Cañonero torpedero

Temerario

Cartagena.- El cañonero-torpedero Temerario entrando en el puerto después de efectuadas sus pruebas de velocidad el 16 del corriente (Noviembre). Dibujo de A. de Caula, según fotografía instantánea remitida por D. Francisco Rentero.

Introducción

Pese a los buenos resultados del Destructor de Villaamil, se estimó que el sofisticado buque seguía siendo en esencia un torpedero agrandado, con muchas de sus debilidades, lo que fue cierto en el caso de todos los “destroyers” o destructores hasta la segunda década del siglo XX. Por ello la solución adoptada por todas las marinas desde mediados de los años ochenta sería el llamado “cañonero torpedero”, considerado como la mejor respuesta posible al problema de hallar buques rápidos que pudieran acompañar a la escuadra, protegerla de los torpederos enemigos, y atacar a su vez al torpedo. Sin embargo, el nivel alcanzado por la técnica de entonces no permitió una solución satisfactoria a las altas prestaciones requeridas, resultando que los cañoneros torpederos perdían pronto su ya un tanto limitada velocidad con el uso, por lo que eran incapaces de cumplir sus variadas misiones. Pese a ello, debe recordarse que los dos primeros acorazados hundidos en acción de guerra por torpedos automóviles lo fueron por armas lanzadas desde cañoneros torpederos; en concreto, el chileno Blanco Encalada por los Condell y Lynch el 23 de abril de 1891, y el brasileño Aquidabán por el Gustavo Sampayo el 7 de septiembre de 1895, en ambos casos en operaciones nocturnas y durante una contienda civil.

En el caso concreto de la Armada Española, aunque el programa naval de Rodríguez Arias aprobado en enero de 1897 estipulaba la construcción de decenas de estas unidades, al final sólo se encargaron exactamente diez, si bien de características muy superiores a las inicialmente previstas. De la citada decena, un total de seis buques fueron construidos por el pequeño astillero de Vila y Compañía, en La Graña, repartidos por mitades entre dos series distintas; la primera, formada por el Marqués de Molins, Galicia y Vicente Yáñez Pinzón; la segunda por el Doña María de Molina, Don Álvaro de Bazán y Marqués de la Victoria. Fundado en 1850, el astillero había tenido una gran actividad en la construcción de mercantes de vela hasta 1874, en que cerró incapaz de resistir la competencia extranjera en la era del vapor y los cascos metálicos. En 1888 reabrió sus puertas con la esperanza de obtener encargos de la nueva Ley de Escuadra, figurando como director técnico el gran ingeniero de la Armada D. Andrés Comerma (Buques de la Armada Española a través de la fotografía 1849-1900).

La clase Temerario

La primera serie de cañoneros torpederos encargados por la Armada terminaría estando formada por seis unidades, cuya construcción se repartió entre tres astilleros diferentes: uno en el Arsenal de Cartagena (Temerario), dos en el Arsenal de La Carraca (Nueva España y Martín Alonso Pinzón) y los tres restantes en el ya citado de los hermanos Vila en La Graña, junto a Ferrol (Vicente Yáñez Pinzón, Galicia y Marqués de Molins). El diseño de los buques se debió al destacado ingeniero D. Tomás Tallerie y Ametller (Buques de la Armada Española a través de la fotografía 1849-1900).

Con respecto a las características generales de estos primeros seis buques, paso a dar las del cañonero torpedero Temerario, para después señalar las diferencias existentes con los restantes cinco.

Caracteristicas Generales (Temerario).

Desplazamiento.- 571 toneladas.
Eslora entre perpendiculares.- 58 metros.
Manga de fuera a fuera.- 7 metros.
Puntal.- 3,83 metros.
Calado a proa.- 3,15 metros.
Calado a popa.- 2,15 metros.

El resto de sus compañeros presentarían diversas diferencias, tanto en tonelaje como en dimensiones.

Propulsión.- Dos máquinas verticales de triple expansión construidas en Glasgow por la firma Maudslay & Sons, que actuaban sobre dos hélices, alimentadas de vapor por cuatro calderas, dos cilíndricas para las navegaciones a velocidad económica, y dos tipo locomotora, para las grandes velocidades; la potencia total era de 2.600 cv indicados.
Calderas.- Dos cilíndricas ordinarias de llama directa, y otras dos del tipo de locomotora.
Velocidad.- Alcanzo en sus pruebas nada menos que 20,5 nudos, aunque la velocidad máxima en servicio se situó en torno a los 18 nudos.
Carboneras.- Están dispuestas circunvalando á las máquinas y calderas por los costados y parte superior, á fin de utilizar el oficio protector que les pueden prestar, especialmente por la parte de proa de las calderas, en donde constituyen, por su mayor espesor, una verdadera defensa cuando están llenas de carbón.
Capacidad de carboneras.- 130 toneladas.
Autonomía.- Tras las pruebas de consumo se cifró en unas 3.400 millas a 10 nudos, frente a las 2.700 de proyecto.

Aparejo.- De pailebot, su velamen sumaba 233 metros cuadrados.

Armamento.- Dos cañones de 12 centímetros Hontoria modelo 1879 en las bandas, 4 Nordenfelt de 57 milímetros a proa y popa, una ametralladora de 11 milímetros del mismo fabricante y dos tubos lanzatorpedos.

Dotación.- Unos 80 hombres, siendo mando de teniente de navío de primera clase.

Diferencias más notable con el resto de la serie.

Desplazamiento y dimensiones.- En el resto de los cinco buques el desplazamiento subió hasta las 630 toneladas, el puntal aumento hasta los 4,22 metros y el calado hasta los 3,63 metros.

Propulsión.- Las máquinas del Nueva España fueron construidas en Gran Bretaña por la firma Napier & Sons; las del Martín Alonso Pinzón y Galicia, por La Maquinista Terrestre y Marítima de Barcelona; la del Vicente Yáñez Pinzón por la sevillana Portilla, White y Cía.; la del Marqués de Molins por el Arsenal de Ferrol.

