Vapor de ruedas Colón

Clase: Vapor de ruedas o paletas

Construido por: "Loftus & Wigram" de Londres.

Nombres: Colón

Quilla: a mediados de 1848

Botadura: 24 de febrero de 1849

Alta Oficial: 5 de junio de 1849

Baja Oficial: 30 de septiembre de 1882

Características:

Desplazamiento rosca:?


Desplazamiento en lastre: ?


Desplazamiento máximo: 1.085 Tm


Eslora máx: 57,78 m.


Eslora entre PP: ?


Manga: 9,48 m.


Puntal: 6,14 m.


Calado máximo: 4,20 m.


Propulsión: una máquina de vapor "Penn" de cilindros oscilantes // dos calderas con 10 hornos, // dos ruedas de paletas laterales.


Arboladura: aparejo de vela, con bauprés y dos mástiles.


Potencia: 350 Cv


Velocidad: 9 nudos máxima.


Autonomía: ?


Combustible: carbón


Capacidad: 360 Tm. // consumo diario 31 Tm


Armamento: 2 cañones lisos de 200 mm // 4 cañones rayados de 160 mm.


Dotación: 147

Nuestra Armada ha tenido barcos que por su modestia, poco porte o reducido valor militar, son unos grandes desconocidos, a pesar de que varios de ellos han estado presentes en muchas de las aventuras de nuestra historia naval.


Alguno de estos protagonistas de nuestro pasado en la mar aparece y desaparece en la historiografía una y otra vez, envuelto en actividades algunas veces muy separadas y otras veces muy próximas en el tiempo o en el espacio.


En ocasiones parece que se trata de barcos diferentes, o bien que es un mismo barco casi dotado del don de la ubicuidad. Pero no.


Se trata de simples barcos dotados de gran movilidad y al parecer con una salud de hierro.



Tal es el caso del cañonero a vapor y ruedas de paletas Colón, de mediados del siglo XIX, que como vamos a ver, tuvo una vida larga y muy activa, un brillante historial, y tomo parte en muchos de los acontecimientos de nuestra historia naval, que en su época han tenido sus escenarios en la mar.




El 25 de abril de 1849 realizó pruebas de mar y velocidad en el Támesis, que fueron comentadas en el diario londinense "Times" del día siguiente; recorrió la milla dos veces, una en cada sentido del río, consiguiendo una velocidad promedio de algo más de 10 nudos.

Al poco tiempo de su entrada en servicio, pasó a integrarse en la escuadra enviada a Italia en mayo de 1849 al mando del brigadier Bustillo, para dar escolta a una división del Ejército de Tierra enviada en apoyo del Papa ante los revolucionarios.



Componían dicha escuadra los siguientes barcos: fragata de vela Cortés; corbetas de vela Ferrolana, Mazarredo y Villa de Bilbao; bergantín Volador; y vapores de ruedas Blasco de Caray, Castilla, Colón y León.



Durante esta comisión, que finalizó en 1850, el cañonero visitó varios puertos del Mediterráneo: Napóles, Gaeta, Civitavecchia, Genova y Tolón.



A continuación cruzó por primera vez el Atlántico para pasar a formar parte de la flotilla de las Antillas.



Invirtió en el viaje un total de 23 días, de los que de navegación fueron algo más de 18, ya que el resto del tiempo lo invirtió en carbonear en Canarias, Puerto Rico y Saint Thomas.



El 7 de septiembre de 1850 entró en La Habana, y destinado en aquella zona realizó cruceros por el Mar de las Antillas, con bases en La Habana y en San Juan de Puerto Rico.



Más adelante pasó a realizar misiones de correo entre España y sus colonias en el Caribe. En octubre de 1854, se hizo cargo del correo del también vapor de ruedas Doña Isabel la Católica, que había salido de Cádiz el 12 de septiembre anterior, y tras realizar escalas en Canarias y Puerto Rico, había llegado a La Habana el 4 de octubre con averías importantes en las máquinas.

Por estas averías, y a causa de un período de observación impuesto por las autoridades sanitarias, el Colón se hizo cargo de su correspondencia para la Península, para lo que salió de La Habana el 12 de octubre, y realizó escalas para carboneo en las Bermudas y Terceras.



Otros viajes documentados del Colón como buque correo tuvieron lugar el 12 de marzo y el 12 de agosto de 1856, con salidas de Cádiz, destinos a Canarias, Puerto Rico y La Habana, y regreso a la Península.



