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 Manuel de Mora-Figueroa y Gómez-Imaz, Contraalmirante 
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Contraalmirante Manuel de Mora-Figueroa y Gómez-Imaz

Manuel de Mora-Figueroa nació en Sevilla en 1904, y murió en Madrid (sanatorio Covesa) el 14 de Enero de 1964, a los 59 años de edad.

Era el segundo hijo de D. José María de Mora-Figueroa y Ferrer, VII marqués de Tamarón.

Su infancia transcurrió entre la finca familiar de Vejer de la Frontera, donde su padre criaba reses bravas, y el internado de los jesuitas en El Puerto de Santa María.

En 1920 (a los 16 años) ingresó en la Escuela Naval, recibiendo el despacho de Alférez de Navío en 1925. Sucesivamente y con este empleo, fue destinado a los cañoneros “Bonifaz”, “Infanta Isabel”, crucero “Cataluña”, guardapescas “Delfín” (como Comandante), “Juan Sebastián Elcano” (en su primer viaje de circunnavegación), destructor “Bustamante”, y Torpedero “nº 16” (segundo comandante).

En 1930 ascendió a Teniente de Navío. Con este empleo fue destinado al crucero “Príncipe de Asturias”, crucero “Reina Victoria Eugenia”, destructor “Lazaga” (como Segundo). Después estuvo un año en Defensas Submarinas, y pasó a la situación de supernumerario, en la que se encontraba en julio de 1936.

Se afilió a Falange Española poco después de su fundación (Madrid, 29-10-1933 en el Teatro de la Comedia).

En Julio de 1936 su hermano mayor, José María, VIII marqués de Tamarón, era el Jefe provincial accidental de Falange en Cádiz (el jefe titular, Joaquín Bernal Vargas, albañil, había sufrido un intento de asesinato el 14-4-1936, y estaba herido grave). Manuel, a su vez, era en las mismas fechas el Jefe provincial de Milicias de Falange (o Jefe de la 1ª Línea).

Junto a su hermano José María y a Gabriel Matute Valls (jefe provincial de la Comunión Tradicionalista), participó el 18 de julio en el Alzamiento de Cádiz. Comandaba un grupo de 35 voluntarios (que eran los que formaban la 1ª línea de Falange en la ciudad de Cádiz), a los que posteriormente se les concedió la Medalla Militar Colectiva (entre estos 35 voluntarios, 6 llevaban el apellido Mora-Figueroa).

En el asalto al Gobierno civil, fue herido en la frente (levemente) por un guardia de asalto que se negaba a entregar su arma.

El 21 de julio, como segundo del Comandante Arsenio Martínez Campos, se dirigió a Ceuta con dos faluchos para traer tropas desde Ceuta a la península (ver otra entrada en el foro). Al no poder identificarse en un primer momento, recibieron fuego de ametralladora de la Legión, causándoles dos muertos y dos heridos (uno de estos últimos, el propio Martínez Campos).

El 25 de julio embarcó en Ceuta a la 18ª Compañía de la V Bandera de la Legión y realizó el paso del Estrecho, cruzándose con tres destructores y el acorazado Jaime I de la flota roja (de este último, pasó a 30 m, según unos, y a 100 m, según otros). Una vez desembarcados en Tarifa, los legionarios se dirigieron a Sevilla, en donde hacían muchísima falta.

Por esta acción se le propuso la Laureada al finalizar la guerra, no prosperando por el informe negativo del entonces Ministro del Ejército, General Varela (conocido por sus recelos y antipatía hacia la falange).

Una vez de regreso de Ceuta, abrió un banderín de enganche en Cádiz y provincia, formándose el “Tercio de Cádiz”, de Falange Española de Cádiz, que fue popularmente conocido como “Tercio Mora-Figueroa” o “Bandera de Mora” (en honor de su jefe, Manuel). Este tercio conquistó 56 poblaciones en Andalucía y Extremadura, tuvo unas 2.500 bajas a lo largo de la guerra (200 de ellas, muertos en combate), y recibió la Medalla Militar Colectiva. Y por su actuación a su mando, Manuel de Mora-Figueroa recibió la Medalla Militar Individual.

Estuvo integrado en el proyecto fallido de liberación de José Antonio en Alicante, a cargo de Agustín Aznar. Mora-Figueroa conduciría la lancha de desembarco (60 o 70 hombres comandados por Agustín Aznar, mientras un barco (pensaron en el “Canarias”) bombardeaba Alicante para sembrar el desconcierto y facilitar la liberación.

