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Biografía de don Miguel de Oquendo y Segura.



Almirante General del Océano.



Padre de Antonio de Oquendo.



Nació en San Sebastián en fecha ignorada.



En 1582, siendo ya capitán general de la escuadra de Guipúzcoa, tomó parte en la batalla naval de las Azores a las órdenes de don Álvaro de Bazán, contra la armada francesa de Felipe Strozzi, que apoyaba al prior de Ocrato, pretendiente a la corona portuguesa contra los derechos del rey don Felipe II.



Las fuerzas del prior y francesas trataban de conquistar todo el archipiélago de las Azores, para establecer en él una base de operaciones contra las costas de Portugal y las líneas de comunicación con la Península y nuestras posesiones de Indias.



Oquendo formó parte primero de la descubierta que avistó a las naves enemigas.



Después, en el combate, se distinguió notablemente, luchando contra la almiranta enemiga, apoderándose de su estandarte.



El primer choque lo sostuvieron precisamente las cinco naves guipuzcoanas que mandaba Oquendo, que al virar quedaron en vanguardia.
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Hallándose en situación muy apurada el galeón San Mateo, atacado por cinco buques franceses, Oquendo metió su buque entre dicho galeón y la almiranta de Francia a la que le deshizo el costado con el impetuoso choque y con una descarga general de su artillería.



Las dos naves riñeron singular combate y Oquendo prohibió que se picasen las bombas, para que no cundiese el desánimo entre su gente; abordó a la almiranta del conde de Brissac, hermoso bajel de treinta cañones y guarnecido por trescientos hombres, le arrebató el estandarte y otras banderas, le hizo prisionero y lo hundió.



En el desembarco y conquista de la Tercera en 1583, Miguel de Oquendo fue con el capitán Marolin a practicar el reconocimiento de la costa y del lugar de desembarco.



En el momento de realizarse éste estuvo agregado al estado mayor de don Álvaro de Bazán. Después tomó parte activa en el apoyo naval a las operaciones de limpieza que tuvieron como resultado, la rendición total de todas las fuerzas enemigas.



Cuando la Gran Armada contra Inglaterra en 1588, uno de los consejeros en quien fiaba el rey para neutralizar la falta de conocimientos marineros del duque de Medinasidonia, era precisamente don Miguel de Oquendo, que junto con don Juan Martínez de Recalde, debían conducir la flota, pero como subordinados. Ambos fueron nombrados tenientes de la armada.



Tanto uno como el otro aconsejaron al capitán general que atacasen a los ingleses cuando éstos se encontraban metidos en Plymounth: soplaba el sudoeste, viento favorable a los españoles, y los ingleses no hubieran podido salir.



El duque, por ajustarse demasiado estrictamente a las instrucciones dadas por el rey, no quiso romper las hostilidades hasta tomar contacto con las fuerzas de Farnesio.



Esto salvó a los ingleses y perdió a los españoles.
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Como Recalde, hubo Oquendo de luchar también contra la ineptitud y mala fe del duque.



En la formación que adoptó la armada, Oquendo mandaba el ala derecha del cuerpo de batalla, es decir, el del lado de fuera de la costa inglesa.



Los ingleses dejaron pasar a los españoles y se lanzaron en su seguimiento, atacándoles con el viento favorable, por retaguardia. A las dos de la mañana se efectuó el contacto artillero y en ese momento la Luna iluminó el cuadro.



El buque de Oquendo fue incendiado, pero pudo apagarse el fuego, después de algunas explosiones parciales; al día siguiente, uno de agosto, hubo de abandonarlo porque se iba a pique.



Después de diferentes combates de dirección poco acertada por parte de Medinasidonia hubo la armada, muy disminuida; había perdido sesenta y dos buques, de retornar a España dando la vuelta por el norte de Escocia, por tener en el Canal los vientos contrarios que tanto habían ayudado a su flota y nosotros desperdiciados.



Oquendo no sobrevivió a tal catástrofe naval y murió en la mar, no lejos de La Coruña en 1588, año del desastre.



Ninguno de los dos tenientes con mando naval; don Juan Martínez de Recalde y don Miguel de Oquendo y Segura, sobrevivieron a la empresa pero el duque de Medinasidonia, si.



Sáquense conclusiones.







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Biografia de Miguel de Oquendo y Domínguez de Segura (1510-1588)en el libro del Foro Marítimo Vasco
Barlovento ISBN 84-611-3874-0

Si existe alguna saga familiar del mar por excelencia, esa es la de los Oquendo. Su patriarca, Miguel de Oquendo, nació en Donostia y se incorporo a la Marina desde fechas muy tempranas. Si bien realizo la ruta de las Indias en varias ocasiones, la fase más destacada de su carrera se halló vinculada a otra gran figura de su tiempo: el almirante Álvaro de Bazán y a las campañas atlánticas contra Portugal. Como marino de experiencia, armó varias flotas en la defensa de la costa del Norte peninsular, entrando con ello de lleno en la política marítima de expansión de Felipe II. De esta manera formó parte de la Armada de Bazán contra los franceses y portugueses en la disputa que mantuvo aquel monarca por el trono de Lisboa, especialmente en la campaña contra la Flota del Prior de Crato, así como la campaña que se sostuvo en las islas Terceras (Azores) entre 1583 y 1583. Fue en esta última acción donde Miguel de Oquendo consiguio la rendición de la nave almiranta enemiga con su propio buque, determinando el final del combate. Por el prestigio adquirido ante Felipe II se le nombro en 1588 capitán general de la Escuadra de Guipuzcoa, que tenia por objeto la invasión de Inglaterra, siendo uno de los núcleos de la Armada Invencible. Sin embargo, muerto Álvaro de Bazán la preparación de la Invencibleacabo recayendo en el duque de Medina-Sidonia, cometiéndose graves errores, entre los cuales se halló el no atacar a la Flota británica en Plymouth. El almirante Miguel de Oquendo, partidario de aquel asedio que hubiese cambiado el rumbo de los acontecimientos, se enfrentó al mando supremo, pero su frágil salud y los años determinaron que pereciese pocos meses después, tras arribar al puerto de Pasaia.