Estimado Intendente General.

Abro este nuevo hilo para conocimiento de toda la tripulación de unos viejos y gallardos buques españoles, pequeños, poco conocidos, humildes……, ¡Dios!, pero buenos, muy buenos, magníficos. Mostraron nuestra insignia allende de los mares. En una época difícil, muy difícil, complicada, muy complicada. Nuestros pequeños cruceros de la clase Infanta Isabel demostraron una capacidad inaudita en todas aquellas misiones que les fueron encomendadas, sus tripulaciones deberían ser ejemplo de gallardía, de coraje, de sacrificio…… enfrentados casi siempre a situaciones tremendamente complicadas, supieron mantener el honor de España por encima de sus posibilidades.

Permítame Intendente General dedicar este trabajo a tres personas en particular:

A usted señor, sin ánimo de “donarle la píldora”, por permitirme participar en este lujo de foro, por poder compartir conocimientos con una tripulación tan magnífica, por su condescendendía en momentos difíciles, por su saber estar, y por el mando que ejerce de este impresionante buque. Gracias Intendente.

A Javier, porque tu blog, es como dirían nuestros hijos, “ una pasada”, y porque me siento mal, muy mal. Te prometí algo y mi cabeza no funciono como dios manda. Lo siento Javier, me olvide completamente de tu petición, pero tu trabajo en “Todo a Babor”, contando la historia de un ficticio cañonero-torpedero español, es algo para enmarcar, impresionante, soberbio……….a partir de hoy estoy a tu completa disposición, te prometo no olvidarme de ti.

Y como no, a (se que te molesta, pero no lo puedo evitar) Don Agustín R. Rodríguez, porque mi vida ha pasado de ser envidiable, a ser muy, pero que muy envidiable. Me metiste en el alma y en el corazón los viejos y desconocidos barcos del 98. Si alguna queja tuviera de mi vida sería un completo desagradecido, si algo hay de lo que me siento tremendamente orgulloso, es haberte conocido.

Pensé en publicar el trabajo todo el completo, pero es imposible, cada día encuentro nuevos datos. Mi vieja compañera “La Ilustración Española y Americana” me está quitando años de vista, mi “portátil” se está quedando con mis huellas dactilares. En fin………. poco a poco.

Cruceros de la clase Infanta Isabel

Constituyeron la más larga serie de cruceros encargados por la Armada Española, y que estuvo formada por los Infanta Isabel, Isabel II, Don Juan de Austria, Don Antonio de Ulloa, Cristóbal Colón y Conde de Venadito, siendo los primeros buques de cierta entidad con casco de hierro construidos por los arsenales españoles.

Eran en esencia copias mejoradas de los Gravina y Velasco construidos por la británica Thames Iron Works entre 1880 y 1881, y presentaban pequeñas diferencias de detalle entre ellos.

Desplazamiento.- Entre 1.150 y 1.190 toneladas.
Eslora.- 65,10 metros.
Manga.- 9,75 metros.
Calado Máximo.- 4,64 metros.
Puntal.- 5, 33 metros.

Armamento.- Consistía en 4 cañones Hontoria de 12 centímetros modelo 1833 (uno más a proa, tuvo que suprimirse porque sobrecargaba demasiado a los buques); alrededor de media docena de piezas ligeras de tiro rápido, con abundantes diferencias entre ellos; una ametralladora de 11 milímetros; 2 cañones de 7 centímetros para desembarco; 2 tubos lanzatorpedos fijos a proa, con recarga de dos torpedos por tubo.

Propulsión.- Llevaban una máquina alternativa de doble expansión, del tipo horizontal de barra invertida sistema Wolf, todas ellas fabricadas en España (las del Ulloa e Isabel II por la Portilla; las del Colón y Venadito por la Maquinista) salvo las de los Infanta Isabel y Don Juan de Austria, realizadas en Gran Bretaña por la empresa Humphry Tennant & Co.; con sus cuatro calderas daban 1.500 cv indicados.

Velocidad.- Alcanzaron más de 15 nudos durante sus pruebas, reducidos a 14 en la práctica.
Capacidad de carboneras.- Entre 195 y 250 toneladas.
Autonomía.- Alrededor de las 2.000 millas.
Velamen.- 1.132 metros cuadrados luego reducidos a 823.
Tripulación.- Unos 186 hombres, siendo mando de Capitán de Fragata.


