Descripción por los escritores Sola y Martel.
Declaraciones curiosas de un guardiamarina y del capellán del España,reverendo franciscano Francisco Juan Lestón.
Testimonio revelador del Jefe de la aviación gubernamental,D. Hidalgo de Cisneros,respecto al hundimiento del España.



El año 1937 tiene signo azul en el mar español.Durante la mayor parte del año existe todavía el frente marítimo de Cantabrico,que para los nacionales supone un objetivo único: bloqueo.Ese mismo es el objetivo de la lucha marítima en las demas costas.
La audacia de los cruceros nacionalistas mantendría encerrada casi todo el año a la flota republicana en sus bases.
Al empezar la guerra,la flota española contaba con el pesado e inútil orgullo de dos viejos acorazados.
Al terminar 1937,los dos monstruos protohistóricos estaban fuera de combate.Los dos se exinguieron en circunstancias inciertas y equívocas.Los escritores pronacionalistas Sola y Martel relatan así las últimas singladuras del viejo acorazado España y su agonía frente a Santander el 30 de abril de 1937:

De que el viejo acorazado no temblará ante ninguna empresa es buena garantía su comandante,el capitán de fragata don Luis de Vierna y Belando;don Chalo,como familiarmente le llaman hasta sus subordinados,es hombre de un temple,de una pericia y de un valor que ante nada retrocede.
Marino hecho en ruda pelea contra los elementos todos,jefe cariñoso sin dejar de ser rígido,hombre de un pundonor y un celo extraordinario,Luis de Vierna no vacilará ante el peligro por grande que sea…y el peligro se le presenta en la misma salida de la ría ante los castillos de San Felipe y la Palma,donde se rompen los guardines del timón.Situación comprometida y dificilísima.
En aquella angostura,el barco sin dirección se estrellará irremisiblemente contra la tierra.El instante es de una tragedia angustiosa…pero allí estará Luis de Vierna,sereno,marinero,audaz…ante el estupor de la gente manda dar fondo,disponiendo inmediatamente un ¡avante a toda fuerza la máquina de babor!...se propone revirar hacia estribor para salir incolumne.La maniobra es arriesgadísima.
Precísase una técnica y una habilidad,una finura y una precisión matemáticas.Todo tiene que relizarse en un instante justo.La pérdida de un segundo es la pérdida del barco y Luis de Vierna en el puente de mando se ofrece como un grabado representativo de la serenidad.Nada delata que está jugándose la carta más peligrosa de su vida.Imperturbable y sin que su voz insinúe la menor alteración,da órdenes a la gente,en tanto el barco,como domado por la mano férrea del gran marino,obedece lentamente y sale pausado,cual si Vierna lo llevara dócil al mando de ese timón que le ha faltado.
Ya libre de puntas y bajos,se arregla la avería y el España corta las aguas para domeñar el Cantábrico.
Siguen pasando para el marinero las añoranzas de los bombardeos a los fuertes separatistas;de los ataques submarinos sufridos diez veces,de los cuales,dos alcanzaron a la gloriosa nave sin que por fortuna explotaran los torpedos;de las azarosas noches de minados;de las navegaciones sigilosas y arriesgadas;de las protecciones a bous y barcos mercantes.
Una mano se apoya brusca y cariñosamente sobre el hombro del marinero soñador,al tiempo que la voz amiga de un compañero le saca de su abstracción diciendole: ¿te acuerdas de lo pasado,verdad?...pues mira el presente y contempla cómo quiere escapar ese barquito que seguramente viene abarrotado de víveres y municiones para los comunistas santanderinos…
El que acaba de hablar es un compañero dotado del poder de la adivinación,y el de los recuerdos vuelve a la realidad y comprueba que,efectivamente,están persiguiendo a un mercante que intenta forzar el bloqueo.
El Velasco,que actúa juntamente con el España,se lanza veloz tras el mercanton,en tanto,el acorazado,que por su menor velocidad,deja al destructor el cometido de alcanzar la presa,se dispone a protegerle de cerca contra las baterías de la costa.
Como el perseguido no detiene máquinas,el destructor dispara dos cañozados de aviso,precursores de otros,ya centrados,que buscan como blanco al abastecedor fustrado,que prefiere obedecer al Velasco a desaparecer bajo las ondas cantábricas.
Una vez parado,se comprueba que se trata de un buque inglés,por lo cual,queda en libertad de hacer el rumbo que tenga por conveniente,siempre que no sea el del puerto santanderino.
En su deseo de asegurar la máxima defensa para el Velasco,el España se ha pegado excesivamente a la costa,con un gesto de verdadera audacia,pues ha penetrado de lleno en un campo totalmente minado.
Como el destructor ha finalizado su cometido,el acorazado trata de cambiar el rumbo para alejarse de aquella zona peligrosa.
Son las siete y veinte de la mañana cuando el “Abuelo” inicia la maniobra.
Es la hora del desayuno y la gente se agrupa en cubierta,para contemplar al inglés que se aleja lentamente.Nada turba la grandiosa solemnidad del instante.De pronto,una explosión bárbara,estruendosa,apocalíptica.
El barco,como soplo de un gigante de leyenda,se levanta para caer luego escorado.
Una sacudida formidable,que tira a varios hombres,una tenue neblina,y el saltar de unas astillas resquebrajadas.
-Nos alcanzaron-.Tal es la primera idea que pasa por el cerebro de la gente,creyendo que se trata de un cañonazo de la artillería de costa.
Bien pronto se comprueba lo erróneo de la proposición.La explosión es de tal magnitud que sólo puede atribuirse a una mina.
Eso ha sido.Una mina que ha abierto una brecha de doce a quince metros,arrancando las maquinas.Todo queda paralizado.El mando circula sereno las órdenes para intentar el salvamento.Cierre de mamparos estancos,llamadas reglamentarias,subida a cubierta de enfermos y asfixiados.Inútil todo.La mar va devorando su presa,que lentamente desaparece engullida por el océano.Recia,viril,sin un temblor,ni una vacilación suena la voz del comandante,disponiendo formar la dotación para proceder al abandono del acorazado,que cada vez,se sumerge más…y aquellos hombres,que se encuentran en el más pavoroso de los trances,aquellos náufragos que van a perecer,se alinean en la más correcta formación,sin que un solo rostro refleje la menor angustia,ni un solo músculo tiemble.Las miradas serenas e imperturbables se fijan al frente,cual si se encontraran en una revista.Aquellas pupilas no ven la muerte delante de ellas,ven la patria,y a esta visión,todos los pechos se dilatan con la alegria de poder servirla.La dotacion del España entona el cara al sol.

