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 Diario de la Descubierta por Alexandro Malaspina 
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Nuevo mensaje Re: Diario de la Descubierta por Alexandro Malaspina
...21 enero

La alternativa de las mareas y los muchos tornos, no nos permitieron alcanzar los Aserradores hasta ponerse el Sol. Se vararon los botes y se plantó una barraca en tierra e intentábamos una caza de tortugas que venían a la playa, cuando encontramos hacia las diez de la noche, que una clase de rivales bien temible nos había adelantado de una hora. Eran estos un número considerable de tigres, entre los cuales uno -al- que acosaban nuestras voces, no abandonó la presa, y con mucho arte, huyendo, llevó al bosque la tortuga. Aún se dejaban ver en la playa al amanecer del día siguiente, a menos de tiro de la barraca nuestra, pero nuestro cazador estaba a la sazón en busca de algunos venados, y después de muy poco tiempo se metieron de nuevo en el bosque.

Luego que hubo amanecido Don Manuel Novales, y yo nos ocupamos de medir en la playa una base de cerca de una milla, estando su extremo Oeste sumamente próximo a los Aserradores. Observándose después latitudes y longitudes, y pasando el Sol o el meridiano, embarcaronse de nuevo todos los utensilios e instrumentos, prefiriendo la navegación por fuera, el regreso por el mismo canal interno, que sin atrasar la serie de nuestras operaciones al mismo tiempo acortaba mucho nuestra navegación, y nos proporcionaba dormir en la corbeta la que alcanzamos ya a las siete de la noche.

Ya habían regresado de la cima del volcán El Viejo los Sres. Pineda y Heanke, después de una expedición de dos días tan cansada, como instructiva. El examen de un doble cráter en la misma cima, algunos depósitos de azufre varios otros ramos de litología, y especialmente una vista sumamente grandiosa desde la misma cúspide les habían compensado, las incomodidades del excesivo calor, y cansancio, y el riesgo inminente, a que estuvo expuesto Don Tadeo de ser mordido de una culebra cascabel.

Con la misma eficacia, y felicidad los oficiales astrónomos, habían observado en las noches del 20 y 21, las inmersiones del segundo y tercer satélites de Júpiter, y determinada la Latitud del observatorio, aprovechando al mismo tiempo Don Juan Vernaci la ocasión para medir la altura del volcán El Viejo desde la playa inmediata al observatorio. Y nada omisos los que estaban encargados del acopio de agua, y leña, habían ya reemplazado una buena mitad de ambos efectos, coadyuvando mucho a esto la buena conducta, y actividad de la tropa y marinería.

23 enero.

Nos quedaba aún para la conclusión de las tareas geodésicas, el ligar las inmediaciones del Cardón por un lado con el fondeadero, y el observatorio, y por otro con las observaciones hechas en los Aserradores, pareciéndonos también preciso sujetar las sondas de la boca a marcaciones de teodolitos. Con estos objetos el domingo 23 fui yo mismo a la boca del puerto con Don Manuel Novales, destinando luego un bote, que sondase la boca sobre nuestras marcaciones, y otro, que examinando el fondo de la boca barra, navegase en torno y por la parte exterior de la isla de Icacos, se hicieron marcaciones en esta, y en dos parajes de la isla del Cardón; últimamente a la caída de la tarde, se aprovecharon algunos mementos, que nos quedaba, para tender las redes, siendo regularmente abundante la pesca, que hicimos y en su variedad muy útil y agradable a Don Antonio Pineda.

Este naturalista incansable, y el cirujano Don Francisco Flores, me habían acompañado desde la mañanita, hacia la isla del Cardón, en donde aprovechando la bajamar, habían hecho una colección abundante de conchas, mereciendo particular atención entre ellas el Murex o caracol del tinte, que es tan útil, hermoso, abundante, y aprovechado en estas orillas.


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22 Nov 2015 15:16
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Nuevo mensaje Re: Diario de la Descubierta por Alexandro Malaspina
…23 enero.

A pesar de que no careciéramos ya de datos suficientes para deducir de los relojes marinos la Longitud del observatorio, debimos no obstante diferirla, pues que las primeras épocas del examen de la marcha indicaban una aceleración extraordinaria en todos los tres cronómetros; cuyos efectos solo podían indicar con mucha aproximación las observaciones que esperábamos con ansia, del primer satélite de Júpiter. Una inmersión observada en la mañanita del 25 por los Sres. Galiano y Vernaci, con muy buenas circunstancias, si se exceptúa una algo excesiva inmediación del Sol al horizonte; ya a la verdad ratificaba suficientemente esta misma aceleración; pero nos pareció aún más prudente el esperar una observación de la misma especie, que debía proporcionársenos a la media noche del 27, tanto más ventajosa, que podía corresponderse con los observatorios de Europa.

27 enero.

En efecto se consiguió observarla con la mayor felicidad, y en la mañanita siguiente observadas también diez y ocho series de distancias del Sol a la Luna por los oficiales astrónomos, y por mí; se adoptó la marcha de los relojes a los resultados de los satélites, de modo que no fuese violenta, y concurriese con el número 10 de la Atrevida, hasta que logramos de sus comparaciones; y finalmente la Longitud del observatorio bien del fondeadero, quedó determinada en los términos siguientes:

Diferencia Occidental de Panamá Número 71 (Cronómetro) 30º 11’ 28’’
Ecuaciones confrontadas con el Número 10 (Cronómetro) + 20 56’’

Distancias corridas en tiempo: 30 37 24
Distancias corridas en grado 7º 39’ 21’’

Diferencia Occidental de Panamá Número 61 (Cronómetro) 31º 35’ 36’’
Ecuaciones confrontadas con el Número 10 (Cronómetro) -1º 06’ 00’’

Distancias corridas en tiempo: 30 29 36
Distancias corridas en grado 7º 37’ 24’’

Diferencia Occidental de Panamá Número 71 (Cronómetro) 29º 51’ 12’’
Ecuaciones confrontadas con el Número 10 (Cronómetro) + 38’ 44’’

Distancias corridas en tiempo: 30 29 56
Distancias corridas en grado 7º 37’ 29’’


Distancias Lunares.

A la vela traídas con los relojes marinos: 11 días. 30 series
Diferencia de los relojes E 10’ 38’’ y 7’ 34’’
Longitud que resulta 7º48’ 27’’

En el observatorio: 27 días. 18 series
Diferencia de los relojes O 20’ 30’’
Longitud que resulta 7º 19’ 21’’

De lo que resultan un total de 84 series y una Longitud de 7º33’54’’

Dejando aparte las observaciones aún dudosas del segundo, tercero y cuarto satélite, pudimos por consiguiente reunir para la determinación indicada los elementos siguientes:
El reloj 72 o bien la serie de nuestras longitudes (Occidental de Panamá) 7º39’21’’
El primer satélite de la mañanita del 25 (algo dudoso) 7º40’15’’
El de la noche de 27 ( de la mayor confianza) 7º39’45’’


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25 Dic 2015 11:53
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Nuevo mensaje Re: Diario de la Descubierta por Alexandro Malaspina
… 27 enero.

A este tiempo con otras dos excursiones, se habían medido otras dos bases para ligar más, y más los diferentes puntos intermedios entre el Cardón y el observatorio; y concluidas la aguada, y leña, se había podido conceder un día entero de recreo, y descanso a la mayor parte del armamento; mientras, para reunir en cuanto fuese posible, lo útil con lo agradable, Don Dionisio Galiano, Don Juan Vernaci, y yo, procuramos con un teodolito determinar por medio de marcaciones, las posiciones de El Realejo, Chinadega, y El Viejo, en una excursión, que emprendimos a caballo, con ánimo de visitar estos contornos, y al mismo tiempo despedirnos del regente de Guatemala, y del Coronel Hodgson, quienes, establecido desde el primer día su real en El Viejo, se disponían a pasar muy luego a Guatemala por tierra, no pudiéndoles yo facilitarles pasaje hasta Sonsonate, por no exponer a la menor demora el plazo de llegada nuestra a Acapulco, y San Blas.

29 enero.

Para el 29 ya estaban reunidos también a bordo los Sres. Pineda y Heanke, ricos del mil noticias útiles, y de muchos objetos particulares en los tres ramos de la historia Natural; se habían conseguido los acopios meditados de madera; y había regresado de León el Teniente de Navío Valdés, el cual en el corto término de siete días, no solo se había enterado de mil noticias útiles relativas a la comisión nuestra, si también en una excursión al volcán de Telica, había añadido a nuestra colección de historia Natural, materiales y noticias de la mayor importancia, que le hacían tanto mayor honor, cuanto que para adquirirlas, había debido vencer varios riesgos, y trabajos no de poca monta.

Marcados desde el mismo volcán diferentes puntos bien colocados; y desde la ciudad de León, hacia la cima de este volcán, como la del El Viejo, pudimos considerar, determinada con bastante precisión también la posición geográfica de aquella ciudad, pues dependía directamente de nuestras tareas en el puerto.

El volcán de Telica, puede considerarse en el día, en mucha mayor acción que El Viejo. No es tanta su elevación, pero su caldera no es inferior, no bajando una ni otra de mil varas de diámetro aproximadamente. Don Cayetano Valdés refiere, que no pudo darse vista más hermosa, del vestido o capa interior de sus paredes de la caldera, que presentan por todas partes un amarillo sumamente vivo, e igual dimanado del azufre, de que están vestidas. El humo es casi general, no solo en lo interior si también en las inmediaciones externas; cede el terreno, aproximándose a la cima; una piedra echada en la cavidad, por largo tiempo devuelve, un murmullo distante, prueba segura de la profundidad a la que penetra, se oyen a mucha distancia hacia las partes menos altas del monte, las conversaciones de los que están en la cima.

La vegetación es sumamente mezquina, en fin, todo denota un hueco sumamente profundo; del cual emana en mucha abundancia un vapor acuoso, y en el cual liquidación de muchos materiales, y en particular de varios montoncitos, de piedras, que se advierten sembrados uniformemente con una prudente igualdad, parece unas obra en la que se ocupa innecesariamente la próvida naturaleza.

No muy remota a época de los últimos estragos de este volcán. En el año de 1765 una lluvia de cenizas, y arena cubrió las campiñas inferiores hasta el pueblo de El Viejo distante unas diez leguas. Los estremecimientos o temblores duraron de quince a veinte días. A veces le acompañaban los bramidos del mismo monte; y la naturaleza aún en sus convulsiones, se explayaba al mismo tiempo con más vigor en el volcán del Rincón de la Vieja inmediato al golfo del Papagayo.

Las erupciones de Momotombo, habían ya por los años de 1610 obligado a los ciudadanos de León a variar de demora; y se hicieron (Malaspina usa el vocablo “se han hecho”) nuevamente temibles en 1636, han sido aún más temibles las del Nindirí en 16 de marzo de 1772 , debiéndose por ventura las materias ígneas que arrojó al mismo tiempo en cuatro lavas que corrieron la una hacia la laguna de Maraya; la otra de dos cuadras de ancho, y como seis varas de alto hacia el camino real de Nindirí; la tercera a la sierra de Managua, y la 4ª hacia la costa del S.

La dirección de ésta cordillera marítima de volcanes parece aproximadamente la del ONO al ESE. A sus faldas se extiende hacia el mar una porción de tierra baja, regada en parte de los ríos y en parte de las mareas; su mucha fertilidad es difícil describirse; y las maderas excelentes, que por todas partes crecen en sus orillas, convidan tanto más a una construcción activa, cuanto que conducirlas y labrarlas es obra de muy poco tiempo y coste.

En un terreno en el que se manifestaban con el mayor rigor y variedad las obras admirables de la naturaleza en unas orillas, cuyo reconocimiento y descripción prolija debían mirarse, como de la mayor importancia para la navegación y opulencia nacional, tanto más, que los esteros eran casi infinitos, interesantes los golfos de Ampala, y del Papagayo, aquel por sus astilleros, éste por su inmediación a Nicaragua, y excelencia de productos marítimos; puede imaginarse, cuanto debía sernos sensibles así el atraso dimanado de las calmas pasadas, como la necesidad de dirigirnos ahora con la mayor brevedad a Acapulco. Pero ya no nos era permitido el sacrificio de un día, ni estos objetos podían abrazarse, sino con el plazo de algunos meses.

Nota: En esta ocasión, Malaspina expone claramente su vocación por el estudio de las ciencias de la economía. Ve en ellas el camino para el fortalecimiento del tejido económico de la corona. Aquí, expone con acierto una serie apuntes y valoraciones en relación con la importancia estratégica que tiene para España el aprovechamiento de los recursos naturales. Recursos que entonces como ahora tenía y tiene a su alcance. Solo había, hay, que ponerse a trabajar en su trasformación para beneficio de la nación.

Maderas, recursos pesqueros, navegación y astilleros a todos nos suenan o nos hieren hoy como a Malaspina ayer. Hoy también podíamos añadir la energía y no precisamente la que menos nos importa, que es la que más nos importan. La proveniente del petróleo. Esa no. Me refiero a la nuestra. La que tenemos aquí más que de sobra: El viento y el Sol. Los mismos que usaba entonces Malaspina para navegar.


