La Época, 18 de julio de 1899.

<<Cádiz 17 (9,15 noche).- El Alfonso XIII, que entró en dique para reparar averías, en cuanto se halle listo saldrá también para el Ferrol, en cuyo puerto se unirá a los buques de guerra arriba mencionados (se refiere al Carlos V, al Lepanto y al Numancia)>>.

El 1 de septiembre de 1899 el periódico El Imparcial publicaba una entrevista con el ministro de Marina Sr. Gómez Imaz. Esta entrevista es la que provoca la respuesta del mismo periódico al día siguiente con el titulo Una Frase Hecha, artículo que encabeza este trabajo. Entre otras cosas el ministro dice lo siguiente:

<<…….También busco la reducción de gastos por otros medios. El Alfonso XIII esta deformado, aunque en situación de atender a su conservación.

Hay barcos que no pueden arrinconarse en absoluto, porque sirven de escuelas y en caso de necesidad pueden prestar buenos servicios. No serán buques de combate, pero constituyen una buena defensa de costas. Recuérdese el importante papel que jugó en Santiago de Cuba el Reina Mercedes con ser un crucero sin protección, mientras que el Alfonso XIII es un crucero protegido>>.

¡Si señor!, con un par. Y esto lo dice todo un ministro de Marina, lo dice un marino español, lo dice un general de la Armada…….,¡Pobre España!

La Correspondencia de España, 11 de septiembre de 1899.

<<Continúa la instalación de la artillería en el crucero Alfonso XIII>>.

La Correspondencia de España, 14 de septiembre de 1899.

<<Marina.- Han sido destinadas a la vigilancia sanitaria de la costa de Huelva cercana a Portugal, las cañoneras Tarifa y Perla, y la lancha de vapor del Alfonso XIII>>.

La Época, 14 de octubre de 1899.

<<Noticias de Marina.- Ha sido nombrado contador del crucero Alfonso XIII, el de navío D. Manuel Sánchez Sorduy>>.

La Correspondencia de España con fecha 4 de enero de 1900, en su sección Ecos del Día, publicaba lo siguiente: “firma de marina. Nombrando comandante del crucero Alfonso XIII, al Sr. Díaz”. Posteriormente, el día 22, el mismo periódico informaba que había sido destinado como nuevo comandante del buque, el capitán de navío D. Manuel Díaz Iglesias.

El 8 de mayo de 1900 el periódico La Época publicaba para sus lectores un dolorosísimo artículo titulado “Impresiones de Cádiz”. Del mismo extraigo lo siguiente:

<<Lo que en astilleros extranjeros es actividad febril, en el arsenal de la Carraca sólo marasmo. Mientras en arsenales ingleses se trabaja sin descanso para hacer en dos meses un crucero y un destroyer en una semana, se trabaja aquí sin entusiasmo para “hacer que hacemos”, sin hacer en realidad nada, por falta de organización. Allá surgen poderosas máquinas de guerra sin reposo; aquí sólo se contemplan ruinas, venerables unas, las otras dolorosas. La Numancia, una vieja fragata cargada de gloria, que ha venido a terminar sus días en guardacostas; el Alfonso XIII, una ruina moderna, crucero casi arrumbado apenas construido; otras ruinas sirviendo a la machina o sirviendo de pontones….Entre tantas tristezas que se ven, una tristeza que se adivina, en un rincón del arsenal: el casco roñoso, raído por la herrumbre, de aquel pobre submarino Peral.

Delante del arsenal de la Carraca se encuentran anclados los buques de la escuadra del almirante Cámara: un asomo de escuadra; tres buques en conjunto, que arrancan una sonrisa entre burlona y melancólica. El acorazado Pelayo, detrás el Carlos V, más allá el General Valdés, dos destroyers….Estos pobres restos de nuestro poderío naval completan la amarga impresión antes recibida y la aumentan extraordinariamente ¿Qué podremos defender nosotros, ni que hemos de confiar a este vestigio de flota, no bien dispuesto siquiera para el combate?>>.

El 18 de mayo de 1900 el Presidente del Consejo de ministros y ministro de Marina, Sr. Silvela, pone a la firma de S.M. la Reina el importante Real decreto en el que se reorganiza la Marina de Guerra. En la exposición del mismo se hace un detallado informe de cada uno de los buques que forman la Marina, su estado, su nueva clasificación, etc. En lo que respecta al Alfonso XIII podemos leer lo siguiente:

<<…….y no apartando del cuadro de fuerzas navales sino aquello que, oídos informes y noticias técnicas de vario origen, resulta notoria e incuestionablemente inútil y perjudicial, por tanto, por los destinos innecesarios que mantiene y el material que consume, aun reducido a primera y segunda situación y sin navegar ni prestar servicio de ninguna especie.

En este caso se encuentra el Alfonso XIII, similar imperfectísimo del desgraciado Reina Regente, de 4.826 toneladas, sin protección vertical alguna, disponiendo solo de una cubierta protectriz, falto de estabilidad, con máquinas mal montadas, con un andar escaso de 12 millas, siendo general opinión de las autoridades técnicas de Marina que ese buque no debe navegar, al menos sin grandes y costosas reformas, para no exponer a su tripulación a un probable desastre, y no sirviendo sino de impedimento y obstáculo para cualquier escuadra o división naval, ni pudiendo aplicarse tampoco ni a acciones defensivas ni a comisiones de paz, para las que ya quedan suficientes buques en proporción de los medios que para servicio debe aplicar un presupuesto razonable de fuerzas navales>> (La Época, 19-5-1900).

Quedaba firmada, se esta manera, la sentencia de muerte del crucero Alfonso XIII.

La Correspondencia de España, 30 de mayo de 1900.

<<Armada.- Se han entregado al Pelayo once torpedos de la dotación del crucero Alfonso XIII>>.

Crucero protegido Lepanto

Perfil del crucero Lepanto obra de nuestro ex compañero Julio Pillet.

La Correspondencia de España, 9 de marzo de 1887.

<<Por el ministerio de Marina se ha dispuesto que se adquiera con urgencia el material necesario para que, a la mayor brevedad posible, empiece en nuestros arsenales la construcción de los cruceros Alfonso XIII, Lepanto y Marqués de la Ensenada, y de dos cañoneros torpederos guarda-costas>>.

La Correspondencia de España, 26 de abril de 1887.

<<Ayer se reunió el consejo de gobierno de la Marina, bajo presidencia del señor ministro del ramo, habiendo tratado de la adquisición de material para los cruceros Alfonso XIII y Lepanto>>.

La Época, 29 de julio de 1887.

<<Noticias Generales.- Se ha dispuesto sean construídas por la industria nacional las máquinas de los cruceros Lepanto y Alfonso XIII>>

La Época, 21 de diciembre de 1887.

<<La Gaceta de hoy publica una Real orden del Ministerio de Marina referente a la adquisición de los aceros fabricados por el procedimiento Siemens-Martin, en la que se dispone que la Sociedad Duro y Compañía suministre el pedido de las 3.040 toneladas que son necesarias para la continuación de las obras de los cruceros Alfonso XIII y Lepanto>>.

La Época, 30 de diciembre de 1887.

<<La Gaceta.- La de hoy contiene las siguientes resoluciones:

Ministerio de Marina.- Real orden, fecha 28, dictando reglas para la construcción de las máquinas para los cruceros Alfonso XIII y Lepanto, que están en gradas en los arsenales de Ferrol y Cartagena respectivamente>>.