Armamento.- Idéntico al Temerario, el del Nueva España y Martín Alonso Pinzón. En los tres restantes (Galicia, Vicente Yáñez Pinzón y Marqués de Molins) el armamento varió sustituyéndose las dos piezas de 12 centímetros por otras tantas Nordenfelt de 57 milímetros (por lo que estos tres últimos buques embarcaban un total de 6 piezas del sistema citado), el resto del armamento sería igual a los primeros.

Que un buque de apenas 600 toneladas haya causado tanto temor a la "Poderosa" USN, da que pensar sobre la capacidad real de la "Poderosa" USN, no?
Saludos.

Hasta el mas pequeño puede cambiar el mundo, no?

Que se lo digan al acorazado chileno "Blanco Encalada", al que hundió un buque similar al "Temerario".

Repuestas las fotografías del cañonero torpedero Temerario. Lamentablemente no existen muchas de este buque, y las otras que tengo, son de muy mala calidad.

Un saludo.

Creo haber encontrado una imagen del Temerario.
Revisando imágenes encontradas en la red, me llamó la atención una de un buque atracado en el Arsenal de Ferrol. Se intuye que monta dos cañones Hontoria de 120 mm. y que tiene dos chimeneas casi pegadas, dos palos, el puente en esa posición, los botes, ...
Por lo que después de ir rechazando unidades sólo me quedó como posible el cañonero Temerario.
Esta es la imagen:

https://img17.imageshack.us/img17/3137/temerariosic.jpg

Amigo Sarridal, no consigo ver la imagen. Me aparece un mensaje que dice, “Vaya, parece que este enlace está roto”.

Prueba a colgar la imagen otra vez.

Un saludo.

Solo había que añadir "jpg" que se le olvidó "sombrear"

https://img17.imageshack.us/img17/3137/temerariosic.jpg

un saludo

Antonio

Haciendo memoria y buscando un poco encontré la página de la foto. Se trata de la web de vida marítima, en la reseña dedicada al Brigadier González Hontoria, su enlace es el siguiente:
https://www.vidamaritima.com/2008/07/el- ... toria.html
Es la última foto, señalada con el número 12, que se dice que pertenece a la obra "Hombres y Barcos. La Fotografia de la Marina Española en el Museo Naval. (1.850-1.935)"

San Nicolás de los Arroyos, donde está tomada la foto del trozo de desembarco, es la zona donde la llamada "primera escuadrilla" argentina (goleta "Invencible", bergantín "25 de Mayo" y balandra "Americana") fue capturada por Romarate.
Saludos
Rioplatense

Los cañoneros torpederos (o como exgeradamente se los llamó en un tiempo, cruceros-torpederos) eran buques bastante limitados, prontamente superados por los contratorpederos o destructores, ya que eran grandes y lentos como torpederos y poco poderosos para combatir en superficie contra naves mayores. En general, eran más lentos (o con suerte, tenían la misma velocidad) que los cruceros de su tiempo, aún antes de la utilización de las turbinas. Salvo de las críticas al "Destructor", dado que en su tiempo sí era más veloz que muchos de sus contemporáneos (ventaja que la mayoría de sus seguidores no tuvieron).
Sus éxitos como torpederos fueron contra naves ancladas (como en Chile), en el marco de contiendas civiles.
En la primera guerra mundial los sobrevivientes fueron usados para tareas de guerra de minas u otras que no requerían gran velocidad.
En Argentina tuvimos tres: "Espora", "Rosales" y "Patria". El más famoso fue el "Rosales" (habitualmente llamado "la" "Rosales"), porque se hundió cuando viajaba a participar de los festejos de 1892 y la mayor parte de su tripulación murió o desapareció (probablemente abandonada por sus oficiales, lo que dio lugar a un sonoro juicio en aquel tiempo, varios libros y hasta una película en la década de 1980).
Saludos
Rioplatense

Estimado Rioplatense. He empezado un tema sobre el Rosales, que sin duda le gustará completar.

viewtopic.php?f=49&t=4973

Hola Cervera, ahí van un grabado y un par de fotos del "Temerario".






Un grabado del "Temerario"


y un par de fotos.









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La Ilustración Española y Americana, 30 de noviembre de 1891.

<<El día 16 del actual se han verificado en aguas de Cartagena las pruebas de velocidad del nuevo cañonero-torpedero Temerario, construido en el astillero de aquel puerto: en todas las parciales, anteriormente efectuadas, funcionaron bien los diversos mecanismos del barco, y en las definitivas alcanzó éste una velocidad de 20,50 millas, la cual se puede elevar a 22 millas.

Los principales datos oficiales referentes al buque son los siguientes:

Dimensiones: eslora en la flotación, 58 metros; manga (de fuera a fuera), 7; puntal desde la cubierta, 3,83; calado, 3,15; desplazamiento 571 toneladas.
Máquinas: lleva dos de triple expansión, que desarrollan una fuerza de 2.600 caballos; tiene cuatro calderas, o sea dos tubulares ordinarias y dos tipo locomotora; sus carboneras dan capacidad para 130 toneladas de combustible.
Armamento: monta dos cañones de 12 centímetros, sistema González Hontoria, modelo 1879, construidos en el arsenal de la Carraca; cuatro de 57 milímetros, sistema Maxim-Nordenfelt, hechos en Plasencia de las Armas; una ametralladora de 11 milímetros, sistema Nordenfelt, y dos tubos de lanzar torpedos.

Añadiremos que el casco lleva planchas de acero laminado, sistema Siemens-Martín, y que el interior, dotado de alumbrado eléctrico y de un proyector Maxim, está dividido en siete compartimientos estancos.

El Temerario ha sido construido con sujeción a planos del ingeniero naval D. Tomás Tallerie>>.