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A mí me parece, Señor, que no tengo otra cosa buena sino ser español (Catalina de Erauso, "la Monja Alférez", a un Cardenal)

24 May 2009 15:12
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Al finalizar la guerra fue nombrado Jefe del Estado Mayor de la Milicia (de FET y de las JONS), y Gobernador Civil de Cádiz. En mayo de 1941 pasó a Gobernador Civil de Madrid, cargo que apenas ejerció, al alistarse en la División Azul como Comandante de Infantería (para entonces era ya Capitán de Corbeta).

Ya en la División Azul, entró en combate bajo las órdenes del coronel Esparza, jefe del regimiento 269. Pasó más tarde al Cuartel General, como ayudante del General Muñoz Grandes.

En 1942 regresó a España por prescripción médica, con un pulmón inutilizado y un principio de asma.

El 3 de Septiembre 1942 Franco remodeló su gobierno, cesando a Ramón Serrano Súñer como ministro de Asuntos Exteriores, y asumiendo personalmente la Jefatura de la Junta Política del Movimiento (que, hasta entonces, había detentado el Ministro secretario general). En esta remodelación nombró a Manuel de Mora-Figueroa Vicesecretario General del Movimiento (en sustitución de José Luna Meléndez), cargo que ocupó hasta 1944 (durante dos años y medio).

Tras una operación quirúrgica, pasó a la Escala Complementaria y fue destinado a la Subsecretaría de la Marina Mercante.

En 1946 ascendió a Capitán de Fragata, y en 1954, a Capitán de Navío.

Fue Consejero Nacional durante varias legislaturas (llamadas Consejos Nacionales de FET y de las JONS).

En Mayo de 1950 se hizo cargo (entre otras responsabilidades) de la Jefatura Central de Recompensas de FET y de las JONS.

En 1963 pasó a retirado, y se le ascendió a Contralmirante.

Imagen

Camisas viejas de Falange en la División Azul. De izquierda a derecha: desconocido, Agustín Aznar Gener, Manuel Mora-Figueroa, Armando Muñoz Calero, y José Manuel Guitarte.

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24 May 2009 15:19
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Nuevo mensaje Re: Manuel de Mora-Figueroa y Gómez-Imaz, Contraalmirante
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Fuentes:

- Revista General de Marina (julio de 2005). Artículo escrito por el Teniente de Navío (R) Javier de Mora-Figueroa
- Foro Memoriablau, de la División Azul
- Datos para la Historia de la Falange Gaditana (1934-1939), de José de Mora-Figueroa. Imprenta Talleres de Gráficas del Exportador. Jerez de la Frontera (Cádiz). España, 1974
- El Alzamiento, la justicia al revés en la provincia de Cádiz; enlace
https://guerracivil.forumup.es/about1634 ... civil.html
- Varios datos sueltos, aportados por el autor

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24 May 2009 15:24
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Nuevo mensaje Re: Manuel de Mora-Figueroa y Gómez-Imaz, Contraalmirante
Aunque haya información redundante con la ya existente en el foro, por su interés, y para quien no tenga acceso a él, incluyo el artículo completo que dedicó a la memoria del Contralmirante su hijo Javier, teniente de Navío (R) y sacerdote, en la Revista General de Marina de Julio de 2005.
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Introducción


Se ha cumplido recientemente el centenario del nacimiento de este insigne marino, cuya hoja de servicios no se escribió solamente en la cubierta de los buques de nuestra Armada, sino también tierra adentro, combatiendo por los campos y sierras de la cálida Andalucía y en las heladas estepas rusas. Teniente de Navío en el 36, actúa como Comandante del Ejército mandando durante los tres años de guerra la Bandera que llevaría su nombre. La fama de esta unidad hace de su Comandante casi un mito y el nombre de Manolo Mora pasa al acervo popular en alegrías, fandangos y poemas. Al terminar la guerra es nombrado Gobernador Civil de Cádiz y, en 1941, de Madrid. A los pocos días de tomar posesión de este cargo dimite para enrolarse como Comandante de Infantería en la División Azul. Tras un año de campaña, regresa con la Cruz de Hierro (1ª y 2ª clase) y varias condecoraciones más, pero con un pulmón inutilizado.

Leyendo esta síntesis se puede reconocer que –orgullo filial al margen- vale la pena que nuestra Revista publique un breve resumen de la singular biografía de este Almirante.