Así determinada la marcha de los relojes, con las alturas correspondientes del mismo día 29, y recogidos en aquella tarde los instrumentos astronómicos y la fragua que habíamos tenido en tierra para diferentes menesteres, quedamos al anochecer enteramente prontos para dar la vela echándose solo amenos un soldado de marina, de toda la gente, que en los últimos días habíamos dejado ir al pueblo de El Realejo.


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29 Dic 2015 06:51
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Nuevo mensaje Re: Diario de la Descubierta por Alexandro Malaspina
Navegación desde el puerto de El Realejo al de Acapulco.

Ti-mon1

30 enero.

A las 3 de la mañana del día siguiente, metida nuestra lancha, y valiéndonos para levar un anclote la lancha del buque mercante de Lima, que nos estaba inmediato, nos dispusimos a dar la vela, con ánimo e aprovechar las pocas ventolinas de tierra, que naturalmente soplasen al amanecer antes que se nos declarase la marea contraria. Pero como aquellas no faltasen de un todo, y la marea a las seis de la mañana, e empezase ya a estar en la creciente, nuestros progresos con el auxilio de los remolques fueron sumamente lentos; y poco antes de las siete debimos dejar caer un anclote en cuatro brazas casi EO con el arenal de la aguada y como dos cables por la proa de la fragata Belencito.

En esta disposición debimos permanecer algunas horas, hasta que o cambiase la marea o cambiase el viento favorable; nos ocupamos por consiguiente, en medir azimutes magnéticos en la aguja de Gilbert, sustituyendo a las alturas del Sol por falta de horizonte, las horas del número 61; operación que mirábamos como importante pues el teodolito indicaba solos 6º de variación al NE, cuando todas nuestras observaciones antes de aproximarnos al puerto habían sido constantes de los 8º a 9º. La aguja en esta ocasión afianzó los resultados del teodolito, con indicar una variación al NE que no excedía de 5º 30’.

A las 10 de la mañana ya empezaron a declararse ventolinas fresquitas del N con las cuales dimos inmediatamente la vela con gavias y juanetes, dirigiéndonos a conservar el canal, que por la punta de Icacos, se inclina luegohacia el Cardón, huyendo del bajo de arena, que cierra la boca a no mayor distancia de un cable; y a pesar de la marea contraria, nos favoreció de tal modo el viento, que a las 11h, ya estábamos como a treinta varas de las piedras del Cardón; y a las 11 ½ a una larga milla de ellas, calmando a la sazón enteramente el viento indeciso aún entre el NE y la virazón…

Ya a las siete de la tarde, entablada la virazón del S; pudimos navegar al O ¼ NO con todo el aparajo cuyo rumbo al paso que nos desatracaba algún tanto de los bajos de Los Aserradores, nos daba lugar a examinar con prolijidad toda la costa baja, y de manglares, que se dirige hacia la ensenada del golfo de Ampala…

A la sazón y ayudándose recíprocamente de la habilidad del cirujanoDon Florencio Flores, y de la quina, que como selecta entre las mejores de Loja, nos había dado al tiempo de despedirse el Sr. Regente de Guatemala, teníamos la satisfacción de ver desterradas casi de un todo de nuestra tropa, y marinería las calenturas recibidas en Panamá; casi todos los convalecientes estaban en estado de hacer servicio; y Don Fernando Quintano cuya salud por un vicio de estómago , desde la salida de Lima , hasta aquí, había más bien deteriorado, que recibido alguna mejora; parecía últimamente querer triunfar de una enfermedad tan terrible como común entre trópicos. Se continuaron repartiendo periódicamente ropa y tabaco a los que más le necesitasen o apeteciesen, se establecieron los zafarranchos por un día entre tres, dando en esta ocasión un medio cuartillo de vino, como premio de aseo, finalmente coadyuvado por nuestra parte, a cuanto pudiese influir en la tropa, y marinería para su conservación, disciplina y amor a la oficialidad, poco a poco preparábamos los cimientos de aquel orden que tan necesario se nos representaba para las tareas complicadas del próximo verano.


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31 Dic 2015 16:50
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Nuevo mensaje Re: Diario de la Descubierta por Alexandro Malaspina
… 30 enero.
En una estación, tan favorable, como esta, para el reconocimiento de las costas, que seguían hasta Acapulco, hubiera sido reprensible, el sacrificar a una demasiada aceleración, una parte considerable de la exactitud, que hasta aquí habíamos podido llevar en nuestras tareas. La cadena de volcanes, que a alguna distancia del mar, sigue casi en la misma dirección de la costa, convidaba a la verdad a alucinarnos; pues unos puntos bien terminados, y fáciles a distinguirse hasta treinta leguas de distancia suministrarían siempre la trabazón necesaria de marcaciones, aunque en las noches aún harto largas, continuásemos nuestra navegación con fuerza de vela. Pero además, que la costa baja de manglares y arena sale a veces hasta ocho, y diez leguas a la mar, más de lo que proyecta la perpendicular de los volcanes, haciéndose también muy difícil su conocimiento por la casi general igualdad, que conserva entre sí, mirábamos así mismo como objetos de mucha monta un examen prolijo de las sondas, y una medida, cuanto fuese posible, escrupulosa, de la elevación de cada volcán sobre el nivel del mar.


Así, a pesar, de que desde las primeras horas de la noche el viento bien fresco del NNE y NE, que ya no nos permitía llevar las velas menudas, convidase a un andar de 8 a 9 millas por hora; navegábamos muy luego con las solas gavias a medio mastelero; y antes de media noche paireamos a vuelta de tierra por fondos de 45, 49 y 49 brazas arena, no accediendo así de unas doce leguas nuestro andar desde el principio de la noche hasta la mañanita siguiente.

31 enero.

Marcamos el volcán del Viejo al E. 4º S. corregido; mucho menos se nos ocultaban los volcanes de La Cosivina [i]Dicho volcán está situado en el extremo más occidental de la actual Nicaragua, a orillas del océano Pacífico, conocido en la actualidad con el nombre de Cosigüina, en cuyo el conjunto volcánico se sitúa el Parque Natural Volcán Cosigüina [/i]de de San Miguel. El monte de Amapala, inmediato al extremo occidental de la boca, la entrada del Contadillo, los ríos de San Miguel, y Lempa; y los volcanes sucesivos de Sacatecoluca, Zacatecoluca San Salvador, los Isalcos, hasta las inmediaciones de Sonsonate, presentaban en su variedad, majestad, y extensión de una serie de objetos, en cuya vista no podía menos deleitarse la curiosidad, siempre incansable.
Hasta el medio día fueron por consiguiente repetidas nuestras tareas, procurando llevar bases bien ordenadas de corredera, midiendo las alturas de los mentes, observando dos series de horarios, y finalmente refiriendo a los diferentes puntos la Latitud deducida de la altura meridiana del Sol.

Hasta las tres de la tarde continuaron las ventolinas del SE, que finalmente a esa hora cedieron a la virazón del O. esta misma poco después de anochecer, debió también ceder al terral del N, que con ráfagas muy fuertes, y mar bastantemente picada, nos obligó a navegar con alguna precaución rota por la mitas la verga de juanete de proa. Nuestras sondas, que por la tarde habían sido 35 brazas fango, a distancia de tres leguas de la costa, ya habían aumentado hasta 50 brazas>; pudimos por consiguiente navegar a un rumbo paralelo a la costa sobre las gavias arriadas, hasta que a la una cumplida la distancia, que pudiese alcanzarnos la vista de la costa de la tarde anterior, paireamos nuevamente de la vuelta de tierra en sondas de 58 a 50 brazas fango.

1 febrero.

Cedieron con las primeras claras del día siguiente las primeras ráfagas fuertes del NE, y se perdieron de vista las muchas candeladas o quemas, que al andar de toda la costa hasta Sonsonate, nos habían presentado en la noche anterior un espectáculo sumamente hermoso y agradable…

Por ventura al medio día, la Latitud de (…) Malaspina omite aquí el valor de la Latitud a la que hace referencia entablo viento del SO ¼ S. que inmediatamente aprovechamos con fuerza de vela al NO. ¼ N, hasta que no distando sino dos lenguas escasas de las playas de arena, ceñimos de nuevo, para recorrer la costa, y enterarnos prolijamente de estos parajes. A las tres y media, aún dudábamos de la verdadera posición de la punta de Los Remedios, presentándosenos dos pedruscos en diferentes parajes, cuando el uno, era la única señal, que teníamos de esa punta; prescindiendo del arrumbamiento del volcán, que prescriben los derroteros; pero ya se disiparon todas nuestras dudas, cuando aclarada mucho la costa, logramos al mismo tiempo de la vista de un bergantín fondeado, de las Bodegas del Pueblo y del de Aguada, Arroyo, todos puntos, que daban mucho margen a trazar con exactitud esa rada.


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31 Ene 2016 11:02
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Nuevo mensaje Re: Diario de la Descubierta por Alexandro Malaspina
...1 febrero.

En Sonsonate, a pesar del fondeadero sumamente incómodo, el paraje por donde se extraen casi exclusivamente los frutos del reino de Guatemala, para el Perú y,. Mexico. Los tintes para las manufacturas americanas, de ambos reinos, las breas, y alquitranes, el algodón, y una cantidad grande de maderas preciosas forman los ramos principales de esta extracción; mientras lo son de la introducción, los vinos, aguardientes; y algunos comestibles secos del Perú, y Chile, algún azúcar del reino de México, y una compensación en dinero de una, y otra parte. La necesidad de acortar cuanto fuese posible, la conducción por tierra a la capital del reino, ha hecho sin duda, que las embarcaciones concurriesen a esta rada, en la cual, el total desabrigo de los vientos de fuera, la ola sumamente gruesa del SO, que rompe violentamente en la playa, precisando para las lanchas al uso continuo del andarivel, y el fondo mismo sembrado de ratones, que exponen continuamente los cables son otros tantos inconvenientes, que le acompañan y hacen sumamente incómodo.

Observados pues los horarios en su meridiano, y tomadas por Don Felipe Bouza tales vistas de sus inmediaciones, que ya no pudiese el navegante tener la menor incertidumbre en buscarle, ceñimos la virazón para alejarnos algún tanto de la costa, y arriamos las insignias nacionales que habíamos conservado largas pasando delante del fondeadero…


2 febrero.

…la virazón bonancible, la ceñimos al cuarto cuadrante hasta las cuatro de la tarde, que ya más bien del OSO; y el ONO, nos obligó a navegar, al S, y SO, revirando no obstante a las 10 de la noche al N. para no desatracarnos de la costa, y no perder si lo hubiese en la mañanita siguiente el menor soplo de terral.

3 febrero.

Pero nuestros conceptos se apartaban mucho en esta ocasión de la realidad; pues en este; y en los días siguientes, careciendo enteramente de terral, rodeados de calmas en la mayor parte de la noche, y en todas las horas de la mañana hasta las dos de la tarde; y perseguidos a esta hora de una virazón al mismo tiempo floja, escasa, y poco periódica, ni podíamos proporcionar con acierto los bordos, ni aunque le consiguiéramos, nos producían estos la menor ventaja en nuestra derrota; porque era preciso, acercarse continuamente a la costa, toda baja y de manglares, para fijar con alguna probabilidad sus términos verdaderos independientes de los volcanes internos.

A la altura de Guatemala, y de Atillan, o Sacatepeque, que teníamos diariamente a la vista, fue pues uno de los objetos esenciales, que nos prefijamos en estos días; en los cuales, aunque también abundasen mucho la vista diferentes especies de peces, y unas ballenas enormes, no pudieron cogerse a la fisga, sino un dorado y una tortuga.


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31 Ene 2016 19:11
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Nuevo mensaje Re: Diario de la Descubierta por Alexandro Malaspina
...3 febrero.

La barra de Estapa, que en otros tiempos fue el verdadero puerto de Guatemala, no ocupaba menos nuestra atención. Nos fue difícil hallarla entre los manglares, aunque procurásemos prolongar los bordos hasta dos leguas de la costa por sondas de 15 a 18 brazas, ya lama ya arena, precisamente en las enfilaciones NE, y NNE. de la aguja con los volcanes de Guatemala, como indicaban los derroteros y últimamente solo pudimos determinar su paradero con alguna probabilidad, en el paraje de la costa, en donde cesa esta de correr al O. hurtando casi repentinamente al NO ¼ O.

8 febrero.

Al medio día del 8 era pues nuestra Latitud de solo 13º 40’; y la Longitud de 4º 30’ al O del Realejo, viéndose si por primera vez los volcanes siguientes de Sapoticlan, y tal vez de Las Amilpas, y prometiendo así la devolviese los terrales siquiera de noche…


9 febrero.

