La perdida de la fragata Elena de 34 cañones de porte no fue causada por un temporal o accidente de mar; fue perseguida por fuerzas superiores enemigas, y después de una desesperada defensa fue embarrancada por su comandante el capitán de fragata don Juan Carranza , que quiso verla destruida antes que en poder de los ingleses, y se destrozo en efecto en la costa de Conil, salvándose la mayor parte de su tripulación. Por esta razón ocupa un lugar en la relación que se da de naufragios, donde no estará de mas por constituir uno de los honrosos y repetidos hechos de armas que como ejemplo pueden citarse en la marina española.

El siguiente es extracto de del parte original en que el mismo comandante, herido en el combate, relata el suceso:

“ Excmo. Sr. : El 25 del pasado Salí de la Habana con la fragata Elena de mi mando, y a mis ordenes la Ninfa, conduciendo los pliegos y efectos que habrá anunciado a V.E. el comandante general de la marina de aquel puerto. Habiendo practicado una derrota extraviada en razón de las continuadas noticias de enemigos superiores que detallare a V.E. para el próximo correo, aprovechándome de ese para manifestarle que no he reconocido mas tierra en los treinta días de navegación que el Cabo de Santa María. Parlamente con un bergantín dinamarqués que venia de Levante, y me notifico que una escuadra inglesa cruzaba al O. del Cabo de San Vicente desde que se batió con la española. Con este motivo creí venir seguro para entrar en Cádiz la mañana del 26; pero a la una y media de la madrugada vi de la vuelta del O. un navio , que con su farol a proa y sobre las gavias y juanetes navegaba en linea con otros buues , todos mayores , los cuales formaban una linea de mas de dos leguas.y a los que fui arribando oportunamente , pues estuvieron pasando hasta las tres y media , habiendo hablado con el primero y contestado en español. Con este antecedente, pero sospechoso en algún modo, mediante lo que observo la Ninfa, que le hablo en ingles,navegue con fuerza de vela y mucho silencio hasta que amaneció que vi ya virados de mi vuelta los citados buques, pero fondeados varios y otros a la vela sobre le placer de Rota. El viento estaba al N. y yo a sotavento de Torre-Gorda; a las seis de la mañana les vi ya largos sus pabellones ingleses y que se le destacaban un navio de 74 cañones y una fragata de 40 dandome caza ( según James en su Naval History of Great Britain, los buques que batieron a las fragatas Elena y Ninfa fueron el Irresistible, de 74 cañones y la fragata Esmerald, de 40). Impuesto yo que eran enemigos, hice señales a la Ninfa, proporcionados a dirigirme al rió de San Pedro, que con marea creciente podía entrar con algún peligro; el viento mas escaso lo impidió, y forme el dictamen de seguir la costa, y los enemigos se acercaron con el mar fresco que traían. Me vi sin montar Cabo Plata y reinando en el Estrecho viento E. y tres buques mayores por mi proa: mi obligación solo me dejaba la triste suerte de embarrancar

Todo lo mire perdido ,pero no la honra que se le dar a la bandera del Rey, y preferi acoderarme hasta que note fondo con el timon , y lo mismo por mi proa la Ninfa. En esta forma batimos los enemigos , ellos a la vela, que despues fondeados a medio tiro siguieron la funcion que duro tres horas.

“ Los que me obedecian , con su constancia aumentaban mis deseos, que fueron siempre sostenerme hasta irme a pique . Llena la bodega y Santa Barbara de agua, que la recibian por cinco partes, mande picar a mi presencia los cables y encallar a fin de precaver a los heridos , pues contaba sobre 30 y 20 muertos, sin contar los cuatros que al bajar a tierra en la lancha en el primer desembarco les quito la vida una bala de a 36, que era el calibre con que me batia el navio. En esta triste situacion me hallaba cuando el comandante de la Ninfa me aviso por la bocina no tener ya mas de 75 tiros de cañon y que lo detallara lo que habia de hacer , a lo que conteste que defenderse hasta consumir las municiones todas y estar a pique, y en caso de no, dar fuego al buque despues de desembarcada a su gente ; pero a poco rato vi que arrio su bandera. Continue mi fuego izando la bandera por tres veces, , pues me lo hecharon abajo los enemigos , hasta que no teniendo con que servir la bateria, hice mi ultimo desembarco, aunque no del todo por no se el bote suficiente , respecto a que la lancha , con el acaecimiento citado , no hubo quien la condujese a bordo, y una hora despues que la Ninfa arrie con harto sentimiento mio el pabellon de S.M:, que me costo hasta cuarta insinuacion y el extremo de estarme yendo a pique.

“A las oraciones sacaron los enemigos la Ninfa y la llevaron a fondear junto a sus buques , pues no habiendole picado su cable y cordera estaba a nado aun , y aunque pretendieron hacer lo mismo con la mia no lo lograron , pues quise que consumieran en ella sus miniciones y que primero fuera a pique por mi o por ellos , como se acredito , pues ha quedado sumergida en 15 brazas de agua, acostada sobre estribor .

Auinque considero a V. E. lleno de disgusto al ver un detall tan lastimoso y dilatado , no puedo ocultar a V.E. en cumplimiento de mi honor el espiritu bizarro con que me estipulo el Teniente General don José Espeleta, que aun viniendo de transporte , quiso con su ejemplo iluminar a este joven de corta experiencia , a fin de que añadiendo a sus buenos deseos el consejo de un general de su talento y espiritu, prefirio mi arriesgado lado en todos los tiempos para contribuir con su consejo al lado de quedar buen puesto el honor d ela nacion y decoro de las armas de S.M.,al descanso de su casa. Para quien no piensa como este jefe, que fue herdio en la cara, aunque no de peligro, cuando yo contuso igualmente en la mano derecha , recomiendo a V.E. para que se sirva trasladarlo a S.M. el espiritu, eficacia y desempeño con que a porfia y con estimulo han llenado sus obligaciones los oficiales de mi buque, quienes con su constancia me empeñaban mas y mas , y lo propio ha ejecutado el capitan de navio don Manuel Arjona y los oficiales don Antonio Seidel y don Rafael Bobille que venian de transporte , cuya presencia de animo me ha llenado de gozo, y me obligan en fuerza de mi honor a no pasarlo en silencio , ni tampoco que mi pobre marineria y tropa han salido como yo y mis oficiales , salvando solo lo puesto y los papeles de reconocimiento , a fin de que V.E. lo creyera justo , de a estos infelice, que es para quien pido unicamente, algun socorro, para el remplazo de su perdida ropa y para cubrir la desnudez en que han quedado los mas.-Real Isla de Leon y abril 28 de 1797.-Excmo Sr.-Juan de Carranza-