Inicio con este primer artículo, el que creo que ha sido el mayor combate naval de la época moderna en razón de los medios empleados, la dispersión de los escenarios en los que se desarrolló y el coste en vidas humanas que representó. Hay que considerar como nombre genérico la Batalla de Leyte. Los historiadores la han desarrollado siempre en cuatro partes bien definidas: Las batallas del Mar de Sibuyan, Estrecho de Surigao, Cabo Engaño y Mar de Samar. Fueron 210 barcos de guerra de la Uss Navy, entre portaaviones, acorazados, cruceros y destructores, sin tener en cuenta las unidades menores, torpederas, submarinos y buques de transporte-en total comprendidos éstos unos 420-. Australia contribuyó con tres cruceros y un destructor y los japoneses sumaron 69 unidades. Fueron 1712 aviones embarcados en los portaaviones americanos contra 117 los japoneses. Estos perdieron el 50% de su flota y resultó muy dañada el resto. Los aliados perdieron un 3% de su flota. El coste en vidas humanas está cifrado en unos 10.000 los japoneses y 3.500 los aliados.

En estos combates se emplearon por los japoneses, por primera vez, la táctica kamikaze que desarrolló el Almirante Onishi. A partir del día 21 de Octubre de 1944, se emplearon 20 aviones volando en grupos de 5. El primer barco dañado fué el crucero australiano HMAS Australia. Fueron derribados 11 aparatos y dañaron a 7 portaaviones de escolta americanos.

Una vez conseguido el dominio de las Islas Salomón y Las Marianas, pacificado todo el Pacífico Central con pleno dominio de mar y aire, establecidas bases en tierra desde las que ya podían bombardear directamente al Japón, cabía proseguir hacia el Oeste y afrontar la esperada invasión de las Filipinas, antesala directa de las costas japonesas. Se escogió Leyte, como primer paso hacia Luzón, situada estratégicamente este ésta y Mindanao y con los pasos del estrecho de San Bernardino al norte y Surigao al Sur, lo que les permitiría afrontar la esperada reacción japonesa.

El día D elegido para la invasión fué el 20.10.44 y el lugar la Playa Roja de Leyte. El Gral McArthur dirigió, a bordo del Crucero USS Phoenix, la invasión, desembarcando 175.000 hombre, sin especiales dificultades.

El objetivo era doble para los americanos. Por un lado atajar el suministro de combustible a los japoneses desde las propias Filipinas y especialmente desde Java y Borneo. Recuérdese que las fuerzas de Kurita, cuando salió de Singapur hacia el Estrecho de Surigao, tuvo que recalar en Borneo para abastecerse. En la metrópoli ya habían perdido la capacidad de poder hacerlo. Por otra parte era la ocasión de oro de aniquilar lo que quedaba de los buques japoneses enmarcados en la Fuerza Naval Móbil, aún muy poderosa, especialmente con sus nuevos super-acorazados Yamato y Musashi, los buques más potentes de entonces.

Una vez conseguido el dominio de las Islas Salomón y Las Marianas, pacificado todas las islas del Pacífico Central, asegurado en estas zonas el dominio de tierra, mar y aire, conseguido asentamientos en tierra firma para poder bombardear directamente al Japón, cabía proseguir la marcha hacia el Oeste y tomar, por fin, las Filipinas, antesala directa a las islas japonesas, como paso previo a Luzón. El lugar elegido fué Leyte, situada estratégicamente, entre Luzón y Mindanao, con dos entradas naturales, los pasos del estrecho de San Bernardino al Norte y Surigao al sur. El día D para la invasión fué el 20.10.44. El lugar, la Playa Roja de Leyte. El General McArthur dirigió el desembarco desde el crucero USS Phoenix, desembarcando, sin especial dificultad a 175.000 hombres. Pudo, al fin, cumplir la promesa que manifiesto en 1942, en Corregidor, cuando se retiró hacia Australia. Recordad la frase...""VOLVERE".

