquinas, las calderas, carbón para cuatro días, un cañón en colisa, todas las municiones y pólvora para esta colisa, 40 hombres y el equipo y víveres para estos 40 hombres? Desafió a que con estas circunstancias pueda haber otros buques de esta clase que la tengan mayor.
Todo lo dicho demuestra no ser “humanamente posible” que el estado en que se encuentren esos buques, si efectivamente no es satisfactorio, sea debido a lo malo de los materiales y de la mano de obra, que es de lo que el jefe que entendió en la construcción puede responder y ser solo responsable.

Expuesta queda la verdad, no para defenderme, porque esto sería como decir que había causa para ello, sino para que aquella derrame su clara luz sobre todo lo que concierne a la construcción de los 22 cañoneros de vapor enviados a Filipinas, pues ninguna persona más interesada ni más deseosa de esa claridad que la que firma estos renglones, y es, señor director, su más atento y seguro servidor Q. B. S. M.- El capitán de fragata y coronel de infantería, Miguel Lobo.

Madrid y abril 23 de 1862.

A partir de este momento la polémica está servida, y se declara una guerra abierta (de la cual tienen sus señorías varios ejemplos más abajo) entre medios de comunicación que defienden la gestión de D. Miguel, y por ende, la del Gobierno, y otros que denuncian, y no les faltara razón, lo desastroso de esta situación.

Que los buques no estaban bien era algo seguro. Comienza a insinuarse en la prensa la posible sustitución de los mismos por otros con casco de madera, que aprovechen la máquina y pertrechos de los primeros.

<<A El Diario Español, no parecen suficientes las explicaciones del Sr. Lobo sobre el estado de los cañoneros de Filipinas. Anuncia el mismo diario, y nosotros lo repetimos con satisfacción, que el señor ministro de Marina ha pensado en la construcción de cascos de madera, que, reemplazando a los de hierro, puedan utilizar las máquinas y sustituir progresivamente los barcos perdidos.
El general Zavala, que con afán tan solicito, que con tan ardiente fe procura levantar nuestra marina a los mejores tiempos de su historia, estamos seguros que no perdonará medio para conquistarse a la vez la gratitud de los filipinos y de todo el país, dando a este asunto la solución que en todos los sentidos corresponda.

El general Zavala, que no ha tenido la menor parte en ninguno de los actos referentes a la construcción y envío de los cañoneros, y cuya responsabilidad moral y legal se hallan completamente a cubierto, esta, sin duda, en la mejor posición de acreditar una vez más que es dignamente acreedor de ocupar su honroso puesto>> (La Época, viernes 25 de abril de 1862).

<<Parece que por el ministerio de Marina se ha pensado ya en la construcción de cascos de madera que reemplazando a los de hierro, puedan utilizar las máquinas y sustituir progresivamente los barcos cañoneros construidos en Inglaterra para las costas de nuestras islas Filipinas y cuyo estado es, al parecer, poco lisonjero>> (La Correspondencia de España, sábado 26 de abril de 1862).

<<El asunto de los buques-cañoneros de Filipinas, cuyo estado hace que se conceptúen ya como inservibles, asunto de que nos hemos ocupado ligeramente en uno de nuestros últimos números, este asunto, tan curioso como extraño, parece haberse resuelto “satisfactoriamente”, según los ministeriales, puesto que El Diario español anuncia, y La Época repite con “satisfacción”, <<que el señor ministro de Marina ha pensado en la construcción de cascos de madera, que, reemplazando a los de hierro, puedan utilizar las máquinas y sustituir progresivamente los barcos ya perdidos>>.

¿A que pedir más? Si el país no se contenta con eso, se mostrará exigente en demasía. ¿Acaso el país debe hacer otra cosa que pagar las cuotas de contribución que se le imponen? Verdad es que esos “barcos perdidos”, no en ningún siniestro marítimo, si no a causa de sus malas condiciones, representan grandes sumas; pero el mal ya está hecho, -dirían los ministeriales-, y ya no hay más que resignarse: consolémonos con que no es esta la primera vez que han sucedido cosas semejantes, y con que tampoco será la última, gracias a la sabia administración presente.

Otra cosa resulta en tan raro asunto, y es que todos están a cubierto de responsabilidad; que todos han obrado bien, y que según la ciencia, los barcos eran buenos. El hecho, sin embargo, es que no sirven. ¡Habrase visto cosa como aquella!

Desearíamos saber cuántos millones le cuesta al país el tener un Gobierno tan celoso por los intereses públicos>> (La Iberia, sábado 26 de abril de 1862).

De la polémica generada a propósito del estado de los cañoneros adjunto unos cuantos enlaces:

http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0001228377&page=2&search=Iberia&lang=es
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0000171612&page=1&search=%C3%89poca&lang=es
http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0002953120&page=1&search=Clamor&lang=es

<<Noticias Diversas. Han sido nombrados para los mandos de las cañoneras de hélice Arayat, Pampanga, Bojeador y Taal los alféreces de navío don Antonio de la Rocha y Aranda, don Pascual Aguado y Flores, don Eduardo Reinoso y Díez de Tejada y don José Guzmán y Galtier>> (La Iberia, 3 de mayo de 1862).

"COMANDANCIA GENERAL
DE MARINA
DEL APOSTADERO DE FILIPINAS.
Relacion de los buques de este apostadero con especificacion de la situacion en que se encuentran en 1o. (primero) del presente mes [1-VII-1862].

Vapores
D. Jorge Juan.- En dearme accidental en el Arsenal.
Reyna de Castilla.- Su Comandante teniente de navio D. José reguera, en Bahía [de Manila]
Magallanes.- Su Comandante Teniente de Navio D. Miguel Ambulodi en carena en el Arsenal.
Elcano.- Su Comandante Teniente de Navio Dn. Felipe Menendez en carena en el Arsenal.
Patiño.- Su Comandante Teniente de Navio D. Victor Perez Bustillo en Singapur.
Malespina.- Su Comandante Teniente de Navio Dn. José Roca y Parra en Hong-Kong.
Escaño.- Su Comandante Teniente de Navio Dn. Pedro de la Calleja en el Arsenal.