(Crucero Infanta Isabel)

Aunque criticados por su modestia y falta de protección, pues realmente no eran buques de combate, resultaron de gran utilidad en operaciones coloniales y de representación, siendo de un modelo muy parecido a los utilizados por las marinas de entonces, destacándose si acaso los españoles por su armamento torpedero. A este respecto puede leerse en la obra de nuestro compañero Agustín R. Rodríguez, Política Naval de la Restauración (1875-1898), lo siguiente:

Estos buques fueron criticados en su momento; el corresponsal que asistía a la botadura del Venadito observó que <<…los rostros de los jefes y oficiales del Cuerpo General de la Armada no demostraban la satisfacción que se veía en los de las demás personas. Traté de averiguar a qué se debía aquella falta de entusiasmo y logré enterarme de que consistía en que la opinión casi unánime….respecto a estos barcos es que sirven para poco y pueden ser fácilmente presa del enemigo el día en que, por desgracia, surgiera un conflicto internacional. A algunos he oído decir que tienen de cruceros lo que los patos de aves (sic) y de buques de guerra la bandera y el nombre>>
La construcción de estos buques, adoleció de los mismos errores administrativos que venían siendo tradicionales en las construcciones navales españolas. Por ejemplo, el Isabel II fue autorizado por R.O. 11-IX-83, se comenzó el buque en octubre, pero luego se suspendieron las obras, reanudadas en junio del 84, en agosto de ese año se colocó la quilla y 17 meses después se botaba. Hechos parecidos se dieron en el resto de la serie.

Prestaron servicios de indudable utilidad en aguas españolas, cubanas y filipinas, a pesar de su escaso valor militar. Su final es indicativo de las pruebas a las que siempre estuvo sometida la Marina: el Don Juan de Austria y el Don Antonio de Ulloa, hundidos en Cavite; el Colón varado en aguas cubanas. Del resto, el Conde de Venadito y el Isabel II fueron dados de baja en 1902 para pasar a la categoría de pontones, el Infanta Isabel, ya clasificado como cañonero, prestó servicio hasta 1926, siendo por tanto el más longevo de la serie.

Crucero Infanta Isabel

Fue el primero de los seis cruceros en entrar en servicio, convirtiéndose de esta manera en el primer buque de caso de hierro y de cierta entidad construido por la industria nacional. Recibió su nombre en honor de la Infanta Isabel de Borbón y Borbón, hija de la Reina Isabel II. También, y por un afortunado azar, sería entre sus compañeros el que más tiempo prestó servicio en la Armada.

Su construcción fue autorizada el 1 de julio de 1882, junto con el futuro Don Juan de Austria, encargándose los trabajos al Arsenal de La Carraca, donde se puso su quilla el 10 de agosto de 1883, siendo botado el 24 de julio de 1885 y entrando en servicio dos años más tarde. Su artillería secundaria fue de cuatro cañones-revólveres Hotchkiss de 37 milímetros y tres ametralladoras Nordenfelt de 25 milímetros.

La ceremonia de botadura del crucero es narrada de esta manera por La Ilustración Española y Americana en su número de fecha 8 de agosto de 1885:

<<En la mañana del 24 de julio próximo pasado (festividad del santo de S.M. la Reina Doña Cristina) fue lanzado al mar en San Fernando el crucero de guerra Infanta Isabel, construido en el arsenal de la Carraca bajo la dirección de los ingenieros navales Sres. Urcullu y Alzola, y cuya quilla se puso el 14 de febrero del año último (no se corresponden los datos con los que nos da Agustín R. Rodríguez); el reverendo obispo de Cádiz, Sr. Calvo y Valero, bendijo solemnemente al nuevo y gallardo buque, y el acto oficial fue presidido por el Capitán General del Departamento, señor Rodríguez Arias, contralmirante de la Armada, asistiendo las autoridades civiles y militares de la provincia, comisiones del Ayuntamiento y la Diputación provincial de Cádiz, y una concurrencia distinguidísima, en la cual figuraban elegantes damas.