Los Almirantes King y Nimitz. creían prudente bloquear a las fuerzas navales japoneses entre las Filipinas y el S.E del continente asiático, por el ahorro del sacrificio de vidas humanas, mediante bombardeos masivos a Formosa y el archipiélago de Ryukyu, para destruir la fuerza aérea japonesa basada en ese lugar. Pese que a partir del 10.10.44, se hizo y efectivamente el objetivo de destrucción aérea se consumó, se impuso la estrategia propuesta por el general McArthur, una mezcla del punto de vista militar y la presión de su famosa promesa. La invasión tenía que realizarse como preludio por tierra, al igual que lo había hecho en sus saltos de isla en isla en el Pacífico Central. La armada iniciaría el bombardeo previo de la playa y la aviación embarcada los objetivos del interior y la destrucción de la fuerza aérea.

Los japoneses veían la progresión americana y esperaban que el paso siguiente serían las Filipinas y el lugar su costa oriental. Apostaron, desde el primer momento por Leyte. Era una posibilidad que la tenían asumida desde tiempo. Los cuatro supuestos formalizados por el almirante Soemu Tayoda en su Plan SHO, el primero de ellos, el SHO-1, era la invasión por Leyte. El plan proponía el ataque, dentro de un radio de acción de 700 millas, a las fuerzas que participarían en la invasión, mediante el empleo de la fuerza aérea basada en tierra -como queda dicho, no pudo ser, al haberse destruído ésta por los ataques de los portaviones de Halsey a Formosa el 10 de Octubre, todos los combates posteriores se realizaron sin este apoyo aéreo, tan solo dispuso de los aviones basados en Filipinas de la 5ª Fuerza Aérea. Suministrar 30 aparatos de reconocimiento embarcados en las fuerzas de Kurita, lo que dejó a éste sin "ojos". Utilizar a los portaviones de Ozawa como "cebos" para atraer a los portaviones y acorazados rápidos de Halsey. Eran auténticas cáscaras vacías, sin aviación embarcada, por lo que no podían presentar combate, tan sólo utilizar su artillería de mediano calibre. Con este objetivo de alejamiento de la zona del desembarco, podían conseguir que el grueso de sus unidades de superficie, Acorazados y Cruceros, fuerzas aún muy poderosas, sobre todo los superacorazados Yamato y Musashi, los más poderosos de la época. Atacarían a las unidades mantenidas en el desembarco y a los transportes de tropas y suministros.

Se trataba de un plan desesperado, que tenía que ajustarse para su logro como un reloj de precisión. Eran conscientes de que la guerra estaba perdida y de que la proporción en el enfrentamiento significa 3x1 a favor de los americanos. Tan sólo la III Flota de Halsey, podía por sí sola aplastar a la principal fuerza de Kurita. Era necesario, pues que funcionase el "cebo" de Ozawa y conseguir el alejamiento de las naves más importes de Halsey, para que pudiesen sobrepasar a las unidades de la VII Flota del almirante Kinkaid e impedir el desembarco. Era un riesgo muy calculado y, por ello, también muy asumido, hasta el hecho de ponderar la autoinmolación de su flota. ¿Que podían perder ?..¿Valía la pena correr el riesgo del sacrificio de su flota?. La respuesta era afirmativa: si los americanos consolidaban la cabeza de playa y avanzaban, los suministros de combustible se habrían acabado. Sus únicas reservas se encontraban en Flipinas y especialmente en Borneo y Java y ya no tenían capacidad de abastecerse en la metropoli. Al margen de este apremiante objetivo, la coonsecuencia principal podía ser, después de una victoria sobre la flota americana, negociar un acuerdo de paz satisfactorio. El general Tojo, militarista más decidido a la continuidad de la de las operaciones había caído y en los jefes más importantes de la Rengo Katay soplaban nuevos aires, lo que podía ser factible, en esos momentos iniciar un giro de 180 grados sobre la continuidad de la guerra.

