Los submarinos clase S-60 Delfín, (Daphné), Historia



Características
Astillero: Bazán de Cartagena
Clase: Delfín, (Daphné)
4 Unidades: S-61 Delfín / S-62 Tonina / S-63 Marsopa / S-64 Narval
Desplazamiento: superficie 869 t / sumergido: 1.043 t
Dimensiones: eslora 57,57 m / manga 6,74 / calado 4,6 m
Propulsión: diesel eléctrica, 2 motores diesel SEMT-Pielstick 12 PA 4V 185 de 1.224 cv / 2 motores eléctricos Jeumont-Schneider de 2600 cv / 2 hélices de paso fijo.
Combustible: diesel 107 t / 160 elementos de baterías tipo L.
Velocidad: 16 nudos en inmersión / 7 nudos con snorkel / 13, 5 nudos en superficie
Autonomía: 30 días / 4.500 millas a 5 nudos en superficie / 2.410 millas a 12,5 nudos en superficie / 4300 millas a 7,5 nudos en Snorkel
Sensores: Sonares TSM DUUA-23 / TSM DSUV 22A Eledone / Cit Alcatel DUUX-23 / radar: Thomson-CSF DRUA 33ª / control de tiro: DLT-D-3
Dotación: 57 / 1 comandante, 7 oficiales, 16 suboficiales, 30 cabos y 3 marineros.
Armamento: 12 torpedos de 533 mm en 12 tubos, sin recarga, 8 a proa, 2 a popa y 2 en las aletas / torpedos tipo F-17 mod 2, F-17 filoguiados, E-14, usados contra submarinos navegando a cota de periscopio, o buques de gran calado / E-15 usados contra buques de superficie pequeños o medianos / E-18 y L-3 o L-5 mod 4 usados contra submarinos en inmersión / minas Thomson-Sintra MCC-23D/TSM3510.

La entrada en servicio de los submarinos de la Serie 60 supuso una total renovación y modernización del Arma Submarina de la Armada a principios de los años setenta.
La industria naval española no construía submarinos desde la lejana y desastrosa clase "D" y se barajaron distintos proyectos extranjeros, algunos de ellos fueron los submarinos británicos de la clase "Oberon" o los "Dolfijn" holandeses, pero hubo otro proyecto que parecía que se adaptaba más a las necesidades de la Armada, estos eran los nuevos submarinos de la clase "Daphné" francesa.
La adquisición de estos submarinos se originó en el lejano Plan General de la Armada de 1965.
La decisión de construir bajo licencia estos cuatro submarinos supuso una prueba de consideración para la industria naval española que había quedado paralizada en la construcción de submarinos en los años de la postguerra.
Las cuatro unidades se construyeron en los astilleros de la Empresa Nacional Bazán de Cartagena, con una gran experiencia histórica en la construcción de este tipo de unidades y con la asistencia técnica de la Marina francesa.
Los submarinos «Delfín» puede decirse que fueron el primer eslabón real del resurgimiento del Arma Submarina española, no solamente por su modernidad y por el alto valor militar que la escuadrilla representó, sino también porque significaron un hito en su propia construcción tras muchos años de penurias y fracasos.
Con ellos, la E. N. Bazán alcanzó un nivel tecnológico capaz de afrontar las más difíciles construcciones en este campo y en las que el astillero de Cartagena se convirtió en especialista.

Origen
La Marina francesa, en sus planes de 1952 requirió del STCAN una segunda clase de submarinos oceánicos para complementar la extensa clase «Narval» denominados clase «Daphné, los buques fueron diseñados a propósito con una reducida velocidad con el objetivo de alcanzar una gran profundidad de inmersión y tener un armamento más pesado que el del diseño contemporáneo «Arethuse» de cazasubmarinos de propulsión convencional de los que retomaron las características relativas al aparato de propulsión, la detección, el silencio y la maniobrabilidad siendo, en cierto modo una extrapolación.
Las especificaciones de estos submarinos oceánicos enfatizaban la profundidad de inmersión (300 m) y el armamento, con un total de 12 tubos de torpedos de 550 mm (8 en la proa - torpedos largos; 4 en la parte trasera - torpedos cortos), sin recarga.
La disposición del armamento reducía el trabajo de la tripulación, eliminando la necesidad de una cámara de torpedos y de recarga. Otras reducciones del esfuerzo de la dotación fueron posibles al adoptar un sistema modular de remplazo a bordo para el mantenimiento.
El diseño utilizó la técnica de construcción del doble casco con espacios compartidos tanto a proa como a popa de la vela, bajo los que se sitúan los centros de operaciones y ataque.

