Clase: Tipo <83 pies>


Construido por: Empresa Nacional Bazán de Cartagena


Nombres: LAS-10, PAS-11 (1980), P-311 (1986)

Quilla: 20-12-1962

Botadura: 07-09-1964

Alta Oficial: 24-03-1965

Baja Oficial: 15-04-1993


Nombres: LAS-20, PAS-12 (1980), P-312 (1986)

Quilla: 11-03-1963

Botadura: 15-09-1964

Alta Oficial:21-04-1965

Baja Oficial: 15-04-1993


Nombres: LAS-30, PAS-13 (1980), P-313 (1986)

Quilla: 29-10-1963

Botadura: 16-10-1964

Alta Oficial:13-09-1965

Baja Oficial: 15-04-1993

Desplazamiento en lastre: 57 Tm.

Desplazamiento máximo: 63 Tm.

Eslora máx: 25,34 m.

Eslora entre PP: 23,78 m.

Manga: 4,90 m.

Puntal: 2,75 m.

Calado máximo: 1,70 m.

Propulsión: 2 motores diesel General Motors // 2 hélices

Potencia: 400 + 400 Cv

Velocidad: 14 nudos máxima.

Autonomía: 758 millas a 11,97 nudos.

Combustible: gasóleo

Capacidad: 7,12 Tm.

Armamento: 1 cañón de 20/70 mm // 2 ametralladoras de 7,92 mm // 2 lanzacohetes a/s Mk 20 Mousetrap.

Dotación: 15

La necesidad de disponer de embarcaciones adecuadas para la defensa de nuestras bases navales y puertos se había sentido ya desde los años cuarenta, pero la insuficiencia de presupuesto había impedido siempre su concreción.



Hubo que esperar hasta la llegada de la ayuda militar estadounidense, tras la firma de los Acuerdos de 1953, para que comenzaran a plasmarse lentamente en realidad.


Quizás el intento más serio en este sentido fue el anteproyecto entregado por Bazán a la DIC el 30 de diciembre de 1952, correspondiente a una lancha an-tisubmarina y elaborado de acuerdo con las especificaciones dictadas por el Ministerio de Marina, equipada con un único motor Mercedes-Benz similar al instalado en las lanchas rápidas torpederas LT y con un coste estimado de unos 17 millones de pesetas por unidad.


Los organismos técnicos de la Armada formularon serias objeción esa que las lanchas llevasen tan sólo un motor, lo que llevó a Bazán a presentar algunos meses después dos nuevos anteproyectos denominados lancha a/s tipo A y lancha de escolta a/s tipo B, ambas con una pareja de motores, siendo en este momento cuando entraron en vigor los tratados hispano-norteamericanos, cuyas nuevas expectativas supusieron el abandono total del desarrollo de estos anteproyectos.


Pero no por ello se olvidó el propósito de llegar a disponer de algunas embarcaciones de este tipo, digiriéndose las gestiones a los Estados Unidos, lo que permitió conseguir abundante información, así como los planos necesarios para su construcción.


De los diversos tipos contemplados, la Armada acabó por elegir un diseño de patrullero de 83 pies de eslora (25,3 m) en servicio con la Guardia Costera norteamericana, encargándose Bazán de adecuar el proyecto a las necesidades y prácticas de construcción de nuestros astilleros, además de dotarlo de una instalación propulsora menos potente que la original, pero más apropiada para los fines perseguidos, pasmándose este trabajo en el denominado proyecto 259.

En 1959 se solicitaron créditos por valor de 21.666,294 de pesetas para construir tres de estas embarcaciones antisubmarinas de 83 pies a fin de dotar a las defensas portuarias de nuestras principales bases navales, cantidad no muy elevada ya que gran parte de sus equipos y armamento iban a obtenerse con cargo a la ayuda militar norteamericana, pero aun así, los escasos fondos libres para construcciones de que disponía la Armada se encontraban totalmente absorbidos por el Programa de Modernización de Buques, motivo por el cual la orden de ejecución de los tres patrulleros se retrasó hasta 1962, encargándose de su construcción la Factoría de Cartagena y adjudicándoles los números de obra 128, 129 y 130.



