Nombres: "SA-41" // ex "FOCA-I", // ex "F-l"


Constructor: Empresa Nacional Bazán, factoría de Cartagena.

Quilla: 28 de noviembre de 1953

Botadura: 26 de marzo de 1955

Entrega: 15 de enero de 1963

Baja: 21 de julio de 1969



Nombres: "SA-42" // ex "FOCA II", // ex "F-2"

Constructor: Empresa Nacional Bazán, factoría de Cartagena.

Quilla: 1 de diciembre de 1953

Botadura: 4 de febrero de 1963

Entrega :16 de abril de 1964

Baja: 21 de julio de 1969

Desplazamiento en superficie: 21,22 Tm.

Desplazamiento en inmersión: 20,38 Tm.

Eslora:13,86 m.

Manga:1,73 m.

Calado:2,03 m.

Puntal:2,81m.

Cota inmersión:40 m.

Propulsión: un motor diesel ENASA -Pegaso // un motor eléctrico Siemens // una hélice

Batería: Tudor 13PT210/1,5, formada por 14 cajas con una capacidad de 81 Kw, tiempo de carga 4,5 horas por un generador de 11Kw accionado por motor principal diesel

Potencia en superficie: 125 Cv.

Potencia en inmersión: 110 Cv.

Vb máx. en superficie: 9,5 nudos

Vb inmersión: 11,5 nudos

Autonomía: 500 millas a 7,5 en superficie // 30 millas a 7,5 nudos

Combustible: gasóleo

Capacidad: 896 lts.

Armamento: 2 torpedos G7e de 533 mm en anclajes exteriores

Dotación: 2+1

Con el almirante Salvador Moreno nuevamente al frente del Ministerio de Marina desde julio de 1951, se consiguió finalmente a finales de 1952 la autorización para emprender la construcción de dos unidades experimentales del tipo «Foca» a cargo de la factoría de Cartagena, especializada desde los primeros tiempos de la Naval en el campo de los submarinos.


Tal decisión resulta difícilmente explicable a menos que se considere el ambiente de optimismo existente en nuestros círculos militares ante la inminente firma (producida en septiembre de 1953) de los Acuerdos con los EE UU y el presumible final del bloqueo internacional hacia España, lo que permitiría en teoría importantes mejoras técnicas y económicas para nuestras fuerzas armadas.


Por otra parte, el programa de los submarinos «Foca» suponía en principio un fuerte incentivo para el desarrollo de determinados aspectos de la industria nacional, lo que por aquellos años resultaba una consideración de peso en toda decisión oficial.


No hay que descartar tampoco la anuencia de la Escuela de Guerra Naval, organismo clave en la formulación de nuestras necesidades navales.


A finales de 1953 se colocaban las quillas de los denominados oficiosamente como «Foca I» y «Foca II», recibiendo del astillero los números de obra 109 y 110, respectivamente, aunque muy pronto los trabajos se centraron casi exclusivamente en el «Foca I», que fue depositado por primera vez en el agua en marzo de 1955, para comenzar seguidamente un amplio y exhaustivo programa de pruebas.


Los submarinos «Foca» presentaban un esbelto cuerpo fusiforme con aspecto de torpedo, de construcción casi enteramente soldada, aunque la unión entre las distintas secciones del casco se hacía a base de pernos para facilitar las tareas de mantenimiento y sustitución de elementos en el interior de las naves, siendo la cota operativa de inmersión de unos 40 ni con su armamento de torpedos suspendidos del exterior del casco.

El mini submarino estaba provisto en su parte superior de una estructura de formas hidrodinámicas situada a media eslora y destinada a alojar el periscopio fijo de observación, la antena del equipo de comunicaciones y la admisión de aire para el motor principal, llevando inmediatamente a popa un pequeño carenado sobreelevado en el que se situaba la escotilla de acceso al submarino, coronada por una cúpula de plexiglás transparente destinada a facilitar la observación durante la navegación en superficie, aunque su campo de visión quedaba algo disminuido al estar situada a popa y no a proa de la torreta para el periscopio antes citada.


El motor principal era un diesel sobrealimentado de 125 Cv de potencia, desarrollado especialmente por los ingenieros de la empresa ENASA, propietaria de la famosa marca española Pegaso, para alcanzar puntas de potencia de 160 Cv durante breves períodos de tiempo.


