Peter Carmichael




Cuando comenzó la guerra de Corea el 25 de junio de 1950, la Royal Navy estaba equipada todavía en su totalidad por aviones de hélice, mientras que la US Na­vy, por el contrario, utilizaba el reactor Grumman F9F-2 Panther.

Los gobier­nos británico y de la Commonwealth asignaron barcos en la zona de guerra bajo el control de los jefes de la US Navy. Después que el portaaviones ligero HMS Triumph hubiera contribuido con Supermarines Seafires y Fairey Fireflies al primer ataque con portaaviones de la guerra, con aparatos del portaaviones Valley Forge, llegaron al frente los Theseus y Glory, a los que siguió el australiano Sydney.

En abril de 1951, los comunistas lanzaron su ofensi­va más importante aproximadamente al mismo tiempo que el HMS Theseus era reemplazado por el HMS Glory y, poco después, por el HMS Ocean, este último un portaaviones ligero, equipado con cazabombarderos Hawker Sea Fury Modelo II y Fairey Firefly Modelo 5.
Llamado al frente como apoyo en el contrataque de las Naciones Unidas, la flota aérea de este portaaviones realizó numerosas salidas de inter­cepción sobre las fuerzas de tierra, y fueron los aviones del Ocean quien establecieron el récord de no menos de 123 salidas operativas en un solo día.
Durante el verano de 1952, la aviación británica tuvo una serie de encuentros aéreos con los cazas a reac­ción comunistas MiG 15, pero hasta el 9 de agosto no cayó uno de ellos ante las ametralladoras de un piloto de la Royal Navy. En las primeras horas de aquel día, cuatro Sea Furies capitaneados por el te­niente Peter Carmichael, del Escuadrón 802, despe­garon del HMS Ocean, R68 . Fueron atacados por ocho MiG 15 al norte de Chinnampo, en la costa noroeste de Corea. Los pilotos británicos respondieron al ataque y Carmichael consiguió disparar una ráfaga de dos segun­dos contra uno de los cazas enemigos, a cuyo piloto alcanzó con toda probabilidad, pues el MiG entró en picado casi vertical hacia tierra y estalló. Todos los Sea Furies regresaron indemnes.
El Sea Fury del teniente Carmichael, Hoagy, señalizado VR943, llevaba la letra O en su deriva y también el distintivo de las barras blancas y negras en el fuselaje y en las alas. Distintivos comunes a todos los aparatos de los portaaviones británicos y de la Commonwealth durante la guerra de Corea. El Sea Fury 11 era capaz de llevar a bordo hasta dieciséis proyectiles cohete de 76,2 mm., dos bombas de 454 kg., dos tanques de 410 litros de combustible, o bien, bombas de napalm bajo las alas.

Curiosidad: fue la captura de un FW 190 en 1942, que por error acabo en un campo de aviacion britanico, el que sirvio de base para el diseño del Hawker Sea Fury.

Saburo Sakai



Las marcas de los cuatro princi­pales pilotos de caza de la Fuerza Aeronaval Imperial japonesa, fueron el resultado de la superioridad de los cazas pilotados por los japoneses en el Pacífico du­rante la primera parte de la II Guerra Mundial.