A la verdad nuestra situación en ese momento no era favorable; así porque el sacrificio de un solo día era una pérdida de mucha consecuencia, para poder verificar la salida del puerto de San Blas para el N, siquiera antes de la mitad de marzo, como porque aún para el conseguimiento dudoso de este intento, nos veíamos precisados a abandonar un reconocimiento exacto de la costa siguiente hasta Acapulco; reconocimiento que debía por otra parte mirarse, como de la mayor importancia, así por los puertos de la Ventosa, Aguatulco, y los Angeles, útiles para la comunicación mercantil, y defensiva, de los reinos de Perú, y México; como para la venidera precisa existencia de buques de la Marina Real, en unas costas, cuya invasión debían precisamente mirar los enemigos de la corona, como fácil, y lucrosa al mismo tiempo.

No varió nuestra situación de semblante hasta el día 14; antes bien siendo las virazones más flojas, y menos duraderas, y siendo casi imprescindibles los terrales experimentamos atraso más bien que adelanto en la derrota; y concurrían unánimes a desengañarnos de cualquier idea favorable, que hubiésemos querido formar, la sonda, la vista de los volcanes, y casi diariamente la de la tierra baja que distinguíamos por cada árbol de los que los troncos secos, que en las últimas tardes inmediatos a la playa, veíamos sobresalir considerablemente a los demás arboles, bien semejantes a unas atalayas.

Los hubiésemos creído las Anabacas, ya por el tiempo, pero no nos era fácil combinar los derroteros, en cuanto a las enfilaciones de los montes cercanos, los cuales por lo común se hallaban desde el salir el Sol, cubiertos de una densa calima…

Si en algún modo continuaba en hacer menos molesta nuestra posición, la elección que en la travesía al Realejo nos habían dado las calmas, sobre la Montuosa, y Golfo Dulce, se acrecentaba por otra parte en esta ocasión nuestro desasosiego con no ver ni el más remoto indicio en los tiempos de una próxima alteración favorable, aunque las inmediaciones del plenilunio, nos diesen un cierto derecho para esperarla. Cada día era una perdida esencial para el plan propuesto, y ya o la menor inacción por nuestra parte o la menor constancia en el tiempo, harían imposible su verificación para el próximo verano. Aún distábamos 120 leguas de Acapulco situándole con el piloto Mestre en Latitud 16º 49’N, y por observaciones del Sr. Don Vicente Doz en San Josef de California referidas en la carta del piloto Mendizabal, en Longitud 10º 46’ al occidente de El Realejo.

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01 Feb 2016 20:23
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…9 febrero.

Las corrientes se nos habían declarado contrarias; una mar gruesa sorda del o, y NO, indicaba más bien vientos reinantes de aquella parte. Cada día era un nuevo acontecimiento de la oscuridad de los derroteros, pues indicaban vientos tempestuosos, y temibles del N, adonde no hallábamos sino calmas, y virazones. El mismo deseo de acierto, en una oscuridad, o laberinto tan complicado, aumentaba las dudas; y dilataba la determinación. Pero en fin en este día fue preciso aventurarse, y variar de sistema, determinándonos a separarnos de la costa a la distancia de 30 a 40 leguas, para ver si alcanzando la brisa, pudiésemos vencer en pocos días la Longitud dejándonos luego caer insensiblemente sobre la costa para aprovechar las virazones.

Este partido había sido tan útil al Almirante Anson, que en pocos días había logrado acercarse a Acapulco desde la misma Latitud, y en la misma estación, en que en la actualidad nos hallábamos, y en varias noticias, que accidentalmente, y con alguna confusión había oído de la navegación del Galeón de Manila o el regreso a Acapulco, concurrían, a convencerme, que las costas hasta Acapulco eran más bien calmosas, y que los Nortes serían tan tempestuosos como poco frecuentes.


14 febrero.

…La mar se conservaba aún gruesa del O. Voleteaban en nuestras inmediaciones varios Bobos, y una especie de Rabihorcados; y eran a veces presa de nuestra fisga, algunas tortugas, dorados y bonitos, así como caían al anzuelo algunos taurones entre los cuales hubo uno de tamaño monstruoso.
La falta de virazón y de terral nos dejó sin gobierno en casi las siguientes veinte y cuatro horas. Los balances fueron al mismo tiempo muy violentos, causándonos averías de alguna monta en el velamen, y aparejo, y así

15 febrero.

al amanecer del 15, eran muy pocos nuestros progresos en Latitud, al paso, que nos veíamos en la posición de remplazar con otros nuevos dos juanetes, que se nos habían rifado en la noche anterior. Solo sí, que declarándose alguna maretita del E. y corriendo la celajería de la misma parte parecía querernos indicar una próxima alteración favorable del tiempo.

17 febrero.

No fuimos más felices en los días siguientes; en los cuales ceñimos constantemente el viento calmoso del NNO. N. y NNE, viendo al medio día a pesar de esto, que nuestra posición era casi inmóvil, desbaratando las corrientes, las cortas ventajas que nos proporcionaba el viento, la vigilancia y el buen andar de la corbeta, sustituida por otra parte una maroma favorable del NE, y E, a la del O, que hasta aquí nos había incomodado. Notábamos alguna diferencia favorable al N.

Para profundizar sobre el régimen de corrientes en las que estaba inmersa la corbeta [i]Descubierta en su singladura desde El Realejo hacia Acapulco durante el mes de febrero de 1791, en el siguiente enlace se aporta un estudio sobre las corrientes oceánicas del Pacífico Central en esta zona[/i]

https://www.scielo.org.mx/scielo.php?scr ... 2000300003

Fuente:
Modelación numérica de la hidrografía y circulación estacional y de mesoescala en el Pacífico central mexicano

Numerical modeling of seasonal and mesoscale hydrography and circulation in the Mexican Central Pacific

DA Pantoja, SG Maríneme*, A Parés-Sierra, F Gómez-Valdivia

Departamento de Oceanografía Física, CICESE, Km. 107 Carretera Tijuana-Ensenada, Ensenada, Baja California 228060, México. * Corresponding author. E-mail: marinone@cicese.mx

Received May 2011,
received in revised form December 2011,
accepted January 2012.


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08 Feb 2016 19:37
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19 febrero.

Así al medio día del 19 por latitudes de 13º 16’ solo nos considerábamos 5º 35’al occidente del Realejo; no quedándonos por otra parte la menor duda, que tanto la contrariedad de las corrientes, como el inclinarse aunque muy flojos, los vientos al N; dictaban por preferente el partido de seguir una navegación costanera, más bien, que la de alta mar adoptada desde el 14.


Oportunamente en la misma tarde, hacia el ponerse el Sol, se llamarón al ONO y O, con las cuales debimos ceñir al N, en toda la noche, esperando sí, con mucho temor, que un nuevo extravío por efecto de las corrientes, combinando con la actual navegación, nos presentase a la vista al amanecer, los mismos volcanes de Guatemala, y Saquetepeque, que habíamos abandonado el 15. Contribuyó a la verdad a sosegarnos algún tanto hacia la media noche, el no encontrar fondo con 90 brazas, lo que nos indicaba (supuesta una diferencia favorable en Latitud) que esta nos manteníamos al O. de nuestra situación del 14; concepto que efectivamente vimos verificado en la siguiente mañana; marcando desde luego las tierras, que veíamos distantes; desde el NE ¼ E al NNO.

20 febrero.


No nos abandonaron en todo este tiempo varias especies de aves, y peces, distinguiéndose entre los primeros los Bobos, los Rabihorcados, y últimamente un Rabijunco, y entre los segundos, dos Dorados, Toninas, Albacoras, ballenas, tortugas, y varios de muy chico tamaño. Don Antonio Pineda fue al mismo tiempo muy feliz en su estudio favorito de las moluscas, habiéndose cogido muchas en su variedad, y movimiento e instinto presentaban una nueva forma agradable de la naturaleza.

21 febrero.

La vista de la costa, que por la mañana habíamos conseguido, aunque con mucha confusión, parecía confirmar los conceptos del Excmo. Ulloa, en la mucho menor interacción del golfo de Teguantepeque (Tehuantepec) y puerto de la Ventosa, de lo que manifestaba en su carta moderna el geógrafo inglés Jeffrys.


28 febrero.

Al medio día del 28 por Latitud de 15º 19’, y Longitud de 8º 56’ logramos la vista de una parte considerable de la costa. Era la que desde Puerto Escondido corre en dirección ONO hacia las barrancas y pesquerías. Nos parecía distinguir aunque entre calima el Morro Hermoso y el Cerrillo, no debíamos distar por consiguiente de la boca de Acapulco, sino unas cuarenta leguas.

1 marzo.

Era natural, que a estos inconvenientes se agregase un calor excesivo, siendo consecuencias de él, y probablemente de algún exceso en las comidas del pescado las indigestiones, que últimamente acompañadas con calentura se manifestaron en unos tres o cuatro marineros. Seguían constantes el buen humor, y robustez de los demás, no omitiéndose por nuestra parte el coadyuvar cuanto fuese posible, a su conservación, ventilándose en esta ocasión los pañoles de las velas, y todos los pertrechos, que en ellos estaban depositados, el cuidado del aseo, y otras faenas interiores coadyuvaron mucho en favorecer una transpiración sana, y moderada…

2 marzo.

El día siguiente 2, manifestó que aún no se habían agotado los medios de hacer nuestra situación, cuanto fuese posible molesta, y enfadosa. Se agregó a la calma el ardor del Sol, y la contrariedad de las corrientes, una mar bien gruesa del NE, que causando unos balances tan vivos, y repetidos, como incómodos…

En esta ocasión habíamos descendido de nuevo a la Latitud de 15º 3’ y el cronómetro 72 nos indicaba la Longitud de 9º 21’…


3 marzo.

La vista de las costas inmediatas, nunca se había conseguido con mayor claridad de la que lográbamos en toda esta mañana. Se corrieron algunas bases, y no distando de ella por la tarde, sino dos a tres leguas, pudimos confirmar nuestras ideas primitivas, que nos hallábamos fronteros al Morro Hermoso y entendíamos nuestras marcaciones desde Las Pesquerías hasta el Puerto Escondido…

Con la Luna nueva se habían declarado los vientos del O. fresquitos y los cuales conservándose aún en la noche, y a veces inclinándose algún tanto o bien al tercer o al cuarto cuadrante nos daban lugar a lisonjearnos que muy luego, aprovechando los bordos, y el buen andar de la corbeta, nos aproximaríamos al puerto de Acapulco, del cual no nos considerábamos ya a más distancia de unas treinta y cinco leguas.

4 marzo.

Pues al medio día del 4, era nuestra Latitud de 15º13’, y la Longitud de 9º 22’ al occidente del Realejo. Pero muy luego debíamos abandonar también este concepto, con tanta mayor mortificación, cuanto que la vista constante de los mismos puntos, nos desengañaba a cada momento, de cualquier progreso nos indicase la estima. Las corrientes en esta ocasión indicaban más al E, que al S, y en el primer sentido, hallábamos a veces en un día la diferencia de un medio grado en la estima y en la observación.


Fuente:
Wikipedia. https://www.google.es/url?sa=i&rct=j&q= ... 9214467372


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09 Feb 2016 19:20
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6 marzo.

Con estas desventajas, ya conocidamente invencibles, y hallándonos en la mañanita del 6, precisamente en el mismo paraje, que en la tarde del 3 habíamos reconocido, nos pareció oportuno el variar de sistema, abandonando la inmediación de la costa, y los bordos muy cortos, , que habíamos seguido en los días anteriores. En esta noche habíamos debido navegar con alguna precaución, siguiendo la vuelta del NO con viento al mismo tiempo escaso, y flojo, y considerándonos a una sola legua de los arrecifes, que los derroteros avisan correr por largo trecho mar en fuera a el andar de la costa de Las Barrancas.

No puede negarse que nuestra situación a este tiempo, era sumamente extraña, y desagradable. Casi a la vista del puerto, que se anhelaba, en una estación, la más favorable para conseguirlo, con una embarcación aventajada, y seguramente no omitiendo de aprovechar la menor ventolina, veíamos no obstante frustrados diariamente nuestros esfuerzos, el plan de las operaciones siguientes desbaratado, aunque hubiéramos procurado combinar con las casualidades aún algo extraordinarias, finalmente sacrificando el reconocimiento de una parte considerable de la costa de Guatemala, y el Puerto Escondido, al mismo deseo, de alcanzar el puerto, por el cual ansiábamos a la sazón casi con iguales ganas, a las del propio febrero.

Entretanto los calores eran excesivos, influyendo no solo en la salud general, si también en el maltrato de la arboladura, de las cubiertas, y de las embarcaciones menores. No aparecía una nube en el cielo, que al paso de modificar el ardor del Sol, nos indicase preludios de viento favorable.


