El 9 de octubre de 1853 el gobierno español autorizaba la primera serie de fragatas de hélice tras la Princesa de Asturias. Esta serie estaría compuesta por la fragata Petronila, a realizar en Cartagena, y las fragatas Blanca y Berenguela en El Ferrol. Con estos nombres se conmemoraba a las tres reinas medievales españolas: Blanca de Navarra, Berenguela de Castilla y Petronila de Aragón.

Botada al agua el 24 de febrero de 1857 y puesta en servicio en septiembre de ese mismo año, la fragata Berenguela reunía las siguientes características (buques de vapor de la Armada Española, del vapor de ruedas a la fragata acorazada, 1834-1885. José Lledó Calabuig)

• Casco de madera.
• Desplazamiento.- 2.600 toneladas.
• Dimensiones.- eslora 64 metros; manga 13 metros; puntal 7,22 metros; calado 6,35 metros.
• Velocidad.- 8 nudos.
• Carbón.- 234 toneladas.
• Máquina.- de 360 caballos nominales y 1.440 indicados.
• Armamento.- 37 cañones en total, de ellos 11 de a 68, o sea lisos de 20 centímetros, y 26 de a 32 o de 16 centímetros, distribuidos entre la cubierta y la batería principal, montando un cañón de a 68, giratorio, en el castillo. Después de la campaña del Pacífico, montaron 20 cañones de 20 centímetros, y 6 rayados de 16 centímetros.
• Dotación.- 408 hombres.

Incorporada a las Fuerzas Navales de Cuba, en 1861 la Berenguela, al mando del capitán de fragata D. Juan Bautista Topete y Carballo, realiza varias comisiones (mostrar bandera), entre ellas una que la llevaría a Veracruz, haciendo escala en los puertos de Nueva York y Tampico. Posteriormente participara en la demostración naval en Puerto Príncipe (Haití), formando parte de la división al mando del jefe de escuadra D. Joaquín Gutiérrez de Rubalcava, comandante general del Apostadero de La Habana. Formaban parte de esta división los siguientes buques de la Armada:

Vapores de ruedas: Isabel la Católica, insignia de la división (capitán de navío D. Carlos del Camino y Medina; Vapor de ruedas D. Francisco de Asís (capitán de navío D. Francisco Ramos Izquierdo y Villavicencio).

Fragatas de hélice: Princesa de Asturias (capitán de navío D. Patricio Montojo y Albizu); Fragata de hélice Blanca (capitán de navío D. José Morgado e Iñel). La Berenguela era mandada por el capitán de navío D. José Ignacio Rodríguez de Arias y Villavicencio.

Vapor transporte: Velasco (teniente de navío D. José Carranza y Echevarría).

A finales de 1861 y principios de 1862 nuestra fragata es encuadrada en las fuerzas navales que nuevamente al mando del comandante general del Apostadero de La Habana D. Joaquín Gutiérrez, se reúnen con motivo de la expedición a Méjico en compañía de Francia y Gran Bretaña.

La escuadra española estaba formada por los siguientes buques:

Fragatas de hélice: Princesa de Asturias (capitán de navío D. José María Alvarado y Roldán); Concepción (capitán de navío D. Manuel Mac-Crohon y Blake); Lealtad (capitán de navío D. Pedro Alvar del Castillo y Udias); Blanca (capitán de navío D. José Morgado e Iñel); Petronila (capitán de navío D. Romualdo Martínez y Viñalet); Berenguela (capitán de navío D. José Ignacio Rodríguez Arias y Villavicencio).

Vapores de Rueda: Isabel la Católica (capitán de navío D. Carlos del Camino y Medina); Francisco de Asís (capitán de navío D. Francisco Ramos Izquierdo y Villavicencio); Velasco (teniente de navío D. José Carranza y Echevarría); Blasco de Garay (capitán de fragata D. José Díaz Herrera y Serrano); Pizarro (capitán de fragata D. Joaquín Ibáñez y García); Guadalquivir (teniente de navío D. Adolfo Navarrete y Escudero).

Transportes:

• De hélice: Ferrol (teniente de navío D. Pablo Lugoviña y Oliver); Número 3.
• De vela: Santa María (primer piloto alférez de navío graduado D. Francisco Madrid); Marigalante (primer piloto alférez de navío graduado D. Manuel Súnico).
• Vapores mercantes de hélice: Cubana; Almendares; Maisi.
• Vapores mercantes de ruedas: Pájaro del Océano; Cuba.
• Buques de vela: Liniers; Teresa; Favorita; Paquita; Palma.

Y aunque esto sea un foro de historia naval, no está de más señalar las fuerzas expedicionarias del ejército de tierra que participaron en las operaciones. Estas fueron las siguientes:

• General comandante de las fuerzas españolas (terrestres y navales), teniente general D. Juan Prim y Prats.
• Segundo jefe, mariscal de campo D. Manuel Gasset.
• Jefes de bridada, brigadieres Vargas y Milans del Bosch:
• Tropa: Regimientos de infantería del Rey, Nápoles y Cuba; batallones de cazadores Bailén y La Unión; dos escuadrones de caballería; una batería a lomo; una batería rodada; 300 artilleros; 200 ingenieros.odo ello para un total de 7.000 hombres.