Con la misma fecha, el mismo periódico abunda en el asunto:

<<Construcciones Navales.-……..También pública el diario oficial una Real orden dictando reglas para la construcción de las máquinas con destino a los cruceros Alfonso XIII y Lepanto, que están en grada en los arsenales de Ferrol y Cartagena respectivamente. Se encomienda a la industria nacional la construcción de dos juegos de máquinas, de hélices gemelas y triple expansión, de 7.800 caballos con tiro natural y 11.500 con tiro forzado para los mencionados cruceros, siempre que aquella se preste a llevar a cabo el servicio en condiciones que la Administración considere aceptables.

Y resultando de la información llevada a cabo por el Ministerio que las únicas casas que cuentan en el día en España con elementos para la construcción de máquinas de esta importancia son las de los Sres. Portilla, White y Compañía, de Sevilla, y la Maquinista Terrestre y Marítima, de Barcelona, se pidan a las mismas proposiciones para la construcción de uno y de dos juegos, las cuales deberán presentarse en un plazo que no excederá de treinta días, a contar desde hoy>>.

El 7 de marzo de 1888 el Consejo de Ministros, en una nota oficiosa comunicada a la prensa, informaba de la adjudicación a la Maquinista Terrestre y Marítima de las máquinas que debían montar los cruceros Alfonso XIII y Lepanto (La Época 8-3-1888).

El 26 de septiembre de 1890 se informa que la Maquinista Terrestre y Marítima, de Barcelona, ha terminado el juego de máquinas con destino al crucero Lepanto, y se da una completa información de las mismas:

Se compone de dos máquinas de triple expansión de 5.250 caballos cada una y cuatro calderas dobles para regenerar vapor a la presión de 9,84 kilogramos por centímetro cuadrado. Estarán distribuidas unas y otras en cuatro compartimientos estancos, situados debajo de la línea de flotación. En el primero, más inmediato a la proa, habrá dos calderas, y en el segundo otras dos; en el tercer compartimiento se colocará una de las máquinas, y la otra en el cuarto.

Cada máquina actuará sobre el propulsor correspondiente; la de proa pondrá en movimiento el propulsor de estribor, y la de popa el de babor.

Las calderas son de acero, y están calculadas para resistir la presión normal de 9,84 kilogramos por centímetro cuadrado; son cilíndricas, tipo llama invertida, de dobles frentes; miden 4,79 metros de diámetro y 5,185 metros de longitud; en cada frente hay cuatro hornos cilíndricos de plancha ondulada, de un diámetro medio de 99 metros (¿?); los productos de la combustión, al desprenderse de los hornos, se dirigen a un haz de tubos colocados sobre los hornos, pasando antes por las cajas de fuego. El número de tubos por caldera es de 1.052, de 64 milímetros de diámetro exterior. Cada chimenea de las dos que lleva el buque, recibe los productos de la combustión de 16 hornos correspondientes a dos calderas de un grupo, formando el conjunto las cuatro calderas. El espesor del casco de las calderas es de 30 milímetros. El peso de cada caldera, sin accesorio alguno, es de 60.000 kilogramos, y de 80.000 con accesorios (La Época 26-9-1890).

La Correspondencia de España, 6 de octubre de 1890.

<<Mañana serán embarcadas en el vapor Cifuentes las calderas para el crucero Lepanto que han sido fabricadas en La Maquinista Terrestre y Marítima>>.

La Época, 6 de julio de 1891.

<<Correo de Provincias.- Las obras del crucero de cubierta protegida Lepanto, que se construye en las gradas de Santa Rosalía, avanzan con rapidez, creyéndose pueda ser pronto botado al agua. Las máquinas y calderas del mismo han sido ya entregadas por la casa constructora>>.

La Época, 21 de julio de 1891.

<<Noticias Generales.- Ayer se reunió en el Ministerio de Marina el Consejo de Gobierno en pleno, para ultimar algunos expedientes de personal y material.

El señor ministro presentó una moción para proveer los depósitos de carbón de los buques y para sacar en breve a concurso la construcción por la industria nacional de todas las máquinas auxiliares y aparatos que puedan necesitar los buques en construcción, principalmente el Cardenal Cisneros, Cataluña, Princesa de Asturias, Lepanto y Alfonso XIII>>.

El Imparcial, 27 de julio de 1891.

<<Sección de Noticias.- Ocupándose un periódico de Cartagena de los buques que se están construyendo en aquel arsenal y de la marcha de los trabajos de los mismos, dice que en el crucero Reina Mercedes, cuya quilla se puso hace ocho años, continúan las obras con tal lentitud, que no es posible calcular cuándo estará en condiciones de prestar servicio.

No caminan con más actividad los trabajos del Lepanto, cuya quilla se puso en 1º de octubre de 1886, y en el que durante el año económico de 1890-91 solo se invirtieron 300.000 pesetas; ni las del Cataluña, crucero de 7.000 toneladas, puesto en quilla en enero de 1889, en el cual solo se invirtieron en el referido año económico 150.000 pesetas.

Es de suponer que los mencionados buques serán botados si es que se botan alguna vez, cuando ya no sirvan para nada.

Es la costumbre>>.

La Correspondencia de España, 26 de octubre de 1891.

<<Están proyectadas algunas obras en el dique flotante de Cartagena para recibir a los cruceros Cataluña, Lepanto y otros>>.

La Correspondencia de España, 8 de diciembre de 1891.

<<Se ha estimulado el celo del cónsul de España en Riga (Rusia) para la pronta adquisición del pino de aquel país necesario para las cubiertas del crucero Lepanto que se construye en Cartagena>>.

La Época, 24 de febrero de 1892.

<<El Consejo Superior de la Marina aprobó hoy los planos para el servicio de la artillería gruesa que deben montar los cruceros Alfonso XIII y Lepanto, y la distribución de los pañoles>>.

La Época, 22 de abril de 1892.

<<Noticias Generales.- Se ha dispuesto que en el crucero Reina Mercedes se monten tres cañones de 57 milímetros, sistema Nordenfelt, de los destinados al crucero Lepanto>>.

La Época, 27 de octubre de 1893.

<<Las Provincias.- Hoy quedará listo, para ser botado al agua, el crucero de guerra Lepanto, que se construye en el Arsenal de Cartagena>>.

La Época, 4 de noviembre de 1893.

<<Noticias Generales.- En Cartagena se ha efectuado con toda felicidad el arrastre del crucero Lepanto al dique. El resultado de la operación ha sido sorprendente, gracias a los aparatos empleados, según el proyecto del señor Baldasano, ingeniero civil, y a los procedimientos de arrastre propuestos por el ingeniero naval D. Nemesio Vicente.

El nuevo buque, que es de igual importancia que el Reina Regente, tiene las siguientes condiciones:

Desplazamiento, 4.800 toneladas; caballos indicados, 11.500; calado máximo, seis metros; casco de hierro; artillería, Hontoria y de tiro rápido; velocidad, 20 millas por hora y radio de acción 13.000 millas>>.

El crucero Lepanto en el dique flotante de Cartagena.

La Época, 17 de noviembre de 1893.

<<Noticias Generales.- Según telegrama del capitán general del Departamento de Cartagena, ayer a las diez de la mañana, quedo a flote el nuevo buque Lepanto>>.

La Correspondencia de España, 19 de noviembre de 1893.

<<El Varadero de Santa Rosalía, en el Arsenal de Cartagena.- El día 3 del corriente mes se ha llevado a cabo una operación en el arsenal de Cartagena, que tiene más importancia de la que realmente le ha dado la prensa, y mucho más en los momentos actuales.

Nos referimos al arrastre del crucero Lepanto (tipo Regente) desde el varadero cuyo nombre sirve de epígrafe a estas líneas, al dique flotante, para después depositar el buque en la mar.