Entre tantas incertidumbres, y particularmente sin el menor elemento probable, para juzgar de los tiempos, y corrientes venideras, donde fuésemos a encontrarlas, debía precisamente fluctuar la determinación del primer partido (tratándose particularmente de ceder con ignominia a una calma), y la necesidad de combinar los pasos venideros con la Atrevida, y con las instrucciones o bien del Excmo. Sr. Virrey de México o con las del Excmo. Sr. Ministro de Marina indicasen preferente el partido de seguir hacia Acapulco, atento también a la poca distancia, y a la existencia de allí de algunos efectos, y del Teniente de Navío Espinosa, por otra parte la calidad de los tiempos, la constancia de las corrientes, y los cortos restos de la estación seca en estas costas dictaban por más conveniente el partido de navegar hacia el Este, reconociendo la costa hasta el Puerto de la Ventosa y trabajar una parte de la carta que no pudiéramos últimamente descuidar sin tacha de poco exactos en cumplir las intenciones de S.M. relativas al verdadero bien nacional. Sería fácil recibir en aquel puerto, las cartas e instrucciones, que nos hubiesen dirigido a Acapulco, y tal vez nos vendría a mano, varios otros puntos científicos, relativamente a la historia natural en la cordillera inmediata y a la hidrografía en la comunicación, y navegación del río de los Guazagualcos, y en una nueva conducción de nuestras longitudes a el Atlántico, como ya lo habíamos hecho desde Panamá por Chagres.

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22 Feb 2016 20:32
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…6 marzo.

En esta disparidad de conveniencias, pero más bien inclinado al segundo partido, quizá, antes de abrazarle, hacer un nuevo ensayo, para alcanzar Acapulco, dando un bordo afuera de veinte leguas, al cual, parecían convidar, como se ha dicho, no solo los vientos galenos del O. desde el novilunio, si también la probabilidad de algún aminoramiento de la contrariedad de las corrientes. Si el bordo sucesivo para tierra no nos produjese la menor ventaja, nos entregaríamos con el solo sacrificio de uno, o dos días, al albedrío del viento, y de las corrientes para reconocer la costa al Este.

Tomamos por consiguiente desde la semana del 6 las muras de estribor, y ya al medio día aunque el viento del OSO fuese calmoso, parte por la calima, y parte por el mucho efecto de las corrientes al S. habíamos perdido la costa de vista, hallándonos en Latitud 14º59’
Muy luego nos desengañaron las calmas, de la inutilidad de nuestro intento, y como debiésemos recelar del extravío de las corrientes, no diferimos más allá de las ocho de la noche inmediata para ceñir de nuevo al cuarto cuadrante las ventolinas bien flojas del tercero.


7 marzo.

A las calmas, que reinaron constantes en los días 8, y 9, sucedieron vientos flojos del segundo cuadrante, los que intentamos aprovechar con rumbo O. ¼ NO de la aguja, para vencer, si fuese posible la poca Longitud, que nos faltaba y para alcanzar los meridianos de Acapulco, siempre esperanzados, que no tan penosos nuestros progresos en Latitud, nos llevarían finalmente por medio de las virazones al puerto deseado.

Las corrientes nunca habían explayado una contrariedad más activa, y constante, de la que experimentamos en estos mismos días. Muy luego nos vimos arrastrados a la Latitud 13º 15’, y a la Longitud 10º 38’, que alcanzamos el 13, mal podía con la corta ventaja de un grado resarcirnos, los dos grados de Latitud que habíamos perdido, a pesar, que nuestra diferencia estimada al N no bajase diariamente de ocho, diez, y hasta quince minutos.

13 marzo.

Muy tarde conocíamos cuanto nos había sido nocivo el abandonar la costa, aunque fuese por pocas horas, y nuestra actual situación nos llevaba casi naturalmente a mirar como feliz, la que en los primeros días del mes se nos representaba, como insufrible. Pero eran inútiles los arrepentimientos, y los remedios no estaban a nuestro alcance, de suerte que nos pareció lo más prudente el disponernos para lo venidero, si se presentase contraria la disposición de los tiempos. Y a este intento se puso algún orden moderado en el consumo diario de de agua, aunque su duración pudiese aún considerarse próxima a dos meses, y medio, se aprovecharon para destilar agua salada las cuatro horas de la mañana, en que se disponían los calderos, se limpió el verdín en ambos costado, se orearon los repuestos del contramaestre, se cuidó con exceso del aseo, y ventilación interiores, finalmente, concluidos casi en un todo los refrescos, y dietas, aplicamos un mayor conato a la pesca, particularmente de las tortugas que pasaban diariamente a nuestra vista, y que, o desde el mismo buque con la fisga, o en las horas de calma con un botecillo en el agua, cogíamos con bastante facilidad y abundancia.

14 marzo.

…Se prefirieron bajo este concepto los rumbos, que en el primero o en el cuarto cuadrante nos acercasen alguna ventaja en Latitud y ya nos parecía lo más lo más probable, según las circunstancias del tiempo, que en el puerto de Acapulco, o en el de la Ventosa, podríamos muy luego no malograr los dos meses últimos de la estación favorable, y variar esta inacción monótona, que constituya en el día nuestra infelicidad, abandonadas las esperanzas de verificar la campaña al N y de reunirnos en breve con la Atrevida.

18 marzo.

Pero a poco tiempo, aún la realización de estos deseos pareció inasequible desde el 15 hasta el 18, obraron con tanta vehemencia las corrientes al S y al E, que al medio día último, en Latitud nuevamente 13º 14’ apenas contábamos la Longitud de 9º 10’, que en el día 24 de febrero, y seis de marzo último habíamos alcanzado, y mirábamos a la sazón, como extremamente corta, que los catorce días últimos desde la separación de la costa, solo habían servido, a aumentar nuestras dudas sobre el fin de este viaje, y a igualarlo ya en su plazo al que había traído desde Cádiz a Montevideo.

Por ventura las inmediaciones del plenilunio, y tal vez también del equinoccio, concurrieron a causar un nuevo impulso de los vientos del N, y el NE del golfo de Teguantepeque; los que después de algunos días de unos horizontes bien foscos, de un semblante pálido, y opaco en el Sol al tiempo de salir, y ponerse, y del aparcamiento de algunos pamperillos se declaró con fuerza.


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02 Mar 2016 20:12
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19 marzo.

En la mañana del 19, dándonos lugar a navegar al NO del la aguja con mayores, gavias aisladas, foque y vela de estay de gavia, aparejo algo excesivo en proporción a las ráfagas, y balances bien fuertes que experimentábamos desde el medio día, y que fueron acrecentando muy mucho en la tarde, y primeras horas de la noche, debieron ser en esta ocasión muy frecuentes nuestras faenas de reparar o bien el velamen o el aparejo, que cedían particularmente desde la media noche al efecto de los balances…

20 marzo.
Aminorada considerablemente la fuerza del viento, y como caído éste enteramente al medio día siguiente, continuasen aquellos con una constancia y fuerza poco comunes, apenas podíamos saborear el adelantamiento considerable de nuestra derrota en las últimas veinte y cuatro horas, por la mucha incomodidad que sufríamos y mucho más por la flojedad de nuestras jarcias mayores, desacuñados por otra parte ambos palos por la fuerza de los mismos balances. La Latitud de 15º 11’ y la Longitud de 10º 24’ en que estábamos al medio día nos parecían por consiguiente unos progresos harto felices e inesperados, aunque las corrientes contrarias no hubieran dejado de cercenarlos considerablemente, y aunque, calmado casi de un todo el viento al anochecer, y sustituido a la media noche por un terral fresquito del N, nos hiciese recelar para el medio día siguiente, algunos más bien atrasos que adelantamientos.

21 marzo.
Pero en esta ocasión fuimos agradablemente sorprendidos logrando con las primeras claras de la mañanita siguiente la vista de un trozo considerable de la costa desde el NNO al NE y hallándonos al medio día a una Longitud y una Latitud aventajadas a lo que manifestaba la estima, si también con los primeros soplos de la virazón que nos prometía en lo venidero unos vientos algo más periódicos y favorables.

Si como creíamos por la mañana la distancia a la costa no fuese menor de veinte leguas, la Latitud observada era de 15º 52’, nos indicaba desde luego que nos podíamos considerar NS con el puerto hallando si por la Longitud de 11º 9’que deducíamos del nº 72 que era corta, la diferencia de 10º 47’ que habíamos supuesto entre Realejo y Acapulco, tanto más, que las comparaciones diarias de los cronómetros manifestaban como muy probable un aumento de 26’ 44’’, que debía hacerse a los resultados del nº 71 por lo que toca a un movimiento arreglado y uniforme.

Ya después de tantas contrariedades, cogida nuevamente la costa, y adelantadas en 15 días de continuos sobresaltos, unas cuarenta leguas al O no parecerá inoportuno hasta donde ha llegado en este tiempo el efecto contrario de las corrientes, reunido a una tenacidad de calmas y vientos contrarios, que si, como parece improbable fuesen frecuentes en estas costas nos dieran lugar a aventurar el consejo de que debía evitarlas cualquier buque mercante…

La corta distancia que navegamos para atracar la costa en la tarde inmediata nos disuadió muy luego de la idea de estar N.S. con el puerto de Acapulco, tanto más, que no veíamos tierras considerablemente altas y, solo sí unas costas amogotadas entre las cuales se hacía particularmente notable un morro a pique de mar, que creyéramos el morrito de los derroteros, algo occidental al puerto Escondido con cuya sospecha ya debíamos recelar que aún nos quedasen unas veinte leguas para alcanzar el puerto de Acapulco.

Seguimos el bordo de tierra hasta el anochecer, no distando a la sazón sino unas dos leguas de tierra y hallándonos en sonda de 24 brazas, lama arenosa, y como fuese ya esta una hora oportuna para la entrada del terral, calmada absolutamente la virazón, creímos que nuestro progresos para la mañana siguiente no serían indiferentes. Erramos también en este concepto pues en casi toda la noche no pudimos gobernar por una total calma, que nos mantenía en fondos de 38 a 45 brazas, y solo al amanecer se nos proporcionó un corto andar de una o dos millas al O con viento del NNO y N excesivamente calmosos.

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29 Oct 2017 09:56
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22 marzo.
Cuanto en esta ocasión se apartasen de la verdad los derroteros así en las señales como en la dirección de la costa, no es fácil manifestarle. Cada objeto era una nueva causa de duda y la sola Latitud era el dato a que nos ceñíamos con mayor verosimilitud debiendo confiar mucho en las observaciones del piloto Maestre, únicas que a la sazón teníamos autenticas.

Las diferentes candeladas que veíamos, ya en una, ya en otra parte de la costa, no nos dejaban duda de que estaba poblada…

23 marzo.
Amanecimos el 23 como a cuatro leguas de la costa, y delante de unas serranías bien altas que, según un marinero filipino que había hecho tres veces el viaje en la Nao, eran las de Acapulco, señalándonos con mucho despejo una por una, y favoreciendo sus conceptos la calima que no nos dejaba examinarlas con individualidad. Esto me indujo a hacer echar la lancha al agua y confiarla al teniente de navío Don Cayetano Valdés con el piloto Sánchez y cuatro días de ración para que o se anticipase a encontrarnos con las cartas, noticias y otros efectos existentes para nosotros en Acapulco, si era el puerto aquel, que teníamos a la vista, o navegase hacia él con mucho arrimo a tierra…

La costa en este paraje corre aproximadamente en una dirección ONO, ENE, y empiezan los arenales con manglares que conducen hasta las inmediaciones de Puerto Chico, dejándose ver en primer término varias lomas hermosamente vestidas, muchos montes en el país interior, y de noche muchas candeladas que indican alguna aunque muy escasa población.

24 marzo.
Fueron sumamente flojas en la noche y mañana siguiente las ventolinas del Terral, que aún antes del medio día roló considerablemente al E. nos encontrábamos algo adelantados por las marcaciones pero distábamos de la costa unas seis leguas, lo que también nos indicó la Latitud 16º 26’ que observamos al medio día. Entablada a esta hora la Virazón fresquita aunque algo escasa, la ceñimos con todo aparejo y logramos a las cinco y media rendir bordo a cuatro millas de las playas de Naguala como a tres o cuatro leguas a sotavento de las tierras altas que forman el puerto. Las conocíamos ya por las diferentes señales con vasta evidencia, y al mismo tiempo descubríamos con tanta individualidad las playas que no debíamos dudar de la llegada de la lancha a su destino.


26 marzo.
…Era este el término de nuestro viaje. Al medio día, y casi repentinamente se declaró viento del OSO que ceñimos luego con las muras de babor, y como, reconociésemos de este modo muy bien la tierra al anochecer, y continuando el viento pudiésemos entender el mismo bordo hasta las diez de la noche a una legua escasa de las tierras escarpadas del Puerto del Marqués, los otros dos bordos que dimos en la noche pudieron ser más ventajosos y hallarnos al amanecer algo sotaventados casi a la boca del puerto.

27 marzo.
Reviramos al SO conservando este rumbo hasta las nueve de la mañana, y ya a esta hora inclinándose el viento algo más hacia el S, pudimos tomar de nuevo las muras de babor y seguir rumbos del NNO, que nos conducían a barlovento del puerto.
Ya a las diez veíamos la lancha a barlovento, que navegaba arribada en demanda nuestra. Se nos incorporó como a las once, y Don Cayetano Valdés me entregó todos los oficios que o el Excmo. Sr. Ministro de Marina o el Sr. Virrey de México o el comandante de la Atrevida me habían escrito. Así éstos como las demás circunstancias actuales exigían mucho más despacio para arreglar nuestros pasos venideros, y en particular el comandante de la Atrevida me avisara que no cantase para el viaje a San Blas menor tiempo del de un mes. Así me pareció no solo prudente sino necesario, el entrar en puerto, y navegando con toda la vela hacia él, finalmente dejamos caer el ancla a las dos de la tarde, y con el auxilio de algunos espías, al principio de la noche quedamos amarrados en tres con una amarra a popa dada en tierra a un árbol inmediato al muelle y dos amarres afuera.