Este reducido programa de construcciones comprendía también la realización de otras cinco embarcaciones de 45 pies de eslora en San Fernando, las «LPI-1» a «LPI-5».


Estos tres patrulleros, bautizados en junio de 1964 como «LAS-10», «LAS-20» y «LAS-30» (donde LAS significa lancha antisubmarina), son las mayores construcciones hechas en Cartagena hasta la fecha con casco de madera (en época moderna), lo que planteó algunos problemas y retrasos en su entrada en servicio.


En la factoría cartagenera se sigue recordando cómo iban tomando forma los cascos, cuya armazón de madera hizo comentar a más de un operario que lo que se estaba construyendo de verdad eran «drakkares» vikingos.


El resultado han sido unas unidades sólidas y marineras, que han dado bastante buen juego hasta la fecha, aunque su mantenimiento resulta a veces bastante laborioso.


La propulsión de estos buques en su versión española corre a cargo de dos motores General Motors, Detroit Diesel Serie 71, de 6 cilindros y acoplados en tándem modelo 12.003 C, de 400 Cv de potencia unitaria, para una velocidad máxima de 14 nudos, que en la práctica rara vez se ha alcanzado, situándose realmente alrededor de los 13 nudos.


Para su tamaño estas unidades están potentemente armadas, ya que montan un cañón Hispano-Suiza antiaéreo de 20 mm en la toldilla, 2 ametralladoras pesadas de 7,62 mm en montajes de pinza, uno por banda inmediatamente tras del puente, y, finalmente, 2 lanzacohetes an-tisubmarinos de 4 raíles cada uno Mk 20 Mousetrap (ratonera) para pequeñas cargas de profundidad.

Esta última arma es una versión reducida del conocido y extendido Hedgehog (erizo o puercoespín), desarrollado por la US Navy durante la Segunda Guerra Mundial y una de las principales armas a/s de dicho conflicto y de la inmediata posguerra.


Al contrario que en la instalación para los dragaminas modernizados de la clase «Guadiaro», en los que este arma se había previsto que quedara normalmente depositada en los arsenales, en el caso de los patrulleros o lanchas LAS su instalación se realizó en principio con carácter permanente, situados a proa del puente y actuando en conjunción con un pequeño sonar del tipo QCU o QHB, situado en un domo en la quilla de los buques.


El desarrollo de los submarinos hace ya bastante tiempo que dejó a la combinación Mousetrap-QCU totalmente anticuada, por lo que en los últimos tiempos se desembarcaron de las unidades, instalándose en su lugar una lancha neumática del tipo Zodiac.


Pese a su escaso valor en ese momento como embarcaciones an-tisubmarinas, lo cierto es que cuando en 1980 fueron re-bautizados quedaron clasificados corno patrulleros antisubmarinos (PAS), cambiándose en consonancia sus nombres por los de «PAS-11» a «PAS-13», pese a que hubiese sido más acorde con sus características y eficacia reales su reclasificación como patrulleros de vigilancia de zona o costeros (PVZ o PVC en la nomenclatura de la Armada).



No les duraron mucho sus nuevas designaciones, ya que el 30 de junio de 1986 fueron rebautizados nuevamente como «P-311», «P-312» y «P-313», los únicos patrulleros numerados en la centena 300, ya que continúaron clasificados como antisubmarinos.






Fuentes:
-Buques de la Armada Española, los años de la postguerra, de Juan Luís Coello.
-Buques de la Armada Española del siglo XX, de Alejandro Anca.
-Fotos todobarco org

Gracias por el hilo Almirante Sotacomitre.

Realmente si no había más presupuesto más vale tener esas tres lanchas que ninguna, aunque por sus características -reducida velocidad y casco de madera- creo modestamente que hubiesen aprovechado más como dragaminas-cazaminas-minadoras que como unidades antisubmarinas. ¿?

Saludos cordiales.

completamente de acuerdo, mejor esto que nada, sobre armados para el uso que se les dio, después de los Lazaga creo que estos son los segundos en quedarse a medio camino, pero seguro cumplieron eficazmente su función en tiempos de paz