Tras ocupar las fuerzas españolas la fortaleza de San Juan de Ulúa y la ciudad de Veracruz, el general Prim decide reembarcar las tropas y volver a Cuba en abril, tras conocer las intenciones francesas de instaurar en el país un nuevo régimen, el imperio de Maximiliano.

Dado que los transportes españoles se habían retirado tras el desembarco de las tropas, estas hubieron de ser evacuadas por buques británicos, colaborando en esta labor nuestra Berenguela y el vapor Ulloa.

La fragata continua prestando servicio en las Antillas hasta que a resultas del conflicto con Perú y Chile, se decide su incorporación a la escuadra del Pacífico. Al mando del capitán de navío D. Jacobo Mac Mahón parte la Berenguela, junto con la fragata Blanca, rumbo a Montevideo, donde se les unirá la Villa de Madrid. Las tres fragatas se unen a la escuadra del Pacífico en diciembre de 1864.

En 1865 al mando del capitán de navío D. Manuel de la Pezuela y Lobo (que ha relevado en el mando de la fragata al de la misma graduación D. Jacobo Mac Mahón tras el tratado Vivanco-Pareja), y teniendo como segundo comandante al capitán de fragata D. Mateo García de Anguiano, la fragata apresa al vapor chileno Matías Cousiño, que viajaba entre Lota y Lota Alto transportando carbón.

Por orden del comandante de la escuadra, inicia el bloqueo del puerto chileno de Coquimbo junto con el Matías Cousiño, para posteriormente ser destinada al puerto de Caldera, en compañía de su gemela Blanca y la goleta Vencedora (que habían iniciado el bloqueo el 26 de septiembre). En este puerto, el 27 de noviembre de 1865 nuestra fragata es atacada por lanchas cañoneras chilenas, respondiendo la Berenguela con su artillería y obligando a los chilenos
a retirarse sin haber conseguido daño alguno en los buques españoles.

El 13 de enero de 1866, a las 11,00 horas finaliza el bloqueo del puerto. Al retirarse, los buques españoles quemaron 10 barcos capturados y se llevaron a remolque al Vascongadas, por ser de propiedad de un ciudadano español.

La fragata Berenguela no participaría en el posterior bombardeo de Valparaíso, retirándose al fondeadero de Viña del Mar con la orden de proteger a los buques de apoyo. El 2 de mayo de 1866, ya junto a las demás unidades de la escuadra española, y siendo las 10:00 horas levanta anclas desde su fondeadero de la isla de San Lorenzo con destino al puerto de El Callao. Llegados a este punto los buques de la escuadra española se dividen en dos grupos y forman en tres divisiones:

• *.- I Grupo. I División: fragata acorazada Numancia; fragata de hélice Blanca; fragata de hélice Resolución. El objetivo, las defensas de la zona sur.
• *.- II Grupo. II División: fragata de hélice Villa de Madrid; fragata de hélice Berenguela. Objetivo, las defensas de la zona norte.
• *.- II Grupo. III División: fragata de hélice Almansa; goleta de hélice Vencedora. Objetivo, la flota peruana y el bombardeo del muelle y la población.

A las 11:30 horas la Numancia larga la señal de zafarrancho de combate y a la 11:50 horas este mismo buque da comienzo el bombardeo. A las 12:30 horas la Berenguela llega a su posición y comienza el fuego contra las defensas peruanas. A las 13:15 horas nuestra fragata combatiendo en solitario (la Villa de Madrid se había retirado), recibe el impacto de un proyectil Blackey de 300 libras, que penetrando en su batería y tras mutilar a algunos hombres, sale bajo la línea de flotación en el costado opuesto, el resultado de este impacto es un boquete de 14 pies de largo y 4 de ancho. Al poco otro proyectil del mismo calibre atraviesa el costado del buque provocando un incendio en el departamento contiguo al pañol de la pólvora. Con el fín de que el boquete abierto en el casco quedara sobre la línea de flotación, se da la orden de trasladar todos los cañones a la banda opuesta. Escorada, la Berenguela se retira del combate poniendo rumbo a la isla de San Lorenzo. En el camino se cruza con la corbeta británica Shearwater, su comandante ofrece ayuda a los españoles al grito de (según cuentan las crónicas) “Valiente Berenguela, aquí estoy yo para recogeros”. La respuesta del comandante español D. Manuel de la Pezuela y Lobo no se hace esperar, “De nada necesito”.

Fondeada en San Lorenzo se procede a tapar con lonas el gran boquete de su costado de estribor, dejando para el día siguiente su reparación. Esta se completa con materiales de fortuna, unas cuantas perchas que fueron flotando hasta sus proximidades, procedentes de los muelles batidos por la Almansa y por la Vencedora, y maderas procedentes de una casa de la isla de San Lorenzo.

La noche del 5 de mayo la Berenguela rechaza el ataque de una lancha armada con un torpedo de botalón. El fuego de nuestro buque consigue desarticular el mecanismo de explosión de la lancha, apresándose posteriormente la misma.

