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Historia del submarino "C-4"
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De la Rocha
Contralmirante Ingeniero
Registrado: 11 Oct 2006 12:35 Mensajes: 1114 Ubicación: Rechazando herejes en el San Agustín
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 Historia del submarino "C-4"
El submarino “C-4” fue construido por la Sociedad Española de Construcciones Navales de Cartagena, que puso su quilla el 5 de mayo de 1924, botado el 6 de julio de 1929 y entregado a la Armada el 21 de septiembre de 1929, y dos meses después ya realizó sus primeras maniobras navales, donde por primera vez en la historia naval española se utilizó la táctica de ataque “submarino contra submarino”, en las que la naciente serie “C” ya demostró una gran superioridad sobre los “B” y, por supuesto, sobre los “A”.
En el verano de 1935, en compañía de sus cinco hermanos de la serie, realizó un viaje por diferentes puertos españoles, franceses y británicos, en los continentes europeo y africano.
Cuando empezó la Guerra Civil se encontraba en el puerto de Cartagena, división a la que pertenecía. Su comandante era el C.C. Auberade Leal; como segundo comandante el T.N. Bahamonde Guitian y el A.N. Lobo Andrade como oficial.
El 18 de julio de 1936 zarpa con los submarinos “B-6”, “C-1”, “C-3” y “C-6” con rumbo al estrecho y con la misión de interceptar el paso de las tropas nacionales desde África hacia la Península, situándose escalonadamente frente a las costas andaluzas. Los cinco submarinos iban al mando del jefe de flotilla, C.F. Guimerá, que arbolaba su insignia en el “C-1”.
El 21 de julio, a primeras horas de la mañana, se encontraba el “C-4” navegando en superficie a la altura de Málaga. En un momento dado, aprovechando que el comandante se hallaba en el puente con el A.N. Lobo, y que el segundo descansaba en su camarote, subió a la torreta el cabo electricista Arregui, quien los encañonó y los obligó a bajar al interior, donde quedaron encerrados en sus camarotes. El cabecilla era el auxiliar de radio Rafael Sánchez Mata. La sublevación estaba consumada. Por la mañana, el T.N. Vicente Ramírez Togores, jefe de órdenes de la flotilla, en nombre del jefe de la misma, que había sido informado de los hechos, nombra nuevo comandante al segundo del “C-1”, T.N. Lasheras, que transborda en la mar y a quien el comité entrega el mando. El “C-4” se dirige a Málaga, quedando abarloado junto al “C-3” y al “C-6”, mientras el comandante y los oficiales son trasladados al recién confiscado vapor “Monte Toro”, en calidad de presos.
Su primera acción de guerra tiene lugar en la noche del 26 al 27 de julio, en que efectúa 37 disparos de cañón y lanza un torpedo contra dos buques que cruzaban el estrecho de Gibraltar, sin lograr hacer blanco.
El 1 de agosto sale de Málaga para Cartagena al objeto de hacer pequeñas reparaciones. Antes de salir hace entrega al “C-3” de toda la munición antiaérea y carga de torpedos, así como distintos repuestos de giroscópica.
Una vez reparado, el 22 de agosto sale de nuevo a la mar, esta vez en compañía del “C-5”, entrando ambos en Málaga al día siguiente. Allí se reúnen con el “C-3”, y el 25 zarpan los tres hacia el frente norte, hacia Bilbao con escala en Tánger. En el norte más tarde se les uniría el “C-6”.
_________________ Insignia en el navío: San Agustín R. O. del 7 de Noviembre de 2007. "El hombre promedio tiene 30 kilos de músculo, y 1.6 kilos de cerebro, lo cual explica muchas cosas"
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02 Nov 2007 22:53 |
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De la Rocha
Contralmirante Ingeniero
Registrado: 11 Oct 2006 12:35 Mensajes: 1114 Ubicación: Rechazando herejes en el San Agustín
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Su misión era intentar localizar y hundir al acorazado “España” y al crucero “Almirante Cervera” que operaban por aquellas aguas. Así mismo, y para aprovechar el tránsito, se les embarcó abundante armamento portátil y munición con destino a las tropas que operaban en Bilbao. El “C-4” se apuntó un modesto éxito el día 11 de septiembre, al hundir al norte de Cabo Villano al pesquero gallego Nuevo Álvarez Feijóo y apresar a su compañero Feliciano Álvarez Feijóo.