Infancia y primera juventud


Segundo hijo de los Marqueses de Tamarón, nace en Sevilla el 4 de octubre de 1904. Su infancia trascurre entre Vejer de la Frontera, la finca familiar “Las Lomas” -donde su padre cría reses bravas- y el internado de los jesuitas en El Puerto de Santa María. Desde pequeño, pues, estaba familiarizado con los caballos y los toros; sin embargo, escoge la carrera de Oficial de la Armada e ingresa en la Escuela Naval en 1920. No era el primer Mora-Figueroa que servía en la Armada: en 1717, en la primera Compañía de Guardiasmarinas, ya había un Aspirante con el mismo apellido; y los dos primeros Marqueses de Tamarón también sirvieron en la Armada.

Recibe el despacho de Alférez de Navío en septiembre de 1925 y sus primeros destinos fueron los cañoneros Bonifaz e Infanta Isabel.

Pasa destinado al crucero Cataluña hasta finales de 1927, con la excepción de unos meses de Comandante del guardapescas Delfín, navegando en vigilancia de pesca hasta su desarme y volviendo a embarcar en el Cataluña. Su siguiente destino fue uno que cumpliría todas las aspiraciones de cualquier oficial de Marina: el Juan Sebastián Elcano en su primer viaje de circunnavegación.

El buque escuela salió a la mar, después de las pruebas, con S.M. Alfonso XIII, el 18 de marzo, desembarcando en Málaga el día 20. El mes de mayo navega por varias islas del archipiélago Canario y desde allí se dirige a Pasajes para recibir la Bandera de Combate.

Después de recalar brevemente en Guetaria vuelve a Cádiz de donde zarpa para la vuelta al mundo el 1 de agosto. El primer puerto fue S. Vicente de Cabo Verde y de allí a Montevideo y Buenos Aires.

En esa capital se asiste a la entrega de la bandera de combate al Cervantes y al Garay. Tras una larga estancia, el 14 de octubre se zarpa para Cape Town donde se arriba el 31. Diez días después se sale para Australia (Adelaida y Melbourne) y las islas Fidji, entrando en Suva. El 26 de febrero se atraca en San Francisco y desde allí se pasa al Caribe por el canal de Panamá. El 10 de abril el buque escuela llega a la Habana donde es recibido cordialísimamente. Tras once días en la capital de Cuba el J.S.Elcano sale con todo el aparejo dado, dejando una estampa imborrable a los miles de cubanos que fueron a despedirles. Desde allí se dirigen a Nueva York, último puerto extranjero. El 30 de mayo se rinde viaje en Cádiz. En total, 193 días de mar.

El 1 de julio el A.N. Mora-Figueroa embarca en el destructor Bustamante. Ese mismo mes de julio contrae matrimonio en Sevilla con Doña María del Carmen López de la Torre. El año 1930 comienza destinado como Segundo Comandante del Torpedero nº 16, desde donde pasa al crucero Príncipe Alfonso, una vez ascendido a Teniente de Navío en mayo. Por cierto, que durante su estancia en dicho crucero embarcó en El Ferrol S.A.R. el Príncipe de Asturias, visitando Cádiz, Cartagena y Barcelona. Su siguiente destino es en el crucero Reina Victoria Eugenia, donde le sorprende el advenimiento de la República. Como recuerdo sentimental, conservó siempre en su despacho la fotografía de la Reina dedicada a la Cámara de Oficiales del crucero de su nombre, que pasó a llamarse República.

A finales de enero del 32 es destinado como Segundo del destructor Lazaga. A continuación, después de un año en Defensas Submarinas, pide el pase a supernumerario, situación en la que está en julio del 36.

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10 Feb 2010 12:57
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Comienzo de la guerra civil en Cádiz

El 17 de julio el Gobernador Civil de Cádiz, Mariano Zapico Menéndez, recibió orden de Casares Quiroga de detener al general Varela. Éste se resiste y se niega a ser detenido por el comisario de Policía, alegando que era militar; pues temía que se repitiera lo sucedido con Calvo Sotelo, cuyo asesinato era muy reciente. El Gobernador Militar, General López Pinto, consigue que sea internado en el castillo de Santa Catalina bajo la custodia del Ejército.