Decidida la retirada de la escuadra de aguas del Pacífico, esta forma en dos divisiones:

• *.- I División. Al mando del Comandante General y formada por las fragatas Villa de Madrid, Almansa, Resolución y Blanca, se dirigirían a Río de Janeiro pasando el cabo de Hornos.
• *.- II División. Al mando del comandante de la Berenguela D. Manuel de la Pezuela y Lobo, está formada por la mencionada fragata, la acorazada Numancia, la goleta Vencedora, y los transportes Marqués de la Victoria, Uncle San y Mataura. Con destino a las Filipinas.

El 10 de mayo emprende la Berenguela, junto con el resto de buques de su división, el viaje. Para ahorrar combustible todas las unidades navegarían a vela. El día 15, con algunos casos de escorbuto a bordo, la Berenguela se separa del resto de buques acompañada del Uncle Sam. El 9 de junio la fragata arriba a Papeeté, en la isla de Otaití; el 13 llegan la Vencedora y el Marqués de la Victoria; el 16 lo hace el Mataura; el 17 el Uncle San y finalmente la Numancia arribaría el día 24.

Con 155 casos de escorbuto a bordo, nuestra fragata permanece junto con el resto de la división en estas aguas hasta el 17 de julio, en que pertrechados de víveres y carbón los buques y repuestos los hombres, abandonan Papeeté con rumbo a las Filipinas. La Berenguela arribaría a Manila el 16 de septiembre.

De vuelta en la península la fragata Berenguela es destinada a la escuadra del Mediterráneo y habiendo sido destinada al Apostadero de Filipinas y coincidiendo que en el mes de noviembre (1869) de inauguraría el canal de Suez, decidió el Almirantazgo que la Berenguela realizara el viaje por dicho canal, concurriendo al mismo tiempo a las fiestas que se celebrasen con dicho motivo.

Parte la Berenguela del puerto de Cartagena el 27 de octubre. El mando lo ostenta el capitán de navío D. Rafael Arias y Salgado, llevando a bordo a la Legación española nombrada para ratificar nuestros tratados con el Japón, y que estaba compuesta por el encargado de negocios y Cónsul general de España en aquel país D. Tiburcio Rodríguez y Muñoz, y el Secretario del mismo D. Emilio Ojeda. También iban a bordo del buque el nuevo Cónsul general en Alejandría, D. Isidoro Milla; el Vice-cónsul de España en Emuy (China), D. Juan Ortiz y el intérprete D. Nicolás María Rivero y Custodio.

La fragata arriba al puerto de La Valeta (Malta) el día 1 de noviembre. Tras repostar carbón, agua y adquirir diversos efectos, parte con destino a Alejandría el día 4 a las ocho de la mañana, recalando en dicho puerto cuatro días después.

El día 13 a la una de la tarde y una vez despachados los asuntos que conducían a Alejandría a la legación española, partió nuestra fragata con rumbo a Port Said.

La Ilustración Española y Americana con fecha de 25 de febrero de 1870, describe de esta manera tan pormenorizada el paso de la fragata por el nuevo canal:

<<El día 13 de noviembre, á la una de la tarde, salió la fragata Berenguela del puerto de Alejandría, bajo la dirección del práctico, encaminándose á Puerto Said, en primera velocidad y consumiendo carbón de popa con objeto de lograr cuanta disminución fuese posible en el calado de ésta.

En pos de la Berenguela salieron también dos corbetas de guerra, sueca una, y noruega la otra. El viento al N. levantaba mar, y á las nueve y media de la mañana del siguiente día 14 se avistó la torre de la farola de Puerto Said. Luego aparecieron los buques anclados en el puerto y rada, donde fondeó la fragata en ocho brazas, y con ella las ya mencionadas corbetas de guerra.

Los buques de la rada eran dos fragatas de guerra austriacas, acorazadas, y una de ellas arboló la insignia de contralmirante. No sin trabajo, porque la corriente al S.E. cogía atravesada a la fragata, saludó esta á la insignia con 13 cañonazos, según ya había hecho la corbeta sueca, y después del buque español la hizo la corbeta noruega; pero como la mar engrosaba por momentos, las fragatas, encendidos ya los hornos, abandonaron la rada. Después el ayudante del almirante estuvo en el puerto á decir al señor Salgado (comandante de la Berenguela), que, hallándose las fragatas de vuelta en la rada, iban á contestar, y el día 16 escribió el contralmirante en carta oficial, que lo había hecho á las once y media de la mañana.

La tarde del 14 avisó un práctico, en nombre de Monsieur Lesseps, que no se podía entrar por la mucha mar que rompía en la boca. Las corbetas se hicieron á la mar, y la Berenguela permaneció fondeada, pero siempre con la máquina lista. El barómetro anunciaba calmaría el tiempo.

A la pregunta del señor comandante de la Berenguela, de si podría pasar la fragata por el canal marítimo, se recibió por el consulado general de España en Egipto la traducción de la carta, en que contestaba el agente superior director de los trabajos del canal marítimo de Suez.