Corbeta Narvaez.- Su Comandante teniente de Navio Dn. Eugenio Sanchez y Zayas en Balabac.
Goleta Constancia.- Su Comandante Capitan de Fragata D. Zoilo Sanchez Ocaña en Pollock.
Goleta Santa Filomena.- Su Comandte. Tente. de Navio D. Juan Flores en Pollock con orn. pa. regresar á esta Capital.
Goleta Animosa Su Comandante Teniente de Navio Dn. Agustin Telles de Meneses en Zebú.
Bergantin Scipion.- Su Comandante Teniente de Navio Dn. Carlos Ruiz y Canales en el Arsenal, habilitado para salir á estacionar en Joló.
Urca Laborde.- Su Comandante primer Piloto D. Antonio Maestre y Cañamares en el Arsenal.
Pailebot Carmen.- Su Comandante Teniente de Navio D. Manuel Roldan Comision Hidroga [Hidrográfica].
Cañoneros
Mindanao.- Su Comandante Teniente de Navio D. Benito Gonzales Laganá [en] Pollock con orn. para pasar á la Ysabela.
Luzon.- Su Comandante Teniente de Navio D. José Osteret y Godos en Pollock.
Taal.- Su Comandante Teniente de Navio D. Pascual Cervera en Pollock.
Mactan.- Su Comandante Alferez de Navio Dn. Alvaro Silva en Pollock.
Calamianes.- Su Comandante Teniente de Navio D. Manuel Sierra y Castro Subon. [Subdivisión] de Sorsogon.
Mindoro.- Su Comandante Teniente de Navio D. Benigno Acebal Subdivision de Cebú.
Balanguingui.- Su Comandante Alferez de Navio D. Ricardo Fernandez Celis Subon. de Cebú.
Panay.- Su Comandante Teniente de Navio D. Mariano Balbiani [en] Yloilo.
Joló.- Su Comandante Alferez de Navio D. José Rodriguez Machado [en] Yloilo con órden de regresar al Arsenal.
Samar.- Su Comandante Teniente de Navio D. Narciso Fernandez Padriñan [en] Ysabela con orden para estacionarse en Joló.
Pampanga.- Su Comandte. Teniente de Navio D. Franco. Patero y Chacon [en] Ysabella con orn. de relevarle pr. el Alferez de Navio D. Pascual Aguado.
Cebú.- Su Comandte. Tente. de Navio D. Juan Gonzales Cruzando en las Aguas de Mindoro.
Bojeador.- Su Comandte. Tente. de Navio D.patricio Montojo. Cruzando en las Aguas de Mindoro.
Mariveles.- Su Comandte. Alferez de Navio D. Luis Borja y Salamanca en Balabac.
Paragua.- Su Comandte. Tente. de Navio D. Santiago Patero y Micon en Calamianes.
Bulusan.- Su Comandte. Alferez de Navio D. Manl. Martinez y Peri en Calamianes.
Arayac.- Su Comandte. Teniente de Navio D. Braulio Torres Lineros en Joló.
Albay.- Su Comandte. Alferez de Navio D. Camilo Carlier y Romero. En el Arsenal con orn. para pasar á Yloilo en remplazo del Cañonero Joló.

Manila 1o (primero). de Julio de 1862.
Firmado: [Comandante General, Jefe de Escuadra (20-VI-1860) Eusebio Salcedo [y Reguera]". AA/AMGE. Expediciones. Legajo 312.

El 9 de julio (San Cirilo, Obispo y Mártir), en el Real Arsenal de Cavite, se ponían las quillas de los nuevos cañoneros de casco de madera.

Julio de 1862.
Cañonero Samar y goleta Santa Filomena.
Campaña en Tawi-Tawi.

Con fecha 5 de septiembre próximo pasado participa el gobernador capitán general de las islas Filipinas al ministerio de la guerra y Ultramar, que la tranquilidad y salud públicas continúan sin la menor alteración en aquel territorio.

Por nuestra parte hemos recibido periódicos y correspondencias del archipiélago hasta la fecha citada. He aquí lo que nos dice uno de nuestros corresponsales:

Manila, 5 de septiembre.- Disfrutamos en este país de tranquilidad, siendo bastante satisfactorio el estado de la salud pública.
Dos nuevos hechos de armas han llevado a cobo nuestros marineros en el territorio de Mindanao, que honran sobremanera su valor y su pericia. La goleta Filomena y la cañonera Samar, al mando de los tenientes de navío D. Vicente Carlos Roca y D. Narciso Fernández Padriñán, fueron los buques que dieron un nuevo escarmiento a los piratas atacando las islas Tawi-Tawi y destruyéndoles todas sus moradas, almacenes y efectos y causándoles una gran mortandad. Además les cogieron todas sus armas, muchos prisioneros y rescataron 37 cautivos. Ambos buques destruyeron más tarde hasta 13 pancos en la mar, cogiendo 13 prisioneros. Nuestros bravos marinos tuvieron 20 heridos, pero ninguno de gravedad.

En estos combates prestó auxilio a los marineros españoles el datto de una población próxima sometida a España, y el cual con su gente se portó con acierto y valor recomendables. Entre los prisioneros lo fue el jefe de aquellos piratas conocido por Amsuang, el cual murió a bordo de la Filomena ahogado por la ira al verse aprisionado. Según los partes oficiales de tan brillantes hechos, todos los tripulantes de los dos buques estuvieron dignos de elogio al mando de sus bizarros jefes.

He aquí los partes oficiales en que se dan todos los pormenores de estos brillantes hechos de armas:

Comandancia General de Marina del Apostadero de Filipinas.- Excmo. señor.- El capitán de fragata D. Antonio Mora, comandante de la división de fuerzas sutiles del Sur, en comunicación que me ha dirigido con fecha 19 del actual por el cañonero Pampanga, llegado a este río en la noche de ayer, me dice lo que sigue:

Excmo. señor.- Considero de tanta importancia las noticias que comunican los partes de la goleta Santa Filomena, destinada en el crucero del archipiélago de Joló, que me ha parecido deber trasladarlas inmediatamente al superior conocimiento de V. E., disponiendo al efecto salga esta misma noche con los pliegos, para la capital el cañonero Pampanga, cuyo comandante, alférez de navío D. Pascual Aguado, los pondrá en manos de V. E.- La seguridad que felizmente se disfruta en esta parte del archipiélago, y creo lo mismo será en todas respecto de piratas mahometanos, me hace considerar no ser absolutamente indispensable este cañonero en los pocos días que puede estar ausente.- Deseo que V. E. lo considere del mismo modo, dignándose darme por esta determinación su superior aprobación.

Y con inclusión de los partes de referencia y relaciones de los heridos y cautivos rescatados, tengo la satisfacción de participar a V. E. tan gloriosos triunfos que han coronado mi propósito al determinar, con el acuerdo de V. E., el estacionar en Joló una subdivisión de fuerzas sutiles para perseguir y atacar en sus mismas guaridas la piratería que acaba de recibir un golpe mortal que los deja impotentes para continuar sus actos salvajes de sangre y pillaje. Al mismo tiempo no puedo menos que recomendar a V. E. el leal proceder del datto Wagas que tan importantes servicios ha prestado en los ataques de referencia auxiliando eficazmente al comandante de la goleta Santa Filomena, y por cuyos servicios lo considero acreedor de la real munificencia.

Dios guarde a V. E. muchos años.- Manila 30 de agosto de 1862.- Excmo. señor.- Eusebio Salcedo.- Excmo. señor gobernador capitán general de estas islas Filipinas.

Comandancia general de Marina del Apostadero de Filipinas.- Comandancia de la división del Sur del archipiélago, núm.1.- Excmo. señor.- El comandante de la goleta Santa Filomena, en oficio 18 de julio último fechado en Tawi-Tawi, me dice lo que copio:- Hallándome fondeado en las primeras horas de esta noche frente a la embocadura de un estero en la punta meridional de Tawi-Tawi, teniendo al cañonero Samar por mi popa, me avisaron a las once y media de ella se dirigían hacia nosotros a toda fuerza de remo con grande algazara y gritería dos gubanes de piratas; se hizo inmediatamente el zafarrancho de combate, determinando se aprontasen las máquinas, así del cañonero como de esta goleta, cuyos fuegos se hallaban retirados.- Dejé atracar a los pancos; pero habiendo manifestado estos al estar cerca indecisión y después gobernando hacía el indicado estero, les hice algunos disparos de colisa, que el segundo condestable Francisco Hernández dirigió con el acierto acostumbrado, obligándolos a varar.

