Los dos cruceros españoles Baleares y Canarias respondieron a las premisas establecidas por el "Tratado de Washington".


El técnico del Almirantazgo inglés Sir Philip Watts, trazó sus planos.


En la primera mitad del año 1928, la "Sociedad Española de Construcción Naval (Constructora Naval) de Ferrol" recibió la orden de construirlos por un presupuesto de 180 millones de pesetas, y las quillas de ambos barcos se pusieron el 15 de agosto de dicho año en una ceremonia presidida por Miguel Primo de Rivera, con la idea de entregarlos en el año 1933.


Tenían un sola guardacalor, que era el resultado de unir las dos salidas de gases y humos en una sola, ancha y con forma troncocónica en la parte superior.


Los guardacalores de ambos cruceros se diferenciaban en una especie de "visera" en Baleares, inexistente en el Canarias.


Tenían dos palos, uno en el centro, a popa del puente, y el otro en la sección de popa. En principio ambos palos llevaban masteleros, como se puede apreciar en fotografías de las pruebas del Canarias antes de su entrega, pero al poco tiempo, el mastelero desapareció del palo de más a proa.


Los barcos, también habían sido proyectados para llevar hidroaviones, pero solo los embarcaron en un corto período de pruebas en 1937, y se habían diseñado catapultas para instalar a popa, que nunca fueron montadas.


Contra explosiones submarinas contaban con la protección adicional de los "bulges".


Los dos cruceros fueron muy cuestionados desde el mismo momento en que se decidió su obtención. Entre otras cosas, se les achacaba su vulnerabilidad, ya que para dotarlos de fuerte armamento y alta velocidad, hubo que sacrificar peso de su protección, sobre todo bajo la flotación; un defecto que quedó claro cuando tuvo lugar la pérdida del Baleares por impactos



Desplazamiento: 10.592 toneladas de desplazamiento en lastre y 13.280 toneladas de desplazamiento máximo.


Eslora: 193,90 metros de eslora máxima y de 183 metros de eslora entre perpendiculares.


Manga: 19´50 metros fuera forros.


Calado: 6,50 metros de calado máximo.


Puntal: 12,75 metros.


Propulsión: 4 Turbinas Parsons con 8 calderas Yarrow a cuatro hélices de 3,5 metros de diámetro de tres palas


Potencia: de 90.000 cv.


Velocidad: 33 nudos a 305 r.p.m.


Autonomía: 8.000 millas a 15 nudos ,unos 30 días de navegación.


Capacidad de combustible: 2.794 toneladas de Fuel-oil.


Armamento: 8 piezas de 203 mm y 50 calibres, en cuatro torres dobles, alineadas en crujía, 2 a proa y 2 a popa; las torres números 1 y 4 iban sobre la cubierta principal, y las 2 y 3 iban en la cubierta superior.


La munición era de saquetes de pólvora y proyectiles de 113 Kg., a 840 m/s, con un alcance de unas 16 millas, y un ritmo de fuego por caña de 6 disparos por minuto.


8 cañones antiaéreos "Vickers" de 120 mm 45 calibres, dispuestos sobre la cubierta principal, 4 por banda.



10 ametralladoras AA de diversos calibres.


12 tubos lanzatorpedos de 533 mm instalados bajo cubierta en montajes triples (que no se instalaron nunca).


2 morteros lanza-cargas de profundidad.


Los barcos, también habían sido proyectados para llevar hidroaviones, pero solo los embarcaron en un corto período de pruebas en 1937, y se habían diseñado catapultas para instalar a popa, que nunca fueron montadas.


Protección: 50 mm. en los costados de la flotación, reforzada con 100 a la altura de los pañoles de las torres artilleras, defendidas a su vez por blindajes de 25 mm. Cubierta protectriz entre 20 y 75 mm., más los bulges para la defensa submarina.


Además el buque estaba dividido en 292 compartimentos estancos que se cerraban en caso de sufrir desperfectos graves.


Desde la quilla al puente de observación había que atravesar 12 cubiertas paralelas.

Dotación: en total unos 1.000 hombres, que más adelante, con el armamento completo y con Estado Mayor embarcado, rondaba los 1.220.

El Canarias fue botado el 28 de mayo de 1931, pero por retrasos en su construcción no se pudo cumplir la entrega en el año 1933 como estaba prevista, y las primeras pruebas de mar las realizó en 1934.


Por diferentes causas, sobre todo de tipo político, al estallar la guerra civil en julio de 1936 aun no estaba terminado, motivo por el que quedó en Ferrol en manos del bando nacional, que se afanó por alistarlo lo antes posible.


En aquel momento solo contaba con la dotación de quilla, y tenía montada la artillería principal pendiente de pruebas, pero le faltaba la dirección de tiro y la artillería secundaria.


Para salir del paso, se le montaron alzas de baterías de costa y montajes de 101,6 mm del acorazado España, su dotación se completó con hombres de muy diferentes procedencias que formaron un grupo de lo más heterogéneo, y el barco se alistó en un mes.


El 13 de septiembre fue entregado a la Armada, el 16 salió a la mar para pruebas de artillería, y el 27, aprovechando la presencia de la flota republicana en el Cantábrico, partió para operar en el estrecho de Gibraltar en compañía del crucero Almirante Cervera.

El día 21, la flota republicana había abandonado el Estrecho para desplegar en el norte, con la misión de perseguir a los buques del bando nacional, y restablecer el tráfico marítimo que llevaba material y armamento a la República, necesario para mantener la guerra en la zona, lo que se convirtió en un gran error republicano, al permitir al bando nacional actuar en el Estrecho sin casi oponentes.