La carta, fecha 3 de julio de 1869, decía que las noticias pedidas acerca de las condiciones de la navegación en que se hallaría el canal marítimo, desde el día en que se inaugurase (que se había determinado fuese el 17 de noviembre próximo) eran las siguientes, que copiamos:

<<El canal tendrá en toda su extensión ocho metros de profundidad, ancho de 22 metros en el fondo con taludes ó escarpas de dos por uno de declive, y el ancho mínimo de 60 metros á flor de agua. Además de los dos puertos extremos de Puerto Said y Suez, los buques podrán anclar en el puerto interior de Ismailía. El canal, en el punto donde atraviesa los lagos Amargos, de halla provisto de las correspondientes balizas, y está iluminado en toda su longitud para la navegación. No presenta peligro de poder encallar los buques en ningún punto. Con todo, éstos no deberán atravesar el canal sino bajo la dirección de pilotos experimentados que proporcionará la Compañía.>>

Día 15: á la salida del sol llegó el práctico y dirigió la Berenguela adentro, teniendo nuestros marinos la satisfacción, al pasar por el costado de la insignia francesa, saludada ya por la fragata, de oír los ecos de la marcha real española tocada por la música del buque donde tremolaba la referida insignia. Lo propio hizo más adelante el yacht del khedive, arbolando el estandarte del príncipe. Quedó amarrada la fragata próxima á la boca del canal marítimo. Al estandarte saludó nuestra Berenguela con 21 cañonazos, haciendo lo mismo el del príncipe heredero de Holanda que también estaba arbolado.

A las ocho entró el emperador de Austria, y la Berenguela engalanó con todas las banderas, saludando á la par de los demás buques con 21 cañonazos. Faltos, entre tanto, nuestros marinos de todo agente diplomático de su nación que les presentase á las personas reales, creyó, con razón, el Sr. Salgado lo más prudente, que á las once del mismo día 15 fuera el teniente de navío, don Jacobo Varela, á manifestarlo así al virrey de Egipto, al emperador de Austria y al príncipe de Holanda, indicando al mismo tiempo que á bordo de la Berenguela iban personas distinguidas para Filipinas y Japón, por si las citadas personas reales se dignaban señalar á quien habían de recibir.

Señaló el virrey las tres de la tarde; dijo el emperador de Austria que recibiría á los españoles cuando estos gustasen, y ni uno ni otro limitaron el número de personas que les fuesen á ver. El príncipe de Holanda citó tan solo al comandante de la fragata, advirtiendo fuera de pequeño uniforme. A las dos acudieron los españoles de gala al yacht del emperador de Austria, á quien presentó el señor Salgado los jefes, legación que transportaba el buque y una comisión de oficiales del mismo, en nombre de todas las clases de la Armada. El comandante de la Berenguela manifestó, en francés, en nombre del Gobierno y de la marina, todo el respeto y consideración debidos al ilustre representante de aquella familia, cuyo recuerdo despierta en España el de gran parte de los sucesos más señalados de su historia. El emperador contestó igualmente, en francés, mostrando la mayor cortesanía y deferencia á nuestros marinos. Con no menor deferencia y amabilidad fueron estos recibidos por el virrey. Luego visitó el señor Salgado al príncipe de Holanda, el cual, después de las frases de estilo, se excusó con la falta de tiempo y pequeñez del buque, por no haber podido recibir á todos.

No fue posible á la sazón ver oficialmente á Mr. Lesseps, pero éste aseguró al teniente de navío, don Carlos Delgado, que la Berenguela pasaría al Mar Rojo, é invitó al citado oficial y al comandante de la fragata á comer. Más ni aun de esta manera fue posible tratar de lo que tanto interesaba á nuestros marinos, pues cuando llegaron como enviados á la casa, Mr. Lesseps salió pidiéndoles mil perdones, por tener en aquel mismo instante que concurrir á una junta de la Compañía. Añadió que sus hijas quedaban encargadas de hacer los honores de la mesa á nuestros compatriotas, como así sucedió.

Solemne fue la ceremonia de la fiesta verdaderamente internacional, celebrada con motivo de la apertura del canal marítimo de Suez. Presentes se hallaban la emperatriz de los franceses, el emperador de Austria, el príncipe de Rusia, además de otras personas reales invitadas por el virrey de Egipto.

El puerto y rompe olas de Puerto Said, el lago de Menzaleh, los llanos de Pelusia, la nueva ciudad y puerto interior de Ismailía, el lago Timsah, los lagos Amargos, el corte de Chaluf, el canal de Agua Dulce inmediato al marítimo, ferrocarriles, ciudades, estaciones, puertos y almacenes, todo esto y mucho más de que podríamos dar cuenta, es ya conocido de nuestros lectores. De los referidos lugares hay uno que interesa grandemente á nuestra narración. Hablamos del Serapeum, paso por donde se temió al principio no pudiese cruzar la Berenguela.

El día fue, en verdad, solemne. L’Aigle, llevando á bordo á la emperatriz, iba á entrar en Puerto Said. Buques de guerra y mercantes de diversas naciones esperaban á la dama, esposa de aquel á cuyo poderosísimo influjo puede asegurarse debía el canal marítimo el ser. Las dos fragatas austriacas acorazadas, cubiertas de alegres banderas, la escuadra inglesa de buque igualmente acorazados, todos dispuestos en formación perfecta, y en suma, por doquier mástiles y banderas de todas las naciones, daban aspecto de esplendor y alegría al magnífico espectáculo. La bandera americana ondeaba en el consulado, más no había un solo barco de aquella nación, al paso que el mayor número era de franceses.

