Este “paddle” o buque vapor de ruedas de paletas, con aspecto de recreativo transbordador ribereño, fue construido en los astilleros Fairfield de Glasgow y navegó por el Canal de la Mancha al servicio de la Marina mercante británica, con el nombre de Prince of Wales. Al final quedó amarrado.

Por R.0. de 16 de diciembre de 1896, es adquirido por el Gobierno español por la urgencia de un rearme rápido y en el que todo buque disponible a la venta tenía su interés en previsión de un conflicto con Estados Unidos. La decisión de compra de este buque fue originalmente para dar servicio de vigilancia y patrulla en Filipinas en sustitución del transporte San Quintín retirado en 1.894, pues al ser de paletas teóricamente facilitaría más sus labores de aproximación a la costa en lugares de limitado calado. Fue artillado en Ferrol y destinado a transporte militar.

Características técnicas del buque:
106 metros de eslora, 12 de manga, 4,87 de puntal y 4,26 de calado. 1.563 toneladas de desplazamiento. Dos enormes ruedas de paletas laterales, girando a toda fuerza a 28 rpm. Dos chimeneas y dos palos. Su máquina tenía dos cilindros, uno de alta y otro de baja presión que daban 3.000 caballos; cuatro calderas dobles con tres hornos en cada frente y condensador de superficie; servomotor de vapor. Velocidad máxima de 15 nudos. Autonomía máxima a 10 nudos, 660 millas. Su consumo, exagerado. Las carboneras, situadas entre las bodegas de proa y popa, tenían capacidad para almacenar 200 toneladas de combustible sólido. Dos grandes espacios, uno a popa para sollados y alojamientos de la dotación y otro a proa, con bodegas corridas. El buque solo disponía de iluminación eléctrica en la sala de maquinas y en la cámara del comandante. Tripulación 150 h.
Armamento: cuatro cañones Nordenfelt de 57 mm. y dos ametralladoras Maxin de 37.

Hizo algunos servicios de vigilancia por aguas de Tarifa, Algeciras y Málaga, con objeto de impedir el contrabando. Se le intentó utilizar como yate real en San Sebastián. Hace labores de transporte para misiones diplomáticas y de oficio con Marruecos. Pero en todas sus singladuras, generalmente escasas, se pone de manifiesto su ineficacia, sobre todo para servicios de guerra: por la gran vulnerabilidad presentada por sus enormes tambores; por el grandísimo consumo de carbón para moverse; por su falta de agilidad; por su escasa velocidad; por su alto gasto en reparaciones(un trasto). Así que por R.D. de 18 de mayo de 1900 se le da de baja.

Se le desarma en la Carraca el 30 de julio de 1900 y se le destina a pontón. Semihundido en el muelle de la Machina, se le reflota y se le utiliza como depósito de carbón y más tarde como depósito de minas y torpedos. En 1902 se autoriza su venta pero nadie lo adquiere. En febrero de 1907 sufrió un incendio, quedando totalmente hundido por el mal estado de su pantoque y en tal posición que dificultaba el trabajo de la machina. Desde esta fecha se hicieron conciertos de venta con diversas compañías para su extracción que fueron infructuosas.

La masa del Valdés, fue definitivamente extraída y troceada para la chatarra en 1943 por la comisión de la Armada para la recuperación de buques. Estuvo por tanto, solo cuatro años y tres meses de precario servicio y casi cuarenta años hundido en el Arsenal.