De hecho, el día 29 de septiembre, los barcos nacionales se encontraron con dos de los destructores republicanos que habían quedado bloqueando la zona: Almirante Ferrándiz y Gravina, con los que entraron en combate.


El Canarias tuvo su bautismo de fuego al enfrentarse al Ferrándiz, sobre el que abrió fuego a 20.000 metros, alcanzándolo de lleno a la tercera salva y hundiéndolo en poco tiempo.


Mientras tanto, el Cervera persiguió al Gravina, que fue alcanzado pero logró entrar en Casablanca.


Estas acciones facilitaron a los nacionales pasar a la Península un importante contingente del Ejército de Marruecos, en la noche del 30 de septiembre al 1 de octubre.


A continuación, el Canarias participó en la protección de convoyes en el Estrecho, y a mediados de octubre montó en Cádiz 4 piezas de 120 mm.



El grueso de la flota republicana, al ver que ya no podía lograr el dominio del mar en el norte, y ante la situación en el sur, en octubre recibió la orden de regresar al Mediterráneo y dirigirse a Cartagena.


Entre el 16 y el 19 de dicho mes, el Canarias participó en el dispositivo desplegado por los nacionales en el Estrecho para tratar de interceptar a los barcos republicanos, que lograron burlar el bloqueo pasando a toda máquina y en oscurecimiento total, sin que se llegaran a producir avistamientos por ambos bandos.


Más adelante, el Canarias tomó parte en diversas operaciones en el Estrecho y en el Mediterráneo, con frecuencia acompañado por el Cervera, con bombardeos de costa, apoyos a las tropas nacionales, protección de convoyes, y hundimientos o apresamientos de barcos republicanos con contrabando de guerra, intercalados con alguna entrada en Cádiz para recibir más cañones de 120 mm.


El 14 de diciembre, cerca de Oran hundió al barco soviético Konsomol que transportaba un importante cargamento para el bando republicano; este hundimiento tuvo una gran repercusión internacional, y los soviéticos se volvieron menos proclives a utilizar sus mercantes en ayuda de la República.


Más adelante, con el recién incorporado Baleares, el Canarias apoyó el avance de las tropas nacionales hacia Málaga, y el 11 de enero de 1937 bombardeó la ciudad en compañía del Cervera.


El 29 de enero convoyó al Dómine, que salía de Ceuta con peregrinos a la Meca.


A principios de febrero participó en la toma de Málaga.


Y el 13 de dicho mes, a causa de la niebla sufrió una colisión con un buque mercante griego, que le obligó a entrar en Cádiz a reparar, lo que aprovechó para montar las últimas piezas de 120 mm y una nueva estación radiotelegráfica.


A continuación se trasladó a Ferrol para terminar las reparaciones.


En marzo operó en el Cantábrico, donde tomó parte en apresamientos y hundimientos de barcos mercantes con carga para los republicanos.


El día 5 entabló combate con el bou Guipúzcoa, que con otros bous protegía un convoy procedente de Bayona.

El Canarias recibió algunos impactos, de los que uno causó la muerte al guardiamarina Chereguini.


Con su artillería principal alcanzó varias veces al Guipúzcoa, que encalló envuelto en llamas, a continuación hundió o puso en fuga a otros escoltas, y capturó al barco convoyado.


El día 8 apresó al Mar Cantábrico con un importante cargamento de 10 aviones, 50 cañones, 500 ametralladoras y 14 millones de cartuchos de fusil.


El día 15 salió de Ferrol para incorporarse a las fuerzas del Mediterráneo. Realizó nuevas operaciones solo o acompañado del Baleares, con el que el 25 de abril atacó a la escuadra republicana, que procedente de bombardear Málaga entraba en Cartagena.


En el enfrentamiento, tras un corto intercambio de disparos, los nacionales tuvieron que alejarse para no entrar en distancia de fuego de las poderosas baterías de costa de 380 mm.


Más adelante, los cruceros intentaron atacar al acorazado Jaime I que había varado en el sur, pero el acorazado tuvo tiempo de ponerse a salvo en Almería.


Continuando con sus operaciones, el 23 de septiembre interceptó un convoy republicano, del que apresó dos mercantes tras poner en fuga a la escolta.


En octubre, con la caída del frente republicano del norte, las unidades de la flota nacional acudieron a concentrarse en puertos del Mediterráneo y dieron prioridad a las operaciones en dicho mar.

Se creó la "Fuerza de Bloqueo del Mediterráneo" al mando del vicealmirante Francisco Moreno Fernández, con su insignia en el Canarias y su cuartel general en Palma.


Y el Canarias, con frecuencia en compañía del Baleares, continuó con la escolta de convoyes y con bombardeos de puertos republicanos, entre ellos Barcelona en enero de 1938.


También sufrió ataques aéreos, de los que merece destacarse el sufrido el día 22 de febrero, cuando 18 aviones "Katiuska" bombardearon una agrupación formada por el Canarias, Baleares, Cervera y dos minadores, en el que el Cervera tuvo la peor parte con 12 muertos.


En la madrugada del 6 de mayo, el Canarias acompañaba al Cervera y al Baleares dando protección a un convoy, cuando el Baleares fue alcanzado y hundido por torpedos de barcos republicanos.


El Canarias, que seguía su misma derrota, tuvo que esquivarlo, y guiando al Cervera puso a salvo al convoy.


A continuación, se dirigió con el Cervera a donde estaba el Baleares para tratar de recoger supervivientes.