En la punta de lanza de dicha excelente clase se en­contraba el espléndido Mitsubishi A6M2 Zero-Sen que fue el avión que pilotaron principalmente Hiroyoshi Mishizawa, Tetsuzo Iwamoto; Shoichi Sugita y Saburo Sakai durante sus combates. «El Zero me excitaba —escribió Sakai— como ninguna otra cosa lo hiciera antes. Era el avión más sensible que nunca pilotara; la más ligera presión de los dedos provocaba una res­puesta instantánea.»
Nacido el 26 de agosto de 1916 de familia humilde, Sakai se alistó en la Armada japonesa a los 16 años como simple marinero, pero se presentó para tareas relacionadas con la aviación en 1937, cuando alcanzó el grado de oficial de tercera clase. Entró en combate por primera vez durante la campaña de China, entre 1938 y 1939, cuando destruyó un Polikarpov 1-16 so­bre Hankow. Su siguiente victoria, también sobre China, no tuvo lugar hasta agosto de 1941. Pilotando un Zero a comienzos de la guerra en el Pacífico, Sakai derribó el primer avión americano que cayó en la cam­paña de las Filipinas, cuando consiguió destruir el Boeing B-17 D Fortress, pilotado por el capitán Collin Kelly, del Escuadrón de bombarderos n.° 14, del grupo de bombardero número 19, sobre Clark Field, el 8 de diciembre de 1941.
Sakai fue enviado a combatir en la campaña aérea desatada sobre Java a comienzos de 1942 y, antes de caer enfermo en marzo, había alcanzado una marca de 13 victorias, con dos Hurricanes y cuatro Buffalos. Vol­vió al teatro de operaciones tres meses después, inte­grándose en la Tainan Kokutai en Lae, Nueva Guinea. Fue asignado a la escuadrilla del teniente Junishi Sa-sai, un pequeño grupo de pilotos que llegaría a conver­tirse en la unidad con el récord absoluto de victorias en todo el frente del Pacífico; aparte del propio Sasai (27 victorias), el grupo incluía a Nishizawa (87 victo­rias), Toshio Ota (34) y Toraichi Takatsuka (con 16). Sus oponentes eran casi todos modelos anticuados de aviones Grumman F4F Wildcats, Bell P-39 y Curtiss P-40 americanos, pilotados por jóvenes aviadores inexpertos y los japoneses simplemente los barrieron del espacio aéreo sobre Nueva Guinea.
La marca personal de Sakai progresó velozmente, y para primeros de agosto ya había alcanzado las 57 vic­torias, el récord más alto, por el momento, que lograra ningún piloto en la guerra del Pacífico.
El 8 de agosto, los pilotos de la escuadrilla de Sakai salieron en una larga misión, con sus depósitos llenos de carburante, para tomar parte en la lucha como so­porte a las fuerzas japonesas que se enfrentaban a los marines americanos en los desembarcos de Guadalca-nal, en las islas Salomón. Uniéndose al combate con­tra bombarderos y cazas USA, Sakai puso fuera de combate dos Wildcats y un Douglas Dauntless antes de atacar una escuadrilla de Avengers TBF. Derribó dos de ellos, pero el fuego de respuesta (cruzado) de los bombarderos americanos alcanzó al Zero e hirió gravemente a Sakai en cabeza y cara. A pesar del terri­ble dolor y de la pérdida de visión en un ojo, el heroico piloto consiguió conducir su averiado aparato de vuelta a Lae. Inmediatamente se le envió, dado de baja, a Ja­pón, donde permaneció alejado del frente hasta 1944. A partir de ese momento participó tan sólo en algunas operaciones debido a la pérdida de un ojo.

J.A. Leppla.

La ausencia de portaaviones americanos en Pearl Harbour el 7 de diciembre de 1941 re­presentó un fuerte golpe a las esperanzas japonesas de llegar a un rápido y victorioso final en la guerra con los Estados Unidos. Que aún subsistía una efectiva fuerza americana en portaaviones, se vio claramente durante la batalla del Mar del Coral, en mayo de 1942, cuando los aviones procedentes del «Lexington» y del «Yorktown», que patrullaban en el área donde pensaban que se localizaba una flota japonesa de invasión, enfilando hacia las islas Papúes y Nueva Guinea, atacaron y al­canzaron al portaaviones japonés «Shoho». Destruye­ron tantos aviones, que el vice-almirante japonés Inouye, comprendiendo que le quedaban insuficientes cazas, dio contraorden a la invasión. La del Mar del Co­ral fue la primera batalla naval que se librara jamás en la que no se disparó de un barco a otro.

