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 Cañonero General Concha: Sucesos del 11 de junio de 1913. 
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Capitán de Navío
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Nuevo mensaje Cañonero General Concha: Sucesos del 11 de junio de 1913.
Cañonero “General Concha”.

Un accidente debido a la meteorologia adversa, dio lugar a una tragedia que costó a unos, la vida, a otros heridas y contusiones, la pérdida de un buque y, un recuerdo imborrable en la mente de aquellos que lo vivieron.

Estos hechos, fueron la varada accidental, debida a una espesa niebla que al parecer, no permitía la visibilidad más allá de 2 ó 3 metros, de un cañonero de la Armada Española, a las 07:40 horas de la mañana del 11 de junio de 1913, en los arrecifes de la bahía de Busicú, territorio de la cabila Bocoya, a unas cinco millas de la bahía de Alhucemas.

Este suceso, supuso el enfrentamiento armado entre Bocoyas, que en su afán de rapiña, auxiliados por los aguerridos Beniurriaguel, con la tripulación del cañonero, en una lucha encarnizada, incluso llegándose al “cuerpo a cuerpo”, una lucha, donde una vez más, quedó latente, la valentía, el coraje y el arrojo de nuestros marinos.

Este buque, era el cañonero “General Concha”, un barco diseñado para patrullar las grandes extensiones costeras de las Islas Filipinas y, era considerado junto a sus homólogos, “Magallanes”, Elcano” y el “General Lezo” (sólo estos dos últimos llegaron a navegar por aguas del archipielágo filipino), como pequeños cruceros coloniales.

Este, es el relato, de lo que pasó el 11 de junio de 1913.

Cañonero “General Concha”, características generales.

Su construcción fue ordenada por el Almirante D. Francisco de Paula Pavía y Pavía.
Casco de hierro.
Eslora : 47,87 metros.
Manga: 7,87 metros.
Calado: 3,41 metros.
Desplazamiento en carga: 524 toneladas.
Máquina: 600 caballos de potencia, construída por la Maquinista Terrestre y Marítima. El importe de las máquinas, ascendió a 312.000 pesetas de la época.
Número de hélices : 2.
Velocidad: 11 nudos.
Capacidad de carboneras : 68 toneladas de carbón.
Autonomía : 840 millas.
Aparejo de goleta con una superficie vélica de 325 metros cuadrados.
Consumo diario de carbón: 10 toneladas.
Dotación: 95 tripulantes.
Armamento:
- Inicial: 3 cañones “Hontoria” de 120 mm, modelo 1879.
2 ametralladoras “Nordenfelt” de 25 mm de calibre.
1 ametralladora “Nordenfelt” de 11 mm de calibre.
- Tras la reforma de 1904, se modificó el armamento, cambiándose toda la artillería pesada, por 4 “Nordenfelt” de 42 mm de calibre, pero conservando el resto de sus ametralladoras.
Núm. De Grada: 169 del Astillero de Esteiro en Ferrol (Coruña).
Colocación de la quilla : 1 de mayo de 1882.
Botadura : el 28 de noviembre de 1883.
Su nombre, fue colocado en honor del Brigadier de la Armada, D. Juan Gutíerrez de La Concha, gobernador e intendente de la provincia de Tucumán, del Virreinato de Buenos Aires, sublevado contra la Junta de Gobierno de Buenos, y fusilado junto al destituido Virrey D. Santiago Liniers en 1810.

Algunos testimonios orales, de lo que ocurrió a bordo del “General Concha”.

Testimonio de dos marineros.

Según publicó el diario “La Correspondencia Militar” bajo el título, “Un relato interesante”, “lo que dicen dos marineros del buque”. “Extracto de una interviú”, del 17 de junio de 1913, los hechos que costaron pérdida de vidas humanas y la del cañonero “General Concha”, se desataron de la forma siguiente, según daba a conocer dicho periódico a la opinión pública: (textual)

“…El Cronista de Málaga llegado ayer a Madrid publica una interesante información de la que reproducimos los puntos más salientes. Trátase de una interviú celebrada por un redactor del citado periódico con dos marineros de la tripulación del “General Concha” y que en los momentos actuales tiene grandísima oportunidad.

Después de relatar los mencionados marineros el acto del encallamiento del buque y de los primeros preparativos para la lucha y el salvamento, manifestaron lo siguiente:

Todos trabajando titánicamente se hallaban dedicados a las faenas referidas las cuales eran presenciadas impasiblemente por los moros.

Pero al enviar desde el buque a una peña un cabo, los cabileños que en ella se hallaban dijeron con acento amenazador que no se tratase de pasar a tierra porque si con tal intención hacíamos el menor movimiento, dispararían sus fusiles.

Entonces el comandante ordenó a los tripulantes que se hallaban sobre cubierta que se retirasen al interior del barco.

El número de rifeños engrosó de modo considerable, y protegidos por las rocas de la playa rompieron contra el “General Concha” un nutrido fuego.

La tripulación distribuyó se convenientemente parapetada detrás de las escotillas y camarotes de proa.

El armamento no estaba completo porque el agua que por la brecha había penetrado inundó parte del lugar donde aquel se hallaba. Desde las ocho de la mañana hasta las diez duró el tiroteo.

El condestable D. Pedro Moiño Sánchez Sanmartín salió de debajo de la cubierta en vista del fuego que hacían los rebeldes, en compañía de su auxiliar, el marinero Eugenio Benítez, con objeto de quitar la funda de la ametralladora de proa y disparar con ella.
El Sr. Moiño, con una serenidad admirable, se dirigió hacia la ametralladora referida, con el fin indicado.
Antes de llegar hasta allí como los moros arreciaron el tiroteo, recibió numerosos proyectiles, que le produjeron la muerte como asimismo a su auxiliar antes citado.

También en aquellos momentos recibió la muerte el repostero del buque, José Piñeiro, que se hallaba junto a la cubierta.
Los marineros al saber la muerte de sus tres compañeros, excitados por el comandante Sr. Castaño, redoblaron las descargas.

Pero nuestros disparos eran ineficaces, porque desde las escotillas no se divisaba bien el sitio donde los moros se hallaban, y en cambio estos dominaban la cubierta del buque.

En dos botes llegaron numerosos rifeños, quienes, trepando por las cadenas de las anclas, penetraron en el buque.

Manuel Bravo era el único marinero que se hallaba sobre cubierta, el cual al ver que los cabileños entraban, dio aviso al comandante. Este ordenó el toque de zafarrancho de combate, y al frente de la tripulación salió a cubierta, donde se hallaban ya unos cuarenta moros.

Estos guardaban la escalerilla que daba acceso a la parte superior del buque y tiroteaban a todo el que intentaba salir.
Además, los moros apostados en tierra, no cesaban de tirotear al buque, al que como hemos dicho dominaban.

Continuar en aquella situación era resignarse a morir sin posible defensa y desistióse entonces de subir, quedándose la fuerza que quedaba en el interior del cañonero disparando desde los camarotes.

Los asaltantes llegaron hasta la cubierta de proa, donde apresaron al contramaestre don José Fernández Lucero, y a los marineros Francisco Estenza, Francisco Peña Soto y otros dos más.

A los cinco los sacaron del buque, vejándolos por las cadenas de proa y dejándolos en sus botes los condujeron prisioneros a la playa. No solamente se apoderaron de los cinco individuos citados, sino que se adueñaron de toda la ropa perteneciente a la tripulación, tanto de oficiales como de marineros y clases.

Al ser abandonado el buque por los moros cesó el fuego, durando esta tranquilidad largo rato.

A las tres y media de la tarde comenzó otra vez un rudo tiroteo. Y poco después los moros en número de doscientos, aproximadamente, invadieron de nuevo el buque.

El ardor bélico de la raza española llegó allí al paroxismo; nadie se acordó de salvar la vida, todos a una arremetieron contra los traicioneros rifeños.

El comandante Sr. Castaño en vista de lo apurado de la situación dijo a la fuerza que quedaba: -“¡Señores aquí no hay más remedio que morir como buenos españoles! ¡Viva el Rey! ¡Viva España”-. Y avanzando el primero, salió a cuebierta seguido de la tripulación.

Imposible es describir la tragedia que se desarrolló en dicha parte del cañonero. La lucha fue denodada, fiera; se combatía cuerpo a cuerpo, los moros disparaban boca a jarro, dada la corta distancia que entre ellos y los marinos existía, y estos últimos acometían a bayoneta calada y haciendo fuego.

El comandante hizo derroches de heroísmo, recibiendo, a poco de empezada la horrible lucha, dos heridas de arma de fuego, una en la frente y otra en la clavícula derecha, cayendo muerto, y junto a él los marineros Francisco Ascorras y Alejo Nacambe.
Sobre la cubierta además de los relatados yacían 16 muertos y 18 heridos españoles y de moros 19 muertos y mayor número de heridos.

Los marineros supervivientes de la sangrienta refriega corrieron hacia la popa, donde se parapetaron, sosteniéndose por ambas partes media hora de fuego.

Del mando de la fuerza en vista de la muerte del comandante, se había hecho cargo el segundo, D. Rafael Ramos Izquierdo.

El cañonero “Lauria” que se supone fue avisado del encallamiento sufrido por el “Concha”, llegó en los momentos que acabamos de describir, a 700 metros del lugar donde áquel se hallaba.

Empezó a hacer las señales de ordenanza, que, dada la situación del buque no pudieron ser contestadas.

Como antes dijimos, los moros, al abordar por primera vez el buque se llevaron toda la ropa de la tripulación.

Al llegar el cañonero “Lauria”, los moros para que este no les ametrallara, se vistieron con dicha ropa y siguieron tiroteando el barco.

El comandante del “Lauria”, como es natural, estaba hecho un mar de confusiones, sin saber a quien combatir, si al “Concha” o a la playa pues en ambos sitios se divisaban marineros.
Los rifeños se libraron de este modo de las descargas del “Lauria”.

A las doce y media de la noche, nuevamente entraron en el funesto cañonero los moros. Estos llegaron hasta donde se encontraba el Sr. Ramos Izquierdo, en actitud al parecer pacífica, y le exigieron la entrega del dinero y de los armamentos.

El Sr. Ramos se negó rotundamente a entregar lo último, porque con anterioridad, usando de la acertada prevención, sacó los billetes de la caja de caudales, guardándolos en una cartera que introdujo en el bolsillo interior de la guerrera. Solamente dejó en caja una escasa cantidad de dinero en metálico. Por eso el Sr. Ramos Izquierdo accedió a ir con los moros hacia el lugar donde la caja se hallaba.
Pero cuando los cabileños se encontraron con tan poco dinero, sospechando que habían sido engañados, registraron al Sr. Ramos, apoderándose de los billetes que había guardado.

Los moros se repartieron por el interior del buque, combatiendo contra cuantos se encontraban en el interior de aquel.
En el mismo instante y aprovechando la intromisión de los indígenas en el interior del “Concha” fue arriado por los marineros uno de los botes salvavidas, en cuyo interior fueron colocados varios heridos que iban custodiados por individuos supervivientes que hacían de remeros. El bote se dirigía al cañonero “Lauria”.

Los rifeños, febriles, cuando se dedicaban al búsqueda de dinero, no repararon al principio en la marcha del bote; pero una vez percatados, hicieron contra él varias descargas.
De estas resultó un marinero herido en la frente, otro en una pierna y otro en el costado con tres balazos.

Algunos de los tripulantes del bote salvador se arrojaron al agua para librarse de las balas.Tales fueron las descargas hechas contra dicha embarcación, que agujereada por los proyectiles, comenzó a inudarse, amenazando hundirse.
En tan crítica situación llegaban al “Lauria”, cuyo comandante orenó hacer fuego contra los hostilizadores de tierra quienes cesaron el tiroteo.
Los heridos y supervivientes llegaron a bordo del “Lauria” gracias a los cabos que se lanzaban.

Mientras tanto seguían los moros en el interior del “Concha” haciendo de las suyas.

Los pocos marineros que quedaban eran insuficientes para combatir contra el enorme núcleo de acometedores.
Entonces los rebeldes se apoderaron, llevándoselos prisioneros del Sr. Ramos Izquierdo y de los maquinistas Sr. José Silva y D. Antonio Casal, del segundo contramaestre de cargo D. José Bengala y del segundo contramaestre también D. Juan Mateo.

Cesó la hostilidad, y los moros solicitaron de los que en aquella ocasión mandaban el cañonero retirar los muertos y heridos suyos que había sobre la cubierta, los que se les permitió, con la condición de que no disparasen contra el buque mientras se procediera a recoger a los muertos y heridos españoles para enviarlos al cañonero “Lauria”. Los cabileños se marcharon conformes.

Mientras ellos conducían a sus botes los muertos y heridos, nuestros marinos se dedicaban a preparar una expedición de sus compañeros víctimas.

Pero los feroces moros, una vez que habían puesto a salvo a sus muertos y heridos cuando los que quedaban de la tripulación disponíanse a hacer lo mismo con sus heroicos compañeros, comenzaron a disparar por descargas, trabándose nuevamente el combate.

Cuando cesó el fuego no quedaba en el “Concha” casi ningún tripulante, los heridos que se encontraban con fuerzas se arrojaban al agua para ganar a nado su salvación. Sábese que algunos de estos perecieron ahogados.