Kurita estuvo a punto, "ayudado" por alguna de las decisiones mas criticadas que tomó en el curso de esta batalla el Almirante Halsey, como el "picar" el anzuelo de Ozawa en su persecución hacia el Norte de sus portaviones, dejando el paso expedito y sin ninguna protección del estrecho de San Bernardino. Lo impidió las dificultades de combustible, la dispersión de los escenarios, la práctica inexistencia de apoyo aéreo desde tierra, la carencia de aviones embarcados, la inexperiencia de sus piloto, la distancia entre escenarios con un sistema de comunicaciones por radio ineficaz, etc. Ya desarrollaremos estos temas en próximo capítulo.

Las cartas estaban echadas. Las flotas estaban en tensa espera a la espera del primer encontronazo.

Si bien existe una lista completa de absolutamente todos los buques que intervinieron, de todos los niveles y con mención de los escenarios en que intervinieron, no es así respecto a los buques hundidos y dañados, especialmente de estos últimos. Dado que las referencias de los estudiosos, difieren poco, he decidido apuntar, con sus nombres a los más importantes hasta el nivel de cruceros, sin citar las subclases ni los escenarios concretos, por orden alfabético, identificando con una (+) los considerados hundidos, varados o inutilizados completamente y con una (d) los dañados o averiados, ni a que contingente estaban asignados:

EE.UU

III Flota, Almirante Alsey
VII Flota, Almirante Kinkaid

Portaviones de ataque y escolta:

Belleau Wood, Bunker Hill, Cabot, Cowpens, Enterprise, Essex, Franklin, Fanshaw Bay (d), Gambier Bay (+), Hancock, Hornet, Independence, Intrepid, Kalinin Bay (d), Kanassan Bay, Kitkun Bay, Langley, Lexington, Manila Bay, Marcos Island, Monterey, Natoma Bay, Ommaney Bay, Petrof Bay, Princeton (+), San Jacinto, Sanganon (d), Santee (d), Savo Island, Saint Lo (+), Suwanee (d), Wasp, White Plains (d).

Acorazados:

Alabama, California, Iowa, Maryland, Massachussets, Mississipi, New Jersey, Pensilvannia, South Dakota, Tenessee (d), Washington, West Virginia.

Cruceros pesados y ligeros:

Biloxi, Birmingham, Boise, Boston, Chester, Columbia, Denver, Honolulu (d), Houston, Louisville, Miami, Minneapolis, Mobile, New Orleans, Oakland, Pensacola, Phoenix, Portland, Reno, Salt Lake City, San Diego, Santa Fe, Vincennes, Wichita,

Total buques:

Portaviones: 33
Aviones: 1712
Acorazados: 12
Cruceros: 24
Destructores: 141

Bajas:

portaviones: 2 perdidos y 6 dañados
Acorazados: 1 dañado
Cruceros: 1 dañado
Destructores: 3 perdidos y 3 dañados
Submarinos: 1 perdido

AUSTRALIA

Contingente asignado a la VII Flota

Cruceros:

Australia (d), Canberra, Shoropshire

Total buques:

Cruceros: 3
Destructores: 1

Bajas:

Cruceros: 1 dañado

JAPON

Fuerza Central, Almirante Kurita
Fuerza Norte: Almirante Nishimura
Fuerza Sur: Almirante Ozawa
Sin dependencia: Almirante Shima

Portaviones de ataque, de escolta e híbridos:

Chitose (+), Chiyoda (+), Hyuga (d), Ise (d), Zuiho (+), Zuikaku (+).