El cañonero a este tiempo tuvo vapor y ordenándolo levara, dirigiólo su comandante, teniente de navío D. Narciso Fernández Padriñán, con el celo y buen deseo que le distinguen, a corta distancia de aquellos, donde, manteniéndose en una braza de agua, los acribilló a balazos.- Entonces le envié los botes armados con el alférez de navío D. José Manuel Chesio, segundo piloto D. Vicente M. Jáudenes y contador D. Camilo Ponstroller, para que los abordaran ; así lo verificaron, sin tener que lamentar desgracia alguna; a favor de una espía, el expresado comandante del cañonero que mandó esta operación, consiguió ponerlos a flote, y después de recogidas las armas y demás efectos que llevaban, dispuse se quemaran. Creo superfluo manifestar a V. E. el entusiasmo que anima a esta dotación, de que ha dado ya repetidas pruebas. Al amanecer salgo para continuar la exploración por este vasto laberinto, en que hasta ahora han encontrado impunes guaridas tales malhechores.- Lo que tengo el honor de trasladar a V. E. para su debido conocimiento y satisfacción.- Dios guarde a V. E. muchos años. Isabela 18 de agosto de 1862.- Excmo. señor.- Antonio de Mora.- Excmo. señor comandante general de marina de este apostadero.

Comandancia de la división del Sur del Archipiélago.- Núm.2.- Excmo. señor.- El comandante de la goleta Santa Filomena en oficio de 22 de julio último fechado en Pababag, me dice lo que copio.- Concluidos de quemar los pancos piratas a que se refería mi anterior comunicación y próxima la amanecida del día 18, me puse en movimiento para Simonol, en conserva del cañonero Samar.- Llegando a esta isla, intimé al mandarín de ella datto Wagas, uno de los más poderosos de esta desquiciada aristocracia feudal, jefe en otro tiempo de los piratas, y dado hoy a la vida pacífica, me facilitara gente para atacar los pueblos de Buan, guarida de aquellos malhechores. No dudó un momento en hacerlo, y como prueba de su sincera adhesión, púsose él con todos sus dependientes a mis órdenes para la consecución del fin que me proponía.

Hacía dicho Buan nos dirigimos el 19 en cuya travesía tardamos cuatro y media horas navegando por un canal en extremo tortuoso, ancho de solo algunas brazas, sembrado de extensos bajos de piedra y a trechos interrumpido por fondos de tres y cuatro brazas, solo las buenas condiciones y excelente gobierno de este buque pudieron superar felizmente tantos peligros en un mar sin explorar aun, donde nuestro único guía era la vista y el ¿escandallo?.- Vivian los piratas confiados en lo inaccesible de sus madrigueras, y lo habían manifestado diciendo a sus secuaces que jamás se atreverían los “castilas” a salvar aquellas peligrosas....... (¿banesas?), olvidando que al carácter español los obstáculos alientan; así es que tanto como nuestra osadía les asombró verlos superar por el poco calado de estos buques.

En Buan fondeó a poco más de un cable de la costa rodeada de piedras que no dejaban franco más que el sitio preciso para el (¿barneo?).- Buan es un pequeño monte cónico, de suave pendiente y esmeradamente cultivado, casi circunvalando por el (¿canadall?); el mangle anegadizo lo une a la costa de Tawi-Tawi, formando un seno como de una milla de diámetro; en este litoral tenían aglomeradas en grupos sus poblaciones cada uno de los mandarines piratas expresados en la unida relación y escondidos en los esteros, considerable número de gubanes que son las embarcaciones con que verifican sus rapiñas.- Tres días continuados de cañoneo, alternado de repetidos desembarcos, en cuyas difíciles y activas operaciones, la tripulación de este buque, al mando de sus dignos oficiales, mostróse cada vez más decidida y entusiasta, dieron por resultado la total destrucción de esta madriguera de piratas, en la que, creyéndola inaccesible, fiaban la impunidad de sus crímenes; y algo tuvo de providencial cayera en nuestras manos el terrible datto Amsuang, superior jefe de aquellos, con veinte y ocho de los suyos allí mismo donde algún tiempo antes había hecho alarde del mal trato dado a un pobre español que cautivaron sus sicarios.

La serie de estas operaciones esta detallada en mi diario: doscientas casas quemadas, destruidos veinte y seis gubanes y numerosa cantidad de embarcaciones menores, los veinte y ocho prisioneros antes mencionados, treinta y tres cautivos rescatados y cogidos considerable cantidad de armas blancas, nueve fusiles, nueve cañones de bronce, de a cuatro uno y otro de a dos, con la pérdida de más de cincuenta hombres que atestiguan los cautivos haber visto enterrar, han sido el fruto conseguido, sin más baja por nuestra parte que quince heridos de estas tripulaciones, mencionados en la última relación, un cautivo cristiano y siete moros auxiliares. En la destrucción de los gubanes, como que constituyen su riqueza y son los instrumentos de adquirirla, fue donde más obstinada resistencia expusieron, tras ellos se parapetaban para disparar sobre nuestra gente, que con sus oficiales a la cabeza desalojaron sucesivamente, causándoles pérdidas que no pudimos apreciar porque retiraban los heridos y muertos.

Seis de estas embarcaciones nuevas y escondidas en la espesura del mangle defendió tenazmente el Paulina Tigblany con doscientos de los suyos, que esparcidos tras los árboles y apoyado por crecido número de lantacas, recibió con nutrido fuego los trozos de desembarco; mandábalos en esta ocasión el teniente de navío D. Narciso Fernández Padriñán, que haciéndoles avanzar escalonados dirigidos siempre por los denodados oficiales de este buque, les apresó una lantaca, poniéndolos en precipitada fuga, a esta contribuyó el mencionado Wagas, que, poniéndose a la cabeza de su gente, arremetió por el flanco a los contrarios, matando él mismo varios de los enemigos, lo que evidencio la lealtad de sus intenciones.

A lo inesperado del ataque y prolongado cañoneo, y al terror y aturdimiento que les infundió, atribuyó el que, fraccionándose para defender cada grupo su pueblo, facilitaron el ser batidos en (¿detall?) por nuestras fuerzas, que de reunirse oportunamente hubieran dificultado; acudiendo cada uno a sus propios intereses, consiguieron la ruina de todos, y largo tiempo necesitarán para reponerse de las considerables pérdidas que han sufrido, sobre todo la destrucción de las embarcaciones, que los deja inhabilitados para ejercer sus correrías piráticas. Habiéndose retirado al interior de Tawi-Tawi los enemigos, y no quedando nada por destruir, en la tarde del 21 me puse en movimiento para verificar un reconocimiento sobre Borneo, como se había V. servido prevenirme, consiguiendo salir de aquel laberinto de bajos, con la fortuna de no haber tocado ni siquiera una vez. Al datto Wagas, que tan buenos servicios ha prestado, encomendé la vigilancia de estos lugares, y le decidí a que abriera activo comercio con Zamboanga.