Apenas se presentó el yacht imperial cerca de los buques austriacos é ingleses, fuera del puerto, saludaron todos. Siguió L’Aigle adelante, y fue lentamente entrando, mientras frente a la ciudad había una verdadera flota de barcos de todas las clases y las más apartadas regiones. Un grito, pronunciado al mismo tiempo en diversas lenguas, aclamó á la emperatriz, mientras atronador cañones la saludaba. El buque imperial hubo de detener el paso, no siendo posible caminar aprisa y con seguridad al través de tan densa humareda.

Después de esto y dejando pasar cierto tiempo, fue el Khedive á visitar á la emperatriz. Los buques de guerra, saludándose unos á otros, mantuvieron el cañoneo durante una hora.

Celebróse á las tres de la tarde la ceremonia religiosa, por los mahometanos primero, y el clero católico y griego después, según ya tienen noticia nuestros lectores, mientras la infantería egipcia formaba en ala, así como la artillería de campaña á la vista, orillas del mar.

Entre tanto ilustre personaje como asistía á la solemne ceremonia, llamaba la atención Abd-el-Kader, en traje árabe. Acabado el acto, después de la elocuente peroración del señor Bauer, confesor de la emperatriz, tornaron los convidados con el Khedive á sus yachts, por medio de la tropa. El emperador de Austria daba el brazo á la hermosa emperatriz de los franceses.

Llegó la noche, y los fuegos artificiales, la luz eléctrica y la luna, todo a un tiempo, formaban bellísimo y sorprendente espectáculo, el cual aumentaba las portas iluminadas de los buques.

Habían llegado los señores de la comisión de España, en el vapor que el Khedive dispuso para ellos, y convidados por el comandante de la Berenguela, comieron con él y toda la oficialidad del buque. Puesta la mesa que era de treinta y cinco cubiertos, en la toldilla, duró el banquete desde las seis hasta las diez. ¡Soberbio espectáculo tenían á la vista nuestros españoles, mientras, reunidos, pronunciaban elocuentes palabras en honor de la madre paria y de la marina! Allí, en aquel hermoso pedazo de España, donde nuestro idioma varonil saludaba una de las mayores empresas que vieron ni verán los siglos, ondeaba la bandera española amparando hijos de Iberia…

¡Brillaban en tanto la iluminación, los fuegos artificiales, la luz eléctrica, y á todos señoreaba con plácida sonrisa, mensajera de Dios, la luna esplendente!

¡Imagine el lector, si puede, más hermoso espectáculo! La noche era, en verdad, á propósito para la serenata que algunos de nuestros marinos tuvieron la feliz ocurrencia de dar á su compatriota la emperatriz>>

Hay que recordar llegado este punto que la emperatriz francesa era la española Eugenia de Montijo y que está a su vez era prima del ingeniero Fernando de Lesseps. Entre otras, los marinos españoles cataron a la emperatriz estas coplas:

La pena y lo que no es pena
todo es pena para mí;
ayer penaba por verte,
y hoy peno porque te vi.

Ni contigo ni sin ti
tienen mis penas remedio:
contigo porque me matas;
y sin ti, porque me muero.

Continua la Ilustración con el relato:

<<El día 17 no pasó la Berenguela, y aunque todos, incluso el práctico, aseguraban había agua suficiente hasta Suez, no dejo el señor Salgado de advertir cierta cortés y disimulada oposición á que la fragata pasase, por entonces.

Hiciéronlo únicamente los buques de menor calado, rompiendo la marcha á las ocho de la mañana el yacht de la emperatriz, al cual seguían los demás.

El 18 por la mañana pasaron la corbeta noruega, el vapor español Pelayo y algunos buques más.

Por curiosa damos aquí la relación de los buques de guerra fondeados en Puerto Said el 17 de noviembre de 1869, en que se inauguró el canal de Suez, y fueron los siguientes:

Franceses: Yacht de S.M. la emperatriz, Aigle; fragata Themis, con insignia de contralmirante; vapor Actif; vapor Forbin; vapor Bruat; vapor Salamandre.

Austriacos: Yacht de S.M. el emperador de Austria, Gaif; fragata blindada, Ferdinand Max; fragata blindada Robsburg, ambas fondeadas en la rada; corbeta Heligoland; vapor Elisabeth; corbeta Rum.

Prusianos: Fragata Arcona, con S.A.R. el príncipe de Prusia; fragata Elisabeth; fragata Herta; vapor Dauphin; vapor Grille.

Holandeses: Fragata Von Wassemaen, con su A.R. el príncipe de Holanda; vapor Wack; vapor Brialand.

Egipcios: Vapor Marhusse, con S.A. el virrey de Egipto; fragata Mohammed Alí; vapor Misier; vapor Latif; vapor Garhé; corbeta Masé; corbeta Faium.

Ingleses: Fragata blindada Lord Warden, con insignia de vicealmirante; fragata blindada Caledonian; fragata blindada Royal Oak; fragata blindada Prince Consort; fragata blindada Bellerophon, todas fondeadas en la rada; vapor Psyche, con el embajador inglés en Constantinopla; vapor Linx; corbeta Nevprorl (es posible que la revista se refiera a Newport); vapor Rapid; vapor Lee.

Sueco: Corbeta Wannadis.

Noruego: Corbeta Nordsjerten.

Rusos: Vapor Piesonnage, con el embajador de Rusia; corbeta Jachant.

Español: Fragata Berenguela.