El Infanta Isabel es un barco en breves meses terminado, que pronto estará en disposición de prestar servicio, por hallarse ya dispuestas sus máquinas, calderas, arboladura y embarcaciones menores en los talleres del arsenal, faltando únicamente el armamento, las jarcias de alambre y algunos efectos de artillería, que han de ser remitidos á la Carraca, dentro de corto plazo, por la Dirección del Material del Ministerio de Marina.

He aquí las dimensiones y demás circunstancias del buque: eslora, entre perpendiculares, 64 metros; manga, con exclusión de los forros, 6,75; puntal, 5,3; calado, 3,86; desplazamiento, 1.160 toneladas; máquina de doble presión, con cuatro calderas, que desarrolla una fuerza de 1.600 caballos; la velocidad de su andar, calculada, será de 14 millas; el orden de su arboladura corresponderá á brick- barca, midiendo las velas una superficie de 696 metros.

Construido según los más recientes adelantos, y con arreglo á las mejores cualidades recomendadas para el servicio marinero, el interior está dividido en diez compartimientos estancos, y en caso de inundación de la mayor parte de ellos, el buque podrá seguir navegando sin riesgo de zozobrar en su derrotero; estará dotado de luz eléctrica y de poderosa máquina para levar el material de artillería; este consistirá en cinco cañones de 12 centímetros, sistema Hontoria (ver el apartado armamento), uno en el castillo y cuatro en reductos, sobre montajes de pivote central; dos cañones de 7 centímetros para los botes de desembarco; montará también cuatro ametralladoras y dos tubos lanzatorpedos, colocados en las amarras.

En suma, el Infanta Isabel es un excelente buque, destinado á prestar servicios importantes en las aguas de las Antillas y de nuestras ricas provincias de filipinas.

¡Ojala imitásemos el ejemplo de Italia! Precisamente en estos días se ha lanzado al mar, en Venecia, el soberbio acorazado Francesco Morosini, pocos meses después de concluidos el Lepanto y el Ruggiero de Lauria.>>

Destinado en 1887 a la Estación Naval del Río de Plata, al mando de D. Joaquín Lazaga, pudo salvar el 10 de julio de aquel año y con sus embarcaciones menores a 27 personas de unas desastrosas inundaciones, ganándose el agradecimiento y el aprecio de todos los argentinos, que regalaron una placa al crucero en medio de otras muchas celebraciones.

El día 25 de abril de 1890 y bajo el mando de D. Ramón Auñón, el crucero fue visitado por el presidente de la República de Uruguay Sr. D. Julio Herrera y Obes. “Mi ya indispensable” La Ilustración Española y Americana, con fecha 30 de abril de 1890 publica estas líneas:

<<A las doce y cuarto de la tarde del 25 llegó á la capitanía del puerto el Sr. Presidente de la República, acompañado de los Sres. Ministros Capurro, Pena, Berro y Villar, y el Comandante del mismo puerto, embarcándose en la lancha á vapor del crucero Infanta Isabel con dirección á este buque, que estaba engalanado vistosamente, y en dos falúas de la Capitanía embarcáronse también otras personas de la comitiva.

El comandante del Infanta Isabel, D. Ramón Auñón y Villalón, recibió al Presidente de la República y los Ministros al pie de la escalera del buque, mientras la marinería formada en parada hacía los honores debidos, desfilando delante de S.E. antes de ponerse en marcha el crucero.


(Capitán de Fragata D. Ramón Auñón y Villalón)

Poco después de encontrarse el Presidente a bordo del Infanta Isabel, el comandante Sr. Auñón le presento la oficialidad del buque con expresivas palabras, á las que contestó el doctor Herrera manifestando su agradecimiento por las distinciones que se le dispensaban

En marcha el crucero, el Presidente, el comandante Sr. Auñón y algunos de los acompañantes se situaron en el puente, desde donde presenciaron los saludos de diferentes buques extranjeros al Infanta Isabel, que izaba en el palo mayor la bandera de la República oriental>>.