No puedo expresar a V. el entusiasmo que ha animado a la tripulación durante estos días; todos se han excedido en bizarría, solicitando hasta la maestranza y maquinistas desembarcar con las brigadas que lo verificaron; estas, cuyo total ninguna vez pasó de setenta hombres, hicieron comprender bien a los moros que al número supera la disciplina cuando está dirigida con la energía, y la desplegada en esta ocasión por los oficiales alférez de navío D. José Chesio y segundo piloto D. José María Jáudenes, que han superado con infatigable valor tantas penalidades, manifestando el último cualidades militares superiores a su profesión, especialmente en la aprehensión de los dos pancos del datto Amsuang, que a su tino y oportuna decisión supo alcanzarlo con ahorro de sangre y desgracias; cúmpleme también consignar aquí el delicado deseo expuesto por el oficial tercero D. Camilo Ponstroller de que se le ocupara en las operaciones, y comisionado para sostener con la canoa las comunicaciones entre este buque y el punto de desembarco, prestando muy buenos servicios, así en esto como recogiendo los cautivos que se fugaban entre el fuego enemigo, son también dignos de mención los del secretario del sultán Vicente Narciso, ya batiéndose al lado de nuestros marineros, ya sirviendo de intérprete con los moros auxiliares a cuyas poblaciones fue, aun antes de haber explorado sus intenciones.

Son inapreciables los servicios prestados en esta ocasión por el cañonero Samar, cuyo inteligente comandante, teniente de navío D. Narciso Fernández Padriñán, lo dirigió siempre con el mayor acierto, y manteniéndolo en cantidad de agua puramente necesaria para que flotase, contribuyó eficazmente a la destrucción de los piratas, cañoneándolos a la cortísima distancia que su calado permitía, y protegiendo con su colisa los trozos de desembarco, cuyos fuegos los flanqueaban del enemigo.- Todo en cumplimiento de mi deber lo elevo a su superior conocimiento.- Al tener el honor de trasladar a V. E. el parte anterior, no puedo menos de hacerlo lleno del mayor júbilo por la inmarcesible gloria de que han cubierto a nuestro hermoso pabellón los valientes de la Santa Filomena y del Samar, que venciendo dificultades tenidas hasta ahora por insuperables, y contando, más que con el número, con el valor de sus pechos, se atrevieron a penetrar en la oculta y temida guarida de los aun más crueles que las fieras, piratas de Tawi-Tawi, de hoy más, Excmo. señor, terminaron para siempre las horribles depredaciones que aquellos bárbaros venían ejerciendo en las inofensivas poblaciones de las costas del archipiélago acosadas de continuo por estos bandidos, que por donde quiera iban sembrando el llanto, la desesperación y la deshonra, pareciendo más un azote cruel de la Providencia, imposible de redimir, que hechos de hombres que pudieran ser tenidos a raya.

El valor más acreditado, las más penosas vigilias y las privaciones más duras sufridas por aquellos cuyo único anhelo se cifró, castigando a los piratas, en dar algún reposo a nuestros pueblos playeros, fueron precisas siempre para irlos a buscar en sus guaridas, defendidas, más que por la natural fiereza de esos salvajes, por las mil dificultades e inminentes peligros de los sitios elegidos exprofeso, donde ya el arrecife combinado providencialmente con pantanos imposibles de transitar sino por hábiles prácticos, hacen poco menos que infructuoso todo ataque exterior, a la pericia, valor y decisión del comandante de la goleta Santa Filomena, teniente de navío D. Vicente Carlos Roca, y al del cañonero Samar, con igual empleo, D. Narciso Fernández Padriñán, secundados eficazmente por sus entendidos y pundonorosos oficiales y por el arrojo de sus tripulaciones, que despreciaron los peligros y con su instrucción hicieron valer por mucho más los cortos recursos de que se disponían, tocaba concluir con la última y más terrible de aquellas guaridas de donde nunca más saldrán las flotillas de piratas que por sus constantes e inauditas depredaciones, llegaron a ser el terror de estos mares, al tener el honor de recomendar a V. E. tan eficazmente como lo hago el digno comportamiento de los comandantes, oficialidad, maestranzas y tripulaciones de los buques que han llevado a cabo hecho de armas tan distinguido y honroso, no puedo olvidarme de hacerlo igualmente por la decisión, lealtad y oportuno auxilio del datto Wagas, que tan bien ha sabido corresponder a la confianza en él depositada; fijando para en adelante su suerte siempre al lado de los que combatan bajo las banderas de España; algunos de sus moros subordinados, derramando y mezclando su sangre con la de nuestros valientes marineros, han sellado, por todos los que nos siguieron, su amor a los principios civilizadores que los llevó a Tawi-Tawi contra los que fueron hace bien poco tiempo, sus hermanos; por esta razón los presento a V. E. como dignos también de recomendación.- Todo lo que tengo el honor de elevar al superior conocimiento de V. E. en cumplimiento de mi deber y para su satisfacción.- Dios guarde a V. E. muchos años. Isabela de Basilan 19 de agosto de 1862.- Excmo. señor.- Antonio de Mora.- Excmo. señor comandante general del apostadero.

Comandancia de la división del Sur de Visayas.- Núm.3.- Excmo. señor.- El comandante de la goleta Santa Filomena en oficio de 23 de julio último fechado en la mar frente a la cabeza N. E. de Borneo, me dice lo que copio.- Próximo en la mañana de este día a la medianía del canal formado por Tawi-Tawi y Borneo, avisté quince embarcaciones que unidas se dirigían de la primera a la segunda isla.- Su número, situación y rumbo eran en extremo sospechosos, y declarando los moros joloanos embarcados como prácticos, no les cabía duda alguna de que eran piratas Balanguinguis, emprendí la caza, haciendo señales al cañonero Samar de que los cortara por sotavento; cerca de dos horas continuó esta, durante la cual hicieron los piratas inauditos esfuerzos para coger la costa de Tawi- Tawi, pero habiendo conseguido interponernos, se agruparon ellos para resistir, haciendo algunos disparos al cañonero; entonces di la orden de echarlos a pique; media hora costó conseguirlo completamente en cuyo tiempo la ¿roda? y el cañón trabajaron de consumo para su destrucción.

Al emprender de nuevo mi rumbo para Borneo, avisté entre los destrozos y cadáveres de que hallaba cubierto el mar, una embarcación que todavía flotaba entre dos aguas, de la cual cogí trece moros que se rindieron, estando cuatro de ellos heridos, y púdose extraer de ellos fusiles y armas blancas, gran cantidad de fierro de ancla y otros utensilios de algún buque señales evidentes de sus piraterías: Durante esta operación, los oficiales y tripulación de este buque han manifestado la decisión y entusiasmo que tienen acreditado. El cañonero, cuyos en extremo recomendables servicios, ya he tenido antes ocasión de participar a V. E., ha maniobrado con el mayor acierto y oportunidad, contribuyendo al feliz éxito dirigido por su siempre activo y entusiasta comandante teniente de navío, D. Narciso Fernández Padriñán.

