1ª Serie 4 unidades: Pizarro, Hernán Cortés, Vasco Núñez de Balboa, y Martín Alonso Pinzón.


2ª Serie 4 unidades: Magallanes, Vicente Yáñez Pinzón, Sarmiento de Gamboa, y Legazpi.


Construidos por: Consejo Ordenador y Empresa Nacional Bazán, en Ferrol.


Pizarro -28 / F-31
Puesta de quilla: 15 de junio de 1943
Botadura: 3 de agosto de 1944
Alta: 9 de agosto de 1946
Baja: 10 de octubre de 1970


Hernán Cortés-13-18-17 // F-32
Puesta de quilla: 15 de junio de 1943
Botadura: 3 de agosto de 1944
Alta: 18 de septiembre de 1947
Baja: 2 de diciembre de 1971


Vasco Núñez de Balboa- 38 / F-33
Puesta de quilla: 15 de junio de 1943
Botadura: 3 de agosto de 1944
Alta: 15 de febrero de 1947
Baja: 1 de noviembre de 1965


Martín Alonso Pinzón-32-37 / F-34
Puesta de quilla: 15 de junio de 1943
Botadura: 3 de agosto de 1944
Alta: 18 de marzo de 1948
Baja: 1 de febrero de 1966


Magallanes - 21-26 /F-35
Puesta de quilla: 3 de agosto de 1944
Botadura: 8 de agosto de 1945
Alta: 20 de diciembre de 1948
Baja: 2 de enero de 1971


Vicente Yáñez Pinzón-14 -19 // F-41
Puesta de quilla: 3 de agosto de 1944
Botadura: 8 de agosto de 1945
Alta: 5 de agosto de 1949
Baja:24 de enero de 1983


Sarmiento de Gamboa-31-36 / F-36
Puesta de quilla: 3 de agosto de 1944
Botadura: 8 de agosto de 1945
Alta: 26 de abril de 1950
Baja:10 de diciembre de 1974


Legazpi- 22-27 / F-42
Puesta de quilla: 3 de agosto de 1944
Botadura: 8 de agosto de 1945
Alta: 18 de agosto de 1951
Baja:4 de noviembre de 1978

Desplazamiento en lastre: 1.710 Tm.

Desplazamiento máximo: 2.246 Tm., todos tuvieron variaciones en su tonelaje. / modernizados 2.123

Eslora máx: 95,20 m.

Eslora entre pp.: 87,54 m.

Manga: 12,15 m.

Puntal: 5,35 m.

Calado máximo: 3,78 m. / modernizado 3,71

Propulsión: 2 turbinas Parsons / 2 calderas Yarrow / 2 hélices

Potencia: 5.000 Cv

Velocidad: 20,5 nudos máxima.

Autonomía: 6.000 millas a 14 nudos.

Combustible: fuel

Capacidad: 385 Tm.

Armamento: 6 cañones en montajes dobles de 120 mm. / 8 cañones de 37 mm en montaje cuádruple / 6 cañones de 20 mm / 4 morteros / un varadero para cargas de profundidad / instalación portátil para 30 minas.

Modernizados: 2 de 127 738 mm Mk 30 // 4 de 40 mm Bofors L/70 // 2 canastas Mk 11 // morteros Mk 6 //2 varaderos Mk 9 para cargas de profundidad.

Electrónica: un radar de descubierta de superficie SPS-5B // un radar de superficie Decca SPS-5B // radar de exploración aérea MLA-1b // un sonar QHB-a // dirección de tiro Mk-52 con radar Mk-26 // una dirección de tiro Mk-51.

Dotación: 251 // modernizado 255

Historial


Con la retirada del servicio en enero de 1983 del "Vicente Yáñez Pinzón", terminaba la larga historia de una de las clases de buques de proyecto nacional de más éxito en los años de la postguerra, los cañoneros "Pizarro".


Aunque los "Vicente Yáñez Pinzón" y "Legazpi" fueron modernizados con cargo a la "ayuda americana", con nuevo armamento y equipos de detección, la imagen externa que permanece asociada a los "Pizarro" en el recuerdo de muchos es la de un buque de líneas elegantes y proporcionadas, armado con cañones de gran ángulo de elevación dispuestos en afustes pareados, uno a proa y dos a popa.


Este impresionante aspecto ofrecido por su batería principal de 6 cañones de 120 mm y 50 calibres en montajes dobles, de proyecto y fabricación nacional, ha hecho creer durante muchos años que estas armas debían ser su armamento original, pese a su tardía instalación a comienzos de los años cincuenta, aunque lo cierto es que la adopción de estas piezas no fue sino una más de las múltiples modificaciones efectuadas al proyecto básico de los "Pizarro", proyecto que tuvo una gestación y desarrollo complejos, con diversas alternativas según las circunstancias imperantes en cada momento.


El origen del diseño que andando el tiempo se convertiría en los cañoneros de la clase "Pizarro" se encuentra en la Comunicación de Operaciones n° 446, enviada por el Estado Mayor de la Armada a la DIC con fecha 24 de octubre de 1940.


En ella, aparte de aprobar el tipo DG-41 de dragaminas de diseño alemán, que sería construido en nuestros astilleros cristalizando en las clases "Bidasoa" y "Guadiaro", el EMA había comenzado a apreciar la enorme importancia adquirida por el armamento antiaéreo para la defensa de los buques de guerra, dado el incesante y eficaz desarrollo de la aviación a lo largo de la Segunda Guerra Mundial, por lo que se hacía preciso disponer de algún modelo de unidad de escolta antiaérea.


Hasta el momento tan solo Gran Bretaña había dado una respuesta concreta al problema, con la puesta en servicio de los cañoneros de las clases "Bittern", "Egret", sobre todo, los "Black Swan" de 1938-41, y en esta misma línea el EMA se planteó la obtención de un buque antiaéreo para la protección de convoyes, que fuese el más apto para desempeñar cometidos de vigilancia costera y presencia colonial, ya que no era posible económicamente disponer de un tipo de buque específico para cada misión, y había que buscar la mayor polivalencia posible.


Con este objetivo en mente, el EMA en el punto 4° de la referida Comunicación de Operaciones decía literalmente al Director de Construcciones que:


"Como asunto de menor urgencia, pero interesante para el futuro, debe Vd. ordenar se estudien las posibilidades de construcción de un tipo de cañonero de las siguientes características: 18 nudos, 4 cañones de 105 para tiro de superficie y a. a. con dirección de tiro completa desde el punto de vista de ambas clases de tiro, 2 de 37 y 2 de 20, cargas de profundidad contra submarinos y aparatos productores de niebla artificial. Autonomía del orden de 2.500 a 3.000 millas a velocidad económica. Desplazamiento: el mínimo necesario para satisfacer las exigencias anteriores, teniendo el buque excelentes condiciones marineras."


Estas características hacían claramente referencia a un buque similar a los cañoneros minadores de la clase "Eolo", pero con la capacidad de transporte y fondeo de minas eliminada, y en este sentido comenzaron a trabajar a toda velocidad tanto la DIC como la oficina técnica de la Factoría de Ferrol, ahora en manos del Consejo Ordenador tras la denuncia del contrato con la SECN en el verano de 1939.


Los equipos de diseño se movieron sobre dos líneas básicas: de un lado, el desarrollo de un buque a partir de los "Eolo" que utilizase su misma planta propulsora, convenientemente modernizada y reforzada, con unas líneas de casco más afinadas y acorde en general a los requerimientos del EMA, y de otro se dejaba libertad de elegir el tipo de maquinaria más conveniente en aras de una mayor velocidad, unos 22 nudos, al tiempo que no se fijaban limitaciones en tamaño a fin de llegar al proyecto de un buque de escolta fuerte, marinero, rápido y fiable, y con buenas características como antiaéreo.


También se estudió la posibilidad de dotar a los buques con propulsión diesel, e incluso diesel-eléctrica, de cara a conseguir una mayor autonomía sin tener que incrementar forzosamente la capacidad de los depósitos de combustible.

Tras varios meses de intenso trabajo, la DIC presentó el 25 de abril de 1941 al Ministerio de Marina un extenso informe y estudio sobre las distintas soluciones ofrecidas para disponer del tipo de cañonero sugerido por el EMA.


En total se presentaron cinco proyectos, los números 7, 8 y 9 del recién creado Centro de Estudios y Proyectos (CEP) de la propia DIC, y los 143 y 144 del Consejo Ordenador. Vamos a pasar revista someramente a sus características más destacadas:


-n° 7: 1.705 Tm en pruebas y 1.980 normal, con 20 y 19 nudos de velocidad respectivamente, turbinas engranadas a dos ejes con unos 5.000 Cv de potencia, 200 Tm de combustible suficientes para 3.000 millas de autonomía a 14 nudos, dotación 214 hombres, armamento formado por 4 cañones a.a. de 105 mm (2x2), en montajes con estabili-zación completa en los tres ejes ("tres punterías" en la fraseología naval española de la época), 6 de 37 (3x2), 4 de 20 (2x2), 4 morteros y un varadero para cargas de profundidad, así como capacidad opcional para llevar 30 minas.


-n° 8: 1.710 Tm en pruebas, 1.985 normal y 2.016 a plena carga, con maquinaria, velocidad, capacidad de combustible y autonomía idénticas al proyecto n° 7, dotación de 202 hombres y un armamento principal de 4 cañones de 105 mm a.a. de tres punterías, pero dispuestos en montajes sencillos. El resto del armamento era igual, con la adición de otro montaje doble de 37 mm.