A las tres de la madrugada del 18 se reciben noticias desde Tetuán, comunicando que el Ejército de África es dueño de la situación. Una hora después, el C. C. Jerónimo Bustamante trasmite un mensaje verbal a López Pinto de parte del Vicealmirante Ruiz de Atauri, instando a declarar el estado de guerra inmediata y simultáneamente en Cádiz y San Fernando. El Almirante tomaría el mando y se liberaría a Varela cuanto antes.

El 18, a las 8 de la mañana, cuando Ruiz de Atauri supo ya que el General Queipo de Llano se había sublevado en Sevilla y López Pinto en Cádiz, dio la orden de ocupar San Fernando, que se cumplió en poco más de una hora y sin incidente alguno. Las fuerzas se componían de siete compañías de Marinería e Infantería de Marina.
En Cádiz, a las tres de la tarde se declara el estado de guerra. Previamente se ha liberado al general Varela. A las tres y media salen del Casino Gaditano, situado en la plaza de San Antonio, un grupo de dieciocho voluntarios, que sólo contaban con una pistola para cada uno, y que son los únicos que se unen al levantamiento, aunque algo más tarde se unieron otros más, hasta llegar a treinta y cinco. Uno de ellos es Mora-Figueroa y otro es el Comandante D. Arsenio Martínez Campos, Marqués de la Viesca, que juntos emprenderían días más tarde otra aventura.

Durante todo el día se combate, se dispersa a saqueadores, se protege a los bomberos que apagan incendios, etc. El Gobierno Civil estaba sitiado por las tropas sublevadas: unos cuarenta soldados de Artillería y doscientos de Infantería. Dentro, protegiendo al Gobernador Civil, una compañía de Guardias de Asalto y cuatro centenares de obreros armados. La Casa del Pueblo había movilizado a unos mil obreros que tomaron el Ayuntamiento, la estación de ferrocarriles y el convento de Santo Domingo, ya incendiado en marzo.

Al amanecer del 19, escoltando a Varela, Mora-Figueroa y los suyos se dirigen al puerto para recibir al Churruca que traía el Tabor nº 3 de Regulares, y al transporte Ciudad de Algeciras que traía también un escuadrón de Regulares sin caballos. Al pasar por la calle Isaac Peral reciben fuego desde las azoteas que hiere gravemente a un Guardia Civil y hace una herida superficial en la cabeza al TN Mora-Figueroa.

Desde el muelle saludó a sus compañeros oficiales del Churruca. Les preguntó sobre la actitud de la dotación y manifestaron su temor de que, durante la vuelta a Ceuta para recoger más tropas, pudieran amotinarse. Mora-Figueroa les sugirió que pidieran una sección de la Guardia Civil o de los mismos Regulares para protegerse. Por pundonor profesional se negaron. Tan pronto doblaron el faro de San Sebastián, la dotación apresó al Comandante y Oficiales que acabarían fusilados en Málaga.

Con la llegada de los Regulares el Gobierno Civil se rindió y se apagaron los demás focos de resistencia. Aprovechando el éxito, una sección de Regulares atraviesa la bahía y controla El Puerto. El 20 de julio desde Jerez, que ya está sometida, se comienzan las expediciones a pueblos de la provincia no sometidos aún: Arcos, Ubrique, Alcalá del Valle y Setenil.

El paso del Estrecho


El 21 de julio el Comandante de Caballería Arsenio Martínez Campos buscó a Mora-Figueroa para pedirle cinco voluntarios para una operación arriesgada. Se trataba de trasladarse a Ceuta con dos faluchos del Consorcio Almadrabero -del que era Presidente- y embarcar allí tropas para traerlas a la península, pues eran vitales para el bando nacional. Mora-Figueroa no duda en ofrecerse voluntario y escoge a cuatro falangistas de su confianza. Uno de los faluchos, el Nª Sª del Pilar, sale a la mar desde los caños de San Fernando sin problemas, pero el otro -el Pitucas- está atracado en Sancti Petri y Mora-Figueroa se dirige allí para hacerse a la mar. Su llegada no fue bien acogida: la dotación se negaba a obedecer y los guardias de Asalto estaban a punto de intervenir para impedir que se hicieran con el falucho. Sólo el uniforme de Teniente de Navío y la pistola que empuñó, convenció a unos y otros de que se arrancara el motor del pesquero.