La faena, a pesar del enorme peso que se trataba de arrastrar, se ha hecho con grandes facilidades, sin entorpecimiento alguno y con relativa prontitud y economía.

Resuelto ya el problema prácticamente, tenemos en nuestro arsenal del Mediterráneo un varadero capaz de recibir a un mismo tiempo seis acorazados como el Pelayo; pero urge mucho, muchísimo, que el ministerio de Marina se ocupe, bien de alargar y aumentar la fuerza del dique flotante, bien de hacer uno nuevo de mayor potencia que el actual, si es que éste, después de su honrosa y larga historia, no puede ser susceptible de la mejora, de todo punto necesaria, que indicamos.

No caben vacilaciones, poner el dique flotante de Cartagena en condiciones de levantar al Pelayo es obra de pocos meses, hacer otro de mayor fuerza elevadora tampoco es obra larga; en el país hay elementos para hacer las planchas de un nuevo dique con toda prontitud y armarlo en seguida en Cartagena, y las circunstancias son tales que la demora es un verdadero delito de lesa nación.

No podemos vivir con solo el dique de Ferrol, y si las operaciones de la guerra, con aliados o sin ellos, continúan es indispensable un dique en Cartagena y debe pensarse seriamente en el de Cádiz.

Las marinas modernas no pueden estar sin diques, porque a los seis meses de campaña los barcos no pueden prestar bien sus servicios, y no prestarlos bien equivale a tanto como no tener elementos para batir al enemigo.

Sobre esto llamamos seriamente la atención de toda la prensa y del gobierno.

Únicamente nos resta felicitar entusiastamente al inspector general de Ingenieros de Caminos, Sr. Baldasano, autor de la obra magna terminada ya en Cartagena, y al ingeniero naval D. Nemesio Vicente, que ha proyectado y dirigido la máquina de arrastre que tan perfectamente ha respondido a su objeto.

Ambos señores merecen bien de la patria y ésta sabrá seguramente recompensarlos, por haber resuelto un problema que hasta hoy se creyó imposible en el extranjero, a pesar de los adelantos con que se nos supera>>.

Otra vista del Lepanto en el dique flotante de Cartagena.

La Época, 31 de mayo de 1894.

<<Firma de S.M. la Reina.- La Reina Regente ha firmado hoy los siguientes Reales decretos:

De Marina.- Autorizando al ministro del ramo para presentar a las Cortes los proyectos de ley fijando las fuerzas navales para 1894-1895, y de movilización de las escalas de teniente de navío y asimilados; y para contratar con la casa Leví los fusiles Mauser español, de 7 milímetros y 7,65 milímetros, cartuchos y otros efectos con destino a los cruceros Alfonso XIII, Lepanto y Marqués de la Ensenada, y 1.500 fusiles del mismo sistema y calibre y cartuchos de guerra y ejercicios, con destino al apostadero de Filipinas>>.

El 20 de octubre de 1894 es nombrado comandante del Lepanto el capitán de navío D. Francisco Estrán (La Época 20-10-1894).

La Época, 21 de agosto de 1895.

<<Los Arsenales del Estado.- Por el Ministerio de Marina se ha dictado una Real orden encaminada a corregir deficiencias notadas en los Arsenales del Estado, respecto a la construcción de buques, para conseguir en lo sucesivo la mayor actividad y economía posibles, determinándose las causas ocasionales del retraso en el alistamiento de los acorazados Cardenal Cisneros, Princesa de Asturias, Cataluña y Lepanto, y saber a qué obedece el enorme gasto que representa su coste por tonelada, comparado con los precios a que resulta para tipos similares en todos los Arsenales del mundo.

El presidente de dicha Comisión será el vicealmirante D. Ignacio Tudela, y la constituyen, además, los Sres. Concas y Camargo y el ingeniero jefe de primera D. Pedro Suárez, con un jefe de Administración que se designará oportunamente.

Esta Real orden es una nueva prueba de la energía y celo del señor ministro de Marina en pro de los intereses del país>>.

La Época, 10 de septiembre de 1895.

<<Los Arsenales del Estado.- Esta mañana ha estado reunido en el Ministerio de Marina, durante más de dos horas, bajo la presidencia del general Beránger, y con asistencia del secretario militar capitán de navío Dr. Terry, la junta de generales para estudiar los datos remitidos ya por la Comisión inspectora, recientemente nombrada, y que preside el vicealmirante Sr. Tudela.

Los reunidos estudiaron los medios más oportunos para conseguir que se activen y terminen cuanto antes las obras que se ejecutan en los acorazados Cardenal Cisneros (Ferrol), Princesa de Asturias (Cádiz) y Lepanto (Cartagena).

Las resoluciones adoptadas, que serán transmitidas inmediatamente a los diferentes departamentos, permiten esperar que dichos buques puedan ser botados al agua mucho antes de lo que se creía cuando la Comisión citada empezó a cumplir el encargo que le confió el ministro de Marina>>.

La Época, 30 de septiembre de 1895.

<<La Comisión de los Arsenales.- Hoy ha sido entregada al señor ministro de Marina, por el vicealmirante Tudela la Memoria, o mejor dicho memorias, de la Comisión que preside, y que como saben nuestros lectores salió a fines de agosto a girar una visita de inspección a los buques que se construyen en los arsenales del Estado, y sobre cuyos trabajos se ha guardado absoluta reserva, pese a los que han querido adelantar algunas noticias.

Según nuestros informes, la Comisión ha presentado dos Memorias: la una referente a los acorazados Cardenal Cisneros, Princesa de Asturias, Cataluña y Lepanto, y la otra que se contrae a las modificaciones que deben introducirse en la parte administrativa de los arsenales, las cuales no pudiendo hacerse gubernativamente como lo que se refiere a los buques, pues alguna de ellas tendrá que ser objeto de una ley, se han separado para que no estorbe a todas las demás.

La Comisión que, bajo la presidencia de dicho almirante la componían los Sres. Concas, Suárez, Camargo y Cánovas, propone alguna medidas radicales que tiendan a limpiar los arsenales de ancianos, inútiles y favorecidos; pidiendo al Gobierno que obre con energía y que haga entender a las autoridades locales que la marina y los Arsenales son del Estado, que es quien paga, y que el verdadero patriotismo consiste en no impedir su desarrollo promoviendo conflictos para que los Arsenales sean casas de beneficencia de la localidad, importándoseles poco que produzcan o no, con tal que mantengan mucha gente; proceder además torpe, pues cuanto más produzca el Arsenal, más dinero pasa por esa dichosa localidad, tan amada de los españoles, y, por consiguiente, más ha de quedar en la población.

La conocida virilidad y energía del general Beránger tendrá un verdadero apoyo en el informe de la Comisión, tanto más cuanto, hemos oído, propone el modo práctico de realizarla.

Los buques se hallan algo atrasados, esto es lo cierto, y es de esperar que con los recursos de que se disponga en lo sucesivo podrán prestar servicio en el plazo de unos treinta meses.

Sentimos no poder dar más noticias de este importante asunto, que todavía no es del dominio público>>.

El 3 de junio de 1896 S.M. la Reina firma un Real Decreto nombrando comandante del crucero Lepanto, al capitán de navío D. Antonio Cano y Prieto (La Época 3-6-1896).

El 26 de agosto de 1896, el periódico La Época pública en su primera página (edición de la tarde) el siguiente dibujo del crucero Lepanto, acompañado de algunos datos de las características del buque:



Con respecto al último párrafo, ya vimos anteriormente que el mando del buque era del capitán de navío D. Antonio Cano y Prieto, nombrado en el mes de junio, y no del de igual clase D. Federico Estrán.