Acorazados:

Fuso (+), Haruna (d), Kongo (d), Musashi (+), Nagato (d), Yamashiro (+), Yamato (d)

Cruceros pesados y ligeros:

Abukama, Aoba (d), Ashigara (+), Atago (+), Chikuma (+), Chokai (d), Haguro (+), Isuzu (d), Kinu (d), Kiso (d), Kumano (+), Maya (+), Mogami (+), Myoko (+), Nachi, Noshiro (+), Oyodo (d), Takao, (d), Tama, Tone (d), Suzuya (+), Yahagi (+)

Total buques:

Portaviones: 4
Híbridos: 2
Aviones: 117
Acorazados: 7
Cruceros: 22
Destructores 34

Bajas:

Portaviones: 4 perdidos
Híbridos: 2 dañados
Acorazados: 3 perdidos y 4 dañados
Cruceros: 11 perdidos y 8 dañados
Destructores: 16 perdidos y 14 dañados

Detallo la asignación de fuerzas del capítulo anterior:

USS NAVY

III Flota- Almirante Halsey

Task Force 38 -Almirante Mitscher

Grupo 1-TG 38.1 -Almirante McCain
Portaviones: Wasp, Hornet.
Portaviones ligeros: Hancock, Cowpens, Monterey.
Cruceros: Boston, Chester, Pensacola, Salt Lake City
Destructores: 14

Grupo 2-TG 38.2-Almirante Bogan
Portaviones: Intrepid
Portaviones ligeros: Independence y Cabot
Acorazados: Iowa y New Jersey
Cruceros: Biloxi, Vicennes y Miami
Destructores: 16

Grupo 3- TG 38.3- Almirante Sherman
Portaviones: Essex y Lexington
Portaviones ligeros: Princeton y Langley
Acorazados: Massachussets y South Dakota
Cruceros: Santa Fe, Mobile, Birmingham y Reno
Destructores: 17

Grupo 4- TG 38.4- Almirante Davison
Portaviones Franklin y Enterprise
Portaviones ligeros: San Jacinto y Belleau Wood
Acorazados: Washington y Alabama
Cruceros: New Orleans y Wichita
Destructores: 11

Total: 8 portaviones, 9 portaviones ligeros, 6 acorazados, 15 cruceros y 58 destructores

VII Flota- Almirante Kinkaid

Protección desembarco y bloqueo Surigao- Almirante Oldendorf

Acorazados: Mississpi, Maryland, West Virginia, Tenesee, California y Pensilvania
Cruceros: Louisville, Minneapolis, Portland, Hmas Shrosphire, Denver, Columbia, Phoenix, Boise
Destructores: 28

TG 77.4- Almirante Sprague

Taffi One- Almirante Sprague
Portaviones ligeros: Sanganon, Suwanee, Chenango, Santee, Saginaw Bay, Petrof Bay.
Destructores: 7

Taffi Two- Almirante Stump
Portaviones ligeros: Natoma Bay, Manila Bay, Marcus Island, Savo Island, Ommaney Bay, Kadashan Bay
Destructores: 8

Taffi Three- Almirante Clifton A.F. Sprague
Portaviones ligeros: Fanshaw Bay, Kalinin Bay, White Plains, Saint Lo, Kitkum Bay, Gambier Bay
Destructores: 7

Total: 18 portaviones ligeros, 6 acorazados, 9 cruceros, 83 destructores pesados, 25 destructores de escolta, 11 fragatas y 44 lanchas torpederas

Las fuerzas de la Rengo Kentai (Fuerza Combinada) zarpan la vispera de la invasión de Leyte por el general McArthur. La Fuerza Central del almirante Kurita, que se compone de los superacorazados Yamato y Mushahi, los acorazados Nagato, Kongo y Haruna, cruceros Atago (su buque insignia), Takao, Maya, Chokai, Tone, Chikuma, Suzuya, Mikuma, Haguro y Kumano, escoltados por 20 destructores, zarpa desde Borneo y entra por el Norte dando un rodeo por Palawan y vira hacia el Este por el sur de Mindoro, dirigiéndose al mar de Sibuyan y estrecho de San Bernardino.