Pero en un tardío acto reflejo se recurrió al regreso de tres de los cuatro submarinos a la zona del Mediterráneo el 2 de octubre de 1936, por lo que salen el “C-3”, el “C-4” y el “C-6”, al mando del comandante de éste último, C.C. Remigio Verdía. El día 8 entran en Málaga el “C-3” y el “C-4”, continuando el “C-6” hasta Cartagena.
Hasta finales de año opera solamente en aguas de Alborán, teniendo como puerto base Málaga.
En 1937 se le asigna una nueva zona de operaciones, el levante español, y el puerto desde el que opera es el de Valencia. Entre febrero y marzo regresa a Cartagena para efectuar distintas obras, que incluyen varada. El 30 de marzo, finalizadas las obras, sale a la mar con el “C-1” con orden de atacar a los barcos que cruzan el Mediterráneo con tropas italianas que vienen en apoyo de las fuerzas nacionales, pero el temor a los aviones que convoyan a los barcos de superficie les hacía apartarse demasiado de las derrotas de navegación, por lo que los avistamientos de buques enemigos fueron muy escasos.
De nuevo el 7 de abril el gobierno apremia al jefe de la Flota para que mande al Cantábrico todos los submarinos disponibles, como consecuencia de la crítica situación del frente norte, y el hecho de haber perdido ya dos unidades en aquellas aguas, el “C-5” y el “B-6”. A las 14:30 se recibe un mensaje que ordena la salida “sin dilación” del “C-1”y del “C-4”, que parten a las 00:00 del día 13, aunque a la altura de estrecho de Gibraltar ambos regresan a Cartagena, por tener el “C-1” una pérdida de gasóleo en los diesel. El “C-4” decidió regresar también, para en caso necesario auxiliar a su compañero.
A finales de abril es de nuevo enviado al Cantábrico, llegando a Bilbao el 9 de mayo, donde se encuentra con el “C-2” y el “C-6” que había salido unos días antes que él de Cartagena. Salen a la mar dos o tres días por semana, y al caer Bilbao en manos de las tropas nacionales toman como base Santander y Gijón.
Por aquellas fechas, el crucero nacional “Almirante Cervera” se había convertido en una verdadera obsesión para los mandos navales de la República, y desde el Estado Mayor de la Marina, establecido en Valencia, se insta al jefe de las Fuerzas Navales del Cantábrico para que emplee todos los recursos a su alcance contra el crucero, a fin de que sea hundido antes de que el bloqueo termine de ceñirse sobre toda la cornisa cantábrica.
El 21 de junio, el “C-4” avista al “Cervera”, que a la vez se percata de la presencia de éste y efectúa un ataque con cargas de profundidad, lo que obliga al submarino a efectuar una evasión, eludiendo responder al ataque.
_________________ Insignia en el navío: San Agustín R. O. del 7 de Noviembre de 2007. "El hombre promedio tiene 30 kilos de músculo, y 1.6 kilos de cerebro, lo cual explica muchas cosas"
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02 Nov 2007 22:55 |
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De la Rocha
Contralmirante Ingeniero
Registrado: 11 Oct 2006 12:35 Mensajes: 1114 Ubicación: Rechazando herejes en el San Agustín
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El 25 de julio, y cortada la comunicación con Asturias, el general Gámir, los vocales de la Junta de Santander, parte del Estado Mayor y algunos políticos abandonan Santander a bordo del “C-4”, ante la inminente toma de la ciudad por parte de las tropas nacionales, hecho que se produciría horas después. El submarino con toda la comitiva sale a la mar a las 01:30, amparado en la oscuridad de la noche, con destino a Gijón, donde atraca el mismo día a las 23:45. Allí se reúne con el “C-2” y el “C-6”, que se habían replegado y tomado como base el puerto del Musel.