La Correspondencia de España, 27 de agosto de 1896.

<<Las obras del Lepanto. Cartagena 25.- Ha sido acogida con general aplauso la medida tomada por el ministro de Marina de activar las obras del crucero Lepanto.

Los marinos residentes aquí ensalzan al general Beránger por su iniciativa de fomentar la escuadra española>>.

La Correspondencia de España, 2 de septiembre de 1896.

<<En el crucero Lepanto se han empezado los trabajos de instalación del alumbrado eléctrico, trabajándose para la pronta terminación de dichas operaciones, día y noche>>.

La Época, 23 de septiembre de 1896.

<<La Escuadra española.- Si no hay algún aplazamiento imprevisto en las obras que se están llevando a cabo en los buques en construcción, o sujetos a reformas, para el mes de marzo del año próximo dispondremos de una poderosa Escuadra, que permanecerá en la Península dispuesta a ir donde sea necesario.

Los buques con que contará esta flota serán: acorazados Carlos V, Pelayo, Cristóbal Colón, Infanta María Teresa, Numancia, Vitoria, Almirante Oquendo y Vizcaya; cruceros de primera clase protegidos, Alfonso XIII y Lepanto; el cazatorpederos Destructor, seis destroyers y seis torpederos, dos de ellos de alta mar>>.

La Correspondencia de España, 11 de noviembre de 1896.

<<El general Beránger confía tener concluidos para marzo los acorazados Cristóbal Colón, Carlos V y Lepanto>>.

La Correspondencia de España, 12 de noviembre de 1896.

<<En Cartagena se activan la construcción del crucero protegido Lepanto, cuyas máquinas, ya construídas y empaquetadas, no tardarán en montarse>>.

La Época, 23 de noviembre de 1896.

<<Barcos de Guerra.- Adelantan rápidamente las obras del acorazado Lepanto que se construye en Cartagena. Están acopiados todos los materiales necesarios, y ahora se trabaja en todo lo relativo a la calderería, y de cuya importancia puede juzgarse si se considera que los tubos de las calderas suman una longitud de 10 kilómetros. Para el mes de marzo próximo estará completamente listo el buque>>.

El Imparcial, 27 de noviembre de 1896.

<<En el ministerio de Marina se están formando los grupos técnicos de contramaestres, condestables y torpedistas, que pronto serán necesarios para constituir las dotaciones de los buques Lepanto, Colón y Carlos V, y de los destructores de torpederos que vendrán pronto de Inglaterra a nuestras costas>>.

La Correspondencia de España, 29 de noviembre de 1896.

<<El Consejo (de ministros) aprobó la adquisición de 4.000 fusiles Mauser para la infantería de marina. Parte del armamento se enviará a Cuba, y otra parte irá a los departamentos marítimos para dotar de dicho fusil a las guarniciones de los buques de guerra Carlos V, Lepanto y Cristóbal Colón, que en marzo se hallarán en condiciones de prestar servicios a la patria>>.

La Época, 1 de febrero de 1897.

<<Prueba de máquinas.- Se ha interesado a la Maquinista Terrestre que envié a Cádiz y a Cartagena los montadores para las máquinas de los acorazados Princesa de Asturias y Lepanto, y para probar las de este último, que fueron construídas en aquella casa>>.

El Imparcial, 4 de febrero de 1897.

<<Consejo de Ministros. Expedientes.- Se han aprobado los siguientes expedientes:

………Adquisición de torpedos para los acorazados Lepanto, Cardenal Cisneros y Princesa de Asturias, que se construyen en los arsenales del Estado>>.

La Correspondencia de España, en su número de 31 de marzo de 1897 escribe que se indica para el mando del crucero Lepanto al capitán de navío D. Guillermo Camargo.

Trabajadores en las obras del Lepanto (El Mundo Naval Ilustrado, 1 de junio de 1897).

La Correspondencia de España, 7 de junio de 1897.

<<En el mes de julio será entregado definitivamente el acorazado Carlos V. En el mismo mes formará el Lepanto parte de la escuadra de instrucción>>.

El Imparcial, 18 de junio de 1897.

<<De Marina.- El Alfonso XIII y Lepanto limpiarán sus fondos en Cartagena, y los destroyers saldrán en breve para Cádiz>>.

La Época, 10 de julio de 1897.

<<Ha salido del dique flotante de Cartagena el crucero Lepanto>>.

El Imparcial, 11 de julio de 1897.

<<Política del Día.- Según parece, el crucero Lepanto está muy adelantado, y dentro de poco quedará listo para navegar>>.

El Imparcial, 26 de septiembre de 1897.

<<Noticias de Marina.- Espera el ministro de Marina (Beránger) que el Alfonso XIII y el Lepanto estén en la segunda quincena de noviembre en disposición de incorporarse en Cádiz a la escuadra. También se unirán a esta los dos destroyers construidos en Inglaterra.

Si estos proyectos se realizan, se juntarán en la bahía de Cádiz en noviembre el Colón, el Oquendo, el Vizcaya, el María Teresa, el Destructor, el Furor, el Terror, el Lepanto, el Pelayo, el Alfonso XIII y los dos destroyers cuya construcción se está terminando>>.

No todo iban a ser desgracias en la historia de nuestro crucero, en las navidades del año 1897 el tercer premio de la Lotería Nacional agraciaba a la tripulación del buque. De esta manera explicaba el periódico El Eco de Cartagena la distribución del premio:

<<Al primer comandante del indicado buque, que jugaba 40 pesetas, le han tocado 80.000. La noche anterior dio una participación de cinco a los dueños del Hotel Inglés, a cambio de igual participación en otro número, y debido a esta circunstancia los Sres. Vilella y Plá se embolsarán 10.000 pesetas.

Al segundo comandante del Lepanto le han tocado 100.000; a D. Joaquín Gayá, maquinista contratado, 15.000; al contador, Sr. Carreras, 20.000; al ingeniero director de las obras del buque, Sr. Mazón, 20.000. A los demás jefes y oficiales les corresponden cantidades que vararán entre 10 y 15.000 pesetas.

Los aprendices maquinistas cobrarán de cuatro a cinco mil pesetas. Alguno cobrará 10.000.

Los marineros y fogoneros cobrarán de cuatro a cinco mil pesetas.

Extrañas a la tripulación del Lepanto hay bastantes personas que participarán del premio.

Nota triste. Uno de los marineros agraciados con 10.000 pesetas ha fallecido en el Hospital de la Caridad>> (La Época, 27-12-1897).

Según El Imparcial (24-12-1897), el número agraciado con el tercer premio fue el 53.447.

Como una constante desgracia a lo largo de la historia de nuestra Marina en aquellas aciagas fechas, y que ya hemos comprobado en la historia de alguno de los buques, el Lepanto comenzaría a figurar en los proyectos de fuerzas navales de los diferentes ministros de Marina como una unidad plenamente operativa. Veamos el proyecto de fuerzas navales para el ejercicio 1898-1899:

Artículo 1º. Las fuerzas navales que para las atenciones generales del servicio de policía y vigilancia de las aguas jurisdiccionales de la Península e islas adyacentes, estaciones navales de la América del Sur y Provincias de Ultramar, deben figurar durante el año económico de 1898-99, son las siguientes:

Península e islas adyacentes

Pelayo, Emperador Carlos V, Infanta María Teresa, Almirante Oquendo, Vizcaya, Cristóbal Colón, Princesa de Asturias, Cardenal Cisneros, Alfonso XIII, Lepanto, Aragón, Doña María de Molina, Marqués de la Victoria, D. Álvaro de Bazán, General Valdés, Nautilus, Eulalia, Urania, Asturias, Villa de Bilbao, Numancia, Vitoria, Gerona, Destructor, Furor, Terror, Audaz, Osado, Plutón, Proserpina, Ariete, Rayo, Azor, Halcón, Rigel, Retamosa, Orión, Habana, Barceló, Ejército, Ordoñez, Acevedo, Castor, Aire, Puigcerdá, Toledo, Tarifa, Cuervo, Perla, Rubí, Águila, y 13 escampavías, Mac-Mahón, Segura, Cóndor, Diamante, Cocodrilo, Pilar, Diligente y Atrevida.