En una carta de un joven guardiamarina,publicada en el ABC,se decia lo siguiente:
Sólo perdimos cinco hombres,caso único en la historia.De haber ocurrido en el Jaime I,la mitad de la dotación,enloquecida,hubiera matado a la otra mitad.

Al ruido de la explosión,el Velasco vira rápidamente hacia el España…
¿Qué ocurre? se pregunta la gente del destructor,viendo el acorazado escorado,sin que su dotación,que claramente se percibe con los prismáticos,dé muestras de impaciencia,y ,por el contrario,cante entusiástica diversos himnos patrióticos.
Pronto conocen la terrible verdad.Entonces acontece uno de los episodios más heroicamente admirables de la campaña.Francisco Nuñez,comandante del Velasco,hace que su buque avance veloz por el campo minado.El velasco continúa maniobrando para atracar al costado del viejo barco.En tanto,la dotación del acorazado continúa formada en cubierta.Breves y secas suenan dos órdenes: una del comandante del España,otra del comandante del Velasco.La primera dispone el embarque al buque amadrinado.La segunda,la reparación de una vía de agua abierta a causa de una rotura de nueve cuadernas de proa,boquete que se precisa taponar.
Por riguroso puesto se inicia el salvamento,siguiendo la orden de las casamatas. –La una-…y la gente de ésta embarca en el destructor,la dos…la tres….y en aquel desfilela impasibilidad de siempre,sin que ocurra más que un solo incidente: multitud de hombres se obstinan en hundirse con el acorazado.Se hace necesario que las voces de mando pasen del tono paternal al imperativo,y los marinos obedecen.
El capellán del España,reverendo padre franciscano Francisco Juan Lestón describe así en una carta:
La gente fue acomodandose como pudo en la cubierta del Velasco,quedando sólo en el España algunos de los oficiales del mismo,que temerosos de ver incumplidas las disposiciones,por insignificantes que fueran,señaladas para estos casos en las ordenanzas,corrían de un lado para otro en busca de algo que creían o suponían pudiera haber quedado olvidado.Me refiero a las personas,porque cuanto a éstas pertenecia allí quedo sepultado,saliendo,por la hora en que tuvo lugar el percance,casi todos de mono y en alpargatas.Pudieron,por disponer de tiempo suficiente para hacerlo,aun sin faltar a sus deberes,hacer como la mujer de Lot,pero ni uno solo lo intentó.Por eso la mayor parte dejó en el barco su fortuna…pero ¿ que significaba ésta,comparada con la satisfacción que sentían en sus pechos de hidalgos cristianos,por haber cumplido sus deberes para con la patria amada hasta el ultimo momento?