Cuando sobre las 07-20 horas llegaron los dos cruceros nacionales, el Baleares ya había desaparecido bajo las aguas, y 435 de sus hombres habían sido recogidos por los destructores británicos Bóreas y Kempenfelt.


Se inició el trasbordo de heridos desde los destructores a los cruceros, durante el que los barcos se vieron sometidos al fuego de la aviación republicana, que produjo 1 muerto y 4 heridos en el Bóreas.


Terminadas las operaciones de rescate, los barcos se dirigieron a Palma para desembarcar a los supervivientes.


Los republicanos no supieron explotar el éxito de esta operación.


Tras el ataque, la flota republicana suspendió el fuego y se retiró.


Y el Canarias, junto con el Cervera y el incorporado Navarra, siguió campando por sus respetos en operaciones por el Mediterráneo.


El Navarra era el crucero anteriormente llamado República y rebautizado al comenzar la guerra, que en julio de 1936 se encontraba en La Carraca en primera situación, con muchos servicios inoperativos, por lo que no pudo entrar en servicio hasta el 1938.


El 26 de mayo, el Canarias apresó al barco soviético Skvortzov Stepanov, que pasó a servir en el bando nacional con el nombre Castillo Maqueda.


El 27 de agosto interceptó al destructor José Luis Diez que viajaba de Le Havre a Cartagena. Lo alcanzó causándole diversas averías que obligaron al destructor a refugiarse en Gibraltar.


En adelante, con un dominio casi total del mar, las únicas operaciones importantes desarrolladas por el Canarias se redujeron a incursiones al Estrecho, y bloqueos de Barcelona y Cartagena.


El 22 de febrero de 1939 participó en la revista naval celebrada en aguas de Salou, Tarragona. Y el 1 de abril, terminando la guerra, entró en Cartagena.

Finalizada la guerra, el Canarias pasó a estar basado en Ferrol.


Era el principal buque de la Armada, y con los presupuestos por los suelos tras la guerra, en Ferrol se hizo lo posible para terminar su armamento, y dotarle de los elementos que no se le habían podido montar durante la contienda.


Como buque insignia de la Flota, participó en muchas comisiones, muestras del pabellón, viajes de protocolo, demostraciones, semanas navales, ejercicios y operaciones.


A lo largo de su vida sufrió diversas transformaciones, entre ellas modificaciones en su armamento secundario y superestructuras, y modernizaciones acordes con los tiempos que le tocó vivir.



En 1940 recibió la bandera de combate, que le fue entregada en Santa Cruz de Tenerife por suscripción popular.


Durante la Segunda Guerra Mundial permaneció en estado de alerta, intensificado cuando a finales de 1942 se produjo la invasión del norte de África por los aliados.


Entre las acciones en que tomó parte, estuvo la búsqueda de víctimas del acorazado alemán Bismark en mayo de 1941.


Cuando el acorazado ya tenía averiado el timón y los británicos se disponían a acabar con él, las autoridades alemanas pidieron a las españolas, a través de su agregado naval en Madrid, ayuda en caso de que se produjese su hundimiento, y España preparó el Canarias y dos destructores basados en Ferrol.


El 27 de mayo, a las 11 y media, poco después del hundimiento del acorazado, los barcos españoles salieron a la mar para cumplir su misión en medio de un fuerte temporal del noroeste, que al poco tiempo obligó a los destructores regresar a puerto, y el crucero siguió solo a la zona del hundimiento.


El Canarias tuvo que acompasar rumbos y velocidades a la mar, lo que le ocasionó un considerable retraso, y no llegó a la zona del hundimiento hasta la noche del 29.


Solo encontró dos cadáveres en la mañana del día 30; se trataba de un músico y un señalero, a los que dio sepultura en la mar con todos los honores en el viaje de vuelta, y entró en la Coruña el 31 de mayo.


En agosto de 1943, participó en Marín en los actos de inauguración de la Escuela Naval Militar.


Más adelante recibió cañones alemanes de 37 milímetros.


Entre los años 1952 y 1953 realizó unas importantes obras, en las que recibió 4 cañones de 40 mm y el guardacalor se desdobló en dos.

En 1955 pasó por otras obras en las que se mejoraron sus comunicaciones y equipos de tiro. También recibió la numeral C-21, que conservó hasta su baja de la Armada.


A finales de 1957 participó en las operaciones de Ifni.


En noviembre transportó tropas a Las Palmas.


En diciembre efectuó una demostración de fuerza frente Agadir, proporcionó fuego de apoyo a las tropas de Ifni, y bombardeó diversas posiciones.


Durante la contienda, protegió a los barcos que transportaban tropas y material, y llevó refuerzos y abastecimientos para las fuerzas del Ejército que operaban en tierra.


A principios de 1961 tomó parte en la búsqueda del trasatlántico Santa María, que había sido secuestrado por terroristas encabezados por Galvao.



En mayo de 1962 estuvo presente en los actos celebrados en Grecia con motivo de la boda de los príncipes Juan Carlos y Sofía.


A finales de 1963 se incorporó a la infructuosa búsqueda del mercante Castillo de Montjuich, desaparecido en su navegación de Boston a La Coruña.


Participó en las Semanas Navales de Barcelona en 1966 y Santander en 1968.


La última misión de guerra del Canarias fue en 1969 con motivo de la campaña de Guinea Ecuatorial, realizada para evacuar a las tropas españolas que habían quedado en la antigua colonia tras su independencia el año anterior, y al mismo tiempo, apoyar la evacuación de la población civil que quisiera abandonar el país.