Hasta aquí llega lo manifestado por los marinos supervivientes…”

Otro relato : Mayordomo D. José Gómez Martín:

Bajo el título, “Un relato interesante”, ““Un héroe del “General Concha” El mayordomo José Gómez Martin. Relato interesante. Cádiz 18.”, dicho marino, daba a conocer los sucesos que habían tenido lugar a bordo, aquel 11 de junio de 1913

“…La ciudad de San Fernando, isla de León hallábase consternada verdaderamente por la dolorosa catástrofe del cañonero “General Concha”, cuya tripulación en su mayor parte, era de hijos de aquella población y allí residen sus viudas, sus madres…,sus famílias, en una palabra famílias llenas hoy de un luto inconsolable.

El cañonero “Recalde” había llegado con varios de los supervivientes, marineros, cabos de mar, condestables; algunos de los pocos que libraron la vida y la libertad en aquel alarde de salvajismo pirata. ¿Quién los encontraba?.

Casi todos habían dedicado el día de fiesta a celebrar con sus famílias la suerte inefable de volver a ella; en sus casas era cosa dificilísima hallarles; pero como allí estaba la nota periodística, allí fuimos ampliando nuestra peregrinación hasta que la suerte propicia nos deparó en su domicilio a uno de los más esforzados héroes de la triste jornada, el mayordomo D. José Gómez Martín, que rodeado de su esposa,, de su madre, de sus hermanos, descansaba en una modesta y alegre casita de la calle de San Marcos, cuyos amplios balcones nos ofrecen el espectáculo maravilloso de estas innúmeras pirámides de sal.

-¿Dormía usted?- le preguntamos.
-No señor. Desde el día doce no he conseguido conciliar el sueño más que en ratos muy cortos. Es muy grande todavía el efecto de la impresión que recibimos. Nací verdaderamente aquel día.

-Han circulado diversos relatos del suceso. ¿Usted quisiera decirme lo que ocurrió?.

Y el valiente, con naturalidad y sencillez grandes, nos dijo poco más o menos, lo que sabrá el que leyere.
-Pues verá usted: como a las ocho menos cuarto del día doce navegamos frente a Alhucemas; una neblina espesísima nos impedía a distancia de dos o tres metros; tomadas cuantas precauciones aconseja el peligro íbamos cuando un golpe seco, duro inconfundible nos puso en conmoción a todos; el cañonero había embarrancado. Las vías de agua se acusaron pronto, y el heroico comandante don Emiliano Castaño empezó a dictar las medidas para remediar las averías, en lo que se ocuparon sin pérdida de tiempo los noventa y ocho hombres de la tripulación. Reconocido el barco, se dispuso que un bote, mandado por el alférez de navío don Juan Felipe Lazaga, se dirigiese a Alhucemas para pedir auxilio. “El Concha” no tenía telegrafía sin hilos.

Entre tanto, cuatro o cinco moros llegaron desde aquellas rocas. Se enteraron de lo que ocurría, se dieron cuenta de nuestra situación y vendiéndonos amistad y confianza, pudo apreciarse que uno de ellos se destacaba, marchándose a tierra. No se hicieron esperar mucho tiempo.
Las primeras agresiones fueron desde lo alto de las rocas escarpadas, que ya aparecían llenas materialmente de cabileños. A pedradas simplemente a pedradas, es decir, desgajando grandes peñascos que caían desde lo alto, nos causaron grandes destrozos y algunos contusos, completamente a mansalva. Sonaron los primeros disparos, que se contestaban desde a bordo, en absoluto descubiertos. Nosotros tapábamos con colchones las vías de agua pero nada conseguíamos.

Enormes núcleos de moros se acercaron a nado, y fueron recibidos con nutridísimo fuego de fusilería; puede usted asegurar que les causamos numerosísimas bajas; pero a unos grupos se sucedían otros de mayor número y llegaron a invadir el barco. Allí la lucha fue terrible. En el primer encuentro cayó a proa, atravesado por varios, el pobre comandante. Asume el mando el segundo, señor Ramos Izquierdo, a quien también hirieron los moros en un brazo.

Ya…¿a que seguir? El combate fue una cosa horrible. Como el móvil de aquellos forajidos era solamente el pillaje, entraban como trombas en las camaretas y de allí se llevaban cuanto tenían a mano, ropas nuestras, dinero, todo. Inutilizamos las ametralladoras y muchos fusiles; pero lograron llevarse algunos y municiones. Ya se acercaban el “Lauria” y el “Recalde”; pero no podían aproximarse porque los botes no tenían defensa, y si cañoneaban nos cañonearían a nosotros.

A nado sálvaronse algunos compañeros; otros murieron a balazos y dos se habían ahogado porque no aparecen.

Yo recogí cuantas municiones pude, me parapeté en una escotilla y allí permanecí diez horas. Diez horas horribles. Ahora que… moro que se presentaba, moro que recibía un balazo de mi fusil “puede usted creer que vi caer a más de treinta”. En cubierta el espectáculo era espantoso. Los moros mismos matábanse unos a otros, disputándose el botín. Otros se vestían trajes de marineros nuestros, para que no les dispararamos… y, cuando terminadas mis municiones no veía salvación, me tendí entre dos cadáveres y me respetaron, porque también me creían muerto. Conservé un revolver, con el que pensaba quitarme la vida si aquellas hordas me hubiesen apresado. Dos horas estuve así, y nunca podré olvidarlas mientras viva.

Hechos heroicos, muchísmos, todos los de todos. El practicante, el gaditano Manuel Quignon, hizo cosas admirables. Últimamente recorría los sitios del peligro llevando amarrada una colchoneta al pecho y otra a la espalda con la que algo se resguardaba de los proyectiles; pero más de una vez cayó a tierra por la violencia de estos. El segundo, señor Ramos Izquierdo, con los brazos atravesados de dos balazos, se negó a moverse del cañonero cuando le invitamos a salvarse, ya que toda resistencia ra inútil, en un botecillo que logramos arriar y en el cual nos salvamos entre una lluvia de balas. También nos mataron allí dos hombres.

Ya sabrá usted que los moros pidieron por el rescate de los prisioneros cincuentamil duros y el barco.

No sigo más, señor periodista. El verme a salvo con mi madre, con mi mujer, aquí en mi casa, no lo creo aún; es un milagro patente.

Todo lo perdimos a bordo, el dinero de nuestra paga, el fondo del cargo, que yo llevaba,toda la ropa. En fin: todo, todo. Puede usted decirlo: todo.

La sencillez del relato es su mayor elocuencia. Mi pluma solo ha hecho copiar las palabras de Gómez Martín, quien, afabilísimo, nos despidió, dándonos las gracias por cuanto pudiéramos hacer a favor de que su triste situación sea tenida en cuenta por el Gobierno.

Rafael García…”

Fuentes :

“La Correspondencia de España”, núm. 20.215, pág. 2, Madrid 17 de junio de 1913.
“España en sus héroes”, Zafarrancho de combate en el cañonero Concha. Madrid 1969.
“ABC”, Madrid, lunes 16 de junio de 1913. Pág.10.
“La Correspondencia de España”, Segunda edición para Madrid núm. 20.211, pág.1, Madrid viernes 13 de junio de 1913.
“La Correspondencia de España”, Segunda edición para Madrid, núm. 20.212, pág. 5, Madrid sábado 14 de junio de 1913.
“La Correspondencia de España”, segunda edición para Madrid, núm. 20.216, pág. 2, Madrid miércoles 18 de junio de 1913.
“La Correspondencia de España”, Segunda edición para Madrid núm. 20.217, pág. 2, Madrid jueves 19 de junio de 1913.
“La Correspondencia de España”, segunda edición, núm.20.222, pág. 7, Madrid martes 24 de junio de 1913.
“La Correspondencia de España”, segunda edición para Madrid, núm. 20.226, pág.2, Madrid, sábado 28 de junio de 1913.
“El Imparcial” Diario Liberal, pág. 2, Madrid viernes 13 de junio de 1913.
“Heraldo de Madrid”. Núm. 8.236, pág. 2, Madrid jueves 19 de junio de 1913.
“La Época”,Últimos telegramas y noticias de la tarde. Madrid núm. 22.494 pág. 2. Madrid, jueves 12 de junio de 1913.
“La Correspondencia de España”, segunda edición, núm. 20.213, pág. 2, Madrid domingo 15 de junio de 1913.
“Vida marítima”, blog en Internet.
“España en sus héroes”, núm. 11 “Zafarrancho de combate en el cañonero “Concha”, pág. 350, Madrid 1969, ABC, Madrid 13 de junio de 1913,y ABC de Madrid, pág. 6 de 9 de agosto de 1913, “La Vanguardia” Barcelona, pág. 8, sábado 14 de junio de 1913, apuntes biográficos del capitán de corbeta, D. Emiliano Castaño Hernández.
“La Época”, Últimos telegramas y noticias de la tarde, núm. 22.500, págs. 1 y 2, Madrid miércoles 18 de junio de 1913.
“La Correspondencia militar”, Cinco ediciones diarias, núm. 10.352, pág.2 Madrid, martes 17 de junio de 1913.
Notas biográficas del alférez de navío D. Rafael Ramos Izquierdo y Gener, obtenidas de “España en sus héroes”, fascículo núm. 11, “Zafarrancho de combate en el cañonero General Concha”, pág. 346, Madrid 1969.
“La Vanguardia”, Barcelona, pág. 9, sábado 14 de junio de 1913.
“La Vanguardia”, Barcelona, pág. 8, lunes 16 de junio de 1913.
“La Correspondencia de España”, segunda edición para Madrid, núm. 20.233, pág. 1, Madrid sábado 5 de julio de 1913. (Notas sobre el “Moro Joaquin”.
“La Correspondencia de España”, segunda edición para Madrid núm. 20.227. pág. 1, Madrid domingo 29 de julio de 1913.
“La Correspondencia de España”, segunda edición para Madrid núm. 20.219, pág. 1, martes 1 de julio de 1913.
“La Correspondencia de España”, segunda edición para Madrid núm. 20.230, pág. 1, miércoles 2 de julio de 1913.

¡Un cordial saludo!


11 Ene 2010 07:29
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Nuevo mensaje Cañonero General Concha: Tripulación 11 de junio de 1913.
Algunos miembros de la dotación del cañonero “General Concha”, el 11 de junio de 1913.

La tripulación del cañonero “General Concha”, aquel 11 de junio de 1913, estaba formada por 1 capitán de corbeta, como segundo, un teniente de navío y a las órdenes de este, 4 alféreces de navío. 1 contador de fragata, tres contramaestres segundos, 2 condestables segundos, 5 maquinistas, 1 practicante segundo, 1 carpintero calafate, y 78 personas más, entre cabos de mar, cabos de cañón, marineros y fogoneros, según publicó el diario madrileño “La Época” del jueves 12 de junio de 1913. Algunos de dichos marinos, fueron los siguientes:

Comandante del buque.

D. Emiliano Castaño Hernández. Capitán de corbeta. Herido en la frente y la clavícula, falleció en combate. En el diario madrileño ABC del 9 de agosto de 1913, se publicó su ascenso a capitán de fragata a título póstumo.



Segundo de a bordo.

D.Demetrio López Tomaseti. Teniente de navío. Segundo comandante. Según publicó La Vanguardia de Barcelona el 14 de junio de 1913, había desembarcado el día 6 de junio, con licencia para Cádiz.

Oficiales.

D.Luís Felipe Lazaga. Alférez de navio. Al encallar el “General Concha”, marchó en un bote con 12 hombres, a Alhucemas a pedir socorro. Resultó contuso y fue recogido por el “Lauria”.

D. Rafael Ramos Izquierdo Gener. Alférez de navío. Herido por tres veces, dos de ellas en ambos brazos. Sustituyó al capitán D. Emiliano Castaño al morir. Dirigió la defensa del cañonero, hasta el último momento. Mandó arriar el 4º bote, cuando observó de madrugada que la situación a bordo era crítica ya que el buque, ya se encontraba hundido desde la proa hasta la cámara de oficiales, quedando anegada el resto de la cubierta con 30 cms, de agua. Sufrió cautiverio. Condecorado con la Cruz Laureada de San Fernando.

D. Luís Sánchez Barcáiztegui. Alférez de navío. Al parecer sobrevivió al combate ya que “La Correspondencia de España” del 18 de junio de 1913, informaba que había embarcado en el cañonero “Recalde”.

D. Manuel de Quevedo. Alférez de navío. Sobrevivió al combate aunque resultó herido leve. Se comportó bravamente en el combate. Había obtenido el empleo de alférez de navío sobre el 2 de septiembre de 1909. Fue recogido por el “Lauria”.

D. Manuel Quignon. Practicante 2º. Contuso. Superviviente. Durante el combate con los Bocoya, improvisó una pequeña enfermería en el interior del barco, saliendo a recoger, incluso a los puestos de mayor peligro, a los heridos, protegiéndose con un chaleco antibalas, ideado por él, consistente en 2 colchonetas enrolladas al cuerpo. Por orden del alférez de navío Sr. Ramos Izquierdo, dejó el cañonero “Concha”, siendo recogido por el “Lauria”. Arribó el 15 de junio a Cádiz, a bordo del cañonero “Recalde”. Se solicitó la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando, no llegándose a conceder. Se instruyeron diligéncias.

Contador de navío.

D. Pablo Rodríguez Alonso. Contador de navío. Natural de Ferrol. Fue recogido por el “Lauria”.

Contramaestres.

D. Juan Mateo Hidalgo. Segundo contramaestre. Sufrió cautiverio.

D. José Fernández Lucero. Contramaestre. Sufrió cautiverio.

D. José Bengala/Bendal. Segundo contramaestre de cargo. Sufrió cautiverio.

D. José Fernández Juarez. Contramaestre. Sufrió cautiverio.

Condestables.