Naturaleza, Ciencia e Industria, Núm. 11, 10 de diciembre de 1891(F. Chacón y Pery):

<<Este buque ha sido proyectado por el ingeniero naval Excmo. Sr. D. Tomás Tallerie para hacer el servicio ordinario de los cañoneros guarda-costas en tiempo de paz, y de torpedero de alta mar en tiempo de guerra; dualismo posible por la circunstancia especial, sui generis, y única en su especie, de las dos clases de calderas que lleva, de las cuales dos de ellas son del tipo de locomotora y tienen los mismos inconvenientes que las de todos los torpederos, á saber: no están exentas de serios peligros; exigen grandes cuidados para su manejo y conservación, y no deben emplearse en los servicios ordinarios, porque sus extremadas condiciones de construcción implican tan fáciles deterioros, que muy pronto quedarían inutilizadas, siendo preciso reservarlas para aquellos casos supremos de la guerra en que se requiera de ellas el máximo trabajo. Por esta razón los torpederos ordinarios representan en todas las marinas un capital muerto en tiempo de paz, obligados á permanecer á resguardo en varaderos en tierra y dotados con cierto personal que cuide sin cesar de remover sus máquinas y atender á su conservación. El Temerario, gracias á la feliz idea de combinar dos tipos diferentes de calderas, podrá empezar, desde luego, á prestar servicio sin detrimento de sus propiedades militares para tiempo de guerra.

No tendrá ciertamente la velocidad de veintitantas millas que han alcanzado otros buques torpederos; pero esta inferioridad relativa en el andar carece de importancia si se reflexiona que, para obtenerla en aquellos buques que podríamos llamar torpederos veloces, se han sacrificado de tal modo sus demás propiedades marineras, que tanto por la débil resistencia de su estructura y consolidaciones, como por la falta absoluta de alojamientos habitables y por el rápido deterioro de todos sus organismos, son incapaces de soportar una campaña de mar, quedando relegados en tiempo de guerra á prestar limitados servicios al amparo de las costas, y exigiendo en tiempo de paz que se les cuide en tierra como objetos de museos, sin que en ningún caso dichos torpederos veloces hayan vuelto á alcanzar las velocidades que obtuvieron en las pruebas de recibo á expensas de gran parte de la vida de sus calderas. El Temerario, en cambio, es un verdadero buque de mar, con la robustez necesaria para toda clase de navegaciones, con alojamientos cómodos y proporcionados para su tripulación y con todos los adelantos modernos que pueden aplicarse racionalmente al arte naval, sin que el buque destinado á navegar, en la más alta extensión de esta palabra, quede reducido á un complicado mecanismo acuático, capaz tan sólo de fascinar por las habilidades de paz en unas pruebas oficiales.

Pídanse naves cuyas principales propiedades deban subordinarse á la de obtener gran rapidez de marcha, y en España se construirán lo mismo que en el extranjero; pero sí se quieren barcos de guerra capaces de aguantar una campaña, no hay que soñar con esas velocidades de veintitantas millas, incompatibles, al menos por ahora, con las más indispensables condiciones militares y marineras de los buques de guerra, y cuya permanencia es harto problemática.

Realizando el Temerario las condiciones para que ha sido proyectado, bien podemos felicitarnos de haber creado en España un nuevo tipo de buque de guerra, cuya verdadera utilidad no hemos de perdonar la ocasión de celebrar, ya que desgraciadamente no podamos decir otro tanto con respecto á todas las construcciones de nuestra escuadra.

Y este resultado se ha obtenido; mas antes de ocuparnos con la detención que el asunto merece de las pruebas á que el buque ha sido sometido, consignaremos los principales datos de su construcción; datos que nos han sido facilitados por el distinguido ingeniero autor del proyecto>>.

La Época, 9 de octubre de 1887.

<<El día 21 del corriente se pondrán en el arsenal de Cartagena las quillas del crucero de primera clase Lepanto y del cañonero torpedero Tallerie, primero de los tres de su clase que en muy breve han de construirse>>.

La Época, 31 de octubre de 1890.

<<El caza-torpederos Temerario construido en el Arsenal de Cartagena, ha hecho las pruebas de su máquina, amarrado a los muelles de la dársena. En breve verificará pruebas de marcha en alta mar>>.

La Época, 6 de julio de 1891.

<<Según noticias de Cartagena, el crucero Conde del Venadito, construido en aquel Arsenal, se está concluyendo de alistar para hacer pruebas. También se activa el armamento del Reina Mercedes y del cazatorpederos Temerario>>.

La Época, 5 de noviembre de 1891.

<<En las pruebas de mar verificadas recientemente en Cartagena por el cañonero-torpedero Temerario, ha demostrado ser un buque de primera marcha entre los de su clase, pues con las dos calderas de popa solamente, que han sido las hasta ahora encendidas, ha sostenido un andar de 13 millas y alcanzado, en el recorrido de algunos marcaciones, la velocidad de 15 millas. Como el buque se ha construido para servir de cañonero guarda-costas en tiempo de paz y utilizarlo como torpedero en caso de guerra, solo debe encender las calderas de popa en servicio normal a que se le destina>>.

La Época, 9 de noviembre de 1891.

<<No está bien informado El Liberal en las apreciaciones que hoy formula respecto al cañonero torpedero Temerario; y a sus preguntas podemos contestar lo siguiente, que nos parece bastante para que se rectifiquen los errores en que, sin duda involuntariamente incurre:

A los dos años justos (plazo que se marcó) de haberse encomendado la construcción de este cañonero, procedióse a practicar las pruebas preliminares, después de las cuales se verificaron las oficiales, según nuestros informes con resultado satisfactorio.

No es posible que el número de 21 millas que El Liberal consigna pueda recorrerlo un buque del tonelaje del Temerario, y aquí no se ha visto defraudada ninguna esperanza, puesto que en el contrato se estipuló una velocidad con marcha natural de 12 millas, y de 17 con marcha forzada.

Debemos advertir también que son satisfactorias las pruebas puramente particulares que en la actualidad se están llevando a cabo con dos de los cuatro cuerpos de máquina que posee el buque, y cuyos constructores están reputados como los más notables del Almirantazgo inglés.

Ahora bien: sí, en cuanto sale un buque de nuestros Arsenales, se apresurara la prensa a encontrarle defectos, ¿es que desea que todas las construcciones se encarguen al extranjero? Pues dígalo de una vez, para que los Gobiernos y el país sepan a qué atenerse>>.