Zarpó de Las Palmas a última hora del 3 de marzo, e intervino en las operaciones realizadas en marzo y abril para proteger las evacuaciones y la posterior navegación en convoy de regreso al puerto canario.


El 17 de abril entró en Las Palmas, de donde salió al poco tiempo para entrar en Ferrol el día 25.


En los años 60 tuvo varias modernizaciones, con la recepción de mejores equipos de navegación, e instalación de radares de exploración aérea, de superficie y de navegación, con sus antenas en el mastelero del palo de más a proa.


También se instaló un CIC, y los tubos lanzatorpedos fueron retirados. Se efectuaron estudios para realizarle modificaciones más profundas, pero se quedaron en el papel por falta de presupuestos, escaso soporte técnico y vejez del barco.


Continuó como buque insignia de la flota, participando en diversos ejercicios y comisiones, hasta el 1974 en que realizó su último viaje.



En diciembre de 1975 fue dado de baja, 44 años después de su botadura y a los 39 años de su entrega a la Armada. Por aquel entonces era el último crucero "Washington" que quedaba en el mundo, pero a pesar de las muchas voces que se oyeron pidiendo su conservación como barco museo, el Canarias fue subastado en 1977, y finalmente desguazado en 1978.




Bibliografía; 50 Barcos Españoles del C.N. Don Marcelino González, edita Fundación Alvargonzález // Buques de la Guerra Civil Española, Acorazados y Cruceros, por Dionisio García, editorial Almena // El Crucero Baleares (1936-38), por J.F. Fullana, E. Connoll y D. Cote, edita Lleonard Muntaner //Buques de la Armada Española del Siglo XX, de Alejandro Anca, edita Ministerio de Defensa // Alzamiento y Revolución en la Marina, de José Cervera Pery, editorial San Martín //Empresa Nacional Bazán. // Archivo Guerra Civil // Archivo General de la Administración // Biblioteca Nacional // Revista General de Marina // Vidamarítima
//Archivos personales

Estoy confuso. Siempre creí que el Canarias mantuvo la chimenea única corrida hasta el final de su vida operativa. Debía estar en un error.

Apreciado Amenofis, si le puedo decir que en varias obras sobre el Canarias coinciden en que su chimenea (guardacalor), se desdoblo en dos en las modernización del 1952-53, y la fotografía se corresponde creo hacia los finales de los 60 del siglo pasado

Un saludo

Sotacómitre

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Bueno.


Hay que advertir que no fue modernización, ya que el proyecto era como se hizo en el 53, no como lo terminaron, nadie se explica la razón, pero así es.


Y al llevar el código C-21, ese se efectúo a la llegada de las normas de USA, por ser el segundo tipo de crucero y el único que había. Por lo que no necesariamente estaba en la foto al final de sus días.


El primer tipo eran los Cervera.


Un abrazo.
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Mi comentario es más bien una pregunta: ¿Por qué este tipo de cruceros fueron tan criticados?. Si bien es cierto que eran muy vulnerables comparados con un acorazado o un crucero de batalla, no lo eran en comparacion a un crucero ligero.
Para concretar, pienso que los Canarias eran bastante más poderosos que los Cerveras; sin embargo, los segundos son ampliamente elogiados y los primeros criticados, salvo por la diferencia de precio (60 millones frente a 90) ¿En que superaban los Cervera a los Canarias puestos en combate unos contra otros?

Saludos

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Estimado novoper


Es solo un concepto de protección pasiva de sus cascos.


Los Cervera llevaban 76 m/m a los largo de toda (o casi) su eslora protegida. Mientras los Canarias como todos su hermanos del mismo tipo, solo llevan 100 m/m en las cuatro santabárbaras, haciéndlos muy vulnerables a cual impacto por pequeño que fuera su calibre, incluso su puente (Cerveras) de mando llevaba el mismo blindaje.


La torres del Canarias solo llevaban en la frontal 25 m/m, y en los laterales y trasera 20 m/m, como todo el resto del buque. Su única ventaja era la diferencia de calibre en la artillería, pero si un Cervera conseguía poner a su enemigo bajo el alcance de la suya, siempre salía ganando por poder encajar mejor los golpes por potentes que fueran.


Es algo parecido a lo que ocurrió en Jutlandia, los cruceros alemanes menor calibre, pero mejor protegidos, los británicos más calibre y menos protección, pero saltaron por los aires.


Y acercándonos más, el caso del Exeter, Achilles y Ajax, (estos últimos con artillería igual que los Cervera), mientras el primero con la del Canarias, en su enfrentamiento con el Spee, salió mucho peor parado el Exeter.


No se si te vale la explicación, pero es la que a mi me dieron hace 40 años. Luego por supuesto la he calibrado por mi mismo, y como verás por el análisis final, más los resultados de ambos combates, para todos eran mejores los Cervera, que los Canarias, incluidos sus mandos en esta afirmación.


Un abrazo.
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Para completar la imagen del crucero entrando en la ría.

La última vez que pasó entre castillos.



Pulsar para ver


P.D. imagen de fotosdebarcos.org

Claro que me vale explicación. Gracias mil mi Intendente

Saludos

En la guerra civil hubo un encuentro entre los dos tipos de cruceros. El Libertad con un par de impactos dejo fuera de combate por un tiempo al Baleares, y creo que el Libertad no llego a encajar ningun impacto. El Baleares tenía una dirección de tiro provisional.