En 1859 entró en carena en Ferrol, y al terminarla pasó a formar parte de la escuadra que en octubre de dicho año se reunió en Algeciras, para actuar contra Marruecos debido a incidentes contra los intereses españoles.



Dicha fuerza, al mando del jefe de Escuadra Bustillo, estaba formada por: navio de vela Reina Doña Isabel II; fragatas de hélice Blanca y Princesa de Asturias; goletas de hélice Buenaventura, Ceres, Edetana y Santa Rosalía; fragatas de vela Bailen y Cortés; corbetas de vela Isabel II y Villa de Bilbao; bergantín Gravina; vapores de ruedas Alerta, Colón, León, Lepanto, Liniers, Isabel II, Piles, Santa Isabel, Vasco Núñez de Balboa, Vigilante y Vulcano; 9 transportes de vapor; 3 urcas de vela; 3 faluchos; 20 cañoneras; y 40 chalanas.



Los problemas con Marruecos venían de tiempo atrás.



Las plazas españolas de Ceuta y Melilla, venían sufriendo frecuentes ataques de grupos marroquíes desde 1840, a los que se habían sumado incursiones contra tropas españolas en otros lugares de Marruecos.



La situación se agravó en agosto de 1859, cuando fue atacado un destacamento español que supervisaba las reparaciones de fortines.



El Gobierno español pidió al sultán de Marruecos que castigara a los atacantes, pero el sultán no lo hizo.



Como consecuencia se produjo una escalada de la crisis, y la guerra comenzó el 22 de octubre, en la que el Colón tomó parte con bombardeos por las zonas de Larache y Arcila a principios de 1860.

Más adelante pasó de nuevo a Italia con la corbeta Villa de Bilbao y el vapor Lepanto, con la misión de proteger los intereses españoles cuando Garibaldi se hizo dueño de Nápoles y Sicilia para asegurar la unidad de Italia, regresando a la Península a principios de 1861.



A continuación remolcó de Barcelona a Alicante al submarino Ictíneo de Narciso Monturiol, con el que entró en puerto el 29 de marzo de 1861 para realizar diversas pruebas ante una comisión de la Armada.



Finalizado el remolque pasó a formar parte de la Escuadra de Instrucción mandada por el jefe de escuadra Luis Hernández Pinzón y Álvarez, en un principio compuesta por: navio de vela Reina Doña Isabel II; fragata de hélice Concepción; goletas de hélice Buenaventura, Circe, Consuelo y Edetana; fragata de vela Cortés; corbetas de vela Ferrolana y Villa de Bilbao; vapores de ruedas Alerta, Colón, Don Antonio de Ulloa, General Liniers, Isabel II, Vasco Núñez de Balboa y Vulcano; y transporte de guerra Marqués de la Victoria. Permaneció en dicha escuadra hasta su disolución en junio de 1862.



En 1863 cruzó de nuevo el Atlántico y pasó destinado al Caribe junto con el vapor de ruedas León, transportando el Segundo Batallón de Infantería de Marina hasta San Juan de Puerto Rico, donde el vapor permaneció hasta 1866.



El 2 de febrero de dicho año fue destinado a la Estación Naval del Río de La Plata con las goletas de hélice Consuelo y Vad-Ras, y pasó a integrarse en la escuadra del Atlántico Sur a las órdenes de Méndez Núñez, para proteger el tráfico mercante español en la zona durante la guerra con Chile, Perú, Bolivia y Ecuador.



Fue en esta época cuando tuvo que intervenir para auxiliar a la fragata Resolución, que había tenido problemas con su timón.



Tras los bombardeos de Valparaíso y El Callao, Méndez Núñez había repartido sus fuerzas en dos divisiones.


A una de ellas, en la que se encontraba la fragata blindada Numancia, la había mandado de regreso a España por el Pacífico para evitar los malos tiempos del Cabo de Hornos.

Y con la otra división, en la que se encontraban las fragatas Villa de Madrid, Blanca, Resolución y Almansa, con su insignia en la Villa de Madrid, se dirigió a Río de Janeiro por el cabo de Hornos para hacer frente a posibles ataques al tráfico marítimo español en el Atlántico.



En el viaje del Pacífico al Atlántico, la división de Méndez Núñez tuvo que capear un fuerte temporal que el 1 de junio de 1866 dispersó a los barcos.



La fragata Resolución perdió el timón el día 13 cerca de la isla de Diego Ramírez.