-n° 9: Este anteproyecto, de 1.680 Tm en pruebas y 1.955 normal, contemplaba la instalación de motores diesel de una potencia máxima similar a la de los proyectos anteriores, unos 5.000 Cv, aunque con un aumento en la autonomía cifrada en unas 7.500 millas a la velocidad económica de 14 nudos. Similar en dimensiones y características a los proyectos 7 y 8, presentaba en cambio el armamento más amplio y pesado de todos los diseños presentados. La batería principal estaba formada por 6 cañones de 105 mm y tres punterías, constituyendo el resto del armamento 6 de 37 (3x2), 4 de 20 (2x2), dos morteros y un varadero para cargas de profundidad y 30 minas. Para la disposición de las piezas de 105 mm se preveían dos alternativas: dos montajes dobles y dos sencillos, repartidos uno de cada a proa y popa, y la opción de tres montajes dobles, dispuestos uno a proa y dos a popa.


-n° 143: 1.570 Tm en pruebas y 1.921 a plena carga, turbinas engranadas de unos 9.000 Cv de potencia para 23 nudos de velocidad máxima, 300 toneladas de combustible con autonomía de unas 3.850 millas a 13 nudos. 229 tripulantes y un armamento de 4 de 105 mm a.a. (4x1), 4 de 37 (2x2), 2 de 20 (2x1), dos morteros y un varadero, sin minas.


-n° 144: 1.270 Tm en pruebas y 1.549 a plena carga, turbinas de 5.000 shp para 20 nudos, 221 toneladas de fuelóleo para unas 3.400 millas a 13 nudos, dotación de 197 hombres y armamento idéntico al anterior, pero con un montaje doble más de 37 mm.


Todos los diseños presentaban un aspecto exterior similar, con un único palo y una sola chimenea, excepto en el n° 9 de propulsión diesel, que carecía de ella al disponerse la descarga de los gases de exhaustación bajo el agua. por ambas bandas, lo que mejoraba los ángulos de tiro antiaéreo y dificultaba su localización visual.


La cubierta del castillo se prolongaba hasta la torre superpuesta de popa, de modo similar a los "Eolo", excepto en los n° 7 y 143 en que se interrumpía entre el puente y la chimenea, con un aspecto más parecido al de un destructor.

En líneas generales los diseños del Consejo Ordenador eran más completos y elaborados que los presentados por la DIC, lo que no hacía sino confirmar la mayor experiencia práctica de las oficinas técnicas de Ferrol, aunque el Consejo Ordenador trabajó únicamente ciñéndose a las características mínimas fijadas por el EM, lo que se tradujo en desarrollos mejorados de los "Eolo" en cuanto a velocidad, compartimentación, distribución y armamento.


Por su parte, la DIC trabajó sobre un planteamiento menos limitado, primando al máximo el armamento antiaéreo, característica primordial del diseño.


Se elevó notablemente el peso del armamento con relación al total del desplazamiento, al considerarse además la estabilización completa de los montajes, tanto de 105 como de 37 mm, mientras que el Consejo Ordenador supuso un armamento más sencillo, con estabilización tan solo en dos ejes, "dos punterías".


A su vez la DIC preveía una generosa dotación de municiones por cada pieza, así como mejoras en todos los equipos de municionamiento y de dirección de tiro.


Todo ello influyó en un aumento de tonelaje muy sensible, de unas 350 a 450 toneladas según las condiciones de carga, pero dejando en opinión de los técnicos un margen de estabilidad suficiente para la instalación de minas y cañones de un calibre superior (120 ó 127 mm), en caso de no poder disponer de los de 105 mm previstos.


Pese al mayor desplazamiento de los proyectos de la DIC, se esperaba obtener los 20 nudos en pruebas con una planta propulsora similar a la de los "Eolo", gracias al mayor afinamiento de las líneas del casco, aunque ello estaba pendiente de los resultados de las pruebas en el Canal de Experiencias Hidrodinámicas de El Pardo.


El exhaustivo informe de la DIC reconocía que el proyecto 144 era el que podía iniciarse a la mayor brevedad en las factorías, en tanto que si se elegía algún tipo de la propia DIC habría que hacer intervenir en su desarrollo a la Factoría de Ferrol, en aras de su experiencia y tradición.


El proyecto 143 se desaconsejaba por cuestiones de coste y, sobre todo, por la limitación que iba a suponer en el armamento el mayor porcentaje del desplazamiento destinado a la instalación de una planta propulsora más potente, que por otra parte no parecía tan necesaria.


De los diseños presentados por la DIC se recomendaba sin ambages como más acertado el n° 9, cuya propulsión diesel permitía un menor peso de la maquinaria para la misma potencia y velocidad, duplicando prácticamente el radio de acción y permitiendo el aumento de los pesos dedicados al armamento, incrementando por tanto la potencia militar.


Considerado técnicamente como la mejor solución, se reconocía no obstante sus serios inconvenientes dada la situación de la base industrial y económica española del momento, con su escasa capacidad de fabricación de motores diesel de la potencia adecuada, fabricación orientada hasta entonces exclusivamente a submarinos y buques mercantes.


También la solución artillera en base a equipos pareados planteaba problemas de difícil solución en breve plazo.


Lo cierto es que, tanto para los motores diesel como para los montajes artilleros, habría que conseguir las necesarias licencias en el extranjero ( Alemania), por lo que la DIC recomendaba que el proyecto n° 9 se reservase para una segunda serie o grupo de cañoneros, prosiguiendo entretanto su estudio y desarrollo de detalle.


La DIC veía también sus proyectos n° 7 y 8 como algo mejores y más convenientes que los diseños ferrolanos 143 y 144, dado su mayor margen de peso y tamaño en general, así como sus condiciones de compartimentado, alojamientos y, sobre todo, de armamento.


El n° 8 se veía más factible ante el problema ya señalado de contar con los montajes dobles, de mayor peso, volumen y complejidad que los sencillos.

El largo informe terminaba pidiendo al EMA una pronta decisión, a fin de concentrar el esfuerzo de desarrollo en el modelo elegido, ó en otro nuevo en caso de no considerarse aceptable ninguno de los cinco diseños presentados, para disponer lo antes posible de un tipo de cañonero que pudiese dar trabajo inmediato a las factorías, preocupación esta última nada nueva, ya que se había convertido en una constante en la actuación de todos los gobiernos de la década de los treinta.


En los meses siguientes, los organismos superiores de la Armada realizaron un amplio debate de las propuestas de cañoneros presentadas, aprobándose finalmente el 7 de julio por el ministro de Marina, almirante Moreno, el proyecto n° 9 al considerarse el más conveniente y adecuado para los servicios propios de esta clase de buques.


Pero en esa misma resolución se reconocía que la construcción de dicho proyecto no era factible sin vencer pre¬viamente serias dificultades, por lo que, a fin de evitar retrasos y pérdidas de tiempo, se encargaba a la DIC disponer todo lo necesario para poder emprender a la mayor brevedad la construcción de una primera serie de 4 cañoneros en base al proyecto n° 8, debiendo continuar el desarrollo del n° 9 para realizar en su momento las sucesi¬vas series de cañoneros que el Gobierno aprobase.


La tramitación del expediente de construcción de este primer grupo se gestionó con gran rapidez, plasmándose en un Decreto de 2 de septiembre de 1941 que autorizaba la realización de 4 cañoneros de 1.710 toneladas de desplazamiento en pruebas, en base al proyecto n° 8 de la DIC, para lo cual se aprobaba un presupuesto de 114.427.768 pesetas, a repartir en tres anualidades con cargo al Presupuesto Extraordinario para 1941.


La orden de ejecución se remitió a la Factoría de Ferrol el siguiente día 26, siéndoles asignados los números de obra 30, 31, 32 y 33.


Para el desarrollo de detalle del proyecto trabajaron estrechamente tanto el Consejo Ordenador como la DIC, y así, el 24 de abril de 1942, la Factoría de Ferrol presentó a la Armada el proyecto preliminar de desarrollo del n° 8, bautizado ahora como n° 149.


A lo largo del año se fue refinando el proyecto en todos sus aspectos, a la vez que se realizaban numerosos ensayos en el Canal de El Pardo con resultados esperanzadores.


En julio el proyecto pasó a denominarse 149-A, con ligeras modificaciones de detalle respecto del anterior.


Desde comienzos de 1942 se habían realizado intensas gestiones en Alemania para conseguir la artillería de 105 mm prevista, en montajes sencillos con estabilización completa, en tanto que se consideraba también la posible adopción, en caso de urgencia, del cañón a.a. de 90/60 que se estaba desarrollando por la propia Armada como armamento secundario para los cruceros.


Lo cierto es que el tipo de montaje solicitado por los españoles no era de fabricación corriente en Alemania, y que las dificultades de obtención de material de artillería en aquel país eran mayores de lo esperado debido a la situación bélica general.

Por ello, el 23 de noviembre de 1942 se decidió la sustitución de los cañones de 105 mm por otros 4 sencillos de 120 mm, marca F en montaje M, análogos a los montados en el crucero "Canarias", cuya construcción podía iniciarse en breve por la Naval (Talleres de San Carlos) y los Talleres de Artillería de La Carraca, dependientes del Consejo Ordenador.


La dotación de municiones por cañón debió reducirse de 4OO disparos a- 3OO, dado el mayor peso y tamaño de la munición de 120 mm. aunque ello no importaba mucho, dada la menor cadencia de fuego de la pieza de 120 mm.


Los ascensores de municiones y la distribución de pañoles debían sufrir también algunos cambios. Además, debía efectuarse un estudio sobre las condiciones de estabilidad de los cañoneros provistos de este nuevo armamento.


Esta variación del armamento principal, así como las diversas modificaciones introducidas por el EMA. DIC. Consejo Ordenador y Canal de El Pardo, obligaron a que el 30 de abril de 1943 se ordenara redactar nuevas especificaciones y planos definitivos, que estuvieron listos hacia agosto con el nombre genérico de proyecto 149-A modificado.


