Don Francisco de Mendoza y Vargas "El Indio" (Socuéllamos, Ciudad Real, entre 1523 y 1524 - Málaga, 1563)

Comendador de Socuéllamos, I Señor de Estremera, Coadjutor del Virreinato de Nueva España (México), y Capitán General de las Galeras de España.

Fue el segundo hijo varón de don Antonio de Mendoza (primer Virrey de Nueva España y segundo del Perú), y de su esposa Catalina de Vargas y Carvajal. Nació en la Casa Encomienda (propiedad de su padre en Socuéllamos).
Su padre, destinado en América en 1535, no se lo llevó por su corta edad, y pasó su infancia y primera juventud en La Mancha.

Su tío Bernardino de Mendoza le enseñó el oficio de marino.
Fue Capitán de Galeras (Galera “La Patrona”), y Alcaide de las fortalezas de Bentomiz y Vélez Málaga, habiendo participado en las batallas navales de Arbolán y Argel (1540- 1541).

En 1542 viajó a América reclamado por su padre para que fuera Visitador General del virreinato de Nueva España.

Permaneció diez años en México y Perú. Se labró una rápida carrera ascendente al lado de su padre, preparando desde el mismo momento de su llegada la sucesión en el cargo y el virreinato perpetuo y hereditario, a semejanza de como antes habían hecho sus antepasados en el Reino de Granada y el resto de cargos que les habían sido entregados.
D. Francisco de Mendoza llegó a actuar “de facto” y en solitario como virrey (unos meses en 1549-1550), mientras su padre convalecía de una enfermedad en Oaxaca (Méjico).
Su nombramiento como coadjutor y sucesor de su padre fue aprobado de forma oficial por la Audiencia de México. Así lo reconoce el oidor Quesada.
Este nombramiento se produjo aprovechando una laguna legal, y la inexperiencia de los políticos españoles y apoyado por un movimiento “autonomista” aparecido en el virreinato, y en el que se destacaban religiosos (como Fray Bartolomé de las Casas), políticos (los oidores de la Audiencia), algunos encomenderos y el propio cabildo de la Ciudad de México.
Por ello, y aunque no se ha hecho, debería incluirse a Francisco de Mendoza entre el catálogo de virreyes de la Nueva España.

La Corona reaccionó ante este "movimiento autonomista". El propio rey comunica a su Secretario Juan Vázquez de Molina el 26 de febrero de 1549 que "...Y porque se ha entendido que Don Antonio de Mendoza ha tenido fin a esto dejando lo de la Nueva España a Don Francisco, su hijo, lo cual en ninguna manera concederíamos por muchas causas y razones que hay".
D. Antonio, ya enfermo de hemiplejia, dudó en marchar al Perú, pero cedió por lealtad al rey y consejo de su hermano Luis. Y en Perú murió a los pocos meses, en 1552. Sus huesos descansan en Lima.
Su hijo Francisco aprendió de él.

Francisco de Mendoza ha pasado también a la historia de la medicina americana por haber sido el promotor del "Códice de la Cruz-Badiano", primer libro sobre herbolaria azteca elaborado por D. Martin de la Cruz y . Juan Badiano.
También a la historia del azúcar, por haber sido propietario del “ingenio” y mayor fábrica de la época en Orizaba.
Asimismo, también se le tiene por el introductor del jengibre y otras especias asiáticas en México y América, ya que fue nombrado Factor real para este cometido.

El Rey, previendo males menores, no sólo desautorizó la sucesión como virrey de Francisco, sino que alejó a padre e hijo de Nueva España, nombrando a don Antonio de Mendoza Virrey del Perú (1550).
Con ello se puso fin a la carrera fulgurante de su hijo, quien aún estará a punto de participar en una armada contra Gonzalo Pizarro (1547), y realizará una relación geográfica del Virreinato del Perú y Cerro del Potosí, hoy perdidas (1552) por la que debería haber pasado a la posteridad como geógrafo de las Indias.