Fin de la navegación desde el puerto del Realejo al de Acapuco.
br-i4


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03 Nov 2017 17:25
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Nuevo mensaje Re: Diario de la Descubierta por Alexandro Malaspina
Estada en el puerto de Acapulco, ocurrencias en este tiempo, e incorporación de la Atrevida.
Ya se manifestó en el capítulo precedente que la corveta Atrevida, dando cumplimiento a sus instrucciones, había seguido la navegación a San Blas y dejados en Acapulco no solo los pliegos de los Excmos. Sres. Ministro de Marina y Virrey de México, si también de los extractos de todas las tareas desde nuestra separación sobre la Costa Rica. Don Josef Bustamante con una actividad poco comunes, después de nuestra separación sobre la Costa Rica había avistado y situado en Latitud y Longitud la isla de Cocos, cogidas luego las brisas después de algunos días de calmas y turbonadas a la vista de la misma isla, había logrado fondear en este puerto con una derrota bien dirigida el 30 de enero.

No había malogrado por otra parte el tiempo, que debió permanecer en él, contra nuestro plan, así porque las órdenes del Sr. Virrey exigían que esperase la reunión de los tenientes de navío del Josef Espinosa y Don Ciriaco Cevallos, que por Real Orden debían incorporarse a la expedición, como porque la deserción de unos trece marineros sin duda temerosos de la próxima campaña del norte, le obligaba a tomar medidas eficaces o bien para cogerlos o reemplazarlos en parte. Logró cogerlos.
Con una serie bien ordenada de observaciones astronómicas y tareas geodésicas determinó la posición y plano del puerto, se le agregaron en la mañana del 26 de febrero los Sres. Espinosa y Cevallos, y el día 27 emprendió su derrota para San Blas prefiriendo a la costanera la navegación de altura, según le había indicado desde México el teniente de fragata Maurelle, bien que avisándole que por la fuerza de las corrientes, y vientos contrarios no sería menor el plazo de su navegación de treinta a cuarenta días.

No bien había llegado a México cuando los avisos del comandante de la Atrevida y sus deseos de reunirse a la expedición les obligaron a marchar precipitadamente a Acapulco, dejando sus equipajes, instrumentos y libros para que fuesen dirigidos a San Blas, en donde la demora de la Atrevida debía precisamente ser dilatada con el objeto de proveerse de una lancha grande como la de la Descubierta había construido en Guayaquil.

Entre ambos oficiales ya bien conocidos en la armada por su capacidad, actividad y celo, eran una adquisición demasiado preciosa, para que no la celebrasen todos los demás oficiales y desde luego manifestaba SM con este mismo nombramiento que había merecido su Real Aprobación, no solo nuestras tareas pasadas, si también nuestro ánimo de ensancharlas cuanto fuese posible particularmente para los progresos de la navegación.

Los oficios del Excmo. Sr. Ministro de Marina que a la sazón habían llegado a Acapulco manifestando solo la aprobación de SM a los progresos de nuestras tareas desde las costas de Chile hasta Lima, en ningún modo dirigirán nuestros pasos venideros y las respuestas del Excmo. Sr. Conde de Revillagigedo, actual virrey de Nueva España, a los diferentes oficios que le había escrito desde Lima, Guayaquil, Panamá y costas de Nicaragua al paso que indicaban de parte de S.E. las providencias más activas para que no hubiese el menor obstáculo a nuestras medidas, no disipaban ni aun en parte mis dudas sobre el partido más acertado para dirigir en lo venidero las corbetas.

Si examinamos los últimos reconocimientos hechos en las costas de California o bien por nuestras expediciones consecutivas desde 1775 hasta 1790 o por las inglesas de los capitanes Meares, Guise, Hanna, Pollock, Berkley, y Davison publicadas por este último en 1788 o finalmente el Sr. Etcles igualmente inglés en 1789 con el buque mercante Princesa Real parecía tanto más inoportuno un viaje nuestro al N con sacrificio de seis u ocho meses cuanto que nuestros buques de San Blas, aún en el día, dirigidos por el capitán de navío Don Juan de la Bodega y Quadra y precisados por las últimas desavenencias al visitar anualmente los establecimientos de Nootka empleaban la mayor parte de los meses útiles del verano explorando prolijamente y con mucha ventaja le la geografía ya de una ya de otra parte de aquella costa inmensa.

Así en el año próximo anterior el teniente de navío Don Salvador Fidalgo con el paquebote Filipo había reconocido con mucha individualidad las entradas del príncipe Guillermo, y de Cook por los 60º de Latitud y el teniente de fragata Kimper, con el piloto Martínez había internado con una goleta en un brazo muy profundo de mar por los 48º hacia donde los poco cautos creían ya en sus imaginaciones haber descubierto el decantado paso del almirante Fonte. Además de esto ni podíamos desentendernos de la estación ya muy avanzada, ni particularmente, si como parecía natural, debiésemos de antemano procurar la reunión de las dos corbetas, ni debíamos olvidar que las mismas costas habían sido reconocidas por los Sres. Peyrouze y Lange sin duda con aquel pulso, celo e inteligencia que dirigía los primeros pasos de las corbetas de SM cristianísima la Buxula y el Astrolabio.

Estando rodeado de estas dudas, y no olvidando cuanto importaba ya nuestra reunión si hubiésemos de visitar unas costas harto fatales a los europeos, bebí últimamente preferir a todos los demás el partido de esperar la reunión de la Atrevida en Acapulco en donde al paso que atendiéramos a una recorrida de la corbeta y a la perfección aún muy atrasada de la lancha, completaríamos aguada y leña, pudiendo al mismo tiempo la Atrevida navegar desde San Blas a Acapulco en siete u ocho días, no conseguiríamos el ir a San Blas, sino próximamente en un mes de tiempo.


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07 Nov 2017 18:39
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Nuevo mensaje Re: Diario de la Descubierta por Alexandro Malaspina
28 marzo.
Fueron por consiguiente mis primeras medidas las de avisar por extraordinario y por manos del virrey esta determinación a San Blas al comandante de la Atrevida.

Le encargaba que recibida la lancha y hechas en el casco aquellas obras que hallase necesarias, no perdiese un momento para regresar a Acapulco a menos que el dictamen del capitán de navío Quadra, atento a las estaciones del seno de Cortés, a los auxilios que pudiese facilitarnos, y la utilidad y plazo de este trabajo, no se inclinase a que la oficialidad e instrumentos de la corveta Atrevida se empleasen en el reconocimiento de aquel seno, mientras la Descubierta destinase el mismo tiempo a una excursión a las islas Sandwich y a un examen prolijo de nuestras costas desde el cabo Mendocino hasta el de San Lucas y San Blas en donde nos reuniríamos de nuevo en el próximo octubre.

Entretanto a cargo de los Sres. Galiano y Bernaci, se emprendió al mismo tiempo una serie de observaciones astronómicas. Los Sres. Pineda y Haenke empezaron a sistemas sus acopios y a recorrer los contornos. Don Felipe Bauza debía ordenar la continuación de nuestras cartas desde Lima, y quedaba al cargo de Don Cayetano Valdés la perfección de la lancha, el detal de nuestros trabajos a bordo, y últimamente una excursión al puerto del Marqués que los oficiales y pilotos de la Atrevida no habían tenido tiempo de trabajar.

Cuanto nos fuesen útiles para todas estas combinaciones las medidas sumamente activas del Sr. virrey y las ordenes consecuentes del castellano Don Josef Manuel de Álava no es fácil manifestarlo en pocos renglones. Muy luego, la misma casa del castellano fue paraje de nuestro observatorio, de nuestras disecaciones, operaciones químicas, y trabajos hidrográficos y aún almacén de muchos efectos nuestros.

Se tomaron las medidas más eficaces para contener el desorden, y en particular la deserción, se dispuso en las inmediaciones el corte de algunas maderas para finalizar la habilitación de la lancha, se adquirieron algunos algo expertos en obra de carpintero y calafate, y la inmediación de la corbeta a la playa, nos dio lugar a que sin la menor confusión, ni excesivo trabajo, atendiésemos al mismo tiempo a nuestras tareas y cuidásemos de la gente, algo cansada del excesivo calor y duración del último viaje y, constituido en el día a permanecer en un clima hasta aquí caracterizado de los peores de América.

Como uno de los objetos esenciales que en el día debía ocuparnos era el disminuir a lo menos si no desterrar las cucarachas, que ya desde Guayaquil y Panamá de habían multiplicado con exceso, procuramos al mismo tiempo no solo aligerarnos cuanto fuese posible de pertrechos, echando a tierra, cureñaxe, maderas de respeto, etc., si también pintar interiormente la parte habitable, y estas atenciones unidas a la buena situación del hospital de tierra y a la seguridad que en él se seguiría el régimen prescrito por nuestro cirujano, me determinó hacer pasar allí cuatro enfermos entre los cuales nos causaba el mayor recelo y sentimiento Liborio Rodríguez cabo de Escuadra de los Batallones de Marina que padecía desde mucho tiempo una supuración del hígado ya amenazada de comunicar con el pecho.

Los padres Hipólitos a cuyo cargo estaba el hospital desde luego manifestaron la mayor caridad y aseo, y así pudimos tranquilizarnos sobre esta parte esencial del buen orden. Los tenientes de navío Don Fernando Quintano y Don Manuel Novales, en los cuales con indecible sentimiento de todos, veíamos en el día arraigada la disentería de trópicos, pasaron también a vivir en tierra, hallando que la quietud, el ejercicio y el esparcimiento compensarían con tanto mayor ventaja la tal cual diferencia de clima cuanto que por esto no carecerían a todas horas de la compañía y alivio de una oficialidad en la cual resplandecía más, y más a cada paso los sentimientos de amistad y de la moral.

29 marzo.
Establecidos ya en tierra el péndulo y el cuarto de círculo, fue primer objeto la deducción de la Latitud de Acapulco con cronómetros con el fin de compararla así a los resultados de la Atrevida como a los que dedujésemos de nuestras observaciones del primer satélite de Júpiter, y aún de la marcha nuevamente examinada en los mismos relojes.


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09 Nov 2017 19:17
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Nuevo mensaje Re: Diario de la Descubierta por Alexandro Malaspina
…29 marzo.
Desde luego todo ocurrió a afianzar la sospecha de una aceleración considerable de los cronómetros 61 y 71 que ya nos habían indicado las comparaciones diarias que no pudiésemos atribuirla ni al temperamento ni a los balances en el último dilatado plazo de 58 días…

No tardó en manifestarse uno de los azotes más terribles con que la naturaleza compensa en estos contornos la prodigalidad de otros bienes. Hacia la 1 y media de la mañanita del día 30, se apareció un temblor muy fuerte aún abordo, precediéndole desde algunas horas todos los amagos de una tempestad no distante, y algunos minutos antes un ruido fuerte subterráneo con el aullido acostumbrado de los perros y con la natural propensión de una muchedumbre de peces aproximándose a la superficie del agua abandonando todos instantáneamente toda mayor profundidad.

La duración de este terremoto fue de aproximadamente 20 segundos, su movimiento de trepidación no indiferente y sus estragos en algunas casas, y sin embargo, no perceptibles en el péndulo del observatorio, cuyas oscilaciones y movimiento hallamos en la mañanita siguiente bien uniformes con lo que había observado.

Sistemadas así todas las operaciones oportunas, evitando el mayor consumo de víveres, con suministrar a la gente la ración diaria en dinero y dispuesto el pagamento de dos meses a todas las clases para la mitad del entrante abril, hallé que en nada pudiera emplear mejor los veinte o treinta días siguientes hasta la reunión de la Atrevida, como en una excursión a México, en donde al paso de poder conferenciar con el Sr. Virrey sobre las combinaciones más útiles de la expedición en lo venidero, lograría también ensanchar y hacer cabales las ideas comparativas de estos reinos con los de la América meridional, y tal vez contribuir con algunas observaciones astronómicas a los progresos de la geografía. En cuanto a este objeto debía “aijonarme” (alegrarme) particularmente la feliz casualidad de proporcionarse en la noche del 12 de abril la ocultación del primer (Alfa) de Cancer por la Luna, visible al mismo tiempo en México, Acapulco y San Blas y, pasando yo a México, ni debía permanecer un obstáculo invencible la imposibilidad de llevar a cabo conmigo los instrumentos oportunos así por el camino largo y pedregoso, como por el plazo excesivamente corto en que podía ausentarme de Acapulco, pues que además de no haber vuelto a Europa los instrumentos astronómicos con que el abate Chappe y Don Bruno Eceta habían pasado a las costas de California, podían tal vez hallarse entre las muchas personas ilustradas de aquella capital, otros instrumentos, relojes y anteojos que facilitasen la observación.