La navegación hasta Ceuta trascurrió sin novedad, pero la sorpresa saltó al llegar a puerto. Incomprensiblemente Varela no había avisado a Ceuta del plan de los faluchos y, al fondear en la dársena sin luces de navegación, fueron acribillados con el fuego cruzado de varias ametralladoras de la Legión. Cayeron heridos Martínez Campos -segadas las piernas por la metralla-, un falangista -Juan Arcusa- que moriría más tarde, el patrón del Nª Sª del Pilar y su hijo, que también resultó muerto. Estaban siendo acribillados por ocho ametralladoras y Mora-Figueroa de pie en la proa gritaba ¡Arriba España! Y ¡Viva el Ejército! hasta hacerse oír, no sin tener que lanzarse sobre la cubierta con frecuencia, cuando las balas pasaban más cerca. Fueron cinco minutos de infierno y al cesar el fuego se aproximó a los faluchos un chinchorro del Torpedero nº 19 con su Comandante el TN Liaño, que reconoció en seguida a su compañero de promoción y le proporcionó un bote para evacuar a los heridos.

En la madrugada del 22 de julio toda la operación no era más que un fracaso completo. Sólo cuatro supervivientes, el Teniente de Navío y tres falangistas, y los faluchos inutilizados por los impactos en los tanques de combustible y las tuberías. No obstante, Mora se presenta a Franco a quien relata todo lo sucedido en Cádiz y a la llegada a Ceuta. Aunque el General Franco le preguntó cuándo se podría hacer a la mar, los informes recibidos de la aviación señalando que la escuadra republicana patrullaba el Estrecho para evitar el traslado de tropas a la península, hizo que el Teniente Coronel Yagüe le negara las tropas que pensaban trasportar.

En la mañana del día 24 se hizo un nuevo proyecto: liberar a los oficiales de Marina prisioneros en el Tofiño, internado en Tánger. Todo era disparatado, pensó Mora-Figueroa, pero algo había que hacer. Se trataba de ir al consulado republicano en Tánger y, con la complicidad de un suboficial, reclamar la entrega del CC José Luis Gener haciéndose pasar por miembros de la Marina republicana. De nuevo se trasladó a Tetuán para proponer el plan a Franco, que se extrañó de que no siguiera adelante con el transporte en los faluchos. Al explicarle que había recibido la negativa de Yagüe, el mismo General llamó por teléfono a Ceuta y ordenó que una Compañía de la Legión se pusiera a las órdenes de Mora-Figueroa para ser embarcados.

Así se hizo, y el 25 de madrugada salieron a la mar con poniente fresco, ciñéndose a la costa por babor. La marejadilla de proa redujo la velocidad a cuatro nudos. A las dos horas detectaron tres destructores navegando en línea de fila, de vuelta encontrada con los faluchos, pero que no hicieron por ellos al creerlos pesqueros.

Pero poco después hizo su aparición el acorazado Jaime I, barriendo las aguas con sus reflectores. Había que tomar una decisión difícil; si se aproximaban más a tierra, poco después la luz del crepúsculo les haría visibles al acorazado o -incluso en caso de que el acorazado no les detectara- tendrían que cruzar el Estrecho a plena luz del día. Tampoco se contempló la posibilidad de volver a Ceuta.

Sólo cabía encomendarse a la Virgen del Carmen y pasar junto al Jaime, confiando en que les tomara por pesqueros. Con esa esperanza viraron al norte y, providencialmente, entraron en un banco de niebla que les ocultó hasta llegar a Tarifa.

Todo les parecía tan milagroso, que los legionarios, después de pasear a hombros como a un torero al jefe de la expedición, le acompañaron a dar gracias a la Virgen en la iglesia más próxima.

Poco después, la Compañía de la Legión siguió en camiones para Sevilla, donde fueron de importancia capital para Queipo de Llano.

Por esta acción se propuso a Mora-Figueroa para la Cruz Laureada de San Fernando, pues su Reglamento (Art. 66, nº 16) dice que es merecedor de esa alta recompensa “el Comandante de un buque que no exceda de 1000 Tm que, en ocasión de guerra y por necesidad de ésta, ejercita cumplidamente la comisión que se le confiera de realizar operaciones de cualquier clase, que de modo evidente o notorio resulte muy peligroso por la proximidad de numerosas fuerzas bloqueadoras o dueñas de aquellas aguas”. El expediente no prosperó, a pesar que en el juicio contradictorio previsto todos los testigos opinaron favorablemente. Al parecer, el entonces Ministro del Ejército, General Varela informó negativamente aduciendo que la idea original fue del Comandante Martínez Campos. Evidentemente, quien recibió la comisión del mismo Franco y quien la ejecutó, fue Mora-Figueroa.