Shoji Nishimura, al mando de la Fuerza Sur, formada por los acorazados Yamashiro y Fuso, Crucero Mogami y 4 destructores. y se dirige hacia el estrecho de Surigao para completar la pinza para abortar la invasión de Leyte. Bordea el Norte de Mindanao para unirse al almirante Shima, que viene directamente desde Nagasaki, con su pequeña escuadra compuesta por los cruceros Nachi, Ashigara y Abukama y 4 destructores. Era el único que podía ir por libre. Pese a sus instrucciones de cooperar con Kurita, no estaba subordinado a éste ni a Nashimura.

El almirante Jizaburu Ozawa, seguía a Kurita, a la espera de desviarse al Norte, hacia el Cabo Engaño si Halsey "mordía el anzuelo". Su escuadra era el Zuikako, único portaviones pesado que había intervenido en Pearl Harbour, los portaviones ligeros Chiyoda, Chitose y Zuhio, los híbridos Ise y Hyuga, el crucero Oyodo y seis destructores. El único que llevaba aviación completa era el Zuikako, el resto estaban semivacíos.

Las flotas III y VII, de la Uss Navy, almirantes Halsey y Kinkaid, respectivamente, se encuentran desde el desembarco en el Golfo de Leyte y taponando los pasos de los estrechos de San Bernardino y Surigao. La composición de estas formidables fuerzas la encontrareis en el capítulo 5 "Detalle de las Fuerzas".

La madrugada del 23 de octubre, los submarinos Darter y Dace, de patrulla por el paso de Palawan, descubren a la vanguardia de Kurita. Los siguen y deciden, despues de comunicar la noticia a Halsey, atacar sumergidos. Cuatro torpedos del Darter hunden al buque insignia de Kurita, el Atago, viéndose, éste, obligado a trasladarse al Yamato despues de ser recogido por un destructor y daña gravemente al Takao. Huyendo del lanzamiento de minas de los destructores de escolta, embarranca en la costa. El Dace hunde al Maya. Kurita aún se encuentra a más de 200 millas de su objetivo y ya ha perdido a tres excelentes cruceros.

Lo que en realidad se han topado los submarinos americanos, es el principal contingente de ataque de Kurita. Al día siguiente, el 24 Octubre, en el Mar de Sibuyan, se produjo el primer enfrentamiento aeronaval entre la Fuerza Central de Kurita y y la III Flota de Halsey, en un radio de acción de 600 millas. Las unidades de Ozawa salen hacia el Norte a buscar la persecución de Halsey y sacarlos de la escena. El ataque submarino había producido una seria desorganización de todo el contingente Central, por lo que Kurita dedica buena parte del día a restablecer el orden, aminorando su velocidad a 18 nudos para restañar las averías. A última hora se le comunica que Halsey no ha establecido contacto con Ozawa. Decide, ya anochecido, dirigirse hacia San Bernardino a toda máquina

Al amanecer del dia 24 de octubre, empiezan a producirse los ataques aéreos de los portaviones de Halsey, que nohabían de interrumpirse en todo el día. los ataques se hacen con toda su aviación disponible. Casi toda la flota Central es dañada en menor o mayor grado. La baja más sensible se produce en el superacorazado Musashi. Después encajar 17 bombas y 19 torpedos, se hunde a las 19.15 horas. Las bajas, por pérdida o daños, son extraordinarias, aunque no tanto como cree Halsey (ver capítulo 4 Fuerzas Navales). No obstante la aviación japonesa basada en tierra hunde al portaviones Princeton.

Al fin, por la tarde, Ozawa informa de que tiene tras de sí a la Task Force TF38, de Halsey. Había dejado San Bernardino sin protección, dejando a Kinkaid con su VII Flota para proteger el estrecho de Surigao. Alegó, más tarde, que creyó a la escuadra de Kurita más dañada de la que en realidad estaba.