Con 57,75 metros de eslora, desplazaban entre 870 y 1.043 toneladas, siendo impulsados por dos grupos electrógenos de 450kW SEMT Pielstick tipo 12PA1 o 12PA4, dos motores eléctricos de 1.000 cv y dos hélices
Se construyeron un total de 11 unidades para la Marina francesa, que entraron en servicio entre los 1964 y 1970.
De estos buques, dos se perdieron en accidentes (el "Minerve" en 1968 y el "Eurydice" en 1970) con toda su tripulación mientras operaban en el Mediterráneo occidental.
Además de estas once unidades para la Marina francesa, se construyeron otras diez para la exportación, Portugal recibió 4 de los que el S165 fue vendido en 1975 a Paquistán como "El Ghazi" (S134), país que también adquirió 3, Sudáfrica compró 3
El submarino paquistaní "Mangor" hundió la fragata india "Khukri" durante la guerra indo-paquistaní, siendo el primer ataque de un submarino desde la Segunda Guerra Mundial.

Submarinos para la Armada Española

A comienzos de los años 60, la Armada Española disponía de una reducida flotilla de submarinos compuesta por tres submarinos de la clase D, de construcción nacional y que habían permanecido más de 15 años en grada esperando su terminación y entrada en servicio.

El G7 (después SOI, un submarino ex-alemán del tipo U Vll-C) y el "Almirante García de los Reyes" S-31, de la clase "Balao" cedido por la U.S. Navy a la Armada tras los acuerdos de ayuda en materia de defensa firmados el 26 de septiembre de 1953.

En 1963, se enviaron comisiones mixtas Armada-Industria para elegir un submarino "ya experimentado" que se ajustara a los requisitos fijados en el estudio del programa naval que incluía, entre otros buques, la construcción de ocho submarinos oceánicos.

Este programa naval sufrió diversas modificaciones por diversos motivos, aprobándose finalmente el 17 de noviembre de 1964.

En la denominada, primera fase, cuyo presupuesto ascendía a los 10.000 millones de pesetas, contemplaba la modernización y construcción de diversos buques.

Aunque Francia se hallaba construyendo su serie de 11 submarinos, y estaba dispuesta a acoger el programa español, la Armada quiso que los buques salieran directamente de los astilleros españoles.

Consultada la Empresa nacional Bazán, se aceptó el reto y se puso manos a la obra.

La Junta de Defensa Nacional decidió la construcción de los dos primeros S-60 el 17 de noviembre de 1964, siendo autorizada su financiación por la Ley 85/65, estableciendo la primera fase del Programa Naval que cubría de 1965 a 1972, aunque las construcciones y financiaciones previstas se extendieron hasta 1976.

Tras la aprobación de la Ley, la Armada firmó un contrato con su homóloga francesa para la asistencia técnica y construcción en Cartagena de cuatro unidades. La orden de ejecución de estos submarinos se dio en enero de 1967.

Bazán firmó un acuerdo de cooperación técnica con la marina francesa el 16 de junio de 1966, cuyo primer efecto fue el envío de un grupo de operarios soldadores a Francia para estudiar la técnicas de soldadura que los franceses aplicaban a sus submarinos.

Una vez de regreso a España, servirían de profesores para más operarios.

La factoría de la E. N. Bazán de Cartagena fue dotada del utillaje necesario para llevar a cabo la construcción de estos submarinos.

Con estos modernos submarinos se había iniciado una nueva época para la industria naval militar española.

Estaban diseñados para misiones de tipo: patrullas contra fuerzas de superficie o submarinas, ataque al tráfico marítimo, reconocimiento, minado, operaciones especiales.

Los nombres y los numerales de las unidades de la serie les fueron asignados por orden ministerial 218/73 de 29 de marzo.

Fueron los primeros submarinos en ostentar nombres de cetáceos marinos, siendo los nombres de los cuatro: "Delfín", "Tonina", "Marsopa" y "Narval", siendo sus marcas de costado las de S-61 a S-64, respectivamente.