En base a él se había procedido a la colocación de las cuatro quillas en una ceremonia múltiple efectuada el 15 de junio anterior, siguiendo una práctica heredada de los tiempos de la SECN y que el Consejo Ordenador llevaría a su máxima expresión, con numerosos actos de puestas de quilla y botadura múltiple, de los que estos cañoneros serían un perfecto ejemplo.


Estos actos resultaban muy espectaculares, pero poco adecuados desde el punto de vista de la eficacia industrial, tendente cada vez más a técnicas de fabricación en serie, similares a las de las cadenas de montaje.


Entretanto ¿qué había sido del proyecto n° 9 de propulsión diesel?.


Su desarrollo había continuado sin excesivas prisas ante la falta de motores adecuados, desembocando en el proyecto n° 33 enviado al Ministerio de Marina en marzo de 1943, y que contemplaba teóricamente la instalación propulsora a base de motores diesel de fabricación nacional, acoplados directamente a los ejes.


Entretanto, la Comisión de Compras de Armamento destinada en Alemania, compuesta por representantes de los tres Ejércitos, intentaba conseguir, entre otro diverso material, ocho motores diesel de unos 3.000 caballos para una segunda serie de cañoneros.


Las autoridades alemanas alegaron que sería más fácil entregar los motores si se aceptaba la rebaja de la potencia a 2.500 Cv, a lo que se plegó la comisión española, recibiéndose ofertas tanto de Burmeister und Wain (motores de nueva construcción que no eran tales), como de MAN, motores del tipo destinado a los submarinos.


Pero las necesidades de las propias fuerzas armadas alemanas acabaron impidiendo la obtención de los motores, que por otro lado no eran tampoco los más adecuados para los cometidos previstos por la Armada.


Así, cuando llegó el momento de emprender una segunda serie de cañoneros se optó nuevamente por la clásica y probada maquinaria de turbinas de vapor engranadas, de fabricación nacional, bastante fiables y muy conocidas por el personal de máquinas.

Este momento se presentó a mediados de 1943, con el incremento de las disponibilidades presupuestarias para la Armada obtenido gracias al Presupuesto Extraordinario para 1944, decidiendo el EMA abordar con la mayor urgencia la construcción de otro grupo de 4 cañoneros, constituyentes de la segunda serie del tipo.


Siguiendo la práctica habitual, un Decreto reservado, no publicado por tanto ni en el BOE ni en la prensa, autorizó el 25 de septiembre de 1943 la construcción de 4 cañoneros de 1.710 toneladas, pero esta vez con arreglo al proyecto 149-B del Consejo Ordenador, cuyas modificaciones de» artillería en relación con los aprobados en septiembre de 1941 debían introducirse igualmente en aquellos.


Otro Decreto de 16 de diciembre autorizó un gasto de 114.427.768 pesetas, idéntico al aprobado para la primera serie dos años antes, y que era únicamente un punto de partida, ya que lógicamente habría que ir efectuando con posterioridad revisiones de precios aplicables a ambas series de buques.


La orden de ejecución se dio el 26 de octubre de 1943, adjudicándose nuevamente los trabajos a la Factoría de Ferrol, en donde recibieron los números de obra 36, 37, 38 y 39.


Los números 34 y 35, intermedios entre los asignados a los dos grupos de cañoneros, correspondieron a los dragaminas "Tambre" y "Guadalete", pertenecientes a la clase "Bidasoa".


Ya hemos visto que no fue posible recurrir al diseño con motores diesel, por lo que el proyecto 149-B aprobado seguía disponiendo de una maquinaria idéntica a la prevista para la primera serie.


La diferencia más importante con el proyecto 149-A, modificado para artillería de 120 mm, radicaba precisamente en el armamento, que volvía a ser de 105 mm.


Las características principales del proyecto 149-B eran las siguientes: 1.540 Tm rosca y 2.226 a plena carga (sin minas), 6 cañones de 105 mm de tres punterías en montajes dobles, uno a proa y dos a popa con 350 disparos por pieza, 8 de 37 (4x2) y 12 de 20 (4x2 y 4x1).


Este proyecto no presentaba prácticamente diferencias con el anterior 149-A, aumentando el desplazamiento en unas 18 toneladas y disminuyendo ligeramente la estabilidad, que todavía seguía siendo más que suficiente.


Esta nueva modificación al proyecto base de los cañoneros se había gestado durante el verano de 1943, al ofrecer el Consejo Ordenador al EMA un nuevo armamento artillero en base a tres montajes dobles de 105 mm aa, similares al estabilizado C/37 de la Kriegsmarine, que serían construidos en España en parte, gracias a las licencias y acuerdos de colaboración obtenidos por el propio Consejo de la firma germana Rheinmetall Borsig, y el resto adquiridos directamente en Alemania.


Se recogían así los deseos del EMA de intentar que la artillería principal fuese de 105 mm, con direcciones de tiro modernas, en vez de la solución de compromiso de los cañones Vickers-Naval de 120 mm.


Entre finales de 1943 y la primavera de 1944, las gestiones con la Marina de Guerra alemana se concretaron en la autorización para la entrega de la artillería destinada a los 4 primeros buques, formada por 6 montajes suministrados por Rheinmetall y los 6 restantes por la propia Kriegsmarine (usados), en tanto que la destinada a la 2a serie de cañoneros se realizaría ya en España.

En cuanto a las direcciones de tiro, la casa Hazemeyer había efectuado una oferta destinada al primer grupo, tras los contactos desarrollados con los técnicos españoles encargados de la adquisición de motores diesel y materiales para el nonato proyecto n° 33.


La propuesta alemana había sido aceptada con algunas modificaciones, e incluía radiotelémetros (la versión germana del radar), telémetros Zeiss de 4 metros de base, mando a distancia eléctrico y otras muchas innovaciones desconocidas para nuestros marinos.


Desgraciadamente, la complejidad de estas instalaciones de alta precisión y los pedidos de la Kriegsmarine, impedían a Hazemeyer el suministro de las dos primeras direcciones hasta finales de 1947 y las dos siguientes en el primer semestre de 1948.


Pero todo lo relacionado con la artillería y direcciones de tiro alemanas se vino definitivamente abajo con el Desembarco de Normandía en junio de 1944, entrando la Segunda Guerra Mundial en su fase final, que acabaría con la derrota total de Alemania en mayo de 1945.


Por tercera vez el armamento previsto para los cañoneros de la clase "Pizarro", pues como tales habían sido bautizados el 27 de junio de 1944, quedaba en suspenso, ya que las pocas piezas de 105 mm recibidas de Alemania, todas ellas en montajes sencillos, se iban a emplear en los torpederos "Audaz" y todavía se tardaría en poder disponer de las de fabricación nacional.


Le mismo ocurría con la dirección de tiro, no quedando más remedio que contratar con la industria nacional una de tipo electromecánico, por supuesto sin radar, derivada de la montada en los destructores "Churruca" y que era todo lo más que se podía fabricar en la España de aquellos años.


La dirección de tiro se encargó en 1946 a Experiencias Industriales S.A. (EISA), de Aranjuez (Madrid), en tanto que para resolver el problema de la artillería no quedó más solución que volver a los cañones de 120 mm, cuyas gestiones de adquisición habían quedado canceladas en noviembre de 1943.


A partir de enero de 1945 el proyecto de los "Pizarro" se convirtió en el 149-C, como consecuencia de la introducción paulatina de numerosas modificaciones y variaciones a los planos "definitivos" aprobados en se-tiembre de 1943 para la 2a serie.


Aunque ninguno de ellos era especialmente radical, lo cierto es que durante 1944-45 se aprobaron buen número de cambios, que afectaban a obras que en algunos casos estaban ya hechas y, en otros, a la estructura de los buques en fase ya muy adelantada de construcción, con el consiguiente retraso y encarecimiento de los trabajos.


Así, se decidió alargar los alerones del puente, recolocación del telémetro de popa para alejarlo del rebufo del montaje n° 2, supresión de salientes para mejorar los sectores de tiro de los montajes, sin la existencia de puntos muertos, mejoras en el municionamiento y en la disposición de pañoles, cambios en los alojamientos, modificaciones menores en la instalación propulsora y un largo etcétera.

En cuanto a la artillería principal, la SECN comenzó a esbozar en 1945 un proyecto de montaje doble a.a. de cañones de 120 mm y 50 calibres de ánima cambiable, que pudiese sustituir eficazmente a los previstos de 105 mm, ofreciéndolo a la Armada aunque advirtiendo que todavía deberían pasar bastantes años hasta que fuese una realidad.


Ante el abandono de los trabajos en el cañón de 90/60, así como los problemas del Consejo Ordenador para construir artillería de 105 mm y 50 ó 40 calibres en montaje sencillo con destino a los destructores "Audaz", dragaminas "Bidasoa" y guardacostas "Rigel", previéndose mayores dificultades todavía con el montaje doble, la Armada decidió en noviembre de 1946 armar a los "Pizarro" con los cañones de 120 mm en montaje doble propuestos por la Naval, derivados del Vickers modelo F ya construido en nuestro país e instalado en el crucero "Canarias".


Hasta que se pudiesen recibir los nuevos cañones, los "Pizarro" embarcarían un armamento provisional en función de lo que estuviese disponible en los Arsenales, cañones de 120, 105 ó 101,6 mm de distintos tipos y modelos.


Los tres últimos cañoneros montaron ya de partida los soportes para las nuevas piezas Naval de 120.


La adaptación del proyecto 149-C a la nueva artillería de 120 mm, así como la introducción de diversas mejoras en la segunda serie todavía en construcción y derivadas de la experiencia obtenida con los primeros buques, desembocó en 1948 en el proyecto definitivo 149-D, elaborado ya plenamente por la Empresa Nacional "Bazán" tras hacerse cargo de las factorías navales militares, a finales de 1947.