Continúa el periódico relatando la visita del Presidente al transatlántico Alfonso XII, del cual se dan numerosos detalles, continuando el relato de esta manera tan interesante:

<<A las cuatro y media, el Presidente regresó al Infanta Isabel, cuyas dependencias todas visitó muy detenidamente, y cuando la tripulación estaba dedicada á sus faenas habituales, esperando la hora del rancho, el comandante Sr. Auñón ordenó zafarrancho de combate: sonó el toque de corneta, y en menos de cinco minutos la dotación del crucero, con armas y municiones, ocupó los sitios que tienen marcados, empezando el simulacro, y el aspecto que presentaba el buque español en los momentos de la maniobra merecen una página descriptiva que no cabe en esta reseña; las piezas Hontoria de gran calibre no cesaron de funcionar, protegiendo unas veces al fuego de fusilería, defendiéndose y atacando otras; las ametralladoras y los cañones de tiro rápido situados en los castillos de proa y de popa, sostuvieron el fuego sin interrupción; la marinería, corriendo ya á babor, ya á estribor, guiada por el toque de corneta que señalaba el sitio de peligro, presentó cuadros acabados de ataque y de defensa, en lo más recio del combate se oyó el toque de alarma de la campana y el pito de ¡fuego a bordo!, y sin abandonarse los sitios de pelea se hizo maniobrar las bombas, y salieron bocas de agua repartidas en todas las direcciones, capaces de apagar el más devorador incendio, constituyendo en conjunto un espectáculo que fue celebrado con entusiasmo, y valió muchas felicitaciones del Sr. Presidente y los Ministros uruguayos al digno comandante del Infanta Isabel>>.

Poco después de estos actos, en el mes de julio, la pacifica vida del crucero como Estación Naval, se vio alterada ante el estallido de una revolución en Buenos Aires, solucionándose la cuestión con el mayor agradecimiento de todas las partes, especialmente del cuerpo diplomático acreditado en la capital argentina. Durante estos sucesos nuestro crucero comando la división internacional compuesta por los buques ingleses Beagle y Bramble, el norteamericano Tallapoosa y el oriental General Rivera.

Cuando aún persistía la situación revolucionaria, el Ministro de Marina, Beránger, creyó oportuno relevar al Infanta Isabel por el Cristóbal Colón buque gemelo del anterior mandado por el Capitán de Fragata D. José de la Matta.

Otra de las más lucidas misiones fue la de remolcar, junto con el crucero protegido Reina Regente y del cañonero torpedero Nueva España, las réplicas de las tres carabelas del IV Centenario del Descubrimiento en su travesía del Atlántico, visitando varios puertos, entre ellos Nueva York en abril de 1893.

Afecto al Apostadero de La Habana, el crucero repetiría visita a los Estados Unidos en 1897 con motivo de las fiestas del aniversario de Grant, junto con el moderno crucero acorazado Infanta María Teresa. Durante la Guerra del 98 y bajo mando del Capitán de Fragata D. José María Tirado y Yorbas, el estado de sus máquinas le impidió tomar parte activa en los combates en torno a la capital de la isla, donde se encontraba en reparación.

Tras la Guerra y junto al crucero Conde de Venadito, repatrió los supuestos restos de Cristóbal Colón sepultados en la capital habanera y los del laureado Capitán de Navío, Jefe de Estado Mayor de la Escuadra de Operaciones de las Antillas, D. Joaquín Bustamante y Quevedo, muero heroicamente a consecuencia de las heridas sufridas, en el combate de Las Lomas de San Juan, al mando de la columna de desembarco de la Escuadra.

Dispuesta su baja junto a sus compañeros en mayo de 1900, ésta fue dejada sin efecto el 3 de enero de 1901, continuando el buque sus honrosos servicios, desprovisto de sus tubos lanzatorpedos y clasificado como simple cañonero. En 1902 fue a recoger a Canarias a los torpederos Ariete, Azor y Rayo, destinados en el archipiélago desde que fueron separados de la escuadra de Cervera en la Guerra del 98. El Infanta Isabel fue modernizado entre 1910 y 1911, quitándole sus reductos en los costados y reemplazando su artillería por un cañón Skoda de 7 centímetros en el castillo y 10 Nordenfelt de 57 milímetros en las bandas, prestando servicio incansablemente en el Sahara, Guinea y Marruecos, hasta su baja el 20 de junio de 1926.