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10 Feb 2010 13:00
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El Tercio Mora-Figueroa

La falta de barcos en la escuadra nacional, su vinculación a la Falange desde el año 1934, su experiencia militar y su prestigio, le hicieron idóneo para abrir un banderín de enganche en Cádiz y su provincia. Así nació el Tercio Mora-Figueroa o la Bandera de Mora como se la conocía popularmente. Una unidad por completo heterogénea, compuesta por todas las clases sociales, pero sin experiencia militar: entre sus mandos sólo había tres oficiales de carrera. Un miembro de la Bandera, carpintero y poeta por afición, José Parada Orcha, describe así a sus compañeros:

“Marineritos de Cádiz, vendedores de cangrejos;
mariscadores de luna; calafates de astilleros;
caballeros jerezanos, templados con vino viejo;
contrabandistas calpenses y señoritos del Puerto,
campesinos de Sanlúcar, que también son marineros,
y hasta estudiantes de Letras, que hacen de la mar un texto.”

Entre los voluntarios no faltaban buenos cantaores de flamenco, poetas aficionados, grandes cocineros como Juan Llera, de Bajoguía, o Vargas el de la Venta de San Fernando. Y una camaradería sólo comparable con la confianza en su Jefe, al que hicieron pasar al folclore con las alegrías y fandangos que aún se cantan.

Vale la pena detenerse en una anécdota que expresa muy bien la compenetración del Jefe con sus hombres. Una antigua cocinera de la esposa de Mora tenía un novio panadero, conocido marxista que estaba buscado en Sevilla y en grave peligro. La muchacha pedía de rodillas que el Comandante se lo llevara al frente para huir del peligro. Manolo Mora citó a Diego Macías en la casa donde estaban su mujer y sus hijos y antes de subir al coche en el que volvía al frente, le entregó un fusil, le enseñó a cargar y le dijo: “Ponte en el asiento de detrás. A partir de ahora eres responsable de mi vida.” El gesto ganó a Diego por completo y durante toda la guerra no se separó del Comandante. En una ocasión en que un Alférez de Regulares cayó herido en terreno de nadie, Manolo Mora se encaramó al parapeto para ir a rescatar al herido, pero Diego Macías le dio un empujón y saltó él, logrando traer al Alférez hasta cerca de la trinchera, donde cayó con un pulmón atravesado por un balazo. Afortunadamente, pudo recuperarse de la herida y volvió al frente para seguir siendo la sombra del Comandante.

Nadie podía imaginar en el verano del 36 que aquel grupo de hombres casi sin uniformes y armas llegarían a tener un gran prestigio como unidad ligera y de choque. Llegaron a conquistar 56 poblaciones de Andalucía y Extremadura. La unidad fue citada como distinguida o muy distinguida once veces en la Orden General del Ejército del Sur y, finalmente, se le concedió la Medalla Militar Colectiva.

No se puede resumir en unas pocas cuartillas aquellos tres años de lucha intensa. Destacaré dos acciones especialmente duras: la Nochebuena del 36 en Júzcar y la defensa de Villanueva del Duque (Córdoba) en marzo del 37.

Júzcar era el puesto más avanzado de la Bandera, por lo que Manolo Mora decidió pasar la Nochebuena con las dos centurias que defendían el pueblo, pues sospechaba que los enemigos aprovecharían la fiesta para intentar sorprenderlos. Así fue: a las siete de la mañana han matado a todos los defensores de uno de los puestos. Las fuerzas atacantes son dos batallones (el Metralla y el Méjico) y las milicias armadas de los pueblos cercanos. En poco tiempo los de Mora quedan cercados, sin comunicación con el resto de la Bandera que está rechazando al enemigo en Ronda. Se acaban las municiones y la única ametralladora enmudece para repartir las pocas balas que quedan en los peines entre los fusileros. De noche reciben dos cajas de municiones traídas por hombres de la “Harka” de Ronda por caminos inverosímiles que sólo conocían esos naturales de la serranía. Se defienden hasta el 26 al mediodía que reciben refuerzos y Mora decide que lo más importante es evacuar a doce heridos que, sin asistencia sanitaria, morirían sin remedio. El mismo Comandante emprende la marcha sigilosamente con los camilleros al caer la noche, después de sesenta horas de combate ininterrumpido. Les guía el segundo jefe de la “Harka” y, por fin, llegan a Alpandeire donde en un hospitalito de urgencia les salvan la vida a todos. Un corresponsal de guerra escribiría una crónica de estos hechos que tituló “La noche triste de Manolo Mora” y que aumentó aún más la fama romántica de la Primera Bandera de Cádiz.
Villanueva del Duque