Artículo 2º. Para las tripulaciones de los buques comprendidos en el artículo anterior y cubrir el servicio de arsenales y departamentos marítimos de la Península se fijan 6.778 marineros y 5.442 soldados.

Estación Naval del Sur de América.

Artículo 3º. Las fuerzas navales para el año económico citado serán las siguientes:

Cañonero-torpedero Temerario.

Artículo 4º. Para la tripulación del buque comprendido en el artículo anterior, y atenciones de la estación naval, se fijan 60 marineros.

Isla de Cuba

Artículo 5º. Las fuerzas navales para el año económico citado serán las siguientes:

Un crucero protegido de segunda clase, dos cruceros no protegidos de primera, dos cruceros no protegidos de segunda, un crucero de tercera, seis cañoneros torpederos, tres cañoneros de primera clase, seis de segunda, 25 de tercera, cuatro lanchas cañoneras, tres remolcadores, dos pontones, un transporte y cuatro buques auxiliares de la escuadra.

(Todos doce meses en tercera situación).

Artículo 6º. Para las tripulaciones de los buques comprendidos en el artículo anterior se fijan 2.533 marineros y 581 soldados.

No obstante lo dispuesto en este artículo y en el anterior, las fuerzas podrán ser aumentadas si así lo exigiera el estado de la isla.

Puerto Rico.

Artículo 7º. Las fuerzas navales de Puerto Rico para el año económico serán las siguientes:

Un crucero de segunda clase, un crucero de tercera clase, un cañonero de segunda clase y otro cañonero de segunda en la comisión hidrográfica. (Todos doce meses en tercera situación).

Artículo 8º. Para las tripulaciones de los buques comprendidos en el artículo anterior se fijan las fuerzas respectivas en 291 marineros y 23 soldados.

Islas Filipinas.

Artículo 9º. Las fuerzas navales para el servicio de policía y vigilancia de las aguas jurisdiccionales de las islas Filipinas durante el citado año económico serán las siguientes:

Dos cruceros protegidos de segunda, dos cruceros de primera, tres cruceros de segunda, tres cruceros de tercera, dos cañoneros de primera, trece cañoneros de segunda, seis cañoneros de tercera, tres lanchas cañoneras, tres transportes y un cañonero en comisión hidrográfica.

(Todos estos, doce meses en tercera situación).

Una corbeta escuela de guardiamarinas, seis meses en tercera situación.

Artículo 10. Para la tripulación de los buques comprendidos en el artículo anterior y cubrir el servicio de arsenales se fijan 2.479 marineros y 2.515 soldados.

Fernando Poo.

Artículo 11. Las fuerzas navales para el Golfo de Guinea durante el año económico citado serán las siguientes:

Dos cañoneros de segunda, un pontón. (Doce meses en tercera situación).

Artículo 12. Para la tripulación de los buques comprendidos en el artículo anterior y atenciones de la estación naval se fijan 157 marineros, 22 krumanes (¿?) y 82 soldados.

Madrid 25 de abril de 1898.- Segismundo Bermejo.

Si no fuera por lo patético del citado proyecto de fuerzas navales sería como para echarse a reír. En fín, la noticia es publicada en el periódico La Época con fecha 26 de abril de 1898, dos días antes, el 24, el gobierno de S.M. había declarado la guerra a los Estados Unidos.

El 11 de mayo de 1898 el periódico El Imparcial pública una noticia en la que se ”indica para comandante del crucero Lepanto, al capitán de navío, D. Manuel Díaz Iglesias”.

La Época, 20 de mayo de 1898.

<<La Tercera Escuadra.- Comunica el capitán general de Cartagena, vicealmirante Sánchez Ocaña, que las obras a bordo del crucero protegido de primera clase Lepanto, de 5.000 toneladas y 20 millas de andar, están muy adelantadas>>.

La Época, 28 de mayo de 1898.

<<El Lepanto.- Dicen de Cartagena que en la semana próxima verificará las pruebas de sus máquinas, sobre amarras, el crucero protegido de primera, Lepanto, en la dársena de aquel arsenal>>.

La Época, 2 de junio de 1898.

<<De Marina.- Noticias de Cartagena dicen que el Lepanto tiene ya montada la artillería gruesa, y a bordo para ser montados los cuatro cañones Hontoria de 12 centímetros, únicos que le faltaban.

Ayer u hoy ha debido efectuar las pruebas preliminares de máquinas sobre amarras, y muy en breve las de alta mar.

El Lepanto es un hermoso crucero protegido de primera clase. Desplaza 4.826 toneladas; su cubierta protectora es de más de 11 centímetros; montará cuatro cañones de 20 centímetros, seis de 12 de tiro rápido y 11 menores (total, 21 piezas), más cinco tubos lanzatorpedos. Su radio de acción es de 12.000 millas, y la velocidad que debe poseer, y que quiera Dios le resulte en las pruebas, es de 20 millas y media. Ha de llevar 419 hombres de tripulación>>.

Muy mal debían de pintar las cosas para que La Época, el más gubernamental de todos los periódicos españoles de entonces, y fiel servidor del que fuera ministro de Marina, general Beránger, fiara a nuestro señor el resultado de las pruebas del Lepanto.

El Imparcial, 4 de junio de 1898.

<<La escuadra de reserva.- …..Las obras del crucero Lepanto también se hallan muy adelantadas, pues sólo le faltan colocar unos cañones para completar el armamento>>.

El Imparcial, 8 de junio de 1898.

<<Marina de Guerra.- Los cañones que faltan en el acorazado Lepanto quedarán instalados en breve para que este buque de guerra pueda realizar sus pruebas inmediatamente.

Si los ejercicios que practique este crucero en unión de la escuadra son satisfactorios, como se espera, el Lepanto fondeará en Cádiz para esperar órdenes del ministro de Marina.

Probablemente se unirá a la segunda escuadra que manda el general Cámara>>.

El 9 de junio se reunió el Consejo de ministros bajo la presidencia del Sr. Sagasta. Tras el mismo, el ministro de Marina, Sr. Auñón, dio cuenta a los periodistas del estado de la escuadra de reserva (que en breve visitaría en Cádiz) a la que se uniría en breve el trasatlántico armado en guerra Havel (Meteoro). También expuso que el crucero Lepanto estaría listo para navegar y entrar en combate en la semana próxima (La Época 9-6-1898).

La Época, 16 de junio de 1898.

<<Noticias sobre la escuadra de reserva.- El New York Herald ha publicado un telegrama de Gibraltar con noticias de la escuadra española de reserva.

Dice que ésta se compone de los buques Pelayo, Carlos V, Vitoria, Lepanto, Rápido, Patriota, Meteoro y dos destroyers. Añade que decididamente se ha renunciado a que forme parte de la escuadra el Alfonso XIII, a causa de su insuficiente velocidad.

El Alfonso XIII se unirá a seis trasatlánticos armados en guerra y a cinco torpederos que actualmente se hallan en Cádiz.