La Época, 13 de noviembre de 1891.

<<De las últimas pruebas verificadas en Cartagena con el cañonero-torpedero Temerario, ha resultado que las máquinas están bien montadas y funcionan con toda regularidad. Cuando ceda el temporal continuarán las pruebas de velocidad con tiro forzado>>.

La Época, 17 de noviembre de 1891.

<<Hoy se ha recibido el siguiente telegrama oficial:

Cartagena 16 de Noviembre.- Pruebas oficiales verificadas hoy del Temerario, con cuatro calderas, han dado los resultados siguientes:

Tiro forzado con media pulgada de presión aire y cien libras de presión en la caldera y ciento noventa revoluciones, la velocidad máxima sobre una base de cuatro millas y un décimo resultó de veinte y media millas. Con tiro natural de cien libras de presión y ciento setenta y cuatro revoluciones, resultado de diez y siete millas.

Pruebas de artillería buen resultado. Ampliaré detalles terminados cálculos.

Estas noticias son la prueba más palmaria de lo infundadas que eran las noticias propaladas hace días por algunos periódicos acerca del resultado de las pruebas del aludido barco>>.

Naturaleza, Ciencia e Industria, Núm. 11, 10 de diciembre de 1891(F. Chacón y Pery)

Terminadas las pruebas preliminares más indispensables para verificar la buena disposición de los aparatos, corregir los pequeños defectos de ajuste y regulación y habituar al personal encargado del manejo de las máquinas á conducirlas de la manera conveniente, salió por fin el Temerario en la mañana del día 17 de Noviembre á su prueba de recibo, esto es, á comprobar si las máquinas y calderas reúnen las condiciones estipuladas en el contrato con la casa constructora; si el buque obtiene las velocidades proyectadas, cuáles son sus propiedades marineras, en qué condiciones se obtiene su régimen de marcha económica y si funcionan debidamente sus elementos bélicos de artillería y torpedos; datos todos á cual más importante, aunque á primera vista parezca que á la velocidad se subordinan los demás, porque, sin duda, la rapidez de movimientos es la propiedad del buque que envuelve más complejos problemas y más dudosos resultados en su antagonismo con las demás ineludibles condiciones á que ha de satisfacer la nave de guerra. El resultado de esta prueba importante fue altamente satisfactorio. Más antes de referirla y de consignar los datos que acreditan el acierto que ha presidido á tan delicada construcción, séame permitida una pequeña digresión encaminada á poner en antecedentes sobre las pruebas de velocidad de los buques, á los que, siendo ajenos á las cosas de la mar, me honren con la lectura de estos renglones.

“Las pruebas de velocidad se verifican recorriendo un número par de veces, á toda fuerza, una distancia de ordinario igual, ó poco superior á una milla, de antemano cuidadosamente medida á lo largo de una costa.

Mientras se efectúa la prueba, se mantiene en el aparato motor el régimen correspondiente al máximo desarrollo de trabajo, tanto en los generadores como en las mismas máquinas, sosteniendo constante para ello la tensión del vapor en los primeros, y haciendo que en las segundas desplieguen toda su fuerza, ya sin el tiro forzado, ya con él, según cuales fueren las condiciones en que se verifique el ensayo.

Claro está que, en general, los datos así recogidos, esto es, en circunstancias por lo común excepcionales de mar, con un personal cuya preocupación dominante es el resultado de las pruebas, con un carbón de ordinario escogido, merecen absoluta confianza para deducir consecuencias en el servicio corriente.” (Curso de Máquinas Marinas de Vapor, por Don Gustavo Fernández, ingeniero de la Armada, 1891.)

El grado de importancia que puede tener el dato de velocidad obtenido por este procedimiento llamado de la milla medida, está al alcance de cualquiera, con sólo considerar que un buque, á la velocidad de 20 millas por hora, recorrerá la distancia de una milla en tres minutos, para cuyo breve intervalo de tiempo fácilmente preparan los maquinistas y fogoneros expertos un supremo, violento y pasajero esfuerzo de los aparatos propulsivos, merced á la cual se obtiene y se pregona compulsivamente una velocidad máxima, que es realmente ilusoria.

Pues bien, nada de esto es aplicable á las pruebas del Temerario: éstas se han efectuado recorriendo varias veces en ambos sentidos, no una sola milla ó poco más, sino un trayecto de unas ocho millas, cuya parte central, comprendida entre dos enfilaciones perfectamente determinadas con objetos terrestres inamovibles, constituye una excelente base de 4,1 millas para hacer las observaciones del tiempo invertido en recorrerla. Disponíase á bordo de buen carbón Nilson, traído exprofeso para las pruebas, por estar así estipulado en el contrato de las máquinas; pero el personal de maquinistas y fogoneros no podía ser el adecuado para hacer, no ya esas habilidades de los supremos esfuerzos insostenibles más allá de la milla medida, sino ni siquiera un buen régimen normal de marcha forzada, porque en una marina de escasos buques modernos que consume poco carbón en navegar, no es posible pedir que se tengan experimentados maquinistas. No obstante, á pesar de estas desfavorables circunstancias, el Temerario recorrió dos veces la base de 4,1 millas en 13 minutos y 39 segundos, y tres veces en 12 minutos; lo que corresponde á las velocidades de 18 millas y 20,5 millas respectivamente, habiendo desarrollado sus máquinas la potencia de 2.600 caballos con 100 libras de presión en las calderas y media pulgada de tiro forzado. Con tiro natural se obtuvo un excelente y bien sostenido régimen de marcha, con la velocidad media de 16,5 millas. Hiciéronse después diversas evoluciones que demostraron las buenas propiedades de gobierno del buque; se practicaron sin dificultad alguna los disparos reglamentarios de artillería y torpedos, y regresó el buque al arsenal, ejecutando al fondear tan hábiles movimientos giratorios, que fueron la admiración de cuantos los presenciaron.