El Tercio que había participado en la conquista de Málaga, partió para Peñarroya (Córdoba) el 5 de Marzo. En el kilómetro 20 de la carretera de Villanueva se establece contacto con el enemigo. Después de cinco días, el día 10 se toman al enemigo sus posiciones y se entra en el pueblo, pero el día siguiente los republicanos contraatacan con muchísimas fuerzas. Para mayor exactitud copio la Orden General del Ejército (Burgos, 21.03.39) por la que se concede la Medalla Militar Colectiva a la Bandera: “El día 11, el enemigo, seis veces superior en número, con abundante artillería, morteros, lanzaminas, ametralladoras, bombas de mano y otros elementos, atacó diferentes veces todas las posiciones, especialmente las que defendían el pueblo, siendo rechazadas enérgicamente todos los ataques con gran quebranto de los enemigos. El día 12 la artillería enemiga atacó con más intensidad, consiguiendo el enemigo de noche llegar a los parapetos, donde se luchó con bombas de mano y a la bayoneta, al que se contuvo maravillosamente, recogiéndole varios muertos.” La Orden sigue narrando los combates de los días 13 al 17 y continúa: “Todas estas operaciones fueron realizadas bajo un intenso temporal de lluvias que dificultaba los movimientos y aprovisionamientos, aguantando seis días de terribles ataques del enemigo seis veces superior y que constantemente recibía refuerzos, siendo la actuación del Tercio de Falange Española de Cádiz superior a todo elogio y un caso de valor colectivo obedeciendo y ejecutando, con un alto espíritu de disciplina y ejemplo, las órdenes del Mando, demostrando tal bravura, maestría, heroísmo y serenidad, que podría ser modelo para los tratados de táctica militar.”

En la orden de Franco concediendo la Medalla Militar individual al TN Mora-Figueroa se lee en los motivos: “Este Capitán (sic) tuvo un brillante comportamiento desde el inicio del Movimiento Nacional, culminando su actuación en el ciclo de operaciones realizadas en el mes de marzo de 1937 sobre Villanueva del Duque.” Se extiende en relatar lo que ya se ha recogido en la orden de la Medalla Militar de la Bandera, y concluye: “Conservó, sin ceder un palmo de terreno, todas las posiciones ocupadas que fueron objeto de un intenso contraataque enemigo (...) soportando al mismo tiempo los rigores del frío y la lluvia que no le impedían acudir a los sitios de mayor peligro, demostrando un alto espíritu militar que supo inculcar y mantener en su tropa.”

En aquella operación la Bandera tuvo 332 bajas, algo más del cincuenta por ciento, entre ellas 19 oficiales y 29 suboficiales. Durante toda la campaña las bajas fueron 2.500, de las cuales más de 200 fueron muertos en combate.

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10 Feb 2010 13:02
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Gobernador Civil

Al concluir la desgraciada lucha fraticida había que reconstruir muchas cosas materiales, pero, sobre todo, había que reconstruir el Estado. Como es sabido, se optó por una organización política que daba total preponderancia en cada provincia al Gobernador Civil. Esa fue la tarea que recibió Mora-Figueroa nombrándolo Franco Gobernador de Cádiz. Pero los años 39, 40 y 41 fueron muy duros, con malas cosechas, una economía de posguerra, y un país destrozado sin infraestructuras de ningún tipo. En España se pasaba hambre en las ciudades; no tanto en el campo. Pero cuando un tren cargado de trigo o cualquier alimento, salía de Castilla para el sur, en cada estación el Gobernador de turno reclamaba un vagón.
Cuando llegaba a Cádiz no quedaba nada.

Como Gobernador tuvo que tomar medidas impopulares, como confiscar o prohibir la salida de la provincia de reses de las selectas ganaderías bravas; u obligar a los pesqueros que repostaban en Cádiz a descargar en ese puerto toda la pesca, evitando que buscaran otras lonjas que pagaban mejor; etc.

Su gestión tuvo que ser valorada favorablemente, pues en mayo de 1941 es nombrado Gobernador Civil de Madrid. Prácticamente no ejerció el cargo, pues en cuanto se constituyó la División Azul para combatir al Ejército Soviético, se alistó como Comandante de Infantería, saliendo para el frente casi inmediatamente.

