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El 3 de mayo del 38, el Admiral Scheer, con problemas en una de sus helices, pidio poder reparar en el Arsenal de Ferrol.

Se autorizo la reparacion preparando el dique nº2 y solicitando la informacion adecuada para poder preparar la cama en el dique.

Al dia siguiente , a las 15,30, aparecio en la ria de Ferrol el crucero aleman. Se le ordeno que fondeara y esperara al ingeniero naval para comprobar si se habia interpretado correctamente la informacion recibida por teletipo.

Al mando del crucero estaba el kapitan zur see Otto Ciliax, que no bajo a realizar la visita protocolaria al almirante Luis de Castro Arizcun, commandante general del departamento Maritimo del Ferrol, lo que le parecio extraño.

Durante la noche del 4 al 5 se siguio preparando la cama para el buque.

El 5, se aviso al crucero aleman, que se preparara a las 08:30, para ser remolcado al dique.

A la hora prevista el Scheer se puso en marcha, y sin esperar al practico ni a los remolcadores, entro en el Arsenal, a la sorpresa de los presentes, haciendo caso omiso de las señales de los remolcadores, una vez en frente de la darsena se paro al no estar aun preparado el dique nº2, aguardando 15 minutos a que se retirara el buque puerta.

El Scheer, otra vez haciendo caso omiso de las señales, entro en el dique a una velocidad elevada, debiendo tras marcha atras una vez dentro para frenar su avance.

Por precaucion se envio un buzo a comprobar si la maniobra causo algun desperfecto en los picaderos de la cama.

Varias horas mas tarde, a las 10:30 el almirante castro pudo recriminar al aleman sobre su temeraria conducta, a lo cual nada tuvo Ciliax que objetar.

Una vez reparada la averia, el almirane Castro hizo saber por escrito al aleman como debia proceder: con practico y remolcadores.

Ciliax puso objeciones, respondiendo que sadria directamente, sin ayuda, y tras una dura conversacion parecia que el aleman habia entrado en razon.

El crucero aleman, a pesar de los remolcadores y del practico, y de las advertencias recibidas por la autoridad, salio pòr sus medios del dique, y enfilo proa al mar abierto, y si te he visto no me acuerdo.

El almirante Castro envio un informe a las autoridades de la Armada, que la remitio a su vez a Franco.

Reconociendo la maniobrabilidad de los Panzerschiff, el atrevimiento de Otto Ciliax pudo tener consecuencias graves para el buque y el Arsenal, pues habia en el Arsenal, redes y campos de minas, amen de boyas.



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El Admiral Scheer fue un crucero pesado clase Deutschland, también llamados acorazados de bolsillo, que sirvió con la Kriegsmarine de la Alemania Nazi durante la Segunda Guerra Mundial. El barco fue nombrado en honor del almirante Reinhard Scheer, comandante alemán en la Batalla de Jutlandia. Fue puesto en grada en el astillero Kriegsmarinewerft de Wilhelmshaven en junio de 1931 y completado en noviembre de 1934. Llamado originalmente buque acorazado —Panzerschiff— por la Reichsmarine, en febrero de 1940 los alemanes reclasificaron los dos barcos restantes de la clase como cruceros pesados.

El Admiral Scheer tuvo una carrera muy activa con la Kriegsmarine, incluido su despliegue en aguas españolas durante la Guerra Civil, donde bombardeó el puerto de Almería. Su primera misión durante la Segunda Guerra Mundial fue una operación de ataque al comercio en el Atlántico Sur, que también incluyó una breve incursión en el Índico, durante la que hundió barcos mercantes por un montante total de 113 223 t de arqueo, lo que lo convirtió en el más exitoso corsario alemán de superficie de todo el conflicto. Tras su retorno a Alemania fue desplegado en el norte de Noruega para interceptar los convoyes a la Unión Soviética. Formó parte del abortado ataque al convoy PQ-17 y condujo la Operación Wunderland, una salida al Mar de Kara. Tras su retorno a Alemania a finales de 1942 fue empleado como barco de entrenamiento hasta últimos de 1944, cuando fue usado como soporte de las operaciones terrestres contra elEjército Rojo. Fue hundido por bombarderos británicos el 9 de abril de 1945 en el puerto de Kiel. Fue desguazado en parte, aunque algunos restos de su pecio quedaron enterrados bajo los cimientos de un nuevo muelle.



El 3 de mayo de 1938, el Comandante General del Departamento Marítimo de Ferrol, almirante Luís de Castro Ariscún recibía una llamada telefónica del almirante 2º jefe de Estado Mayor de la Armada, preguntándole si se podría preparar el dique nº 2 para recibir al acorazado de bolsillo alemán Admirall Scheer, el cual tenía ciertos problemas con las palas de una hélice.

El almirante Castro contestó afirmativamente, con la condición de que previamente, se enviaran los planos de varada para la preparación de la cama en el dique. Al día siguiente, por la mañana, se comunicaba desde Salamanca que los datos de varada se enviaban directamente por teletipo al astillero, y de esta manera, con los parámetros recibidos, se fue preparando la cama.