D. Pedro Moiño/Muiñas Sánchez Sanmartín. Segundo condestabe. Fallecido en combate al ir a ayudar a su auxiliar D. Eugenio Benítez. El “ABC” del 9 de agosto de 1913, publicaba su ascenso a primer condestable, a título póstumo. Según contó La Vanguardia de Barcelona, siempre tenía desde antiguo y de forma jocosa decir “Muerto Pedro Muiño”, efectivamente, cuando cayó, cuentan que fue la última frase que dijo antes de espirar.

D. Antonio Noguera. Segundo condestable. Superviviente. Fue recogido por el “Lauria”. Arribó a Cádiz el 15 de junio, a bordo del cañonero “Recalde”.

Maquinistas.

D.Antonio Paredes. Primer maquinista. Natural de San Fernando. Fallecido en combate. Se solicitó la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando, no llegándose a conceder. Estaba casado con doña Carmen González Castañeda, teniendo el matrimonio 4 hijos y residente en San Fernando (Cádiz). “ABC” del 9 de agosto de 1913, publicaba que a título póstumo, se le concedía el ascenso de primer maquinista a maquinista mayor armador de 2ª clase.

D. José Silva. Segundo maquinista. Constó primero como desaparecido hallándose prisionero. Fue rescatado el 19 de junio de 1913.

D. Eloy Saíz/Sans Cárdenas. Segundo maquinista. Sobrevivió, siendo recogido por el “Lauria”.

D.Antonio Casal Rugero. Tercer maquinista. Sufrió cautivero.

D. Fernando Castelló/Castillo Navarrete. ¿Fogonero o ayudante de máquinas?. Sufrió cautiverio aunque también, se le dio por desparecido inicialmente. Finalmente resultó estar cautivo, siendo liberado el jueves 19 de junio.

Fogoneros.

D. Antonio Garrido. Cabo fogonero. Sobrevivió. Fue recogido por el “Lauria”. Arribó a Cádiz el 15 de junio a bordo del cañonero “Recalde”.

D. Juan José Aragón. Cabo fogonero 1 (rancho 1º de Artillería). Herido grave, sufriendo cautiverio.

D. José Núñez Pavón. Fogonero marinero preferente. Sobrevivió. Dejó el cañonero “Concha”, por orden del alférez de navío Ramos Izquierdo en el 4º bote, siendo recogido por el Lauria. Arribó a Cádiz el 15 de junio a bordo del cañonero “Recalde”.

D. José Faccio Navarro. Marinero, fogonero preferente. Fue recogido por el “Lauria”.

D. José Carrascosa Segura. Fogonero preferente. Dio aviso al “Lauria” de la situación crítica en que se hallaba el cañonero “General Concha”.

D. Antonio González Maldonado. Fogonero. Dio aviso al “Lauria” de la situación crítica que se vivía a bordo del cañonero “General Concha”. Sobrevivió y arribó a Cádiz el 15 de junio de 1913, a bordo del cañonero “Recalde”.

D.Sebastián Sánchez Arisa. Marinero fogonero. Fue recogido por el “Lauria”

D. Antonio Orozco. Marinero fogonero. Fue recogido por el “Lauria”.

José Piñero Bermúdez. Fogonero 2º Ordenanza del comandante, repostero. Marinero (rancho 1º Artillería). Fallecido en el combate, (1º en caer).

D.Celedonio Sagamunaga. Marinero Fogonero. Fue recogido por el “Lauria”.

D. José Fernández Lagostera. Fogonero 2º, marinero (rancho 1º Artillería). Sufrió cautiverio.

D. José Picón Ruíz/Cruz. Fogonero 2º, marinero (rancho 1º Artillería). Resultó herido por armas blancas y de fuego. Sufrió cautiverio.

Cabos de cañón.

D. Antonio Mesa Fernández Cano. Cabo de cañón. Herido muy grave en la cabeza, presentando fractura de cráneo por herida de bala. Ingresó en el Hospital de Melilla. Falleció después de haber sido viaticado en el citado Hospital, el lunes 17 de junio de 1913.

D. Francisco García Benedicto. Cabo de cañón. Herido muy grave. Ingresó en el Hospital de Melilla. Abandonó el “General Concha”, por orden del alférez de navío Sr. Ramos Izquierdo, en el 4º bote, siendo recogido por el “Lauria”.

D. Rafael/Manuel/Ramón Salazar. Cabo de cañón. Fallecido en combate. Fue propuesto para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando, llegándose a instruir las diligéncias sin serle finalmente otorgada.

D. Antonio Castañeda/o. Cabo de cañón. Sobrevivió y fue recogido por el “Lauria”. Arribó a San Fernando procedente de Melilla el 24 de junio.

D. José Luna García. Cabo de cañón. Sobrevivió al combate. Llegó a nado al “Lauria”, siendo recogido por este. Arribó a Cádiz el 15 de junio, a bordo del cañonero “Recalde”.

D. Luís Lara. Cabo de cañón y cartero. Sobrevivió al combate y fue recogido por el “Lauria”.

Cabos de mar.

D. Manuel Rodríguez Carrasco. Cabo de Mar. Superviviente. Fue recogido por el “Lauria” y arribó a Cádiz el 15 de junio, a bordo del cañonero “Recalde”.

D. José Grimau. Cabo de Mar. Sobrevivió al combate. Fue recogido por el “Lauria” y arribó a San Fernando procedente de Melilla el 24 de junio de 1913.

D. Antonio Matía. Cabo de Mar. Sobrevivió al combate. Fue recogido por el “Lauria” y arribó a San Fernando procedente de Melilla el 24 de junio de 1913.

D. Francisco Flores. Cabo de Mar. Superviviente. Fue recogido por el “Lauria” y arribó a Cádiz el 15 de junio, a bordo del cañonero “Recalde”.

Marineros de 1ª.

D. Rafael Pinazo Guerra. Marinero de primera. Resultó contuso y sobrevivió al combate. Fue recogido por el “Lauria”.

D. Manuel Bravo. Marinero de primera. Resultó herido leve. Fue recogido por el “Lauria”.

D. Diego Principal. Marinero de primera. Fue recogido por el Lauria.

D. José Real. Marinero de primera, resultó herido leve. Fue recogido por el “Lauria”.

Marineros 2º

D. Guillermo Tencero. Marinero 2º. Recogido por el “Lauria”.

D. Manuel Rojas. Marinero 2º. Sobrevivió, siendo recogido por el “Lauria”. Arribó a Cádiz el 15 de junio, a bordo del cañonero “Recalde”.

D. Francisco Caro. Marinero 2º. Fue recogido por el “Lauria”.

D. Antonio López Moreno, natural de Tarifa. Marinero 2ª. Abandonó en cañonero “General Concha”, siguiendo las órdenes dadas por el alférez de navío, Sr. Ramos Izquierdo, en el 4º bote, siendo recogido por el “Lauria”. Arribó a Málaga, procedente de Melilla, a bordo del vapor ·”Sevilla” el 16 de junio de 1913.

D. Emilio Barteira. Marinero 2ª. Fue recogido por el “Lauria”.

D. Secundino Agrasco. Marinero 2ª. Resultó herido leve en el combate. Fue recogido por el “Lauria”.

D. Nemesio Pérez. Marinero de 2ª. Superviviente. Fue recogido por el “Lauria”. Arribó a Cádiz el 15 de junio, a bordo del cañonero “Recalde”.

Marineros preferentes.

D. José Baena Estrella. Marinero preferente. Fue recogido por el “Lauria” y arribó a Cádiz a bordo del cañonero “Recalde”, el 15 de junio de 1913.

D. Jerónimo Galaona. Marinero preferente. Fue recogido por el “Lauria”.

D. Emilio Barquero/Baqueira. Marinero preferente. Herido muy grave en el pecho. Siguiendo las órdenes dadas por el alférez de navío Sr. Ramos Izquierdo, abandonó el cañonero “General Concha”, siendo recogido por el “Lauria”. Falleció a consecuencia de las heridas recibidas, días después. Fue enterrado en Melilla el 3 de julio de 1913.

D. José Pardo. Marinero preferente. Sobrevivió al combate, siendo recogido por el “Lauria”. Arribó a San Fernando (Cádiz), procedente de Melilla, el 24 de junio de 1913.

D. Diego Pacheco. Marinero preferente. Barquero del “General Concha”. Fue propuesto para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando, instruyéndose las correspondientes diligéncias, sin llegarse a conceder.

D. Fernando García Expósito. Marinero preferente. Sobrevivió al combate, siendo recogido por el “Lauria”, arribó a San Fernando Cádiz, el 24 de junio de 1913, procedente de Melilla.

D. Santiago Alsina. Marinero preferente. Abandonó el “General Concha”, en el 4º bote, siguiendo las órdenes dadas por el alférez de navío Sr. Ramos Izquierdo. Fue recogido por el “Lauria”.

D. Miguel Amores. Marinero prefrente. Cocinero de a bordo. Siguiendo las órdenes dictadas por el alférez de navío Sr. Ramos , abandonó el cañonero “General Concha” en el 4º bote. Fue recogido por el “Lauria”.

Marinería.

D. Cristóbal Moreno Benítez. Maestro carpintero. Herido leve en la cadera. Fue recogido por el “Lauria”. Superviente. Arribó a Málaga procedente de Melilla, a bordo del vapor “Sevilla” el 16 de junio. Era natural de San Fernando (Cádiz).

D. José Ruíz Delgado. Marinero ayudante del maestro carpintero (rancho 3º), . Falleció en combate.

D. Francisco Oteriza. Marinero. Fallecido en combate.

D. Lorenzo Azcona/Ancorra. Marinero (rancho 1º). Fallecido en combate.

D. José Postigo. Marinero (rancho 3º). Desaparecido/fallecido en combate.

D. Francisco López Fontcuberta. Marinero. Herido leve. Fue recogido por el “Lauria”.

D. Juan López. Marinero. Recogido por el “Lauria”.

D. Vicente López Aranelo. Marinero, herido leve. Fue recogido por el “Lauria”.

D. Juan Soler. Marinero despensero. Herido leve, fue recogido por el “Lauria”.

D. Francisco Bencala. Marinero, recogido por el “Lauria”.

D. José Gallardo. Marinero, recogido por el “Lauria”.

D. José Padilla. Marinero (rancho 3º). Desaparecido/fallecido en combate.

D. José María Ariza González. Herido. Fallecido en el cautiverio el día 13 de junio de 1913, en casa de Sibera.

D. José Gómez Martín. Mayordomo. Distinguido durante el combate. Abandonó el cañonero “Concha”, siguiendo las órdenes del alférez de navío Sr. Ramos Izquierdo en el 4º bote. Fue recogido por el “Lauria”.

D. Alejo Anacambe. Marinero (rancho 1º). Natural de Vizcaya. Distinguido durante el combate. Fallecido junto al capitán D. Emiliano Castaño.

D. Francisco Azcorra. Marinero. Natural de Vizcaya. Distinguido durante el combate. Fallecido junto al capitán D. Emiliano Castaño.

D. Francisco Estenza. Marinero (rancho 3º). Sufrió cautiverio. Fallecido.

D. Francisco Peña Soto. Marinero (rancho 1º). Sufrió cautiverio. Fallecido.

D. Ángel Banoa Bilbao. Marinero.

D. Ángel Barroso. Marinero (rancho 1º Artillería). Sufrió cautiverio.

D. José Andrades Pérez. Marinero. Superviviente. Fue recogido por el “Lauria” y, arribó a Cádiz el 15 de junio, a bordo del cañonero “Recalde”.

D. José López. Marinero. Superviviente. Arribó a Cádiz el 15 de junio, a bordo del cañonero “Recalde”.

D. Antonio Martínez Infante. Marinero. Sobrevivió al combate, fue recogido por el “Lauria”. Arribó a Cádiz el 15 de junio, a bordo del cañonero “Recalde”.

D. Manuel García Tabares/Yabares. Marinero. Fue recogido por el “Lauria”. Superviviente. Arribó a Cádiz el 15 de junio, a bordo del cañonero “Recalde”.

D. José Carrasco. Marinero. Superviviente. Arribó a Cádiz el 15 de junio, a bordo del cañonero “Recalde”.

D. Antonio Rodríguez Burgos. Marinero.Superviviente. Arribó a Cádiz el 15 de junio, a bordo del cañonero “Recalde”.

D. Juan Gil Serrano. Marinero. Superviviente. Arribó a Cádiz el 15 de junio, a bordo del cañonero “Recalde”.

D. Eugenio Benítez. Marinero (rancho 1º Artillería).Auxiliar del condestable D. Pedro Moiño Sánchez Sanmartín. Fallecido en combate mientras hacía fuego con una ametralladora.

D. Luís Larra. Marinero. Superviviente. Arribó a Cádiz el 15 de junio, a bordo del cañonero “Recalde”.

D. Manuel Mateo. Marinero. Superviviente. Arribó a Cádiz el 15 de junio, a bordo del cañonero “Recalde”.

D. Luís Rodríguez Moya. Marinero. Fue recogido por el “Lauria”.

D. Mateo Galiano. Marinero. Superviviente. Arribó a San Fernando procedente de Melilla el 24 de junio.

D. Claudio Galiano Marinero. Superviviente. Arribó a San Fernando procedente de Melilla el 24 de junio.

D. Ricardo Acebedo Gómez. Marinero Superviviente. Fue recogido por el “Lauria” y, arribó a a San Fernando procedente de Melilla el 24 de junio.