El 28 de agosto este puerto es sometido a un bombardeo aéreo por parte de la aviación nacional, a resultas del cual el “C-4”, sorprendido atacado, recibe varios impactos en la superestructura. Realizada una reparación de fortuna por parte de la propia dotación, el comandante se hace a la mar y le envía al ministro de Defensa el siguiente mensaje: “En bombardeo Musel, metralla averió casco cinco sitios. Reparo provisionalmente. Es imprescindible dique. Navego sin pérdida de tiempo en demanda costa francesa. Solicito autorización. Propongo Burdeos. Dada situación zona, única manera de salvar barco para la República”.
Ante el asombro del Estado Mayor Central de la Marina por un lado, y del jefe de las Fuerzas Navales del Cantábrico por otro, que se interrogan mutuamente acerca de dónde ha partido la orden de hacer salir a la mar al “C-4”, el buque entra en el puerto francés de Le Verdon-sur-Mer el 29 de agosto.
Allí, el comandante T.N. Lasheras coopera con el A.N. Ferrando, comandante del “C-2” (que se encuentra en Brest internado desde la caída de Gijón), en el fracasado rapto de su submarino con ayuda de agentes nacionales.
Se traslada a Burdeos el C.C. Pedro Prado Mendizábal, hasta entonces Jefe de Operaciones del Estado Mayor de la Marina, para tomar el mando del “C-4” y del “C-2”, tratando además de acelerar los trámites para la pronta incorporación de ambos al servicio activo y evitar que pudiesen quedar internados, dada la neutralidad del país vecino. A pesar de las gestiones para tratar de su pronta vuelta a la actividad, el “C-4” permanece durante siete meses y medio en obras, pues no estaría listo hasta mediados de abril de 1938.
El 5 de abril quedó listo en Burdeos, al mando del kapitan-leitenant Ivan Alekseevich Burmistrov, saliendo seguidamente hacia Le Verdon, desde donde zarpó el 14 para dirigirse a Cartagena, donde arribaría en la madrugada del día 23, entrando en fase de alistamiento.
Tras la llegada de los “C-2” y “C-4” procedentes de Francia, en el mes de junio se produjeron nuevos cambios en los mandos de los tres únicos submarinos que restaban a la República, quedando todos ellos a cargo de oficiales soviéticos. Kuzmin dejó el “C-1” y pasó a mandar el “C-4” en sustitución de Burmistrov.
_________________ Insignia en el navío: San Agustín R. O. del 7 de Noviembre de 2007. "El hombre promedio tiene 30 kilos de músculo, y 1.6 kilos de cerebro, lo cual explica muchas cosas"
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02 Nov 2007 22:57 |
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De la Rocha
Contralmirante Ingeniero
Registrado: 11 Oct 2006 12:35 Mensajes: 1114 Ubicación: Rechazando herejes en el San Agustín
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Después de alguna salida a la mar en pruebas sale el “C-4” de nuevo plenamente operativo el 19 de junio para incorporarse a su nueva base, Barcelona, donde llega dos días más tarde.
Del 2 al 6 de julio efectúa una patrulla de guerra durante la cual el comandante Kuzmin emitió una queja, en el sentido de que no pudo torpedear a un buque nacional por el excesivo tiempo que tardó la dotación en preparar un tubo lanzatorpedos.
El 15 de julio se traslada a Mahón, principalmente para levantar la moral a los allí residentes. El 21 regresa a Barcelona y vuelve a salir el 26 para escoltar a un mercante hasta su puerto de destino. Posteriormente localiza a un mercante nacional, pero en el momento del lanzamiento el cable de izado del periscopio se partió y el ataque quedó abortado.
En el verano de 1938 le fue encomendada una curiosa misión: el transporte de varias sacas de correspondencia ordinaria y otra especial hasta Mahón, estableciendo una nueva vía de comunicación que ayudaría de paso a levantar la decaída moral de sus habitantes. Para dar mayor publicidad al viaje se embarcó en el “C-4” el periodista norteamericano Werther Kelly, corresponsal del Saturday Evening Post.