Este motor accionaba a su vez otro eléctrico de 110 C fabricado por la filial española de la firma germana Siemens-Schuckert, arraigada en nuestro país desde hacía bastantes años.


Esta planta propulsora autóctona hacia girar una única hélice tripala instalada en una tobera tipo Kort, en la que se situaban los timones verticales y horizontales en forma de cruz, disposición que incrementaba notoriamente la eficiencia del propulsor.


La tobera Kort ya se había utilizado experimentalmente en los «See-hund» alemanes, aunque algún que otro problema de desarrollo impidió que llegara a adoptarse plenamente para las unidades de serie.


Las velocidades máximas en superficie e inmersión se estimaban en 9,5 nudos (sin torpedos) y 11,5, respectivamente, en tanto que la autonomía se calculaba en unas 600 millas en superficie a velocidad económica y 120 a 3 nudos en inmersión, con una punta de11,5 nudos durante una hora.


Para ello se contaba con el concurso de una generosa capacidad de baterías que resultaron desgraciadamente la principal fuente de problemas del diseño, tanto que nunca llegaron a resolverse enteramente.


En principio se instalaron baterías procedentes de torpedos G7e, pero demostraron ser poco adecuadas por su corta duración, así como por una latente peligrosidad que dio más de un susto, incluyendo su explosión a bordo del «Foca II» cuando éste realizaba pruebas de motores aún en grada, lo que contribuyó a retrasar su botadura hasta nada menos que 1963, casi diez años después de colocada su quilla.

Y es que, además de las dificultades intrínsecas del programa, las circunstancias propias de la época y las dificultades económicas de nuestro país, que iban a conducir inexorablemente al Plan de Estabilización de 1959 y al abandono de la autarquía, incidieron notablemente en el programa constructivo de los submarinos enanos.


El armamento consistía en una pareja de torpedos de 533 mm estibados en la parte inferior del casco y sujetos por medio de anclajes carenados.


Su instalación perjudicaba bastante las prestaciones y maniobrabilidad del submarino, ya muy ajustadas de por sí, resultando especialmente delicada la maniobra de lanzamiento de estas armas, ya que su elevada fuerza de empuje obligaba a una especial atención y cuidadoso manejo del buque portador.


La dotación estaba formada por dos hombres que manejaban el submarino gracias a dispositivos electromecánicos a base de volantes y pedales, que aunque parecían fáciles de manejar obligaban a estar muy pendientes de ellos.


Otros equipos instalados a bordo eran un generador de 11 Kw movido por el motor diesel principal y destinado a la carga de las baterías, un compresor de aire ENASA capaz para presiones de 8 kg/cm2, un par de bombas fijas de achique con capacidad total de 80 litros por minuto, y un equipo pasivo de detección submarina a base de hidrófonos de la firma alemana Electro Acustic.


Las comunicaciones con el exterior se realizaban gracias a un radioteléfono Marconi TRC-10A.


Las entregas de los «Foca» se demoraron notablemente, ya que de las pruebas llevadas a cabo con el prototipo «Foca I» se dedujo la necesidad de efectuar un gran número de modificaciones en el proyecto, causando finalmente alta en la Lista de Buques de la Armada el 15 de enero de 1963, el primero de ellos, con el nuevo nombre alfanumérico de «SA-41» (SA por Submarino de Asalto), aunque continuó siendo conocido extraoficialmente corno «Foca I».

Fuentes de Bazán indican que el buque no fue definitivamente entregado hasta trece días más tarde, el 28 de enero, fecha en que pasó a 3.a situación en la Armada.


Su compañero fue dado de alta en abril del año siguiente como «SA-42», finalizando así su larga permanencia en la llamada situación especial, que se remontaba nada menos que a mayo de 1955.


Con anterioridad a sus altas, los dos mini submarinos habían ostentado en sus estrechas torretas los numerales F-l y F-2, sustituidos ahora por los nuevos nombres en la serie 40 del Arma Submarina y complementados por artísticos dibujos representando al mamífero marino del que tomaban su denominación popular.


Realmente la pareja de «Focas» no llegó a considerarse nunca por nuestros marinos como auténticos buques de combate, sino más bien como un experimento al que desgraciadamente no acompañó el éxito, ya que a la infinidad de problemas técnicos surgidos durante su largo desarrollo se unía la imposibilidad de nuestra industria para suministrar unas baterías adecuadas, auténtico talón de Aquiles de estas embarcaciones.