Mientras se iba afinando y modificando el proyecto, la construcción de los "Pizarro" había continuado su desarrollo en grada, de modo que el 3 de agosto de 1944, poco menos de 14 meses desde la colocación de quillas, se celebró la botadura simultánea de los cuatro componentes de la primera serie, en una ceremonia muy espectacular que duró media hora y que contó con la presencia del Jefe del Estado, general Franco, cuya única hija Carmen hizo de madrina del cabeza de clase "Pizarro".


Inmediatamente y en las gradas recién dejadas libres, se procedió a implantar las primeras piezas de las quillas de los cañoneros de la 2a serie.


Iniciada su construcción con igual celeridad que en el caso del primer grupo, los buques de la serie "Magallanes" fueron botados en una ceremonia idéntica a la del año anterior y por las mismas fechas, el 8 de agosto de 1945.


Pese a este ímpetu inicial, la fase de acabado y alistamiento a flote de los cañoneros se fue prolongando mucho más de lo previsto, ya que los numerosos aparatos y equipos auxiliares que conlleva toda construcción naval militar se demoraron a consecuencia de las dificultades padecidas en todos los órdenes y sectores de la vida del país, en unos años duros y de gran escasez, con la contienda mundial como telón de fondo.


Esta prolongación de su período constructivo originó que su coste sufriese continuos incrementos, de los 28,6 millones de pesetas por buque presupuestados en septiembre de 1941 a los más de 50 de las últimas unidades entregadas, un aumento cercano al 100% en diez años, y ello sin disponer de equipos electrónicos ni direcciones de tiro adecuadas.

Todos los "Pizarro" recibieron en junio de 1944 denominaciones que honraban la memoria de destacados descubridores, navegantes y conquistadores españoles de los siglos XV y XVI.


Eran nombres de gran solera en la Armada, habiendo sido portados con anterioridad en las popas de una docena de buques.


El único que aparecía por primera vez era el correspondiente al navegante Pedro Sarmiento de Gamboa, destacado explorador y fundador de ciudades en el Estrecho de Magallanes para asegurar la soberanía española en aquellos remotos lugares.


Con el nombre de "Pizarro" habían figurado en la Armada dos vapores de ruedas y un pequeño cañonero, mientras que los "Hernán Cortés", "Magallanes" y "Vasco Núñez de Balboa" habían sido llevados dos veces cada uno, en todos los casos por un vapor y un cañonero.


Tan solo existió un "Legazpi", un transporte de guerra adquirido en tierras asiáticas en 1880 para reforzar las fuerzas navales españolas en el Pacífico, mientras que la pareja dedicada a los hermanos Pinzón consistió en dos cañoneros torpederos de la clase "Temerario" rebautizados en 1892, aún en construcción, con los nombres de los compañeros de navegación de Cristóbal Colón, con motivo de la conmemoración del cuarto centenario del Descubrimiento de América.


La primera serie de los "Pizarro" entró en servicio con 3 cañones de 105 mm, a veces sólo dos, como el "Martín Alonso Pinzón", en montaje sencillo provistos de mantelete y de diseño alemán, procedentes del programa de los "Audaz", pero disponibles debido a las grandes dificultades y retrasos experimentados en el alistamiento de aquellos pequeños y polémicos destructores.


Estas piezas se fueron devolviendo a los "Audaz" al irse disponiendo de la artillería de 120 mm. En cuanto a los buques de la 2a serie, se hubieron de armar con cañones de otros calibres ante la falta de suficientes piezas de 105.


Así, los "Magallanes", "Vicente Yáñez Pinzón" y "Sarmiento de Gamboa" recibieron 3 de 120 mm, algunos de ellos del modelo de 45 calibres y procedentes del crucero "Navarra" (ex "República", ex "Reina Victoria Eugenia"), mientras que el "Legazpi" embarcó 3 de 101,6 mm procedentes de los destructores "Alsedo" y "Velasco".


Los primeros equipos dobles de la Naval de 120 mm, bautizados como N.G. 48 y construidos en los Talleres de San Carlos, fueron entregados a la Armada en las Navidades de 1951-52, disponiéndose en febrero del 52 su instalación en el "Martín Alonso Pinzón" para realizar las oportunas pruebas embarcado. Al final, los primeros cañoneros en recibir los nuevos montajes fueron los "Legazpi" y "Sarmiento de Gamboa", que efectuaron las pruebas de mar con resultados suficientemente satisfactorios, equipándose los seis restantes "Pizarro" con las nuevas armas a lo largo de 1952-54.


El primer buque en entrar en servicio fue el cabeza de clase "Pizarro", dado de alta y puesto en 3a situación el 25 de julio de 1946, aunque en los registros de la "Bazán" consta que no fue entregado hasta el 9 de agosto siguiente. Le siguió el tercero de la serie, el "Vasco Núñez de Balboa", en febrero de 1947 y paulatinamente los restantes hasta llegar al "Legazpi" en agosto de 1951, tras siete años de trabajos.

A su entrega se les pintaron los tradicionales zunchos de color en la chimenea, para facilitar su identificación visual a distancia.


Los buques de la 1a serie lo llevaron de color blanco, en número creciente de una a cuatro bandas siguiendo el orden original de construcción de la serie: una el "Pizarro" (que generalmente era el único que no la llevaba), dos el "Hernán Cortés", tres el "Vasco Núñez de Balboa" y cuatro en el "Martín Alonso Pinzón".


Para la segunda serie el color era verde: un zuncho el "Magallanes", dos el "Vicente Yáñez Pinzón", tres el "Sarmiento de Gamboa" y, finalmente, el "Legazpi" cuatro.


Durante sus primeros años en servicio, los "Pizarro" se repartieron por los distintos Departamentos Marítimos y Bases Navales de los Archipiélagos; así, el cabeza de clase se destacó a las Baleares, los "Hernán Cortés".


"Vicente Yáñez Pinzón" y "Legazpi" quedaron en Ferrol.


El "Vasco Núñez de Balboa" en Canarias, el "Martín Alonso Pinzón" en Cádiz y el "Magallanes" en Cartagena.


El "Sarmiento de Gamboa" se integró en las llamadas Fuerzas Navales del Norte de África, en las que permaneció hasta su pase a Cartagena en 1955.


A partir de abril de 1954 los "Legazpi". "Magallanes" y "Vicente Yáñez Pinzón" quedaron en reserva en Ferrol; el "Magallanes" volvió al servicio en 1957, adscrito al 1° Grupo de Escolta con base en Ferrol, mientras que los otros dos se integraron en febrero de 1958 en el Grupo de Modernización de Fragatas.


Por su parte, el "Vasco Núñez de Balboa" pasó hacia 1955 a Cádiz, encuadrado en el 3° Grupo de Escolta, manteniendo los tres buques restantes sus destinos iniciales.


Los cañoneros minadores de la clase "Eolo", en agosto de 1952 se asignaron numerales a diversos buques, en forma de marcas distintivas de costado formadas por dos cifras, disposición que también afectó a los "Pizarro", y más concretamente a seis de ellos, ya que los "Pizarro" y "Vasco Núñez de Balboa", destinados en ambos Archipiélagos, quedaron de momento al margen.


La primera regulación de estos numerales no llegó a aplicarse (terminaciones del 1 al 4), para evitar confusiones con los asignados a las Flotillas de Destructores, sustituyéndose por otra a comienzos de 1953 (terminaciones del 6 al 9).


Sin embargo, pese a la aparición de estos numerales en los anuarios navales de la época, así como en varias ediciones de la "Lista Oficial de Buques de la Marina militar y civil española", la realidad fue algo diferente, ya que varios de ellos no llegaron a aplicarse y, además, hacia 1955 se volvió a producir un nuevo cambio de los asignados oficialmente, quedando varios buques sin él e incorporándose al sistema los "Pizarro" y "Vasco Núñez de Balboa", este último tras su pase al Departamento Marítimo de Cádiz, quedando encuadrado en el 3° Grupo de Escolta.

En el caso del "Pizarro", todo parece indicar que el numeral 28 no llegó a ostentarlo nunca, al continuar afecto a la Base Naval de Baleares hasta mediados de 1962.


Los numerales, están especificados al comienzo de este hilo.


La denominación de cañoneros no les duró demasiado, ya que por O.M. de 29 de julio de 1955 los "Pizarro" fueron reclasificados a efectos de su utilización táctica como fragatas.


Como no eran unidades de lucha antisubmarina, el término tardó algún tiempo en cuajar, no generalizándose hasta la década de los sesenta, tras la modernización de dos buques con cargo a la ayuda americana y la adopción de nuevos numerales.


Los "Pizarro" tenían un casco de acero parcialmente soldado, con la roda bastante más lanzada que en los anteriores proyectos ferrolanos de la SECN y que, unida a unos escobenes de considerables dimensiones situados en posición algo retrasada, tendía a dar a estos cañoneros un aspecto potente y agresivo.


Esta proa "ferrolana" se repitió casi sin variación en el diseño de los destructores "Oquendo", dándoles el mismo aire de familia.


La cubierta del castillo se prolongaba por los dos tercios de la eslora, hasta el emplazamiento del montaje artillero superpuesto popel, en donde se iniciaba la cubierta de toldilla, que disponía de un francobordo bastante reducido.


La popa era redonda y con ligera bovedilla hacia el exterior, mientras que las amuras presentaban dos hileras de portillos.


Las superestructuras se agrupaban en la parte central del buque, a fin de dejar los máximos sectores de tiro para la artillería, ya que no hay que olvidar la finalidad de escolta antiaérea presente en todo su diseño.


El puente era de respetables dimensiones, yendo situado en su parte posterior el único palo de los "Pizarro".