Otros datos

*.-Por una Real Orden de 21 de octubre de 1885, quedo fijada la plantilla del Cuerpo de Infantería de Marina de guarnición a bordo del crucero, componiéndose esta de: un sargento 2º, un cabo 1º, dos cabos 2º, un corneta y 14 soldados, que se empleaban en escolta de bandera, para patrullas, centinelas y para el servicio de artillería.

*.-El día 10 de diciembre de 1895 es embarcado en comisión en el crucero "Infanta Isabel" D. José Casado, nuestro famoso “contramaestre Casado” desembarcando el 28 de diciembre del mismo año, pasando a depósito en el Arsenal de La Habana.

*.-En julio de 1900 se hizo cargo de la segunda comandancia del crucero el entonces Teniente de Navío de 1ª D. Augusto Miranda y Godoy, futuro almirante de la Armada Española y que como Ministro de Marina, fue el verdadero artífice del resurgir de la Armada en el primer cuarto de siglo, tras el Desastre de 1898.

*.-El 8 de abril de 1907 formo parte de la Escuadra reunida en Cartagena con motivo de la visita del soberano británico Eduardo VII.

*.-El 3 de septiembre de 1911 es nombrado oficial de derrota del ya entonces cañonero Infanta Isabel, el Teniente de Navío D. Mateo García de los Reyes, futuro “padre” del arma submarina española. A bordo de este buque participo en operaciones de guerra en el norte de África y en el golfo de Guinea Ecuatorial.

*.-En 1919 fue comandante del cañonero el Teniente de Navío D. Ángel Cervera (hijo de D. Pascual Cervera y Topete), que por esas fechas se encontraba de apostadero en el puerto de Tenerife. Es recordado en especial el gesto del oficial español por abrir una suscripción entre la tripulación de su buque, para ayudar a las familias de los emigrantes, clases y marinería y asimilados, que perdieron la vida en el naufragio del trasatlántico español Valbanera.

Crucero Cristóbal Colón

El crucero Cristóbal Colón fue el menos longevo de la serie. Autorizada su construcción en el verano de 1883, fue construido en el Arsenal de La Carraca, colocándose si quilla el 13 de julio de 1884 y cayendo al agua el 23 de enero de 1887 junto con su gemelo Don Antonio de Ulloa, también encargado al arsenal gaditano, quedando terminado en 1899. Su maquinaria fue construida en Barcelona por La Maquinista Terrestre y Marítima, en tanto que su armamento secundario lo compusieron dos piezas Nordenfelt de 57 milímetros y 4 cañones-revólveres Hotchkiss de 37 milímetros.


(Maquinas del Cristóbal Colón)

Con motivo de una visita al crucero de S.M. la Reina Regente, de SS.AA.RR. la Princesa de Asturias y de la Infanta Doña Teresa el día 3 de septiembre de 1889, para presenciar unos ejercicios de cañón en aguas de San Sebastián, La Ilustración Española y Americana (22 de septiembre de 1889) hace esta exhaustiva descripción del buque, obra del comandante del crucero y antiguo ayudante de la Reina D. Juan José de la Matta y Montes:

<<Púsose la quilla en 1º de julio de 1885, siendo botado al agua el 23 de enero de 1887; su aparejo es de brick barca; su casco, de hierro, y los materiales empleados en su construcción, todos de procedencia española; la máquina es del sistema Word, de alta y baja presión, habiendo sido construida por la Maquinista Marítima y Terrestre, de Barcelona.

Tiene 64 metros de eslora, 9,75 de manga y 7,17 de puntal, y relleno de carbón, víveres y aguada, el calado máximo es de 4,62 de popa y 3,10 de proa, y su desplazamiento es de 1.352 toneladas.

Su armamento, completamente moderno, que nada tiene que envidiar al de cualquier buque extranjero del mismo tipo, es el siguiente: cuatro cañones-revólvers de 37 centímetros, sistema Hotchkiss; dos cañones de tiro rápido, de 57 milímetros, del mismo autor; una ametralladora, de 11 milímetros, sistema Nordenfelt; dos cañones á retrocarga, de 7 centímetros, modelo del 79, sistema González Hontoria; cuatro cañones á retrocarga, de 12 centímetros, modelo 83, del mismo autor, y dos tubos de lanzatorpedos.