Las pruebas del Temerario no han podido ser más satisfactorias para España, para la marina, para el arsenal de Cartagena, en donde se ha construido el barco, y para la casa Maudslay, constructora de máquinas; pero muy especialmente para el distinguido ingeniero naval Excmo. Sr. D. Tomás Tallerie, que, retirado voluntariamente del servicio activo, no para descansar, sino para dedicarse con más independencia y afán al cultivo de su profesión, ha creado desinteresadamente este nuevo tipo de buque de guerra, por cuyo éxito le enviamos, con nuestra siempre respetuosa consideración, la más justa, espontánea y sincera de las enhorabuenas, extensiva á la casa constructora de las máquinas y á las fábricas de Sevilla y Plasencia, que han facilitado la artillería del buque.
Una aclaración y un ruego para terminar estas noticias.

Ignoramos cuáles sean los términos del acta oficial; los datos que dejamos apuntados son el resultado de nuestra propia observación y juicio personal de las pruebas. La Revista General de Marina, que, sin duda, dará cuenta oficial de ellas, nos rectificará si en algún error hubiésemos incurrido.

La Época, 20 de febrero de 1892.

<<El Sr. Angosto ruega al ministro de Marina que, en vista del brillante resultado que han tenido en Cartagena las pruebas del torpedero Temerario, sistema Tallerie, se dé a este ilustre ingeniero español, que ha prestado a la patria tan relevantes servicios sin retribución alguna, una muestra de aprecio, ya concediéndole el título honorario de inspector general de Ingenieros de la Armada, o bien dando su nombre al torpedero>>.

En este mismo sentido podemos leer en la revista Naturaleza, Ciencia e Industria, Núm. 11, 10 de diciembre de 1891(F. Chacón y Pery), lo siguiente:

<<Dentro de poco contara nuestra marina con otros cinco buques del tipo del Temerario, de los cuales dos se construyen en el arsenal de la Carraca, con los nombres de Nueva España y Audaz, y los otros tres, el Galicia, el Veloz y el Rápido, en el arsenal particular de Vila, establecido en la ría del Ferrol.

¿No sería justo que alguno de estos buques llevase el nombre del ilustre ingeniero español que los ha proyectado? Ninguna gloria patria quedaría ofendida porque cambiásemos el arrogante nombre del Temerario por el del modesto ingeniero Tallerie, que así designará, no sólo el género de estos nuevos buques, sino el especial, el construido bajo su inmediata dirección en el arsenal de Cartagena>>.

En sus primeros años en servicio el Temerario fue un buque muy popular, formando parte de la escuadra que participó en las celebraciones del IV Centenario del Descubrimiento, en 1892. Al año siguiente tomaría parte en las operaciones de la guerra de Melilla donde recibió su bautismo de fuego (Buques de la Armada Española a través de la fotografía 1849-1900).




El proyecto de Fuerzas Navales para el ejercicio 1892-93 redactado por el ministro de Marina (La Época, 18 de marzo de 1892) recoge en su articulado, que el cañonero-torpedero Temerario es destinado al resguardo marítimo del departamento de Cartagena, junto con los cañoneros Eulalia, Toledo, Pilar, Bidasoa, Diligente y Alsedo, y las lanchas cañoneras Águila, Cuervo, 25 escampavías y dos barquillas.

La Época, 1 de mayo de 1892.

<<Tan pronto se encuentre listo para hacerse a la mar el cañonero-torpedero Temerario, pasará destinado a Valencia como buque mayor de aquella División de guardacostas, en relevo del vapor [i]Gaditano[/i]>>.


El IV Centenario del Descubrimiento


La Época, 30 de mayo de 1892.

<<El día 2 de agosto próximo se hallarán en aguas de Palos de Moguer (Palos de la Frontera) los cruceros Isla de Cuba, Isla de Luzón y Conde de Venadito, el cañonero Temerario y otro buque pequeño para presenciar la salida de las carabelas facsímile de las que verificaron la primera expedición a América>>.

La Época, 11 de julio de 1892.

<<Hoy han fondeado en Cádiz, procedentes de Cartagena, el cañonero Temerario y el crucero Isla de Luzón>>.

La Época, 29 de julio de 1892.

<<Cádiz 28 (10,25 noche).- Mañana almorzara el ministro en el Legazpi. Después visitará los buques de la Compañía Trasatlántica Joaquín del Piélago y Reina María Cristina, que se encuentran en el dique.

El domingo, al amanecer, la Santa María, que se hallará en la bahía de Cádiz desde mañana para que el público pueda verla, se hará a la mar con rumbo a Huelva, escoltada por la escuadrilla compuesta de los cruceros Isla de Cuba e Isla de Luzón, el clipper Nautilus y los cañoneros Arlanza, Temerario, Cuervo y Cocodrilo.

La carabela hará el viaje a vela si el viento le es favorable, y sí no, remolcada por uno de los cruceros. La Santa María arbolará la insignia de Colón.

La escuadra de instrucción marchará detrás, izando la insignia de almirante el transporte Legazpi: se compone del acorazado Pelayo, los cruceros Reina Regente y Alfonso XII, y la fragata Vitoria.

Como el calado de estos buque es grande, fondearán fuera de la barra del Salte.

Desembarcará el ministro y oirá el Te Deum que se cantará en la Rábida, marchando a Huelva el día 2 del próximo>>.

La Época, 9 de agosto de 1892.

<<La escuadra española en Génova. San Sebastián 8 (7,15 tarde).- para el 8 de septiembre estará en Génova la escuadra española compuesta del acorazado Pelayo, la fragata Victoria, los cruceros Reina Regente y Alfonso XII, y el cañonero Temerario>>.

El 29 de agosto, la Escuadra de Instrucción zarpa de Cádiz poniendo rumbo a Génova. Forman la misma el acorazado Pelayo, los cruceros Reina Regente y Alfonso XII, la fragata blindada Vitoria y el cañonero torpedero Temerario. Sin forzar la marcha, nuestros buques deberán llegar al puerto italiano entre el viernes día 2 y el sábado día 3 de septiembre. El Temerario se destacara de Escuadra para anunciar la llegada de los buques a Génova, a fín de que se disponga con tiempo lo necesario para las maniobras de arribo (fondea en Génova el día 3, el resto de la escuadra lo hará el día 4).