30 marzo.
Con estas reflexiones y encargando el cargo de la corbeta a Don Dionisio Galiano, (Decir aquí que es conocido que Malaspina tuvo la costumbre de llamar Don Dionisio Galiano a Don Dionisio Alcalá Galiano) en la mañanita del 30 emprendía a caballo y con posible diligencia el viaje proyectado a México, consiguiendo hallarme en esa capital deliciosa poco después del día 5 de abril (La fecha de llegada a la capital la escribe Malaspina en su diario el día 5 de abril, aquí la hemos querido conservar sin apartes en la misma frase correspondiente al 30 de marzo para mayor continuidad del texto).


5 abril.
…En la misma tarde tuve la satisfacción de presentarme al Excmo. Sr. Virrey, enterándome al mismo tiempo de cuanto pudiese conducir a la realización de la observación proyectada, y en la mañana siguiente acompañado del teniente coronel de Ingenieros Don Miguel Constanzó y del teniente de fragata Don Francisco Maurelle, visite reconocí antes los instrumentos pertenecientes al Real Observatorio de Cádiz, que eran un buen péndulo de Ellicot, y un cuarto de de círculo de Adams, entrambos de muy poco uso por el largo tiempo en que no habían servido, y después los del abate Cappe, actualmente en poder de Don Antonio de Gama, el cual reunía un amor natural a la astronomía, la práctica de muchos años acompañada de un buen caudal de estudios.

Ya en las conversaciones de las tres personas indicadas fue bien diferente la idea que debí formar no solo del estado de las ciencias en México, si también de su posición geográfica, pues dejando aparte las observaciones del doctor Alzate -con quien traté después- las cuales a pesar de la aprobación de la Academia de las Ciencias parecían aún capaces de mucha mayor perfección, habían trabajado por muchos años en determinarla con la mayor exactitud los Sres. Velázquez y Gama, resultando finalmente de sus tareas asiduas, una determinación así en Latitud como en Longitud que apenas podía apartarse en una muy pequeña cantidad de la verdadera.


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12 Nov 2017 10:20
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Nuevo mensaje Re: Diario de la Descubierta por Alexandro Malaspina
...5 abril.
Por desgracia es el clima de México tan propenso a las turbonadas en los meses de marzo, abril y mayo, hasta declararse la estación lluviosa, que puede considerarse un feliz acaso la tarde en que no llueva. Este inconveniente que inutilizaba todas las horas desde el medio día hasta casi la media noche y algunas veces hasta las dos o las tres de la mañanita siguiente, no dejó de trastornar muy mucho nuestras esperanzas primitivas, precisándonos desde luego a valernos de las alturas absolutas de la mañana para el arreglo de la marcha del péndulo y haciéndonos malograr en la noche del 7 la observación de la emersión del primer satélite de Júpiter, que con las mejores circunstancias –como supe después- habían verificado en Acapulco y en San Blas los Sres. Galiano, Vernaci, Concha y Ceballos.

En la mañana del 12 tuvimos aunque demasiado próximas al medio día, dos alturas correspondientes y, al principio de la noche, disipada algún tanto la cerrazón y empezando a correr la celajería suelta, pudimos cuando aproximándose la hora de la observación, el cielo se manifestaba todavía por partes bien despejado. Sin embargo se toldó el tiempo, muy pocos minutos antes, finalmente –perdida la inmersión- debimos considerarnos felices en poder conseguir la emersión, que sobre una clara de pocos minutos observamos con bastante uniformidad y confianza, así Don Antonio Gama como yo. Fueron satisfactorias las alturas correspondientes del 13, y por ellas resultó que había acaecido la emersión a 10h 32m 6s tiempo verdadero.

En los días que habían ocurrido desde el 5 no había omitido ocasión de enterarme no solo del actual estado de este reino floreciente, si también de cuantos objetos pudiesen tener la menor relación con los destinos próximos de las corbetas o con los reconocimientos que acabábamos de hacer. El Excmo. Sr. Virrey a quien había manifestado de antemano los libros y papeles que miraba como esenciales para la continuación de nuestro método de tareas, tuvo a bien franquearme así las instrucciones oportunas para lo que al estado actual de la Europa, como diferentes noticias que debía considerar del mayor aprecio e importancia por lo que influían al mejor desempeño de la comisión. La historia de California, el tratado de Botarini, una lista comparativa de muchas voces mexicanas, de Sanwich y de Nootka, otro pequeño vocabulario de de las rías de Cook, y del príncipe Guillermo, el extracto del diario del teniente de navío Don Salvador Fidalgo, las memorias del padre Consag, una parte de la costa de California por el presidente Kino, y una parte de la misma carta del seno de Cortés, construía (construida, hecha) al tiempo de la conquista eran adquisiciones tan útiles como oportunas y concurrían a aumentar su número otras muchas, que o bien por influjo de su excelencia o por un natural amor a las ciencias, cedieron otros particulares a la erudición de Don Francisco Maurelle debí los viajes de Dampierre y un sextante de cinco pulgadas de radio aplicado con un pie y un grafómetro de geodesi, al doctor Alzate, las cartas de Hernan Cortés, un plano de Mexico y algunas producciones esenciales del reino, a Don Antonio Gama muchas de sus observaciones astronómicas y meteorológicas, parte impresas y parte manuscritas, a Don Pablo Sentelices el examen de sus preciosos manuscritos y gabinete, a Don Felix Cepeda su recopilación de varios trabajos útiles de Velázquez, a Don Miguel Constanzó las útiles tareas de otros ingenieros en Teguantepeque, y a los Sres. Don Cieriaco Gonzales, Doctor Josef Fernández Córdoba superintendente de la Casa de la Moneda y Don N. Buenavía corregidor de la ciudad, una atención tan constante y unas noticias tan instructivas, que fuera en mí tan culpable el borrarlas un momento siquiera de la memoria, como defraudarlas de la nación, cuando refiriendo el estado floreciente de sus colonias, haya precisamente de enturbiar a estos honrados vasallos, la mucha parte que le es debida.

Un bosquejo aunque excesivamente ligero de la ciudad de México exigiría muchas hojas y un estilo elegante. Me ceñiré por consiguiente a manifestar aquí que, en esa ilustre capital parecen competir con el mayor empeño para hermosearla y hacerla opulenta, la naturaleza con todos sus dones, el monarca con acertada providencia y los que la gobiernan con una actividad, desinterés e inteligencia hasta aquí no bien conocidas.

Comentario:
Malaspina -no olvidemos que el marino escribe aquí en un Diario de Abordo- se limita a exponer con magistral sutileza una serie de circunstancias, nombres, instrumentos y documentación que califica de como muy valiosos.

Mucho más que eso hicieron los expedicionarios en Acapulco y México. Allí tuvieron el amparo del conde de Revillagigedo, uno de los mejores aliados de la expedición y hombre de confianza de Antonio Váldes, ya bajo las acechanzas de la corte madrileña.

Fue la información reservada en el plan expedicionario, la que mayor importancia tuvo en los trabajos realizados en la capital del más prospero virreinato de America. Esa información, facilitada por Revillagigedo y los notables de la ciudad, sirvió al marino para refrutar, una vez más, sus Axiomas Políticos Sobre la América, en lo que podríamos llamar la experimentación práctica de sus "teoremas", siguiendo el método en el que se inspiraba que, no era otro que el de los “Principia” de Sr. I. Newton. Principios de la Filosofía Natural llevados a la Política. La esperanza de regenerar la monarquía, de adaptar al país a los nuevos tiempos en competencia consigo mismo: su “tradicional” apatía por la evolución, como también, para prepararlo en la pelea de la paz y de la guerra contra sus enemigos tradicionales: Inglaterra y Francia. Y, ahora, observando a la nueva potencia que se asomaba con fuerza al océano Pacífico, la Rusia de Catalina La Grande.


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Nuevo mensaje Re: Diario de la Descubierta por Alexandro Malaspina
13 abril.
No bien había concluido los principales objetos del viaje a México, y me disponía a emprender el regreso a Acapulco para la mañana del 16 cuando un extraordinario de San Blas con pliegos del comandante d la Atrevida para el Sr. Virrey y para mí, fecha 7 de abril nos avisó no solo de su llegada a aquel departamento el 29 de marzo último y de la actividad con que procedían todos sus aprestos, si también de las ordenes de S.M. que dirigidas a mí por el Excmo. Sr. Ministro de Marina, habían llegado a San Blas el día anterior y prescribían para el próximo verano el reconocimiento de las costas de la América Septentrional situadas próximamente en el paralelo 60º por si fuesen reales las oscuras noticias del paso del Atlántico de Ferrer Maldonado. Se nos remitía una memoria hecha por Mr. De Bauche en Paris a la Academia de las Ciencias sobre la probabilidad de este paso, y Don Josef Bustamante no sabiendo aún la llegada de la Descubierta a Acapulco, se proponía dar cumplimiento a la orden o con la sola corbeta o agregándole una goleta de San Blas, si su S.E. tuviese a bien aprobarlo.

Y ya pues no debí titubear un momento en acelerar cuanto fuese posible mi regreso como en prevenir desde aquella misma tarde a Bustamante que solo atendiese a verificar con la mayor prontitud la reunión de las dos corbetas en Acapulco desde donde luego emprenderíamos el cumplimiento de las órdenes de S.M. El Excmo. Sr. Virrey agregó a los primeros cortos caudales que le había pedido, los que ahora le manifesté como necesarios, y concedió a que algunos de los individuos de ambas corbetas (si pareciese oportuno dividir las tareas) se ocupasen en diferentes parajes del reino o en la geografía e hidrografía o en las ciencias naturales. Finalmente, a la media noche del 15 pude emprender nuevamente el camino de Acapulco y verme reunido en la corbeta después del anochecer del 19.

19 marzo.
Todas mis prevenciones habían sido ejecutadas por Don Dionisio Galiano y los demás oficiales con el mayor celo, actividad e inteligencia. Estaban concluidas la recorrida general del buque, la lancha casi de un todo pronta, la disciplina en todo su vigor, verificada la excursión y tareas consecuente en el puerto del Marqués por Don Cayetano Valdés, Don Felipe Bouzá y Don Tadeo Heanke, aumentados mucho los acopios de la historia Natural, particularmente en cuanto a peces por Don Antonio Pineda, hechas por el Sr. Heanke las excursiones botánicas a todos los contornos, acrecentadas las colecciones de vistas por el dibujante Cardero, y finalmente, por los Sres. Galiano y Vernaci, seguida una serie útil y precisa de observaciones astronómicas, así en la Luna como en los satélites de Júpiter, que en balde pudiéramos desear mejorar documentos para la determinación geográfica de Acapulco.

Me informó al mismo tiempo Galiano, que estaba arrestado en el castillo, y ya procesado, el artillero de mar Bernardo Martínez, que el mismo día de mi partida para México, había herido bien que levemente al soldado Francisco Vázquez, que se había presentado con iglesia un marinero desertor de la Atrevida y que los diferentes enfermos que se hallaban actualmente en el hospital con achaques de muy poca monta, tan bien cuidada su asistencia por los padres Hipólitos como su curación por Don Francisco Flores, se hallarían todos en estado de embarcarse menos el cabo de escuadra Liborio Rodríguez, el cual, bien que operado con mucho acierto, parecía no obstante en el día muy próximo a su término. Los tenientes de navío Quintano y Novales, se hallaban con alguna mejoría, y el primero particularmente determinado a continuar las campaña próxima.

20 abril.
A penas el aprecio, amistad, y agradecimiento a una oficialidad digna de los mayores elogios, me había permitido sacrificar muy pocas horas al sueño y al descanso, cuando tuve la satisfacción de ver aparecer a la Atrevida ya a muy poca distancia del puerto. Una separación ya cerca de cuatro meses y la estación ya bien adelantada para la campaña próxima de suerte que contribuía muy mucho a su buen éxito la cual pronta reunión, eran agentes poderosos para que no nos entregáramos recíprocamente a una amistosa complacencia. Ya al medio día, con el auxilio de algunos bordos logró fondear y amarrarse en nuestras inmediaciones, y sin pérdida de momento, se emprendió por una y otra parte el arreglo y habilitación necesarios.

En oficios del mismo día me avisó Don Josef Bustamante que los auxilios sumamente eficaces del capitán de navío de la Bodega (Nota: se trata de D. Juan Francisco de la Bodega y Quadra, por aquel entonces jefe de la base naval de San Blas, sobre el cual recaía la responsabilidad de la defensa de las costas occidentales de México y California) y las órdenes oportunamente anticipadas por el Excmo. Sr. Virrey, le habían dado lugar a recibir la lancha nueva, recorrer costados, cubiertas, aparejos y embarcaciones menores, y hacer los acopios meditados de víveres, con tanta prontitud, que al otro día de haber recibido mis cartas de Acapulco, había podido dar la vela, logrando alcanzar este puerto en siete singladuras. Había levantado el plano del puerto y de sus inmediaciones hasta el cabo corrientes, buscando inútilmente un bajo en las inmediaciones del mismo cabo que le había indicado un capitán mercante actualmente surto en San Blas, determinada con muy buenas observaciones la posición astronómica de aquel departamento, y trazada por trozos la costa inmediata hasta Acapulco según lo que permitiese la navegación que no había creído oportuno en retrasar en esta ocasión ni un solo momento.