El salvamento se encuentra en pleno desarrollo cuando de repente suena la voz de un vigía anunciando: aviones a la vista ¡! …efectivamente,por el horizonte aparecen dos trimotores que enfilan como una flecha el lugar del siniestro.La situación se hace crítica.El acorazado y el destructor que están inmóviles,constituyen un blanco sobre el que puede dispararse a placer.
Una bomba de regular potencia puede hundir al Velasco,imposibilitado de maniobrar.
Francisco Nuñez,manda disparar sus antiaéreos,con el fin de contener los vuelos de los trimotores,sin conseguirlo dado su corto alcance.
Entonces alguien se da cuenta que aún flotan los cañones del España,cuando los cuatro antiaéreos del mismo vomitan fuego,dirigido desde lo alto de una cofa por un oficial con sus serviolas…
Cuando se pierden de vista los aviones,los bravos artilleros suben al Velasco.
El barco se hunde –advierte alguien al segundo comandante—y urge que lo abandones.Un momento,replica éste y subiendose en un hongo de la toldilla,junto a la torre 4,Pedro Nieto dice: Quiso el destino que nuestro España quede para siempre en esta agua;pero no habrá fuerza capaz de arrebatarnos nuestra fe en el porvenir de la patria,nuestra seguridad en la victoria y nuestra confianza en el Caudillo,y si Dios quiere conservarnos las vidas,las ofrendaremos de nuevo a la patria a la que seguiremos consagrando nuestro esfuerzo,nuestra inteligencia y nuestro corazón.

Ya no queda en el buque ni un solo subalterno.Entonces comienzan su trasbordo los jefes y oficiales por riguroso turno: primero los mas modernos y de menor graduación,luego los jefes,y por último el comandante del acorazado,que estruja en un abrazo al del destructor al darle las gracias,no por la salvación de su vida,sino por la de aquellos 825 hombres,de los cuales únicamente han perecido cinco del personal de máquinas en el momento de la explosión.

Declaraciones del Jefe de la Aviación gubernamental D. Hidalgo de Cisneros



Voy a decir unas palabras sobre el hundimiento del acorazado España frente a Santander:

El españa era un acorazado anticuado.Los franquistas lo utilizaban para hostilizar nuestro litoral y para interceptar los buques que se dirigían a los puertos republicanos del norte.
Tenía una coraza a prueba de proyectiles de grueso calibre,donde una bomba pequeña no debía dejar ni señal.
Por eso,mi sorpresa cuando me dan la noticia de que el acorazado había sido hundido por uno de nuestros aviones.Yo conocía los aparatos y las bombas que teníamos en Santander en aquella época,y me parecía casi imposible realizar aquella azaña.
Cuando llegué a Santander y hablé con el piloto y el observador que lanzó la bomba,pude darme cuenta que ni ellos mismos lo creían,aunque no lo confesaban claramente,pues ya se sentían halagados por las felicitaciones de toda la ciudad.
Me explicaron que cuando el España comenzó a cañonear aquella vez la costa,como tenía por costumbre,les mandaron salir con la modesta pretensión,de que el barco,al ver a la aviación,se marchase.
Dieron una pasada bastante altos,para eludir mejor la artillería antiaérea del buque.
Al llegar a la vertical,dejaron caer una bomba de 11 kilos.No vieron donde caía,pero inmediatamente,sintieron una gran explosión,y el gran acorazado se fue a pique.
Hablé con muchas personas que habían presenciado desde la playa el hundimiento.Todas creían que fue la bomba del avión,pues habían visto cómo caía,y,al mismo tiempo la explosión.
Después de una información muy seria y detallada,sacamos la conclusión de que el España había sido ,bien por un torpedo de un barco de guerra inglés que se encontraba a corta distancia y que poco antes había intimado al acorazado franquista para que dejase en paz a un mercante inglés que debía entrar en Santander,o bien por haber chocado en aquel preciso momento contra una mina,aunque no habíamos visto nunca minas por aquellas aguas.
He relatado este caso,porque los del España hizo bastante ruido durante la campaña del norte.Los meritos de –La Gloriosa- en aquella campaña fueron lo bastante grandes como para no necesitar apuntarse la desaparición de ese acorazado,que tanto había obstaculizado nuestros suministros,ante la inactividad casi completa de la flota republicana.

Saludos.

Mis dudas:
De que el comandante del España,se metiese en aguas minadas.
De que una misera bomba de 11 kilos en un acorazado hiciese tal calamidad.
De que el Velasco perdiese 9 cuadernas con via de agua por la proa ¿?
De que tamaño de minas se usaban en españa,capaz de saltar las maquinas de un acorazado.
De que el Jefe Republicano dice que no había minas en esa zona ¿?.


Saludos.

Y el pecio.

https://www.cajacantabria.com/portal/pag ... 8%2028.pdf