Hace años, me comentó un antiguo marinero de reemplazo (fue cabo en una torre del Canarias) que, si no había buena mar, la plataforma de tiro no era muy estable.
También he oído, a viejos marineros, más elogios a los tipo Galicia que al Canarias.
En ese momento me sorprendió; pero, vistos los aportes anteriores, pregunto, por si hay quien lo sepa:
El Canarias ¿No tenía un francobordo demasiado alto?, ¿Pecaba de pesos altos?
Las piezas de 8 pulgadas puede que fuesen excelentes, pero ¿las torres y las direcciones de tiro estaban a la altura?
Los cañones de 120 ¿éran efectivos como antiaéreos?
Conozco los proyectos existentes para convertirlo en portaaviones, modernizarlo o instalarle misiles. Nunca se realizó nada. (Si exceptuamos obras menores, como el desdoblamiento de la chimenea, artillería AA, radar...) ¿Pensaban las autoridades que invertir en el buque era tirar el dinero?
¿Puede que pasase lo mismo que con el Santísima Trinidad? Es decir, era más mito que utilidad práctica.

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Si no recuerdo mal fue en el combate de Cherchel.


El único de toda la guerra, en el que en realidad se enfrentaron los cruceros de ambos bandos.


Efectivamente el Baleares encajó dos impactos del Libertad, pero el primero fue de la máxima importancia, pues penetró casi a flor de agua partiendo los cables eléctricos que daban la fuerza a las torres de proa, razón por la que quedaron inutilizadas, esto nos demuestra que su protección pasiva dejaba mucho que desear. Además el Libertad en el año 36 antes del comienzo de la guerra, fue el que ganó el galardón de ser el que mayor aciertos obtuvo de toda la escuadra.


Como es obvio, la dotación y sus prácticas de tiro no habían cambiado, por ello consiguió los dos aciertos más de su carrera. Y el segundo fue en la chimenea cuyos cascotes dañaron hasta el puente, teniendo lugar además la demostración de valor sobrehumano del Infante de Marina don Manuel Lois, que empujó con su pecho al gua, ya que las manos las tenía quemadas por sacar un proyectil iluminante de su caja donde se encontraba al rojo vivo, acto que le costó la vida.


Además en el Baleares no estaba terminada toda su instalación eléctrica de ahí todos los problemas que surgieron.



Un abrazo.
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Estimado Sarridal


Todos los cruceros del tipo Washintong (que existieron 104) por el tratado de su nombre, eran solo cruceros para cortar el tráfico mercante, por eso su obra muerta era muy alta, tenían una gran autonomía, una excelente velocidad y mejor artillería principal, pero de lo demás y como a tales crucero para combatir no eran válidos. Solo los alemanes, que como el Prinz Eugen alcanzaron las 18.000 toneladas, sí estaban pensados para entrar en combate con sus homólogos, o como el caso de los mejores, que fueron los Des Moines americanos que llegaron a las 21.000 toneladas.


Al principio de la guerra los nuestros no llevaban la dirección de tiro, pues a pesar de estar pagada por aquel batiburrillo de la No intervención, los británicos siempre tan amigos no las entregaron hasta terminar la guerra, con lo que el Canarias se encontró con dos.


Lo mismo pasó con la DCA y su cañones de 120, no dispusieron en toda la guerra de sus direcciones de tiro, tratando de hacer blanco al disparar por barrera, o sea, que todos los cañonea apuntaban al blanco, pero manteniendo su distancia, de forma que al salir los proyectiles cubrían sobre unos 120 metros de cielo, para ver, si más que acertar al blanco, éste tropezaba con uno de ellos.


La palabra estable en la mar no hay nada, para ello hay que llevar otros elementos que midan el balanceo y el cabeceó del buque, para solo abrir fuego cuando el blanco esté centrado, pero eso es un problema tan actual y vigente como el propio medio y el Canarias no estaría tan mal equilibrado, cuando el 29 de septiembre del 36 le impacto a 20.000 metros al destructor Almirante Ferrándiz.


La actualización del 53, cuando se desdoblaron las chimeneas, no fue otra cosa que devolver su silueta al proyecto inicial. Nadie supo porque se convirtió en una. Quizás para ahorrar dinero la República.


Lo de convertirlo en portaaviones fue como el que sueña con los Reyes Magos, que está perfecto hasta que sabes quien es en realidad los Reyes, era inviable, pero no por el buque, sino porque no se sabía que aviones iba a llevar, por eso de los cuatro o cinco proyectos que hubieron de tener portaaviones se tuvo (como era lógico) que empezar por un portahelicópteros, los portaaviones estaban fuera del alcance económico de España en esos momentos.


Lo que si ocurrió y eso dio la victoria, es que su comandante de quilla fue después el Almirante jefe de la Flota, eso es lo que realmente valió y dio pie a que todo saliera bien. El Almirante Moreno, dio dos órdenes que se cumplieron hasta el final de los días del Canarias: No forzar por gusto la máquina más allá del 75 % de su fuerza. Por eso fue al desguace por sus propios medios. La otra: no utilizar jamás la artillería principal para objetivos terrestres o buques mercantes, reservándola exclusivamente para el combate con otras unidades navales.


Aquí se podría decir que fue un mal barco, pero con unos mandos y dotaciones insuperables, por eso fue precisamente la cara de la moneda, ya que del tipo Washintong el Baleares fue el que menos tiempo estuvo a flote, por contra el Canarias el que más.


Ojalá el Trinidad hubiera estado tan bien mandado. Y no me refiero a sus comandantes, sino a los generales a los que estuvo a su órdenes, como don José de Córdova en San Vicente y Villeneuve en Trafalgar. Puro desastre.