Se quedó al garete y tras grandes trabajos el 22 fondeó en las islas de los Leones Marinos, al sur de las Malvinas, con más de 250 enfermos de escorbuto a bordo.



Su comandante, Carlos Valcárcel, envió una lancha al mando del teniente de navio Cecilio de Lora, que se había ofrecido voluntario, a pedir auxilio a los británicos de Puerto Stanley, a unas 90 millas de distancia, y en respuesta acudió el vapor de guerra británico Spiteful, que remolcó a la fragata al citado Puerto.



Al poco tiempo el Spiteful zarpó hacia Montevideo y Río de Janeiro, llevando de transporte al segundo comandante de la Resolución, capitán de fragata López Seoane, para informar a Méndez Núñez de lo ocurrido, quien ordenó al mayor general Miguel Lobo trasladarse a las Malvinas con el vapor de ruedas Colón, transportando repuestos, pertrechos y auxilios de todo tipo.


La dotación de la Resolución fabricó un timón de fortuna que funcionó a la perfección.



Una vez alistada, la fragata continuó viaje el 16 de septiembre en compañía del vapor Colón, cuando a bordo ya habían fallecido de escorbuto 23 hombres, y se incorporó a su división en Río el 7 de octubre.



En enero de 1867, el vapor de ruedas zarpó de regreso a la Península, y en julio de 1868 se desplazó a Lequeitio para acompañar a los Reyes durante su veraneo, junto con la fragata blindada Zaragoza y la goleta Caridad.



La reina Isabel II embarcó en Bermeo para viajar a San Sebastián, a donde llegó el día 17 de septiembre.

Al poco tiempo se produjo la revolución -llamada "La Gloriosa"- que dio lugar al destronamiento de la Reina, y el 23 de septiembre, la flamante fragata blindada Victoria llevó a cabo su primera misión al mando del capitán de navio José María Beránger, al apresar en la mar al Colón, que llevaba a bordo al almirante Francisco de Paula Pavía, capitán general de Ferrol, antiguo Ministro de Marina y leal a la Reina.


En 1869, cuando ya la revolución había triunfado, el Colón repatrió a Méndez Núñez a Marín.



Más adelante trasladó a la Península los restos de Agustina de Aragón.



Agustina Raimunda María Zaragoza y Doménech, conocida por el sobrenombre "Agustina de Aragón", había sido una heroica defensora de Zaragoza durante los sitios de los franceses en la Guerra de la Independencia Española.



Había muerto en mayo de 1857 en Ceuta, a los 71 años de edad, y sus restos fueron llevados de Ceuta a Algeciras en el año 1870 por el Colón.



En el mismo año 1870 fueron trasladados a Zaragoza para ser depositados en el Pilar, y en junio de 1908 fueron llevados a la capilla de la Anunciación de la Iglesia de Nuestra Señora del Portillo, (el barrio de mis padres en la ciudad inmortal)



Tras la renuncia de Amadeo de Saboya al trono de España con su abdicación el 11 de febrero de 1873, se empezó a fraguar la creación de la República.



Las Cortes Constituyentes se declararon abiertas el 7 de junio, y se proclamó la República Federal, cuya llegada fue muy celebrada.



Pero el concepto de "federal" dio lugar a muchas interpretaciones y discusiones, y en la impaciencia del momento surgieron núcleos muy activos que llevaron a las Guerras Cantonales, de las que sobresalió la de Cartagena.



El vapor Colón también intervino en dichas guerras.

Primero lo hizo en la defensa del Arsenal de La Carraca.



Más adelante se integró en la Escuadra del gobierno central, y tomó parte en la guerra contra el Cantón de Cartagena cuando la Escuadra gubernamental estableció el bloqueo de la ciudad departamental.



Dicho bloqueo dio lugar al combate de Portman, cercano a dicha localidad, que tuvo lugar el 11 de octubre de 1873, cuando la escuadra cantonal intentó romper el bloqueo impuesto por la escuadra gubernamental.



Fue el único encuentro naval de importancia en aquella miniguerra.



La fuerza cantonal estaba al mando del general de caballería Contreras, transformado en almirante debido a que los cantonales no tenían oficiales con dicha graduación; la formaban las fragatas blindadas Méndez Núñez, Numancia y Tetuán, y el vapor Fernando el Católico.



La escuadra gubernamental, que bloqueaba el puerto al mando del contralmirante Miguel Lobo Malagamba, la formaban: la fragata blindada Victoria, las fragatas de hélice Carmen, Almansa y Navas de Tolosa, las goletas de hélice Diana y Prosperidad, y los vapores de ruedas Colón, mandado por el capitán de navio José Rodríguez Higuera, y Ciudad de Cádiz.