Los escuadrones VB-2 y VS-2 de la U.S.Navy fueron embarcados en el «Lexington», mientras que el portaaviones «Yorktown» cargaba con los VB-5 y VS-5. Todos ellos eran bombarderos Douglas Dauntless, setenta y cuatro de los cuales estaban dispuestos a entrar inme­diatamente en combate. El 7 de mayo por la mañana, algunos de aquellos aparatos atacaron al portaaviones «Shoho» con su escolta, en la misma línea de fuego de los cazas del enemigo. Entre los Dauntless, iba uno pilotado por J.A.Leppla, del segundo escuadrón de caza-bómbarderos. Durante la primera pasada Leppla fue atacado por dos cazas japoneses, uno de los cuales fue derribado por el artillero del Dauntless, John Liska. En­tonces Leppla alcanzó a ver otro caza Zero que atacaba un Dauntless. Sin abandonar la línea de descenso en picado, colocó al aparato de forma que pudiera dispa­rar; así pudo atacar al caza japonés y derribarlo antes de lanzar sus bombas. Al retornar del picado, se encontró con un Zero volando en su misma línea de tiro y también lo destruyó.
De vuelta al «Lexington», Leppla encontró un apa­rato japonés de reconocimiento a la deriva derribandolo. Al día siguiente, el USS «Lexington» sacó sus bombarderos Dauntless y sus cazas Wildcat en un esfuerzo para protegerse de los torpederos japoneses; los VB-2 y VS-2 derribaron once, tres de ellos corres­pondiendo a Leppla y Liska. El «Lexington» fue, de todas formas, gravemente dañado y tuvo que abandonar la lucha, siendo hundido por los mismos americanos. Su tripulación aérea y sus aparatos se acomodaron en el «Yorktown».
Excelente bombardero, el Douglas SBD-3 Dauntless. también fue utilizado con gran éxito en la batalla de Midway y llegó a ser sinónimo de los nombres de Lep­pla y Liska, cuyo récord de siete victorias en dos días seguidos se destacaba brillantemente incluso en me­dio del amargo ambiente de guerra que se desenca­denó sobre el Pacífico en la Segunda Guerra Mundial.

Edward O'Hare.



Los primeros meses de la guerra en el Pacífico, la fuerza naval estadounidense se encontró con que sus portaviones quedaban demasiado dispersos en el in­tento de atajar el progresivo avance de los japoneses en la conquista de las islas. Después de Pearl Harbour, se asignaron a la flota del Pacífico tan sólo tres portaviones: los Enterprise, Lexington y el Saratoga. A mediados de enero de 1942, los japoneses iban saltando de isla en isla por el archipié­lago Bismark y le correspondió al almirante Wilson Brown, con la fuerza de combate núm. 11, el intento de realizar una incursión sobre Rabaul, que había caído en manos del enemigo el 23 de enero y que se había convertido en una base naval y aérea japonesa de gran importancia. Esta fuerza comprendía el porta­viones «Lexington», cuatro cruceros pesados y nueve destructores.
Se confiaba en que la Agrupación 11 pudiera acer­carse lo bastante al objetivo, antes de ser detectada, como para que los cazas «Grumman F4F-3» «Wild­cat», del portaviones pudieran escoltar a los bombar­deros Douglas SBD Dauntless en sus ataques. Los cazas avistaron y destruyeron dos hidrohaviones japo­neses en la mañana del 20 de febrero, pero un ter­cero escapó y pudo dar la posición de los barcos de Wilson Brown.
Así, a las 15,42 horas de aquella misma tarde, el radar del portaviones detectó la aproximación de aviones japoneses y una media hora más tarde nueve Nakajimas B5N Kates atacaron al «Lexington». Cinco fueron derribados por los cañones antiaéreos, mien­tras que los pilotos de los Wildcats atacaban la se­gunda oleada de otros nueve Kates, destruyendo tres. Esta acción colocó a todos los Wildcat, excepto dos, en mala situación para enfrentarse de nuevo a otros nueve Mitsubishi G4M Betty, bimotores.
Mientras los dos aviones, tan sobrepasados en nú­mero, daban la vuelta para enfrentarse a esta nueva amenaza contra el «Lexington», las ametralladoras de uno de ellos se encasquillaron y el piloto del otro avión quedó solo para atacar a la formación enemiga. En menos de tres minutos, este piloto, el teniente Ed­ward «Butch» O'Hare, del Escuadrón naval de cazas VF-3 destruyó cinco bombarderos japoneses y dañó un sexto.