En las carboneras pueden encerrarse 190.000 kilogramos de carbón; el destilador de agua dulce es del sistema Perroy; circunda al buque una cañería general, que además de aplicarse á diversos usos, puede, en caso de incendio, tenerse inmediatamente en el lugar del siniestro un abundante surtidor de agua; si el incendio fuese en carboneras podrá apagarse por medio de chorros de vapor, y para el caso de una vía de agua por varada, abordaje, etc., se cuenta con tres poderosos eyectores, que cada uno puede expulsar unas 30 toneladas de agua por hora.

El alumbrado foto-eléctrico lo constituirán dos focos de 1.600 parcels, situados uno á cada banda del puente alto; alimentarán las luces de los expresados focos dos dinamos eléctricos movidos por un motor de vapor, sistema Pilón (máquina vertical), y en la parte que corresponde á los alojamientos lleva interiormente unas placas de corcho, entre el forro de madera y el costado, para atenuar la irradiación de mucho calor.

Las embarcaciones menores tienen compartimientos estancos rellenos de corcho granulado, y están provistas de aparejo con ganchos automáticos para poder armarlas con mayor seguridad; la motonería del buque es toda de patente; las agujas, del sistema Thomson, llevándose un escandallo del mismo autor; se cuenta además con otros aparatos muy modernos, como correderas, instrumentos para observaciones de estrellas, etc., y con un curioso soplón eléctrico, que, por medio de timbre, avisa automáticamente dando la voz de alarma en el momento que el timonel se aparta del rumbo que se le ha dado orden de gobernar.

El sollado es uno de los departamentos del buque que más llama la atención: allí está establecida la cámara de torpedos, y es de advertir que, por la profusión de manómetros, tuberías, llaves, etc., más que máquina mortífera presenta el carácter de museo; en el mismo sollado hay también cuatro literas dedicadas á enfermería, y sobre las cajonadas aparecen colocados los enseres de rancho.
Llama igualmente la atención, al fijarse en el costado del buque, la extensa superficie de hierro, donde la unión de las planchas está ejecutada con tal primor, que no parece sino que todo el vaso ha sido fundido en una sola plancha.

La dotación de oficiales y guardias marinas es como sigue: comandante, D. Juan José de la Matta y Montes; teniente de navío de primera clase, D. Pedro Lizaur y Paul; tenientes de navío, D. Francisco Escudero Pagastuy y D. Joaquín Escoriaza Aurrevechea; alféreces de navío, D. José María de Avechuco y Ugarte, D. Manuel García Velázquez y D. Antonio Ozauni Oztologa; contador de fragata, D. Cristóbal García y García; segundo médico, D. Adolfo Sancha; guardias marinas, D. Francisco Millán Pavía, D. Rafael Pérez Ojeda, D. Roberto López Barril, D. Eugenio Pasquín Reinoso, D. Juan de la Ponte y de la Peña y D. Alfonso medina Araujo.>>

Apenas entrado en servicio, el Cristóbal Colón fue destinado al veraneo de la Corte en San Sebastián, junto con el Destructor, siendo visitado por la Reina Regente en varias ocasiones. En 1890 participó en las pruebas frente a Cádiz del submarino de Peral, embarcando en el crucero la Junta Técnica que debía enjuiciar la utilidad del submarino en combate. El resultado de estas pruebas es ya conocido por todos, por lo que ahorrare más comentarios.


(Ejercicios de tiro ante la Reina)

Poco después el Cristóbal Colón condujo a Marruecos a nuestro embajador, Sr. Ojeda, sirviendo de paso para mostrar la firme voluntad política con la que se vería respaldado en su acción diplomática.

En 1890 el Colón relevo a su gemelo Infanta Isabel como buque de estación en el Río de la Plata. Luego, ante la insurrección cubana, el crucero fue destinado al apostadero de La Habana, perdiéndose en una de sus patrullas al varar en la costa de Pinar del Río el 29 de septiembre de 1895, afortunadamente sin pérdidas humanas; su casco terminaría de ser destrozado el 1 de octubre por un huracán.

Con fecha 8 de octubre de 1885, La Ilustración Española y Americana describe de esta manera la pérdida del Colón:
<<Perdida del crucero Cristóbal Colón en los bajos de Buena Vista.