Había además, la fragata de guerra dinamarquesa (sic) Sanson, y hasta ciento veinte entre vapores y barcos de vela, mercantes, entre ellos el vapor español Pelayo.

La Berenguela, que había permanecido en su puesto, hubo de engalanar saludando al yacht de la emperatriz y demás barcos, que el día 23 tornaron á Puerto Said.

A la tarde fue en persona Mr. Lesseps á visitar al señor Salgado, y darle explicaciones á la carta oficial que éste le había dirigido el día 17. La dificultad era en el Serapeum, donde había una peña con solo cinco metros de agua y otros cinco de superficie, único paso difícil del canal. Más todo se podía hacer, alijando el buque, hasta dejarle en el calado necesario, para lo cual el señor Lesseps facilitaría, sin gasto alguno, cuanto necesario fuese, empleando, á ser necesario, camellos de suspensión.

En que pasase la fragata tenía interés Mr. Lesseps, no solo por el crédito de la Compañía, más por su cariño especial á España.

En la mañana del 24 de noviembre se presentó de nuevo Mr. Lesseps, como lo había prometido, acompañado del ingeniero director de los trabajos, comandante de marina, y demás personas competentes; y en la cámara de recibo, ante el señor segundo comandante y oficiales que se hallaban á bordo; dieron todos explicaciones que anteriormente había dado Mr. Lesseps, añadiendo se podía contar con la más completa seguridad de buen éxito.

Dudó el señor Salgado si estaba en el caso de emprender faenas de tanta consideración, como echar fuera artillería, carbón y velamen, sin hallarse autorizado por el señor Ministro de Marina, y con objeto de resolver el caso, puso telegrama, que Mr. Lesseps se ofreció á transmitir en francés para mayor seguridad. Así lo hizo éste, remitiendo á bordo una copia.

En el lago Timsah había que hacer las operaciones de alijo, para las cuales pedía Salgado autorización, y como era preciso pasasen lo menos tres días hasta que tornaran los barcos que habían ido á inaugurar el canal, razón había para esperar llegase la contestación de España.

Recibió al cabo Salgado autorización para pasar el canal, si creía suficientes las seguridades que le daban. Puesto de acuerdo nuestro marino con los directores de la Compañía, emprendió la fragata la navegación, no hallando dificultad desde Puerto Said, hasta el lago Timsah. En pos de la nuestra, seguía la fragata de guerra prusiana Hertha.

Viendo que el caso exigía cierta espera, los señores de la embajada del Japón determinaron embarcarse en la Mala francesa. Navegó la Berenguela sin estorbo hasta el kilómetro 45, gobernando el buque con habilidad suma el señor comandante de marina Mr. Paul Pointel.

Los calados, con artillería y batería á proa y la mitad de la aguada, eran: de popa 5,57, y de proa 5,55. Pasado el kilómetro 45, y rebasado Kántara, hubo la Berenguela de parar, amarrada á la orilla izquierda, esperando la vuelta encontrada de la fragata de guerra Nordsjernen, que se hallaba en el lago Timsah. Amarró por la popa de nuestra fragata la prusiana, de que más arriba hemos hablado, y en seguida un gran vapor mercante inglés, de 120 metros de eslora. Entonces fue cuando se separaron de nuestros marinos los señores de la embajada del Japón.

No habían cesado un punto de trabajar las dragas en el kilómetro 58, y llegado el caso de seguir adelante, no quiso tampoco Mr. Paul Pointel que nadie pilotase el barco, que gobernó él en persona; y anduvo sin tocar ni una sola vez en los violentos tornos del Guisr ni en el paso del referido kilómetro 58, el cual, dragado, ofrecía 6,2 metros de profundidad y 16 de anchura. Á las cuatro fondeó nuestra fragata á menos de una milla de Ismailía, quedando la prusiana varada á la entrada del lago y sucediendo lo propio a mitad del camino al vapor inglés.

Con esto resalta la distinción hecha a España por la Compañía y por Mr. Pointel, cuya exactitud y acierto fueron tales en los pasos del Guisr y de Ferdanne, rascando seis enormes dragas, sin detener un solo momento la velocidad de cinco millas que el barco llevaba, que, desde luego, se propuso el señor Salgado recomendar debidamente el hábil y cortés comandante de marina al gobierno español.

Hasta la mañana del 9 de diciembre no se comenzó á descargar la Berenguela de cuanto había de ir por el canal de agua dulce á Suez. Empleáronse ocho gabarras, y duró la faena hasta el día 13, mientras barrenos y dragas seguían trabajando en el Serapeum.

En la tarde del 15 halló el comandante de marina, Mr. Víctor Possel, que en dicho punto tenía ya el canal 5,40 metros. La Berenguela calaba todavía 5,30 metros, lo menos en lo que pudo quedar. Hizose entonces de suerte que la fragata, teniendo en cuenta la figura de la cuaderna maestra á cuatro metros de la quilla, ganase cerca de un metro de agua, y de acuerdo con el comandante de marina, determinó el señor Salgado pasar el día 16.

Paró la máquina al llegar al punto de mayor dificultad, y andando despacio siguió adelante sin el menor tropiezo, desembarcando en los Lagos Amargos y siguiendo hasta el kilómetro 145. Allí bajaba la marea con bastante velocidad, y habiendo que cruzar todavía varias estrechuras, fondeó la Berenguela con los anclotes, á prevención dispuestos en la proa.