Por su arriesgadísimo enfrentamiento y por el mag­nífico derroche que hizo de habilidad y de valor, «Butch» O'Hare fue recompensado con la Medalla del Congreso al Honor.

A continuación O'Hare se vio promovido, hacia no­viembre de 1943, a comandante, capitaneando un grupo de aviones en el portaviones «Enterprise», pilo­tando Grumman F6F Hellcats. Durante las opera­ciones del portaviones en el atolón de Tarawa, los ja­poneses tomaron la costumbre de enviar incursores mientras los aparatos americanos regresaban al atar­decer. Para enfrentarse a este peligro, el «Enter­prise» colocó de guardia a un Avenger, con radar, y dos «F6F» defendiéndole. Este fue el procedimiento que se usó la noche del 26 de noviembre, en la que detectaron incursores en el radar, aproximandose al portaviones. O'Hare fue uno de los pilotos de «F6F» que despegaron para hacerles frente.

Después de que el «Avenger» hubiera derribado a uno de los intrusos, se produjo una confusión general, porque los japoneses empezaron a dispararse unos a otros en la oscuridad, y en ese momentó el artillero del «Avenger» abrió fuego contra lo que él creyó que se trataba de un avión japonés sin luces. Posteriormente quedó claro que su blanco era, el «Hellcat» pilotado por O'Hare, porque nunca más se le volvió a ver.

Mitsuo Fuchida



El comandante Mitsuo Fuchida, de la Armada Impe­rial del Japón, consiguió la fama dirigiendo el ataque aéreo sobre los buques de la flota americana en el Pacífico, en Pearl Harbour, 1941. Fu­chida voló en la carlinga del observador del avión insignia Nakajima B5N2.
Después de seguir el ataque de la flota aérea británica sobre la base naval italiana de Taranto, con torpederos Swordfish en no­viembre de 1940, que terminó con el hundimiento de tres acorazados contra la pérdida de dos aviones pro­pios, el hasta entonces agregado naval japonés en Londres, comandante Minoru Genda, fue llamado a su país y se le ordenó por el almirante Isoroku Yamamoto que planificara desde el estado mayor un ataque simi­lar por sopresa sobre Pearl Harbour, en el caso de que la guerra contra América resultara inevitable.
En el momento oportuno, una fuerza de asalto diri­gida por el vice-almirante Chuichi Nagumo, compuesta por unos 370 aviones, fue concentrada al sur de Kyushu y embarcada en los portaviones Akagi, Hiryu, Kaga, Zuikaku, Shokaku y Soryu. El 26 de noviembre de 1941 este convoy levó anclas hacia Hawai y en la oscuridad que precedía al alba del 7 de diciembre, 353 aparatos despegaron para atacar Pearl Harbour en la isla de Oahu. A la cabeza de la primera oleada de no­venta bombarderos Nakajimas B5N2 volaba el aparato del comandante Fuchida. Esta primera oleada consis­tía en 50 bombarderos, dirigidos por el comandante. Shigaharu Murata, cada uno de los cuales llevaba una bomba de 800 kg. Estos bombarderos iban seguidos de otros cuarenta torpederos B5N2, cuyos torpedos iban sujetos con aletas posteriores especiales, que les permitían deslizarse en aguas poco profundas. Había también 43 cazas Mitsubishi A6M2 y 51 bombarderos Aichi D3A1.
A las 7,49 de la mañana, Fuchida llegó a Pearl Har­bour y dio la señal: «Tora, tora, tora», para que co­menzara el ataque. La primera bomba cayó sobre la isla Ford, a las 7,55 y se cree que destruyó un escua­drón completo de hidroaviones. La sorpresa fue casi total y 20 minutos después la segunda oleada de 54 bombarderos horizontales B5N2, 78 bombarderos en picado y 35 cazas, dirigidos por el comandante Shige-kazu Shimazaki, abrió el asalto. A las 8,30 el ataque había terminado. Los americanos derribaron 29 apa­ratos pero los japoneses habían hundido cuatro acorazajdos y dañado otros cuatro, destruido casi 200 aparatos y matado a más de 2.300 norteamericanos.
Mitsuo Fuchida volvió sano y salvo, y a pesar de sus ruegos para que le permitieran dirigir otro ataque so­bre Pearl Harbour, fue requrido por el mismo empera­dor para que le hiciera, en persona, el informe sobre el ataque. El 19 de febrero de 1942 dirigió una operación contra Darwin con 188 aviones, que devastó la ciudad, echó a pique una docena de barcos y destruyó 18 aviones. Entre el 5 y el 9 de marzo dirigió una serie de' bombardeos contra objetivos navales ingleses en el área de Ceilán y hundió cinco barcos, incluyendo los cruceros pesados HMS «Dorsetshire» y HMS «Corn-wall»,
Fuchida sufrió un ataque de apendicitis poco antes' de la gran batalla de Midway, que le 'impidió llevar el mando de los ataques aéreos desde el portaviones «Akagi», uno de los barcos japoneses que fueron hun­didos durante la batalla. Más tarde fue el jefe de es­tado mayor de la flota aérea japonesa combinada du­rante la batalla de las Marianas, en junio de 1944, la mayor y la última de las batallas del Pacífico, que ger­minó con el dominio japonés del aire.