A su proa llevaba una amplia plataforma para el armamento secundario de 37 mm, en donde el proyecto n° 8 original contemplaba la instalación de la cuarta pieza de 105 mm.


Pese a la disposición alternada de las cámaras de calderas, los gases descargaban a través de la única y alta chimenea situada en el combés, tras el puente.


Seguía otro reducido conjunto de superestructuras, destinado a alojar el puesto secundario de la dirección de tiro, proyectores y montajes antiaéreos de pequeño calibre.


La toldilla era amplia y despejada, pudiendo acoger una instalación portátil para el fondeo de hasta 30 minas en vez de los morteros lanzacargas, quedando el varadero a crujía y enmarcado por las dos líneas de carriles para el transporte y lanzamiento de las minas.


Los "Pizarro" disponían de una amplia compartimentación interior, existiendo 8 mamparos estancos transversales y dos longitudinales, estos últimos situados a 3,50 metros de la línea de crujía, de construcción remachada y con un espesor máximo de 8 mm, que se extendían sólo a lo largo de las cámaras de máquinas y calderas, que eran además la única zona de los buques provista de doble fondo.


Otros mamparos estancos protegían los pañoles de municiones.

La maquinaria de los 8 cañoneros "Pizarro" fue construida en Ferrol en 1943-45, consistiendo esencialmente en la adoptada para los cañoneros minadores de la clase "Eolo", pero con modificaciones de importancia en las turbinas y calderas, a fin de corregir las deficiencias de la instalación de los "Eolo".


A fin de minimizar los daños en combate se optó por la disposición en módulos, es decir, con las cámaras de calderas y máquinas alternadas. La maquinaria principal estaba formada por dos grupos de turbinas de vapor engranadas tipo Parsons de acción y reacción, formado cada uno por una turbina de alta y otra de baja presión.


La potencia normal era de 5.000 Cv a 330 rprn y la máxima de 6.000 a 370 rpm, para una velocidad máxima teórica en pruebas de 20,5 nudos.


El grupo de turbinas proel accionaba el eje de babor y el popel hacía lo propio con el de estribor, a través de engranajes de simple reducción.


El vapor lo producían dos calderas acuotubulares tipo Yarrow, de tubos delgados y tres colectores para vapor recalentado, quemando petróleo por el sistema de uro forzado en cámara cerrada.


La presión de trabajo era de 25.6 kg/cm2, con una temperatura de recalentamiento del vapor de 345° C.


Los dos ejes propulsores iban provistos de hélices de tres palas, mientras que el timón era único y del tipo semicompensado.


El peso total de la maquinaria e instalaciones anexas era de unas 285 toneladas.


La deficiente calidad de algunos de los materiales empleados en la manufactura de las turbinas, como por ejemplo el acero inoxidable de las paletas, originó diversos problemas de desgastes, corrosiones y averías, que tuvieron que ser paulatinamente solventadas.


También los evaporadores dieron un deficiente rendimiento, lo que obligó a su modificación y eventual sustitución.


Estos problemas motrices puede que estén en el origen de la temprana retirada del servicio de los "Vasco Núñez de Balboa'' y "Martín Alonso Pinzón", en 1965-66.


La capacidad de combustible era de 358 toneladas de fuelóleo, mientras que la de agua en calderas y condensadores se cifraba en 58, más otras 57,7 en los tanques de reserva.


Para el agua potable se destinaban 4 tanques con una cabida de unos 98.500 litros.

La autonomía teórica se fijaba en unas 6.000 millas a la velocidad económica de 14 nudos, aunque con las lógicas fluctuaciones para cada buque.


La velocidad máxima a plena carga debía ser de 19 nudos, pero en la práctica eran más normales las comprendidas entre los 17 y 18 nudos.


El buque más rápido en pruebas fue el "Vasco Núñez de Balboa", que en diciembre de 1946 llegó a alcanzar los 20,77 nudos, con un desplazamiento algo reducido y una potencia máxima medida de 6.262 Cv, con el vapor reca¬lentado a 355° C.


Por su parte, el "Martín Alonso Pinzón" llegó a alcanzar en sus pruebas de mar en octubre de 1947 los 20,66 nudos, con 1.915 Tm de desplazamiento y una potencia máxima de 6.640 Cv.


Todos sobrepasaron la autonomía prevista con cierta holgura.


Después de las diversas alternativas ya reseñadas, el armamento principal quedó formado por 6 cañones de 120 mm y 50 calibres N.G. 48 (Naval Gemelo modelo 1948), dispuestos en tres montajes dobles, uno a proa y dos a popa.


Proyectados y construidos en su totalidad por la SECN en su Fábrica de San Carlos, su principal característica residía en que los cañones carecían de elevación independiente entre sí, efectuándose los movimientos de elevación de modo común a ambas piezas al formar sus cunas un conjunto rígido, de ahí la denominación de Naval Gemelo y no doble.


También era una novedad el que dispusiese de ánima cambiable, en un intento de abaratar los costes de sustitución de esta artillería al llegar el tubo al límite de su vida útil.


El ánima era rayada, de tipo uniforme con 36 rayas a razón de una vuelta en 30 calibres.


Proyectado para disparar proyectiles de 22 kg de peso a una velocidad inicial de 900 m/seg, con un techo de 15.400 metros y alcance máximo horizontal de 21.240, a partir de enero de 1952 la Armada acordó unificar la munición de esta artillería con la de 120 mm Vickers del tipo F, pasando la velocidad inicial a ser de 875 m/seg.


Una dotación bien entrenada podía obtener una cadencia de fuego de unos 30-34 disparos por minuto y montaje.


El cierre era de cuña horizontal con funcionamiento a mano o semiautomático, el sistema de carga a través de atacadores de accionamiento hidráulico y el de fuego con modalidades de disparo eléctrico, a percusión mecánica o electromagnética, pudiéndose disparar independientemente con cada cañón o de modo simultáneo.


Cada montaje podía moverse hasta una elevación máxima de 90° y una depresión de -5°, permitiendo los motores velocidades de punterías en dirección de hasta 18°/seg con los cañones horizontales.


También podían moverse a mano en caso de emergencia, o para atender las necesidades de conservación y entretenimiento de los montajes.


La energía hidráulica necesaria para los movimientos de puntería del cañón y del mecanismo de cargar se obtenía de dos bombas de gasto variable, emplazadas en la parte delantera del montaje, que suministraban aceite a una presión de 70 kg/cm2 a dos motores, en una instalación toda ella derivada de la de los equipos Vickers de 152 mm de nuestros cruceros.


El alza era del tipo de línea de mira independiente, con alguna modificación sobre la diseñada para los cañones de 120 mm antiaéreos modelo F en montaje M del "Canarias".


La dotación de cada montaje estaba compuesta por 10 hombres, repartidos entre dos sirvientes de cierre, dos apuntadores, dos sirvientes de alza y cuatro cargadores.


Habría que contar, además, con los encargados del municionamiento desde los pañoles a través del ascensor de los sirvientes de los graduadores de espoletas.

Durante la larga fase de desarrollo de estos montajes no pudo evitarse un constante crecimiento de pesos, que hizo aumentar los de cada montaje de las 22,6 toneladas iniciales hasta unas 28, lo que limitó las prestaciones de movimiento en orientación previstas inicialmente.


A fin de subsanar esta deficiencia, el diseño se refino limitando el ángulo máximo de elevación a 80°, lo que desembocó en el modelo N.G. 53 instalado en el destructor "Oquendo".


Pese a algunas mejoras, lo cierto es que. dado su mando a distancia y el empleo de torres cerradas, el peso volvió a aumentar hasta las 34 toneladas.


Esta artillería era lo máximo que podía permitirse la industria nacional en los años de la postguerra, suponiendo un gran esfuerzo para todos los que participaron en su desarrollo, pero no pasaba de ser una mejora de armas ya bastante inadecuadas para enfrentarse a las modernas amenazas aéreas.


La falta de elevación independiente de las piezas contribuía a limitar su eficacia antiaérea, aunque resultaba suficiente para hacer fuego de barrera.


Se presentaron además numerosos problemas y averías que demostraron la fragilidad de muchos mecanismos, especialmente los que afectaban al sistema de municionamiento y que no llegaron nunca a resolverse totalmente, con la consiguiente disminución del valor militar de los "Pizarro".


De todos modos, no importa lo bueno que sea el diseño de una pieza de artillería si se carece de una dirección de tiro apropiada para optimizar las cualidades balísticas de los cañones, y en este aspecto los "Pizarro" siguieron un camino parecido al del crucero "Méndez Núñez", tras su conversión en antiaéreo en 1943-47, ya que carecieron siempre de una dirección de tiro que aprovechase eficientemente la poderosa en teoría batería de tres montajes dobles por buque.


Los directores de tiro fueron realizados por EISA entre 1948 y 1954, en base a los requerimientos de la Armada y bajo la supervisión de la Escuela de Tiro y Artillería Naval, pero la tecnología empleada estaba muy lejos de la utilizada por las principales Marinas extranjeras, ya que la electrónica en España careció prácticamente de desarrollo hasta la firma de los Convenios con los EE.UU., en 1953, y la consiguiente ruptura del aislamiento internacional padecido hasta entonces.


Una solución pareció ser la instalación de direcciones de tiro estadounidenses obtenidas a través de la ayuda militar, pero las dificultades fueron insalvables, como veremos más adelante, así que los "Pizarro" no modernizados carecieron siempre de directores de tiro realmente eficaces para su armamento antiaéreo.


Estos problemas, unidos a su poca velocidad, hicieron que fuesen quedando relegados paulatinamente de la defensa antiaérea de la Flota, pasando a desempeñar funciones más propias de los cañoneros del pasado, como la vigilancia en nuestros enclaves coloniales, defensa del litoral y cometidos de representación.