D. José Fernández Lopera. Marinero.

D. Luciano Gallego. Marinero, fue recogido por el “Lauria”.

D. Salvador Alarcón/Halcón. Marinero. Herido muy grave. Ingresó en el Hospital de Melilla. Falleció el sábado 14 de julio de 1913, a consecuencia de las heridas recibidas en el combate en el Hospital de Melilla. Fue enterrado a las 12 horas del día 15 en dicha plaza, llevando el féretro miembros de la Compañía de Mar. Su sepultura fue costeada y dada a su familia por el Notario D. Roberto Cano. Según publicó “La Correspondencia de España” del 14 de junio de 1913, falleció a consecuencia de una peritonitis aguda sobrevenida a la herida recibida.

D. Juan Duran. Marinero. Panadero. Resultó herido leve. Fue recogido por el “Lauria”.

D. Luis Escobedo. Marinero. Abandonó el cañonero “General Concha”, siguiendo las órdenes dadas por el alférez de navío Sr. Ramos Izquierdo en el 4º bote. Fue recogido por el “Lauria”.

D. Santiago Barcena/Balcina. Marinero. Resultó herido grave en el combate. Fue recogido por el “Lauria”. De él, se contaba en La Vanguardia de Barcelona, del 14 de junio, que era gaditano, con mucha chispa. Estaba herido en la pierna izquierda. Su humor, no cesó durante la intervención quirúrgica a la que fue sometido para su curación, no cesaba de vitorear a su comandante y, en el momento de hacerle una placa de rayos X, cuando la vió dijo: -“¡…Sáqueme el retrato pa mandárselo a mi novia; pobresilla; la quiero tanto…!”- Cuenta el mismo periodista, el Sr. Lobera, que de camino a la clínica, el marinero, aficionado a los toros, decía: -“¡…Soy pariente de Bienvenida, ¿no vé como he venido?...!”.

D. Miguel Andrade Anino. Marinero. Fue recogido por el “Lauria”.
D. Antonio Carrillo. Marinero. Resultó herido leve en el combate. Abandonó el cañonero “General Concha”, siguiendo las órdenes dadas por el alférez de navío, Sr. Ramos Izquierdo en el 4º bote. Fue recogido por el “Lauria”.

D. Francisco Coca. Marinero. Siguiendo las órdenes dictadas por el alférez de navío, Sr. Ramos Izquierdo, abandonó el cañonero “General Concha”, siendo recogido por el “Lauria”.

D. Antonio Carrillo. Marinero. Herido leve, abandonó el buque, siguiendo instrucciones del alférez de navío, D. Rafael Ramos Izquierdo en el 4º bote. Fue recogido por el cañonero “Lauria”. La Vanguardia de Barcelona del 14 de junio, explicaba que este marinero, se hallaba de pie en la boca de la escotilla, cuando vió a dos moros que avanzaban por encima de la batayola. Como Dios le dio a entender, logró arribar hasta ellos y los tiró por la borda al agua. Estos hechos, presenciados por el condestable Bendala le gritó –“¡…Muchacho, mira por estribor, tienes otro…!”- Carrillo, hizo fuego, matando al rifeño.

Fuentes :

“La Correspondencia de España”, núm. 20.215, pág. 2, Madrid 17 de junio de 1913.
“España en sus héroes”, Zafarrancho de combate en el cañonero Concha. Madrid 1969.
“ABC”, Madrid, lunes 16 de junio de 1913. Pág.10.
“La Correspondencia de España”, Segunda edición para Madrid núm. 20.211, pág.1, Madrid viernes 13 de junio de 1913.
“La Correspondencia de España”, Segunda edición para Madrid, núm. 20.212, pág. 5, Madrid sábado 14 de junio de 1913.
“La Correspondencia de España”, segunda edición para Madrid, núm. 20.216, pág. 2, Madrid miércoles 18 de junio de 1913.
“La Correspondencia de España”, Segunda edición para Madrid núm. 20.217, pág. 2, Madrid jueves 19 de junio de 1913.
“La Correspondencia de España”, segunda edición, núm.20.222, pág. 7, Madrid martes 24 de junio de 1913.
“La Correspondencia de España”, segunda edición para Madrid, núm. 20.226, pág.2, Madrid, sábado 28 de junio de 1913.
“El Imparcial” Diario Liberal, pág. 2, Madrid viernes 13 de junio de 1913.
“Heraldo de Madrid”. Núm. 8.236, pág. 2, Madrid jueves 19 de junio de 1913.
“La Época”,Últimos telegramas y noticias de la tarde. Madrid núm. 22.494 pág. 2. Madrid, jueves 12 de junio de 1913.
“La Correspondencia de España”, segunda edición, núm. 20.213, pág. 2, Madrid domingo 15 de junio de 1913.
“Vida marítima”, blog en Internet.
“España en sus héroes”, núm. 11 “Zafarrancho de combate en el cañonero “Concha”, pág. 350, Madrid 1969, ABC, Madrid 13 de junio de 1913,y ABC de Madrid, pág. 6 de 9 de agosto de 1913, “La Vanguardia” Barcelona, pág. 8, sábado 14 de junio de 1913, apuntes biográficos del capitán de corbeta, D. Emiliano Castaño Hernández.
“La Época”, Últimos telegramas y noticias de la tarde, núm. 22.500, págs. 1 y 2, Madrid miércoles 18 de junio de 1913.
“La Correspondencia militar”, Cinco ediciones diarias, núm. 10.352, pág.2 Madrid, martes 17 de junio de 1913.
Notas biográficas del alférez de navío D. Rafael Ramos Izquierdo y Gener, obtenidas de “España en sus héroes”, fascículo núm. 11, “Zafarrancho de combate en el cañonero General Concha”, pág. 346, Madrid 1969.
“La Vanguardia”, Barcelona, pág. 9, sábado 14 de junio de 1913.
“La Vanguardia”, Barcelona, pág. 8, lunes 16 de junio de 1913.
“La Correspondencia de España”, segunda edición para Madrid, núm. 20.233, pág. 1, Madrid sábado 5 de julio de 1913. (Notas sobre el “Moro Joaquin”.
“La Correspondencia de España”, segunda edición para Madrid núm. 20.227. pág. 1, Madrid domingo 29 de julio de 1913.
“La Correspondencia de España”, segunda edición para Madrid núm. 20.219, pág. 1, martes 1 de julio de 1913.
“La Correspondencia de España”, segunda edición para Madrid núm. 20.230, pág. 1, miércoles 2 de julio de 1913.

¡Un cordial saludo!


11 Ene 2010 07:37
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Nuevo mensaje Cañonero General Concha: Cautivos. El "moro Joaquin".
Cautiverio.

Los marinos españoles que cayeron prisioneros en manos de los de la kábila agresora Bocoya (auxiliada en el ataque por los aguerridos kabileños de Beniurriaguel), en los primeros momentos del combate y, al final, cuando a bordo del “General Concha”, sólo quedaban el alférez de navío Sr. Ramos Izquierdo y aquellos, que no sabían nadar, fueron agrupados en casa del moro de dicha tribu, Larbi, el cual, se declaraba “amigo de España”. Aún y así, se tuvo que negociar el rescate de los mismos.

De dicha agrupación y estado de los marinos, “La Correspondencia de España”, del domingo 15 de junio de 1913, daba la siguiente noticia (textual):

“…Los prisioneros. Han conseguido los moros amigos de la kabila Bocoya que los prisioneros estén reunidos, habitando la casa del Larbi, de la citada kabila. Se asegura que el marinero herido José Ariza González, prisionero en casa del moro Sibera, falleció ayer, a causa de las heridas. Este marinero se encontraba con dos más. Se reciben nuevas cartas de los prisioneros, asegurando que están bien tratados.

El rescate. El comandante militar de Alhucemas, señor Gavila, sigue trabajando para conseguir el rescate de los prisioneros, y se cree que no tardará en conseguirlo. Reina tranquilidad en la plaza…”

Más adelante, de las gestiones practicadas por dicho comandante, el Comandante General, informaba a Madrid, del estado y localización de los prisioneros en el siguiente parte: (textual)

“…En el Ministerio de Marina han sido facilitados ayer los siguientes telegramas:

El número de prisioneros. Del comandante general de Melilla. Según noticias que recibo del campo, número de prisioneros es de catorce, incluyendo en ellos al oficial que se encuentra en fracción Taurart de Bocoya; algunos de ellos han pedido, por conducto comandante militar Alhucemas, comida, ropa, mantas y elementos curación, y todo ello se les ha mandado inmediatamente.

Desacuerdo entre número prisioneros que ahora indico a V.E., y el que comuniqué ayer, obedece a dificultad conocer número exacto de ellos, que claro es, habrá de descontarse el de muertos se supone hay en el “Concha” que tampoco es posible conocer por el pronto exactamente, por no poder reconocer restos barco. Pongo todos los medios para reconstruir detalles y nominalmente suerte ha corrido cada tripulante barco referido, y tan pronto complete relaciones estoy formando, daré cuenta a V.E.

Los heridos. Del comandante general de Melilla. Heridos del “Concha” que ingresaron ayer en el Hospital de esta plaza son: cabo cañón Antonio Mesa, marinero Alarcón, muy graves; cabo cañón Francisco García Benedicto, marineros Emilio Vaqueiro, Luis Escobero, Santiago Bárcena, José Real González y Juan Durán, menos graves; cabo cañón Francisco López Fontcubierta y marineros Vicente López Moreno, Antonio Carrillo Marín, Juan Soler Carmona, Rafael Pinazo Guerra, Manuel Bravo, Secundino Agraro; fogonero Sebastián Sánchez Ariza y carpintero Cristóbal Moreno Benítez; de ellos ha fallecido el marinero Salvador Alcón, los demás siguen en general mejorando.

Los prisioneros. Del comandante general de Melilla. Los tripulantes del “Concha” de que tengo noticias son alférez de navío Ramos Izquierdo y marinero Barroso, que están en casa del moro Larbi, confidente nuestro; marineros Mateo Casal y Lagostera, en casa del Marzo, de la familia del anterior; cabo de fogoneros Juan Aragón, maquinista José Ariza y marinero José Picón, en casa de Civera, todos en la kabila de Bocoya, y en la de Taxdirt Beniurriaguel el contramaestre José Fernández que está, que está en casa del moro Médico, y contramaestre José Bencala y aprendiz de maquinista Fernando, en casa de un primo del moro llamado Moreno.

Todos están en casa de amigos nuestros; negociaciones para rescate van por buen camino, esperando se consiga en breve libertad.

Número exacto. Del comandante general de Melilla. Aunque por dificultades comunicarme con barcos no me es posible asegurar rigurosa exactitud número de bajas de tripulación Concha, interin no reciba relaciones nominales que he pedido puedo anticipar a V.E que son las siguientes: 17 muertos y 17 de heridos, de estos siete tan leves que han sido dos dados de alta (se refiere al carpintero Cristóbal Moreno y a Antonio López Moreno), 11 prisioneros cuyos paradero conozco, y el resto de la tripulación salvada a bordo del “Lauria”…”

Liberación de los cautivos.

Algunos de los marinos prisioneros, se fugaron, otros fueron liberados. Una de las fugas, la del alférez de navío D. Rafael Ramos Izquierdo, junto con el maquinista Casal Rugero, el contramaestre Juan Mateo, el fogonero Lagostera y el amrinero Ángel Barroso, transcurrió según contaron de la forma siguiente: (textual)

“…Estaban los prisioneros en casa del hijo del Larbi, y salieron con canastas con el pretexto de ir a coger higos. Andando a buen paso llegaron en dos horas desde dicha casa a la playa para embarcar en un bote de remo.

Pudieron escapar gracias a la ayuda del moro Larbi y del renegado español Joaquin. Cuando los kabileños se enteraron de la fuga, persiguieron al bote en que iban los cautivos con otro de vela y remo desde el que hicieron algunos disparos. Pero apareció en aquel momento el cañonero “Recalde” y gracias a la presencia de este barco se salvaron pues enseguida se volvieron sus perseguidores…”

La intervención del moro Joaquin en la fuga, fue según se dio a conocer a la opinión pública, la siguiente: (textual)

“…Dicen que lograron evadirse gracias a un renegado español que se llama Joaquin, y que ahora es un moro muy conocido en el territorio que estuvieron prisioneros.

Joaquin pretextando coger brevas de una higuera próxima al sitio en que ellos estaban,les indicó que podían salir. Cuando se vieron libres, Joaquin les indicó un cárabo, que tenía preparado diciéndoles que les llevaría a Alhucemas.

Los marineros del “Concha” así lo hicieron, divisando al poco tiempo de remar al cañonero “Recalde”…”

Ya sólo quedaban cautivos el cabo de fogoneros Juan Aragón y el marinero José Picón.

Una de las personas que al parecer, ayudó a escapar del cautiverio según se ha visto, a algunos tripulantes del cañonero “General Concha”, todo y que Jordana se hallaba en trámites para el rescate de los mismos, fue un personaje conocido como el “Moro Joaquin”, pero realmente, ¿quién era el moro Joaquin?. Inicialmente, se dijo que se llamaba Joaquín Ibáñez Bellido, natural de Teruel y que se encontraba en Alhucemas cumpliendo condena en el presidio, ppor haber cometido un crimen, habiendo sido su pena, la cadena perpetua. Hacía 9 aaños que se había fugado y que desde esa fecha, vivía en el campo moro. Casado con una mora, tenía en 1913 4 hijos y temiendo ser represaliado con la muerte, por los moros por su intervención la fuga de los españoles, deseaba se le autorizara a vivir en Melilla junto a su esposa mora y sus hijos. Rogó insistentemente al alférez de navío D. Rafael Ramos Izquierdo, intercediera ante las autoridades españolas para que le concedieran el perdón cosa que creían bien merecida por su ayuda, cosa que al parecer sucedió.
En el rotativo madrileño “La Correspondencia de España” del 5 de julio de 1913, se daba a conocer con la siguiente noticia (textual), quien era este personaje, bajo el título “Una figura novelesca, el renegado Joaquin Ibáñez”.