Á las siete de la mañana del día siguiente se avivaron los fuegos, y aprovechando el crecer de la marea, siguió nuestra fragata adelante, llegando á Suez á las nueve, donde quedó amarrada orillas del canal y próxima al embocadero, pudiendo recoger el velamen, artillería, carbón, anclas, cadenas y demás objetos que se habían tenido que desembarcar, transportados al mismo punto por el Canal de agua dulce.

Llegó en esto el mismo Mr. Lesseps en persona rebosando de júbilo el semblante, y diciendo iba á felicitarle á si propio y á felicitar al señor Salgado. Con razón, en verdad, pues la Berenguela era el buque de mayor manga y calado que atravesaba el canal.

Entonces, Mr. Lesseps, cuya satisfacción era cada vez mayor, abrazó al comandante de nuestra fragata, añadiendo que en aquel momento abrazaba á España entera, y que cuando había hecho para mostrar simpatía y cariño á nuestro nombre, le parecía insuficiente.

Justo es que desde las columnas de La Ilustración Española y Americana, digamos nuestro agradecimiento á Mr. Lesseps, hijo de madre española, devolviéndole su abrazo y deseándole toda la ventura, toda la honra y toda la prez que se merece. Á tales pensamientos no puede menos de unirse con el corazón quien esto escribe, hijo de un antiguo y leal amigo de Mr. Lesseps.

La Berenguela estaba ya en las aguas del Mar Rojo…. En telegrama recibido del día 26 de diciembre, daba cuenta el señor Salgado de haber salido el día 25 para Manila con la fragata a su mando.

Fernando Fulgosio.

La oficialidad de la fragata Berenguela en su histórico paso por el canal era la siguiente:

• Comandante.- Capitán de navío D. Alejandro Arias y Salgado.
• Segundo comandante.- Capitán de fragata D. Joaquín Navarro y Morgado.
• Tenientes de navío.- D. Ramiro Halcón, D. Jacobo Varela, D. Félix Gurrea, D. Heliodoro Merry, D. Carlos Delgado.
• Alférez de navío.- D. Alonso Morgado.
• Teniente de Artillería.- D. Gabriel Escribano.
• Teniente de infantería de marina.- D. Víctor Díaz y del Río.
• Contador oficial primero del cuerpo administrativo.- D. Vicente Acosta.
• Primer médico.- D. Rafael Sánchez.
• Segundo Médico.- Arístides Aviñoa.
• Capellán.- D. Gervasio san Pedro.

Tras su paso por el canal la Berenguela prosigue su viaje a las Filipinas.

Y es a partir de su llegada al archipiélago cuando se pierde el rastro de nuestra fragata. Apenas unos cuantos datos muy generales he podido encontrar de la estancia de la Berenguela en aguas de Filipinas, entre ellos estos:

De la enciclopedia Wikipedia

En su estancia en Filipinas, se distinguió batiendo a los rebeldes en la isla de Joló. Se desconoce el del destino final del buque.

Del libro Buques de vapor de la Armada Española. Del vapor de ruedas a la fragata acorazada, 1834-1885. José Lledó Calabuig.

En 1872 y como buque insignia del contralmirante Mac-Crohon, junto con otros menores, bombardeó Joló, siendo este hecho el último realizado por esta fragata, pues en 1875 fue dada de baja y desarmada, permaneciendo como pontón en el Arsenal de Cavite hasta el año 1877.

Del libro Historia General de España y América. Luis Suárez Fernández.

Detallando la sublevación de Cavite del año 1872, en la página 226 podemos leer esto acerca de la Berenguela:

“Hasta aquí, el movimiento militar, en el que, como informó el Gobernador a Madrid, todo había sido una maniobra del ejército indígena, sobre todo, de marina, y concretamente, la dotación de la fragata Berenguela”.

Para finalizar, una duda. Leo en la página que a continuación menciono (página dedicada a la Infantería de Marina) lo siguiente:

http://www.gratisweb.com/terciosdelmaroceano/EFEMERIDESFEBR.htm

Efemérides de Febrero. Día 12.

“En esta fecha del año 1.898, frente a la Isla Parang Parang (Joló), el principal y más temible núcleo de insurrectos y uno de los mejor artillados, el Teniente Coronel del Cuerpo de Infantería de Marina, Don Olegario Castellani Marfori, de brillante historial, con dos Compañías de 171 infantes, yendo la cabeza al mando del Tte. del Cuerpo D. Víctor Díaz del Río, Comandante de la guarnición del “Berenguela” consiguieron desembarcar en la playa, y tras reñido combate contra fuerzas muy superiores recibiendo nutrido fuego desde el bosque y cotas próximas, consiguieron arrollar al enemigo desalojándolo de sus posiciones, y manteniendo sus fuerzas, siendo felicitados por el Mac Mahón”.

¿Es posible que este Berenguela al que se refiere el autor, fueran los restos de la fragata, ya como pontón? En fín, aquí lo dejo para conocimiento del foro, y si es posible, para que algún compañero desvele este “pequeño misterio”.