El 12 de agosto, a las 20:00, parte de la ciudad condal rumbo a Mahón llevando dos sacas que contenían 100 tarjetas postales y 300 certificados, de los que 200 fueron cursados con fines recaudatorios por la Agencia Filatélica Oficial. También se embarcaron unas 1.100 cartas de correspondencia normal, figurando en todos los sobres el matasellos con el cuño “Correo submarino 11/agosto/1938. Barcelona”, mientras que dos días después otro cuño rezaba “Correo submarino 13/agosto/1938. Mahón”, si bien el viaje de regreso fue efectuado el día 17, cuatro días más tarde.
Curiosamente, el primer correo submarino del mundo se realizó navegando en superficie, sin que se registrara contratiempo alguno, haciendo inmersión únicamente dos veces: con motivo de haber avistado un avión nacional, y a su entrada en Mahón en la mañana del día 13, para evitar ser descubierto por los patrulleros enemigos. Sin embargo, en el viaje de vuelta, y para poder zafarse del acoso de los aviones nacionales con base en Palma de Mallorca, tuvo que navegar casi siempre en inmersión.
La razón del envío de correo a Mahón se debió a que Menorca era la única isla del archipiélago balear que permanecía en el bando de la República (se encontraba prácticamente aislada a causa del bloqueo de buques y aviones nacionales, que impedían la llegada de toda clase de suministros), para levantar la moral de su población y conseguir una acción propagandística de favorable impacto.
El mismo día que llegó a Barcelona, una vez desembarcadas las sacas de correo, continuó viaje hasta Cartagena, donde llegó el día 20, saliendo de nuevo el 23 de agosto en compañía del “C-2”, con quien efectuó hasta finales de mes la vigilancia de las aguas próximas, sin resultado positivo. El mes de septiembre continuó con la protección de la zona de Palos, hasta que el día 12 entra en dique seco para recorrido de la obra viva, hasta Navidad. Su comandante Kuzmin volvió a su patria en octubre.
El 23 de diciembre, una vez reparado, sale para efectuar pruebas de mar. Durante éstas, el submarino varó, lo que originó una serie de escritos que hacían referencia a la incompetencia del nuevo comandante ruso, apodado “Juan García”. Así pues, se tomó la decisión de reintegrar el mando a un oficial español. Con fecha de 27 de diciembre el ministro de Defensa envió un telegrama al jefe de la Flota en los siguientes términos: “Nombre provisionalmente comandante del “C-4” a Sebastián Gallo”.
La asignación del mando al T.N. Gallo se debió a que el resto de oficiales submarinistas ocupaban en ese momento otros cargos de responsabilidad.
En su primera salida, ya con mando español, sufre una rotura del eje de la bomba de aceite que le obliga a regresar a puerto, saliendo de nuevo a pruebas el 9 de enero de 1939, y esta vez sin novedad. El día 10 toma el mando el T.N. Eugenio Calderón Martínez, partiendo a continuación a una patrulla de vigilancia entre el cabo Tortosa y Barcelona, regresando a Cartagena el día 14. A partir de este día su actividad se reduce a una par de salidas en el mes de febrero de apenas algunas horas.
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02 Nov 2007 22:59 |
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De la Rocha
Contralmirante Ingeniero
Registrado: 11 Oct 2006 12:35 Mensajes: 1114 Ubicación: Rechazando herejes en el San Agustín
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El 5 de marzo Cartagena se halla inmersa en los sangrientos acontecimientos que sucedieron al golpe de estado contra Negrín. A primeras horas de la mañana, los buques surtos en la dársena sufren un intenso bombardeo aéreo de la aviación nacional. Los dos únicos submarinos que se encontraban operativos, el “ C-2” y el “ C-4”, no sufrieron daños. Después del bombardeo y ya con la ciudad controlada por los sublevados, la flota es conminada por el general Barrionuevo a abandonar el puerto en un plazo de 15 minutos, bajo la amenaza de ser hundida por las baterías de costa. La flota recibe la orden de hacerse a la mar con rumbo a Argel. El “ C-4” sale a las 12:00, y ya en mar abierto la flota recibe un mensaje de las autoridades francesas negando la entrada en Argel, dándoles la posibilidad de dirigirse a Túnez, al puerto de Bizerta. Ante este ofrecimiento la flota se dirige hacia allí, donde arriba el 7 de marzo.