Afirma también el telegrama del Herald que el contralmirante Sr, Cámara ha manifestado al ministro de Marina que la escuadra de su mando no es bastante poderosa para arriesgar un combate con la Yankee.

Reconoce el corresponsal en Gibraltar que el tiro de la artillería de la escuadra es bueno, y termina diciendo que se duda de que salgan de Cádiz los barcos españoles>>.

<<El crucero Lepanto.- Las Noticias, de Cartagena, da cuenta de las pruebas realizadas por el nuevo crucero Lepanto, en los siguientes términos:

Ha sido hoy día de grandes satisfacciones para los dignísimos jefes que han dirigido las obras de este hermoso crucero. No era para menos tan viva satisfacción, pues las pruebas sobre amarras se han verificado con un resultado admirable, sin que ocurriera el menor accidente y sin experimentar las máquinas en su funcionamiento el más leve rozamiento.

Puede decirse, pues, que tenemos un buque de guerra más, y un buque, cuyo casco honra a este arsenal y a la maestranza.

Dado el resultado de esta primera prueba, la definitiva no se hará esperar>>.

La Época, 19 de junio de 1898.

<<El ministro de Marina en Cartagena. Cartagena 18 (6,30 tarde).- Apenas desembarcó esta mañana el ministro de Marina, trasladóse al arsenal, donde inspecciono minuciosamente los trabajos, conferenciando largamente con el personal técnico.

Después visitó el crucero Lepanto y las obras del acorazado Cataluña.

Ha examinado también las defensas del puerto, quedando muy satisfecho de las mismas.

Mañana presenciará las pruebas del Lepanto, regresando por la tarde a Madrid en el tren correo.

Cartagena 19 (2 madrugada).- Acaban de recibirse aquí noticias del viaje del ministro de Marina.

Este salió de Cádiz a bordo del acorazado Pelayo, trasbordando luego al aviso Giralda, que lo condujo a Cartagena.

Las obras del acorazado Cataluña las ha encontrado muy atrasadas.

Interrogado acerca del rumbo de la escuadra de Cervera, manifestó ser inexactos los rumores que la suponen camino de Filipinas, afirmando que continúa en Cuba, si bien no aseguró que todos los buques se hallan en Santiago.

También manifestó Auñón su propósito de formar una tercera escuadra con la base de los buques Lepanto, Cardenal Cisneros y Princesa de Asturias, la cual podrá estar lista en un mes>>.

La Correspondencia de España, 21 de junio de 1898.

<<El Sr. Auñón hizo su entrada en el arsenal de Cartagena en el mismo aviso Giralda, y en un bote de vapor se dirigió desde luego al crucero Lepanto, enterándose de su estado y disponiendo lo conveniente en los términos más enérgicos y decididos para que este buque navegue pronto>>.

<<Las pruebas del Lepanto. Hoy no nos trae el correo noticias de Cádiz, pero en cambio las tenemos de Cartagena, y se refieren a las pruebas sobre amarras del nuevo buque de combate que se está construyendo en aquella maestranza.

Según leemos en El Noticiero de Cartagena, las pruebas han sido sumamente satisfactorias.

A propósito de ellas copiamos los siguientes párrafos:

La prueba sobre amarras se hizo con dos calderas, obteniéndose un número de revoluciones que en marcha normal equivalen a unas 18 a 19 millas, y 21 con tiro forzado.

Las máquinas auxiliares funcionaron con admirable precisión.

Los tiros aún con las compuertas cerradas, inmejorables.

Eso es lo que podemos llamar el extracto de las pruebas que el día 13 terminaron felizmente con las del servomotor y la dínamo.

Gemela de la del Alfonso XIII es la máquina montada en el Lepanto por operarios del arsenal bajo la dirección del maestro D. Bernardo Rovira, y como aquella procede de los talleres de La Maquinista Terrestre y Marítima, de Barcelona.

Cuando el ingeniero de la casa constructora dio la voz de “avante”, la emoción era grande en cuantos presenciaron las pruebas; cuando la máquina comenzó a funcionar con admirable precisión el júbilo fue inmenso; no cabe más suavidad, no cabe hacer más en montura de máquinas que lo hecho por esta maestranza tan desatendida, tan postergada, tan falta de todos los estímulos por los ministros, hasta del estímulo de los jornales>>.

La Correspondencia de España, 30 de junio de 1898.

<<Los repetidos anuncios de la salida de buques americanos sobre el litoral de la Península han hecho que el gobierno español fije su atención en las condiciones de defensa de los puertos que pudieran atacar. Entre otros elementos de combate se cuentan el Alfonso XIII, la Numancia y la Vitoria, transformados en acorazados de costa, el crucero Lepanto que en la próxima semana estará listo para guerrear, la división naval de cruceros auxiliares y los torpederos>>.

El Imparcial, 9 de julio de 1898.

<<Sección de Noticias.- Se ha dispuesto el embarque en el Lepanto del segundo capellán D. José Albacete>>.

La Época, 20 de julio de 1898.

<<El crucero Lepanto, que ya está provisto de carbón y municiones, hará a la mayor brevedad pruebas de máquinas y artillería>>.

La Época, 22 de julio de 1898.

<<Cartagena 21 (9,10 noche).- El crucero Lepanto efectuará el próximo domingo pruebas de velocidad. Al verificarse hoy una maniobra a bordo del indicado crucero se produjo una pequeña avería, resultando heridos de gravedad tres marineros>>.

La Correspondencia de España, 2 de agosto de 1898.

<<El viernes último ocurrió en el arsenal de Cartagena una sensible desgracia.

En el momento en que varios marineros del Lepanto se encontraban levantando el ancla de dicho buque, falló el aparato que sujeta el cabestrante para evitar el movimiento de retroceso, iniciándose éste con gran velocidad y arrollando las palancas a varios marineros.

Dos de estos ingresaron en el hospital Militar. Otro, que fue despedido y cayó al mar a causa de haberle dado una palanca un fuerte golpe en el vientre, fue curado en la enfermería del arsenal.

Al ocurrir la desgracia se hallaba a bordo el capitán general y los ingenieros examinando y probando el cureñaje>>.

La Época, 7 de agosto de 1898.

<<Notas de última hora.- Recibimos por el correo noticias relativas a las pruebas del Lepanto, que nos abstenemos de hacer públicas, y que no publicaríamos tampoco, aunque no existiesen las circunstancias excepcionales que, al presente, limitan la libertad de la prensa.

Estas restricciones creemos que no han de impedirnos, sin embargo, rogar al señor ministro de Marina que consagre a este asunto el interés que merece.

Desgraciadamente, acabamos de experimentar los efectos de las deficiencias del material de la Marina, y conviene a toda costa remediarlas en lo sucesivo>>.

La Época, 13 de agosto de 1898.

<<Noticias Generales.- Leemos en El Mediterráneo de Cartagena:

Esta mañana a las nueve zarpó del puerto el crucero Lepanto, con objeto de practicar pruebas de máquinas. Una hora después, y a causa según se dice de haber sufrido averías, regresó a puerto, quedando fondeado en la bahía>>.

El Imparcial, 15 de agosto de 1898.

<<Las pruebas del Lepanto.- Las noticias de las pruebas del crucero Lepanto han producido indignación hasta en aquellos periódicos mejor avenidos con la actual organización de la marina de guerra.

Un colega nuestro de la mañana ha publicado con detalles precisos lo que ya se había oído como vago rumor.

Al probar la artillería, y al primer disparo, según las precisas noticias a que nos referimos, quedaron fuera de combate dos de los cuatro cañones de 20 centímetros que tiene el buque, por roturas en la sujeción del montaje. Los otros dos cañones del mismo calibre tardaron de cinco a nueve minutos en poder abrirse. Todos ellos están tan bien construidos, que tardan en poder apuntarse de un lado a otro unos quince minutos.