Otra desgracia ha sufrido la Marina de Guerra: la varada del crucero Cristóbal Colón en los bajos de Buena Vista, situados á no mucha distancia de la Habana, hacia Occidente y á cuatro millas de la costa, de la que se apartan desde el cayo de Buena Vista hasta San Antonio, donde aquella hace una curva en cuyo seno está la ensenada de Guadiano, cerrada por los Colorados, que se abren y dejan paso en la Quebrada de Buena Vista.

El Colón era igual en todo al Conde de Venadito, y se boto al agua en el arsenal de la Carraca el año 1887. En los primeros años prestó servicio en la Península, asistiendo en Cádiz á las pruebas del submarino Peral, y en Huelva a las fiestas del Centenario del descubrimiento de América. Después estuvo en el Río de la Plata, de donde paso a Cuba, y en este punto se le hicieron algunas obras de reparación.

Tenía 64 metros de eslora, 9,77 de manga, 8,83 de puntal y 4,62 de calado máximo. Desplazaba 1,152 toneladas, andaba 1.460 millas con tiro forzado, y su radio de acción era de 2.496. En las carboneras podía llevar 197 toneladas de combustible. Montaba doce cañones y una ametralladora, y tenía, además, dos tubos lanzatorpedos. Llevaba 185 hombres de tripulación.

Después del Reina Regente, la pérdida del Cristóbal Colón es la de mayor consideración de cuantas ha tenido nuestra Armada en estos últimos y calamitosos tiempos.>>

Un inciso

Ruego me disculpéis por no seguir el orden real de entrada en servicio de estos barcos. Lo “complicado” de su historia me hace muy difícil seguir este orden.

Es en estos momentos en los que echo de menos a compañeros como “espaldar”, “Jovellanos” o “Mariolugo”, para que me indiquen el camino a seguir.

Bueno, mi ya clásico “En fin”. Continuamos.

Otro inciso

Las fuentes de este trabajo son de sobra conocidas (¿Qué tal Agustín?). Permitidme que cuando termine con toda esta serie de cruceros las indique.

Crucero Isabel II

Autorizada su construcción el 11 de septiembre de 1883, fue nombrado así en honor de la Reina Madre, pero en un principio había recibido el nombre de Infanta Isabel, la popular “Chata”, siéndole cambiado el mismo ese mismo año, el 31 de diciembre. Fue el único buque de la serie en ser construido en el Arsenal de Ferrol, donde se coloco su quilla el 1 de agosto de 1884, siendo botado el 19 de febrero de 1886 y quedando terminado el 11 de abril de 1889. Su maquinaria fue construida en Sevilla por la empresa Portilla, White y Cía., consistiendo su artillería secundaria en un cañón Nordenfelt de 42 milímetros y 6 Hotchkiss de 37 milímetros.

La Ilustración Española y Americana con fecha 15 de febrero de 1889, describe de esta manera al crucero:

<<Construido en el astillero del Ferrol: se puso la quilla de ese gallardo buque el 1º de agosto de 1884 y se boto al agua el 19 de febrero de 1886, en presencia de las autoridades de marina, militares y civiles, y de numerosas personas distinguidas que fueron invitadas al acto.

Véanse las principales dimensiones y circunstancias del Isabel II: eslora entre perpendiculares, 64 metros; manga, 9,75; calado medio, 3,81; desplazamiento1.152 toneladas; fuerza, 1.500 caballos indicados; radio de acción á toda fuerza de la máquina, 1.600; velocidad, 14,5 millas; su casco es de hierro y su aparejo de goleta de tres palos.

Su armamento está dispuesto del siguiente modo: cuatro cañones de 12 centímetros, sistema González Hontoria, en los reductos, y uno de igual calibre y sistema en el castillo; dos de 9 centímetros, también sistema González Hontoria, en la toldilla; uno de tiro rápido y cuatro ametralladoras sistema Nordenfelt; dos tubos lanzatorpedos, á proa, sistema Schawarkopf.