A las 23.00 hotas Nishimura entra con su formación en el estrecho de Surigao, siendo atacada por todas las PT disponibles -entre ellas la famosa PT-109 del teniente Kennedy- sin ser alcanzado por ninguno de los torpedos lanzados por éstas, por lo que prosigue su avanze por el paso, tropezando con el ataque de los destructores del almirante Oldendorf, que logran romper su formación. Al final del estrecho reciben la más mortifera puntilla. Sus acorazados Fuso y Yamashiro y los tres cruceros y destructores se encuentran con la línea de combate formada por los seis acorazados de Oldendorf. Toda su flota es liquidada. Tan solo se salva el crucero Mogami y un destructor. Los acorazados americanos habían disparado un total de 4.500 proyectiles de gran calibre sobre ellos.

Los cruceros de Shima venían detrás de Nishimura a una cierta distancia y se aperciben de la tragedia. Dan vuelta atrás, sin entablar combate y abandona el escenario con sus buques intactos.

El día 25 de octubre, por la mañana, la Fuerza Norte de Ozawa se enfrenta a su buscado destino. Los aviones de Halsey, despachados oleada tras oleada -seis consecutivas con 527 salidas-, hunden a los cuatro portaviones japoneses. Tan sólo sobreviven los híbridos Ise y Hyuga y algunos destructores. Tan sólo entonces, Halsey suspende la acción, sin darle tiempo a celebrar su "victoria· Ha recibido llamada de auxilio del Almirante Sprague. Tiene a Kurita a 30 millas de él en San Bernardino, con dos acorzados, 10 cruceros y 15 destructores, tras encontrar su entrada sin ningunaa protección -Halsey alegó, entre otros motivos, que creyó que la escuadra detectada eran los acorazados de Kurita retirándose y por eso dejó sin protección San Bernardino.

Aún es posible, pese a la destrucción de la Fuerza Sur de Nishimura, la huida de Shima y la destrucción de la Fuerza Norte de Ozawa, de conseguir los objetivos del Plan SHO-1. Penetra en el paso y al final se encontra con la TG 77.4 de Sprague y sus pequeños portaviones de escolta, repartidas entre las Taffi 1, 2, 3 y 4, que conforman la agrupación, en total 16 portaviones y 20 destructores, con aviación, artillería mediana y torpedos: los aviones de Sprague entablan combate. Son hundidos los portaviones St Lo y el Gambier Bay, 3 destructores y dañados dos más. Ayudado por las constantes columnas de humo que lanza, Sprague se defiende hasta que queda sin aviones ni municiones. Ha conseguido hundir el Chokai, Suzuya y Chikuma y averiados el Nachi y el Kumano, que se hundieron despues. Ha hecho lo que ha podido y más y espera estoico el remate de Kurita. Entonces sucede el milagro. Kurita da órdenes de cesar el combate y se retira. Ha acabado la Batalla de Samar y los supervivientes se retiran hacia la metropoli japonesa. Desarrollaremos esta decisión en el último capítulo

El Plan SHO-1 planificó, en esencia, como objetivo principal, el abortar o entorpecer el desembarco del general McArthur en las playas de Leyte, concentrando las fuerzas de la Flota Combinada (Rengo Katai) en la zona del mar de Samar, en el Golfo de Leyte, a través de los pasos Norte y Sur de los estrechos de San Bernardino y Surigao. Para su consecución, se planeó el alejamiento de parte o de toda las fuerzas de la III Flota de Halsey de ese escenario, mediante la estratagema de atraerlos, en persecución de los portaviones de Ozawa. En definitiva, conseguir un equilibrio de las fuerzas contendientes condenadas a enfrentarse inexorablemente. El objetivo no se cumplió, por los motivos documentados en los anteriores artículos, pero pese a los combates de los días 23 y 24 de Octubre que aniquilaron la Fuerza Sur, de Nishumura y dañaron gravemente a la Fuerza Norte, de Kurita, la falta de apoyo aéreo terrestre y embarcada, la inexperiencia de los pilotos navales japoneses, la ineficacia de las comunicaciones y otras, Kurita estuvo a punto de conseguirlo, con la ayuda de las polémicas decisiones tomadas por Halsey, al dejar sin protección San Bernardino. También el almirante japonés tuvo su parte nefasta, tal como la orden de ataque general a los portaviones de Sprague, si bien algunas otras, fueron debidas a la falta de comunicación entre las flotas.