“…Un redactor de nuestro querido colega “Diario de Avisos de Zaragoza” ha celebrado una interviú con D. Joaquin Monzón capellán del Regimiento de Infantería de Aragón, quien conoce muy bien, por haberle tratado en Alhucemas, al famoso renegado Joaquin Ibáñez, de quien tanto se habla desde que contribuyó eficazmente a la libertad de los cautivos del “Concha”.

Es tan interesante el relato hecho por el Sr. Monzón y publicado por el períodico de referencia, que creemos oportuno reproducirlo en casi su integridad.

¿Cómo conoció a Joaquin?

Era de rigor comenzar por ahí; así lo hicimos, y el Sr. Monzón contestó: -“En 1906, en comisión de servicio, fui destinado a Alhucemas; esto que casi no llega a islote, pues es más propiamente un peñasco de unos 120 metros de largo por unos 75 de ancho, era antes donde se encontraba emplazado el presidio de su nombre; no hice más que llegar, y un oficial compañero, íntimo amigo, lo primero que me enseñó fue la casa de Joaquin.

A unos 1.500 de Alhucemas está situada; su frente mira a España; es por fuera poco más o menos, como todas las demás, quizá un poco mejor; colocada encima de la playa, es como un intermedio entre nuestra Patria y la kábila. Como si al colocarla allí, su poseedor hubiera querido respirar la brisa que del lado de su Patria llega.

En Málaga se recibieron noticias de que una kabila rifeña había hecho propósito de hacer un alijo de armas por valor de 20.000 pesetas.
No se sabe como, unos cuantos malagueños concibieron hacerles una jugarreta, y a este propósito enviaron emisarios a esa kábila.; después de algunos cabildeos, entregaron los moritos el dinero, y aún no han recibido arma alguna de aquel alijo.

Para celebrar este engaño, la oficialidad de Alhucemas fuimos invitados por los contrabandistas malagueños a comer dos carneros en Cala-Bonita; asistimos, y con nosotros venían los Sres. Villanueva y Tur.
En aquella jira me fue presentado el moro Joaquin por un oficial; hablamos buen rato, y no quiso presentarse al coronel por si lo tomaba éste como un alarde.

Historia del moro Joaquin.

Cuando salvó, con exposición de su vida a Mr. Delbrel y a D. Enrique Arqués, acompañados después desde Es-Senada a Zeluán, estuvo en Melilla, y las autoridades militares, a pesar de saber esto, no quisieron capturarlo; les parecía mal pagar con esa acción la noble y patriótica que acababa de realizar Joaquin. Es más le permitieron extraoficialmente venir con nosotros, en el mismo buque, desde Melilla a Alhucemas, para evitar así la caminata de ocho días que había de hacer para retornar a su hogar.

Intimamos en este viaje, y ya en Alhucemas venía a la plaza algunas veces, medio a escondidas, y para mi casa era siempre su primera visita. Pasábamos grandes ratos charlando de España, y él desahogaba su dieta forzosa de licores con tragos de anís, al que es aficionado; en estos ratos, a retazos incoherentes me contó su vida.

Nació en Perales, provincia de Teruel; tenía varios hermanos; cuando yo estuve representaba unos cuarenta años.

Por el camino de la vida, largo y espinoso para él, siguió los años primeros; fue esquilador una larga temporada; no sé qué crimen cometería, porque siempre por delicadeza yo y por vergüenza natural para él, rehuimos esta conversación.

Paso por alto la estancia en el presidio, su fuga nocturna descolgándose desde la parte más alta del peñón hasta una barca en la que le esperaban varios moros, que en unión de un compañero de presidio también fugado, les hicieron sufrir mil penalidades; huyeron de ellos y se refugiaron en el poblado de Axdirt, kábila de Beni-Urriaguel, donde fueron caritativamente recogidos, por el armero del poblado, notable de la kábila, respetado y rico. Su compañero de fuga se marchó a poco y vino a España; fue cogido y reintegrado el presidio.

Su vida en la kábila.

El “moro Joaquin” quedó en la kábila al servicio primero del armero que le recogió y le amparó, pero sin quererse dedicar a este oficio. Prefirió el de hojalatero y estañador; entre algunos objetos que fabricaba con botes de hoja de lata y sencillas compostura de cacharros agujereados que hacía, fue formándose una vida independiente; amplió después y unió este oficio al de platero, confeccionando sencillos collares, pendientes y otras alhajas para las moras con metales baratos y arreglando los que de Argelia se traían los “notables” del poblado.

Aún no contento con estos oficios, puso también su taller de carpintería, que fue el que verdaderamente le colocó en desahogada posición; comenzó por hacerse su casa actual a estilo europeo, con tablas, en lugar de hacerlo con troncos como allí se estilaba; se puso “de moda” este género de construcción, y en poco tiempo no hubo en el poblado una casa donde las ventanas o las puertas y hasta la casa entera no fueran obra de Joaquin o de sus ayudantes.
En los ratos de ocio enseñaba a los moros a hablar y escribir en castellano, amén de los rudimentos que poseía de Aritmética, Geografía, etc…

El moro Joaquin en España.

Es esta situación se hallaba el “moro Joaquin”, cuando recibió una carta de un hermano suyo, en la que le participaba que su padre estaba gravemente enfermo, que todos sus hermanos estaban en el pueblo, y que el moribundo quería verlo antes de terminar su vida.

Por toda contestación, reunió sus ahorros y marchó a Nemours, puerto cercano a Argel, donde embarcó para Valencia. Ya en España se dirigió a Perales, donde llegó días después de enterrado su padre.
Pero un pariente próximo del muerto avisó a la Guárdia Civil de la presencia del ex presidiario en el pueblo, y una noche cercaron la casa, poniéndole en grave aprieto; milgarosamente logró escapara saltando la tápia del corral y huyendo a campo a traviesa.

El motivo que impulsó al pariente a denunciarle no fue otro que quedarse con los míseros terrones de tierra que su padre cedió al morir a Joaquin.

A pie con mil privaciones llegó a Valencia; sin recursos, hubo de esperar a que un hermano suyo se los llevara, y ya con dinero regresó por el mismo itinerario a su hogar rifeño.

Sin embargo, apenas se internó en Quebdana, fue asaltado por unos bandidos moros, que le robaron el dinero y objetos de valor que llevaba y le dejaron maltrecho. Siguió valientemente su camino, y consiguió llegar a Axdirt, después de una penosa marcha.

Su matrimonio.

En la kábila de Beni-Urriaguel los notables principales como el Sindi, riquísimo propietario, cuyo capital pasa de 40.000 duros; Moham Bocoy, otro principal propietario, también con gran capital; el digno y caballeroso notario Abel-Crin y otros muchos hubieran visto con agrado que Moham el renegado, como se llama el “moro Joaquin” en aquella tierra, se hubiera casado con sus respectivas hijas; las condiciones de laboriosidad, honradez y talento de Joaquin no influían tanto como su criterio, sustentado muchas veces en público, de que sólo tendría una mujer y se dedicaría a su felicidad, sin que tuviera la elegida que compartirla con otras, según la costumbre del país.

Y no eran las moritas menos encaprichadas y hasta empeñadas en que esto sucediera; pero Joaquin no se deslumbró con riquezas ni poderes. Eligió por mujer única a la hija del armero en cuya casa fue asistido y encontró asilo y refugio a su llegada al país; sobrepuso el agradecimiento a todo, aunque el amor tuvo gran parte en su elección.
Adora a su mujer, a quien trata con gran respeto y cariño, y ella, por su parte, corresponde a ese cariño.

En 1906 sólo tenía un hijo, morenote, sano, robusto, muy parecido a su padre, que lo instruye, en cuanto sus condiciones se lo permiten, del modo más perfecto posible.
Hoy según he leído, tiene ya cuatro hijos; le supongo rodeado de todos ellos y enseñándoles castellano y quizás hasta doctrina.

Allí tiene un íntimo amigo, vecino además llamado Amorcito, de quien nos servíamos para comunicarnos con él cuando le era imposible venir a Alhucemas.

Parece que algunas veces mostraba deseos de marchar a Méjico donde tiene ya un hermano, precisamente el que le llevó los recursos a Valencia cuando la muerte de su padre, y a quien quiere entrañablemente; pero las mujeres moras son completamente refractarias a abandonar su país, aún estano seguras de que en otra parte han de mejorar de condición y de vida; esta es la causa que seguramente le ha retenido en el Rif, además de su amor a España.

Comentando el indulto.

Todo esto nos dijo el Sr. Monzón, y al comunicarle nosotros el propósito de Romanones de poner el indulto a la consideración del Rey en el Consejo de hoy, añadió: -“Me alegro muchísimo, y desearé verle por aquí, aunque sólo sea unos días, porque seguramente Joaquin se volverá al Rif; no quedará en su tierra, puede usted afirmarlo”-. Cuando el salvamento de Arqués y Delbrel se habló de indultarlo, y él esperaba que sería así; pero le exigían que se constituyese nuevamente en prisión, a lo que no quiso acceder…”

El 1 de julio conseguían la libertad los contramaestres D. José Bendala y D. José Fernández Luceiro. A la mañana siguiente, llegaban a borde dl “Reclade”el fogonero primero D. Juan Aragón y el segundo fogonero José Picón.

Fuentes :

“La Correspondencia de España”, núm. 20.215, pág. 2, Madrid 17 de junio de 1913.
“España en sus héroes”, Zafarrancho de combate en el cañonero Concha. Madrid 1969.
“ABC”, Madrid, lunes 16 de junio de 1913. Pág.10.
“La Correspondencia de España”, Segunda edición para Madrid núm. 20.211, pág.1, Madrid viernes 13 de junio de 1913.
“La Correspondencia de España”, Segunda edición para Madrid, núm. 20.212, pág. 5, Madrid sábado 14 de junio de 1913.
“La Correspondencia de España”, segunda edición para Madrid, núm. 20.216, pág. 2, Madrid miércoles 18 de junio de 1913.
“La Correspondencia de España”, Segunda edición para Madrid núm. 20.217, pág. 2, Madrid jueves 19 de junio de 1913.
“La Correspondencia de España”, segunda edición, núm.20.222, pág. 7, Madrid martes 24 de junio de 1913.
“La Correspondencia de España”, segunda edición para Madrid, núm. 20.226, pág.2, Madrid, sábado 28 de junio de 1913.
“El Imparcial” Diario Liberal, pág. 2, Madrid viernes 13 de junio de 1913.
“Heraldo de Madrid”. Núm. 8.236, pág. 2, Madrid jueves 19 de junio de 1913.
“La Época”,Últimos telegramas y noticias de la tarde. Madrid núm. 22.494 pág. 2. Madrid, jueves 12 de junio de 1913.
“La Correspondencia de España”, segunda edición, núm. 20.213, pág. 2, Madrid domingo 15 de junio de 1913.
“Vida marítima”, blog en Internet.
“España en sus héroes”, núm. 11 “Zafarrancho de combate en el cañonero “Concha”, pág. 350, Madrid 1969, ABC, Madrid 13 de junio de 1913,y ABC de Madrid, pág. 6 de 9 de agosto de 1913, “La Vanguardia” Barcelona, pág. 8, sábado 14 de junio de 1913, apuntes biográficos del capitán de corbeta, D. Emiliano Castaño Hernández.
“La Época”, Últimos telegramas y noticias de la tarde, núm. 22.500, págs. 1 y 2, Madrid miércoles 18 de junio de 1913.
“La Correspondencia militar”, Cinco ediciones diarias, núm. 10.352, pág.2 Madrid, martes 17 de junio de 1913.
Notas biográficas del alférez de navío D. Rafael Ramos Izquierdo y Gener, obtenidas de “España en sus héroes”, fascículo núm. 11, “Zafarrancho de combate en el cañonero General Concha”, pág. 346, Madrid 1969.
“La Vanguardia”, Barcelona, pág. 9, sábado 14 de junio de 1913.
“La Vanguardia”, Barcelona, pág. 8, lunes 16 de junio de 1913.
“La Correspondencia de España”, segunda edición para Madrid, núm. 20.233, pág. 1, Madrid sábado 5 de julio de 1913. (Notas sobre el “Moro Joaquin”.
“La Correspondencia de España”, segunda edición para Madrid núm. 20.227. pág. 1, Madrid domingo 29 de julio de 1913.
“La Correspondencia de España”, segunda edición para Madrid núm. 20.219, pág. 1, martes 1 de julio de 1913.
“La Correspondencia de España”, segunda edición para Madrid núm. 20.230, pág. 1, miércoles 2 de julio de 1913.

¡Un cordial saludo!


11 Ene 2010 07:41
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Capitán de Navío
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Nuevo mensaje El cañonero General Concha: El final del buque.
El final del cañonero “General Concha”.

Los moros, entre otras cosas, pedían para ellos, el cañonero Concha como rescate, y para apoderarse de las municiones que había en su interior y de lo que pudieran rapiñar, cosa a lo que los marinos españoles contestaron negativamente, motivo por el cual, fueron volados sus restos a cañonazo limpio, por los cañoneros Lauria, Recalde y el crucero Reina Regente, los cuales, dispararon con objeto de destruirlo sobre el casco reduciéndolo a un montón de hierro retorcido.

¡Un cordial saludo!


11 Ene 2010 07:44
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Nuevo mensaje Re: Cañonero "General Concha" : Sucesos del 11 de junio de 1913.
Muchas gracias por la información sobre el Cañonero "General Concha".