Ya en aguas españolas (los buque españoles fondean en Barcelona el día 18 de septiembre), el cañonero torpedero Temerario, participa activamente en la gran concentración internacional naval reunida en Huelva el día 10 de octubre. Forman parte de la Escuadra de Instrucción además del Temerario, los siguientes buques: acorazado Pelayo, fragata acorazada Vitoria, cruceros Reina Regente y Alfonso XII y transporte Legazpi. Otros buques españoles participantes fueron los cruceros Conde de Venadito, a bordo del cual viajaban los reyes, Isla de Cuba, Isla de Luzón y el cañonero Cuervo, todos ellos escoltando a SS.MM.

La Época, 13 de octubre de 1892.

<<Huelva 12 (9,30 noche).- Al amanecer saldrán para la capital andaluza (Sevilla) la nao Santa María y las carabelas Niña y Pinta, remolcadas respectivamente por el cañonero Temerario y los cruceros Isla de Cuba e Isla de Luzón>>.

La Época, 23 de octubre de 1892.

<<Sevilla 23 (2 tarde).- Han zarpado para Cádiz el crucero Isla de Cuba y el cañonero Temerario, remolcando a la nao Santa María>>.

La Época, 20 de diciembre de 1892.

<<Noticias Generales.- Se ha aprobado el proyecto de alumbrado eléctrico para los cañoneros Temerario y Pinzón>>.

La Época, 30 de marzo de 1893.

<<Dice un periódico que entre las economías proyectadas por el Sr. ministro de Marina, figura la que……… (¿?) la supresión de la estación naval en la América del Sur, a la que se destinará un cañonero, en vez de un crucero que ahora existe, y se rebajará el número de plazas que recientemente se aumentó en las compañías de Infantería de Marina.

Si estas noticias son exactas, desde luego combatiremos………….. (¿?).

Nuestros intereses en América del Sur exigen la presencia en aquellas costas, por lo menos de un crucero, ya que no se disponga de más buques. Y si ese crucero fuese de primera, mejor.

Llevar un cañonero allí, nos parece poco decoroso para nuestra representación diplomática.

Tierras tan queridas para nosotros, en las cuales la colonia española es numerosísima, y las guerras civiles frecuentes, bien merecen que la bandera de nuestro país tenga allí la representación y el apoyo que le corresponden>>.

La Época, 4 de abril de 1893.

<<Un periódico da nuevas noticias sobre las principales modificaciones introducidas en el proyecto de presupuestos de Marina. Consisten en lo siguiente (y entre otras cosas cita):

Enviar a Montevideo al cañonero Temerario en sustitución del crucero Colón, obteniéndose con esto una economía de 180.000 pesetas>>.

La Guerra de Melilla (1893)

La Época, 1 de noviembre de 1893.

<<El torpedero Temerario se halla listo para incorporarse a la escuadra de instrucción tan pronto como se le ordene>>.

La Época, 2 de noviembre de 1893.

<<Palma 2 (10 mañana).- El comandante de Marina.- Acaba de salir para Melilla el cañonero [b]Temerario[/b]>>.

La Época, 3 de noviembre de 1893.

<<El Cañonero Temerario.- Este buque se incorporará a la escuadra; pero poniéndose a las órdenes del comandante general de Melilla.

El Temerario es de acero, de 671 toneladas y 2.600 caballos de fuerza; mide 58 metros de eslora, siete de manga, y, con un andar de veinte millas y media, tiene de calado medio unos tres metros.

Monta dos cañones Hontoria de 12 centímetros y cuatro ametralladoras sistema Nordenfelt.

Este buque, como es de menos calado que el Venadito, lleva orden de aproximarse a las playas rifeñas y cañonear los caseríos hasta cabo Tres Forcas.

Manda el cañonero el teniente de navío de primera D. Leopoldo Hacar>>.

La Época, 5 de noviembre de 1893.

<<Málaga.- Ayer fondeo en este puerto el cañonero Temerario, procedente de Palma de Mallorca>>.

La Época, 6 de noviembre de 1893.

<<Málaga 5 (2,30 tarde).- Esperan órdenes el crucero Alfonso XII, el cañonero Temerario y la fragata Gerona>>.

La Época, 13 de noviembre de 1893.

<<Melilla 12 (10 mañana).- Comandante general de la escuadra al ministro de Marina.- Después de conferenciar con el general Macías, considero que quedaría cubierto el servicio de esta plaza, por parte de Marina, con los cruceros Venadito, Cuba, Luzón y Temerario, teniendo en cuenta que tendrán que alternar para aprovisionarse de carbón en Málaga.

Puede disponerse también del Alfonso XII y del Reina Mercedes.

Convendría embarcación menor de vapor para el servicio del puerto>>.

<<Melilla 12 (8,30 noche).- El cañonero Temerario ha llegado de Nemoure a Chafarinas, y al amanecer se hallará en ésta>>.

La Época, 16 de noviembre de 1893.

<<Melilla 15 (11,30 mañana).- El comandante general de la escuadra.- Anoche salió el Temerario, después de recorrer los presidios de Alhucemas y Vélez, donde no hay novedad>>.

<<Málaga 16 (8 mañana).- Ha llegado el torpedero Temerario, que se quedará de estación en este puerto>>.

La Época, 17 de noviembre de 1893.

<<Escuadrilla Conveniente.- Aunque, según dijimos, se ha acordado la formación de una escuadrilla, dependiente de la escuadra, y que formarán los cruceros de menor calado, afectos a la misma, Venadito, Cuba, Luzón y torpedero Temerario, las fragatas Gerona y Navarra y el transporte Legazpi, destinados estos tres últimos buques al servicio de conducción de tropas y pertrechos de guerra de Málaga a Melilla, sería conveniente, para cuando nuestro Ejército comience operaciones serias en el campo marroquí, que a dicha escuadrilla se agregaran los cañoneros torpederos de tipo igual, aproximadamente, al Temerario que, tanto por su mucho andar como por sus novísimos medios de ataque y defensa, reúnen especiales y muy únicas condiciones para la navegación en las revueltas aguas del Estrecho.