Casi todo el material del buque ha sido fabricado en la Península, y la máquina procede de los talleres Portilla, White y Compañía, de Sevilla.>>

Ante el incremento de la tensión con Francia por el control del territorio continental africano frente a Fernando Poo, el Isabel II fue enviado a Guinea Ecuatorial en relevo de la vieja y decrépita goleta de hélice Ligera, lo que indicaba la firmeza de la posición española. Allí estuvo hasta 1893, sufriendo una rotura del timón frente a Dakar, por lo que debió ser remolcado hasta Canarias por su compañero de serie Conde de Venadito. En 1895 formó parte de la escuadra que al mando del almirante D. Florencio Montojo, y compuesta por el Pelayo, el Vizcaya, el Alfonso XII y el Marqués de la Ensenada, fondeó en Tánger, junto a las de otras potencias, para reclamar al Sultán por las repetidas agresiones de los piratas rifeños a buques mercantes y de pesca. Destacado poco después al Caribe, en 1896 tuvo que hacer acto de presencia en Puerto Príncipe para disuadir, combinando la amenaza y el halago, al presidente haitiano de apoyar a los insurgentes cubanos.



En 1898 el Isabel II era el mayor buque destinado en San Juan de Puerto Rico, junto con los cañoneros General Concha y Ponce de León. El 12 de junio salió con el destructor Terror a batir al crucero auxiliar estadounidense Saint Paul que bloqueaba el puerto, quedando el crucero retrasado al no poder dar más de seis nudos por el mal estado de sus calderas. Averiado el destructor por el fuego enemigo, él Isabel II cubrió eficazmente su retirada. De esta manera se relata el combate en la web 1898 la Guerra Hispano Americana en Puerto Rico:

Estimados compañeros

Lo siento, pero voy a parar. Son las 08:34 de la mañana, llevo tres horas publicando datos, y no puedo más. Mañana (hoy) si DIOS quiere, continuare con la serie.

Un abrazo a todos.

08:00.- El Saint Paul, que cumple misión de bloqueo, viene acercándose por el oeste, con rumbo al este, al puerto de San Juan.

09:00.- El Saint Paul se mantiene casi sin moverse sobre el Castillo de San Cristóbal, a unas 7.500 yardas. Durante toda la mañana se preparan los barcos de guerra españoles para salir fuera del puerto.

12:00.- El Isabel II sale del puerto de San Juan y pone rumbo al este.

12:30 – 14:00.- El Isabel II, muy cercano a tierra y realizando varios circuitos, dispara sobre el Saint Paul. Este último barco, sin moverse de su posición, responde con sus cañones. Entre ellos se intercambiaron alrededor de 30 disparos.

13:30.- El Terror sale del puerto, pone primero proa al este y luego al noreste para no estorbar al Isabel II en su cañoneo.

13:50.- El Terror a unas 5.400 yardas comienza a disparar sobre el Saint Paul. Minutos más tarde se dirigirá directamente contra él sin dejar de disparar a unos 20 nudos de velocidad.

01:50.- El Saint Paul avanza un cuarto de milla hacia el norte para obligar al barco enemigo a dirigirse hacia él y ponerlo en una posición en la que el oleaje lo coja atravesado. En este punto se para y dispara sobre el Terror. Después del combate girará hacia el sur para volverá su posición original.

14:00.- El Terror, cuyos torpedos Whitehead cargados de algodón pólvora están siendo preparados para ser lanzados, recibe a 1.200 yardas del Saint Paul un proyectil de 6 pulgadas que explota contra el puente de mando inutilizando el mecanismo de dirección del timón principal. Al tener inutilizado el timón, el barco comienza a girar descontroladamente hacia estribor. En estos momentos otro proyectil penetra por el costado de babor sobre la línea de flotación en el cuarto de máquinas, averiándolas y creando además una vía de agua.
14:20.- El Terror con mucha dificultad, ya que se gobierna con el timón auxiliar o rueda de mano, se dirige hacia el oeste primero y luego dando bandazos hacia el sur y suroeste tratando de buscar la entrada del puerto.

14:30.- El Isabel II sale en auxilio del Terror acompañándolo en el último tramo de la travesía. Después se situará frente al cementerio hasta la caída de la noche.

14:40.- El remolcador Guipúzcoa sale del puerto y recoge a los heridos a la altura del Morro.

14:50.- Frente al Cañuelo la grua flotante de obras del puerto aferra al Terror, que ya comenzaba a hundirse, y lo lleva al interior del puerto.