A las 15.30 del día 4 hacía su entrada en la ría de Ferrol el crucero alemán, ordenando el almirante Castro que en el momento que el buque fondease subiera a bordo el ingeniero naval Sr. Murua para que, a la vista del plano de varada, comprobara si se habían interpretado correctamente los datos recibidos.

Transcurrido el tiempo, el almirante Castro se extrañó que el comandante del acorazado, Kapitan zur See Otto Ciliax, no realizara la visita protocolaria de rigor en estos casos. De todas maneras llegó a oídos del almirante que diversos jefes y oficiales del buque se habían desplazado al Arsenal (cruzándose con el Sr. Murua) para establecer directamente las conversaciones oportunas. Se comprobó la acertada interpretación de los datos recibidos, y durante toda la noche del 4 al 5 se consiguió preparar la cama.

Con toda previsión y orden se prepararon los remolcadores y se avisó al Admirall Scheer que estuviese listo a las 8.30 del día 5, en espera de los remolcadores que le llevarían al dique.

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Con puntualidad prusiana, a las 8.30 en punto, el acorazado se puso en marcha, pero sin esperar ni a los remolcadores ni al práctico, con la consiguiente sorpresa de los que esperaban seguir la maniobra. A una velocidad inusitada entró en el Arsenal y, aunque allí le salieron al paso los remolcadores, fue inevitable que, rebasada ya antedársena y abocado en la dársena, tuviera el barco que quedar parado en ésta por no estar el dique preparado, debiendo aguardar 15 o 20 minutos.

Pasado este tiempo se pudo retirar el barco-puerta, pudiendo en este momento el Scheer abocar el dique. Con no poca incredulidad, los presentes observaron como, prescindiendo de toda advertencia y a una velocidad fuera de lo común en estos casos, hizo su entrada en el dique, debiendo, ya dentro, dar atrás con bastante fuerza, siendo ello causa posible de mover los picaderos de la cama, lo que obligó a tomar la precaución de enviar a un buzo para comprobar su estado.

Dos horas más tarde, a las 10.3, el almirante Castro recibía en su despacho al comandante del acorazado, a quien hizo saber, con toda cortesía, el malestar que le produjo la maniobra.

Nada objetó el alemán a las manifestaciones del almirante español, finalizando pronto esta visita de cortesía. Poco después, el almirante Castro correspondía a la visita y acudía al dique nº 2 donde se hallaba el Scheer, interesándose por los daños de la hélice. En muy breve plazo de tiempo se cambiaron las palas y el buque estuvo en disposición de salir.



Para evitar incidentes análogos, el almirante Castro hizo saber al comandante del Scheer, tanto de palabra como por escrito, la manera como había de salir del dique: con remolcadores y práctico, indicándole como estaban fondeadas anclas y cadenas en la dársena, datos de interés por si se presentaba necesidad de fondear las suyas y porque así estaba dispuesto para cualquier movimiento que se produjera en el Arsenal. Como el Kapitan zur See Otto Ciliax hizo saber al almirante que saldría a la mar directamente, este le indicó que también le enviaría al práctico del puerto a lo que el teutón contestó que no era necesario, que el podía maniobrar muy bien sin nada y moverse sin indicaciones de nadie. Tras una difícil conversación Castro Ariscún consiguió convencerlo de que las cosas habrían de ser así.

Cuando el Almirante Jefe del Departamento Marítimo de Ferrol creía que todo se haría con arreglo a lo ordenado, y después de haber procedido al envio del práctico y de de los remolcadores, el Admirall Scheer volvió a realizar la misma maniobra que a su entrada: por sus propios medios salió del dique y del Arsenal, dirigiéndose directamente a mar abierta.

El almirante Castro remitió enseguida un informe al Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada en el que entre otras cosas decía:

“…dejo a su superior consideración si puede admitirse que un comandante, aún reconociéndole toda competencia, pueda eludir, en un Arsenal Militar y en un puerto con boyas cambiadas de lugar y con emplazamiento de minas y redes impuesto por razones militares de la guerra, el cumplimiento de reglas establecidas que, en el primer caso, lo fueron además por dolorosa experiencia sufrida.

El proceder del Comodoro, sobre todo el día de su entrada, pudo ser causa de gravísimo percance para el buque mismo y para el Arsenal, al dejarlo inutilizado…

Al comandante del Admiral Scheer no le han bastado, al parecer, ni mis ruegos, ni mis indicaciones, corteses pero claras y concretas, para respetar la obligatoriedad que, en ejercicio de Soberanía, se ejerce en los puertos…”

El Kapitan zur See Otto Ciliax dejó el mando del acorazado en octubre de 1938, cinco meses después del incidente, aunque por motivos que nada tuvieron que ver con el mismo, siendo substituido por el oficial del mismo empleo Hans-Heinrich Wurmbach.

En 1942, el ya vicealmirante Ciliax se hizo famoso dirigiendo la “Operación Cancerbero”.



Fuentes: Wikipedia y artículo de Lucas Molina Franco.

Con tu permiso amigo bemaro, agrego la foto del Almirante Luis de Castro Arizcún.





Un abrazo

Gracias amigo Patrongabriel, pues yo no pude encontrarla.

O sea que ya en 1938 miedo daban...