Un abrazo.
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RECORDANDO AL CRUCERO “C-21 CANARIAS”

Solicitando el perdón de muchos con más merecimientos que los que yo aporto quiero denominar “mi barco” a este navío de brillante historial y sobre el cual escribo estos apuntes un poco “saltarines” por su contenido.

¿Un crucero “Washington” en la Armada española? ¡Estuvimos a punto de que fueran tres!. Dejando a un lado los importantes motivos políticos y geoestratégicos que intervinieron en el desarrollo de los 66 barcos que pertenecientes a siete naciones forman el conjunto conocido como “cruceros Washington” estos, se pueden definir como unas plataformas de formidable artillería, de 8 a 10 cañones en general de 203/50 con una cadencia de disparos de 4 por minuto y un ángulo de elevación de hasta 70º. Indefinida autonomía y una velocidad del orden de los 30/33 nudos muy cara de mantener, entre otros motivos, a causa de los bulges antitorpedo. Todo ello dentro de unos límites, no siempre respetados, de 10.000 toneladas de desplazamiento, medidas dentro de unos arbitrarios sistemas, que obligaba contar con una defensa pasiva, coraza, casi nula lo que los hacía poco actos para el combate naval.

Unos buenos barcos para proteger las lejanas colonias, incluso en las revueltas contra los nativos, para apoyo en los asaltos a costas enemigas o para apoyo de las tropas terrestres cercanas a la costa. Un buen proyecto para una guerra en las islas del Pacífico pero …un “beautiful tin plate ship” como lo denominó un estratega británico.

¿Y quién nos mandó a nosotros meternos en este tipo de embarcación? En España a la que nadie podía impedir construir sus barcos como, cuánto y dónde lo considerara oportuno su Almirantazgo, no debía tener muy clara esta decisión, en la mente de nuestros directivos, puesto que se renunció a la construcción del tercer barco, y no por asuntos financieros. Nuestros problemas estaban muy alejados de aquel gran océano que en otros tiempos se llamó “el mar español” como quedó demostrado en las importantes maniobras navales que se llevaron a cabo en aquellos años en las que los objetivos a cubrir eran la defensa de la España insular.

¿Cuál sería el motivo? Pues yo acudiría a la respuesta a la famosa pregunta que se hacían en el Senado Romano ¿CUI PRODEST?.
Sin duda alguna el interés de los constructores a los que se supeditó el Plan de Defensa Nacional fue el primer asunto a considerar. Se pensó, lógicamente en una construcción nacional para la cual nos faltaba el knowhow sobre modernos barcos de guerra y una industria auxiliar actualizada. La encargada de llevar a cabo la operación industrial era la Sociedad Española de Construcción Naval, abreviadamente “La Naval”, presidida por un ilustre español Tomás Zubiría Ybarra, conde de Zubiría y amigo del Rey, quien además era Presidente de Altos Hornos de Vizcaya. En el Consejo de Administración tenía mayoría el capital británico, representado por las empresas “John Brown Co Ld” y el conglomerado grupo británico de I+D “Vickers-Amstrong”, por lo cual quedaba claro que la tecnología sería inglesa, que en mi opinión era muy buena. Pero podía haberse decidido por los cruceros ligeros de 7.500 toneladas de magnifico comportamiento en nuestra Guerra Civil y en el conflicto mundial, pero es aquí donde me permito introducir tres cuestiones que entraron en liza:
1º.- El deseo de la Naval de saturar sus gradas, lo que es muy conveniente en todo astillero, para lo cual el crucero pesado era mucho más rentable que el ligero. La añadida circunstancia de no disponer de una coraza apropiada lo hacía más fácil de construir y evitaba la compra de maquinaria pesada en los talleres de muy difícil amortización. Se podía pensar en que se podrían traer de U.K. las planchas de la coraza pero eso iría en contra de la otra empresa del sr. conde de Zubiría.
2º.- Al tratarse de barcos ya proyectados y construidos en U.K. el proyecto de nuevas unidades solo tendrían el coste de sacar copia de los planos por lo que el coste de la operación se reducía casi en un 100 %. Por otro lado nuestros barcos eran británicos en su proyecto, en su equipo propulsor y su armamento, aunque algunas partes de estos elementos fueran construidos, bajo licencia y proyecto británico, y todos sabemos el llamado “efecto serie” O sea que pagamos a los británicos gran parte de sus costes de producción y gastos generales de sus barcos.
3º.- Y por último he comprobado, leyendo la prensa de aquellos días, la influencia de típica política triunfalista enriquecida con la propaganda:
¡!España está construyendo los barcos más grandes permitidos por el Tratado de Washington!!.
Por cierto nadie diría que España, casi insultantemente, no fue invitada a la Conferencia.

Saludos
Gerardo



CONTINUARÁ

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Amigo Gerardo.


Sin ánimo de polemizar: La prensa es como siempre eso, "presa" de quien la publica.


Los buques más grandes permitidos por el tratado fueron los acorazados de 35.000 toneladas. De ellos el más "pequeño" fue el Bismarck con sus 42.000, a plena carga 51.500.


Quedando claro los intereses de los "llanitos" siendo los de siempre "robar", como no han dejado de hacer.


Un abrazo.
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España, además, no tenía ninguna obligación de cumplir con las especificaciones del tratado.

La verdad es que en ese aspecto pintabamos poco.