Debido a la violencia del ataque, ninguna desgracia hay que lamentar, y solo el citado cañonero ha recibido en su costado algunos balazos de poca consideración.- Esto terminado continúo mi navegación a Sandakan, en los términos que se ha servido V. prevenirme.- Lo que tengo el honor de elevar al superior conocimiento de V. E. para su debida inteligencia y satisfacción.- Dios guarde a V. E. muchos años. Isabela de Basilan 19 de agosto de 1862.- Excmo. señor.- Antonio Mora.- Excmo. señor comandante general del apostadero.- Son copias, Eusebio Salcedo.

(Publicado por el periódico La Época el jueves 30 de octubre de 1862, con el título Correo de Filipinas).

Agosto de 1862.
Cañonero Samar y goleta Santa Filomena.
Operaciones de castigo.

Dos nuevos ataques de nuestros bravos marinos han sufrido los piratas. El primero tuvo lugar el 20 de agosto y fue dirigido por el comandante y fuerzas de la goleta Santa Filomena, contra los pueblos de Pasahan, Malamawi y Bugilubun. Los moros acudieron al principio y demostraron estar dispuestos a la pelea; pero cuando vieron destacarse las lanchas con gente de desembarco, comenzaron a retirarse hasta que se declararon en completa huida, dejando en poder de los soldados españoles un cañón de a 8 y dos lantacas. Nuestras fuerzas persiguieron a los fugitivos y destruyeron los pueblos. En esta correría quedaron heridos ocho individuos por las púas que los moros clavan en tierra a guisa de trampas. Los heridos no ofrecían peligro.

El segundo hecho de armas fue más reñido y ocurrió el 22 de agosto, según el parte del jefe de la división de fuerzas sutiles del Sur. La goleta Filomena fue también la que tuvo la gloria de vencer una vez más a aquellos piratas. El comandante de aquel buque participa el hecho en estos términos:

<<En la amanecida de este día ataqué con las mismas fuerzas que dos días antes destruimos los pueblos de Tanquil, al nombrado Carondong, situado en la contra costa de Joló, en donde se hallan concentrados los piratas de este lado, y que también abriga los moros fugados anteriormente de Zamboanga; hallélos prevenidos a la defensa, ocultos tras de parapetos y con crecido número de armas de fuego; esta circunstancia y la de no ser quebrantados por los fuegos de los buques que no fue posible situar a tiro por los dilatados bajos que lo circundan, hizo que la resistencia fuera tenaz y sostenida. Hallábase el pueblo circunvalado de una estacada por el lado del mar, y fue preciso ganar esta para apoderarnos de aquel, cuya operación nos costó hora y media, durante la cual tuvimos que sostener el vivo fuego de cañón y fusil que nos acribilló los botes, causándonos las sensibles bajas de un muerto y doce heridos.

Quemado el pueblo, de unas sesenta casas, destruimos siete embarcaciones y contado veinte y tres muertos de los moros enemigos, mandé tocar retirada, la que verificamos ordenadamente, siendo siempre molestados por los fuegos que nos hacían desde una altura vecina, a la cual acudieron multitud de moros del interior. Cúmpleme expresar a V. el excelente comportamiento y serenidad de los oficiales don José Manuel Clierio y don Vicente María Jardines, y de toda la tripulación durante esta nueva prueba que acaban de dar de su bizarría, y debo también citar al contador don José María Maceres, que me ha sido muy útil sosteniendo las comunicaciones de los buques. Una vez a bordo nos pusimos en movimiento con rumbo a la isla de Patian donde tenía noticias habitaban algunos piratas; en ella y a un cable de la costa, fondeé a las doce y cuarto; inmediatamente dispuse desembarcarán los moros auxiliares y el segundo piloto don Vicente María Jardines con cuarenta hombres de estas tripulaciones, los que después de haber dado una batida a la isla, quemando cuarenta y seis casas y rescatado un cautivo, regresaron a bordo sin novedad alguna. Viendo que la alarma había cundido por estas costas y estaban sus habitantes interesados y preparados, no siendo por ahora posible un golpe de mano, me dirigí a situarme en los puntos de mi estación. Todo lo que para su debido conocimiento tengo el honor de participar a Vd.>>.

Esta nueva lección que han sufrido los piratas proporcionó el rescate de varios cautivos que recogió a bordo la goleta Filomena. Los doce heridos que menciona el anterior parte lo eran poco graves en su mayor parte. El individuo muerto fue el grumete del cañonero Samar, Gabriel Malacigan, natural de Manila.

(Publicado por el periódico La Iberia el miércoles 31 de diciembre de 1862, con el título Filipinas).

En septiembre de 1862 los principales periódicos del país se hacen eco del comienzo de la construcción del cañonero Prueba.

<<Manila, 21 de julio. Se construye a toda prisa un cañonero con casco de madera, como prueba para sustituir a los de hierro que por su finura y ligereza misma, tan recomendables en aguas tranquilas, han padecido algo en estas, que son duras, y de pronunciadas y rápidas corrientes>> (La España, sábado 20 de septiembre de 1862).

<<Ministerio de Marina. Resoluciones tomadas por el mismo. Noviembre 4.- Derogando la real orden de 1 de octubre de 1861 acerca de la duración de mando de los cañoneros de Filipinas y autorizando al comandante general de aquel apostadero para la provisión de estos destinos en los términos que expresa>> (La Época, jueves 13 de noviembre de 1862).

"COMANDANCIA GENERAL
DE MARINA
DEL APOSTADERO DE FILIPINAS.
Cañonero Cebú. - Al Sor Comandante de este buque dá parte el maquinista del mismo de haber sido reconocida en el dia de hoy por los maquinistas de la Goleta Animosa, la caldera de este buque resultando del reconocimiento hallarse las planchas del respaldo y las laterales sumamente delgadas, y en la de estribor correspondiente al horno y por debajo de las parrillas dos agujeros, uno de tres pulgadas larga y otra de dos como asi mismo en la de babor uno de una y media puylgada y de no más confianza los tubos por su poco espesor, pues de ellos cinco se encuentran inutiles; siendo el parecer de los referidos maquinistas y el del que suscribe, no poder practicar ninguna reparacion sino en el Arsenal y para la conduccion de este punto aquel, solo puede verificarse con cinco ó seis libras de presion y en buenas circunstancias de tiempo.
Abordo del espresado Yloilo 28 de Noviembre de 1862 = Mr. Y. Boers.
Es copia
P.Y. [Por Ynstrucción]
Firmado: [Segundo Jefe, Mayor General del Apostadero de Filipinas, Capitán de Navío (25-XI-1857) Manuel de Dueñas [y Sanguineto]". AA/AMGE. Buques. Cebú. Legajo 1176.