En las estepas rusas

No creo que haya muchos oficiales de Marina que hayan combatido en la estepa rusa. Analizando las razones que pudo tener el Capitán de Corbeta Mora-Figueroa para alistarse, en mi opinión, además de combatir al comunismo, le movió más aún que muchos de sus hombres, los que habían formado una auténtica hermandad con él durante tres años de guerra, estaban alistándose. No se veía en un despacho, mientras sus camaradas luchaban en la lejana Rusia.

Como es sabido, el 22 de junio de 1941 Alemania ataca a Rusia rompiendo el pacto de no agresión. No deja de sorprender que el 23 de julio –sólo un mes más tarde- ya está la División Azul y sus 40.000 hombres concentrados en Nuremberg. Inmediatamente, son enviados al frente Norte -de Novgorod a Leningrado- donde reemplazan a la 126 División alemana. El C de C. Mora-Figueroa entra en combate a las órdenes del Coronel Esparza y, más tarde, pasa al Cuartel General de la División como Ayudante del General Muñoz Grandes. Como tal, es comisionado para despedir y arengar a la Compañía de esquiadores del Capitán Ordás, que realizaría la heroica hazaña de liberar a las tropas alemanas embolsadas en el Lago Ilmen.

Cuando en 1942 regresa de permiso a España, piensa que volverá al frente, pero los médicos y el mismo Franco deciden otra cosa. Un pulmón inutilizado y un comienzo de asma no impiden que Franco lo nombre Vicesecretario General del Movimiento, cargo que ocupa hasta finales de 1944. Pero su salud no da para mucho más.

Después de estancias en sanatorios y una grave operación quirúrgica, pasa a la Escala Complementaria y es destinado a la Subsecretaría de la Marina Mercante. Asciende sucesivamente a Capitán de Fragata (1946) y Capitán de Navío (1954). En 1963 pasa a la situación de retirado y, con el apoyo expreso del Generalísimo, es ascendido a Contralmirante.

La última vez que pisó la cubierta de un barco fue despidiendo a quien esto escribe, que emprendía su viaje de prácticas en el J.S. Elcano. Fallece en Madrid el 13 de enero de 1964.

Estas líneas se han escrito con toda la admiración y el cariño filial, pero pensando que la trayectoria profesional tan singular de este Oficial de la Armada es merecedora de este recuerdo en nuestra Revista. Porque nadie puede dudar que lo que aquí se ha resumido es historia de la Marina.

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NOTAS MÍAS:
Evidentemente, el autor se equivoca en algunos datos sobre la División Azul:
1) Se concentró en Grafenwöhr, y no en Nüremberg, en Julio de 1941.
2) Los efectivos de la División fueron, en un principio, de algo más de 17.000 personas (bastante más que las divisiones de Infantería hipomóvil alemanas, que estaban entre 14.000 y 15.000). Los posteriores combates y retornos no fueron compensados por los nuevos relevos, por lo que la División se fue acercando a las cifras de las otras divisiones alemanas equiparables.
3) El número de 40.000 no se corresponde con la realidad, aunque se acerca al total de efectivos de la División en sus dos años y medio de existencia, por la que pasaron entre 45.000 y 46.000. Cayeron 4.954 (entre muertos y desaparecidos); heridos, unos 8.700; mutilados, 2.137; prisioneros, 372.
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A mí me parece, Señor, que no tengo otra cosa buena sino ser español (Catalina de Erauso, "la Monja Alférez", a un Cardenal)

10 Feb 2010 13:04
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Nuevo mensaje Re: Manuel de Mora-Figueroa y Gómez-Imaz, Contraalmirante
Con motivo de la hazaña del paso del Estrecho de Gibraltar con dos faluchos, se le dedicó un romance, del que desconozco la autoría, del que he encontrado este fragmento:

"Un Teniente de Navío
es jefe del Primer Tercio.

Llevan anclas los guiones.
Dos serpientes de oro viejo
juegan en las bocamangas
con anillos y reflejos.

Dos yugos de plata nueva
y un tercer yugo flechero
son cinco flechas de sangre
sobre la sangre del pecho.

¡Honra de la Vieja Guardia
Capitán del Primer Tercio!"

Fuente: https://plataforma2003.org/diccionario-f ... ario_c.htm

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04 Ene 2011 22:56
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Traducción al español por Huan Manwë para phpbb-es.com