Un placer volver a leerle

Queridos ORFEBRE Y ENSENADA
Pues os habeis dado prisa en leer el rollo que he escrito!!!
E Ensenada le comunico que he conseguido en la Biblioteca Nacional, nada menos, que ocho periodicos del día de la botadura y lamentablemente eso que pongo era el slogan de la prensa de aquellos dias.
Por cierto que leyendo la prensa me encontré con las entusiásticas palabras de admiración y respeto al régimen republicano pronunciadas por los discursos del consejero delegado de la Naval y del Almirante de la flota que fueron encarecidamente recibidas por D,Santiago quien textualmente agradeció al almirante su adhesión y la de toda la Armada al Régimen Republicano.
!!Cuanto darían ambos por una goma de borrar!!. Cuando el Rey de España, no hizo juramento alguno en su toma de posesión, en mi familia, les pareció muy mal que yo considerara un acierto el gesto !!Cuanto menos juramentos menos perjuros!!

Saludos
Gerardo

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Querido Gerardo


Si empezamos a matizar, nos comemos la hora de más de hoy.


No digo, ni se me ocurre pensar que lo escrito por ti estuviera mal, pero solo hay que leer la prensa del 98, calificando a los Vizcaya de acorazados, es algo que no ha cambiado en absoluto. Comencé a leer diarios para aprender (me los daba mi padre), lo malo vino cuando comencé a pensar lo que leía. Dándome cuenta que lo mejor era leer otras cosas. De hecho llevo como 50 años sin leer ninguno.


Cuando el 28 de mayo de 1931 se boto el Canarias, nadie vestido de uniforme pensaba nada mal de la República, y la Armada como cuerpo destinado a defender a España no iba a ser menos. Por ello esa frase del almirante no esta fuera de lugar. El mismo Franco en el 34 fue llamado para tomar el mando contra la revolución de octubre en Asturias y Barcelona de ese año y la comisión se cumplió sin rechistar, lo malo fue a partir de las elecciones de febrero del 36 y lo terminó de empeorar al saberse las intenciones del gobierno de vender España a Rusia, eso y solo eso fue el detonante de lo que vino cinco meses después.


Un análisis rápido como requiere la ocasión.


Un abrazo.
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Querido Antonio Luis:
Me gusta, como a mi perro un hueso, discutir, mejor dicho comentar contigo cosas. Lo malo es que si miro a la fotografía del almirante que adorna tu participación en el blog, almirante que ha escrito esa "biblia marítima": La guerra silenciosa y silenciada me parece que tus opiniones y las mías son muy parecidas, lo que para mi es un honor.
No es este el sitio para manifestaciones políticas pero creo que si se puede decir que yo respeto la Constitución Española aunque mis opiniones sobre como van las cosas no sea muy de acuerdo con la situación.
Pero hay una cosa que me lleva de los nervios, es la gente sin palabra, la que se arrima al sol que más calienta, aquellos que dicen que ofrecen su vida a un ideal y luego no son capaces de renunciar a una prebenda en favor de esa causa a la que dicen que ofrecen su vida.
La República no llegó a España como consecuencia de una votación que así se planteata, la República llegó por el simple abandono del Monarca. Las Autoridades deberían haber tenido, al menos, una posición de espera prudente por lo menos evitando las manifestaciones ampulosas de loa a lo que, en el mejor de los casos, era un cambio de Forma de Estado trascendental y no hacer esas manifestaciones a los 44 días de lo que se acercaba mucho a ser considerado un golpe de estado.
En mi caso, yo he jurado dos veces fidelidad a las Principios Fundamentales del Régimen, una al ser nombrado catedrático y otra al ser nombrado subdirector de la Escuela de Ingenieros de Cádiz. Pues bien el que me tomó el juramento, las dos veces, era el Delegado del Ministerio de Educación, al que me encontré un día del año 1978 en Barajas, muchos años después, íbamos en el mismo vuelo yo en turista y el en primera, había sido nombrado Delegado del Gobierno en una Autonomía. Me preguntó como me marchaban las cosas y mi respuesta fue: Yo todavía me acuerdo de lo jurado
Creo que después de esto voy a precipitar el envío del segundo paquete sobre mi barco.
Un abrazo
Gerardo

RECORDANDO AL CRUCERO “C-21 CANARIAS”

EL INICIO DE 45 AÑOS DE SERVICIO A ESPAÑA

Nuestro crucero fue botado el 28 de mayo de 1931 en el astillero de Ferrol de la Sociedad Española de Construcción Naval, y fue puesto fuera de servicio el día 17 de diciembre de 1975. Fue el más longevo, con mucho, de los 66 “Washington´s” además de ser el primero en entrar en combate.

La botadura fue presidida por el ministro Santiago Casares al que la Armada recibió con todo su esplendor. La escuadra casi al pleno tomó parte en la revista naval en honor al Ministro. Por parte de la Naval, el consejero delegado y su mayor accionista, Gandarias y el marqués de Bolarque, el director de la factoría, Suances, el ingeniero jefe, Miranda, “don Augusto” como le llamábamos los que más tarde trabajamos a sus órdenes, y 1.800 invitados presenciaron la impecable botadura amadrinada por Gloria Pérez, esposa de don Santiago, que por cierto era cuñado de un tío mío, a la que se la obsequió con valioso brazalete con el nombre del barco.