ALMIRANTE HALSEY

Hay que analizar con lupa, en una controversia que aún dura, el porque dejó sin protección San Bernardino, si fué adecuada la decisión de embargar su Task Force 38 en la persecución del reclamo de Ozawa, y la responsabilidad en el ataque de Kurita a los portaviones de Sprague en el Mar de Samar.

Con posterioridad a la finalización de la batalla, Halsey sostuvo la bondad de su persecusión de las unidades de Ozawa. Alegó que jamás sospechó que se trataba de un reclamo, priorizando la destrucción de los mismos para impedir el bombardeo de la aviación japonesa, en una combinación de vuelos de tierra a las cubiertas de los portaviones japoneses. Su temor de los aviones de Ozawa -todos semivacios, excepto el Zuikako- y los bombardeos desde tierra, no se sostiene. De sobras sabía la escasa resistencia que había soportado en su bombardeo de la isla de Formosa el 10 de octubre y había podido calibrar personalmente la inexperiencia de los pilotos navales japoneses. Sus jefes de División no creían que Ozawa estuviese dotado de aviación suficiente. Incluso el estratega mejor considerado de la Flota, el almirante Lee le había manifestado, por activa y por pasiva, que esas fuerzas eran un reclamo.

Respecto a San Bernardino, alegó que el llevarse a sus barcos hacia el Norte fué para preservarlos de los bombardeos que temía y poder conservar la iniciativa. Consideró que no era oportuno que su línea de combate tuviera que defender el estrecho. En realidad hay que atribuir a su carácter temperamental y soberbio tomar esa decisión. No necesitaba a sus 64 buques para combatir a 17, ni 10 portaviones pesados contra los 4 de Ozawa. Todos sus almirantes habían dado por supuesto que había dejado fuerzas suficientes para su defensa. Las dificultades de las comunicaciones por la distancia y tráfico impidieron que estos se enteraran de la realidad.

Finalmente achaca la culpa a Kinkaid del ataque de Kurita con Sprague. Manifestó que Kinkaid sabía que abandonaba sin protección San Bernardino, aun sabiendo que la principal responsabilidad de éste y su VII Flota era la protección del desembarco y a los portaviones de escolta de Sprague. También le acusó de no haber enviado aviones de reconocimiento hacia el Norte para poder detectar la proximidad de Kurita. Fueron excusas zafias. En definitiva la defensa de San Bernardino era responsabilidad de Halsey como el almirante de más antiguedad. Si efectivamente había delegado en Kinkaid, tenía que haber hecho una comunicación expresa y contar con el beneplácito de Nimitz. No cabe alegar urgencias de ninguna clase. Navegó más de 200 millas tras Ozawa y dispuso de tiempo suficiente para hacerlo.

ALMIRANTE KURITA

Después de resistir, impávido, los ataques de los submarinos y de la aviación de Halsey, prosiguió su singladura hacia los estrechos. En San Bernardino se encontró con el milagro de que su entrada no contaba con protección alguna. Si hubiera entrado en el Golfo de Leyte habría podido impedir o, al menos, obstaculizar la invasión. El 25 de octubre se produjo la escabechina de su flota. No debió de realizar el ataque a los portaviones ligeros de Sprague sin organizarse, primero, agrupando a su flota y disponer de un plan de batalla organizado, con sus torpedederos en vanguardia y sus unidades de artilleria de grueso calibre escalonados en 2º o 3er nivel. En su lugar ordenó un ataque general y cada barco buscó su combate particular, obrando como una manada de perros de presa. Sprague, cuando agotó sus aviones y municiones, pudo escapar del acoso.

El segundo error fué interrumpir la acción cuando había dado alcance a Sprague. Debido al desastre de sus comunicaciones por radio no supo lo que había ocurrido al Sur. Creyó, también influido por las comunicaciones de hundimientos que informaban sus pilotos, que había sorprendido a los portaviones de Halsey y varios habían resultado hundidos. Fué entonces cuando decidió entrar hacia el Golfo de Leyte.