"COMANDANCIA GENERAL
DE MARINA
DEL APOSTADERO DE FILIPINAS.
Goleta de S.M. Animosa = Al Sor. Comandante de este buque dá parte el primer maquinista del mismo de haberse verificado el reconocimiento de la caldera del Cañonero Cebú, con asistencia del segundo maquinista de la indicada Goleta y el primero del Cañonero Albay: resultando de dho reconocimiento hallarse las planchas del respaldo y las de los costados laterales del estremo gastadas y notandose tambien en la banda de estribor correspondiente al cenicero, dos hendiduras de las cuales la primera tiene tres pulgadas de largo y dos la segunda y en la de babor perteneciente al mismo sitio otro que se presenta de pulgada y media de longitud. = Estos defectos despues de observados por todos los nombrados pa. el de reconocimiento con la detencion que merecen, resulta hallarse el buque imposibilitado de prestar sus servícios en debida forma; pues á consecuencia de ellos no pueden levantarse mas de cinco y media ó seis libras de vapor sin esponer la caldera á que facilmente se reviente. En su virtud es del parecer del maquinista que suscribe, que dho. Cañonero no pudiendo navegar por el Sur ni menos componerse en dicho sitio por carecerse en el de recursos, pase al arsenal de Cavite en donde nuevamente reconocido, se podrá proceder á la reparacion de dichas averias con mas precision y acierto que en caso de posibilidad pudiera hacerse en la division de su destino = Abordo de la espresada Pto. de Yloylo 28 de Nove. de 1862. = Ch. Thompson
Es copia
P.Y.
Firmado: Manuel de Dueñas". AA/AMGE. Buques. Cebú. Legajo 1176.

"COMANDANCIA GENERAL
DE MARINA
DEL APOSTADERO DE FILIPINAS.
N. 2562
Transcribe la comunicacion que ha dirigido al Comandante de Yngenos. (Ingenieros) relativa á haber dispuesto el desarmo del Cañonero Luzon, procediendose á desmontar su maqa. (máquina) y montarla al Cañonero Prueba con lo demas á que se refe. (refiere)
Exmo. Sor.
Con fecha de 12 del actual fondeó en esta bahia el Cañonero Luzon, y con la de hoy digo al Comandante de Yngenieros lo siguiente.
<<Al Sor. Mayor Gral de este apostadero, digo con esta fecha lo que sigue = Habiendo llegado á esta Capital el Cañonero Luzón con necesidad de efectuar en él grandes reparaciones en su casco y maquinas, he dispuesto pase al Arsenal para su desarmo y reconocimiento de las obras que necesite para la resolución que corresponda. En su consecuencia el 16 del actual pasará á cuarta situacion el espresado Cañonero hasta su total desarmo que quedará en primera con arreglo á lo que prebiene el reglamento de situaciones. Digolo á V.S. para su conocimiento y efectos que corresponde = lo que traslado á V. para su conocimiento, añadiendole que debiendose montanse en el Cañonero Prueba las máquinas de Luzón, proceda á desmontarlas y efectuar en ellas las reparaciones que necesite con aquel objeto, procediendo tambien á practicar un escrupuloso reconocimiento del casco del Luzón, formando el presupuesto de las obras que necesite que pasaqrá á mis manos para la resolución que corresponda, informandome de cuento sobre el particular se le ofrezca y parezca, remitiendome al propio tiempo la relacion de obras que su Comandante me ha dirigido.
Lo que tengo el honor de trasladar á V.E. para su debido conocimiento; debiendo añadir que no se procederá á la carena del referido Cañonero si el reconocimiento que he dispuesto se practique, resultase de gran consideracion el valor de las obras que necesite para ella, quedando en dar cuenta á V.E. de su resultado con la debida oportunidad.
Dios guarde á V.E. muchos años
Manila 13 de Diciembre de 1862.
Exmo. Sor.
Firmado: Eusebio Salcedo
Exmo. Sor. Ministro de Marina. AA/AMGE. Buques. Prueba. Legajo 1176.

De esta manera se ponía fin a la vida operativa del cañonero de casco de acero Luzón ó número 5 (antiguo número 16). Nuestro cañonero había sido botado al agua la noche del 10 de octubre de 1860 en compañía del Paragua o número 3 (antiguo número 10), y, suponiendo que entrara en servicio a finales de ese mismo año de 1860, nuestro Luzón habría tenido una vida operativa de apenas dos años (1 año, 11 meses y 16 días). La fuerza de cañoneros del Apostadero de Filipinas queda reducida, pues, a 17 unidades.

El nombre de Luzón no tardaría mucho en volver a figurar en la lista de buques de la Armada en forma de un pequeño crucero, el Isla de Luzón. Botado al agua el 13 de noviembre de 1886, y, entrado en servicio el 22 de septiembre de 1887, nuestro pequeño crucero participo en la guerra del 98 siendo parte del la Escuadra del Apostadero de Filipinas al mando del Contralmirante, D. Patricio Montojo. Con la escuadra española derrotada el 1 de mayo de 1898, y el pequeño crucero hundido en la ensenada de Bacoor, desaparece para siempre (hasta día de hoy) en la lista de buques de la Armada el nombre Luzón, ningún buque de guerra español ha vuelto a ser "bautizado" con el nombre de la gran isla filipina.

APÉNDICE X.- Las cuatro Goletas filipinas de S.M.

Compañeras inseparables de nuestros cañoneros en un sin fin de hechos de armas, las Goletas de hélice Constancia, Valiente, Animosa y Santa Filomena fueron encargadas por el Gobierno de S.M.C. Doña Isabel II por la misma Real Órden de 12 de Marzo de 1859 que autorizó la construcción de los citados 18 cañoneros de hélice.

Aprovechando que en este año de Nuestro Señor de 1862, que acabamos de finalizar, la Goleta Santa Filomena es protagonista, junto al cañonero Samar, de un importante hecho de armas contra los piratas mahometanos, traemos a estas páginas las principales caracteristicas de este buque (extensibles a las tres restantes), y, como no podía ser de otro modo, acudimos a nuestra principal fuente: Buques de la Real Armada de S.M.C. Isabel II (1830-1868), de D. José Ramón García Martínez.

Goleta de hélice Santa Filomena.