Al día siguiente se solicita el asilo político, quedando internado el submarino bajo la custodia de cinco tripulantes españoles. El resto de la dotación es conducida a un campo de concentración en la localidad de Meheri Zabbens. El comandante fue el único que solicitó ser repatriado a España.
El 31 de marzo de 1939 llega a Bizerta, a bordo de los transportes “ Mallorca” y “ Marqués de Comillas”, el personal que deberá hacerse cargo de los buques internados, haciéndose cargo de la comandancia del “ C-4” el T. N. Juan García.
El 2 de abril, tan sólo 24 horas después de darse oficialmente por concluida la contienda civil, los buques exrepublicanos, entre los que se encontraba el “ C-4”, se hacen a la mar en demanda del puerto de Cádiz, donde llegan a últimas horas del día 5.
Por orden de 6 de mayo, el “ C-4” pasa a segunda situación, con fecha retroactiva desde el 1 de abril. Dado que su estado general era relativamente bueno, por orden de 12 de mayo se le pasa a tercera situación, causando alta en la Armada.
El 3 de octubre de 1939 se nombra comandante al C.C. Joaquín Cervera Cervera. La actividad de la Armada en esa época queda reducida al mínimo, tanto porque las aportaciones para maniobras eran muy escasas como por estar en pleno desarrollo la Segunda Guerra Mundial, así que los días transcurrían mayoritariamente atracados en la base, efectuando mantenimientos de rutina.
El 3 de julio de 1941 es nombrado comandante el C.C. Manuel Cervera Cabello. Éste, al igual que su predecesor, hizo pocos días de mar. La contienda mundial estaba en su punto culminante.
En esta época los submarinos cambiaron el entonces clásico color gris claro de su casco por el blanco y la torreta se convirtió toda ella en una gran enseña al ser decorada con los colores de la bandera nacional.
El 28 de julio de 1942 es nombrado nuevo comandante el C.C. Manuel Castañeda Barca, que habría de ser a la postre el comandante más duradero de todos cuantos tuvo el submarino en sus casi 17 años de vida, pues ostentó el mando durante casi 4 años.
El 20 de abril de 1946 toma el mando el C.C. Francisco Reina Carvajal.
El 30 de abril, el jefe del Estado, Francisco Franco, visitó Cartagena con motivo de un homenaje que se hizo a las víctimas del “ Castillo de Olite”, hundido frente a la isla de Escombreras. El caudillo presenció los actos a bordo del “ C-4”, en el que salió a la mar, aunque no llegó a sumergirse.
El 27 de junio, la flotilla de submarinos, compuesta por el “ C-2”, que arbolaba la insignia de su jefe, C.N. Rafael Fernández de Bobadilla, el “ C-4” y el “ General Sanjurjo”, zarpó de la Estación Naval de Sóller a las 08:30, haciendo los tres inmersión en las proximidades de la bocana para efectuar trimado. A continuación hicieron superficie para dirigirse a un punto situado a 15 millas al 000 de cabo Gros, desplegándose una vez allí en formación, formando un triángulo equilátero de 10 millas de lado.
A las 11:29, los tres submarinos adoptaron rumbo 070 y 7 nudos de velocidad, manteniéndola durante todo el ejercicio y cambiando de rumbo cada 60 minutos, adoptando sólo dos rumbos, el 070 y el 250. A las 11:43, el “ C-2” avista a los destructores “ Alcalá Galiano”, “ Churruca” y “ Lepanto” y después de transmitir el mensaje de avistamiento a los otros submarinos, hizo inmersión.
El “ C-2” fue el primero en atacar y a las 13:11 hizo superficie en situación al 024 del faro de Cabo Gros y 22 millas, dirigiéndose al puerto de Sóller, esperando ver salir a flote poco después al “ C-4” y al “ General Sanjurjo”, por ese orden.
Pero a las 13:55 el destructor “ Lepanto”, último buque de la formación en línea de tres, de pronto contempló atónito cómo soplaba lastres y emergía justo a su amura de babor, y a tan escasos metros de él que le fue imposible reaccionar, un submarino, el “ C-4”.