De los seis cañones de tiro rápido de 12 centímetros cuatro resultaron defectuosos al primer disparo; uno de ellos con el extractor roto, otro se tardo en abrir dos minutos a martillazos, otro seis minutos en la misma operación y el cuarto quedó fuera de batería.

Durante las pruebas de máquinas del día 26 (que duraron tres horas y andando despacio), una máquina quedó inutilizada, sin movimiento, por lo cual entró el buque en puerto con la que le quedaba.

El 2 de agosto, arregladas las averías, salió el buque a nuevas pruebas, sin disparar con los cañones. Hubo necesidad de volver a puerto (después de tres horas de pruebas) a poca máquina, por que se aflojó un pistón y hubo que arreglarlos todos.

El 11 de agosto la artillería siguió en silencio; pero, aparte de otras cosas, se partió un cilindro del cambio de marcha de una de las máquinas>>.

La Época, 31 de agosto de 1898.

<<Las pruebas del Lepanto. Cartagena 30 (7,20 tarde).- Se han verificado las pruebas del Lepanto. Navegó a tiro rápido por espacio de dos horas y media; pero a causa de la irregularidad observada en los servicios de máquina, y de la temperatura elevada que se produjo, tuvo que disminuir la velocidad. En la segunda cubierta llegó la temperatura a más de 60 grados.

En cuanto a la marcha desarrollada, mientras algunas personas afirman que obtuvo cerca de 18 millas por hora, los informes más fidedignos aseguran que la velocidad máxima osciló entre 11 y 12 millas>>.

El Imparcial, 6 de septiembre de 1898.

<<Cartagena 5 (4,50 tarde).- A las tres de la tarde salió para Cádiz el crucero Lepanto>>.

La Época, 8 de septiembre de 1898.

<<Las Provincias. Cádiz.- Procedente de Cartagena ha fondeado en Cádiz el crucero Lepanto, el cual se ha dirigido al arsenal para completar su artillado y reformar sus instalaciones>>.

La Época, 18 de septiembre de 1898.

<<El primer viaje del Lepanto.- Los tripulantes de este crucero, que salió el día 5 de Cartagena para poner en Cádiz la artillería de este buque, han relatado dicho viaje, que fue todo él una serie de peripecias, de ser exacto lo que refiere El Liberal.

A las dos de la tarde del citado día se hizo a la mar el Lepanto, con tiempo bellísimo y claro y dos calderas encendidas; todo fue bien hasta las cuatro de la mañana del día 6, en que se notó una gran cantidad de agua en la sentina; trato de vaciarse esa agua, que amenazaba inundar las máquinas, para lo cual se pusieron en movimiento ocho bombas de vapor y dos de mano, movidas por 18 hombres, sin resultado, pues tan pronto se notaba un descenso como un aumento en el nivel.

En esta situación arrumbó el buque hacia Málaga, por si era necesario arribar; se mandó que se moderase la máquina para que no fuese necesaria tanta agua para refrescarla; pero al ingeniero de la Maquinista Terrestre creemos, si no estamos mal informados, que no le pareció bien esta operación, por temor a averías de otra clase.

Enfrente de Málaga se vió que descendía algo el nivel, en vista de lo cual siguió el viaje, pues además no hubiera convenido entrar en Málaga, porque medio cabestrante estaba roto desde Cartagena, con cuya avería salió el buque a la mar, y era expuesto el fondear.

Por fín, frente a Cádiz la inundación tomó proporciones tales, que el agua llegó a los ceniceros de las calderas encendidas, con riesgo de provocar una explosión, o por lo menos, apagar los fuegos de dichas calderas. A duras penas, a toda prisa, entró el buque en la barraca, en donde varados en el fango, quedó en seguridad, empleando cuarenta y ocho horas, con todos los medios de que disponía el buque, en vaciar el agua que había inundado las máquinas y calderas.

Estas funcionaron tan bien, que anduvo el buque a razón de ocho y media millas, y consumieron en día y medio 3.595 litros de aceite.

Me quiero imaginar que esto último lo dice el periódico con sorna, si no fuera así, sería como para ponerse a temblar. Pero continuemos con el relato:

Como se ve, el primer viaje que ha hecho el Lepanto ha sido de muy malos resultados, y ha podido tener más tristes consecuencias.

Es indudable que el buque salió a la mar sin estar en condiciones de marcha ¿A quién corresponde la responsabilidad?

Si las máquinas no han dado el resultado que se marcaba en el pliego de condiciones, claro es que la responsabilidad será de la casa constructora, que es particular, y no depende, por tanto, de los arsenales del Estado.

En este caso bastará con que el contrato se anule, encargando a otra parte, otras máquinas que reúnan las condiciones debidas.

Esto nos parece que es lo que procede, a menos que del informe que se ha debido hacer no aparezca otra cosa.

Pero mucho nos tememos que lo que resulte sea un suelto oficioso del ministro de Marina, diciéndonos que a nadie puede imputarse responsabilidad por lo ocurrido>>.

El Imparcial, 28 de noviembre de 1898.

<<Noticias de Marina.- En el taller de torpedos del arsenal de Cartagena se trabaja con alguna actividad en la construcción de 10 torpedos de 57 centímetros con destino al crucero Lepanto.

Las pruebas de estos torpedos se harán en breve por el torpedero Retamosa, y si, como se espera, es satisfactorio el resultado, serán expedidos los 10 mencionados torpedos a Cádiz, en cuyo muelle se halla fondeado el citado buque>>.

La Correspondencia de España, 6 de diciembre de 1898.

<<Ayer pasaron al arsenal de la Carraca los buques de guerra Vitoria y Giralda, incorporándose a la escuadra el Lepanto.

Ignoro si estarán terminadas satisfactoriamente las obras de reparación que se hicieron indispensables en este barco acabado de construir, encontrándose ahora en situación de poder navegar en buenas condiciones y sin peligro para sus tripulantes.

De todos modos los trabajos de reparación facilitan trabajo a 500 obreros de la maestranza>>.

La Correspondencia Militar, 10 de diciembre de 1898.

<<Los torpedos construidos en el arsenal de Cartagena con destino al crucero Lepanto serán conducidos a Cádiz a bordo del transporte General Valdés, que dentro de poco llegará a aquella población con el indicado objeto>>.

El Imparcial, 30 de diciembre de 1898.

<<Noticias de Marina.- Se han reanudado en Cádiz la pruebas preliminares de máquinas en el crucero Lepanto>>.

El Imparcial, 31 de diciembre de 1898.

<<La Marina de Guerra.- El ministro de marina, general Auñón, está ultimando algunos proyectos relacionados con la situación de nuestros barcos de guerra.

Como complemento de las ideas orgánicas del reglamento de situación de buques, parece ser que ha dispuesto en principio que la escuadra de instrucción quede en lo sucesivo formada por los cruceros acorazados Carlos V, Alfonso XIII y Lepanto, el aviso Giralda y los cazatorpederos Audaz y Osado>>.

<<La Marina de Guerra.- El crucero acorazado Lepanto ha hecho pruebas de sus máquinas con éxito bastante satisfactorio, según nos han dicho en el ministerio de Marina>>.

El Imparcial, 21 de enero de 1899.

<<Noticias de Marina.- El Carlos V y el Lepanto comenzarán uno de estos días sus pruebas y ejercicios de tiro>>.

La Correspondencia de España, 21 de enero de 1899.

<<El crucero Lepanto ha hecho en Cádiz, a satisfacción, las pruebas preliminares de sus máquinas y calderas. El día 25 del actual hará las pruebas oficiales>>.