• Comandante (27-VII-1860) de la Santa Filomena.- Teniente de Navío (28-XI-1857) Juan Antonio Flores y Sanoza.
• Su Numeral en 1862, 1866 y 1869.- 79, 62 y 62.
• Nombre del buque.- Santa Filomena.
• Razón o explicación de su nombre.- Desconocida, pareciendo deberse a la predilecta devoción que S.M.C. Doña Isabel II proyectaba, dispensándola, sobre la Comunidad de las Hijas de María Inmaculada (Virgen Inmaculada de la Medalla Milagrosa), cuya patrona era Santa Filomena (es decir, Lumena o Luz [ib., nacida en la luz de la fe]), virgen y mártir del siglo IV cuyo cuerpo fue descubierto el 24 de Mayo de 1802 en el transcurso de las excavaciones que se estaban realizando en la Catacumba de Santa Priscila, en la romana Vía Salaria.
• Astillero.- Samuda Brothers (Londres).
• Colocación de la quilla.- 12-V-1859 (Nuestra Señora de los Desamparados y Santo Domingo de la Calzada).
• Llámese Santa Filomena por.- R.O. 2-VII-1859 (la Visitación de Nuestra Señora).
• Botadura.- 21-XI-1859 (La Presentación de Nuestra Señora.
• Prueba de máquinas (Támesis, Long Reach, 9-II-1860).- 9-II-1860.
• Llegada a Cádiz.- 21-III-1860.
• Quede en Cuarta Situación (Cádiz).- 1-IV-1860.
• Entrada en el Tercer Dique del Real Arsenal de la Carraca.- 16-V-1860, 8'15 horas.
• Travesía Cádiz-Manila, en conserva con la Constancia, zarpe y fondeo.- 23-VI-1860 y 5-XII-1860 (¡Ojo a estos datos!, 5 meses y 18 días de travesía. Esta nota viene a cuento del asunto de las distancias varias veces tratado en el trabajo. NOTA PROPIA).
• Clasificación.- Buque de Tercera Clase.
• Casco.- Hierro.
• Construcción.- Férrica.
• Quilla limpia.- 156 pies ingleses (47,550 m.).
• Eslora entre perpendiculares.- 150 pies ingleses (45,722 m.).
• Manga.- 26 pies ingleses (7,925 m.).
• Puntal.- 12 pies ingleses (3,658 m.).
• Calado popel (27-VII-1860).- 6 pies y 2 pulgadas inglesas (1,880 m.).
• Calado proel (27-VII-1860).- 6 pies y 4 pulgadas inglesas (1,930 m.).
• Calado popel (7-VII-1860).- 8 pies y 8 pulgadas inglesas (2,642 m.).
• Calado proel (7-VIII-1860).- 7 pies y 2 pulgadas inglesas (2,184 m.).
• Calado popel (5-XII-1860).- 8 pies ingleses (2,438 m.).
• Calado proel (5-XII-1860 y 29-I-1866).- 6 pies y 6 pulgadas inglesas (1,981 m.).
• Calado popel (29-I-1866).- 7 pies y 6 pulgadas inglesas (2,286 m.).
• Toneladas que mide.- 483.
• Fuerza colectiva de máquina.- 100 caballos de vapor nominales.
• Fuerza efectiva o desarrollada.- 393 C.V.E.
• Máquinas (de Cilindros Horizontales y de Tronco o de Émbolo Anular, de baja presión, alternativas, sistema Penn), Calderas (multitubulares) y Hornos.- 2, 2 y 2 (4 hornillos).
• Constructor de la plan propulsora (bicilindrica: 2 x 50 = 100 caballos nominales) y lugar donde le fue instalada a bordo.- John Penn & Son (Greenwich, Londres, Gran Bretaña) y John Penn & Son (Greenwich, Londres, Gran Bretaña).
• Dimensiones de las calderas:

 Su largo, de popa a proa.- 10 pies y 5 pulgadas inglesas (3, 175 m.).
 Su ancho, de babor a estribor.- 10 pies ingleses (3,048 m.).
 Su altura.- 7 pies y 6 pulgadas inglesas (2,286 m.).

• Maquinistas y Ayudantes de Máquina, Reglamento (27-VII-1860, 7-VIII-1860, 5-XII-1860 y 29-I-1866).- 3 + 1, 3 + 1, 3 + 1 y 3 + 2.
• Fogoneros y Paleadores, Reglamento (27-VII-1860, 7-VIII-1860, 5-XII-1860 y 29-I-1866).- 6 + 3.
• Existencias de carbón de piedra a bordo (27-VII-1860, 7-VIII-1860, 5-XII-1860 y 29-I-1866).- 1020 quintales (46,928 Ton., para 3,40 días a toda fuerza de máquina), 3540 quintales (162,868 Ton., ib. 11,80), 160 quintales (7,361 Ton., ib. 0,53) y 300 quintales (13,802 Ton., ib. 1).
• Capacidad de carboneras (kg.), su consumo diario a toda fuerza de máquina (kg.) y número de singladuras posibles.- 150000, 13802 y 10,867 días.
• Hélice de pozo y Chimenea telescópica.- 1 y 1.

• Aparejo (27-VII-1860, 7-VIII-1860, 5-XII-1860 y 29-I-1866).- 26, 26, 26 y 23 velas.
• Plan vélico (27-VII-1860, 7-VIII-1860, 5-XII-1860 y 29-I-1866):

 Mayores redondas.- 1/1/1/-.
 Cangrejos mayores.- 2/2/2/2.
 Gavias.- 2/2/2/-.
 Juanetes mayores.- 1/1/1/-.
 Trinquetes.- 2/2/2/2.
 Trinquetes cangrejos.- 2/2/2/2.
 Velachos.- 2/2/2/2.
 Juanetes de proa.- 2/2/2/2.
 Rastreras.- 2/2/2/2.
 Alas de velacho.- 2/2/2/2.
 Alas de juanete.- 2/2/2/2.
 Foques.- 2/2/2/2.
 Contrafoques.- 2/2/2/2.
 Trinquetillas.- 2/2/2/2.
 Alas de gavia.- -/-/-/-.
 Escandalosa.- -/-/-/1.

• Superficie vélica (5-X-1880).- 840,01 metros cuadrados.
• Andar real sostenido a vela y a máquina ayudándose del trapo (Cádiz-Manila).- 8 y 6/7 millas (condiciones óptimas).
• Dotación, real y reglamento (27-VII-1860, 7-VIII-1860, 5-XII-1860 y 29-I-1866).- 82/81, 82/81, 82/81 y 75/83.
• Artillería (27-VII-1860, 7-VIII-1860, 5-XII-1860 y 29-I-1866):

 Cañón de hierro de 32 libras, Número 1.- 1.

• Municiones y artificios de fuego (27-VII-1860, 7-VIII-1860, 5-XII-1860 y 29-I-1866):

 Balas sólidas de 32.- 100/100/100/110.
 Balas huecas de 32.- 50/50/50/-.
 Saquillos de metralla de 32.- 40/40/40/30.
 Pomos de metralla de 32.- 10/10/10/-.
 Granadas cargadas de 32.- 45/45/45/10.
 Granadas descargadas de 32.- 25/25/25/12.
 Pólvora en cajas y encartuchada.- 20,205 quintales [929,592 kg.] / 20,205 quintales [929,592 kg.] / 22,205 quintales [929,592 kg.] / 13 [598,104 kg.; encartuchada]
 Pólvora fina.- -/-/-/4 libras [1,840 kg.].
 Cohetes Congrève.- 150/150/150/-.
 Tarros de luz, verdes.- 50/50/50/-.
 Tarros de luz, rojos.- 50/50/50/-.
 Luces de Bengala.- 100/100/100/50.
 Lanzafuegos.- 108/108/108/-.
 Estopines.- 4250/4250/4250/-.
 Estopines de hebra.- -/-/-/40.
 Estopines de percusión.- -/-/-/336.
 Disparadores de cohetes.- 2/2/2/1.
 Disparadores de granadas de mano.- -/-/-/5.
 Disparador de luces de Bengala.- -/-/-/1.
 Cohetes de señales.- -/-/-/40.
 Luces de guindola.- -/-/-/3.
 Llaves de pistón, para cañón.- 4/4/4/3.
 Cartuchería para rifles y pistolas giratorias (con bala y sin ella).- 14375/14375/14375/-.
 Cartuchos embalados para carabina rayada.- -/-/-/6480.
 Cartuchos embalados para carabina ordinaria.- -/-/-/900.
 Cartuchos embalados sin bala para carabina ordinaria.- -/-/-/1800.
 Cápsulas fulminantes.- 31250/31250/31250/9936.