Pero, sólo una sugerencia. ¿No deberían estar todas las entradas agrupadas en un sólo tema?. Porque, si multiplicamos por 5 cada barco de los que tenemos información en el foro, y también por 5 cada combate, biografía, etc, el foro se hace inmanejable para buscar algo.

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A mí me parece, Señor, que no tengo otra cosa buena sino ser español (Catalina de Erauso, "la Monja Alférez", a un Cardenal)

11 Ene 2010 09:13
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Nuevo mensaje Re: Cañonero "General Concha" : Sucesos del 11 de junio de 1913.
Hola, muy buenos días, cierto es pero lo he hecho de esta forma, para no ocupar tanto espacio. Lo tendré en cuenta para el próximo apunte que mande.

¡Un cordial saludo!


11 Ene 2010 11:21
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Nuevo mensaje Re: Cañonero "General Concha" : Sucesos del 11 de junio de 1913.
'

Hola hannes hunger


En primer lugar agradecerte este magnifico trabajo sobre el cañonero Concha, que es de mucho agradecer.


Como verás he puesto las biografías en su lugar y el historial de buque todo junto. Las razones no son otras que las mencionadas por el compañero Amenofis, ya que buscar una información diseminada en varios temas puede llevar a confusión e incluso a no ser encontrada.


Y por otra parte, aclarar para tí y todos los compañeros, que el abrir temas precisamente no ayuda a quitarle "peso" al foro y dificulta el encontrar la información. Aunque como verás a su vez, los dos oficiales si están cada uno en un tema, ya que tanto el buscador del foro, como el de Google lo hace precisamente por temas, lo que a su vez facilita en que éste último no se vuelva loco o mezcle las biografías o simplemente al estar mezcladas, como sino existieran para él, ya que son máquinas y piensan -0-.


Un cordial saludo.
.

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Si ignoras lo que pasó antes de que nacieras, siempre serás un niño. Marco Tulio Cicerón.


Hay criterios cerrados, de ásperas molleras, con los cuales es inútil argumentar. Miguel de Cervantes Saavedra.


Cuando soplan vientos de cambio, unos construyen muros, otros, molinos.

Sorpresa y Concentración.


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11 Ene 2010 13:45
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Nuevo mensaje Re: Cañonero General Concha: Sucesos del 11 de junio de 1913.
¡Muy buenas tardes Sr. Intendente!.
¡Me parece perfecto que hayais agrupado el trabajo!. Como comenté en el mensaje anterior al Vicealmirante Amenofis, pensé que asi, ahorraba espacio. La próxima vez, lo tendré en cuenta y si tengo que cumplir arresto en sentina, ¡pues hala, para allí que me voy!. Muchísimas gracias por vuestros consejos, por cierto, ¿sabeis donde puedo encontrar las hojas de servicio del personal de la Armada, sabeis si envían copias de las mismas a particulares como en el caso del Archivo General Militar de Segovia?. Por cierto, ¡muchísimas gracias por el ascenso!, ¿cómo funciona esto?.

¡Un cordial saludo, y a vuetras órdenes!. :lol:


11 Ene 2010 19:37
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Nuevo mensaje Re: Cañonero General Concha: Sucesos del 11 de junio de 1913
'

Hola hannes hunger


No pasa nada, es solo cuestión de organización, ya que el foro ayer pasó de los 40.000 mensajes. Imagínate tener el mismo número de tarjetas de visita de amigos y no tenerlas en algún orden. Vamos que si quieres invitar a alguno a comer, tendrías que empezar al menos un año antes a buscarla, para poderle llamar.


Las Hojas de Servicio de los Marinos están en el Viso del Marqués, desde el año de 1789. Las anteriores, lo que se pueda localizar en Simancas. Si las envían a casa contrarrembolso, pero no menos de tres meses de espera.


En cuanto al sistema de ascensos en el foro, es por número de mensajes al principio, a partir de Teniente de navío, es ya por consejo del Estado Mayor del foro, ya que en la realidad la carrera militar se termina en coronel o capitán de navío, su equivalente, al generalato o almirantazgo ya es por elección y aquí es donde se valoran muy mucho los mensajes realizados hasta ese momento y a partir de ese momento.


Un cordial saludo.
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11 Ene 2010 20:14
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Nuevo mensaje Re: Cañonero General Concha: Sucesos del 11 de junio de 1913
¡Muy buenas noches Excmo. Sr. Intendente General!.

Muchísimas gracias por su información. Si no ordena nada, regreso a mis quehaceres.

¡Un cordial saludo!.


11 Ene 2010 21:38
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Nuevo mensaje Re: Cañonero General Concha: Sucesos del 11 de junio de 1913.
'

Hola hannes hunger


Yo aquí no mando. Bueno, me parece que en ningún sitio.


Así que sigue fumándote la pipa y relajado.


Un cordial saludo.
.

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11 Ene 2010 21:47
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Nuevo mensaje Re: Cañonero General Concha: Sucesos del 11 de junio de 1913.
La historia relatada es sin duda interesante y además sintomática de lo que ocurría en aquella época y en aquellas costas, pues las cábilas del Rif actuaban como verdaderos piratas contra las embarcaciones que transitaban en las inmediaciones, de forma parecida a los piratas somalíes de hoy día, además de la hostilidad armada contra la gobernación española.
Con permiso y como complemento.
La cábila de Bocoya dominaba la costa que se extendía entre el Peñón de Vélez y Morro Nuevo, extremo occidental de la Bahía de Alhucemas que ya era territorio de los Beni Urriaguel.

Combates navales en Puerto Rico

Del cañonero General Concha guardo un grato recuerdo de su actuación en Puerto Rico en el recate del Antonio Lopez.

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Cañonero General Concha

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3º Secretario General del Foro.
Insignia en el acorazado: ARA-Moreno R. O. del 19 de Abril de 2010.

Yo soy el navío; el cielo mi referencia; el viento mi circunstancia; el timón mi voluntad.


12 Ene 2010 11:45
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Nuevo mensaje Re: Cañonero General Concha: Sucesos del 11 de junio de 1913.
El cañonero procedente de Almuñécar y con rumbo a Alhucemas, se encontraba navegando en las inmediaciones de la ensenada de Busicú, cuando a las 07:40 horas, y habiendo perdido la referencia de la costa por culpa de una densa niebla, embarrancó violentamente en territorio dominado por la Cabila de moros rebeldes de Bocoy, a unas cinco millas de Alhucemas.
Como podemos observar, de la línea Almuñécar – Alhucemas, la nave tuvo una deriva a estribor de + 0º 7’ 24,99’’, lo que supone aproximadamente unas 6 millas al oeste del destino.
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Referencia que se hacía de la Cala Busicú: se encuentra antes de llegar a la punta del mismo nombre que se halla a 13 millas al N78E de Cabo Baba - punta oriental de la ensenada donde se encuentra el Peñón de Vélez- tiene 5 cables de abra y se interna 4 cables para terminar en tres pequeñas playas.
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12 Ene 2010 11:46
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Nuevo mensaje Re: Cañonero General Concha: Sucesos del 11 de junio de 1913.
Unas ilustraciónes:
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12 Ene 2010 11:48
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Nuevo mensaje Re: Cañonero General Concha: Sucesos del 11 de junio de 1913.
¡Hola Bemaro!,

Antetodo, te agradezco las ilustraciones sobre el cañonero "General Concha". Efectivamente, los Bocoya, pertenecían a la subdivisión que existía en la Guelaya, llamada Beni-Bu-Ifrur, la cual, se subdividía a su vez en otras kábilas, siendo una de ellas, Boccoia o Bocoya. Esta kábila, geográficamente ubicada en el norte rifeño, pertenecía a la raza de Kbaila. En 1909, contaba con 18.000 almas, su fuerza, estaba calculada en 2.000 fusiles y 20 caballos.

Efectivamente, ejercía la piratería, saqueando barcos y secuestrando tripulaciones por las cuales, solían pedir rescates. No sé si conoces el blog "Historias de la Melilla Marinera", en el cual, podrás ver 3 casos de piratería, 2 de ellos a finales del siglo XIX y la tercera en 1921, esta última ejercida por Busicur, que debía de ser alguna tribu de Bocoya.

La primera que te comento, fué la captura de un velero francés, el "Prosper Corin", el 7 de octubre de 1896. Este barco, con matrícula de Dieppe, navegaba desde Cádiz a las costas de Argelia. Fué capturado al quedar parado por falta de viento frente a la playa de La Cebadilla a pocas millas de Alhucemas. Si quieres leer más sobre él, lo encontrarás en el blog ya mentado, cuya dirección es https://melillamarinera.blogspot.com concretamente, en el archivo de noviembre de 2009.

El segundo acto de piratería del que te hablo, protagonizado también por los Bocoya, fué el sufrido por el laúd "Miguel y Teresa" el 31 de agosto de 1899. Esta embarcación, con matrícula de Vinaroz, navegaba de Málaga a Tánger. Tuvo lugar en la playa de La Cebadilla, también por falta de viento, quedando el Laúd a la deriva, siendo asaltado por tres cárabos Bocoya. Sobre él, también en el blog Historias de la Melilla Marinera, encontrarás más información.

Sobre el tercer barco, el pailebot "San José", te adjunto transcrito en mensaje a parte, un seguimiento que hice de él, en "El Telegrama del Rif".

¡Un cordial saludo!.


13 Ene 2010 18:50
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Nuevo mensaje Re: Cañonero General Concha: Sucesos del 11 de junio de 1913.
¡Hola Bemaro!.

Los hechos sufridos por el pailebot "San José", con matrícula de Canarias, el 21 de enero de 1921 frente a la playa de Busicur. Provenía de Málaga con destino a Alhucemas con cargamento de maíz y ajos. El barco, quedó parado por falta de viento, momento en que los indígenas de tierra se dieron cuenta y en dos cárabos, procedieron a asaltarlo. En este caso además de saqueo, hubo secuestro. El buque, iba mandado por don José Mas Gallud y con él, navegaba como grumete su hijo Francisco Mas Andrés, ambos, junto al marinero don Guillermo Muñoz Martí, sufrieron cautiverio. A continuación, los hechos según se publicó en diferentes fechas en "El Telegrama del Rif". (Son notícias textuales). También, se puede consultar en el blog "Historias de la Melilla Marinera" en https://melillamarinera.blogspot.com más sobre él.

“El Telegrama del Rif”, Diario ajeno a la política, defensor de los intereses de España en Marruecos,, núm. 7.265, pág. 1. Melilla, martes 25 de enero de 1921.

“…La piratería en el Rif…”.

“…El pailebot San José, es abordado por los moros, llevándose tres tripulantes y parte del cargamento. El viento le alejó de la costa y ganó el Peñón de la Gomera…”.

“…La negra historia de la piratería rifeña, registra un caso más y continuará la serie, hasta el día en que toda, desde Punta el Mina a Tres Forcas esté ocupada. Por eso, ni nos indigna, ni nos alarma. Además cuando pueda escribirse con todos sus antecedentes esa historia, habrá desencantos y sorpresas.

Las lanchas cañoneras adquiridas recientemente por el Ministerio de Marina para la vigilancia de las costas del Rif y de Yebala, no prestan todavía servicio y es sensible. Los cañoneros, que han sido y són utilísimos, no se hallan capacitados para persecución de embarcaciones morunas, como tampoco para impedir el contrabando, no ya de pertrechos de guerra, si no de substancias alimenticias. De ahí el júbilo con que fuera acogida la nueva compra y de la salida para Marruecos de la escuadrilla, que no ha llegado a su destino, por estársele completando el armamento.

La costa, desde Cabo Tres Forcas hasta Quilates, se halla protegida, pero desde áquel punto hasta la desembocadura del Lucus, ofrece todavía peligros, sobretodo en la parte más occidental, en los límites del Rif y Yebala.

El hecho que vamos a relatar no se ofrece claro, diáfano. Hay sombras que lo obscurecen. Nos abstenemos de todo comentario, pues las autoridades encargadas de la sumaria, harán luz sobre los puntos obscuros, limitándonos a dar el relato de nuestro activo corresponsal en el Peñón de la Gomera, Juan Jaquetot…”

“…Las primeras noticias. Violencia física de los rifeños. Mientras van a tierra se aleja el barco…”

“…Peñón de la Gomera 22.

Media hora antes de llegar el vapor correo, ha entrado en esta ensenada el pailebot san José, saqueado por los rifeños. A bordo hay tres tripulantes. Los otros tres, el patrón, un hijo de este y un marinero, han sido secuestrados.

Bajamos a la Marina con varios amigos y ya se encontraba allí el Comandante Militar, don Adolfo García Cantorné, adoptando las medidas que el caso requería. Dicen los tripulantes que las corrientes llevaron al pailebot sobre la costa, viéndose imposibilitados de contrarrestarlas por falta de viento. De la playa salieron varios cárabos en dirección al barco, rodeándolo y amenazando a los españoles.

El marinero que me da estas noticias, está todavía tan impresionado, que no deja de sollozar y se aflige recordando que al patrón lo arrojaron de cabeza al bote. Su hijo pequeño, grumete, logró escapar tres veces, refugiándose en la cámara, pero de allí lo sacaron a viva fuerza y al note fue con su padre y el otro marinero.

Se han llevado la documentación, la brújula, ropas y cuantos enseres había a bordo, además de cierto número de sacos de maíz.

Se proponían sin duda, hacer nuevos viajes hasta dejar desmantelado el pailebot, pero como este tenía desplegadas las velas y se levantó vientecillo, consiguieron alejarse de la costa y buscar refugio en esta isla.