La Correspondencia de España, 22 de enero de 1899.

<<En la próxima semana se reanudarán las pruebas definitivas del Lepanto.

Cuando terminen sus pruebas el Carlos V y el Lepanto, saldrá la escuadra para Mahón>>.

La Correspondencia Militar, 30 de enero de 1899.

<<El crucero Lepanto quedará en el arsenal de la Carraca con objeto de terminar el montaje de la artillería y corregir las deficiencias que se han observado en sus máquinas en las pruebas últimamente verificadas>>.

La Correspondencia de España, 1 de febrero de 1899.

<<El crucero Lepanto ha bajado al arsenal de la Carraca para montar su artillería de 16 centímetros y reparar algunos desperfectos ocasionados en sus pruebas de máquinas.

El resto de la escuadra de instrucción, compuesta del Carlos V, Alfonso XIII, cazatorpederos Audaz y Osado y aviso Giralda, saldrán en breve para Puente Mayorga (Algeciras) para continuar sus ejercicios de táctica y fuego al blanco.

Allí se incorporará el Lepanto cuando esté listo>>.

La Época, 16 de febrero de 1899.

<<De Marina.- Ha salido de Cartagena con rumbo para Cádiz el General Valdés, conduciendo madera y el palo trinquete para el Lepanto>>.

El 7 de marzo de 1899 se informa que han terminado, en Cádiz, las obras del crucero Lepanto (La Época 7-3-1899).

La Correspondencia de España, 5 de marzo de 1899.

<<Ya se han terminado las obras que se venían haciendo en Cádiz a bordo del Lepanto.

Las reformas se han practicado en los pañoles de municiones para los cañones de 16 centímetros, con los que se han reemplazado los de 20 que antes montaba en las plataformas de popa y proa, construyéndose otros pañoles para las cargas de los cañones de tiro rápido.

También se ha recorrido la tubería de máquinas y calderas>>.

La Época, 10 de marzo de 1899.

<<Noticias de Marina.- En breve saldrá de Cádiz para practicar ejercicios de tiro en las costas de Marruecos, en aguas de Tetuán, la escuadra del contralmirante Cámara. Componen dicha escuadra el Carlos V, el Lepanto, el Alfonso XIII y el Giralda y los destroyers Audaz y Osado.

Mientras duren los ejercicios de la escuadra, fijará su fondeadero en Puente Mayorga>>.

La Correspondencia de España, 15 de marzo de 1899.

<<La escuadra. Cádiz 14 (10 m).- Zarpó la escuadra compuesta del acorazado Carlos V, crucero Lepanto, destroyers Audaz y Osado.

Ejecutarán ejercicios de tiro durante tres días, siguiendo a Cartagena. Desde este punto saldrá para Madrid el almirante señor Cámara>>.

El Lepanto visto por su aleta de estribor (desconozco el año y el lugar donde se tomo esta fotografía).

El Imparcial, 11 de abril de 1899.

<<La Escuadra de Instrucción. Cartagena 10 (10 mañana).- En este momento sale para Santa Pola la escuadra de instrucción, compuesta de los cruceros Carlos V, Alfonso XIII y Lepanto, el aviso Giralda y los cazatorpederos Audaz y Osado.

Después irá a Barcelona y Rosas, regresando a este puerto>>.

La Época, 11 de abril de 1899.

<<De Marina.- A las cuatro de la tarde de ayer fondeó en Santa Pola la escuadra de instrucción, compuesta del Carlos V, Alfonso XIII, Lepanto, el aviso Giralda y los cazatorpederos Osado y Audaz>>.

La Correspondencia de España, 14 de mayo de 1899.

<<La Escuadra Española. Gibraltar 13.- ha llegado a Algeciras la escuadra española que manda el almirante Cámara, compuesta del Carlos V, Alfonso XIII, Lepanto, Audaz y Osado>>.

La Época, 3 de junio de 1899.

<<De Marina.- A las nueve y media de la mañana de hoy han salido del puerto de Cádiz los cruceros Carlos V, Alfonso XIII y Lepanto>>.

La Época, 7 de junio de 1899.

<<Tenerife 7 (10 mañana).- Han entrado en este puerto los cruceros Carlos V, Alfonso XIII y Lepanto, que forman la escuadra de instrucción al mando del contralmirante Cámara>>.

La Época, 8 de junio de 1899.

<<La escuadra de instrucción, al mando del almirante Cámara, permanecerá en aguas de Santa Cruz de Tenerife diez o quince días, practicando maniobras, visitando fondeaderos y pequeños canales, después de lo cual volverá a Cádiz para hacer carbón. A los barcos de la escuadra se unirán, según las órdenes que se han dado, los torpederos Rayo, Ariete y Azor, que se hallan de estación en aquellas islas. Desde Cádiz, los cruceros Carlos V, Alfonso XIII y Lepanto se dirigirán al Ferrol, con objeto de entrar en dique a limpiar y pintar fondos>>.

El Imparcial, 14 de junio de 1899.

<<La escuadra española.- Tenerife 13 (10,30 mañana).- Anoche zarparon para Lanzarote los cruceros Carlos V y Lepanto, quedando aquí para reparar averías en la máquina el Alfonso XIII. El capitán general Sr. Bargés ha embarcado en el Carlos V>>.

La Época, 26 de junio de 1899.

<<Santa Cruz de Tenerife 25.- En la tarde de ayer fondearon en este puerto los cruceros Carlos V y Lepanto, y mañana llegará el Alfonso XIII.

En el Carlos V ha llegado el capitán general de este distrito militar, Sr. Bargés>>.

La Época, 3 de julio de 1899.

<<Santa Cruz de Tenerife 3.- Hoy a las cuatro de la madrugada ha zarpado con rumbo a Cádiz la escuadra española que manda el almirante Cámara. La forman el Carlos V, Lepanto y Alfonso XIII>>.

La Época, 10 de julio de 1899.

<<De Marina.- Salieron de Las Palmas los buques de guerra de la escuadra de instrucción Carlos V, Lepanto y Alfonso XIII; como ya hemos dicho, este último remolcado por el primero de los citados barcos>>.

La Época, 15 de julio de 1899.

<<Cádiz 15 (8 mañana).- Procedente de Palma han llegado anoche a este puerto los buques de guerra Carlos V, Lepanto y Alfonso XIII, que forman la escuadra de instrucción, al mando del almirante Cámara. Los dos primeros saldrán para el dique del Ferrol tan pronto como se reposten de carbón. El crucero Alfonso XIII quedará en este arsenal para reparar las averías que sufrió al salir del puerto de Santa Cruz de Tenerife>>.

La Época, 18 de julio de 1899.

<<Cádiz 17 (9,15 noche).- Han zarpado, poniendo rumbo al Ferrol, el acorazado Carlos V y el crucero Lepanto>>.

Con la misma fecha y al hilo de esta última noticia, el periódico El Imparcial señala que el Alfonso XIII queda en la Carraca reparando averías en sus máquinas.

La Época, 20 de julio de 1899.

<<Ferrol 19 (7,15 tarde).- Hoy han entrado en este puerto los dos buques de la escuadra Carlos V y Lepanto, a los que se hará en el arsenal las reparaciones que necesiten. En cuanto se hallen listos saldrán para San Sebastián>>.

La Época, 20 de agosto de 1899.

<<Salida de la escuadra. Ferrol 19 (8 noche).- Pasado mañana, lunes, zarparán de este puerto con rumbo a San Sebastián los buques de guerra Carlos V, Lepanto, Numancia y los cazatorpederos Audaz y Osado>>.