Personalmente visité por primera vez el crucero Canarias, el primer barco que visité en mi vida, día 23 de junio de 1939, atracado al muelle “Linares Rivas”, entonces paralelo al Cantón, de La Coruña, la impresión que aquella visita inolvidable produjo en mí no se ha borrado en los 75 años que han pasado. Con el barco siempre he tenido una cierta relación, algún contacto que ocasionaba algún tipo de relación así:

El barco al salir del arsenal de Ferrol llevaba como segundo comandante al ingeniero naval, habilitado de capitán de fragata, José María González Llanos, que fue mi catedrático de Electricidad y de buen hacer en lo humano y profesional en la Escuela de Ingenieros Navales y en Cádiz embarcó a un joven capitán de Artillería de la Armada Juan Sainz de Bustamante, padre de un compañero y amigo, y posible artífice del buen funcionamiento de la artillería a lo que no sería ajeno el buen hacer de los improvisadores en direcciones de tiro a que se refiere mi amigo, el CN José María Blanco, cuando relata la primera salida del crucero:

….pero aún faltaba algo importante: “Las direcciones de tiro”. Para ello se envió a Lisboa a un teniente de navío a comprar un “imprescindible” estabilizador giroscópico de alza directora, del que se carecía, el mismo oficial lo trasladó a Ferrol a donde llegó cuatro días antes de la salida a la mar del “Canarias” y el “Cervera” para el Estrecho. Gracias a la colaboración de otro teniente de navío especialista en Tiro Naval (que tuvo la idea de transformar una dirección de Costa, de la Aª de 152,4 mm, en naval) con los oficiales de Artillería de Costa del Regimiento de Ferrol, se pudo armar una dirección de fortuna que, en su primera actuación, hundió al “A. Ferrándiz”, lo que dio a los nacionales la posesión de las aguas del Estrecho, abandonada por la República con la subida de la Flota a Bilbao. El “Canarias” y el “Cervera” habían salido de Ferrol el 27.09.36, avistaron al “A. Ferrándiz” a 30.000 mts siendo las 0620Z del día 29, 20 minutos más tarde se abrió fuego y a la tercera salva el “Ferrándiz” resultó centrado y con un impacto entre sus chimeneas. El “Canarias” hizo 20 salvas (80 proyectiles) y consiguió 6 impactos, el “A. Ferrándiz” se hundió enseguida, salvando a su dotación un buque mercante. Oficiales británicos de Gibraltar observadores “de los toros desde la barrera”, al ver el rápido centrado del “Ferrándiz”, a 19.000 Mts., supusieron que el “Canarias” montaba una moderna dirección de tiro alemana.

Poco queda de nuestro buque insignia, la penuria de nuestros presupuestos militares y la abominable costumbre de nuestros políticos de emplear la goma de borrar en el tratamiento de la historia, ha impedido utilizar este viejo y laureado navío como un museo flotante al igual que se ha hecho en otros países con barcos históricos.

Todos hemos tenido el placer de contemplar una de las torres de su artillería principal en la Escuela Naval Militar de Marín, su montaje fue posterior a mi estancia en la Escuela Naval en donde me gané el galón de 14mm como oficial del Cuerpo de Ingenieros Navales
En Santa Cruz de Tenerife, una hélice del Crucero, nos recuerda el incidente del Estrecho cuando un barco griego abordo por la aleta de estribor a nuestro Crucero ocasionándole graves averías que afectaban a una de las hélices. La avería, en lo referente a la obra muerta, fue reparada en Matagorda en donde años después fui ingeniero jefe del Departamento de Reparaciones, dejando el barco en situación para su traslado al dique seco de Ferrol.
En el Museo Naval de Las Palmas hay un telémetro del barco y al parecer se conserva, aunque yo no lo he visto, un cañón de 120 de la artillería auxiliar del barco
La bitácora, la campana y parte del mobiliario del Comandante se conserva en el Museo Naval de Ferrol donde esperaba encontrar la laureada bandera de combate como es preceptivo por la ley de España, pero después de rocambolesca búsqueda la he encontrado en nuestro Museo Naval de Madrid, casi en un segundo piso. Para los ancianos es difícil leer la placa, pero afilando los ojos se llega a leer y me alegra ver que ha tenido mejor trato que el almirante que izó su gallardete, en la Guerra Civil, en este Navío y al que un cierto juez quiso juzgar por crímenes a la humanidad desistiendo de ello al enterarse que el presunto criminal yacía en el Panteón de Marinos Ilustres en la Isla. Pero no dejó de extrañarme la bandera que se ha puesto a la gran y magnifica maqueta del barco que preside la sala.

Resulta que el barco desde su botadura arboló diferentes banderas todas ellas “banderas de España” así y en el supuesto que empezamos a contar desde la botadura tenemos:

1.- Hasta el 29 de agosto de 1936: Bandera tricolor con escudo republicano.
2.- Hasta el 13 de septiembre de 1936: Bandera bicolor sin escudo
3.- Hasta 2 de febrero de 1938: Bandera bicolor con escudo republicano
4.- Hasta el 11 de octubre de 1945: Bandera bicolor con escudo con águila, yugo, flechas y sin postes con leyenda Plus Ultra
5.- Hasta su desguace: Bandera bicolor con águila, yugo, flechas y postes con leyenda Plus Ultra.

Pues bien, podían haber elegido cualquiera de estas banderas para la maqueta, pero no ha sido así, lamentablemente unos ignorantes, usando la goma de borrar en la historia, han puesto a la maqueta que preside la sala, la bandera oficial de España vigente hasta el 14 de abril de 1931. Era preferible que hubieran hecho lo mismo que en el Museo de las Atarazanas de Barcelona, donde simplemente en una visita efectuada en el año 2000 me encontré con que habían quitado las banderas de las maquetas, no se si se ha reparado el "olvido" pero por si acaso yo no he vuelto a las Atarazanas.

Un saludo
Gerardo