Otros datos:

Adolfo Sidro de la Torre

Guardiamarina de la Escuadra del Pacífico. Combatiente en la Batalla de El Callao, donde destacó por un acto heroico,
al desactivar un torpedo dirigido a la Fragata Berenguela.
Participó en la Inauguración del Canal de Suez y navegó los Mares de China y Filipinas.

http://prieguenses.blogspot.com/


Berenguela

La luna en el mar riela,
y en la moviente ola estiba,
firme, orgullosa, altiva
la fragata Berenguela.
Si se llega a agujerear
su casco y el mar lo inunda,
fuerza es que el navío se hunda
en los abismos del mar….
basta que este ejemplo indique,
y que no olvides espero
que por un solo agujero
se va la fragata a pique.

http://www.alcudiavirtual.ua.es/servlet/SirveObras/public/01361734324581617887891/p0000002.htm#I_65_


Comandantes de la fragata Berenguela

Juan Bautista Topete y Carballo.
José Ignacio Rodríguez de Arias y Villavicencio.
Jacobo Mac Mahón y Santiago.
Manuel de la Pezuela y Lobo.
Alejandro Arias y Salgado.

A ver si entre todos podemos completar la lista de los comandantes de la Berenguela.

Y hasta aquí la historia de uno de los más bellos buques de la Armada española. Todo un símbolo de aquella poderosa marina Isabelina, tan cruelmente echada a perder por los de siempre.

Fuentes:

*.- Buques de vapor de la Armada Española. Del vapor de ruedas a la fragata acorazada, 1834-1885. José Lledó Calabuig.

*.- Buques de la Armada Española a través de la fotografía (1849-1900). Juan Luis Coello Lillo y Agustín R. Rodríguez González.

*.- La Ilustración Española y Americana.

*.- Wikipedia.

Creo haber señalado en el trabajo todas las demás fuentes. Si acaso, queda en el tintero algún que otro dato extraído de internet.

Un saludo.

Un excelente (como de costumbre) trabajo.

Mis felicitaciones.

Unos apuntes sobre su construcción:
Se puso la quilla el 1 de diciembre de 1853. El 28 de abril siguiente entró en Dique, quedando completamente listo para desempeñar cualquier servicio el 12 de setiembre de 1854.
Durante su construcción se mantuvo bajo un tinglado de madera con el objeto de preservarla de la intemperie, cubriendo además de resina y de pintura tanto la ligadura como el forro interior y exterior, baos y cubiertas.

Su construcción era mixta, de madera pero con baos, busardas, etc., de hierro.
Las dos piezas de popa de la quilla; el pie de roda; roda, caperol, tajamar; codaste y contracodaste; tres piezas de sobrequilla, curva croal, buzardas, cuerdas y baos del sollado; diagonales de madera de la bodega; parte del entablado de dicha bodega y del sollado, cucharros de proa y popa y piezas de vuelta de las cintas y cosederos; eran de madera de roble español.

Tres piezas de quilla, algunas de sobrequilla, los dormidos de popa, algunos ligazones, y la mayor parte de los reveses, la mayor parte del entablado de la bodega y entrepuentes del sollado, regalas, mesas de guarnición, cintas, cosederos y forro exterior hasta la flotación en rosca, las cuerdas y cosderos de la cubierta principal y del alcázar, las esloras, malletes entre baos y las dos terceras partes de estos en dichas cubiertas, los trancaniles, contracaniles y algunas tracas de las mismas, las brazoles y contrabazolas de la cubierta del sollado y algunas de la batería: de madera de roble del Norte de Europa, llamado de "Dandtzik".

Eran de madera de Sabicú los espaldones de proa, algunas piezas de ligadura, todos los polines y cojinetes de las calderas, máquinas y chumaceras del eje principal, las tornapuntas del empuje, las bitas, serviolas y carlingas del palo bauprés y trinquete, los esquinales del pozo de la hélice y la mayor parte de las brazoles de la batería y del alcázar, los guindastes, cabilleros, escoteras y algunos batiportes.

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Eran de caoba el timón, una pieza de quilla, los malletes del pozo de la hélice, las puertas de las cámaras y algunas brazolas de escotillas.

Eran de pino rojo del Norte de Europa todos los mamparos y repartimientos interiores de la bodega y del falso sollado, las carboneras, la cajonada y repartimientos de proa del sollado, los medios baos y una tercera parte de los baos de la cubierta de la batería y del Alcázar; el entablado de dichas cubiertas, las entrechazas interiores y exteriores de las mismas, las cintas y cosederas de la cubierta alta.

De pino blanco: Los repartimientos interiores de las cámaras y antecámara y la mayor parte de los cargos.

De Pino de Riga era toda la arboladura excepto el palo mesana, que era de pino de Mobila.

De álamo blanco de Roca era todo el forro exterior desde las paraduras inclusive hasta la flotación en rosca.

Como se ve, en cuanto a independencia de las maderas, ni a mediados del siglo XIX habían cambiado las cosas, siendo las maderas casi todas foráneas.

Por último, como buen ejemplo de cómo se hacía eso de la construcción mixta:
El buque iba ligado con diagonales de hierro á 45º con la quilla aplicadas sobre las cuadernas, y otras perpendiculares a éstas, también de hierro, sobre el forro interior. Parte de los pernos de encoramentos y clavazón de la bodega era de hierro galvanizado.
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