El “ Lepanto” impactó con su roda justo en la zona comprendida entre el cañón y la proa de la torreta. Teniendo en cuenta que la velocidad del destructor era de 14 nudos y que el submarino le mostró el través, más que producirle una brecha lo debió literalmente casi partir en dos. Cuando empezó su búsqueda se avistaron trozos de corcho pintados de blanco, del revestimiento interior de la cámara de oficiales, así como algunos trozos de madera de caoba y media silleta de las utilizadas en la citada cámara.
La situación geográfica del desgraciado accidente fue al 013 del Morro de la Vaca y 13 millas. La sonda era de 300 m.
El recuento final arrojó la cifra de 44 víctimas. Como quiera que el destino es imprevisible, hubo gente que tenía que haber salido ese día a la mar y por alguna razón se quedó en tierra, así como otros que no tenían previsto salir y sí lo hicieron. Entre los primeros se encontraba el T.N. Enrique Rolandi Gaite, aquejado de un proceso gripal; el torpedista Manuel Nieto Fernández y el cabo segundo torpedista Matías Peña, que se quedaron regulando los torpedos que se habrían de lanzar en las fechas siguientes; el marinero de segunda especialista José Gutiérrez menéndez, que se quedó en tierra a última hora por orden expresa del mando, para así aprovechar el día en hacer gestiones propias de su destino, ya que era el cartero del buque. Los cuatro eran de la dotación, a la que se sumó un quinto superviviente, que pertenecía al Estado Mayor de la flotilla y se encontraba comisionado, quedando en tierra haciendo los partes de campaña de los días anteriores, José Llamas Espín.
Pasados unos meses, el buque fue oficialmente dado de baja en la Armada. Hasta ese momento figuraba como “desaparecido”. La orden apareció en el D. O. nº 34 de fecha 7 de febrero de 1947, y rezaba así:
“ Visto el testimonio de la causa nº 70 de 1946, instruida en el Departamento Marítimo de Cartagena, con motivo de la pérdida del submarino “C-4” y habiendo sido sobreseída definitivamente, por no existir indicios de responsabilidad criminal por parte de persona determinada, vengo en disponer sea dado de baja en la Lista Oficial de Buques de la Armada el antes citado “C-4”.
_________________ Insignia en el navío: San Agustín R. O. del 7 de Noviembre de 2007. "El hombre promedio tiene 30 kilos de músculo, y 1.6 kilos de cerebro, lo cual explica muchas cosas"
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02 Nov 2007 23:03 |
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gcoenders
Almirante General
Registrado: 30 Oct 2008 10:06 Mensajes: 6370 Ubicación: Illes Formigues (Costa Brava)
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 Re: Historia del submarino "C-4"
Bizerta ya había sido testigo del internamiento mucho más dramático de otra escuadra vencida, la escuadra rusa blanca del general Wrangel.
Después de un largo periplo con escala en Constantinopla, una escuadra formada por un acorazado, un crucero, y diversos destructores, torpederos, submarinos, pontones, rompehielos, remolcadores, transportes, paquebotes y auxiliares de todo tipo llegó a Bizerta en diversos convoyes a finales de 1920 y principios de 1921.
Las negociacions para su devolución a la URSS no fructificaron. La marina francesa se incautó de un buque taller, un remolcador de altura, un petrolero y un rompehielos que sirvieron lárgamente bajo la bandera tricolor. Muchos buques menores pasaron a manos privadas. Las unidades mayores, es decir, los destructores, los submarinos, el crucero y el acorazado, que habrían necesitado una costosa revisión, cuanto menos de seus elementos propulsores, estuvieron acumulando herrumbre y esperando su destino hasta principios de los años 30. El acorazado no se desguazó hasta 1935.
Nada que ver con la aguilidad con la que fueron devueltos los buques españoles en 1939.
La apasionante historia del periplo de la escuadra rusa blanca se ha publicado en 2008 por Marines-Editions "La Flotte des Russes Blancs" de Marc Saibène.
_________________ Jefe 5ª Sección del Estado Mayor. Logística. Comandante General de la escuadra de Instrucción. Insignia en el acorazado: Jaime I R. O. del 29 de septiembre de 2014.
Germà Coenders
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09 Mar 2009 12:08 |
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