• Armas de fuego y blancas (27-VII-1860, 7-VIII-1860, 5-XII-1860 y 29-I-1866):

 Rifles (Colt).- 10/10/10/-.
 Carabinas rayadas.- -/-/-/36.
 Carabinas giratorias.- 25/25/25/-.
 Pistolas giratorias.- 25/25/25/36.
 Sables de abordaje.- 25/25/25/15.
 Hachuelas de abordaje.- 15/15/15/8.
 Chuzos.- 15/15/15/-.

• Artillería (5-X-1880):

 Cañón de hierro rayado de 16 centímetros (Trubia; Armstrong; Palliser) sobre cureña mixta de madera montada en corredera (Cavite), instalado sobre la cubierta del alcázar.- 1.
 Cañón de bronce rayado de 12 centímetros (Sevilla) sobre cureña mixta de madera montada en corredera (Cavite), instalado sobre la cubierta del castillo.- 1.
 Cañón de broce rayado de 8 centímetros, corto, sobre montaje de corredera y sobre ruedas (montaje de desembarco), para el Primer bote.- 1.
 Cañón de broce rayado de 8 centímetros, corto, sobre montaje de corredera y sobre ruedas (montaje de desembarco), para el Segundo bote.- 1.

• Municiones en pañoles (5-X-1860):

 Por cada cañón de 16.- 8 balas granadas, 40granadas ordinarias, 12 granadas de segmentos y 15 para saludos.
 Por cada cañón de 12.- 35 granadas ordinarias, 24 botes de metralla y 15 para saludos.
 Por cada cañón de 8.- 50 granadas ordinarias y 10 botes de metralla.

• Anclas y Anclotes (27-VII-1860, 7-VIII-1860 y 5-XII-1860):

 Ancla de 10 quintales (460,008 kg.), cepo de hierro.- 1/1/1.
 Ancla de 9 quintales (414,072 kg.).- 1/1/1.
 Ancla de 8,5 quintales (391, 068 kg.).- 1/1/1.
 Anclote de 1,5 quintales (62,012 kg.).- 1/1/1.

• Anclas y Anclotes (29-I-1866):

 Ancla de 14 quintales (644,112 kg.), cepo de hierro.- 1.
 Ancla de 13 quintales (598,104 kg.), cepo de hierro.- 1.
 Ancla de 8 quintales (368,064 kg.), cepo de hierro.- 1.
 Anclote de 3 quintales (138,024 kg), cepo de hierro.- 1.

• Cables y Calabrotes (27-VII-1860, 7-VIII-1860 y 5-XII-1860):

 Cables de cadena de 16 líneas (3,088 cm.) y de 100 brazas (167,178 m.).- 1/1/1.
 Cables de cadena de 15 líneas (2,895 cm.) y de 100 brazas (167,178 m.).- 1/1/1.
 Cables de cadena de 14 líneas (2,702 cm.) y de 200 brazas (334,356 m.).- 2/2/2.
 Calabrotes de 5 pulgadas (11,605 cm.) y de 100 brazas (167,178 m.).- 1/1/1.
 Calabrotes de 3 pulgadas (6,963 cm.) y de 100 brazas (167,178 m.).- 1/1/1.

• Cables y Calabrotes (29-I-1866):

 Cable de cadena de 13 líneas (2,509 cm.) y de 100 brazas (167,178 m.).- 1.
 Cables de cadena de 12 líneas (2,316 cm.) y de 100 brazas (167,178 m.).- 2.
 Calabrotes de cáñamo de 5 pulgadas (11,605 cm.) y de 100 brazas (167,178 m.).- 1.
 Calabrotes de 3 pulgadas (6,963 cm.) y de 100 brazas (167,178 m.).- 1.

• Víveres y Aguada (27-VII-1860, 7-VIII-1860, 5-XII-1860 y 29-I-1866):

 Raciones enteras ordinarias o de Armada.- 6832 (para 122 días), 6950 (ib. 126), 1225 (ib. 22) y 264 (ib. 6).
 Aljibes de hierro.- 6/6/6 y 7 (además de 8 barriles de mano).

• Instrumental científico a bordo y similar:

 1º (27-VII-1860). "Los instrumentos á cargo del Comandante son, un Cronometro, un acompañante [J.R. Losada, de bolsillo, número 4504, adquirido el 29-III-1860], un quintante con pie de horizonte mercurial, dos anteojos, dos jemelos, un Barometro, uno id aneroide, un Teodolito con su pié, dos relojes de ocho dias de cuerda y un Atlas".
 2º (7-VIII-1860). "1ª. Los instrumentos á cargo del Comandante son, un Cronometro, un acompañante, un quintante con pie y horizonte, dos anteojos, dos jemelos, un Barometro uno id aneroide, un Teodolito con su pie, dos relojes de ocho dias de cuerda, y un Atlas." "7ª. El cronometro á consecuencia sin duda de las humedades del pais, se halla completamente inutil".
 3º (5-XII-1860). "Los instrumentos á cargo del Comandante son; un Cronometro, un acompañante, un quintante con pie y horizonte mercurial, dos anteojos, dos jemelos, un Barometro, uno id aneroide, un Teodolito con su pie, dos relojes de ocho dias de cuerda y un Atlas"
 4º (29-I-1866). "Los instrumentos á cargo del Comandante son: un Cronómetro, un quintante con pié y horizonte vertical, un Barómetro, uno ídem aneroide, un teodolito con su pie y un atlas".

• Colores del buque.- Ver apéndice V.
• Embarcaciones menores (:5-X-1880), 5:

 1 Primera canoa (eslora, manga y puntal; número de remos y aparejo).- 6,594 x 1,110 x 0,280 m.; 5 y 1 guayra.
 4 Botes (ib., los dos primeros artillados con un cañón de 8 centímetros de bronce, corto y rayado, sobre montaje de corredera, disponiendo ambos de ruedas para desembarco):

 1º. 8,330 x 1,255 x 0,290; 12 y 2 velas al tercio.
 2º. 7,709 x 1,380 x 0,460; 10 y 1 vela al tercio.
 3º. 5,364 x 1,210 x 0,320; 8 y 1 vela al tercio.
 4º. 4,922 x 1,630 x 0,310; 4 y 1 vela al tercio.

• Precio.- 620.640 Pesetas.
• Precio inicial o de su construcción y su valor presupuestado en 1869.- 2.480.000 y 1.984.000 Reales de Vellón.
• Estado del Casco (1881).- Último Tercio.
• Baja en la Armada.- 1885.
• Otros buques similares (Santa Filomena), Clase Constancia (primera).- Constancia (1ª), Valiente (2ª), Animosa (3ª) y Santa Filomena (4ª).