El resultado de las observaciones astronómicas era el siguiente para la Plaza Mayor:

Nota: Referido a la Longitud Occidental de Acapulco

Por el nº 10 desde Acapulco con una época de 31 días: 5º12’6’’
Por la observación correspondiente a la emersión del primer
satélite (Júpiter) en la noche del 7 con anteojos de menor fuerza
pero con muy buenas circunstancias 5º15’40’’
Por los números 10 y 105 conformes con una época de 10 días. 5º20’27’’
Latitud del Observatorio. 21º32’46’’


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19 Nov 2017 08:37
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Nuevo mensaje Re: Diario de la Descubierta por Alexandro Malaspina
… 20 abril.
Parecería más segura la última determinación en Longitud del número 10, tanto más, que concurría a afianzarla el defecto de pocos minutos en la observación correspondiente al primer satélite, proporcionado a la menor fuerza de los acromáticos de que se servían los Sres. Concha y Cevallos.

Al mismo tiempo el capitán de navío Quadra, con el mayor celo y actividad le había suministrado en diferentes cartas las noticias de nuestros últimos descubrimientos, indicándole también, los que esperaba se verificasen en este año, según las instrucciones comunicadas a las corvetas surtas en Nootka, y no había omitido Bustamante, unánime con el mismo Quadra de enterarse del pormenor del departamento y de tener las ventajas y desventajas locales referidas al puerto de Acapulco, en el cual, según de antemano le había insinuado a Bustamante, yo creía preferente el establecer paradero de nuestras fuerzas marítimas destinadas a defender estas costas.

Al día siguiente 21 los tenientes de navío Don Josef Espinosa y Don Ciriaco Cevallos me entregaron los libros e instrumentos que tenían a su cargo, y eran aquellos los almanaques náuticos ingleses cuadruplicados hasta 1794 inclusive los relojes de Arnold de faldriquera 344 y 351 que habían venido de Inglaterra con los cronómetros 71 y 72 y un péndulo simple constante, también construido en Londres, en el cual, lo prevenía en oficio particular el Excmo. Sr. Ministro de Marina debían repetirse cuanto fuese posible por medio de dicho péndulo, las experiencias de gravedad de los cuerpos en diferentes paralelos de la tierra, no solo para un arreglo de medidas que dependiese del mismo cotejo de observaciones que debían verificarse en Europa justamente en el paralelo de 45º, también para continuar en las pesquisas de la verdadera figura de la Tierra, en la cual, no sin fundamento se sospechaban algunas desigualdades de uno y otro hemisferio.

Como estos oficiales a su llegada a México hubiesen debido apresurar de tal modo su incorporación a la corveta Atrevida, que no pudiesen alcanzarles sus equipajes, sino en San Blas conducidos por mulas y con mucha precipitación, en este último viaje, se había roto en el péndulo simple la lámina o resorte de acero que une la barra (entiéndase listón, larguero o refuerzo) de madera al suspensorio, bien que inmediatamente le había hecho sustituir otra por un hábil artífice de San Blas, la cual era tan igual en dimensiones, sino en temple, con la primera, que sobrepuestas la una a la otra, y examinadas con una lente, no manifestaban ni la más mínima diferencia.

Se echó desde luego a menos en la corta aclaración de estas experiencias, venida desde Paris por el capitán de fragata Don Josef Mendoza y Ríos, el que no manifestase si la oscilación en el estado en el que venía la péndola se había arreglado con el tiempo medio de algún paralelo de Europa, en cuyo caso, los resultados de las primeras experiencias emprendidas en la mañana siguiente, manifestarían como efecto de la lámina sustituida, la aceleración de tres minutos próximamente, que se halló en el péndulo simple sobre el tiempo medio, cuando la Latitud en que actualmente se hacían las experiencias, debía precisamente retratar si se hubiesen arreglado las oscilaciones con el tiempo medio del cualquier paralelo de Europa.

Sin embargo en los días que permanecimos aún en Acapulco, los oficiales astrónomos repitieron varias veces las mismas observaciones, no alterando absolutamente la Longitud de la péndola del estado en que vino, y unánimes nos prefijamos el continuarlas en la próxima campaña con las mismas circunstancias para que la comparación fuese siempre útil, aunque después sustituyésemos con prolijas comparaciones nuevas láminas tal vez mejores, a la que en su día se había construido en San Blas.

Yo solicité al mismo tiempo de Europa la aclaración de estas dudas y un remplazo de láminas, tal vez hechas por el mismo artífice que había trabajado en el péndulo, pues que debíamos regresar en el próximo noviembre a Acapulco y no obstante no anduve omiso en encargarlas también a México con la prevención que fuesen de diferente temple, para examinar si esta fuese la causa de la variedad advertida.

El método convenido para estas experiencias (supuesto de antemano el perfecto arreglo del péndulo astronómico) fue el de hacerlas comúnmente por el espacio de una o dos horas con toda la quietud posible, y encargados dos oficiales de contar en ambos péndulos apuntando el que atendía el péndulo simple cada sesenta oscilaciones con una cuenta siempre que llegaban éstas a cinco o las oscilaciones a 300, avisara en voz alta para que al mismo tiempo el que atendía el péndulo astronómico señalase el segundo o fracción de segundo a que correspondía, y entre ambos se anotaban inmediatamente por el pilotín ayudante del observatorio. Comparando últimamente el total de oscilaciones con el tiempo medio corrido y contado en el péndulo determinaba la aceleración o retardo de aquel sobre este en todo el espacio de la observación.


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20 Ene 2018 20:05
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22 abril.

Entretanto procedían con toda la actividad posible los aprestos para la próxima campaña, pues que era nuestro ánimo el verificar la salida en la mañana del primer día de mayo, la Descubierta recibió la mitad del pan y tocinos que la Atrevida había tomado en San Blas y entregó a esta treinta quintales del pan mucho mejor, que se había fabricado en Acapulco y Tiscla, se hizo una compensación de betunes y maderas. Entre ambas dejaron en los almacenes del Rey una parte importante de las arboladuras de respeto y cureñaje. La Descubierta dejó también unos diez fardos parte de la ropa de abrigo y parte de los efectos de cambios, se completaron los acopios de agua y leña y se asearon exteriormente los buques. Y como al mismo tiempo lográsemos ver ya casi prontas las cartas, manuscritos y acopios de historia natural que debían remitirse a Madrid, parecía que ya no pudiera trastornarse el plan proyectado.

Este sin embargo no era ya tan sencillo como a primera vista lo habían imaginado, pues un examen maduro de todas las circunstancias que en el día rodeaban la expedición, nos había determinado a subdividir algunas comisiones que acelerasen la perfección de la obra emprendida, y combinasen las posibles ventajas científicas a la nación. Nuestras circunstancias (determinada ya la campaña del norte) no podían dejar de recordarnos que las últimas contrariedades de los tiempos entre Realejo y Acapulco y el regreso precipitado de la Atrevida desde San Blas, habían causado una grande imperfección en las cartas por lo que toca a aquellos parajes, lo cual no pudiera corregirse, o a lo menos se conseguiría muy tarde y con mucho extravío si cualquiera evento o muy feliz o muy desgraciado impidiese para el próximo octubre el regreso de las corbetas a Acapulco y bien mirada la naturaleza de los reconocimientos indicados y la importancia de que se trazasen con exactitud no solo las costas sino los puertos de Siguatanejo, Acapulco, Los Ángeles y Ticoantepeque, una embarcación menor fácil a adquirirse en San Blas, verificara aquel objeto con una mayor puntualidad, y seguramente con una mayor economía de tiempo y caudales.

Semejantes reflexiones nos conducían a otras no menos útiles, y eran la de poder los mismos oficiales que desempeñasen aquel objeto después en los reconocimientos de los golfos de Amapala y Nicoya en los cuales no habían podido internar las corbetas y examinando con prolijidad por el golfo del Papagayo, la lengua de tierra, el istmo que media entre el mar pacífico y el golfo de Nicaragua, pasar después al mismo golfo, trazar sus orillas con exactitud y penetrar por el río San Juan hasta el Atlántico.

Ni nos guiaban los solos objetos hidrográficos referidos a las cartas aunque no fuesen de poca monta, además de las unidades indicadas, sin bien una nueva translación de nuestras longitudes al otro mar por medio de los relojes marinos no debiese mirarse con indiferencia. Las mediciones del río y golfo de Nicaragua eran en el día un cebo arto eficaz para las naciones émulas (uno de los mayores cebos de invasión) y por consiguiente su conocimiento cabal debía mirarse como muy importante para la defensa marítima nacional y, además era aquel el único desembocadero cómodo para el tránsito a Europa de una porción considerable de frutos preciosos hasta aquí malogrados que producía aquella fértil provincia sin que nuestro navegantes intentasen aún adquirirlos, o bien por las frecuentes hostilidades de los indios Mosquitos o por el poco conocimiento de la navegación del río.

Este deseo de ir así comunicando la costa opuesta nuestras longitudes, y examinando cualesquiera puntos interesantes para la navegación y defensa nacionales en cuanto lo permitiesen los oficiales, instrumentos, y tiempo destinados a la expedición, debió también naturalmente inclinarnos hacia la parte del continente comprendida entre la desembocadura del Guazahualcos por el mar del Norte, y el puerto de la Ventosa por el del Sur, pues no solo la comodidad de la internación de los ríos, del corto terreno llano que mediaba, y la barra transitable del Guazahualcos, habían llamado la atención hacia aquella parte de los primeros conquistadores y luego del gobierno, si también debía mirarse como un punto de fácil invasión para el reino de México y tal vez el único que pudiese temerse por la comunicación abrigada por el mar, por el terreno muy encontrado con canales y bastantemente despoblado, y por la distancia de México desde donde deberían dimanar precisamente los socorros no solo para aquella parte, sino también para el reino invadido de Guatemala.

Comentario:
A Malaspina no le gusta el cambio de planes que le llega desde la corte vía Antonio Valdés. Él sabe, intuye, que su jefe no está en el centro de esta decisión sin base científica. Lejos de la mentalidad del Ministro de Marina e Indias y, mediante la que se ordena a la expedición, emprender ni más ni menos que la legendaria búsqueda del Paso del Noroeste. El mítico paso que comunica el océano Pacífico con el Atlántico. Paso, que a estas alturas del siglo, se reconoce entre los expertos de toda Europa como una fantasía del pasado, y que, de existir, se pensaba entonces, resultaría imposible de transitar por mar.
El caso es que la orden misma queda rodeada de una rocambolesca circunstancia, pues, llega primero a Bustamante vía México que, en el momento de recibirla, está fondeado en San Blas, mientras Malaspina y la Descubierta, luchan contra las calmas y las corrientes contrarias en la travesía desde El Realejo hasta Acapulco. Sea como fuere, lo cierto es que el sorpresivo cambio de planes, está a punto de dar al traste con la expedición misma, ya que, recibida la orden, el comandante de la Atrevida se dispone a ejecutarla como no podía ser de otra forma. Aún en solitario. Lo que hubiese supuesto trastocar de tal manera los planes expedicionarios que, difícilmente, se hubiesen podido cumplido los objetivos para las Filipinas, la costa China, Bahía Botánica y las Vavao. Y todo ello, no lo olvidemos, para perseguir la ensoñación de descubrir el famoso estrecho de Anian, el que describiera Ferrer Maldonado en el Siglo XVI; resurgido ahora de sus cenizas en un momento sospechosamente adecuado. El momento para que le fuesen trasmitidas a Malaspina las órdenes para su búsqueda. A mi modo de ver, un intento de arruinar los planes expedicionarios. ¿Por cuenta de quién? Desde luego no por iniciativa de Antonio Valdés...
Reunidas las corbetas de nuevo en Acapulco, y ya al tanto del cambio de planes, Malaspina tiene que acatar órdenes, lo que no le impide hacer gala de su habilidad. Se recrea en este paraje de su diario y describe con detalle, la posibilidad, esta vez real, y al alcance de la mano de la corona, de trazar una ruta entre el océano Pacífico y el Atlántico. Una ruta que va desde el golfo del Papagayo (en la costa del Pacífico en la actual frontera entre Nicaragua y Costa Rica) y la desembocadura del río San Juan ya en el Atlántico. Proyecto que está en la cabeza y en el ánimo del propio virrey el conde de Revillagigedo.


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27 Ene 2018 20:10
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Nuevo mensaje Re: Diario de la Descubierta por Alexandro Malaspina
...22 abril.