Tenía un cierto precedente en los fugaces clase Foca y clase Tiburón, si bien, salvo excepciones (los citados anteriormente y los Peral, Monturiol, Cosme García, García de los Reyes, Mola y Sanjurjo), los submarinos de la Armada Española solían identificarse hasta entonces únicamente por sus numerales.

Los submarinos españoles de la clase "Delfín" no eran iguales a los "Daphné" franceses.
Al diseño original se le introdujeron una, 700 modificaciones para mejorar la seguridad en inmersión y cambiar determinados materiales y equipos.

Los accidentes de los dos "Daphné" franceses perdidos en apenas dos años en el Golfo de León produjeron la natural alarma en la Armada, por lo que se decidió introducir las modificaciones hechas en el modelo "Psyche" variante de la serie "Daphné".

En la construcción se siguieron escrupulosamente las especificaciones establecidas por la Dirección Técnica de Construcciones Navales francesa que era la que había proyectado el barco y desarrollado el proyecto.

Ello obligó a rechazar pedidos de material a distintos proveedores españoles que terminaron sirviéndolos tal como eran exigidos por Bazán.

La decisión de construir bajo licencia de estos cuatro submarinos supuso una prueba de consideración para la industria naval española que había quedado paralizada en la construcción de submarinos oceánicos.

Las cuatro unidades se construyeron en los astilleros de la Empresa Nacional Bazán de Cartagena.

Los submarinos "Delfín" españoles estaban mejor construidos que sus homólogos franceses según reconocieron los propios ingenieros de la Marina francesa.

La orden de ejecución de los dos primeros submarinos se firmó el 2 de enero de 1967, y de los dos restantes el 30 de junio de 1970.

El primer submarino comenzó a montarse en grada en agosto de 1968, iniciándose en 1970 la construcción de la segunda unidad, en mayo de 1971 la tercera, y en abril de 1972 la cuarta.

Todos ellos serían puestos a flote en Cartagena, ya que hay que recordar que en la factoría cartagenera los barcos no se «botan» según el procedimiento del deslizamiento tradicional por la grada, sino que son «puestos a flote» mediante un dique flotante.

Características
Estos submarinos se caracterizaban por su gran cota de inmersión, 300 metros en tiempos de paz (alcanzando los 575 metros en cota de colapso), el doble de la que podían alcanzar los submarinos convencionales de la época.

También ofrecían un alto grado de discrecionalidad debido a su pequeño tamaño: 58 metros de eslora y 870 toneladas de desplazamiento (1.040 Ton. en inmersión)
.
Resultaban extremadamente silenciosos y muy maniobreros, contaban con dos hélices tripalas y dos parejas de timones hidráulicos de buceo situados bajo la línea de flotación y el tradicional timón vertical de dirección, convirtiéndolos en una estupenda arma contra unidades de superficie y submarinos.

Estos submarinos disponían de un grupo propulsor de tipo convencional, diesel-eléctrico.

Contaban con dos motores eléctricos Jeumont Schneider de 1.600 caballos de potencia directamente acoplados a cada eje y accionados por dos motores diesel principales SEMT-Pielstick 12 PA4 V 185 de 1.300 cv.

El grupo de baterías estaba compuesto por dos cámaras, cada una con 160 elementos tipo "L".

La recarga de las baterías se realizaba en dos horas y media.

El armamento de estos submarinos era bastante variado, pudiendo transportar indistintamente torpedos o minas.

Su armamento constaba de 12 tubos lanzatorpedos de 550 mm., sin torpedos de reserva, 8 tubos en proa (IH-55 internos) y 4 en popa (ED-56 externos).

Podían lanzar torpedos de varios tipos y calibres, siendo los más antiguos los antisubmarinos de cabeza buscadora acústica L-3 y los torpedos pasivos antibuque E-14 y E-15, todos de 550 mm de calibre. Los L-3 podían lanzarse a máxima cota, es decir, a 300 metros de profundidad, mientras que los dos modelos antibuque se lanzaban hasta una cota de 150 m.

También podían lanzar modelos más avanzados como los ECAN L-5 Mod.4, filoguiados o preprogramados (35 nudos, 150 kg de explosivo) antes de su lanzamiento, y que sustituyeron a los anteriores L-3.

El torpedo acústico pasivo antibuque ECAN E-18 (velocidad 25 mudos, 300 kg de explosivo) y los filoguiados ECAN F-17 eran capaces de alcanzar blancos hasta 600 metros de profundidad a 20 kilómetros de distancia (velocidad 35 nudos, y cabeza de guerra de 300 kg).

