Clase: LCT

Construido por: Empresa Nacional Bazán en Ferrol


Nombres: K-3, LCT-3 (1980)

Quilla: 08-01-1958

Botadura: 30-04-1958

Alta Oficial: 15-06-1959

Baja Oficial: 02-07-1984


Nombres: K-4, LCT-4 (1980)

Quilla: 25-01-1958

Botadura: 30-04-1958

Alta Oficial: 15-06-1959

Baja Oficial: 09-05-1985


Nombres: K-5, LCT-5 (1980)

Quilla: 03-05-1958

Botadura: 31-05-1958

Alta Oficial: 15-06-1959

Baja Oficial: 09-05-1985

Desplazamiento en lastre: 665 Tm


Desplazamiento máximo:925 Tm


Eslora máx: 56,57 m.


Eslora entre PP: 51,54 m.


Manga: 11,58 m.


Puntal: 3,22 m.


Calado máximo: 2,02 m.


Propulsión: 2 motores diesel Bazán-MAN // 2 hélices


Potencia: 1.000 Cv


Velocidad: 8 nudos máxima.


Autonomía: 6.480 millas a 5 nudos.


Capacidad de carga: 560 Tm ó 400 hombres


Combustible: gasóleo


Capacidad: 45 Tm.


Armamento: 2 cañones de 20 mm.


Dotación: 20

En la posguerra, hubo varios intentos de obtener embarcaciones de este tipo o de construirlas en astilleros nacionales, que fracasaron por diversas causas, quedando el tema congelado desde 1953.



Pero tan sólo tres años más tarde, en 1956, las cosas habían cambiado bastante y el EMA volvió a considerar la construcción en el plazo más breve posible de varios de estos medios de desembarco.



Durante 1956 se había producido la independencia de Marruecos, suceso que sin duda iba a afectar a nuestra política norteafricana en los próximos años.



Entre las consecuencias para la Armada derivadas de la nueva situación, se planteaba la urgente necesidad de disponer de embarcaciones de desembarco para el apoyo de nuestras fuerzas en el enclave de Ifni y en los territorios de Tarfaya y Sahara.



Ante esta necesidad, unida a la concreción del Programa de Modernización de Buques en vez de uno de nuevas construcciones y a la finalización del bloqueo político, económico y técnico al régimen español, la Armada consiguió finalmente destinar algunas cantidades para la construcción de estas embarcaciones.



A finales de 1956 se desempolvó el viejo proyecto n.° 62, elaborado en 1948, precediéndose a resolver el problema que lo paralizó en su momento y que no era otro que la no disponibilidad de motores adecuados.



Con la ayuda técnica de Bazán, que a su vez había elaborado algún anteproyecto de medios de desembarco a comienzos de los años cincuenta, la modificación del proyecto 62 avanzó rápidamente, concretándose la no muy potente instalación propulsora en dos motores diesel Bazán-MAX de 1.000 -1.100 Cv e introduciéndose diversas modificaciones y refuerzos en el casco.



El proyecto resultante fue aprobado a mediados de 1957, dándose a finales de año la orden de ejecución para 3 unidades a la factoría ferrolana de Bazán, que les asignó los números de obra 117 a 119.

Aunque proyectadas para actuar en una contingencia como los sucesos de Ifni-Sáhara de 1957-1958, lo cierto es que las tres barcazas no pudieron ser alistadas a tiempo, ya que su construcción no se inició hasta comienzos de 1958, cuando ya las armas prácticamente habían callado.



Emprendidos los trabajos con gran celeridad, el final de la crisis militar africana aplazó la urgencia de su alistamiento, por lo que su entrega a la Armada no tuvo lugar hasta mediados de 1959.



En esencia, las barcazas de desembarco portacarros de la clase «BDK-3» eran una versión de las anteriores «Foca» y «Morsa» con estructura reforzada, mayor capacidad de carga y autonomía algo reducida.



De dimensiones muy parecidas, las «BDK-3» presentaban una menor manga y algo más de calado a popa, en tanto que el desplazamiento llegaba a rebasar las 900 Tm a plena carga.


Como la potencia instalada era prácticamente la misma que en las «Foca» o tipo «BDK-1», las nuevas barcazas resultaron algo más lentas alcanzando una máxima de 8 a 8,3 nudos (alguna dio los 8,4 en pruebas), en tanto que la máxima sostenida a plena carga era de 7 nudos y siendo la autonomía en esta última condición ligeramente superior a las 1.000 millas.


La capacidad de carga era bastante grande, unas 560 Tm repartidas en diversas combinaciones de carros de combate y vehículos, pudiendo transportar en distancias cortas hasta 400 infantes de Marina completamente equipados.

Exteriormente las diferencias entre las unidades de la clase «BDK-3» y sus predecesoras británicas se limitaban a una amurada mayor a ambos lados de la rampa proel y, sobre todo, alguna redistribución de la superestructura popel, quedando la chimenea algo más arropada y ampliándose las zonas cubiertas, en tanto que sobre extensiones del puente por ambas bandas se fijaban emplazamientos para cañones a/a de 20 mm en montajes sencillos.



Sus equipos de comunicaciones y navegación fueron siempre bastante escasos, disponiendo para ello de un único palo sencillo situado a popa del puente.



Si bien llegaron tarde a los sucesos de Ifni y Sahara, en cambio participaron en las operaciones de apoyo a las tropas españolas destacadas en el Sahara durante la famosa «Marcha Verde» de 1975 y en la posterior evacuación de nuestras fuerzas de la zona al año siguiente.



En 1980 fueron rebautizadas como «LCT-3», «LCT-4» y «LCT-5», causando baja pocos años después y algo antes de lo esperado, resultando así menos longevas que las bastante más antiguas «Foca» y «Morsa».



El trío fue desarmado en el Arsenal de Las Palmas, siendo seguidamente enajenadas.



Su retirada del servicio sin reemplazo supuso una importante disminución de los medios de desembarco a disposición de nuestra Fuerza Anfibia, que pasó de contar con ocho unidades del tipo LCT desde finales de los años sesenta a tan sólo tres a mediados de 1985.




Fuentes:
-Buques de la Armada Española, los años de la postguerra, de Juan Luís Coello.
-Buques de la Armada Española del siglo XX, de Alejandro Anca.
-Fotostodobarco