Se agregaba a las reflexiones indicadas, la de ser de tal naturaleza la próxima expedición campaña nuestra al Norte, ceñida a las pocas salidas de lanchas destinadas a operar debajo del cañón de las corbetas, que quedaría sin duda alguna ociosa y casi oprimida de su misma habilidad, una parte considerable de los buenos oficiales e instrumentos que el día se hallaban entre ambas corbetas. Era más digno de atención ese reparo si le refiriésemos a las historia natural, cuyas indagaciones serían tan cautas y limitadas en las orillas harto peligrosas que intentábamos visitar, como copiosas y útiles en la Nueva España en donde Don Antonio Pineda con su constante amor al trabajo, pudiera hacer una comprobación sumamente útil y nueva de todos sus productos, con los de la América meridional, que tan recientemente y en tantos parajes había visitado.
Concurrían finalmente a confirmar estas mismas ideas, así las miras económicas, pues en el día, sin el menor recargo del erario, podían combinarse estas tareas, como las miras científicas, pues que al mismo tiempo la ordenación de muchos materiales aún informes y la perfección de muchas ideas excelentes de algunos individuos, procederían con aquel vigor y método, que solo podían esperarse en el sosiego y en el estudio seguido.
Convino en la utilidad de estas medidas el comandante de la Atrevida, y para el día siguiente, quedaron loas armamentos arreglados en el modo que se expresa, destinados fuera de las corbetas los individuos siguientes.

Oficialidad Mayor.
Descubierta Atrevida. Instrumentos Astronómicos y geodésicos.
D. A. Malaspina. D. J. Bustamante. Cm: 61, 71, 72. Re B. nº10
D. J.Espinosa. D. A. Tova. C.C.S. Re F. nº105 y 351.
D. Cayetano Valdés. Péndulo astronómico.
D. F. Quintano. D. J. Robredo. P.S.C., C.C.R
D. J. Vernaci . D. C. Cevallos. Seis acromáticos (*)
D. S. Salamanca. D. F. Viana. Dos acromáticos menores.
D. Felipe Bouza. D. F. Alí Ponzoni. B.M, B.M.N


Pilotos.
D. Juan Maqueda D. Jacobo Murphy A.I, A.M
D. Josef Sánchez D. Juan Inciarte Dos Td., A.I
D. Juan Delgado D, Josef Hurtado E.D, Eu. F, U.H.N, dos Td.


Cm= cronómetro.
Re. B.= Reloj de Berthoud.
Re. F.= Reloj de faldriquera de Arnold.
C.C.S.= Cuarto de Circulo de Sisson.
C.C.R.= Cuarto de Circulo de Ramsden.
P.S.C.= Péndulo Simple Constante.
(*) Los acromáticos se dividieron de la siguiente forma: tres grandes y uno menor a cargo de D. José Vernaci y uno mediano y otro menor a cargo de D. Ciriaco Cevallos.
B.M= Barómetro de Magallanes.
B.M.N= Barómetro Marino de Nairné.
A.I.= Aguja e Inclinación
A.M= Aguja de Magallanes
Td= Teidolito
E.D = Ecuatorial de Dollond
Eu. F= Eudiometro de Fontana
U.H.N= Utensilios de Historia Natural

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06 Ago 2018 11:18
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Nuevo mensaje Re: Diario de la Descubierta por Alexandro Malaspina
Para la Historia Natural
D. Tadeo Haenke.

Contador: D. Rafael de Arias, D. Josef Ezquerra
Capellán: D. Josef de Mesa, D. Pedro Añino
Cirujano: D. Francisco Flores, D. Pedro González
Dibujante D. Tomás Suría

Para la Geografía y la astronomía
D. Dionisio Galiano
D. Arcadio Pineda
D. Martín de Olavide
D. Manuel Novales (enfermo en esos momentos)

Ramos subdivididos.
Para Historia Natural
D. Antonio Pineda
D. Luis Nee Botánico
D. Josef Guio Pintor
D. Juan de Villar Escribiente

Instrumentos.
Un acromático grande
Reloj de longitud de faldriquera número 334
Reloj de plata de la colección
El círculo de reflexión de Mº Bordá
Tres sextantes de los oficiales
El péndulo astronómico Del réy y de los existentes en México de la minería de México
El cuarto de círculo Idem.
Teodolito Idem.
Un microscopio grande
Dos eudiómetros de Volta
El aparato de Parker
Varios utensilios de la física, química y disectadores

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12 Jun 2020 07:46
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Nuevo mensaje Re: Diario de la Descubierta por Alexandro Malaspina
A Don Dionisio Galiano… Al mismo tiempo se ocuparía de una aserie prolija de observaciones astronómicas, que tal vez no le sería difícil extender en la misma estación hasta Veracruz, y cuando en el siguiente octubre se declarase nuevamente la estación seca, debía dirigirse a el Gazahualcos y Tecoantepeque, amenos que, no habiendo en noviembre noticia alguna de las corbetas, no le fuera preciso con preferencia a todo atender a la conclusión de las cartas hidrográficas entre Acapulco y Sonsonate, cuya comisión, sin embargo, estaría al cargo de otros oficiales, si nuestro regreso tuviese lugar como lo meditábamos.
Se insinuaba a Galiano que pudiese aprovechar los talentos de Don Arcadio Pineda, para la recopilación de las noticias útiles inéditas, que fuesen correspondientes a los diferentes ramos que abrazaba la expedición. Se le recomendaba todos los cuidados para Don Manuel Novales, cuya salud estaba en muy mal estado, atendiese con sosiego y comodidad a su solo restablecimiento, o bien, llamase a éste a Europa o le detuviese en México. Se le asignaban los caudales oportunos para que no careciesen de todos los auxilios necesarios, ni los individuos que les eran agregados.

Por lo que toca a Don Antonio Pineda, solo se le indicaba que consultase en México a algunas personas prácticas, para trazar con acierto el plan de indagaciones, las cuales, no obstante, debían más bien referirse a la Litología y la comparación de la América Meridional con éstas en las obras majestuosas de la naturaleza.

Estaba comprendido en los actuales armamentos como dibujante Don Tomás de Suria, sujeto muy experto así en dibujo como en el grabado, y dependiente de la Real Casa de la Moneda de México. El Excmo. Sr. Virrey se había servido nombrarle para este fin, luego que, en la carta desde Guayaquil, yo le manifesté cuanto nos sería útil un sujeto de la capacidad para el intento, y debíamos igualmente a la bondad de aquel jefe, la puntual llegada a Acapulco de cuantos efectos habíamos solicitado desde México o se nos habían destinado desde España.

Ya la última mano para el apresto de ambos armamentos, no exigía (concedidas dos pagas también al armamento de la Atrevida) sino el castigo al marinero agresor de la Descubierta, el embarco de los enfermos y las instrucciones para la próxima campaña.
El proceso hecho al primero, no dejaba duda ni del delito, ni de la barbarie con que se había cometido; de suerte que merecía indubitablemente examinarse en Consejo de Guerra. Pero como lograse el delincuente de la inmunidad eclesiástica, y el perfecto restablecimiento del soldado herido, hiciese precisamente mucho más suave la pena. Parecía temible, que la pena indicativa de presidio, lejos de corregir al agresor, o escarmentar a los demás, solo me privaría de un buen marinero, el cual, por otra parte, saldría más bien premiado que castigado. Atento a estas reflexiones, hallé más oportuno castigarle a bordo, haciendo que precediesen todas las formalidades posibles de reunir las tripulaciones, y formar a la tropa de ambas corbetas, con un oficial a su frente. Se le impuso públicamente la pena de servir seis meses con plaza de paje, y concluir el viaje, entretenido con cadena en todos los puertos en donde nos hallásemos. Se amonestaron a los demás y se les explicaron las causas por las que ese delito, no se sujetaba al juzgado de un Consejo de Guerra. Últimamente se le remitió el proceso al Excmo. Sr. Virrey, solicitando su aprobación a la pena arbitraria impuesta, ya que la estrechez de tiempo y las demás circunstancias, no permitían haberla solicitado de antemano.

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12 Jun 2020 16:07
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Nuevo mensaje Re: Diario de la Descubierta por Alexandro Malaspina
Por este tiempo tuvimos la desazón de perder en el hospital al cabo de escuadra Liborio Rodríguez, soldado digno por sus servicios y valor de mejor suerte, tanto más que, hasta el último momento, conservó entre mil sufrimientos, una constancia y resignación, realmente dignas de envidia. Eran cinco los soldados que con este faltaban al completo de los armamentos. La Descubierta no podía tampoco ver completa su dotación de marineros, y en la Atrevida, se habían aventurado a desertar de nuevo tres marineros filipinos recién admitidos en el servicio y fiados sin duda en la práctica que tenían de los contornos de Acapulco. Aunque, los menos favorables que se conozcan para la deserción, no omití con estos antecedentes el solicitar este remplazo de tropa del castillo, si los hubiese voluntarios. Y en efecto, como ya hubiese muchos y de buenas costumbres y robustez, condescendiendo a mis oficios el teniente Castellano, pasaron a las corbetas como auxiliares en la próxima campaña.

Nuestros armamentos para la próxima campaña, quedaron, por consiguiente, después de todas las medidas indicadas, en el pie que se expresa.
Empleo Descubierta Atrevida
Oficialidad de guerra y mayor. Naturalista y pintor 15, 13
Oficialidad de mar 16, 16
Artilleros de mar, marineros y grumetes 42, 5
Tropa de marina 12, 15
Idem artillería de brigadas 4, 4
Tropa auxiliar de Acapulco 4, 1
Criados 7, 6
Totales 100, 100


Los acopios y víveres, se hallaban por otra parte en las cantidades que expresaba el mismo estado.

Bastimento (Descubierta) Cantidad Previsión en meses
Pan en Kg 392; 10 y 2/3
Ticino Kg 67; 11
Menestras finas y ordinarias Kg 60; 7
Vino en arrobas 864; 18
Vinagre en arrobas 100; 24
Aceite en arrobas 175; 24
Coles agrias en barricas 16; 00
Agua en pipas 120; 4
Leña en quintales 300 6

Bastimento (Atrevida) Cantidad Previsión en meses
Pan en Kg 251; 9 y ½
Ticino Kg 67; 11
Menestras finas y ordinarias Kg 70; 8
Vino en arrobas 862 ; 24
Vinagre en arrobas 108; 24
Aceite en arrobas 203; 30
Coles agrias en barricas
Agua en pipas
Leña en quintales


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13 Jun 2020 05:17
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Nuevo mensaje Re: Diario de la Descubierta por Alexandro Malaspina
Apéndice disertación.

Sobre la legitimidad de la navegación hecha en 1588 por Ferrer Maldonado desde las inmediaciones de Terra Nova, al mar Pacífico y su regreso en sentido contrario. Se examinan en esta ocasión las reflexiones de Mr. Bouche, presentadas a la Real Academia de las Ciencias el 13 de noviembre de 1790 (entiéndase la Royale Académie des Sciences París) Los rastros engañosos de otras navegaciones semejantes y la utilidad verdadera para la navegación hacia Asia y de una comunicación cualquiera entre los mares.

Aún es más desagradable en esta parte de la constitución de la geografía. Las experiencias son costosas y arriesgadas para los que las emprenden y de un bien dudoso para aquella evidencia física, que depende de los sentidos de cada individuo, de suerte que finalmente, como era de una fatal consecuencia tantos inconvenientes que, los principios fundamentales de la ciencia se admitiesen con un respeto servil de la boca de pocos navegantes, que los revelasen como oráculos, o continuase el mismo descarrío de ideas, tanto mayor ahora, a desembocarse, cuanto mayor era el número de noticias que concurrían a producirlo.

Comentario:
Aquí Malaspina se muestra dolido por la irracionalidad de tener que emprender un viaje absurdo: buscar el paso del noroeste. Un viaje planeado por la cabeza del enemigo, parece traducirse entre líneas. Quizá razón no le faltase. Hoy también podría, quizá, tal vez, ocurrir algo de eso en la política de España. Figuras y figurines no nos faltan. Echen un vistazo crítico y vean. Ala luz del día se pasean.


…El señor de Buache ha leído en la Real Academia de las Ciencias de París, una Memoria en la que no solo expone como cierto en la narración, el viaje hecho en 1588 por Ferrer Maldonado, hallando la comunicación de los mares Atlántico y Pacífico, sin que de él deduce la verdad, de otros muchos hechos que refieren diferentes autores, los cuales, como hasta ahora no se han podido comprender, se han mirado como fabulosos o como disputables.

Existía efectivamente en la corte de Madrid, por los años de 1609, a principios del Síglo XVII, un Lorenzo Ferrer Maldonado, Cosmógrafo Mayor de Indias, pero nada en el archivo de Simancas acredita, que fuese éste mismo el autor del Memorial presentado, ni el mismo Memorial se halla en otra parte, que en el Archivo del Excmo. Sr. Duque del Infantado. Es también positivo, que en los años próximos anteriores, se trató ara en el Consejo de S.M., del paso del NO…, era aquella precisamente la época, en la cual, los esfuerzos de los navegantes ingleses Davis, Lancaster, Weymouth, Hudson, Buttons y Gibbons, más debían despertar la atención del Gobierno español.

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15 Jun 2020 11:41
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Traducción al español por Huan Manwë para phpbb-es.com