Estos torpedos, denominados de segunda generación, se lanzaban sin mayor problema a pesar de la diferencia de calibre, 533 mm de los torpedos por 550 mm de los tubos, para lo cual se utilizaban unas guías subcalibradoras.

Así mismo eran capaces de desplegar minas Thomson-Sintra MCC-23D/ TSM3510, fabricadas en España por EESA (Equipos Electrónicos Sociedad Anónima).

Las minas iban alojadas en los mismos tubos lanzatorpedos, lo que les dotaba de gran flexibilidad de empleo.

Eran minas de fondo multifuncionales que permitía a estos submarinos el minado ofensivo de puertos o zonas estratégicas de paso, pudiendo transportar dos minas en cada uno de los tubos largos y una en los cortos, con un total de entre 12 y 16 minas.

Su velocidad en superficie era de 13,5 nudos. En inmersión 16 durante seis minutos. La cota máxima era de 300 metros.

Buques muy silenciosos en inmersión, con coeficiente de indiscreción mínimo, pantalla reducida, gran maniobrabilidad sumergidos y profunda cota, su capacidad antisubmarina era muy elevada siendo considerados por el Estado Mayor de la Armada como submarinos de gran rendimiento en el Mediterráneo.

Su autonomía se cifraba en treinta días de mar consecutivos.

Lo más complicado de estos aquilatados barcos de 870 toneladas en superficie y 1.040 en inmersión era su mantenimiento: obras normales de un mes tras otro de actividad, recorridos a fondo de otro mes cada siete y grandes carenas cada 29 meses.

Con el tiempo se fueron reduciendo los períodos de mantenimiento con lo que se elevó el coeficiente de utilización.

Sus sistemas electrónicos principales constaban de un sonar activo/pasivo DUUA-2A en el domo de proa y otro pasivo DSUV-22A, un telémetro acústico pasivo CIT-Alcatel DUUX-2, un radar DRUA-31 o -33A, sus sistemas de contramedidas electrónicas incluían el ESM Thorn EMI Manta, un detector de radar ARUR-10B.

Otros equipos eran un goniómetro DUUG-1 y un analizador de frecuencia AUUD; sistemas de transmisión mediante HF y VUHF, dos teléfonos submarinos BF/ UF, sondadores para pequeña y gran profundidad, radio navegador Decca/Loran, compás giroscópico y magnético, baticelerímetro y un emisor/receptor IFF.

Uno de los mayores inconvenientes que existía a bordo de los submarinos de la Serie 60 era su habitabilidad, su dotación la formaban 56 personas.

Eran buques de un único pasillo de 50 metros de largo por un metro de ancho.

Solo el comandante disponía de camarote propio (3 m), debiendo el resto del personal dormir en "camas calientes".

Las dependencias hacían las veces de dormitorio, comedor, sala de ocio y descanso.

Contaban estos barcos con dos retretes, lavabos y una ducha portátil.

La capacidad de agua dulce de estos submarinos estaba restringida a siete litros de agua por persona y día en navegaciones largas.

En uno de los buques se ideó un sistema de tuberías y válvulas que permitía que el agua dulce que se almacenaba en uno de los tubos lanzatorpedos vacíos de popa, y que se armaba antes de comenzar cada navegación, permitiendo alguna ducha más esporádica durante las navegaciones.

La cubierta del buque disponía de dos escotillas de entrada a proa y popa de la vela, así como otras dos para la recarga de torpedos de proa y de popa.

En cubierta se hallan también la boya de emergencia (para ser expulsada en caso de accidente) y las bengalas rojas y verdes para emersión.

Así como el detector pasivo de emisiones de sonar, ubicado a proa de la vela.

En la vela iban montados los periscopios de exploración y de ataque, el mástil de inducción la antena de comunicaciones y el radar.

Para navegar en superficie, los submarinos de la clase 60 disponían de tinteros en la vela para acoplar unos asientos.

El asiento del Comandante se adaptaba directamente a la cabeza del mástil de inducción.

La llegada de la serie S-60 trajo consigo, por primera vez en la Armada, la llegada de los simuladores de instrucción para el adiestramiento de dotaciones.

Estos simuladores eran controlados por una serie de ordenadores que establecen todo tipo de dificultades e incidentes que se pueden encontrar los tripulantes en una navegación real.