El armamento artillero secundario de los "Pizarro" sufrió también alguna que otra modificación a lo largo del desarrollo del proyecto, pero siempre relativas al número de piezas de 37 y 20 mm a instalar, quedando fijado a finales de los cuarenta en 8 de 37 (4x2) y 6 de 20 (6x1).


Los cuatro buques de la 1a serie recibieron 4 montajes dobles de 37 mm, dispuestos por parejas delante del puente y tras el puesto de tiro popel, aunque al principio la falta de suficientes montajes hizo que se instalasen únicamente dos por buque.


En cuanto a los componentes de la 2a serie, embarcaron también 4 montajes de 37 mm, pero esta vez sencillos.


Las piezas de 20 mm estaban ya totalmente desfasadas para cometidos antiaéreos, por lo que los pocos buques que llegaron a embarcarlas las utilizaron del modo habitual en un patrullero.


Los "Pizarro" y "Vasco Núñez de Balboa" disponían de cuatro de estas armas y el "Hernán Cortés" de tres, siempre en montajes sencillos, careciendo de ellas el resto de unidades.

El armamento antisubmarino lo formaban 4 morteros Vickers y un varadero, para el lanzamiento de cargas de profundidad, dispuestos en la toldilla.


Como ya hemos señalado antes, el proyecto contemplaba también la instalación de unos carriles desmontables con capacidad para 30 minas, fondeando estas temibles armas por la popa.


En cuanto a equipos electrónicos de detección, los "Pizarro" se alistaron prácticamente ayunos de los mismos, sin radar ni sonar.


Los buques modernizados en virtud de la ayuda americana recibieron buen número de ellos, en tanto que los dejados en su estado original se limitaron a instalar radares de navegación y algunos equipos menores, así como a mejorar los sistemas de comunicaciones.


A este respecto, debemos recordar que fue precisamente el "Pizarro" el primer buque de la Armada española que llevó instalado un radar, al montar en 1948 un simple equipo de navegación Decca obtenido por caminos indirectos a través de la marina mercante, ya que en esa época el bloqueo y aislamiento internacional estaban en su punto álgido.


La firma de los Convenios hispano-norteamericanos de 1953 iba a conllevar en los años venideros grandes cambios para las fuerzas armadas españolas, a los que no iba a ser ajena la Armada.


Dentro de la urgente labor de modernización y puesta al día de los tres Ejércitos, la Armada emprendió diversos programas de colaboración con los EE.UU., destacando, en el campo del material, el relativo a la modernización de una parte importante de nuestros buques con armamento y equipos de detección de procedencia estadounidense, el denominado Programa de Modernización de Buques de la Armada.


Firmado el 30 de abril de 1955, entre las unidades a modernizar se incluyeron en principio los 8 cañoneros de la clase "Pizarro", según el anteproyecto elaborado por la Empresa Nacional "Bazán" en colaboración con la firma italiana Finmeccanica.


Con un desplazamiento a plena carga cifrado en 2.318 toneladas, el nuevo armamento de los "Pizarro" estaría formado por dos montajes dobles de 120 mm, el situado en la toldilla se eliminaba a fin de obtener espacio para los morteros y varaderos lanzacargas, controlados por un director de tiro Mk 52 y otro Mk 51, 4 cañones Bofors antiaéreos de 40 mm con dos predictores de la misma marca, dos erizos Mk 11,8 morteros y dos varaderos para cargas de profundidad, y eventualmente torpedos a/s de cabeza buscadora.


Los primeros tanteos de modernización contemplaban también la instalación de dos montajes dobles de 20 mm Mk 24, pero las necesidades de espacio de los morteros lanzacargas aconsejaron su eliminación.


La supresión del montaje popel de 120 mm obedecía no solo a problemas de espacio en la toldilla, sino a consideraciones de pesos, ya que el EMA deseaba evitar en lo posible que se aumentase el desplazamiento de los "Pizarro", puesto que el francobordo a popa era bastante ajustado debido a los aumentos sufridos al montar la nueva artillería N.G. 48, y el continuar con dicha tendencia podría afectar a la estabilidad, e incluso llegar a producir reducciones de cierta importancia en la velocidad.


Pero diversos problemas y condicionamientos acabaron limitando la modernización de los "Pizarro" a únicamente dos buques, y además sin la artillería Naval de 120 mm. Desde su entrada en servicio, los ascensores de municiones instalados en los "Pizarro" habían demostrado un funcionamiento tan malo y defectuoso que limitaban seriamente el potencial bélico de los buques.


A mediados de los años cincuenta se compraron en Italia nuevos ascensores OTO-Melara con destino a los "Legazpi" y "Vicente Yáñez Pinzón", como paso previo a su sustitución en el resto de los buques de la clase, pero estos ascensores con su instalación y equipos auxiliares costaban nada menos que 5 millones de pesetas por buque, y la casi absoluta falta de divisas de la economía española obligó al EMA, en 1957, a dejar en suspenso la adquisición de más ascensores hasta que llegasen tiempos

En principio se modernizarían únicamente los dos buques dotados con los nuevos ascensores, y posteriormente se reconsideraría para el resto de los "Pizarro"' a la vista de los resultados obtenidos.


Pero lo cierto es que. por motivos de coste y plazos de ejecución, la modernización se acabó limitando exclusivamente a la pareja "Legazpi" y "Vicente Yáñez Pinzón", lo que fue una verdadera pena, ya que en su lugar se modernizaron buques, como los "Audaz" y dos minadores de la clase "Júpiter". empleando unos fondos que hubiesen sido mucho mejor invertidos en los "Pizarro".


En cuanto a la supresión de los cañones de 120 mm. a finales de 1956 los representantes americanos en la DIC, y encargados de la colaboración técnica y supervisión de los proyectos de modernización, hicieron llegar a la Armada malas noticias sobre estos cañones, que la parte española deseaba conservar.


Los problemas habían surgido durante los estudios de adaptación y acoplamiento de los directores de tiro Mk 51 ;. Mk 52 a los montajes de 120, con grandes dificultades para obtener los objetivos esperados y dotar a dichos montajes de un mando a distancia adecuado.


Aunque se resolviesen estas dificultades, que llevarían bastante tiempo y podrían afectar a los plazos acordados en el Programa de Modernización, los norteamericanos advertían que se perderían las ventajas del director Mk 52 en todo lo referente a mando a distancia para fuego antiaéreo, así como las ventajas del cañón de 120 mm N.G. 48 en lo referente a su gran alcance para tiro de superficie.


Para solventar estos problemas, no quedaba otro remedio que prescindir de estos cañones y sustituirlos por otros de diseño norteamericano, que pudiesen acoplarse sin dificultad a las direcciones de tiro a suministrar con cargo a la ayuda americana.


La solución más atractiva para la Armada era la de dotar a los dos buques a modernizar con 3 piezas de 127/38 Mk 30 en montajes sencillos, o incluso tan sólo dos por buque si no era posible obtenerlos todos por consideraciones de coste.


La segunda solución podía ser la de montar 3 ó 4 cañones de 76,2/50 Mk 34, también con directores Mk 51 y Mk 52, dependiendo nuevamente de su coste.


Elegida la instalación de las piezas de 127/38 en número de dos por buque, en febrero de 1957 las autoridades navales españolas propusieron a los EE.UU. una enmienda al Programa de Modernización, en la que se incluía el nuevo armamento para la pareja de "Pizarros" a modernizar y se eliminaban los trabajos previstos en el crucero "Canarias", a fin de ajustarse a las limitaciones presupuestarias fijadas para la totalidad del Programa.


Aceptada por la parte norteamericana en abril, se procedió a efectuar las oportunas modificaciones al proyecto de modernización de los "Pizarro", que quedó aprobado por el EMA en enero de 1958.


Este cambio de la artillería principal supuso un importante retraso en la ejecución de los trabajos, cuyo inicio estaba fijado para el 1 de octubre de 1957 en la fragata "Legazpi".


Finalmente, los dos buques elegidos quedaron en 1a situación a partir del 1 de febrero de 1958, pasando a integrar el denominado Grupo de Modernización de Fragatas junto con los minadores "Júpiter" y "Vulcano".


Las obras de modernización fueron realizadas por la Factoría de Ferrol, comenzando el 15 de abril de 1958 las relativas a la "Legazpi" y dos meses después, el 15 de junio, las del "Vicente Yáñez Pinzón".


Prevista inicialmente su duración en unos 18 meses, se produjeron algunos retrasos por la tardanza en disponerse de diversos componentes eléctricos, tuberías y cableado, así como por la remoción de aquellas partes de la cubierta que presentaban corrosiones.


Pese a todo, los trabajos se desarrollaron sin problemas importantes, siendo entregada la fragata "Legazpi" el 14 de enero de 1960 y su gemela "Vicente Yáñez Pinzón" el 25 de marzo siguiente, tras haber permanecido 21 meses cada una en manos de los operarios de la "Bazán".

El coste de los trabajos de modernización fue de 5.122.952 dólares con cargo a la ayuda norteamericana y 7.143.512,70 pesetas por diversas rectificaciones presupuestarias, más el beneficio industrial a abonar a "Bazán" por cuenta del Gobierno español.


Las modificaciones exteriores de las fragatas modernizadas no fueron especialmente significativas en lo referente al casco, ya que se limitaron a la eliminación de los portillos de la cubierta baja, conservándose la característica roda lanzada de los "Pizarro", así como los profundos escobenes para la maniobra de las anclas.


Las superestructuras fueron eliminadas y sustituidas por otras similares, pero realizadas en aleaciones ligeras y aluminio, a fin de reducir en lo posible pesos altos para no perjudicar la estabilidad.