Son estos buques los siguientes: Filipinas, Audaz, Nueva España, Alonso Pinzón, Yáñez Pinzón, Galicia, Ensenada, Molins y tres más, en proyecto, cuyos nombres no han sido acordados.

Todos ellos son modernos, de un andar de 19 a 20 millas con tiro natural; tienen más de 500 y menos de 600 toneladas, y se encuentran armados en aguas de la Península, en disponibilidad de prestar servicio al primer aviso. De manera que hasta por la parte secundaria del coste serían convenientes.

Puestos de acuerdo, recorrerían las costas del Rif en toda su extensión, vigilarían el campo enemigo, sorprenderían los trabajos de las kabilas, evitando sensibles sorpresas, y tendrían al comandante general de la plaza siempre al corriente de todo aquello que pudiera subvenir en provecho de nuestras tropas.

Además, como por su poco calado les es posible avanzar a la costa, hasta tocarla casi con la proa, en caso de necesidad sus disparos serían de seguro efecto y causarían verdadero pavor y daño a los poblados rifeños.

La retaguardia de esta escuadrilla la formarían los actuales buques, surtos en la bahía de Algeciras, Pelayo, Alfonso XII, Reina Mercedes, Barceló, Habana, Destructor y el Regente, cuando cumplida la misión que le ha sido confiada, quede nuevamente unido a éstos>>.

La Época, 22 de noviembre de 1893.

<<Melilla 22 (8,45 mañana).- En la madrugada de hoy salió el cañonero Temerario>>.

La Época, 27 de noviembre de 1893.

<<Málaga 26 (9 mañana).- El comandante de Marina.- Esta madrugada han salido para Melilla y Algeciras respectivamente los cañoneros Toledo y Temerario>>.

La Época, 29 de noviembre de 1893.

<<Melilla 29 (11 mañana).- El comandante del crucero Conde de Venadito al ministro de Marina.- Ha llegado el Alfonso XII con el general Martínez Campos y el almirante de la escuadra. Aquél pudo desembarcar con dificultad por el fuerte temporal que reina.

Durante la noche ha refrescado el tiempo, entrando una mar muy gruesa, que ha obligado al amanecer a abandonar el fondeadero a 12 buques que estaban en él, entre ellos el San Agustín, con dos regimientos que no han podido desembarcar.

Solo queda en la rada este buque, aguantándome con un ancla y sobre la máquina, habiendo perdido la cadena que tenía firme al anclar la Gerona, y que me dejó hace quince días.

Los cruceros Isla de Cuba e Isla de Luzón han salido para Chafarinas, y el Alfonso XII, con el almirante, también, al parecer, para el mismo puerto.

Al Temerario, que salió ayer para aquellas islas, por no poderse aguantar en la rada, se le disparó el cabestrante al levar, hiriendo gravemente a un marinero y levemente a otro más.

El herido grave fue trasladado al Hospital de Chafarinas>>.

La Época, 30 de noviembre de 1893.

<<El Temerario compuesto.- Chafarinas 30 (8 mañana).- El comandante del Venadito.- Continúa el temporal. Vine a este puerto y aquí sigo, por habérmelo así ordenado el general en jefe.

Ha quedado remediada la avería del Temerario y lista su máquina.

Sin novedad en los buques de guerra, ni transporte mercante>>.

La Época, 1 de diciembre de 1893.

<<Melilla 30 (1,35 tarde).- El comandante general de la escuadra al ministro de Marina.- En la amanecida de ayer hubo que dejar el fondeadero, por mar gruesa del Este con vientos. Al intentar levar el ancla se inutilizó la máquina del cabestrante, pero pude conseguir efectuarlo a brazo. Es de absoluta necesidad fundir el piñón partido, que calculó podrá hacerse en dos días en el Arsenal.

Los cruceros Cuba, Luzón, Venadito y Temerario aguantan el tiempo en Chafarinas.

Yo le aguanto en la mar.

El primero perdió un bote de vapor, y el segundo dejó el fondeadero, abalizando el ancla.

Sin novedad en los buques>>.

<<Melilla 1º (1,30 tarde).- El comandante general de la escuadra de instrucción.

Regresaron anoche de Chafarinas los cruceros Isla de Cuba e Isla de Luzón, quedando en aquella bahía el Temerario, sin novedad>>.

La Época, 2 de diciembre de 1893.

<<Tarifa 2.- El vigía.- Ha salido para la mar el cañonero Temerario>>.

La Época, 9 de diciembre de 1893.

<<Melilla 7 (6,30 tarde).- El comandante del Venadito al ministro:

El tiempo ha mejorado algo y se espera que mañana podrán hacerse operaciones de descarga de los buques que aún están en Chafarinas, así como del Reina Mercedes y el Temerario>>.

La Época, 10 de diciembre de 1893.

<<Telegramas oficiales recibidos hoy en el Ministerio de Marina, dicen que los buques Isla de Cuba, Conde de Venadito y Temerario, que, por causa del fuerte Levante que reinaba en el peligroso puerto de Melilla, habían ido a anclar a Chafarinas, han regresado a aquella plaza de guerra por haber amainado el temporal.

El crucero Isla de Luzón, encargado de la misión diplomática que ya conoce el público, seguía esta mañana fondeado en la bahía de Tánger>>.

<<Hoy se ha constituido en aguas de Melilla la escuadra de operaciones que ha de cruzar en aquellas al mando del Sr. Díaz Moreu, comandante del crucero Conde de Venadito, compuesta de este buque, del de igual clase Isla de Cuba, del caza-torpederos Destructor y de los cañoneros Cuervo y Temerario.

De esta escuadra formará parte el crucero Isla de Luzón en cuanto terminé la misión que está desempeñando en Tánger, y cuyo resultado se espera con impaciencia justificadísima>>.