No es posible conocer la kábila a la que pertenezcan los piratas. De las cercanas, no se sospecha, pues están en las mejores relaciones. Deben de ser sin duda de Mentigua o de Mostaza…”

“…Otros detalles. No se proponían secuestrarlo…”

“…Peñón de la Gomera 23.


Amplio los detalles que había comunicado antes respecto al saqueo del pailebot San José y secuestro de tres de sus tripulantes.

El barco es de matrícula de Canarias y había llegado a Málaga para cargar máiz con destino a Alhucemas. En Málaga tomó tres tripulantes, que son precisamente los que quedaron a bordo. Embarcaron el mismo día de la salida y por eso desconocen el nombre del patrón y del otro marinero.

Existe fundada creencia de que los piratas no trataban de secuestrar a los tripulantes, sino simplemente conservarlos mientras terminaban el saqueo.

Los sacos de maíz y enseres del buque, fueron conducidos a la playa de “Las Chozas”.

Se esperan instrucciones de la Comandancia General y de la Comandancia de Marina, y se ha pedido nueva documentación a Málaga, a fin de conocer antecedentes de la tripulación y del cargamento.

El comandante militar ha llamado a los jefes vecinos. Es posible que los piratas no tarden el libertar a los secuestrados.

Corresponsal…”

“El Telegrama del Rif”, Diario ajeno a la política, defensor de los intereses de España en Marruecos, núm. 7.266, pág. 1, Melilla, miércoles 26 de enero de 1921.

“La Piratería en el Rif…”

“…Salvando una errata…”.

“…El cambio de la palabra Lau por Lucus, en uno de los párrafos del artículo de ayer sobre la piratería rifeña, cambió completamente su sentido. Decía ese párrafo. –“la costa desde Cabo Tres Forcas hasta Quilates se halla protegida, pero desde ese áquel punto hasta la desembocadura del Lucus ofrece todavía peligros, sobretodo en la parte más occidental, en los límites del Rif y Yebala-
El río al que nos referíamos era el Lau y así lo escribimos pero el compañero cajista compuso Lucus y su errata no tiene pequeña importancia, pues nos llevó a decir ofrece todavía peligros el litoral Yebala, tanto Mediterráneo como Atlántico, y la parte del Estrecho, cuando todo él está perfectamente protegido.

Sólo falta ocupar, desde Cabo Quilates a la desembocadura del Lau. La magna obra del general Berenguer, dio seguridades completas desde ese punto al Lucus. Cuando nos posesionemos del litoral del Rif occidental, en fecha no lejana, se habrá puesto fin a la piratería y tendrán también término los negocios ilícitos que de tiempo en tiempo se registran en esa región…”

“El Telegrama del Rif”, Diario ajeno a la política, defensor de los intereses de España en Marruecos núm. 7.274, pág. 1, Melilla, viernes 4 de febrero de 1921.

“…Libertan al patrón para que gestione el rescate de su hijo y del otro cautivo…”

“…Al fondear el “Gandía.

En las últimas horas de la tarde de ayer, fondeó en nuestro puerto, procedente del Peñón y Alhucemas, el vapor de la Transmediterránea “Gandía” que manda el experto marino don José Orts.

Momentos después llegó a nuestro conocimiento, por conducto del práctico de este puerto, don Eduardo Cortés, la noticia de que a bordo del “Gandía”, había llegado a la plaza el patrón del pailebot “San José”, José Mas Gallud, cautivo de los moros desde el pasado día 21, en que dicho velero fue saqueado por los indígenas del poblado Busicur-

Media hora más tarde uno de nuestros reporters se ponía la habla con el patrón. He aquí las manifestaciones que nos hizo con la premura que es de suponer, dada la misión que a Melilla le ha traído y la hora algo intempestiva de su arribo a esta ciudad:

Cuando salieron de Málaga.

Después de tomar a boro importante cargamento de maíz, ajos, y otras mercancías, el pailebot “San José”, zarpó de Málaga en la tarde del pasado día 20 de Enero, con rumbo a Alhucemas. El caragmento iba consignado al comerciante de dicha plaza señor Benain.

Durante la noche, el buque encontró ligera brisa que cesó en primeras horas de la mañana. A las diez del día 21, la calma era completa y el “San José”, que se hallaba a unas seis o siete millas del Peñón, se vió obligado a detener su marcha. Estaba en aquel momento frente a la costa Busicur.

Poco después, los tripulantes del “San José”, vieron destacarse de la playa dos cárabos que navegaban en dirección al velero. Temerosos de una gresión, los tripulantes echaron al agua el pequeño bote de a bordo, en el que embarcaron didrigiéndose a remo a la inmediata plaza del Peñón. Durante la marcha procuraron ocultarse tras el casco.

Los moros asaltan el pailebot.

Algunos omentos después, los tripulantes de uno de los cárabos, asaltaban el “San José”, mientras el otro salía en persecución de los que huían en el pequeño bote. Como no fuera posible darle alcance, los cabileños hiciéronles algunos disparos con sus fusiles, consiguiendo su propósito.

De vuelta al pailebot, los asaltantes ordenaron al patrón que aprovechando la ligera que se iniciaba, pusiera proa a la costa, de donde habían partido los cárabos.

Ante las amenazas de los indígenas, el “San José” avanzó hacia el sitio indicado, deteniéndose a corta distancia de la playa.

Humo a la vista.

Con gran diligencia comenzó el transporte a la costa, de las mercancías que llevaba el pailebot y de los distintos efectos que los moros habían robado en él.

En esa faena se encontraban, cuando un indígena que se hallaba en las alturas próximas, sin duda vigilando, hizo un disparo de fusil.

Los moros de los cárabos comprendieron bien pronto la señal y miraron agua adentro, divisando una leve humareda procedente de algún barco que se aproximaba, por lo que se retiraron en seguida, ante el temor de que se tratara de uno de los buques de guerra que vigilan la costa.

Los tripulantes del “San José” aprovecharon la confusión que se produjo, para apartarse de tierra, aque inútilmente como verá el lector.

Al cesar la alarma se reanuda el saqueo.

La alarma entre los indígenas cesó bien pronto, con la extinción en el horizonte del humo que la provocara. Según se supo después, el buque divisado era el vapor de la Transmediterránea “Reina Victoria”, que se dirigía a Melilla,a donde llegó la amdrugada del día 22 y para el que debió pasar desapercibido lo que ocurría en Busicur.

Los cárabos se hicieron de nuevo a la mar y utilizando sus tripulantes los fusiles de que iban armados, obligaron al pailebot a regresar a su fondeadero, reanudándose el saqueo.

Esta vez, el más caracterizado de los piratas, dispuso al mismo tiempo que las mercancías fueran trasladadas a tierra, algunos de los tripulantes del “San José”, designando en primer término, al patrón José Mas Gallud, a su hijo Francisco, muchacho de trece años, y a otro marinero llamado Guillermo Muñoz.

El pequeño grumete negóse repetidamente a desembarcar, obligándole a ello, con procedimientos de violencia, que causaron en el patrón el efecto que es de suponer, uno de los asaltantes.

El cárabo zozozbra.

Cuando el cárabo que conducía a los tres cautivos estaba próximo a la costa, la marejada era grande y le hizo zozobrar, cayendo al agua, todos sus ocupantes, europeos e indígenas, los cuales a nado ganaron la costa.

Este sensible accidente distrajo la atención de los malhechores, circunstancia que fue aprovechada por el resto de la tripulación del pailebot, para escapar. Como ya dijimos a su debido tiempo, el “San José” logró arribar a la bahía del Peñón, dando cuenta sus tripulantes de lo ocurrido.

Una broma pesada.

Cuando los prisioneros llegaron a tierra, no lejos de la playa, vieron congregados a unos cincuenta moros alrededor de una hoguera. Uno de los del grupo se dirigió hacia el marinero Guillermo Muñoz y agarrándolo por el pelo, hizo ademán con una gumía que tenía en la mano derecha, de cortarle el cuello. Debió de tratarse de una broma, propia en verdad de las gentes que allí había.

El cautiverio.

Al patrón José, su hijo Francisco y el marinero Muñoz, después de larga deliberación de sus aprehensores, fueron conducidos a un aduar próximo a la playa, donde pasaron varios días y más tarde, trasladados a otra casa del interior.

El relato del patrón en este punto, no ofrece mucho de particular. La alimentación que los primeros días recibieron fue deficiente, mejoró después merced a la intervención de un antiguo amigo del patrón que desde aquel momento le facilitó pan blanco y otros comestibles, más en armonía con los gustos de los cautivos y con sus costumbres.

En cierta ocasión los prisioneros oyeron hablar a sus aprehensores, de la conveniencia de trasladarles a un zoco próximo con objeto de venderlos.

Liberación del patrón.

El lunes último decidieron los indígenas poner en libertad al patrón, con objeto que este gestionase la de los dos cautivos restantes mediante rescate, que consisitiría en la entrega de 800 duros.

Así se lo comunicaron a José Mas, y al medio día del martes pusiéronse en marcha en dirección a la playa. No será necesario decir que la separación de padre e hijo dio lugar a una triste escena.

De los diez indígenas que acompañaban al patrón, siete permanecieron vigilantes en la costa, mientras los otros tres, que ninguna participación tenían en lo sucedido, conducían al patrón del “San José” a la inmediata plaz del Peñón de la Gomera. Esto sucedía en las últimas horas del martes.

Detalles complementarios.

El patrón José Mas, es natural de Torrevieja, y su esposa y otro hijo mayor que el cautivo residen en la Línea de la Concepción. Se halla emparentado con nuestro querido amigo, el antiguo comerciante don Francisco Carcaño, en cuyo domicilio se hospeda.

Antes de ser conducido a tierra, el patrón ocultó una cartera con 800 pesetas en billetes en el arranque del bauprés, suponiendo que los moros no darían con ella en el registro minucioso que llevaron a cabo.

El joven Francisco, escondió en la sentina el chaquetón de abrigo y la ropa de agua de su padre. Asi se lo comunicó a este cuando eran conducidos a tierra.

A poco de desembarcar ayer tarde José Mas, habló largo rato con el Comandante General señor Fernández Silvestre, que en aquel momento paseaba por el muelle Villanueva.
El libertado le hizo relato de su cautiverio, escuchando de S.E. palabras consoladoras y halagadoras promesas de un próximo rescate de su hijo y de su compañero.

Anoche, acompañado de D. Antonio Bernardi, consignatario del “San José”, practicó diversas diligencias relacionadas con lo ocurrido al barco…”

“El Telegrama del Rif”, Diario ajeno a la política, defensor de los intereses de España en Marruecos, núm. 7.276, pág.1, Melilla domingo 6 de febrero de 1921.

“…El ex cautivo marcha a Alhucemas…”

“…Como saben los lectores por haberlo consignado nostros en anteriores informaciones, el pailebot “San José”, saqueado por los indígenas, desde el Peñón fue remolcado hasta Alhucemas, para donde iba despachado al salir de Málaga el pasado día 20.

A dicha plaza menor ha marchado el patrón don José Mas Gallud, con objeto de hacerse cargo del mando del pailebot.

Respecto a la liberación de su hijo Francisco y del marinero Muñoz, las referencias que se tienen son muy satisafctorias. Es muy probable, que sus aprehensores se apresuren a devolverlos sin previo rescate. Las autoridades han adoptado medidas de cuya eficacia no es posible dudar.

Hemos oído decir, que en Melilla se encuentra desde hace varios días, con objeto de hacer efectiva una importante cantidad, que le adeuda un comerciante israelita, un indígena de la kábila donde se hallan los cautivos…”

“El Telegrama del Rif”. Diario ajeno a la política, defensor de los intereses de España en Marruecos, núm. 7.282, pág.1, Melilla domingo 13 de febrero de 1921.

“…Al amparo de la lluvia, logra fugarse el cautivo Muñoz…”

“…Setenta y seis horas de marcha vertiginosa. Como le trataron. Frente al Peñón. En la Comandancia de Marina. A la Península…”

“…Otro tripulante del San José…”

“…Los pasados días publicamos una extensa información, dando cuenta de la liberación del patrón del pailebot “San José”, don José Mas Gallud. Como se recordará, dicho velero fue saqueado por los moros del poblado Busicur, el día 21 del pasado Enero, los cuales lleváronse prisioneros a tres de sus tripulantes, al citado patrón, su hijo Francisco, niño de trece años de edad, y otro marinero llamado Guillermo Muñoz Martí.

El señor Mas, según manifestaciones que hiciera uno de nuestros reporters, fue liberado para que gestionase el rescate de los otros dos cautivos, por los que pedían ochocientos duros.
Ahora el marinero Muñoz se ha puesto a salvo de sus aprehensores por sus propios medios.

La Fuga.

Desde lapartida del patrón, Guillermo Muñoz venía acariciando la idea de fugarse, lo que puso en práctica una de las últimas noches de la semana anterior.

Aprovechando un descuido de sus guardianes y bajo una lluvia torrencial, el marinero Muñoz abandonó la vivienda que le servía de cárcel, no sin antes despedirse de su compañero de cautiverio. Campo a traviesa, y sirviéndole de guía la luz del faro del Peñón, emprendió vertiginosa carrera, mucho más molesta por los incesantes aguaceros, que más de una vez le obligaron a detenerse , para recobrar alientos.

Temerosos de ser descubierto, al llegar el día se ocultó, tras unas chumberas, aguantando los chubascos que no cesaban de caer. Hubo momentos en que el fugitivo no se consideró con fuerzas suficientes para llevar a cabo su empresa.