Compañero Eusebio,¿hay algun as del aire en nuestra marina o lo ha habido?se que es corta pa historia de nuestra aviacion naval pero igual tenemos alguno.
Un saludo

Buenas.
Pues no lo se, conozco a alguno del EA, pero no de la Armada.

Me imaginaba que era improbable por la antiguedad que tenian,en fin,si no los hay ya saldran jeje.
Gracias
Un saludo

Buenas.
para saber mas sobre Saburo Sakai:

Saburo Sakai

Me parece que hay claros indicios que nos la quieren dar con queso con aviones modernísimos/carísimos.

Sigo pensando que, para nosotros, escuadrones de Saetas (y su posterior evolución, suponiendo que también aquí se estudie y se evolucione) hubiesen sido una mucho mejor opción que comprar a los yanquis un avión nuevo cada vez que sale un avión nuevo.

Y a las pruebas me remito en este artículo.

Saludos

Espaldar, sería interesante saber porque se abandonó el desarrollo del HA-300.

Justo entonces, los gringos nos obsequiaron con un avión que lo dejaban baratito.

'

Ahora se están calentando la cabeza para comprar un nuevo avión escuela.


Pues leñe, si tenemos uno como C-101, que hasta Chile lo compró y convirtió en avión de caza, ¿no sería más lógico que se desarrollara uno más avanzado y dejar de depender de nadie o de casi nadie?


Parece que la moda está en tenerlos con turbohélices, en vez de con reactores, pues eso. . . .


Un abrazo.
.

Buenas.

A ver que un avion de helice logre derribar a un reactor no ha de llevarnos a engaño, salvo que los pilotos de reactor sean malos, y los de helice sean buenos, se hace harto dificil derribar en un combate a un reactor desde uno de piston.
El salto tecnologico es demasiado grande entre los dos tipos.

Otra cosa es que ya en el mismo tipo de avion, las mejoras introducidas a los nuevos modelos no sean para mejorar sus capacidades intrisecas de vuelo, sino para mejorar sus capacidades de dar en el blanco.
Ahi es donde hay que vlaorar si una celula de modelo de avion mas antiguo, puede seguir siendo actualizada, o si se ha de cambiar por completo de modelo.