La Época, 17 de diciembre de 1893.

<<Chafarinas 16 (9,45 mañana).- El comandante general de la escuadra al ministro de Marina:

Por recalar mucha mar del Nordeste dejé ayer tarde la rada de Melilla, fondeando de noche en Chafarinas con el crucero Mercedes, la fragata Gerona, los cruceros Isla de Luzón y Conde de Venadito y el cañonero Temerario.

Mucha mar del Nordeste. Tiempo cerrado y chubascos.

Sin novedad en los buques>>.

La Época, 23 de diciembre de 1893.

<<Melilla 23 (8,20 tarde).- El capitán del puerto:

Han llegado de Chafarinas el torpedero Temerario y el vapor África>>.

La Época, 18 de enero de 1894.

<<Algeciras 17 (8,15 noche).- Esta mañana, a las doce, salió para Melilla el cañonero-torpedero Temerario, conduciendo varios soldados desertores de los Cuerpos que aún permanecen allí>>.

<<Melilla 18 (2 tarde).- Procedente de Algeciras, ha fondeado la escuadra de instrucción, compuesta del acorazado Pelayo y de los cruceros Reina Regente, Reina Mercedes, Alfonso XII e Isla de Luzón.

También llegaron, a primera hora de la mañana, el crucero Conde de Venadito, que se encontraba en Chafarinas, y el cañonero torpedero Temerario>>.

La Época, 28 de enero de 1894.

<<La distribución de la escuadra de operaciones en la costa de África es actualmente la que sigue:

El Pelayo salió ayer de Cádiz para el Ferrol, con objeto de limpiar sus fondos.

El Alfonso XII, donde arbola su insignia el almirante, el Reina Regente, el Reina Mercedes, el Conde de Venadito, el Isla de Cuba y el transporte Legazpi, siguen en Cádiz, así como el crucero Marqués de la Ensenada, cuya incorporación a la escuadra se dispuso ayer.

El Destructor se halla en la Carraca; el Isla de Luzón y el Cuervo están en Málaga, y el Temerario se encuentra en Melilla>>.

En abril de 1894 finaliza la campaña, y con ella la participación del Temerario en la misma. Sin embargo, las tensiones en el norte de África continuaron. El 7 de junio fallece el Sultán de Marruecos Hassan I, y la Marina española vuelve a ponerse en estado de alerta, buena prueba de ello es la noticia siguiente:

La Época, 13 de junio de 1894.

<<Se ha ordenado que se halle en Cádiz, dispuestos a zarpar con rumbo a las costas africanas, los buques de guerra Reina Mercedes, Marqués de la Ensenada, Reina Regente, Alfonso XII, Gerona y Temerario>>.

La Época, 10 de octubre de 1894.

<<Santa Catarinha (Portugal) 17 (1,55 tarde).- Ha fondeado aquí, sin novedad, por el mal tiempo, el Temerario>>.

Con esta última noticia pierdo la pista de nuestro cañonero, volviéndola a retomar en abril de 1895. La siguiente noticia nos señala la presencia de nuestro buque, como Estación Naval, en el Río de la Plata, ubicación que ya no abandonaría hasta la derrota española en la Guerra del 98.

La Estación Naval del Sur de América

En octubre de 1894 el Temerario llegó a su nuevo destino, la Estación Naval del Río de la Plata, en sustitución del crucero Cristóbal Colón; lo que no podía saber entonces su dotación es que sería el último buque de la Armada en ser destinado allí, salvo por la protocolaria visita del pequeño crucero Río de la Plata a comienzos del siglo XX (Buques de la Armada Española a través de la fotografía 18949-1900).



La Época, 3 de abril de 1895.

<<Ha fallecido en Cartagena el capitán de Infantería de Marina D. Cándido Rodríguez, hermano del comandante del Temerario, que se halla en el Río de la Plata>>.

En mayo de 1895 el vapor correo de la Compañía Trasatlántica Ciudad de Santander encalla en la isla de Lobos, cerca de Boca Plata, a tres millas del puerto de Maldonado (Uruguay) y a sesenta de Montevideo. En relación con esta noticia el periódico La Época, con fecha 27 de mayo, pública lo siguiente:

<<En el Ministerio de Estado se ha recibido un telegrama del representante de España en la República del Uruguay, Sr. Uribarri, participándole que el práctico del cañonero Temerario ha reconocido el sitio donde encallo el trasatlántico Ciudad de Santander, considerando imposible la salvación del mismo>>.

La Época, 29 de mayo de 1895.

<<Según noticias oficiales de Montevideo, tan pronto como el comandante del torpedero Temerario, Sr. Rodríguez Trujillo, tuvo noticia de la varada del Ciudad de Santander a consecuencia de la niebla cerrada que reinó tres días seguidos, se trasladó a la isla de Lobos, lugar del siniestro, prestando importantes auxilios de toda clase, gracias a los cuales y al arrojo del capitán del vapor, que no quiso abandonar su buque ni un momento, se ha salvado el pasaje y la carga, y existe fundada esperanza de salvar el vapor>>.

La Época, 2 de septiembre de 1895.

<<El teniente de navío de primera clase D. Juan Puig Marcel, ha salido hoy de Madrid para encargarse del mando del cañonero torpedero Temerario, que forma la estación naval del Sur de América>>.

La Época, 30 de noviembre de 1895.

<<El Temerario, cañonero de estación en la América del Sur, ha salido a recorrer los puertos del Uruguay, llevando a bordo a nuestro ministro en aquel país>>.

La Época, 15 de junio de 1896.

<<El cañonero torpedero Temerario ha fondeado, sin novedad, en Asunción. Es el primer buque de guerra que visita aquellas aguas después de la proclamada su independencia. El comandante, oficiales y dotación del buque han dirigido un respetuoso telegrama al ministro de Marina, saludándole como superior de la Armada>>.

Asunción (República del Paraguay.- Visita del Excmo. Sr. Presidente de la República al cañonero español Temerario (de fotografía de M. San Martín)