Sobre el combate, la revista "La Ilustración Española y Americana" publicó el 12 de octubre de 1873 un artículo firmado por Modesto Fernández González, en el que el autor relataba el encuentro de forma resumida y escueta, como si se tratase de un partido de fútbol, y entre otros comentarios decía:



"Duélenos de todo corazón tener que ocuparnos del combate naval llevado a cabo en las aguas de Cartagena. Los buques leales y el almirante cumplieron con su deber, dando pruebas de arrojo, de pericia y de inteligencia; los buques insurrectos, sin dirección facultativa, también se defendieron con vigoroso esfuerzo. Nada tiene de extraño. Sus tripulantes son, como nosotros, hijos de España.



A las diez y media de la mañana del 11 de Octubre salieron del puerto de Cartagena, protegidas por el fuego de los castillos de la plaza, las fragatas Numancia, Tetuán y Méndez Núñez con el vapor Fernando el Católico, llevando de escolta las escuadras extranjeras.

Aquella salida suponía un reto marítimo lanzado por los insurrectos al jefe de la escuadra española. En efecto.


Adelántase gallardamente la Numancia, y se le colocan en frente las fragatas Vitoria, Almansa, Navas de Tolosa y Carmen con los vapores Cádiz y Colón, perfectamente unidos y en orden de batalla; la Numancia pretende atacar a los buques de madera, la Vitoria lo impide; vuelve a embestir al vapor Ciudad de Cádiz, pero la pericia de su comandante y oficiales salvan el peligro; amenaza la Numancia al Colón, y en medio del fuego se retira aquel hermoso buque insurrecto, que ostentaba la insignia de almirante".


La verdad fue que la Numancia se vio cercada por los barcos gubernamentales, pero haciendo gala de su gran capacidad de movimientos, rompió el cerco y trató de embestir al Ciudad de Cádiz primero y después al Colón, que se libraron de la mortal embestida por las acertadas maniobras de sus comandantes.


Finalizada la Guerra Cantonal tras la rendición de Cartagena, el Colón fondeó en dicho puerto el 13 de enero de 1874 junto con la fragata blindada Zaragoza, fragatas de hélice Almansa y Navas de Tolosa, vapor Alerta y transporte San Antonio.


A continuación efectuó patrullas por la costa de Valencia, y poco después entró en obras en El Grao.


El Colón también tomó parte en la Tercera Guerra Carlista, que tuvo lugar en España de 1872 a 1876 entre los partidarios de Carlos, duque de Madrid, que era el pretendiente carlista con el nombre de Carlos VII, y los gobiernos de Amadeo I, de la I República y de Alfonso XII.



Finalizadas las obras en El Grao, donde reparó máquinas y calderas, el cañonero se dirigió al Cantábrico para formar parte de las Fuerzas Navales del norte mandadas por el capitán de navio de 1a clase Victoriano Sánchez Barcáiztegui, a las que se incorporó en junio de 1874.



Durante los enfrentamientos, el vapor de ruedas Ferrolano fue atacado el 24 de mayo de 1875 por una batería carlista ubicada en Motrico.



Para efectuar un reconocimiento de la zona y tratar de localizar el emplazamiento de la batería, Sánchez Barcáiztegui salió a la mar a bordo del vapor Colón, acompañado por el vapor Ferrolano y la corbeta África.



Al llegar a la zona el día 26, los barcos fueron recibidos por el nutrido fuego de las baterías carlistas de Motrico y Deva.



El Colón y el Ferrolano resultaron alcanzados por el fuego enemigo, que hirió a Sánchez Barcáiztegui produciéndole la muerte en el acto.



Sus restos fueron trasladados por el propio vapor Colón a La Carraca, para ser enterrados en el Panteón de marinos Ilustres, donde recibieron sepultura el 14 de junio.



El barco continuó prestando sus servicios, hasta que a la vista del mal estado en que se encontraban sus calderas fue desarmado hacia 1880, y el 30 de septiembre de 1882 fue dado de baja en la Lista de Buques de la Armada, tras una larga vida activa de 33 años.



Fue vendido en el año 1884 para el desguace.



Fuentes: Compilación de otros 50 Barcos Españoles del CN Don Marcelino González. // Buques de la Armada Española de Don José Lledó Calabuig // Museo Naval.