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En el siglo XVI, el paje encargado del cuidado de la ampolleta para medir el tiempo (los famosos relojes de arena) al voltearlo para marcar la siguiente hora recitaba:


« Una va pasada,

y en dos muele,

más molerá si mi Dios querrá;

a mi Dios pidamos que buen viaje hagamos;

y a la que es madre de Dios

y abogada nuestra,

que nos libre de agua, bomba y tormenta »


Al terminar ésta frase piadosa, gritaba « ¡Ah de proa! »


Los marineros respondían « ¿Qué querrá? »


Y el paje ordenaba que se rezara un Padrenuestro o un Avemaría.


¡Que tiempos!


Un abrazo.
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A este respecto, recordé la firma del reciente grumete intrépido:

"El que no sepa rezar,
que vaya por esos mares,
vera que pronto aprende
sin enseñarselo nadie.
(cancioncilla marinera)"

Es característica la busqueda del hombre ideal de la época: mitad monje, mitad soldado.