La empresa SAES (Sociedad Anónima de Electrónica Submarina) fue la encargada de la realización de esta imprescindible herramienta de trabajo, donde las dotaciones ponen en práctica aquellos procedimientos de emergencia establecidos, evaluando su proceder y rectificando, si fuera necesario, la ejecución de los mismos.

Antes de la llegada de la informática, estos simuladores eran electromecánicos.

El 3 de mayo de 1973 era entregado el S-61 "Delfín" a la Armada, uniéndose a la Flotilla de Submarinos en la base naval de Cartagena, donde están basados todos los submarinos españoles.


El S-62 "Tonina" le seguiría el 10 de julio de ese mismo año.

Los dos restantes, fueron entregados a la Armada en 1975, el 12 de abril el S-63 "Marsopa", y el 22 de noviembre el S-64 "Narval".

Quedaba de esa manera conformada una flotilla de ocho unidades con los cuatro S-60 y los cuatro S-30 de origen norteamericano, número que se mantendría en la década de los 80 con la sustitución de los S-30 por los S-70 "Galerna" hasta la retirada total de la clase "Delfín".

Este hilo de "las latitas de sardinas sumergibles" se lo dedico a nuestro único submarinista OterrorOsMares, un gran Nostramo que sirvio en ellos, con dedicación y amor al servicio.

Un abrazo

Buena reseña Sotacomitre y gracias por la dedicatoria, pero considero que muchos de mis compañeros han sido y son mucho mejores que yo, de lo cual me alegro y la Armada mas. Uno no deja de ser un asno inteligente (Asno al fin y al cabo)

Quería hacer alguna puntualización, sin ánimo de enmendar la plana a tan magnífico reporte.
Creo que el tipo de nuestros 60 terminó siendo tipo Junón. Puede que em equivoque.......

Los 7 litros de agua por cabeza y día no se donde los metían. Si no te podías lavar ni los piños

Alguna foto que como norma general viene rotulada de "sala de máquinas", se ve perfectamente que corresponde a la cámara de mando y en concreto al llamado "piano de soplado".

Las fotos de los torpedos me recuerdan las palizas de desmontar y montar la cámara de torpedos y claro, meter estos. Aggggggggg que palicicas

Respecto a los submarinos que se hundieron, da para una exposición más larga. Como expuso otro marino, este de la Mercante:

Las tres "emes" que son causa de los principales accidentes en la mar: Man, machine, medium (meteorológico) y principalmente el primero .

Que se lo pregunten a los de la fragata noruega .

Un cordial saludo y ya se sabe que "El primer error de un submarinista puede ser el último"

De nada OTerrorOsMares.

Tomada nota y ya está cambiado lo de sala máquinas por piano de soplado, muchas gracias por la corrección, yo soy nauta de superficie y todo lo que son cachivaches para mi son de los maquinistas

He vuelto a consultar los datos y no encuentro referencia de la clase Junón, si alguna Señoría por aquí presente sabe o conoce algo, agradecería lo comentara.

Y sí lo de las 3 "emes" ya conocía el dicho.

Comparando la clase 60 con la 80, entiendo que dijera que es un hotel de ****** de gran lujo, a parte de la tecnológia por su habitalidad.


Un abrazo

De nada
Ya puestos a dar la lata, estos chismes tenían a proa la escotilla normal para personal y la de carga de torpedos, la cual, no era usada salvo para este menester en puerto

En la vela o torreta para el vulgo había dos, una encima de otra. Una a la altura del resto, de la cubierta de la superestructura y otra encima de esta, en el puente propiamente dicho. Da mas seguridad navegando en superficie y a la hora de emerger.

La madre del cordero viene en popa. La escotilla de popa era de personal y un poco mas estrecha debido a tener una faldilla alrededor que se bajaba para la operación de escape libre.

No hay mas escotillas a popa. Los torpedos de popa se cargaban por la boca del tubo, es decir, por donde salían. No hay puerta interna para estos 4.

El resto de aberturas en el casco son la de los 8 tubos de torpedos de proa, el peligroso lanzabasuras sito en auxiliares, el snorkel en su caso, el escape de motores y el mas grande "la brecha" que solo se quitaba para sacar los motores diésel. Esto no es como los barcos que se construyen dentro de una botella, que siempre hay alguien preguntando como lo meten.

Un saludo cordial "Audentes fortuna iuvat"