Al llegar la noche, reanudó de nuevo la marcha, consiguiendo llegar a la costa, frente al Peñón, después de varias horas de incesante y fatigosa carrera.

En un bote le conducen al Peñón.

Una vez en laplaya, y siempre bajo la lluvia, que no cesaba de caer, y a la que sin duda debe que su presencia pasara desapercibida de los kabileños, hizo señales con una de sus prendas exteriores, para que acudieran a recogerle.

El auxilio no se hizo esperar. Del Peñón salió un bote. Tripulado por dos moros, los cuales le trasladaron a la plaza. El Comandante Militar señor García Cantorné, le facilitó alimentos y ropas.

Ante dicha autoridad hizo el relato de su cautiverio y fuga. Muñoz no fue objeto de malos tratos por parte de los indígenas. En cuanto al grumete Francisco, es muy halagado por los habitantes del aduar en que se halla, y especialmente por las moras.

Su llegada a Melilla.

El ex cautivo llegó a Melilla a bordo del vapor “Gandía”. Durante la travesía, fue solícitamente atendido por el capitán de dicho buque señor Orts y demás tripulantes.

Una ve z aquí, se trasladó a la Comandancia de Marina, prestantdo declaración ante el Juez de Marina, segundo Comandante del puerto don Jacobo Gener.

Por indicación de dicha autoridad, el comerciante señor Benain, a quine venía consignada la mercancía que conducía el “San José”, hizo entrega a Muñoz de cierta cantidad en metálico para atender a sus necesidades durante su permanencia en la plaza.

Guillermo Muñoz, tiene 18 años de edad, soltero, es natural de Almería, y su familia reside en Málaga. En el primer vapor que zarpe para dicho puerto, marchará a reintegrarse con los suyos…”

“El Telegrama del Rif”, Diario ajeno a la política, defensor de los intereses de España en Marruecos, núm. 7.289, pág. 2, Melilla, martes 22 de febrero de 1921.

“…Es libertado el último cautivo del pailebot San José…”

“…Como llegó al Peñón. Sin condiciones. En la plaza es atendido. A bordo del “Sister”…”

(De nuestro corresponsal especial).

“…Peñón 21.

Ha llegado a esta plaza el grumete Francisco Mas Andrés, hijo del patrón del pailebot “San José”, saqueado por los moros el 21 de enero.

Esta mañana se vió arribar una barquilla mora, propiedad del indígena Amarcito. En ella venía el infortunado niño que ha permanecido en poder de los moros un mes.

Su entrega se ha conseguido sin condiciones de ninguna clase, lo que constituye un triunfo para nuestra política.

El pequeño marinero ha hecho un relato de su cautiverio. Vestía un abriguito viejo y calzaba unos borceguíes muy grandes para sus pies.

Al desembarcar, entró en casa del sargento de la Compañía de Mar don José García, donde se le dio alimento, pasándose aviso al Comandante Militar, don Adolfo García Cantorné.

Momentos después, pasó el rescatado a la Comandancia, y en ella los señores Cantorné le prodigaron sus cuidados, dándole alimentos y ropas.

Aprovechando la llegada del vapor “Sister”, embarcó en él el joven Francisco, recibiéndole cariñosamente el capitán. A bordo le aguardaba la sorpresa de hallar a uno de los tripulantes del pailebot “San José”…al reconocerese hubo una escena emocionante.

Se ha telegrafiado a la familia del grumete, que reside en la Línea de la Concepción. Como he dicho, los moros se han avenido a entregar al muchacho sin condiciones.

Corresponsal…”.

“El Telegrama del Rif”, Diario ajeno a la política, defensor de los intereses de España en Marruecos, núm. 7.290, pág. 1, Melilla, miércoles 23 de febrero de 1921.

“…Hablando con el niño cautivo…”

“…Entereza poco común. Los muchachos le molestan pero las mujeres le acarician. Un mes de privaciones. La hora de la libertad…”

“…Con nuestro viejo amigo don Miguel Bernardi, encontramos al joven grumete Francisco Mas Andrés, recientemente libertado, sin rescate, por hábil gestión política, y era natural le interrogáramos sobre su mes de cautiverio.

Es un muchacho avispado, de mirar inteligente, rubio, pequeñito. Hace seis meses que lleva la dura vida de un marinero de vela, plena de fatigas y peligros, luchando siempre contra los elementos y malas condiciones de los barquitos en que exponen sus vidas, para ganar el sustento.

La mañana de Enero, en que las corrientes llevaron al pailebot “San José” hacia la costa de Metigua, quiso escapar de las garras de los piratas rifeños y dos veces los consiguió, ocultándose en la bodega; la tercera intentona resultó fallida; una mano vigorosa le arrojó violentamente sobre el bote que debía conducirle a la playa inmediata.

Marchó el muchacho sereno con su padre y otro marinero hacia el poblado principal de la kábila, escoltándoles trece moros. Recuerda perfectamente los detalles de la jornada y hasta el número de sacos robados; 50 de los tres que cayeron al agua.

Nos ha relatado su vida, en los treinta días que permaneció entre los rifeños más indómitos de la región. A las siete se levantaba y como gozara de plena libertad, salía de la casa donde estaba alojado con el autor de sus días, a vagar por el poblado y campos vecinos. Todas las puertas estaban para él abiertas y sí sufría algún puñetazo de los chicuelos moros, no faltaba mujer que saliera en su defensa, colmándole de caricias. Paco tuvo un gran partido entre ellas, sin despertar, como es lógico, celos, por su poca edad.

Lo que más le disgustaba, era la ración alimenticia, compuesta de pan de cebada y pasas. Un día, ya en libertad su padre, se rebeló a tomar la ración y un indígena hubo de castigarle con la vara que llevaba.

Entre tanto, estaba entre gente acomodada, veía a sus aprehensores dar el fin del cuz cuz y de las legumbres y algunas veces, pocas, del carnero asado, sin que jamás le ofrecieran nada.

-¿Has visto algunas muchachas de tu edad?- le preguntamos, y rápido contestó: -No; sólo una, hallé un día. Las que me acariciaban tenían poco que agradecer a Dios-.

Cierta mañana se levantó sobresaltado por gran tumulto y gritos. Era que acababan de descubrir la fugaa del marinero, del pobre hombre que tras 72 horas sin comer ni beber, logró refugiarse en el Peñón. Como hambrienta jauría, salieron en su persecución por la playa, pero el marinero estaba lejos y no pudieron darle alcance.

Cuenta que aquellas gentes tienen bastante ganado y en general revelan el disfrute de relativo bienestar, cosa que nada tiene de extraño dada la vida que llevan y negocios a que se dedican.

El moro Amarcito le dijo otra mañana: -Ven que voy a llevarte entre los españoles- y le acompañó a su casa de Mostaza, después de cuatro horas largas de camino. Allí pasó la noche, muy bien atendido. Después de treinta días, vió ante sí platos de gallinas, carnero, huevos y verdura.

-¿Comerías mucho para saciar el hambre atrasada?-.
-No, temí que me hiciese daño después de larga abstinencia-.

Al día siguiente embarcó en un bote con su protector, y arribó a la isla donde el teniente coronel Cantorné y el vecindario le colmaron de agasajos.

Muy joven ya tiene que contar el grumete Francisco Mas. Sí algún día vuelvo por el litoral rifeño, cuando la bandera española ondee junto a la marroquí en aquellas temidas costas, desembarcará para recordar esta odisea en edad temprana, que ha mantenido durante un mes a su familia en contínua zozobra..."

¡Un cordial saludo!


13 Ene 2010 19:16
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Almirante General
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Nuevo mensaje Re: Cañonero General Concha: Sucesos del 11 de junio de 1913.
hannes hunger. Tu aportación nos trae una etapa importante en la vida del cañonero General Concha, cual es, la de su final. Con ella rememoramos toda su historia, en complemento con la ya narrada en este foro, como también nos recordaba Eusebio en estos posts:
Combates navales en Puerto Rico
Cañoneros Diego Velázquez y Ponce de León
La Escuadra del Apostadero de La Habana, 1898.
Pero además nos trae la perspectiva histórica ( máxime con tu último añadido sobre embarcaciones civiles), del estado caótico en las costas del Rif, que supuso una inseguridad para la navegación por sus aguas y una inquietud para los gobiernos que debían afrontar las consecuencias de los actos de piratería perpetrados por elementos de las cábilas.
Si reflexionamos un poco sobre la historia en relación con aquellos hechos y actualizamos una recreación de aquellas circunstancias en relación a la piratería en las costas de Somalia con los casos que hoy vivimos, posiblemente saquemos algunas conclusiones o lecciones que nos lleven a la adopción de políticas tendentes a la resolución de estos focos de anarquía internacional.
Al respecto y tomando como base el Desembarco de Alhucemas como principio de la solución del conflicto, pienso que la acción combinada de las Potencias en una ocupación del territorio, con una política de firmeza, junto a una acción comprometida económico- social, en el transcurso de un tiempo, fructificaría en un área pacificada y autocontrolada bajo las normas del Derecho.
Podría decirse que esto ya lo intentaron los americanos con Bill Clinton, pero también podríamos decir que “no era aquello”.
Cuando la democracia internacional unida deje de ser pusilánime y tome iniciativas de acción con fortaleza y autoridad, sin temor a ser tachada de derechismo, entonces podrá imponer el orden. Mientras no sea así, el caos no solo se eterniza en el tiempo, sino que crece.

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13 Ene 2010 20:42
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Grumete
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Nuevo mensaje Re: Cañonero General Concha: Sucesos del 11 de junio de 1913.
Muy buenas a todos, os agradezco la labor de difusión que haceis, ya que gracias a estas aportaciones puede conocerse algo mejor nuestra historia. Pero he de hacer una pequeña correción: El 2º condestable, que cayó en el combate, se apellidaba Muiños, no Muiñas, ni Moiño.
Sin más un saludo, y de nuevo mi mas sincero agradecimiento por esta encomiable labor de difusión.


25 Feb 2010 09:21
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Nuevo mensaje Re: Cañonero General Concha: Sucesos del 11 de junio de 1913
En el Cementerio de la Purísima Concepción de Melilla, en la Parcela núm. 18 que corresponde a la Comandancia General de marina de aquella Plaza, encontraremos las tres sepulturas que cito a continuación:


Antonio Mesa Fernández

Cabo de Cañones del Cañonero “General Concha”
Nacido en Porcuna, provincia de Jaén (la ciudad le puso su nombre a una de las calles del Barrio General Sanjurjo)
Fallecido el día 16 de junio de 1913 por heridas de arma de fuego
Enterrado en la Parcela núm. 18, fila 7, núm. 28
(*) Antonio Mesa Fernández Cano. Cabo de cañón. Herido muy grave en la cabeza, presentando fractura de cráneo por herida de bala. Ingresó en el Hospital de Melilla. Falleció después de haber sido viaticado en el citado Hospital, el lunes 17 de junio de 1913.
Da su nombre a una calle del marinero Barrio del Hipódromo de Melilla, en recuerdo de su gesta.

Salvador Alarcón Cueva
Marinero Preferente del Cañonero “General Concha”
Soltero, de 22 años de edad, hijo de Salvador y María
Fallecido el día 12 de junio de 1913; peritonitis traumática por herida de arma de fuego
Enterrado en la Parcela núm. 18, fila 7, núm. 30
(**) Salvador Alarcón/Halcón. Marinero. Herido muy grave. Ingresó en el Hospital de Melilla. Falleció el sábado 14 de julio de 1913, a consecuencia de las heridas recibidas en el combate en el Hospital de Melilla. Fue enterrado a las 12 horas del día 15 en dicha plaza, llevando el féretro miembros de la Compañía de Mar. Su sepultura fue costeada y dada a su familia por el Notario D. Roberto Cano. Según publicó “La Correspondencia de España” del 14 de junio de 1913, falleció a consecuencia de una peritonitis aguda sobrevenida a la herida recibida.

Emilio Vaquero Gutiérrez

Marinero del Cañonero “General Concha”
Nacido en Pontevedra
Hijo de Manuel y Manuela
Fallecido el día 2 de julio de 1913 por heridas de arma de fuego
Enterrado en la Parcela núm. 18, fila 7, núm. 298
(***) Emilio Barquero/Baqueira. Marinero preferente. Herido muy grave en el pecho. Siguiendo las órdenes dadas por el alférez de navío Sr. Ramos Izquierdo, abandonó el cañonero “General Concha”, siendo recogido por el “Lauria”. Falleció a consecuencia de las heridas recibidas, días después. Fue enterrado en Melilla el 3 de julio de 1913.

(*) - (**) - (***) Ver:
https://elheraldodemelilla.blogspot.com ... cha-1.html

Saludos
Abd

Bibliografía y Fuentes:
"La impronta militar en el Cementerio de Melilla”
Instituto de Estudios Melillenses - Melilla - 2013
Isabel María Migallon Aguilar – Eduardo Sar Quintas

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21 Dic 2015 11:03
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Nuevo mensaje Re: Cañonero General Concha: Sucesos del 11 de junio de 1913
Un completo artículo el del Heraldo de Melilla. Gracias por la aportación.

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21 Dic 2015 13:01
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Mensajes: 886
Nuevo mensaje Re: Cañonero General Concha: Sucesos del 11 de junio de 1913
bemaro escribió:
Un completo artículo el del Heraldo de Melilla. Gracias por la aportación.


No hay de qué Señoría

Navegando por los siete mares de internet, suelo hacerlo en relacion con mis aportes al Foro mas que nada para contrastar datos y opiniones, he hallado esto:


Saludos
Abd

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Traducción al español por Huan Manwë para phpbb-es.com