El puente fue enteramente reconstruido de acuerdo con las nuevas necesidades tácticas, al crearse el Centro de Información de Combate (CIC), verdadero cerebro militar del buque, la Central Antisubmarina y otras dependencias para el alojamiento de los nuevos equipos.


Coronando el puente iba situado el pedestal de la dirección de tiro Mk 52 para la artillería principal, e inmediatamente tras éste se alzaba el nuevo palo de celosía de cuatro apoyos y estructura tubular, que servía como plataforma a los equipos de detección radárica y comunicaciones, muy similar al instalado en los restantes buques afectados por el Programa de Modernización.


Las extensiones laterales del puente destinadas a la ubicación de los cañones aa de 20 min previstas en el diseño original fueron suprimidas, ganándose el espacio necesario para la instalación de canastas de lanzamiento de torpedos antisubmarinos.


La chimenea quedó prácticamente inalterada, pero no así la disposición de las embarcaciones menores, al eliminarse un chinchorro de 5 metros y un bote automóvil de 6, cambiando el emplazamiento de las restantes desde el combés, a ambos lados de la chimenea, hasta nuevos pescantes instalados entre los montajes de 40 mm y el cañón de 127 popeles.


Al igual que con el resto de los buques españoles de la época, se amplió considerablemente la dotación de balsas inflables salvavidas, del tipo utilizado por la US Xavy. El puesto secundario de la dirección de tiro original fue eliminado, al igual que las plataformas para los proyectores de 90 cm.


Todo el armamento original fue retirado, quedando así totalmente despejada la toldilla y reservada para el montaje de los nuevos morteros y varaderos para cargas de profundidad.


Interiormente, los "Legazpi" y "Vicente Yáñez Pinzón" sufrieron algunas modificaciones al objeto de mejorar su habitabilidad, siguiendo las pautas establecidas por la Marina norteamericana.


También recibieron los habituales nuevos servicios de desmagnetización, protección y ventilación de pañoles, achique, reaprovisionamiento de combustible en la mar, etc., aprovechándose en general para realizar un extenso recorrido de todas las instalaciones no modificadas y de la planta propulsora.


Los servicios eléctricos fueron especialmente reforzados, desmontándose los dos grupos turbodinamos de 100 Kw y el diesel-dinamo de 75 Kw instalados en origen, y siendo sustituidos por los también usuales para los buques modernizados: dos grupos turbodinamos de 100 Kw y tensión a 230 V, formados por turbinas tipo Curtiss de 150 hp nominales a 8.000 rpm, construidas por la Empresa Nacional "Bazán" en Ferrol, accionando por medio de engranajes de reducción dos dinamos tipo CKM 175 cons-truidas por CENEMESA, y dos grupos diesel-dinamo Klockner Humboldt Deutz, con motores tipo A8M.517 de ocho cilindros y 120 hp a 1.000 rpm, acoplados a dinamos del tipo LG 30.5 de 75 Kw de potencia y tensión a 230 V, con arranque por motores Bosch de 24 voltios.


La potencia total instalada, 350 Kw, permitía utilizar uno de los grupos diesel-dinamo como reserva para casos de emergencia, ya que se estimaba que el consumo probable máximo en situación de combate sería de unos 255 Kw

La artillería principal quedó compuesta por dos de las difundidísimas piezas norteamericanas de 5 pulgadas (127 mm) y 38 calibres, en montajes sencillos Mk 30 mod 75 y situadas en la cubierta del castillo a proa y popa, es decir, en las posiciones A y X, quedando así libre la toldilla al no reemplazarse el tercer montaje doble de 120 mm N.G. 48.


Estos montajes de 127/38 eran análogos a los llevados por los destructores de la clase "Fletcher" cedidos a la Armada en 1957-60. y habían sido diseñados en los años treinta como armamento principal para los destructores de la US Navy y otros buques auxiliares, y como secundario de acorazados, portaaviones y cruceros, siendo fabricados en gran número durante la Segunda Guerra Mundial.


Cada uno de estos cañones llevaba tres motores eléctricos, que movían sendas bombas de aceite para el movimiento en orientación y elevación, del atacador y el ascensor de proyectiles desde la cámara de maniobra a la cámara de tiro.


Para el traslado de la munición, desde los pañoles a la cámara de maniobra situada inmediatamente debajo de cada montaje, se disponía de dos ascensores hidráulicos fabricados por OTO-Melara.


Ambos montajes disponían de mando a distancia desde el director de tipo principal Mk 52, instalado en la parte superior del puente y provisto de un radar Mk 26 para la medición de distancias al blanco.


En caso de fraccionamiento de la artillería principal para batir dos blancos distintos, el montaje popel quedaba bajo el mando de la dirección de tiro Mk 51, instalada en el éntrenlo de la superestructura de popa, equipo similar en características al director Mk 52 con la excepción de la carencia de radar incorporado.


El citado radar Mk 26 era un modelo desarrollado durante la contienda mundial, para usarlo en conjunción con cañones de 76,2 y 127 mm a bordo de destructores, fragatas y escoltas, asociado al director de tiro antiaéreo Mk 52.


Funcionaba en la banda de 10 cm y tenía un alcance máximo eficaz de unos 9.200 metros contra un blanco del tamaño de un bombardero típico, con una precisión de unos 135 metros.


Aunque eficaz para el tiro aa de barrera y contra blancos de superficie, el director Mk 52 estaba ya bastante desfasado a finales de los cincuenta, ante el constante desarrollo de los aviones de combate, pudiéndose decir algo parecido del director Mk 51.


En cualquier caso, representaban un notable avance sobre la dirección de tiro instalada en los "Pizarro".


La artillería secundaria estaba formada por los usuales cañones Bofors de 40 mm y 70 calibres, fabricados bajo licencia por la Empresa Nacional "Bazán" e instalados en número de cuatro en sustitución de los montajes de 37 mm R.B., en las plataformas situadas delante del puente y en la superestructura de popa.


Estas plataformas se ampliaron, extendiéndose hasta los costados a fin de permitir una mejor instalación de las piezas Bofors y unos arcos de tiro más amplios y despejados.


Dos predictores de la misma firma sueca, pero fabricados bajo licencia por EISA y situados a proa encima del puente y a popa en un pedestal tras la chimenea, permitían dirigir a distancia a los montajes proeles y popeles, respectivamente.

El armamento antisubmarino era idéntico al instalado en los destructores modernizados de las clases "Álava" y "Audaz", estando compuesto por dos montajes Hedgehog (Erizo) Mk 11 mod O, dos sistemas Mk 2 mod 1 para el lanzamiento de torpedos a/s Mk 32 mod 2, ocho morteros Mk 6 mod 2 y dos varaderos Mk 9 mod O, estos dos últimos equipos destinados al lanzamiento de cargas de profundidad Mk 9 mod 4.


El equipo de detección submarina era el consabido sonar panorámico QHB-a, cuyo transductor iba alojado en un pozo protegido por un domo especial de goma que sobresalía unos 103 cm por debajo de la quilla, situado a la altura de los Erizos y cañones Bofors proeles.


Disponía este sonar de un indicador principal y dos repetidores, así como diversos aparatos asociados para las tareas de cálculo y ataque: un registrador de distancias tácticas y un trazador de ataque en la denominada Central Antisubmarina, y un conjunto ubicado en el local del CIC, compuesto por un analizador de estimas, mesa trazadora de derrota, rosa táctica de superficie y tablero especial para registro de datos.


Los dos montajes Erizos iban situados en el extremo de la superestructura proel, inmediatamente por encima del cañón de 127/38 y delante de los Bofors de 40 mm.


Ambos formaban entre sí un ángulo de 20 grados para optimizar la trayectoria de las cargas, lanzando sus 24 proyectiles en una rápida salva de 12 disparos de dos proyectiles cada uno, con 0,2 segundos de intervalo.


Cada montaje se asemejaba a un gran cajón de 2,35 metros de longitud por 1,70 de ancho, cuya tapa una vez levantada se alzaba a una altura de 2,15 metros, siendo su peso de unos 2.270 kg descargado y 3.000 cargado.


Las fragatas modernizadas disponían a bordo de un total de 480 cargas con sus correspondientes espoletas, de armado por hélice o por presión hidrostática.


Para el traslado de las cargas desde el pañol correspondiente, se utilizaba el ascensor eléctrico de jaula destinado al servicio de los cañones proeles de 40 mm, fabricado por OTO-Melara y con una capacidad de carga de 124 kg, equivalentes a cuatro cargas de Erizo o cuatro peines de munición de 40 mm.


Como medida de seguridad, las espoletas se alojaban en un pequeño pañol independiente del destinado a las cargas, y únicamente se colocaban en éstas cuando ya estaban instaladas en las espigas o varillas de guía de los montajes, o al meterlas en las cajas de urgencia con capacidad para 48 cargas instaladas en las superestructuras.


El principal armamento antisubmarino instalado en las fragatas "Legazpi" y "Vicente Yáñez Pinzón" era el sistema de lanzamiento de torpedos Mk 2 mod 1, que empleaba torpedos buscadores de propulsión eléctrica Mk 32 mod 2, primer modelo de este tipo de arma con que contó la US Navy y bastante desfasado a comienzos de los sesenta, por su escasa velocidad y el limitado ángulo de escucha de su cabeza buscadora.


Los torpedos se lanzaban desde dos canastas Mk 4 mod O, situadas en la cubierta del castillo a la altura del nuevo palo de celosía, una a cada banda y próximas a los costados del buque.


A su lado algo más hacia proa se situaban las estibas para dos torpedos de reserva en cada banda, lo que hacía un total de 6 de estas sofisticadas armas disponibles a bordo.

Entre cada estiba y la canasta de lanzamiento correspondiente, se dis-ponía de un pescante abatible y orientable para el paso de los torpedos desde una a otra.