Delicados y con condiciones de estabilidad muy ajustadas, de manejo arriesgado y no exento de una buena dosis de valor, con problemas insolubles y frecuentes averías, los «Foca» resultaban ser más una fuente de preocupaciones que otra cosa, absorbiendo además una considerable cantidad de dinero para atender a su mantenimiento, motivos todos ellos que llevaron al Consejo de Ministros a acordar su baja el 4 de julio de 1969 y su posterior desarme y desguace.


Durante su corta vida operativa los «Foca» raramente abandonaron las aguas próximas a Cartagena, siendo tan sólo de destacar la presencia del «SA-41» en la Semana Naval de Barcelona celebrada en el verano de 1966, a la que fue llevado a bordo del transporte de ataque «Castilla» y en donde sus evoluciones despertaron cierta curiosidad y expectación.


De su bajo nivel de operatividad son muestra elocuente los datos aportados por Ramírez Gabarrús, señalando que el «SA-41» efectuó un total de 50 salidas de puerto a lo largo de cuatro años, en tanto que su compañero «SA-42» limitó su actividad a tan sólo 28 salidas durante un período de tres años.


Aunque destinados en principio a perecer bajo el implacable soplete, los «Foca» tuvieron, sin embargo, bastante suerte, ya que con el tiempo el «SA-42» quedó preservado como monumento frente a la Base de Submarinos de Cartagena, en tanto que el «SA-41» fue asignado para prácticas y experiencias del Centro de Buceo de la Armada, organismo radicado en la Estación Naval de La Algameca, muy próxima a la capital departamental, para terminar finalmente sus días como motivo ornamental en la Estación Naval de Mahón.

COMANDANTES DEL SUBMARINO "SA-41" (EX "FOCA-I", EX "F-l")

TN. D. JUAN A. GARAJE COPPA de 06.10.1954 a 30.09.1957

TN. D. POMPILIO MARABINI DÍAZ de 30.09.1957 a 23.01.1960

TN. D. LUIS RODRÍGUEZ MENDEZ-NUñEZ de 23.01.1960 a 31.12.1961

TN. D. LUIS SÁNCHEZ MASSIA de 31.12.1961 a 23.01.1964

TN. D. CRISTÓBAL LÓPEZ CORTIJO de 23.01.1964 a 04.02.1966

TN. D. FERNANDO DODERO GARCÍA DE TUDELA de 21.02.1966 a 20.08.1966

TN. D. FERNANDO GUILLEN SALVETTI de 20.08.1966 a 02.04.1967

TN. D. FELIPE DEL REY SÁNCHEZ de 02.04.1967 a 01.09.1967



COMANDANTES DEL SUBMARINO "SA-42" (EX "FOCA II", EX "F-2")

TN. D. JUAN A. GARATE COPPA de 06.10.1954 a 30.09.1957

TN. D. POMPILIO MARABINI DÍAZ de 30.09.1957 a 23.01.1 960

TN. D. LUIS RODRÍGUEZ MENDEZ-NUÑEZ de 23.01.1960 a 31.12.1961

TN. D. LUIS SÁNCHEZ MASSIA de 31.12.1961 a 01.05.1963

TN. D. FRANCISCO J. CAVESTANY GARCÍA de 01.05.1963 a 10.02.1964

TN. D. JOSÉ L. RIPOLL GUTIÉRREZ de 10.02.1964 a 10.02.1965

TN. D. FERNANDO GUILLEN SALVETTI de 10.02.1965 a 02.04.1967

TN. D. FELIPE DEL REY SÁNCHEZ de 02.04.1967 a 01.09.1967



Fuentes, compilado

Buques de la Armada Española, la ayuda americana de Luís Coello
Buques de la Armada Española del Siglo XX de Alejandro Anca

Ver tambien:
Submarinos preservados de la Armada Española.

Foquica nevaaa

Las dimensiones y prestaciones de los submarinos no eran muy alejadas de las de los seehund alemanes y representan un logro técnico notable para una economía autárquica.

Lo que no me queda claro es su empleo táctico. Para el asalto de bases enemigas dos submarinos pueden ser un número adecuado, siempre que cuenten de un medio de transporte y de dispositivos corta-redes, lo que no era el caso. Para la defensa de costas o para el ataque del tráfico costero de los países vecinos, con dos unidades no se va a ninguna parte.