En 1552 Francisco es reclamado en España, donde intentará rentabilizar los cuarenta años de servicio de su padre y los diez suyos, así como el aprendizaje de las diversas técnicas agrícolas y mineras, solicitando diversas mercedes al rey Felipe II en Flandes, que le fueron concedidas a partir del año 1554, en forma de un extraordinario y riquísimo repartimiento-encomienda en Perú (Pocona y otros pueblos) con un valor de 20.000 pesos anuales, que se completó a partir de 1556 con su nombramiento como Visitador primero y Administrador después de las Minas de los Reinos y de Guadalcanal (Sevilla), cargo que le reportaba 2.000 ducados anuales.

En 1557 mueren su tío Bernardino y su hermano Íñigo en la batalla de San Quintín. Francisco obtiene la Encomienda de Socuéllamos, dentro de la Orden de Santiago, cuyo valor en cada ejercicio superaba los 800.000 maravedíes.
Para ella se encargó de la construcción del Pósito o "Casa de Alfolí" de la Encomienda (1559), obra que aún sigue en pie como primordial atractivo turístico de Socuéllamos (Ciudad Real), y que coronó con su escudo de armas, único resto pétreo de su paso por España, ya que no se ha localizado su tumba.

(cont)

En 1561-62, su gran actividad y sus ideas le llevan a concebir llegar mucho más allá que cualquiera de sus parientes cercanos. Para ello, decidió construir su patrimonio y mayorazgo comprando las villas de Estremera y Valdaracete (Madrid), anteriormente Encomiendas de la Orden de Santiago, lo que le costó la enorme cifra de 160.000 ducados.
Así se convirtió en el primer señor de Estremera.
Pero su objetivo, no ocultado, era convertirse en Marqués de Estremera y crear una nueva estirpe de los Mendoza independiente de la de los Condes de Tendilla y Marqueses de Mondéjar (Guadalajara) de donde procedía. El Rey no le concedió ese título.

Capitán General de Galeras de España
En 1562 se produjo el naufragio de La Herradura del año 1562, en que murió su primo don Juan de Mendoza, Capitán General de Galeras de España, hijo de su tío y padrino don Bernardino de Mendoza.
De alguna manera, y según un supuesto derecho de “sucesión”, se le nombró para el cargo, prefiriendo a Francisco por delante de figuras de la época como Andrea Doria.
Como primera misión se le encargó el socorro del Peñón de Vélez de la Gomera, posesión española cercada por los turcos.

Cayó enfermo de malaria y murió en Málaga el 26 de julio de 1563 (antes de cumplir los 40 años), hecho que aprovecharon sus enemigos para desacreditarle y acabar con su legado.

Conclusión
No cabe duda que, a pesar de la gran ayuda de su apellido familiar, de su padre y de su tío Bernardino, D. Francisco de Mendoza fue un hombre activo y brillante en toda su vida. Posiblemente, su estrella habría brillado aún más si no hubiera fallecido a edad tan temprana.

Mendoza en los cronistas y la literatura de la época:
Tan sólo han quedado para la historia las múltiples referencias que tanto los cronistas de Indias como Garcilaso de la Vega “El Inca”, Diego Fernández “El Palentino”, Antonio de Herrera, Nicolás de Martínez Arzanz y Vela y otros hicieron a hechos tan notables como el solemne recibimiento que recibió don Francisco de Mendoza en la ciudad de Cuzco (Perú) y Potosí (Bolivia) como verdadero estadista.
También varios ensayistas y literatos loaron sus hazañas marineras, como Pedro de Salazar, Pedro Barrantes, Juan Vilches e incluso el propio Miguel de Cervantes que lo cita en una de sus obras de Argel “El Gallardo Español” como personaje con su propio diálogo.

Fuentes:
-Wikipedia
-"Francisco de Mendoza" (José Luis García de Paz)