La central de lanzamiento de torpedos iba situada a crujía, en un compartimiento de la superestructura situada entre ambas canastas, disponiendo de todos los equipos necesarios para el correcto funcionamiento del sistema, tales como los compresores accionados por motor eléctrico utilizados para la carga de las canastas, y que suministraban el aire comprimido necesario para el lanzamiento de los torpedos.


Los buques modernizados debieron renunciar a su capacidad opcional de fondeo de minas, al quedar la toldilla enteramente reservada para las clásicas cargas de profundidad, embarcadas en número de 72.


Para su lanzamiento se disponían los habituales morteros y varaderos.


Los ocho morteros lanzacargas Mk 6 mod 2 estaban dispuestos cuatro por banda, constando cada uno de un solo tubo sin estrías en el que se introducía el bastón de la teja que soportaba la carga de profundidad, y un cargador con capacidad para otras cuatro cargas de reserva.


Su disparo podía realizarse eléctricamente, desde el panel de fuego situado en el alerón de estribor del puente de navegación, o a percusión desde el mismo mortero.


En el extremo de popa se acomodaban los dos varaderos lanzacargas Mk 9 mod O, con ligera inclinación para permitir el deslizamiento y lanzamiento de las cargas por gravedad, pudiendo ser éstas tanto de tipo cilíndrico como de lágrima.


El modelo de carga utilizado por estas fragatas era el usual en los buques modernizados, la Mk 9 mod 4 de forma hidrodinámica, de lágrima, con peso total de 153 kg de los que 88 eran de explosivo (trilita o HBX), siendo sus dimensiones de 70 cm de largo y 44,7 de diámetro máximo.


Podía ser utilizada en profundidades variables de 15 a 300 metros según el tipo de espoleta instalada, siendo su velocidad de hundimiento de 7 a 7,5 m/seg.


El radio de acción efectivo, contra un blanco submarino a unos 30 metros de profundidad, podía estimarse en unos 4-4,5 metros, produciendo averías hasta los seis.


Los equipos electrónicos de detección eran también los normales del Programa de Modernización de Buques: radar de exploración aérea MLA-lb y de descubierta de superficie AN/SPS-5B, con sus antenas instaladas en el palo en plataformas habilitadas al efecto.


La detección subacuática corría por cuenta del sonar QHB-a, mientras que para cometidos de navegación se utilizaba un radar comercial Decca de la serie TM.


También se disponía del radar Mk 26 adscrito al director de tiro Mk 52, del que hemos tratado antes.


Entre los diversos aparatos auxiliares instalados cabe citar los proyectores de señales infrarrojas, el teléfono submarino AN/UQC-1, el batitermógrafo tipo OC-2 A/S, utilizable hasta profundidades de unos 140 metros y provisto con su correspondiente chigre de maniobra, el equipo generador de ruidos Mk 5 "Harp" (Arpa), capaz de ser remolcado hasta velocidades de 24 a 25 nudos, los teléfonos de comunicaciones interiores, etcétera.

Además de los habituales chigres para lanzamiento de botes y cabestrantes para faenas marineras, se instaló en estas fragatas modernizadas una grúa eléctrica desmontable con capacidad máxima de carga de 300 kg, provista de su correspondiente arrancador y destinada al embarque de municiones, víveres y demás efectos, pudiendo instalarse en el castillo y en la toldilla por ambas bandas.


Aparte del Programa de Modernización, la Armada pensó en 1957 utilizar parte del remanente de dicho programa que se estimaba por entonces que quedaría libre para otras necesidades, previéndose efectuar una modernización simplificada por cuenta de la Marina española en tres buques: las fragatas "Magallanes" y "Vasco Núñez de Balboa", y la corbeta "Descubierta".


Elaborados los correspondientes anteproyectos por la Empresa Nacional "Bazán", pronto se vio que si se querían obtener resultados positivos habría que ir a una modernización muy similar a la contemplada en el Programa para las "Legazpi" y "Vicente Yáñez Pinzón", y casi tan cara como la de éstas, pudiendo decirse lo mismo de la "Descubierta".


En 1960 se decidió renunciar a esta modernización, al tiempo que se aprobaba el intercambio del armamento antisubmarino de procedencia norteamericana adquirido para estos buques con el comprado en Gran Bretaña para los tres destructores "Oquendo" en construcción, aunque al final tan solo llegó a llevar algunos el propio "Oquendo".


Las armas de diseño británico no llegaron a montarse y el dinero de la frustrada modernización se prefirió emplearlo en la habilitación de buques a transferir de la US Navy, como los destructores "Alcalá Galiano" y "Jorge Juan", de la clase "Fletcher" y cedidos en bastante mal estado.


A consecuencia de los nuevos criterios de numeración de buques implantados por el EMA, la flamante pareja de fragatas modernizadas vio sus costados adornados desde comienzos de 1961 con las marcas de identificación F-41, para la "Vicente Yáñez Pinzón", y F-42 en el caso de la "Legazpi".


Constituían así la Serie 40 de fragatas, en tanto que sus seis compañeras no modernizadas pasaron a ostentar numerales en la Serie 30, en ambos casos precedidos por la letra F de fragata. Las asignaciones de numerales quedaron, por tanto, como sigue:


F-31 "Pizarro"

F-32 "Hernán Cortés'

F-33 "Vasco Núñez de Balboa"

F-35 "Magallanes"

F-36 "Sarmiento de Gamboa"

F-41 "Vicente Yáñez Pinzón"

F-34 "Martín A. Pinzón"

F-42 "Legazpi"

La pareja modernizada pasó a constituir junto con los dos minadores también modernizados "Júpiter" y "Vulcano", reclasificados a su vez como fragatas, una escuadrilla bastante homogénea de "fragatas antisubmarinas", aunque de valor militar reducido, por la escasa velocidad máxima de 18 nudos de todos sus componentes y la poca utilidad del armamento a/s embarcado para enfrontarse con los modernos tipos de submarinos nucleares y convencionales.


Pero lo que realmente se esperaba de ellas era que sirvieran para el adiestramiento del personal con los nuevos medios y tácticas, y en ese cometido sí se mostraron realmente eficaces.


La pareja de fragatas modernizadas tuvieron preferentemente como base el puerto de Ferrol, junto con sus compañeras de escuadrilla "Júpiter" y "Vulcano".


Tras la baja de estas últimas en 1974 y 1977 respectivamente, las "Legazpi" y "Vicente Yáñez Pinzón" dedicaron el resto de sus carreras operativas fundamentalmente a labores de adiestramiento de los alumnos de la Escuela Naval Militar, realizando numerosos viajes de fin de curso de Aspirantes.


La "Legazpi" causó baja a finales de 1978, aunque su gemela "Vicente Yáñez Pinzón", escasa ya de velocidad y con bastantes equipos casi inútiles, aún alcanzó a ver la entrada en servicio de la primera de las lanchas de instrucción clase "Guardiamarina", especialmente diseñadas para el adiestramiento de nuestros futuros oficiales.


En septiembre de 1980 fue reclasificada como patrullero de altura, con nuevas marcas de costado PA-41, dejando de figurar en la Lista Oficial de Buques de la Armada en enero de 1983, tras más de 33 años de servicio.


Ambas fueron desarmadas en Ferrol y vendidas seguidamente para desguace.

Con su largo castillo y las superestructuras y chimenea agrupadas en un compacto bloque, enmarcado simétricamente por las dos torres de 127/38, las fragatas "Vicente Yáñez Pinzón" y "Legazpi" tenían la apariencia más imponente de entre todos los buques modernizados, pudiendo considerarse, junto con las corbetas de la clase "Descubierta", como las conversiones más afortunadas de todas las contempladas por el Programa de Modernización de Buques.


Sus buenas características marineras, solidez, maquinaria simple y económica, espacio habitable interior y condiciones de estabilidad menos aquilatadas que en otros buques modernizados, les merecieron el respeto y cariño de sus dotaciones.


En cuanto a las unidades no modernizadas, siguieron desempeñando sus habituales misiones de vigilancia marítima y policía colonial, aunque sus planchas y mecanismos comenzaron pronto a acusar el peso de los años y de la defectuosa calidad de algunos materiales utilizados en su construcción.


Además de los problemas nunca resueltos de su artillería principal, la falta de modernas direcciones de tiro y equipos electrónicos había dejado a los "Pizarro" totalmente obsoletos, por lo que no es de extrañar que pronto comenzase el camino hacia el desarme y posterior desguace.


La primera fragata o cañonero de la numerosa clase en causar baja en la Lista Oficial de Buques de la Armada resultó ser la "Vasco Núñez de Balboa", en noviembre de 1965. con su maquinaria ya bastante gastada, especialmente tras su permanencia como buque de estación en aguas de Guinea Ecuatorial entre 1962 y 1964.


A los tres meses justos fue seguida por la "Martín Alonso Pinzón".


Después, hubo que esperar hasta octubre del 70 para que la propia cabeza de clase "Pizarro" siguiese el camino de sus gemelas, continuando las "Magallanes" y "Hernán Cortés" a lo largo de 1971.


Tan solo quedó en servicio como unidad no modernizada la "Sarmiento de Gamboa", que pasó sus últimos años destacada en Palma de Mallorca, sirviendo de buque de apoyo a la Flotilla de Dragaminas hasta su baja a finales de 1974, encargándose de su desarme el Arsenal de Cartagena.


Los desarmes y trámites para el desguace del resto de los buques fueron llevados a cabo por la Zona Marítima del Estrecho, con la excepción de la "Magallanes", destinada en la Base Naval de Canarias desde el 5 de julio de 1958 hasta su baja, y cuyo desarme y desguace corrió por cuenta de la Zona Marítima del Cantábrico.