En primer lugar pedir disculpas al foro por la tardanza en responder.
En segundo lugar, dar la razon a LuisRodriguez, la correccion que me hace es completamente correcta, el error fue mio al traducir un articulo en lengua hereje sobre las FFG-7 y con mi torpeza habitual, confundí las motorizaciones.
Procuraré editar el artículo para no dar lugar al error.
Por último sobre las disponibilidades de la flota:
Es evidente que hoy por hoy contra la Armada marroqui, con una F100, una F80 y los BAM nos sobramos, pero no vamos a eso, la cuestion es cual es el numero mínimo de unidades que son necesarias y cuales sus capacidades.
Saludos

Hola a todos
A pesar de que el tiempo ha dejado claro que la elección de las F80, basándose en las OHP fué un gran acierto, ¿no se plantearon otras opciones a la hora de elegir el tipo de buque ,que tirar directamente hacia un barco de diseño norteamericano?
Me imagino que tras el fracaso (o acierto, según como se mire ) de las Leander, el intentar construir un diseño de buque inglés sería absurdo, pero quizás hubiese algún diseño francés u holandés que si se pudiera amoldar al requerimiento de la Armada, ¿se barajó en algún momento esto, o directamente se fué al diseño americano?
Saludos

En el año 1977, cuando se aprobaron las primeras fragatas F-80, en Europa no existía nada que resultase mejor.
Hay que pensar que estaban en ejecución la corbetas tipo Descubierta, sin pista de de helicóptero, pero con un armamento más completo que las tipo 21 británicas. En cuanto a las tipo 22, resultaba contraproducente porque usaban un sistema SAA con Sea Wolf diferente al Standard que ya teníamos y que, como se ha visto, con menor capacidad de evolución.
Algo parecido se podía decir de Francia, con su Masurca.
Claro que se podía llegar a un acuerdo con Holanda, que estaba, junto con Alemania, con las Kortemaer. Pero, como mencioné antes, no implicaba una mejora sustancial frente a lo que teníamos (lo mismo podría decir de las Lupo-Maestrale).
Si queríamos algo mejor debíamos ir a buques tipo destructor, con un mayor andar, dotación y, sobretodo, costes de construcción y de uso.
Resultaba lógico tomar el diseño americano, mucho más barato, más probado y con unos equipos fiables. Además el personal de nuestros astilleros ya tenía el precedente de las F-70, por lo que les resultaba más fácil seguir con el sistema americano.
La suerte fue que los EEUU renunciasen a seguir construyendo fragatas y optasen por los destructores como unidades básicas. Este hecho propició que, siguiendo los parámetros americanos, en España se diseñasen las F-100, que resultaron similares a los destructores Arleigh Burke. De meternos en proyectos europeos, con intereses diversos, como con las NR-90, en la actualidad no tendríamos una industria naval como la actual y, posiblemente, las fragatas aún no estarían operativas.