El tercero fué el más grave; Su retirada, sin llegar a entrar en el Golfo, ordenando el cese de los combates, cuando nadie podía ya detenerlo. Alegó, posteriormente, que el desembarco ya se había producido. Creyó en la presencia de portaviones hacia el Norte y dió la vuelta para atacarlos, junto con las fuerzas de Ozawa. Kurita ignoró durante el transcurso del combate, que Hasley había mordido el anzuelo y estaba atacando a Ozawa a 300 millas al Norte de Leyte. Si lo hubiera sabido, habría entrado en el Golfo y cumplido su misión.

En contra de los sucedido en otras batallas históricas, la de Leyte fué en verdad decisiva. La flota japonesa dejó de existir como fuerza organizada, quedando las unidades que sobrevivieron desarticuladas, restañándose las heridas en los arsenales y sin capacidad para ofrecer combate organizado. La mayoría acabaron bombardeados por los americanos por los puertos del Japón. El final de la guerra se aceleró. Sus últimos estertores tuvieron lugar en Okinawa y Iwojima y los pocos buques que disponían, el Yamato, Tone, Ise, Aoba, Haruna y unos cuantos destructores, ya no pudieron amortiguar lo imparable. No habría sido necesario el horror atómico.

Dejó, eso sí, alguna enseñanza. Fué el fin de un concepto basado en la supremacía de las grandes unidades de flota, los acorazados y cruceros de batalla, con su poderosa artillería y gruesas corazas. Había nacido la preponderancia del arma submarina y sobre todo, la de la aviación aeronaval basada en portaviones. Ya no se verían las formaciones en línea de combate ni el cruce de la T. Jutlandia ya estaba enterrada

'


Amigo Vicenterojo


Excelente trabajo y muy buenas apreciaciones técnicas de su desarrollo.


Gracias por tu tiempo. Que espero hayan más de estos.


Un abrazo.

.

Takeo Kurita no habló demasiado de su conducta en Leyte. En una breve entrevista con el periodista Masanori Ito, en 1954, declaró que había cometido un error al retirarse de Leyte abandonando la batalla, pero luego se retractó.

Ya muy anciano, alrededor de 1970, Kurita admitió ante Jiro Ooka (joven oficial naval, de la última graduación en Eta Jima, en 1945 y posteriormente su biógrafo) que retiró la flota de la batalla porque no creía en desperdiciar la vida de sus hombres en un inútil esfuerzo, pues desde mucho tiempo antes creía que la guerra estaba perdida.

Personalmente creo más que la decisión obedeció a un error en los términos que bien detalla Vicenterojo y a su primera "confesión" de 1954, que a una decisión moral.

Un abrazo.

Amigo Ensenada,

Muy amable por tus palabras. Dispongo de tiempo, al estar jubilado y el tema me apasiones. Gracias y saludos

Quijav,

Ante todo bienvenido. Estoy de acuerdo con el retracto de Kurita y sus últimas manifestaciones en 1970.No creo que su retirada fuese una decisión moral, ni mucho menos errores de estrategia, ni cobardía. Había demostrado mucho temple en los anteriores combates. Creo que todos o algunos de los factores que expongo, debieron pesar en su decisión final: Tardó mucho en reorganizarse. Se considero listo para proseguir hacia el medio día. Seguía el silencio de Ozawa. A la vista de la reacción americana intuyó el fracaso de la penetración de Surigao. El desembarco estaba consolidado, ya hacia dos días que se había materializado, por lo que, sin duda, los americanos tendrían ya aviación basada en Leyte. La navegación por San Bernardino se tendría que producir a pleno día. Además, las fuerzas de Halsey deberían estar dirigiéndose a donde él se encontraba, tanto si había liquidado a Ozawa o no lo había encontrado. Decidió, pues, salvar a los restos de su escuadra.